miércoles, 15 de octubre de 2008

Blog Action Day 08 - Poverty




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domingo, 12 de octubre de 2008

Revista Satiricón... 30 Años despúes...

Revista Satiricón... 30 Años despúes...


El regreso…


Porque nací en los setenta vine al mundo a molestar. No me tuvieron paciencia: me las tuve que tomar.

Muchos pensaron que fui la causa de muchos males, pero ya ven que sin mí las cosas sigue iguales.

A ver si esto mejoraba tres décadas me callé: al mundo no me asomaba y está como lo dejé.

Es que muchos confundieron lo serio con lo profundo: cientos de amargos vinieron y mirá cómo anda el mundo.

Si hasta quiso dar lecciones el rey de los aburridos, el que huyó por los balcones y nos dejó ¡destruidos!

Los serios no traen la buena, me indicó entonces mi olfato, -esperando en la gatera treinta años y un buen rato-.

Me llego un día el viejazo y me dio por meditar: vi a mi amigos jovatos y al país sin arreglar.

Y en el año dos mil cinco, visto los antecedentes, volví a asomar el hocico para joder a la gente.

De ser un desconocido no siento ningún temor: los maduros bien recuerdan la madre que los parió.

Vieron que tan cruel no eran los que me creían maldito cuando cagó hasta la abuela el creador del corralito.

Es mucho lo que cambió: hay miles de piqueteros, el país se refundió y hoy produce cartoneros.

Pero yo sigo en la huella aunque vengan degollando: como la rubia Mireya otra vez aquí me ando.

La crítica destructiva el mi oficio y no pierdo, si tengo una hora perdida agarro un perro y lo muerdo.

Nunca jamás me vendí porque me ofrecieron poco, no abandoné mis ideales y me sigo haciendo el loco.

Yo me río de los malos y de los buenos también, a todos mando al carajo sin ánimo de ofender.



© Revista Aniversario Libro de Oro Revista Satiricón. Publicado en Diciembre del año 2004.

Revista Humor ® y la Dictadura Argentina...


Revista Humor ® y la Dictadura Argentina...


Andrés Cascioli, su biografía...


Nació en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires en el seno de una familia italiana, Su padre era operario de Shell; su madre ama de casa. Tuvo desde pequeño una fuerte inclinación hacia las artes plásticas, sin que mediara un antecedente familiar o u n ambiente que lo predispusiera a ellas.

No es exagerado decir de Andrés Cascioli nación con un lápiz en la mano, ya que cursando el sexto grado en su escuela de Sarandí ganó un concurso de dibujo organizado por la institución “Gente de Arte”, entre sesenta y dos escuelas de la zona, y obtuvo una beca por dos años en la quesería su primera escuela de pintura.

Tiempo después inició la carrera de Bellas Artes, aunque abandonó los estudios antes de obtener el título.

Siendo alumno de la Escuela-Agencia, fue invitado a trabajar allí, donde comenzó a dibujar sus primeras historietas.

Junto a su amigo Mateika creó, a os 21 años, la Revista Casco de Acero y más tarde otras dos publicaciones: Maverick y Tucson, en las que colaboraba también Oscar Blotta, con el seudónimo Koblo.

En 1972 creó primero la Revista Satiricón, de la que fue director de arte y a partir de la número 6 dibujó la mayoría de las portadas.

Cuando en 1974 el gobierno clausuró Satiricón, lanzó y dirigió la Revista Chaupinela, enjuiciada y clausurada un año despúes. En 1978, la búsqueda de Cascioli se traduce en un nuevo producto editorial: la Revista Humor ®, que lo cuenta otra vez como director y autor de las portadas. El sello editorial que la amparó fue Ediciones de la Urraca.

A partir de 1981, esta editorial, alentada por el éxito de Humor ®, dio vida a otras publicaciones, como El Péndulo, Superhumor ®, Humi, etc.

En 1982 la Revista Humor ® y su director recibieron el premio a la Mejor Revista Satírica del Mundo en Forte dei Marmi (Italia). Ese mismo año la Asociación de Dibujantes de la Argentina lo distinguió el Caricaturista del Año.

En febrero de 1983 la Junta Militar dispuso el secuestro del número 97 de la Revista Humor ®. La rápida reacción editorial logró un recurso e amparo y la publicación volvió a salir 15 días después, para alcanzar un pico de ventas de 330.000 ejemplares.

Un año después, creó y editó la de historietas Fierro, dirigida por Juan Saturain.

En 1985 editó la revista El Periodista, enfocada en la actualidad política, en la que armó el staff y dirigió el diseño.

A partir de 1986 Ediciones de la Urraca lanzó su biblioteca, y comenzó a publicar libros cuyos diseños y portadas fueron realizadas por Andrés Cascioli.

En 1996 creó, editó y realizó el diseño de La Nación y los Chicos, para el diario La Nación.

En 1998 armó el proyecto y el equipo de la Revista Rolling Stone, también para el grupo de Revistas La Nación, y editó sus primeros nueve números.

Un año más tarde dejó e aparecer la Revista Humor ®.

En el 2001, en medio de la crisis económica y política reinante, creó y dirigió El Cacerolazo, publicación satírica de la editorial Perfil, donde ilustró portadas.

Para La Nación diseñó y dirigió junto a Oche Califa la colección de Libros Ilustrados y también, en 2004, el libro Grafovida, que refleja la obra del artista Luis J. Medrano.

Su actividad como dibujante incluye colaboraciones para diversos medios, entre ellos, El Cronista Comercial y Rolling Stone.

Andrés Cascioli... 30 años de Humor Político...


Este libro se presentó en ocación de la inauguración de la muestra homónima del autor, en el Plasis de Glace, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el día jueves 23 de marzo del año 2006.

domingo, 5 de octubre de 2008

Terrorismo vs. Terrorismo de Estado...


Terrorismo vs. Terrorismo de Estado


Finalmente, un párrafo para un hecho de enorme significación judicial y política que pondrá al Gobierno ante una situación nunca imaginada.


El trigésimo quinto aniversario del brutal asesinato del ex secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, ha producido dos novedades de significación. Una ha sido la publicación del estupendo libro de nuestro colega Ceferino Reato, Operación Traviata, que contiene un detalle impresionante de hechos y nombres de ese hecho terrible. Ceferino Reato ha sido llamado para declarar como testigo en la causa. El otro, íntimamente ligado a esa investigación periodística, ha sido el pedido de reactivación de la causa y de su recaratulización como “crimen de lesa humanidad” hecho por parte no sólo de los hijos de Rucci sino también del actual secretario general de la CGT, Hugo Moyano.

El asesinato de Rucci, en una operación tipo atentado, fue un hecho criminal enmarcado dentro de la puja política entre sectores de la derecha y de la izquierda del Justicialismo, que tuvo lugar en el contexto de un régimen democrático sin ningún tipo de proscripción. En efecto, dos días antes de ese hecho, el general Perón había sido reelecto para ocupar la Presidencia de la Nación por más del 60% de los votos.

Las evidencias señalan a Montoneros como la organización que planificó y llevó adelante ese crimen. La impunidad de ese asesinato y la de otros similares constituye un agujero negro en el ejercicio de memoria y conocimiento de la verdad del que la sociedad argentina tiene necesidad. Y esto no es abonar la maniquea teoría de los dos demonios, con la que se ha querido descalificar a quienes han insistido en lo impostergable de recordar en toda su dimensión la historia de violencia que asoló a la Argentina sobre todo en al década del 70 y principios de los 80.

El terrorismo de Estado es de una inmoralidad superlativa e incomparable. Pero esto de ninguna manera puede ser una excusa para frenar las investigaciones sobre hechos de violencia perpetrados por las organizaciones que, en plena vigencia de las instituciones republicanas, usaron la vía de la violencia armada para tratar de imponer sus ideas y acceder al poder.

La visión parcial de los Kirchner sobre esos hechos y su sobreactuación con fines de utilización política del doloroso tema de los derechos humanos, los pone aquí y ahora frente a un verdadero dilema. Era inevitable que así sucediera. Es el producto de la verdad de los hechos. Hechos que debemos conocer en toda su amplitud para aprender y no repetir esta historia nunca más.


© Dr. Nelson Castro. Publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 28 de septiembre de 2008.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Revolución Libertadora. La cuarta invasión inglesa


En blanco
16 de septiembre de 1955 - Golpe autodenominado “Revolución Libertadora”

El 16 de septiembre de 1955 se produce la sublevación autodenominada “Revolución Libertadora”, movimiento revolucionario encabezado por el general Eduardo Lonardi, que derrocó al gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón. El 13 de noviembre de 1955, Lonardi sería reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu. El texto que sigue, extraído de la revista Primera Plana, constituye una mirada sobre los móviles que desencadenaron el movimiento que derrocó a Perón.

Revolución Libertadora. La cuarta invasión inglesa

Autor: Fermín Chávez, Revista Primera Plana Nº 507, 13 de septiembre de 1973.

La contrarrevolución de 1955 no fue gestada en 1954. No nació con el negocio petrolero iniciado con la Standard Oil, ni en el conflicto con la Iglesia argentina. La confabulación venía tomando cuerpo desde la segunda mitad de 1950 y principios de 1951, a través de los trabajos que realizaban en el ejército Pedro Eugenio Aramburu, Luis Leguizamón Martínez, Benjamín Menéndez, Eduardo Lonardi y José F. Suárez.

Si el movimiento peronista y su gobierno tuvieron fuertes enemigos internos, no es menos cierto que los hubo mayores en el exterior. El principal, entre éstos, era un imperio en decadencia, pero un imperio al fin. Inglaterra, puesto que de ella hablamos, iba a jugar sus cartas con maestría y sin esos movimientos bruscos que delatan a los carteristas novicios. En este sentido, la Argentina de 1955 fue la carpeta de juego en que los legos debieron enfrentar, con desventaja, a los fulleros.

La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas y a la burguesía del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses británicos, que a la postre se unirían con quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha. Si es verdad que sancionó a los Bemberg, es cierto también que lesionó duramente la esfera de influencia de los británicos.

En un olvidado artículo periodístico, de 1957, Juan Perón señaló que la llamada “revolución libertadora” trajo la cuarta invasión inglesa. “Ante la incredulidad de propios y extraños –escribía-, nacionalizamos, comprando y pagándoles, los transportes, puertos, teléfonos, silos y elevadores, frigoríficos, servicios de gas y energía, el Banco Central, creamos la Flota Mercante, que llegó a ser la cuarta del mundo, y dimos al país transportes aéreos. Industrializamos la Nación facilitando la instalación de industrias pesadas. Asimismo, fabricamos gran cantidad de maquinarias y automotores. Así logramos la independencia económica, arrojando por tercera vez al invasor británico”. En otro párrafo del texto que estamos rememorando decía Perón: “Nuestra economía justicialista les resultó desastrosa. Sirva un ejemplo: en textiles y afines importábamos de Inglaterra por un valor de 100 millones de dólares anuales. En 1954, esa cifra se redujo a medio millón anuales. Como último bastión, le quedaba nuestro mercado comprador de petróleo. Inglaterra nos vende combustible por valor de 350 millones de dólares por año. Nuestro gobierno había firmado ad referéndum del Congreso de la Nación, un “contrato de locación de servicios” con la Standard Oil de California. Por éste, la compañía norteamericana se comprometía a explorar parte de nuestro subsuelo y extraer el petróleo que hubiera, el que debía ser entregado en su totalidad a YPF para su comercialización”.

Es posible que los ingleses hayan hecho el cálculo de la pérdida que el cambio de política petrolera significaba para ellos, y que decidieran intervenir, contando como contaban con fuertes aliados en la marina de guerra argentina. Los hechos parecen dar entera razón a estos asertos. El viaje de Milton Eisenhower a la Argentina, registrado en el invierno de 1953, indicó el principio del cambio en cuanto a relaciones internacionales. En menos de dos años el cuadro varió visiblemente. El 26 de mayo de 1955 el profesor Silenzi de Stagni dio su famosa clase contra el proyecto de contrato petrolero, que tanto impresionó a los jefes de las Fuerzas Armadas. El 31 de agosto la comentó el periódico Die Welt, de Hamburgo, sobre la base de una síntesis enviada por su corresponsal.

El grupo Bemberg, símbolo de toda una época de la Argentina librada al apetito de los consorcios internaciones, se convirtió en el enemigo más enconado e intrigante de Perón. Los misteriosos “accionistas franceses” de la Cervecería Quilmes no se quedaron quietos y acrecentaron la propaganda antiargentina en el exterior. Al grupo Bemberg se agregó en 1951 el grupo Gainza Paz, estrechamente ligado a la UP y a la SIP, cuando el movimiento expropió La Prensa y lastimó a la oligarquía en dos de sus mucosas más sensibles: el bolsillo y el orgullo de clase.

Finalmente en la consolidación “moral” del frente antiperonista interno jugaron un papel importante las logias masónicas y otras agrupaciones típicas de la burguesía antinacional.

© Fermín Chávez, Revista Primera Plana Nº 507, 13 de septiembre de 1973. Fuente: www.elhistoriador.com.ar

La Noche de los Lápices... @dealgunamanera...



A pesar de La Noche de los Lápices, hoy los lápices siguen escribiendo

El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro. 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que califico al suceso como "accionar subversivo en las Escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".

Este artículo es para las nuevas generaciones que poco y nada conocen de lo que sucedió hace 29 años en nuestro país, y que consideramos indispensable para recuperar nuestra capacidad de lucha y organización en estos duros momentos que nos toca vivir bajo el neoliberalismo.

Los estudiantes secundarios y la política en 1973-1974.

El arribo de la democracia en el mes de mayo de 1973, luego de un proceso creciente de enfrentamientos contra la dictadura miliar que gobernaba desde junio de 1966, trajo consigo la irrupción en la vida política y social de los distintos sectores populares que habían experimentado un crecimiento sustancial durante las luchas; entre ellos, los estudiantes secundarios.

En el movimiento estudiantil secundario se vivieron experiencias hasta ese momentos inéditas en lo referente a participación política, en tanto ésta es atendida en un sentido partidario más o menos directo.

El diario La Opinión editó en 1973 un suplemento dedicado al análisis de los fenómenos políticos entre los adolescentes. En dicho suplemento se publicaron los resultados de una encuesta que realizó el periódico entre 252 estudiantes. Se comprobó que el 30.3% de los jóvenes encuestados tenía participación política de algún tipo.

La política había impregnado el conjunto de la vida estudiantil, dentro y fuera de los colegios. Las organizaciones políticas vieron incrementado notoriamente el número de sus militantes y el grado de su influencia. Según el suplemento citado, "las tres fuerzas más importantes son, en este orden, la Unión de Estudiantes Secundarios, (UES), la Federación Juvenil Comunista (FJC) y la Juventud Secundaria Peronista (JSP)"

La encuesta de La Opinión revelaba también que en 1973 los estudiantes secundarios se inclinaban ante figuras emblemáticas de la izquierda, con la salvedad de Perón, quién, sin embargo, asumía para una porción amplia de los estudiantes, contornos casi revolucionarios, pese a todo, quien encabeza la encuesta era el CHE Guevara, con el 67%, a continuación venían J. D. Perón con 66% y a mayor distancia, Salvador Allende 19%; Fidel Castro con 19%; Eva Duarte 17 %; Mao Tsé-tung 16%

En esta encuesta queda por demás claro, que para aquélla generación de estudiantes secundarios, los referentes revolucionarios y socialistas eran los que más ocupaban en la conciencia estudiantil.

En aquellos años se había alcanzado un nivel de conciencia, acción y participación bastante elevados con lo cual el nivel de cuestionamiento al sistema capitalista era de por demás peligroso para la Burguesía y los sectores reaccionarios de nuestro país.

EL GOLPE DE 1976

En la historia de nuestro país, como en el resto de América latina, los golpes de Estado siempre estuvieron al servicio de la clase dominante, y del Imperialismo. Pero el Golpe de Estado de 1976 se podría caracterizar no tan solamente, como el más sangriento vivido en la historia de nuestro país, sino que también se lo puede caracterizar como el más pro-imperialista, ya que el estado político-económico que dejo la dictadura a nuestro país le sirvió al Imperialismo para garantizar su hegemonía en la región durante varios años.

LOS OBJETIVOS DEL PROCESO

Uno de los objetivos más tenazmente buscado por la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983, fue neutralizar a buena parte de la juventud y ganar a una porción para su propio proyecto reaccionario.

Para los que no encajaban en sus esquemas, se aplicaban distintos métodos "preventivos", desde el asesinato y la desaparición, hasta la más refinadas formas de marginamiento social y psicológico, pasando, claro está, por la clásica y tradicional prisión.

Cuando asumieron, en 1976, los militares consideraban que en la Argentina había una generación perdida: la juventud. Esta, por la sofisticada acción de "ideólogos" se había vuelto rebelde y contestataria.

Si bien el gobierno militar toma en cuenta la situación en la que se encontraba la juventud argentina, no fue tan obstinado como para suponer que se debía atacara toda la juventud por igual. La política hacia los jóvenes parte de considerar que los que habían pasado por la experiencia del Cordobazo y demás luchas previas a 1973, los que habían vivido con algún grado de participación del proceso de los años 1973,74 y 75, los estudiantes universitarios y los jóvenes obreros, eran en su mayoría irrecuperables y en consecuencia había que combatirlos. Para ello utilizaron un pretexto tan obvio como falaz, se trataba de subversivos reales o potenciales que ponían en riesgo al conjunto del cuerpo social. El ser joven pasa a ser un peligro.

Al mismo tiempo, y pensando en el largo plazo, se empieza a desarrollar una estrategia que va más allá de la eliminación del "enemigo". Se empieza a poner la mira sobre el relevo. Ahí están los estudiantes secundarios. Al momento del golpe tienen entre 13 y 18 años más de un millón de jóvenes.

EL TERROR EN LAS AULAS

Uno de los aspectos más dramáticos de la represión vivida en aquellos años, fue el secuestro de adolescentes. Llegaron a 250 los desaparecidos que tenían entre 13 y 18 años, claro que no todos estudiaban. Muchos se habían visto obligados a abandonar la escuela para incorporarse al mundo del trabajo.

Pero de los procedimientos utilizados, surge claramente que no se trataba de hechos aislados, sino de una investigación pormenorizada de distintas escuelas. En una entrevista concedida a un grupo de padres, un Coronel de Campo de Mayo les expresó que se llevaban a los jóvenes que habían estudiado en "colegios subversivos para cambiarles las ideas".

El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro. 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que califico al suceso como "accionar subversivo en las Escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".

Solo tres de ellos aparecieron un tiempo después. Pablo Díaz, uno de los liberados, declaró  en el juicio a las ex juntas: yo pertenecía a la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de la Plata y con los chicos del Colegio fuimos a presentar una nota al ministerio de Obras Públicas".

Levantaron chicos en algunos colegios que ellos tenían marcados y enemigo era todo aquel estudiante que se preocupara por los problemas sociales, por fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de los mismos.

Hoy, Los lápices siguen escribiendo.

Hoy los estudiantes secundarios, están de a poco recuperando aquella tradición de lucha y defensa, por los derechos a una educación al servicio del pueblo y con mayor presupuesto.

Hoy, los secundarios sector dinámico de nuestra sociedad tienen un doble desafío, que es la de reconstruir la memoria de lucha de nuestro pueblo y la de reorganizarse para enfrentar este calamitoso estado de nuestra educación, ya que ellos son los más perjudicados.
© (Bibliografía consultada: Estudiantes secundarios: Sociedad y política. Berguier, Hechker y Schifrin) Comunicadores Solidarios Agencia Latina de Información Alternativa, 16/09/2005 http://www.alia.com.ar, Córdoba, 15 de Septiembre de 2005 Fuente: odiseo.com.mx 
Quienes fueron los chicos asesinados

Una a una, las víctimas. La siguiente es la nómina de los chicos muertos. Los dos más grandes tenían 18 años. 

DANIEL ALBERTO RACERO
 "Calibre", 18 años. Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: "Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES. Secuestrado en la casa de Horacio Ungaro el 16.09.76 en Arana y Pozo de Banfield. 

MARIA CLAUDIA FALCONE
 16 años Hija de un ex intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil secundario (BES). Secuestrada 16.09.76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield. 

MARIA CLARA CIOCCHINI
 18 años Alumna de colegios católicos, participó del escoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16.09.76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield. 

FRANCISO LOPEZ MUNTANER
 "Panchito", 16 años. Hijo de trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios pobres y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield. 

CLAUDIO DE ACHA
 17 años. Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES. Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield. 

HORACIO UNGARO
 17 años. De familia comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa miseria ubicada detrás del hipódromo platense.
Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield. 
Los chicos que sobrevivieron 

Cuatro de los pibes que, entre el 16 y 17 de septiembre fueron secuestrados, lograron su libertad entre el 78 y el 80, tras estar a disposición del PEN. 

PABLO DIAZ 18 años. Hijo de un docente universitario peronista de derecha, fue expulsado de un colegio católico y recaló en "La Legión". Había militado en la UES pero en 1976 militaba en la Juventud Guevarista. Secuestrado 21.09.76. Estuvo en Arana, Pozo de Banfield, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U- 9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1980). 

GUSTAVO CALOTTI
 "Francés", 18 años. Egresado del Colegio Nacional de La Plata, era cadete policial cuando fue secuestrado 8.09.76. Había militado en la UES pero en el ’76 ya se había desvinculado y estaba más próximo a agrupaciones de izquierda. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U- 9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1979). 

EMILCE MOLER
 17 años. Militante de la UES en la Escuela de Bellas Artes, era hija de un comisario inspector retirado. Secuestrada el 17.09.76. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78) 

PATRICIA MIRANDA
 17 años. Estudiante De Bellas Artes, nunca participó de las luchas por el boleto estudiantil ni tuvo militancia política. Secuestrada el. 17.09.76, nunca hizo la denuncia. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78). 





domingo, 14 de septiembre de 2008

Luis Eduardo Aute... Los Autores...

Luis Eduardo Aute... Los Autores...

Fotografías, Canciones, Poseías y Pinturas...

Portada del libro Los Autores
Autógrafo con dedicatoria de Luis Eduardo Aute

Prólogo del libro Los Autores













Letra de la canción De Alguna Manera

Estrofa de la canción Más Allá del Amor



© Del libro Los Autores. Madrid 1994

Tema predilecto... De alguna manera...



miércoles, 10 de septiembre de 2008

Domingo Faustino Sarmiento... Un prócer... ¿Un Prócer?...

Domingo Faustino Sarmiento... Un prócer... ¿Un Prócer?...

"Sarmiento pensaba que el gran problema de la Argentina era el atraso que él sintetizaba con la frase "civilización y la barbarie". Como muchos pensadores de su época, entendía que la civilización se identificaba con la ciudad, con lo urbano, lo que estaba en contacto con lo europeo, o sea lo que para ellos era el progreso. La barbarie, por el contrario, era el campo, lo rural, el atraso, el indio y el gaucho.

Este dilema, según él, solo podía resolverse por el triunfo de la "civilización" sobre la "barbarie
". Decía: "Quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos sin poderlo remediar, una invencible repugnancia".
En una carta le aconsejaba a Mitre: "no trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos esos salvajes". Lamentablemente el progreso no llegó para todos y muchos "salvajes y bárbaros" pagaron con su vida o su libertad el "delito" de haber nacido indios o de ser gauchos y no tener un empleo fijo."
"La obra literaria de Sarmiento estuvo marcada por su actuación política desde que escribió en 1845: "¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! (...) Facundo no ha muerto ¡Vive aún! ; está vivo en las tradiciones populares, en la política y las revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero, su complemento. (...) Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz, fue reemplazado por Rosas, hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo él, (...) tirano sin rival hoy en la tierra". Estos párrafos del Facundo nos muestran el estilo de Sarmiento.

Facundo, a quien odia y admira a la vez, es la excusa para hablar del gaucho, del caudillo, del desierto interminable, en fin, de la Argentina de entonces, de todos los elementos que representan para él el atraso y con los que hay que terminar por las buenas o las malas.

domingo, 7 de septiembre de 2008

El Nazi Sudaca...

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El nazi sudaca

El nazi sudaca, un personaje grotesco que sin embargo aflora junto con otros racismos.

Figurita repetida en el álbum del realismo mágico, el nazi sudaca es el arquetipo de la barbarie que pide a gritos “civilización” y escupe un poco. La historia del nazismo en Sudamérica es corta: en las épocas en que Hitler gobernaba Alemania, el nacionalsocialismo no suscitaba grandes simpatías en nuestra región, a excepción de los ejércitos, su institución por excelencia. Durante los largos años ’40, la Argentina se debatía entre declararse a favor del Eje (posición sostenida por la mayoría de los generales) o continuar con la exportación de carne a Inglaterra, tal como lo requerían los terratenientes. En parte, gracias al ingenio y la influencia de Roberto Noble –estanciero, político y fundador del Gran Diario– la situación se resolvió en la neutralidad hasta casi finales de la guerra, posición que no terminó de convencer a nadie. Desde entonces, el nazismo ha abandonado la impostura de elite y se ha diseminado, atomizado, con adaptaciones locales tan particulares como absurdas.

El nazi sudaca es digno del Manual de Zonceras de Jauretche. Desconoce los principios básicos de la ideología que se supone sustenta sus pensamientos: la revancha de lo particular contra lo universal, de lo nacional contra lo internacional. Por el contrario, no se le puede atribuir con mucho acierto el adjetivo nacionalista: históricamente se ha sentido identificado con los países del Primer Mundo más que con su propia nación. Su definición de lo propio lleva la impronta del deseo de ser lo otro; es ultranacionalista, pero de países que no son el suyo.

A partir de entonces, las contradicciones y los delirios de su componente sudaca comienzan a aflorar: si el nacionalsocialismo surge como un numeroso movimiento de masas antiburgués, el nazi sudaca ve al número y a la masa como el origen de su frustración, al tiempo que es burgués o anhela serlo. Si, como sostiene el historiador Furet, el fascismo surge como la revancha del pueblo contra la clase, el nazi sudaca tiene aspiraciones de clase aunque provenga del pueblo. Suma a su escuela del horror su admiración incondicional por los EE.UU. y su política exterior: gran condimento para la cocina del ridículo, si se tiene en cuenta que su aporte fue determinante para destruir al régimen.

El nazi alemán sustenta su particularidad en una idea fundante: la raza. Admira la raza aria, a la cual pertenece. Al nazi sudaca le alcanza con comprarse un ovejero alemán para su quinta. Los ojos profundamente azules de su gato siamés lo miran con asombro: en el mejor de los casos, proviene de las “familias patricias”, invento local para renombrar a los viejos contrabandistas que comerciaban con Inglaterra a escondidas durante el Virreinato.

En ojos europeos, el nazi sudaca es un subproducto de sus desechos migratorios, apenas un sucedáneo, una destilación exótica de sus lacras sociales. No proviene de un gran imperio, no ha asolado continentes enteros en su vieja historia, ni siquiera posee un idioma propio. En palabras de Hegel, es reflejo de vida ajena. Su canciller Bismarck es Roca, y su Tercer Reich, el menemismo (y sus equivalentes a lo largo de la región).

El nazi alemán se une a las SS, sale y mata. El nazi sudaca pide ayuda: picanas locales o CIA, lo mismo da. El nazi alemán cita, orgulloso, a Goethe. El nazi sudaca siempre responde “Borges” cuando le preguntan qué lee, aunque no lea. El nacionalsocialismo alemán ha contado en sus filas con pensadores de la talla de Martin Heidegger, rector de la Universidad de Friburgo durante el régimen. El nazi sudaca funda su escuela ideológica en el taxi. Su Leni Riefenstahl es Cecilia Pando.

Negros de alma

El nazi alemán centra su odio en el judío, y en forma secundaria, el negro, a quien considera con inferioridad intelectual, pero admira por la pureza de su raza. El nazi sudaca “tiene amigos judíos” y se jacta en afirmar que no tiene nada en contra de los negros “de raza”. De aquí que, en ausencia de negros “de raza” –que “felizmente las continuas guerras han exterminado”, como afirma Sarmiento en su Facundo–, se las arregle para inventar una nueva categoría sociológica: el negro “de alma”.

La idea original que insufla fundamentos al nazismo es sustituida por un ingenio casi goebbeliano: si para los nazis la impureza de raza era una cuestión genética, biológica y objetiva, para el nazi sudaca el negro “de alma” es sartreano: producto y sujeto de sus elecciones, es así porque quiere, elige con cada acto su barbarie.

La veneración nacionalista de un Otro extranjero y un odio copiado a su Otro local lo constituyen. Lo ridículo de su patetismo es el único elemento que aglutina la legión de nazis sudacas. Eterno generador de déficit económico y simbólico, el nazi sudaca toma prestado hasta su odio. Tristemente, aún no ha entendido que si Hitler tuviera la oportunidad, no dudaría en matarlo.

Mientras tanto, desairado hasta por Mengele, el nazi sudaca tiene problemas para comprender que tal como está planteada la ideología que embandera, se es de la raza superior o no se es. No se puede ser nazi por opción, y menos, fuera de Europa. Sólo quedan entradas para el concierto del resentimiento: las de Wagner se agotaron.

© Rodolfo Omar Serio Lic. en Comunicación / Posgrado en Gestión Cultural. (Publicado por Página 12 el 25 de Agosto de 2008)


Que diferente escriben Jaureche y Sarmiento, ¿No?...