viernes, 11 de marzo de 2011

David Viñas... Hasta pronto maestro... De Alguna Manera...

Un intelectual no puede ser oficialista...

Maestro de maestros en la crítica literaria argentina, habla de política, literatura y de la edición de su novela “Los dueños de la tierra” en cómic.

Un tipo de bares Viñas. Llegó media hora temprano a La Paz y buscó rápido el fumadero. La cita era para hablar de Los dueños de la tierra , que ahora se publicó en versión de novela gráfica (ver Los dueños ...) Se sentó en la única mesa libre y pidió una gaseosa, un café doble y tres medialunas. De manteca. Cuando iba mordisquear la primera se liberó otra mesa. Más grande y pegada a la ventana. Buscó la ventana Viñas. Desde allí observó la calle Corrientes, aunque sea avenida. Saludó. Lo saludaron. Y clavó su vista en los diarios. De éstos, además de la política, le preocupa que los suplementos culturales hablen tanto de Borges. Viñas fuma y se quita la boina. La charla arranca en voz alta. Es casi una entrevista pública en el fumadero, en las tinieblas de La Paz.

-¿Ya vio la novela gráfica de Los Dueños de la Tierra que acaba de publicar De la Flor?

Pensé, claro, el medio es el mensaje. Apunta a un auditorio juvenil. Son cuadritos, historietas, o como se llame. Es para un público específico. Y me tomó por sorpresa, porque hace años Piglia hizo algo parecido para la revista Fierro. Yo no me quise meter, porque es una novela que se publicó en el año 1958, viejo. Eso ya está.

-En el prólogo Kreimer, el guionista, cuenta que la escribió antes, cuando usted tenía 28 años, en 1955...

Eso no lo recuerdo exactamente, porque en realidad el relato esta muy vinculado, corrido desde ya, al recuerdo de mi padre y de mi madre.

-Claro, Vicente y Yuda (personajes de la novela) son en cierto modo ellos dos, sus padres...

Como que mi hermano nació en Gallegos, querido. Pero pasó mucho tiempo. Yo ya tengo bisnietos. En la diáspora, en California, no acá.

-Algo conozco de esa historia...

A la madre, mi nieta, Inés, la dejaron abandonada cuando se llevaron a mi hija (desaparecida). La dejaron en el zoológico, bebita. Una locura querido. La ubicaron porque tenía la cadenita. Lo ubicaron al abuelo, al pintor, Gigli. Y ahora Inés tuvo un hijo, y le puso Lorenzo (nombre de otro de los hijos de Viñas, también desaparecido).

-Qué historia…

Por otro lado mi hermano Ismael me manda una foto de su primer nieto, una maravilla el pibe, y me pone detrás de la foto que ese es Antonio, y que le dicen Tono (se ríe). Es madrileño querido. La diáspora.

-Pero allí están, sabe de ellos al menos

Mi nieta estuvo acá, hará dos años. Ella escribe en español. (risas) Yo la conozco poco a ella. No la toqué... Son mis limitaciones. Por otro lado, el hermano de su mamá, Lorenzo Ismael se llama, se llamaba... Es demasiado viejo, fue una barbaridad. Dos chicos de 20 años. Y yo estoy grande, 83 años querido.

-Pero está trabajando...

Sí, sí, pero ya no escribo. Publicamos una historia de la literatura argentina del siglo XX ya ahora sale el tomo 5, de 7. Se llama De Alfonsín al Menemato. Pero no lo he visto en muchas librerías. No se por qué.

-Hablemos de los Los Dueños de la Tierra entonces, de está versión en novela gráfica que sí está en varias librerías, dijo recién que lo sorprendía...

No quiero dar un juicio, no puedo, es como si hablaran otro idioma para mí. No lo entiendo.

-No lo seduce la posibilidad de acercarse a un público distinto, más joven, que es de algún modo la zanahoria de la editorial

Ya le digo, no se qué pasa con eso. La novela es muy cinematográfica. Y se han hecho muchas ediciones. La última en Cuba. ¡Con una tapa gauchesca! ¿En qué estaban pensando?

-Esta es una buena tapa, no le parece (le muestro una edición de Plaza & Janes, la imagen de un fusilamiento, abre el libro, mira la dedicatoria a sus hijos, resopla)

Una barbaridad querido, es muy fuerte, Página 12 nunca publicó sus fotos, ¿por qué? (se queda en silencio) A esta edición no la recordaba, me gusta la tipografía, aunque la letra es algo chica.

-La novela gráfica y las reediciones hablan de la actualidad de esta novela, escrita hace más de cincuenta años. ¿Coincidirá con eso?

Sí, es así. Entre otras cosas, es la lucha de clases. La revisé estos días, a partir de la historieta. Y hay una escena en la que torturan a Stocker, y después vienen los fusilamientos. Mucho de ese material viene de mi viejo. Porque Yo soy Soto,(Soto es uno de los obreros patagónicos en la novela) es un cuento escrito por mi viejo. Yo soy Soto. Incluso, una vez mi viejo me dijo: ese cuento me lo rapiñó Jauretche (risas). Mi viejo contaba que los dos jóvenes radicales que estuvieron con el viejo Yrigoyen cuando murió, acá en la calle Sarmiento, eran él y Jauretche.

-Y tiene particular importancia que el personaje de Vicente, como su padre, haya sido juez...

Lógico. Está en el libro. El aspiraba al consulado de París. Para zafar de la Patagonia. ¿Vos sabés lo que era la Patagonia en 1920? Podría mostrarte fotos, pero se perdieron. Y en la película, lo hacen aparecer con corbata..., no tienen idea de lo que era ese lugar, Río Gallegos, uhhhhhhhh era una aldeasa... había fotos...

-Y está la crítica a aquél gobierno, al sistema, por su inoperancia, que en la lucha de clases sabemos a quien favorece...

Le bajan la caña al viejo Yrigoyen, pero vos qué crees, ¿que era un maldito? Era como el viejo Illia, capaz de robarse una pluma. Además ya era un hombre muy mayor, tenía casi 80 años... Pensá vos que él nunca habló en público, sobra con mirar las fotos.

- Qué clase de oligarquía quiso mostrar con el personaje Brun, (inspirado en los Braun Menéndez)

Era gente muy arraigada en el sur, nuevos ricos, como los Santamaría, que eran meros comerciantes, como otros muchos inmigrantes que se enriquecieron así... Fíjese, que entre los 1880 o 1890, aparecen por primera vez los apellidos dobles. Paz, Sarmiento, Moreno, no usaban doble apellido. Mire sino a Bioy Casares, su padre firmaba Bioy.

- Estos grandes temas, ¿fueron barridos de la literatura?

Claro, hoy aparecen princesas bizantinas. Pero también he leído una gran novela sobre la guerra del Paraguay, Gálvez. Y ahí hay una separación.

-¿La denuncia social, no tiene lugar en la literatura hoy?

No. Tal vez como un rechazo frente al realismo. Qué están haciendo viejo. Hay trabajos sobre el realismo de Homero para acá. Les parecerá simplista, qué se yo.

-¿Qué otra cosa le preocupa?

El vértigo que el mercado le impuso a la cultura. ¿Cuántos Gary Cooper hay hoy, de cuántos necesita la industria para subsistir? Todo está condicionado por la aparición permanente de novedades. Quizá sea esclerosada mi perspectiva. Pero se mueven intereses fenomenales. Y hay una reacción frente a la política en general y al presunto realismo. Ahora se escribe en serie, en parte como resultado de la despolitización de literatura. Hasta Piglia escribe policiales.

-Usted se ha cansado de decir que cualquier teoría estética termina siendo, al fin, teoría política, todo lo que hablamos, ¿no desmiente esa afirmación?

Yo no lo veo así, pero quizá sean mis limitaciones. Mire, yo estoy leyendo más ensayos que ficciones. Y podría hablar de María Pía López que escribió un libro muy duro sobre Sabato y otro sobre Lugones que es excelente. Y leí un libro sobre Goebbels. Uh, qué delirio, qué locura. La mujer envenenó a sus seis hijos. Y otras cosas que nunca había leído, sobre la campaña japonesa. Estoy actualizándome sobre la Segunda Guerra Mundial, que antes se veía de manera muy anecdótica. Son libros feroces.

¿Qué temas de la actual coyuntura argentina debería asumir nuestra literatura?

Y claro, a mí me invitaron para incorporarme al grupo K. No me convencía. Pero claro, si tengo que situarme, leo La Nación, y es un diario cada vez más clerical y más reaccionario. No puede ser. Con esto no estoy diciendo que soy K, y cuando me invitaron yo propuse que el grupo de intelectuales llamara Rodolfo, por Rodolfo Walsh y Rodolfo Ortega Peña, incluso propuse una revista con ese nombre, porque un grupo de intelectuales...

¿Se refiere a Carta Abierta?

Sí. Y estoy disconforme con la elección, con los rasgos tácticos del lenguaje que emplean, no me convencen...

¿Y desde el lado ideológico?

Ya le digo, siento un gran rechazo por los mismos que ellos rechazan. Pero hace falta más análisis político. La revista y el grupo que yo propuse, debía el nombre a Walsh y a Peña. Nos juntamos acá, en el bar La Paz, mire. Dos intelectuales argentinos asesinados acá a la vuelta, viejo. Qué es K, ¿Kafka? Adhiero, pero un intelectual no puede ser oficialista. Perdón.

-Pero supongo que acepta el hecho de que sean intelectuales militantes...

Militantes sí, pero me guardo siempre un espacio de crítica.

-¿Y cuáles serían los límites para esa militancia?

Si sos oficialista tenés que hablar de fulano de tal o fulana de tal. Yo saludo su iniciativa, pero prefiero guardarme ese margen de discrepancia permanente.

-Con eso que dice, se pone en sintonía con voces tan opuestas como la de Pérez Esquivel y Beatriz Sarlo, por nombrar sólo a dos...

Bueno, Beatriz está en esa ristra, y se hace muy evidente esa cosa de sistemática oposición.

-Hablamos de Soto, de Stocker, los luchadores en Los dueños…, ¿cómo ve la organización obrera ahora?

En una gran crisis. Tendría que hacer el análisis de Palabra Obrera, de su vocero, que utiliza a Almafuerte. Tiene la retórica de la vieja izquierda. Yunque, Almafuerte, Altamira...¿Altamira? ¿Qué ves vos que yo no veo? (se pone la mano como visera) ¿Altamira te llamás vos? Almafuerte, Alvaro Yunque, Guijarro, todos eran duros. Así nos fue. (hace referencia a José Saúl Wermus, fundador y líder del Partido Obrero) -Está atorada la izquierda...

¿Es para tanto lo del nombre?

Y claro, es un síntoma, nada menos que la elección de tu emblema, de tu nombre (otra vez se pone la mano como visera, y mira desde arriba) Discrepo. No lo conozco. Pero es un nombre, un nombre elegido. ¿El hijo de Justo cómo se llamaba? Lobodón Garra. Es un nombre de izquierda.

- ¿Cómo ve entonces el papel del sindicalismo, de dirigentes como Hugo Moyano…?

Todas las contradicciones y elementos de confusión en la coyuntura actual las concentra la historia del peronismo. La desaparición de un líder omnipresente, condicionó los rasgos que tiene el peronismo ahora. Advierto, que (José Pablo) Feinmann y otra gente, le baja la caña a Perón, al último Perón, al que los echa de la Plaza...

¿Cómo evalúa es cambio en discurso, como una reivindicación de la izquierda peronista?

Más que esa reivindicación, hay una evidencia de quién es Perón. Yo lo discutía con mis hijos. Perón, Teniente General de la Nación. El primero de octubre de 1945 dice el Ejército, la Policía y los trabajadores. Ya le digo, Feinmann está escribiendo a contrapelo, y dice cosas graves.

-¿Y usted, tiene algunas cosas graves que le hayan quedado sin publicar?

Bueno, lo que ya le dije. Esa historia de la literatura argentina en siete volúmenes. Y la editorial Razón y Revolución está reeditando cinco libros míos, entre ellos Dar la cara, Prontuario…Y sí, tengo también un libro, que todavía no se lo mandé a nadie. El año que viene tal vez. Déjenme hablar de Pons se titula. Es autobiográfico. Empieza con alguien que en el colegio es sometido a un interrogatorio. No se si saldrá, hay un espacio muy restringido.

© Escrito por Horacio Bilbao y publicado en la Revista Ñ de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 22 de Noviembre de 2010.

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Murió David Viñas. El escritor estaba internado por una neumonía.

A pesar de los rumores que daban cuenta de su recuperación, el escritor argentino David Viñas falleció hoy a los 83 años, a raíz de una neumonía que derivó en una septicemia. Estaba internado en el Sanatorio Güemes desde el 22 de febrero.

Nacido en Buenos Aires, fue fundador y codirector de la revista Contorno, de gran influencia en medios universitarios e intelectuales.

En 1957 recibió el Premio Gerchunoff por su novela Un Dios cotidiano. Tres veces galadornado con el Premio Nacional de Literatura, también recibió el Premio Nacional de Teatro, y el Premio Nacional de la Crítica.

Entre 1973 y 1983, se desempeñó como profesor de Literatura en universidades de los Estados Unidos, Alemania y Dinamarca. Exiliado durante la última dictadura militar -que le arrebató a sus dos hijos-, volvió al país para ser titular de la Cátedra de Literatura argentina de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires. En 1991, Viñas rechazó la Beca Guggenheim en una decisión que consideró "un homenaje" a sus hijos, que aún hoy están desaparecidos.

Algunas de sus principales obras son Tupac Amaru, Los dueños de la tierra, Cuerpo a Cuerpo, Indios, ejército y frontera, Qué es el fascismo en Latinoamérica, Anarquistas en América Latina, Yrigoyen entre Borges y Arlt, Menemato y otros suburbios y Tartabul.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 10 de Marzo de 2011

martes, 8 de marzo de 2011

8 de Marzo... Día Internacional de la Mujer... De Alguna Manera...

8 de Marzo... Día Internacional de la Mujer...

El 8 de marzo de 2011 se celebra en muchas partes del mundo como el 100º aniversario del Día Internacional de la Mujer.

Es también el primer Día Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas para ONU-Mujeres, entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, creada por la Asamblea General de la ONU el 2 de julio de 2010.

El tema oficial del Día Internacional de la Mujer 2011 es «La igualdad de acceso a la educación, la capacitación y la ciencia y la tecnología: Camino hacia el trabajo decente para la mujer».

© http://www.un.org/es/events/women/iwd/2011/index.shtml

Sin formalismos ni oportunismo, la igualdad de derechos no tiene fecha de celebración, debe construirse día a día, ladrillo a ladrillo...

Son millones las mujeres y también los hombres que padecen de la desigualdad de oportunidades y si bien ... ... es correcto celebrar "puntualmente" una fecha de la magnitud como la del día de hoy, es menester recordarlo cada día, cada hora, cada instante...

De Alguna Manera


Huracán 3 vs. Newells Old Boys de Rosario 3... De Alguna Manera...

Un partido Coloso...

Newell's ganaba 2-0, se lo dieron vuelta con goles de Maidana, Mateo en contra y Quintana. Y en el ST empató Sperdutti. La Lepra jugó mejor y tuvo al Globo para el nocaut. Para Pompei... ¿puntito o puntazo?

Ahí esperaba el anfitrión Newell's, dándole rodaje a tres pibes de la cantera tras la escasez de juego asociado que dejó ver ante Tigre. Ahí arribaba Huracán, pendiendo de un débil hilo y con el precipicio del descenso esperándolo debajo después de un debut poco propicio de la era de Roberto Pompei. El presente de ambos, el cómo llegaban, soltaba el prejuicio de un partido aburrido, pero las defensas se cansaron de parir emociones.

El fútbol tiene, dentro de sus buenas aptitudes, cosas inexplicables, provenientes de un origen misterioso. Algo así como lo paranormal. ¿Cómo explicar si no, que un equipo que jamás hizo dos pases seguidos convierta más en el arco rival que uno que ganaba 2-0 y lo tenía listo para el nocaut? Porque a Roberto Sensini le había salido bien la jugada con el ingreso de los juveniles: Cristian Díaz y Martín Tonso tuvieron buenos destellos e Ignacio Fideleff le pagó con el 2-0 tras la volea de Claudio Bieler para abrir la historia. Pero el equipo de Tito se las arregló para golpear cuando nunca evidenció un cómo más que la pelota parada.

Porque así como Newell's hizo todo lo bueno, también lo malo. El primer gol, bombazo de Cristian Maidana, era inatajable para Sebastián Peratta. El segundo fue responsabilidad de Diego Mateo, quien la peinó en contra, y el tercero llegó en una clara distracción de Rolando Schiavi aprovechada por Carlos Quintana. ¡Pim, pam, pum! Así, desde la nada misma, Huracán pasó de caer y esperar una goleada con el mentón a merced, a ganar y volver a meter tres goles desde el clásico con San Lorenzo en el Apertura.

Newell's siempre tuvo mayor claridad en la creación (Bieler desperdició bastantes situaciones de gol) y por eso llegó al empate con Mauricio Sperdutti, jamás tomado como un premio por el desgaste hecho en la primera mitad. Gastón Monzón, a esta altura, era figura indiscutida y el Globo, salvo una que otra contra, no generó ni una brisa en el área de Peratta. Huracán revivió una vieja frase futbolera para llevarse un puntazo de Rosario: "Los goles, se hacen. No se merecen...".


© Escrito por John Jones y publicado por el Diario Deportivo Olé el sábado 5 de Marzo de 2011.





©
http://www.clubhuracan.com



martes, 1 de marzo de 2011

Dengue... De Alguna Manera...

¿Que es el Dengue?...


© Publicado por C.E.M.U. Medicina Laboral

Huracán 1 vs. Arsenal de Sarandí 1... De Alguna Manera...

¿Festeja el punto?

Huracán sufrió bastante ante Arsenal y, de hecho, estuvo cerca de perder. Por otro lado, Claudio Guerra se comió un gol increíble que pudo darle la victoria en el debut de Pompei. ¿Sirve o no?

Huracán es un buque a la deriva en medio de un mar negro, bajo una tormenta y con su cubierta repleta de agujeros. Sin embargo, contrató a alguien que sabe de reparación de boquetes. La ida de Miguel Angel Brindisi tuvo que ver con que el técnico pensaba que si el seguía, el destino del Globo ya estaba escrito. Por eso, el arribo de Roberto Pompei, quien tomó las riendas en épocas de tempestad en Boca, es un intento de torcer ese rumbo que por ahora transita el camino de la Promoción.

Tito se la jugó por la experiencia para recibir a Arsenal: Rolando Zárate y Angel Morales volvieron a la titularidad luego de la finalísima con River. La idea central fue establecer un tándem entre Matute y Cristian Maidana para abastecer al Roly y Javier Cámpora. Sin embargo, poco funcionó y el equipo de Gustavo Alfaro, siempre complicado, lo hizo sufrir en más de una oportunidad con las escapadas de Marcos Aguirre y Juan Pablo Caffa.

Por los volantes del Arse, y su mayor claridad por sobre los del Globo, fue que hubo un leve olorcito a gol allá por el final de la primera mitad. Pero quien golpeó primero, después de la charla en el entretiempo, fue Huracán. Ahí, con el gol de Javier Cámpora consumado, fue que Tito pidió tranquilidad a gritos. No llegó: Alfaro movió fichas, metió a Luciano Leguizamón y éste, fresquito, le puso un centro a la cabeza a Obolo.

El empate trajo un diluvio de situaciones de gol sobre el arco de Gastón Monzón. Con Caffa por izquierda y Andrés Franzoia por derecha, Arsenal abrió el juego a las bandas. Claudio Guerra pudo haber hecho que todo el minucioso trabajo de Alfaro con los cambios fuera en vano, pero se perdió un gol que, prácticamente, estaba hecho. A Arsenal, que tuvo mejor volumen de juego, le faltó claridad en el último pase (el de la red). Huracán dejó a la vista que le falta remo para salir de la tormenta...

© Escrito por John Jones y publicado por el Diario Deportivo Olé el lunes 28 de Febrero de 2011.

“Hubo nervios...”

Pompei aseguró que notó fallos "en jugadas puntuales" en algunos de sus jugadores. Pero ojo, dijo que no hay que arrepentirse: "No hay tiempo, el próximo partido siempre es el más importante. Vamos a poner todo".

"Tiempo no hay, el próximo partido siempre es el más importante, sabemos cuál es la situación y sabemos también que le vamos a poner todo lo que tenemos. También van a poner todo los que están desde afuera siguiendo este proceso". La palabra de aliento es de Roberto Pompei, flamante debutante en el banco de Huracán.

Para Tito, si ante Newell's no se suma de a tres, se pondrá peor: "Los silbidos van a venir si el resultado es como el de hoy. Si hubiésemos ganado uno a cero y habríamos jugado exactamente de la misma manera, pero el cabezazo de Obolo se iba, la gente iba a terminar aplaudiendo".

¿Cómo analizó el partido? "La sensación es que fue un partido peleado, en algún momento lo podríamos haber ganado y en otro lo podríamos haber perdido. Cuando nos pusimos en ventaja tuvimos cinco minutos más de posesión del balón. A partir de la jugada del gol de ellos perdimos posesión. Tuvimos después un par de chances para ponernos arriba y ellos también las tuvieron", tiró.

Por otro lado, aclaró que hay mucho por mejorar. "Me voy conforme con algunas cosas del equipo, con otras no tanto. Hay que seguir trabajando, mejorando fundamentalmente en el retroceso", comentó. Por último, soltó que vio fallos en algunos de sus muchachos: "Hicieron un gran esfuerzo. Se nota en algunos jugadores, en algunas jugadas puntuales, los nervios. Esto hay que seguir trabajándolo día a día, convencerlos de que lo pueden hacer".

© Publicado por el Diario Deportivo Olé el lunes 28 de Febrero de 2011.














domingo, 27 de febrero de 2011

27 de febrero de 1812... Creación de la Bandera Argentina...

 27 de febrero de 1812 – Creación de la Bandera Argentina

 

El general Manuel Belgrano enarbola por primera vez la bandera nacional en las barrancas del río Paraná, en Rosario (provincia de Santa Fe). Inspira sus colores celeste y blanco en la escarapela nacional. La bandera originaria se ha perdido y se ignora si estaba formada por tres franjas o por dos, así como también la disposición de las mismas.
Etimológicamente la palabra bandera, proviene del latín, bandum, que significa estandarte y del germano bandra que puede traducirse como signo. Es un paño de forma rectangular o cuadrada, sujeto a un asta, empleado como insignia. Identificarse como grupo, fue propio del hombre desde que se reunió en comunidades.

Para diferenciarse del emblema español, la nueva nación que comenzó a gestarse bajo el primer gobierno patrio, el 25 de mayo de 1810, necesitaba un distintivo propio. En esa época, comenzaron a repartirse cintas celestes y blancas, tal vez tenían también color rojo, como imitación a los revolucionarios franceses, liderados por Domingo French y Antonio Berutti.

El uso de la escarapela como emblema del ejército patriótico fue propuesta por Belgrano, el 13 de febrero de 1812, siendo aprobado su uso por el Triunvirato, cinco días después, aceptando los colores celeste y blanco.

El 27 de febrero de 1812, a orillas del Paraná, en Rosario, cuando el sol comenzaba a declinar, Belgrano izó por primera vez el pabellón patriótico, tal vez realizado por las manos laboriosas de una rosarina, llamada María Catalina Echeverría de Vidal, junto a las Baterías Libertad e Independencia, que fue jurada por los soldados. Comunicado este hecho al Triunvirato, partió Belgrano a hacerse cargo del ejército del Norte, sin tomar conocimiento de que el organismo público le negaba la posibilidad de usar la nueva bandera, por la difícil situación reinante, y la aún no declarada decisión de poner fin drásticamente a la dominación de Fernando VII.

Sin saber de la prohibición de enarbolar el símbolo patrio, Belgrano, en Jujuy, colocó la bandera en los balcones del Ayuntamiento, en reemplazo de la española, y en esa ocasión recibió su primera bendición.

Sin embargo, la flamante bandera no pudo seguir desplegando su aliento de independencia, pues fue condenada a guardarse, cuando el 27 de junio el Triunvirato volvió a insistir con el requerimiento, que esta vez, fue acatado por Belgrano, que decidió el 18 de julio hacer caso a la petición, hasta que nuevos vientos de libertad, la hicieran flamear sin temores ni dudas.

El 23 de agosto de 1812, Buenos aires, la lució en la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, pero fue recién luego del 9 de julio de 1816, una vez declarada la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, más precisamente el 20 de julio, cuando su uso oficial fue aprobado por el Congreso.

El 25 de febrero de 1818, se le añadió el sol, en homenaje al Dios Inca Inti (Dios del Sol) estampado en la franja blanca central, reproducción del que aparecía en la primera moneda nacional. Sus 32 rayos dorados, están contenidos en negros bordes, alternándose un rayo recto y otro ondulado. Las franjas, superior e inferior son de color azul-celeste. La bandera con el sol fue usada para instituciones y eventos oficiales y de las Fuerzas Armadas hasta 1985, en que se dispuso su colocación en todas las banderas argentinas.

La Bandera oficial posee medidas reglamentarias: 1,40 m. de largo por 0,90 m. de altura.

Propuesta y Juramento de la Bandera

13 de febrero de 1812: Manuel Belgrano propuso al Gobierno la creación de una "escarapela nacional", en vista de que los cuerpos del Ejército usaban distintivos diversos.

18 de febrero de 1812: El Triunvirato aprobó el uso de la escarapela blanca y celeste, decretando: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste..."

27 de febrero de 1812: Entusiasmado con la aprobación de la escarapela, M. Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores, enarbolándola por primera vez en Rosario, a orillas del río Paraná. Allí, en las baterías "Libertad" e "Independencia" la hizo jurar a sus soldados. Luego, mandó una carta al Gobierno comunicando el hecho. Este mismo día, el Triunvirato le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Huaqui.

3 de marzo de 1812: El Triunvirato contestó la carta de Belgrano, ordenándole que disimulara y ocultara la nueva bandera y que, en su lugar, pusiese la que se usaba entonces en la Capital. La orden se debió a la preocupación por la política con el exterior. Pero, cuando la orden salía de Buenos Aires, M. Belgrano ya marchaba hacia el norte y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del Gobierno a la nueva bandera.

25 de mayo de 1812: Al frente del Ejército del Norte, el entonces General en jefe M. Belgrano movilizó sus tropas hacia Humahuaca. En San Salvador de Jujuy, enarboló al ejército de su mando la bandera en los balcones del Ayuntamiento, en vez del estandarte real de costumbre que presidía las festividades públicas. Allí, la bandera argentina fue bendecida por primera vez.

27 de junio de 1812: El Triunvirato ordenó nuevamente a M. Belgrano que guardara la bandera y le recriminó su desobediencia.

18 de julio de 1812: El General contestó que así lo haría, diciendo a los soldados que se guardaría la enseña para el día de una gran victoria.

El Avión... De Alguna Manera...

El Avión...

A veces, sucede que los efectos de un hecho son mucho más importantes, o al menos más pedagógicos, que sus propias causas. Inclusive, puede ocurrir que el episodio sea, en lo potencial, de muy escasa trascendencia pública. Y que sus consecuencias lo transformen en algo tan inventado como rimbombante.

¿Alguien cree que el decomiso del avión militar estadounidense era o es un episodio capaz de despertar atracción masiva? Obvio que no. Pero los alcances periodísticos que tuvo conllevan una esencia muy valiosa, aunque, en principio, nada sorprendente. Por aquello de la (no) relación causa-efecto, carece ya de mayor sentido hurgar en cómo fue que se prendió el fósforo. ¿El Gobierno sobreactuó la medida para afirmar su verba antiimperialista? ¿Fue necesario el show mediático? ¿No era lo mismo proceder hacia idéntico fin pero con mayor reserva? ¿Acaso habríamos sido menos soberanos si se hubiese maniobrado con sigilo? ¿Es tan grave la carga no declarada de ese avión norteamericano? Cualquiera de esas preguntas, que a priori son o podrían ser legítimas, pasó a ser irrelevante al cotejárselas con la réplica barbárica de los medios de comunicación hegemónicos, sus periodistas más connotados y, desde ya, una mayoría de la oposición o, si se quiere, de los dirigentes opositores que hablaron del tema (sólo el hijo de Alfonsín resaltó al procedimiento como de pleno derecho, y hubo un resto que se llamó a silencio). Para subrayar, por las dudas: esos interrogantes, en realidad, nunca fueron el objeto analítico prioritario, sino que obraron como subordinados al espanto causado entre el cipayaje por –al fin y al cabo– un mero incidente diplomático con los Estados Unidos. Con excepción del odio de clase, el racismo, el sentimiento de venganza y las barbaridades que se dijeron cuando el conflicto con los campestres, es difícil recordar un hecho a través del cual se haya manifestado, con tanta brutalidad e ignorancia, el espíritu y el estilo de quienes conforman, desde los medios, un soporte clave de la mentalidad vasalla.

Cabezas de portadas, informativos de radio y televisión, columnas centrales, entrevistas, machacando con la “perplejidad y preocupación” de los Estados Unidos por la “improcedencia” de haber amedrentado al personal del avión. Ex embajadores con amplia concesión de espacio, absortos por haber colocado a Washington en un “banco de acusados” (Juan Archibaldo Lanús). Y por estas acciones que “nos condenan a la intrascendencia” en la que en verdad ya estaríamos, porque “ningún líder de nación políticamente gravitante (...) ha aterrizado en estas playas” (Rodolfo Gil). Amateurs impunes que hablaron de la inmunidad que proveen las “valijas diplomáticas”: una licencia que no tiene absolutamente nada que ver con el decomiso de un avión de carga. Los disparates interpretativos, sin un solo dato de sostén, bajo aseveración de que se ejercitó una represalia contra Obama por no incluir a la Argentina en su próxima gira. La impudicia de sugerir que si tampoco viene el jefe del Fondo Monetario por algo será. La amenaza de que la Casa Blanca borre al país de su status de aliado extra OTAN, brindado gracias al alineamiento incondicional de Menem con la política exterior de los republicanos... Qué asco.

Correspondería revisar si esta embestida mugrienta de los medios y sus ordenanzas no tiene nada de insólito, desde el entendimiento de que, después de todo, es la expresión de una tilinguería tan reaccionaria como ancestral. Porque, tal vez, nos encontremos con una segunda lección, o ratificación, de lo motivado por el caso del avión yanqui. No hay la más mínima duda en torno de que piensan efectivamente así, pero, ¿no debería haberla acerca de lo obnubilados que están respecto de la temperatura popular? ¿No advierten que su grosería genera un resultado inverso al que buscan? El Gobierno les provoca arcadas, es cierto, quizá más por el despliegue de su discurso confrontativo que por una grave afectación de sus intereses. Ahora bien: ¿tanto como para enceguecerlos de esta manera? ¿Tanto como para que extravíen así la necesidad de una táctica de enfrentamiento menos guaranga, vistos los resultas que obtienen? ¿No los alertaron en absoluto la masividad de los festejos por el Bicentenario, la del funeral de Kirchner, la unanimidad de las encuestas que encargan ellos mismos y que muestran a Cristina en posición de clara favorita? Como el firmante se resiste a creer que puedan despistarse de semejante forma, aunque tampoco lo descarta, termina cayendo en la cuenta de que, perdidos por perdidos siquiera en lo coyuntural, resuelven persistir en fugar hacia delante. En redoblar la postura de choque. Sería probable que estén imitando a los propios K, que en la más dramática de sus instancias apostaron a profundizar las grandes líneas de enfrentamiento con bloques de poder específicos. Y les fue bien, o les va bien.

Hay esa palabra, cipayos. Es de origen persa y la primera vez que se la citó, en el Diccionario de la Real Academia Española, aludía a “soldado indio”, en 1869. Pero unos años después, la definición se ensanchó a “soldado indio al servicio de una potencia europea”. Una segunda acepción es “secuaz a sueldo”. El profesor venezolano Alexis Márquez Rodríguez señala que la connotación peyorativa de la palabra comenzó a usarse, al parecer, en Cuba y Puerto Rico, cuando aún eran colonias españolas y se empleaba para designar al criollo que se alistaba en el ejército colonial. Aquí, ya se sabe, la popularizó Arturo Jauretche a través de su Manual de Zonceras, que lista las ideas negativas de los argentinos sobre su propio país. El escritor mantenía que esos preceptos eran introducidos en la conciencia ciudadana desde la educación primaria, y ya marcaba que después se sostenían a través de la prensa. Un postulado conocido por todo aquel que disponga de inquietudes intelectuales básicas. Sin que pierda valor, ninguna vez.

Puede que la furia cipaya sea sencillamente eso, en lugar de una apuesta política, meditada, a favor de acentuar los topetazos. Puede que no puedan con sus raíces clasistas o adquiridas, y listo. Si es eso les cabe una extensión, ahondada, de la legendaria sentencia borgeana acerca de que los peronistas no son ni buenos ni malos sino incorregibles. Porque, dada por eficaz la provocación, ellos, la clase dominante argentina y –hoy más que nunca– sus puntas de lanza mediáticos, portan una incorregibilidad más emperrada todavía. El peronismo fluctuó históricamente a derecha e izquierda, y en su nombre se crió mucho de lo mejor y lo peor de este país. Pero estos garcas no oscilaron nunca. Jamás dejaron de ser escribanos de los imperios de turno, jamás tuvieron una fisonomía patriótica, jamás se plantearon a dónde condujo su pusilanimidad. Son los tipos de las relaciones carnales y en una de esas, como ya se expresara en esta columna hace unas pocas semanas, el tiempo les da la razón a caballo de esa significativa porción de la sociedad que tiene su misma escala de valores. De esa gente que toda la vida miró hacia afuera no para ampliar sus miras de pensamiento crítico, sino por la comodidad cobarde del presunto amparo bajo el sol. Esos frívolos acaban de dar otra muestra de sí.

A veces su símbolo es un helicóptero. A veces un avión.

© Escrito por Eduardo Aliverti y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 21 d Febrero de 2011

Wikileaks en Página /12... De Alguna Manera...

Wikileaks en Página/12...

A partir de hoy, los lectores de Página/12 comenzarán a tener acceso a todos los cables de Wikileaks sobre la Argentina. Se trata, en su mayoría, de más de dos mil despachos originados en la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. La publicación es el resultado de una convergencia entre Wikileaks y Página/12 basada en el derecho de los ciudadanos a ser informados.

Este diario se interesó en los materiales de Wikileaks desde que, el año pasado, otros colegas en todo el mundo comenzaron a difundir cables secretos o confidenciales que hilaban la comunicación entre la embajada estadounidense en la Argentina y el Departamento de Estado. A la vez el australiano Julian Assange, alma mater de Wikileaks, definió su papel en el circuito mundial de las noticias: sería un vehículo de la libertad de expresión.

Assange acaba de refirmarlo en medio de una situación personal compleja, porque la Justicia sueca quiere extraditarlo de Londres bajo cargos que el investigador niega. A principios de este mes alentó a sus amigos de todo el mundo a que siguieran haciendo campaña en favor de esa meta. No le faltó buen humor. “Hay cuatro cosas que no pueden ocultarse eternamente: el sol, la luna, la verdad y el postre”, dijo al saber que miles de personas estaban organizando cenas para juntar fondos en su defensa. Por esos días la convergencia entre Wikileaks y Página/12 maduraba hasta transformarse en un convenio de partes.

Los gobiernos y las articulaciones de poder económico trabajan en pos de una ilusión: que muchas de sus acciones queden en secreto. Y los periodistas tienen la suya: romper el secreto. En esa tensión permanente y natural entre las dos ilusiones, a veces se cumple una y a veces otra. Esta vez es el turno de la segunda.

La gran ventaja del convenio entre Página/12 y Wikileaks es que el diario se obliga a deberes que cumple con gusto desde que apareció hace casi 24 años. Por lo pronto, tendrá que develar secretos. Además, deberá hacerlo con rigor. Si un artículo menciona un despacho diplomático, los lectores tendrán acceso al texto completo. No podrá deformar ni manipular el contenido. Protegerá a empleados estatales de bajo rango y evitará poner en riesgo la integridad física y la vida. E iniciará un proceso de difusión de documentos del que ya participan, entre otros, medios como The New York Times, The Guardian y La Jornada de México.

Al divulgar miles de documentos escritos en embajadas estadounidenses repartidas por todo el planeta, Wikileaks usó el criterio de abrir puertas y ventanas. Los postres están ahí en la mesa, pero Assange nunca dijo que a él le gustaba el sabor de cada uno de ellos. Sólo ejerció su derecho a informar para que otros puedan ejercer su derecho a conocer. Por eso Luiz Inácio Lula da Silva, unos días antes de dejar la presidencia de Brasil, dijo que la detención de Assange en Londres era “un atentado a la libertad de expresión”, aseguró que en todo caso había que culpar a quienes escribieron los cables y no a quien los difundía e ironizó sobre que “la diplomacia más poderosa del mundo está, como en el Lejano Oeste, poniendo carteles de Se busca vivo o muerto” para conseguir el silencio de Assange.

Igual que Wikileaks, Página/12 tiene claro que está revelando documentos y no verdades absolutas. La investigación, el conocimiento profundo y el contraste de una documentación con otra y con los hechos son los que acercan a los ciudadanos a la verdad. Ni el documento más exacto es cándido. Los textos obtenidos por Wikileaks fueron escritos por la diplomacia norteamericana. Tienen énfasis y obsesiones. Son notorias sus diferencias de calidad en la apreciación de una situación u otra y el sesgo de sus análisis. Se ve de manera nítida la forma hegemónica de relacionarse con el resto del mundo. Los diplomáticos no sólo preguntan. También influyen y presionan para impulsar sus intereses económicos, estratégicos y militares.

En los documentos desfilan presidentes, funcionarios de menor rango, dirigentes políticos, empresarios, consultores, diplomáticos y periodistas. Algunos, estén de acuerdo o no con las posiciones centrales de Washington, mantienen su dignidad. Otros parecen desesperados por agradar a sus anfitriones. Estos últimos podrán comprobar, a medida que vayan leyendo los cables, que no siempre esa desesperación es correspondida por el respeto y que hasta un tostado fuera de temporada queda registrado con ironía.

En los cables, el pensamiento y la actitud de cada interlocutor aparece en el marco del vínculo con los diplomáticos estadounidenses y tal como es descripto por el embajador de turno, su segundo o el consejero político. Los lectores tendrán la posibilidad de sacar sus propias conclusiones y Página/12 hará lo de siempre: ayudarlos. Porque Assange tiene razón: las cosas no pueden ocultarse eternamente.

© Publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 21 de Febrero de 2011


sábado, 26 de febrero de 2011

Joaquín Sabina... Soy un traidor absoluto.... De Alguna Manera...

Soy un traidor absoluto a mi mismo...

El cantautor español Vuelve a la Argentina para hacer una gran gira que bautizó “El penúltimo tren”. A los 62 años, hace un balance de su vida y de su obra. Fuera de Internet y cada vez más doméstico, habla de su mujer y sus hijas.

Lo mío, más que coleccionismo, es amontonamiento . La frase no se oye bien. Y no podía ser de otra forma si al grabador le tocó arrinconarse en esa mesa ratona, toda invadida por un Transatlántico para modelistas. El mismo dueño de casa ha hecho a la fuerza un lugar a la derecha para su hielera de champán doble apellido y doble botella. Y otro, a la izquierda, para un tótem de paquetes de Ducados. Y sí, en la casa madrileña de Joaquín Sabina se siente uno como adentro de ese barco en miniatura, cruzando ebrio un oceáno que acomoda y desacomoda todo: libros, cuadros, cosas y cositas. Por dios, este hombre vive en un anticuario psicodélico. “Este espacio cambia todo el tiempo porque compro algo y lo pongo”, se ríe. “Tengo el síndrome de Diógenes: nunca tiro nada”. Desde Alivio de luto (y esto es 2005), sabemos que a Sabina el accidente cerebro vascular le cambió la vida. Hoy aquel nómade de bares y prostíbulos que modeló su mito es un señor de su casa, un poco a regañadientes. Hace diez días cumplió 62 años. “Digo 62 años con una naturalidad de la que carece absolutamente la cifra: ¡que son 62, hombre! Ahora llevo una vida más tranquila. Y más aburrida también. Uno de mis discursos favoritos era que quería ser un viejo verde que se disfraza de joven y ahora soy un hombre de orden, sí, ¡pero vivo! Si no fuera por mi novia Jimena (la peruana que lo acompaña desde hace más de 8 años), estaría muerto”, admite.


Si la entrevista fuera una canción, en las estrofas veríamos a Sabina oyendo, entre un sorbo y una bocanada. Pero eso dura poco. Los estribillos lo encuentran respondiendo como el gran canta-actor que es, a rastras de una carraspera que cierra siempre en carcajada, valga la aspereza de tanta “erre” que imita su “garganta con arena”. Su humor es excelente y tose risas que definen esas facciones de Manolito devenido Al Pacino.

Antes jugabas a ser el abandonado y, de pronto, fuiste el vulnerable al que protegen, una temática muy de tu ídolo, Leonard Cohen. Pasaste de la figura de la puta a la de la mamá.

Sí, las “Hermanas de la caridad” de Cohen, ¿no? Pero la Jime es más: es mamá, es amiga, es novia, es manager, se ocupa de Internet y el teléfono. ¡Y es la Gestapo! Yo he abierto heladeritas de hotel y he encontrado un “Jimeno”, que es un whisky con agua, porque ella haría la orden por teléfono al hotel para que lo hicieran, no sé. Pero ya ha llegado más lejos: ¡en todos los hoteles adonde voy ya no hay botellitas de whisky! Con la edad he descubierto los placeres de la clandestinidad.

Si te viera el Sabina del ’85, el de “Whisky sin soda”: ¡lo traicionaste! Sí, yo soy un traidor absoluto a mí mismo.

¿Y al público que le gustaría que volvieras a Boca, lo traicionaste? Lo siento, pero no es mi mayor placer llenar Boca. Agradezco mucho haberlo hecho, pero prefiero el Gran Rex. ¡Mi mayor placer sería tocar en Clásica y Moderna! Quiero una relación más amistosa con el público. Que los conciertos no se concentren en celebraciones tribales, ¡pues no van a oír, van a cantar ellos! Prefiero que se oiga la tercera cuerda de la guitarra y la tos, pero te llaman y uno tiene su dosis de agradecimiento y vanidad y dices “¿Por qué no hacer el Luna Park?” ¿Cuesta más salir al escenario? Antes de salir, vomito de pánico. Pero vomito de verdad. Ahora, después de terminar, ya fue; no pierdo tiempo en pensar que ese tipo que ha cantado ahí arriba soy yo, porque no lo soy. Por eso me pongo el bombín: para ser otro.

Seguís aconsejando aquello de “Si quieres vivir 100 años/ no vivas como vivo yo”.

Yo me considero un sobreviviente de muchas cosas. Tenía muchas cartas en contra para no haber llegado ni a los 50. ¡Y he tenido unos grandes bises! Pero me gusta ser más un cantante vivo que un cadáver mítico.

En tus letras y tus notas se ve que fuiste un excesivo bastante rutinario: whisky, cocaína, putas. No probabas todo, ¿tenías límites para experimentar? Mis amigos de los 20 y los 30 años fueron víctimas de la gran plaga que fue en España la heroína. Me salvó la cobardía, pero se me moría gente alrededor. Y me salvó que no me gustara la aguja. Y como le dije a Jaime Bayly, sé que estoy perdiendo algo por no ser homosexual. ¡Soy un repugnante heterosexual! (risas).

¿La idea de la muerte te tortura? Con la idea de la muerte yo me torturo desde los 5 años, pero es verdad que ahora tengo hijas (Rocío y Carmela), y uno se encuentra como un idiota pesando qué legado les deja. Nunca me preocupó el ecologismo, la salud del planeta, pero cuando tienes hijas, te preocupa qué mundo les queda. Ahora me considero un ser responsable, antes sólo quería ser el dueño de mí mismo.

¿Ya te ves abuelo? Y tienen veinte años y andan follando como descosidas. Yo les compro preservativos y se los regalo, pero ellas no sé qué hacen (risas).

Para muchos de tus fans serías el padre perfecto, permisivo, con experiencia extremas encima, lo que llamás “el tío zurdo y borrachín”.


No me siento responsable de mi culto. No me gusta la palabra fan o fanático . No sé si me compran por lo que soy o por lo que ellos creen que soy. Aquí llevo una vida sin grandes problemas en la calle, no tengo coche, camino. Pero en Buenos Aires hay un star system que en Madrid, no. De hecho, en el único lugar donde llevo guardaespaldas es en Bs As. Hay demasiado fervor por el artista allí y a mí me gusta la soledad. Y más mirar que que me miren. Soy un voyeur .

Pero qué les decís a los que te ven como un líder en temas de la vida, como el tipo que sabe gozar.

Sí, la onda “Mi viejo es un imbécil, éste es el bueno”. Les aseguro que para mis hijas no soy en absoluto el padre que quisieran, eh (risas).

El síndrome de los hijos de hippies.

Sí, mis dos hijas odian con toda su alma las drogas y casi, el alcohol. Son chicas normales y estupendas y leen libros y tal. Una vive en Londres y otra aquí, pero a las drogas, ni se las menciones … Bueno, por suerte, ¡imaginate que me tocaran dos hijas drogadictas! ¿Qué hago? ¿Qué consejo les doy si no tengo ninguno pa’ darles? Justo yo. Pero la educación no tiene que ver. Es el azar. Mi hermano y yo nos criamos en el mismo ambiente y él es policía como lo fue mi padre. Caín y Abel: uno copia el modelo paterno y el otro se va al otro lado. A una de las mías le gusta el escenario, a la otra, no. Es introvertida, asocial.

Te desafían generacionalmente.

Ellas, sí. Pero esa lucha de generaciones que ha habido siempre en la música no la veo más. No entiendo como no vienen a los escupitajos a echarnos del escenario como vejestorios. Nos están respetando demasiado y eso es malo. Pero tampoco vienen los niños a preguntarme cómo se hace una letra, eh, sino cómo se hace uno famoso. Me gustaría ver a los jovenes jodiéndome, entre otras cosas, porque me estimularían y estaría dispuesto a aprender cosas de ellos, a ver cómo los jodo yo.

Muchos jóvenes te tienen como el modelo del chamuyero … El guapo de mi clase seducía con su cuerpo y los demas teníamos que inventar algo, ¿no? ¡Cyrano de Bergerac es el personaje con el que mas me he identificado en toda mi vida! Te va a asombrar esto que te digo, pero me parece que el sexo está últimamente sobrevalorado. Se puede ser más feliz escuchando una música, tomando un vino, conversando con amigos que echando un polvo. Claro, decirlo a los 62 años parece fácil. Pero la sobreinformación sexual de ahora, la exigencia de los anuncios, para ser guapo, con una polla así de grande, ¡es algo insoportable ya! Veo que no dejaste de fumar.

A la cocaína la dejé tan claramente que me invitan a una raya y no digo que no, puedo tomarme una sin quedarme enganchado. Pero eso no puedo hacerlo con el cigarrillo. Es más adictivo y además ¡no produce placer ninguno! Cuando voy a comprar cigarillos y en el paquete dice “El fumar provoca impotencia”, les digo “Eh, cámbienmelo por el del cáncer, por favor” (risas) ...


¿Sentís que por tu edad te estás perdiendo algo nuevo? Claro que sí. No voy a los clubs, no oigo música nueva. Prefiero leer, ver a mis amigos. Tiene que ver con la edad, pero no hay nada que me conmueva. Quisera tener 40 de nuevo, ¡no quiero saber nada con la adolescencia! A Internet me lo he perdido sabiendo que es una gran pérdida. Soy consciente del salto adelante que supone, pero es una opcion mía no interesarme en eso.

Con todo lo verborágico que sos, no me imaginaba que estuvieras detrás de un Tweet.

Borges decía que la democracia era un abuso de la estadística, ¿te imaginas si ve Twitter? (Risas). Es que cabe todo, pero como lo que más abunda es la mierda, ¡lo que cabe son cientos de toneladas de mierda! Además, eso de cientos puntos de informacion bombardeándote no me va, soy de esos hombres que –dicen las mujeres- no saben hacer dos cosas a la vez. Si leo un libro, no puedo oír música.

¿Por qué le pusiste “El penúltimo tren” a esta gira argentina? Tiene mucho de humor autocompasivo y no es “el último”, para que no me digan después “¿No era el último?” El repertorio es casi el anterior, el del CD Vinagre y rosas .

¿Vas a usar el bombín? ¡Claro! Para aclarar que el de arriba del escenario es uno que no es el mismo que camina por las calles.

© Escrito por Pablo Schanton y publicoado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 25 de Febrero de 2011.