sábado, 28 de febrero de 2009

Martin Luther King, Jr. "Tengo un sueño"...

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma.

La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"

Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"

© Pronunciado: El 28 de agosto de 1963 delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington, DC, durante una histórica manifestación de más de 200,000 en pro de los derechos civiles para los negros en los EE.UU.
Versión al castellano: No consta.
Versión digital: Wikisource en Español, 2006.
Esta edición: Marxists Internet Archive, septiembre de 2006.
Derechos: El contenido está disponible bajo los términos de la GNU Free Documentation License.


Los Cinco Cubanos...

Cinco sentidos
Letra y Música Ignacio Copani

Sin conocerlos los adivino,
me hacen poner los cinco sentidos,
altos, dispuestos, alertas, digo,
para cuidarme del enemigo.

Yo soy el sexto y están conmigo
miles de sextos que son testigos
de la malicia, de los desquicios
de la justicia que pierde el juicio.

Cinco sentidos por cinco hermanos,
son veinticinco besos truncados.
Tantas caricias que no se han dado,
tantas miradas a ningún lado.

Cinco sentidos que en los rincones
nunca han oído nuestras canciones,
ni relamido, con los sabores
de mesas largas, multicolores.

Sin contemplarlos, no los olvido,
sin cobijarlos en mi camino,
oigo sus pasos hacia el destino
de los abrazos que ya imagino.

Cinco sentidos por cinco hermanos
resultan miles de puños cerrados,
millones de ojos que divisamos
el día libre que está llegando.

Cinco sentidos por cinco hermanos
suman millones multiplicando,
restando el odio que les tiraron
da igual a la hora de reencontrarnos.

Queridos Compañeros, un amigo, el cordobés Daniel Van der Hoeven, ha puesto unas imágenes de mi canción, que pueden ver el siguiente video. Les mando un gran abrazo.

Ignacio Copani



© http://www.patriaparatodos.org.ar/article.php3?id_article=268

De la Sociedad de los Poetas Muertos...

De La Sociedad de los Poetas Muertos.


No dejes que termine el día sin haber crecidoun poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.


No te dejes vencer por el desaliento.


No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que sea casi un deber.


No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.


No dejes de creer que las palabras y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.


Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.Somos seres llenos de pasión.


La vida es desierto y es oasis.


Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.


Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.


No dejes nunca de soñar,
porque sólo en sueños puede ser libre el Hombre.


No caigas en el peor de los errores: el silencio.La mayoría vive en un silencio espantoso.


No te resignes. Huye.


"-Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.


Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,


No traiciones tus creencias.
Porque no podemos remar en contra de nosotros mismos: Eso transforma la vida en un infierno.


Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.


Vívela intensamente, sin mediocridad.


Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.


Aprende de quienes puedan enseñarte.


Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros "Poetas Muertos", te ayudan a caminar por la vida.


La sociedad de hoy somos nosotros: Los "Poetas Vivos".


No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...


Walt Whitman




Rembrandt, La belleza entre las tinieblas...

Rembrandt, Autorretrato como Zeuxis, h.
1667-68, Colonia, Wallraf-Richartz-Museum

A menudo, cuando disfruto de algo especialmente hermoso, un libro muy bueno, una exposición inolvidable, un espectáculo excepcional, siento algo muy parecido a la envidia y me digo: si yo hubiera sido capaz de hacer esto o de participar en esto, creo que sentiría que mi vida estaba cumplida, que sólo con ello ya habría merecido la pena la existencia.

Me sucedió el otro día viendo alguno de los mejores momentos de Varekai, el último espectáculo del Circo del Sol. Tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanta gente afanándose al unísono para conseguir un minuto de magia: decoradores, iluminadores, músicos, actores, maquilladores, figurinistas... además de los artistas circenses, quienes, para lograr ese minuto soberbio, ese vuelo imposible, esa acrobacia exacta, han tenido que machacarse el cuerpo y la mente durante muchos años.

Toda esa ingente marea de trabajo y talento se va uniendo y armonizando hasta culminar en una representación que dan para ti. Qué gran regalo. Una vez más pensé que un solo instante de verdadera belleza puede valer toda una vida.

Creo que no somos lo suficientemente conscientes de hasta qué punto los seres humanos necesitamos la belleza para vivir. Hablo de una necesidad primaria, básica, esencial. De algo casi tan importante para nosotros como la comida. Los cromañones trogloditas ya usaban collares, ya adornaban sus artefactos. Invertían tiempo y esfuerzo en hacer objetos aparentemente inútiles. Los neandertales, en cambio, no crearon adornos, aunque tenían la misma capacidad craneal y, por consiguiente, la misma inteligencia.

Ahora los paleontólogos se preguntan si el éxito de los cromañones se habrá debido precisamente a esa diferencia; si la belleza nos ayudó a sobrevivir. Si esto es así (y yo lo creo), nada sería más útil que esa inutilidad.


El poeta romántico Friedrich Schiller decía que la política era una cuestión de estética: "A la libertad se llega por la belleza". Me parece que le entiendo; estoy convencida de que la falta constante de belleza aumenta la violencia y multiplica el mal.

Esos chicos nacidos y crecidos en barriadas marginales y horrorosamente feas, esos adolescentes que nunca han podido saciar y tal vez ni siquiera reconocer el hambre de belleza que todo humano posee, son como niños físicamente maltratados. Individuos heridos y frustrados. La falta de belleza deja cicatrices que no se borran.


Algunos creen ver a Dios en ese afán de belleza, pero para mí es un rasgo radicalmente humano. Algo que llevamos inscrito en el más recóndito rincón de nuestras células, en el chapoteo de nuestra sopa química. Un regalo genético que nos permite olvidar que somos mortales.

La maravillosa exposición de Rembrandt en el Prado es un ejemplo perfecto de todo esto. En sus 63 años de existencia, Rembrandt lo vivió todo. Tuvo un éxito temprano y arrollador, se casó con una mujer a la que amaba, era un vitalista, sin duda fue feliz. Cada vez pintaba mejor y era más verdadero, pero esto tuvo sus costes; su pintura dejó de ser tan comercial y empezó a irritar a sus clientes, porque no les hacía los retratos complacientes que exigía el mercado.

Su éxito se apagó, se llenó de deudas, tuvo que venderlo todo, incluyendo su colección de arte, llegó hasta la más completa bancarrota. Cuando falleció, no poseía más que sus pinceles y su ropa vieja.


Uno o dos años antes de su muerte pintó el último del centenar de autorretratos que se hizo a lo largo de su vida. Es el Autorretrato como Zeuxis, un cuadro casi monocromático, en sombras y ocres y luces marfileñas, y para mí, la obra más conmovedora de la exposición del Prado. Zeuxis fue un pintor griego tan amante de lo hermoso que, según dice la leyenda, murió de risa al tener que retratar a una anciana feísima. Rodeado de oscuridad, el rostro de Rembrandt también sonríe en este lienzo.

Un Rembrandt viejo, arruinado y olvidado, que además había tenido que enterrar a su primera mujer, luego a su querida segunda pareja, mucho más joven que él, y por último a su hijo Titus. Frente a todo este desconsuelo y este dolor, Rembrandt sonríe, y su gesto es el más triste y el más sabio que he visto. Mira, ésta es la gran broma, ésta es la pesada broma de la vida, parece estar diciendo.

Hace falta saber mucho para poder verlo tan claro, para asumirlo así, con esa humanidad y esa modestia. Y con el coraje de seguir pintando. De seguir buscando la belleza entre las tinieblas. Esa belleza que quizá nos pueda rescatar del sufrimiento.


© Escrito por Rosa Montero y Publicado por el Diario El País de Madrid el domingo 11 de Enero de 2009

Cunnington Exclusive... Un caso de Marketing que trae cola...

Producto seleccionado por la Revista Mercado como uno de los 100 casos trascendentes del Marketing en la República Argentina en el año 2008.
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Cunnington Exlusive, cuyo diseño estructural y gráfico de packaging es responsabilidad de Tridimage, ha sido seleccionada como uno de los 100 Casos del Marketing del 2008, por la prestigiosa revista Mercado.

Los 100 Casos del Marketing fueron seleccionados por un comité de distinguidos profesionales del medio. Los 100 incluyen a las acciones, campañas, empresas e instituciones que han protagonizado el cambio, la inflexión, la innovación y la vanguardia, impactando y moviendo el mundo del marketing hacia adelante.

CASO PRODUCTOS DE AGUA S.A.
Cunnington Exclusive

Para fortalecer la marca Cunnington y hacer crecer su negocio, Prodea lanzó al mercado Cunnington Exclusive, la variedad cola de la emblemática Cunnington Indian Tonic.
El objetivo era romper con la percepción de Cunnington como segunda marca e ingresar en el segmento más competitivo de las gaseosas con un presupuesto mucho menor que el de la competencia. Por esto, se optó por una estética dark, acorde con el packaging, y por un mensaje de tono desafiante e irreverente.
Cunnington se identificó siempre con un consumo adulto y sofisticado. La estrategia de marketing fue tomar esos atributos y transformarlos en valores de exclusividad, que ubicarían a Cunnington Exclusive en el escenario de las primeras marcas.
Dado el fuerte contenido visual de la campaña, el mix de medios hizo eje en la vía pública y fue apoyado por TV. Los resultados superaron las expectativas iniciales: a partir del lanzamiento de Exclusive, aumentó un 70% el volumen de toda la línea Cunnington y según datos de research, Exclusive aparece posicionada como el tercer player de gaseosas cola detrás de Coca-Cola y Pepsi.

© Revista Mercado. Enero 2009

Otros episodio de la infania...

El general Olivera protagoniza el juicio más importante a la dictadura después de los procesos a Videla y Massera.

El general argentino Jorge Carlos Olivera Rovere compareció ayer ante el Tribunal Oral Federal Número 5 de Buenos Aires con un impecable terno gris y paso reposado, propio de sus 82 años de edad. Miró de frente, casi sin pestañear, a los familiares de los asesinados y desaparecidos, y se sentó con la espalda rígida, sin hacer caso a los murmullos de "asesino" que recorrieron la sala. El general Olivera Rovere está acusado de ser el máximo responsable de los centros clandestinos de detención y tortura que funcionaron en Buenos Aires durante los años de la dictadura y su juicio es, quizás, el más importante que se ha desarrollado en Argentina contra los responsables de aquella barbarie, una vez procesados los integrantes de la propia Junta Militar, como Videla o Massera.

Olivera y los otros cinco altos mandos que comparecieron ayer con él (dos generales, dos coroneles y un teniente coronel, subjefes de la misma zona militar) representan al terrible Primer Cuerpo del Ejército que encabezó la represión política en Buenos Aires a partir de 1976. En concreto, y para esta causa, Olivera está acusado de cuatro asesinatos (cuatro refugiados uruguayos, entre ellos los diputados Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez, que fueron arrebatados a la puerta de sus hoteles el 18 de mayo de 1976 y cuyos cuerpos aparecieron tres días después en un coche abandonado), 116 secuestros y desapariciones, y numerosos delitos de tortura. Entre sus víctimas puede figurar también el escritor y periodista Haroldo Conti.

El general Olivera casi logró salir impune, a pesar de la larga lista de crímenes que se le imputan. Con la llegada de la democracia fue procesado, pero su eventual condena quedó interrumpida gracias a las leyes de perdón y amnistía. Reabiertas las causas en 2003, fue de nuevo detenido y estuvo preso durante tres años, hasta que la Cámara de Casación lo puso en libertad a la espera de juicio.

Así pues, Jorge Carlos Olivera llegó ayer al Tribunal tranquilamente, desde su domicilio porteño. El secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Eduardo Luis Duhalde, que asistió a la sesión, aseguró que "las pruebas colectadas son tan abrumadoras" que considera que la condena está asegurada. "Espero que sea condenado al máximo de la pena prevista", añadió. Dada su edad es, sin embargo, poco probable que vuelva a pisar la cárcel.

El juicio, que durará varios meses debido al gran número de testigos citados, empezó en medio de una fuerte polémica porque los jueces del Tribunal Federal impidieron la entrada de cámaras de televisión y fotográficas, en contra, se supone, de las órdenes ya dadas por la Corte Suprema que ampara el derecho a la publicidad de los juicios. Los jueces de este tribunal decidieron autorizar únicamente a un cámara del canal público de televisión y a un fotógrafo para que entraran en la sala durante tres minutos. La televisión rechazó el acuerdo y el fotógrafo no pudo hacer ninguna foto sensata, porque los jueces decidieron sorprendentemente que los tres minutos habían acabado antes de que el procesado entrara en la sala. "Queremos ver la cara del asesino", protestaban en la puerta familiares de las víctimas. El tribunal, integrado por los jueces Daniel Obligado, Guillermo Gordo y Ricardo Frías, se mostraron también inflexibles al exigir a las representantes de las Abuelas de la Plaza de Mayo que se despojaran de sus famosos pañuelos blancos, por considerarlos "símbolos" inapropiados.

Entre los testigos figuran algunas de las víctimas que consiguieron sobrevivir a su paso por alguno de los centros de detención controlados por el Primer Cuerpo del Ejército, cuyo jefe era el tristemente célebre general Carlos Suárez Mason, el más despiadado de los despiadados, muerto en 2005, a los 81 años, de un ataque al corazón. Lugares como El Banco, el Olimpo o Automotores Orletti forman ya parte de la historia de la infamia en Argentina.

¿Qué es el Amor?...

¿QUÉ ES EL AMOR?


En una de las salas de un colegio había varios niños. Uno de ellos preguntó:


- Maestra... ¿qué es el amor?


La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado. Como ya estaban en hora de recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajesen lo que más despertase en ellos el sentimiento del amor.


Los chicos salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:


- Quiero que cada uno muestre lo que trajo consigo.


El primer alumno respondió:


- Yo traje esta flor: ¿no es linda?


Cuando llegó su turno, el segundo alumno dijo:


- Yo traje esta mariposa. Vea el colorido de sus alas; la voy a colocar en mi colección.


El tercer alumno completó:


- Yo traje este pichón de pajarito que se cayó del nido hermano: ¿no es gracioso?


Y así los chicos, uno a uno, fueron colocando lo que habían recogido en el patio.


Terminada la exposición, la maestra notó que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido quieta durante todo el tiempo. Se sentía avergonzada porque no había traído nada.


La maestra se dirigió a ella y le preguntó:


- Muy bien: ¿y tu? ¿No has encontrado nada?


La criatura, tímidamente, respondió:


- Disculpe, maestra.


Vi la flor y sentí su perfume; pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma por más tiempo.


Vi también la mariposa, suave, colorida, pero parecía tan feliz que no tuve el coraje de aprisionarla.


Vi también el pichoncito caído entre las hojas, pero... al subir al árbol, noté la mirada triste de su madre y preferí devolverlo al nido.


Anónimo

La Crisis según Albert Einstein...

“No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.



La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.

Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar “superado”.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.

Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.

Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro.

Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.



Albert Einstein.