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domingo, 18 de octubre de 2020

IDEA con pocas ideas… @dealgunamanera…

IDEA con pocas ideas… 

Ehhhhhhhh... Dibujo: Pablo Temes.

Alberto Fernández rompió con el legado miope de no asistir al coloquio empresarial. Pero su aporte fue pobre. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/10/82020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

En el apogeo de su poder, Néstor Kirchner le hizo la cruz al coloquio de IDEA. La memoria nos trae el recuerdo que, en 2005, luego de haber participado de una de sus sesiones, Roberto Lavagna, entonces ministro de Economía, fue eyectado de su poltrona por el ex presidente a causa de esa presencia. Ese reproche fue la excusa que le vino como anillo al dedo al ex presidente, que quería sacarse de encima a Lavagna.

 

Alberto Fernández decidió romper con ese legado miope. Fue un buen gesto político al que lamentablemente le faltaron buenas ideas. En su mensaje, el Presidente puso especial énfasis en la ratificación del apoyo a los hombres de negocios y se esmeró con insistencia en dejar claro que no habrá devaluación ni confiscación de depósitos en dólares. La reacción de los empresarios, sin embargo, fue tibia. La credibilidad de la palabra del Presidente cae días tras día, señal de la crisis de confianza que genera un gobierno bifronte.

 

Un consultor que mantiene contacto fluido con distintos sectores de la economía lo explicó de manera irrefutable: “La devaluación ya se hizo. Los números no mienten”. Es esta una verdad inapelable: la Argentina tiene un dólar oficial a $ 83; un dólar solidario a $ 172; un dólar blue a $ 178; un dólar Agro a $ 51 y ahora un dólar gas –para la energía– a $ 42. “El Gobierno va a hacer lo que hizo siempre: negarlo. Es decir, no convalidar la devaluación en el discurso”, completó el consultor.

 

Los ejemplos son más claros aún: si una empresa tiene que importar un insumo o un repuesto, no puede esperar meses a que le aprueben la operación. Lo que está pasando es que prefieren llamar a su casa matriz en el exterior para que le envíen el repuesto de manera directa y se lo pagan por dólar contado con liquidación a $ 168. El caso de la energía es dramático, agregó otra fuente, que graficó así la situación: “Las energéticas deben invertir con un dólar a $ 150 y por el gas de transferencia a YPF le liquidan el dólar a $ 42. Hay un desdoblamiento de hecho”.  

 

Cristina Kirchner le dijo hace un tiempo a Axel Kicillof: “El que devalúa no gana”, señaló la misma fuente. Pero por más que se apele a la retórica, más temprano que tarde, este desorden y la multiplicidad de tipos de cambio se trasladará a los precios. La emisión sin control es otro de los problemas que enfrenta la actual administración.  El déficit fiscal no da tregua y el Estado se financia a sí mismo. Pero a un ritmo de emisión de 200 mil millones de pesos mensuales no hay economía que aguante.

 

Martín Guzmán tampoco logró generar entusiasmo en su exposición ante los empresarios. “No hubo enojo con el ministro. Lo que hubo fue desconcierto, porque si la única manera de paliar el déficit fiscal es con aumento de impuestos, vamos mal”, señaló Miguel Blanco, ex presidente del Coloquio.  

 

Marchas y contramarchas. A medida que pasan los días, y el dólar aumenta sin que ninguna de las medidas que toma el Gobierno den resultado, las disputas internas se agudizan. Hay algunos que están convencidos de que todo lo que se está haciendo está bien y que lo que hay es un problema con el relato. Otros, en cambio, reconocen una sostenida carencia tanto de la gestión como del relato.  

 

Los rumores de cambios de ministros siguen a la orden del día. Muchos son fogoneados desde el mismo oficialismo.   

 

La organización del acto por el 17 de Octubre mostró fisuras. La CGT –organizadora del acto oficial de manera virtual– viene haciendo lo imposible por mostrar unidad en el peronismo.

 

Lo dijo el propio Héctor Daer el jueves por la noche: “Queremos replicar el acto de La Pampa en forma unida con un volumen político que nos haga recuperar la esperanza”. Para la CGT ese movimiento incluye a CFK, aunque muchos peronistas no están tan seguros de eso. En otros sectores, en tanto, anida la necesidad de “recuperar la calle” luego del “banderazo” del pasado lunes 12 de octubre.

 

La lectura parcial que sobre esa manifestación hizo el Gobierno es inquietante. Apelar al remanido término de “destituyente” para  aplicarlo a los que se oponen al oficialismo habla de una falta de aprendizaje del pasado que no deja de sorprender. Escuchar decir cosas como “a esa gente la tenemos perdida; nunca estarán con nosotros” es lamentable.

 

“El kirchnerismo no tiene un problema con la clase media, lo tiene con todo aquel que piense distinto”, señala un analista que viene siguiendo con detalle la ponderación de la imagen del Presidente, cuya caída se confirma prácticamente en todas las encuestas.


La oposición también salió a la búsqueda de consensos. La unidad es la palabra más repetida en las últimas horas. Todo un indicador que habla a las claras de los problemas internos. La política vernácula es francamente paradojal. Se habla de unidad y lo que se hace, en verdad, es exactamente lo opuesto. Macri aportó lo suyo en la semana que pasó.

 

Fulminó a Rogelio Frigerio y a Emilio Monzó, dos de los integrantes de su gobierno que más hicieron por zanjar la grieta y encarar acciones en pos de lograr acuerdos sin los cuales esa gestión, que no tenía mayoría en la Cámara de Diputados ni en la Cámara de Senadores, no hubiera podido aprobar ni un solo proyecto de ley.

 

Mientras en el universo de la política la vida transcurre por los habituales carriles de la sinuosidad, la vida de la gente lo hace por andariveles más terrenales y dramáticos: se mezclan ahí el cierre de miles de pequeñas empresas y la falta de trabajo, la inflación con su incidencia sobre el precio de los alimentos que como siempre castiga a los más pobres, la inseguridad que cada día nos trae la historia de un asesinato que destruye familias y las deja sin sueños y sin proyectos, el submundo de la anomia que se vive en las tomas de terrenos donde se protege más a los intrusos que a su legales los propietarios, y un largo etcétera de un país que se ha transformado en un verdadero Reino del Revés “donde un ladrón es vigilante y otro es juez”.





lunes, 9 de septiembre de 2019

Llamen a Monzó… @dealgunamanera...

Llamen a Monzó…

Otra rosca, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes 

Macri lo convocó de nuevo y estaría en los planes de Alberto F. El segundo motor.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 08/09/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fin de semana pasado, el presidente  Mauricio Macri llamó a Emilio Monzó para que lo ayudara a “ordenar” la cámara. “Si Emilio está yendo hoy a ver a Mauricio es porque se lo está pidiendo por favor y porque está el país de por medio. Cuando no nos incluyeron en el cierre de listas nosotros decidimos quedarnos por el compromiso que asumimos, pero el 10 de diciembre a la noche se corta el lazo con Cambiemos”, afirman desde su entorno. Un poco tarde, Macri le transmitió al presidente de la Cámara que está muy descreído de los consejos de su entorno y que necesita de hombres como él y Rogelio Frigerio para poder establecer un diálogo serio con la oposición en este último y turbulento tramo. 

Muchos creen que Mauricio Macri no se repone del shock de las PASO, “está como el boxeador al que le dieron un golpe de knock out, sigue peleando, pero ya ni sabe en qué pelea está, si la pelea es terminar muy bien el gobierno, con el trabajo de estadista, de hombre que va más allá de los intereses reeleccionistas, pero por momentos el entorno le dice ‘vamos, campeón, vos podés’”, reflexiona un empresario de su entorno. 

Cambios. El lunes a las 9 de la mañana Marcos Peña convocó al comando de campaña. En los chats del Gobierno más de uno piensa que esa situación se puede revertir en octubre. “La gente está asustada por el regreso de CFK y ahora va a volver el voto para Macri”, augura un funcionario miembro de un grupo de WhatsApp.

Esa arenga, que en algunos días pareciera creer y en otros no, hacen que el discurso del Presidente vaya mutando. En la conferencia del miércoles en la AEA el discurso de Macri fue de despedida, enumeró hitos de su gestión, asumió errores y pidió disculpas. Empresarios presentes comentaban entre ellos: “Ya está de salida”, “tiene un día down”.

Sin embargo, el jueves, en su visita a Córdoba, manifestó que la elección “no existió”, se mostró optimista de cara a octubre. En los dos discursos se focalizó en la necesidad de estabilizar la economía.

Desde el punto de vista económico, la semana que pasó hubo un poco más de tranquilidad. Esto se dio fundamentalmente porque varios bancos con importantes posiciones en Argentina empezaron a analizar la posibilidad de una reestructuración de la deuda, y vista la debacle en la que está la deuda argentina –entre tenerla valuada al 30% y tener que dar pérdidas por más de 150 mil millones de dólares– se pusieron a trabajar, y entre el martes y el viernes llegaron más de veinte propuestas de reestructuración de la deuda por parte de los bancos extranjeros, que son los mismos bancos acreedores.

Para hablar de "Albertismo" tiene que construir sustentación propia: hoy todo es prestado.

También la semana que pasó, no fue bien recibido por el Gobierno que en España hayan tratado a Alberto Fernández casi como a un jefe de Estado. “Esperábamos más de los españoles, con todo lo que les dimos, pareciera que están haciendo campaña por Fernández”, sostienen voces cercanas al Gobierno.

Los empresarios españoles que fueron a sondear si era kirchnerismo o albertismo se fueron muy conformes, aseguró un argentino que estuvo allí.

En España, Alberto Fernández dijo que quiere armar su gabinete “con los mejores hombres, vengan de donde vengan”. Suenan nombres como Roberto Lavagna y Gustavo Béliz, pero nada está confirmado. “Alberto está tratando de reeditar el gabinete de Néstor Kirchner”, opina una voz del peronismo.

Lo cierto es que para poder hablar de “albertismo” Alberto Fernández tiene que construir base de sustentación propia, ya que hoy tiene todo prestado: La Cámpora, el massismo, los gobernadores. Si bien estratégicamente es un gran administrador de votos ajenos, tiene que empezar a generar alianzas que vayan más allá de la interna que tienen. Los gobernadores son el 40% del poder, después están La Cámpora y el massismo, y el “albertismo” tiene que hacer pie en algún lugar.

Monzó con todos. “Si Alberto Fernández hace un gobierno de unidad nacional y quiere rescatar a parte de la dirigencia que estuvo en Cambiemos, Emilio Monzó es la persona que representa eso. Emilio es la figura nacional que representa un gobierno de unidad nacional y tiene la autoridad moral de no deberle nada a Macri”, afirma un “monzoísta” de primer orden.

El error magistral de Macri en su gestión es salir a volar con un solo motor, el motor de la economía. Funciona bien la economía y ganamos. ¿Qué motor apagó y no usó? El motor político.

Para que a un gobierno le vaya bien es necesario volar con los dos motores. Así, si el motor de la economía falla a causa de la crisis estructural de la Argentina, la caída se evita si se tiene el motor de la política funcionando a pleno.

La política está para pasar tempestades, para cuando algo no funciona bien. Macri se empecinó en solo arreglar el motor de la economía y no usar otro motor, no hacer política. Creyó que con azuzar el fantasma de Cristina era suficiente para gobernar y para ganar la elección. 

Se compró el slogan de “el pasado no vuelve” como leimotiv de campaña y de gestión para acallar las críticas de quienes, desde el oficialismo, le advirtieron de la necesidad de rectificar el rumbo del Titanic del Gobierno. Finalmente, el iceberg apareció el 11 de agosto pasado.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.


domingo, 7 de abril de 2019

El voto anti-Macri… @dealgunamanera...

El voto anti-Macri… 

Massa o Menos. Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

El Gobierno no registra el disgusto, pero para la oposición CFK es un obstáculo.

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó el viernes el desembolso de 10.800 millones de dólares. Días atrás el Gobierno había pedido un waiver (perdón) por no contar con la información sobre las metas fiscales. Pese a la aprobación el FMI no autorizará a utilizar reservas líquidas para apaciguar corridas. Piden que mantengan déficit cero o cerca. Están muy preocupados por la caída de la recaudación, la baja actividad y una inflación que no cede. Obvio correlato en aumento de pobreza en el primer trimestre.

Mientras que el ministro Nicolás Dujovne afirma a inversores externos que tienen 70% de probabilidad de ser reelectos, hay convulsión interna en Cambiemos. Vuelven a circular rumores de desdoblamiento en la provincia de Buenos Aires –hoy las encuestas la dan por perdida–, mientras que en Capital dudan en hacer lo mismo.

Dujovne sigue hablando como si fuera un comentarista de la realidad. Hace acordar a sus tiempos de columnista en el programa de Carlos Pagni. “Estamos cómodos con este valor del dólar” será otra de las infelices frases por las que habrá de ser recordada su mala gestión. La frase en sí encierra una concepción centrípeta del poder. Lo que expresó es su comodidad con el dólar, pero ni siquiera preguntó si esa “comodidad” es compartida por la gente de a pie castigada por una inflación imparable a la que contribuye cada aumento del valor de la divisa estadounidense.

Luces amarillas. Hay un elemento en la cúpula del poder que no están evaluando adecuadamente: el creciente antimacrismo. Cuando estos sentimientos aparecen son muy difíciles de revertir. Y la calle, que siempre habla, está mostrando signos de no retorno. Y no es la calle de los piqueteros o de los que marcharon el jueves pasado al Congreso. En ese universo nunca hubo amor a Macri. Estamos hablando de muchos de sus votantes. El “me arrepiento de haberlo votado se escucha día a día con más frecuencia

A nadie puede sorprenderle: es mucha la gente a la que le está yendo mal. Y lo más preocupante es que ha perdido la esperanza de un futuro cercano mejor. No la tiene en Macri, ni tampoco en Cristina Fernández de Kirchner. Y lo notable –e inquietante– es que el informe del Banco Mundial que se conoció esta semana hace una proyección coincidente: si no produce cambios de importancia, es poco probable que en un eventual segundo gobierno Macri pueda generar las condiciones para el despegue de la economía.

Está claro que Mauricio Macri está decidido a ser candidato, pero no es visto con buenos ojos que tenga que estar confirmándolo todas las semanas y que todas las semanas se vuelva a rumorear un plan B. La conferencia realizada durante la visita a Gualeguaychú es un ejemplo de ello: “Vidal es tan buena que la queremos poner en todos lados… pero ella va a ser candidata a gobernadora”.

El llamado “plan B” hablaría de una generosidad política que Mauricio Macri no tiene, dar un paso al costado y dejar al que mejor mida no está en sus planes. Quienes lo conocen desde sus inicios de gestión en CABA afirman que su modo es “pongamos todos la trucha y si perdemos, perdemos todos y nos vamos todos”; este modus ahora se traduciría en “o gano yo o perdemos todos”.

CFK divide. La semana que pasó mostró a un Sergio Massa más cercano al peronismo; el miércoles se reunió en Escobar con un grupo de intendentes de Unidad Ciudadana. “El principal límite que puede tener el crecimiento de una tercera opción es la proximidad con el kirchnerismo”, afirma un ex armador del Frente Renovador.


El electorado de la potencial tercera vía no es compatible con el de Cristina Kirchner. El voto a ella es un voto durísimo, hay que recordar que ingresando al Congreso del PJ a principios de marzo Eduardo “Wado” de Pedro lanzó un tuit: “Llamamos a conformar un gran frente opositor sin exclusiones, e invitamos a Sergio Massa y a los gobernadores peronistas a dirimir roles y candidaturas en las PASO”, que recibió comentarios en contra. El votante kirchnerista no quiere saber nada con Massa.

Ese mismo límite es el que llevó a Roberto Lavagna a correrse del esquema de Alternativa Federal. “Yo no soy Alternativa Federal, yo soy Consenso 2019no voy a ir a una interna peronista”, declaró el jueves en una entrevista radial.

Los gobernadores van a terminar sus elecciones y recién después van a mirar qué hacer. En ese sentido, Schiaretti le dijo a Lavagna: “Yo lo único que le pido, Roberto, es que hasta que nosotros no resolvamos nuestras elecciones no nos pidan definiciones, nosotros no tenemos problema en recibir a todos, pero para ganar en las provincias necesitamos el voto de todos y para eso nos tenemos que ‘descontaminar de lo nacional'".

Internismo. Los únicos gobernadores que se sientan a negociar son los de la UCR.

De Alfonsín a Duran Barbapor Jorge Fontevecchia

La noche del jueves reunió en un restaurante de Recoleta a María Eugenia VidalMarcos PeñaRogelio Frigerio y Horacio Rodríguez Larreta con los gobernadores Alfredo Cornejo y Gerardo Morales. En esa jornada se trató de recomponer la relación UCR- Cambiemos. Además, se definió que la Convención Radical se realizará a fines de mayo; en principio no hay riesgo de ruptura con Cambiemos, ya que el sector opositor –liderado por Ricardo Alfonsín– no tiene ni el 15% de los votos de la Convención y no logra con ese porcentaje que el partido otorgue libertad de acción. Del ofrecimiento de una vicepresidencia solo corren rumores.

Mientras tanto, el silencio de Cristina Fernández de Kirchner la hace crecer en las encuestas, aunque algunos sostienen que “el día que hable se cae”. Está utilizando la misma estrategia de 2017, la elección silenciosa.

El silencio también abundó en el Congreso Nacional frente a las declaraciones de la diputada Graciela Camaño: “Pónganse a trabajar, el pueblo está con problemas, por si no se dieron cuenta”.

Cuando se va perdiendo en la guerra, es necesario negociar la paz, muy por el contrario a lo que sucede en la Argentina: el país del mañana mejor que nunca llega.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.





martes, 6 de noviembre de 2018

Jugada Peligrosa... @dealgunamanera...

Jugada Peligrosa...

El hincha, Mauricio Macri. Foto: Pablo Temes

Como si tuviera poco con el país y la interna, el Presidente se ocupa de crearse problemas.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 03/11/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Todo fue un bochorno. Hablamos del episodio generado por Mauricio Macri al involucrarse de manera absolutamente inconsulta en la histórica final que por la Copa Libertadores jugarán Boca y River.

El tuit del Presidente difundido minutos antes de las ocho de la mañana del viernes, en el que presentó como un hecho casi consumado el complejo tema de la concurrencia de las hinchadas visitantes a cada uno de los dos partidos, dio pie a un entremés de enredos que lo dejaron mal parado. 

Veamos lo que siguió: la respuesta del ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, diciendo que eso no era posible; las afirmaciones del presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, señalando por Radio Continental que eso no era posible, postura que luego se supo era compartida por su par de Boca, Daniel Angelici; Macri hablando nuevamente –esta vez con Paulo Vilouta en Radio La Red– diciendo que la ministra de Seguridad  de la Nación,Patricia Bullrich, estaba avanzando a paso firme en la concreción de la iniciativa; Macri otra vez –ya en la tarde en una nota con FOX–, y ante la negativa persistente de los clubes expresó que todo quedaba supeditado a lo que decidieran Boca y River. 

Esta secuencia –que no incluye el ida y vuelta de opiniones opuestas, las conversaciones a las apuradas, el desconcierto de Horacio Rodríguez Larreta, las discusiones entre el ministro Ocampo y la ministra Bullrich, el azoramiento de ministros que no entendían nada de lo que estaba sucediendo–, tienen un valor que va más allá de la anécdota.

Offside. Primero porque el Presidente ha quedado mal parado y segundo porque este sainete –u “opereta”, según los gustos– ha sido una exhibición de tono patética de uno de los problemas clave de la metodología de gestión del gobierno de Macri: la falta de coordinación y comunicación que existe entre sus funcionarios.

La respuesta negativa de la gente no se hizo esperar. Y no hubo aquí diferencias ideológicas. Las redes fueron inundadas con cataratas de críticas contra el Presidente. Desde "paren con las cortinas de humo" –hasta “dejen de emplear la Policía para estas cosas”– le marcaron al Gobierno el pulso de la calle. Una calle que destila malhumor y angustia por doquier.

El episodio hizo acordar inmediatamente al del discurso de un minuto y 37 segundos que Macri pronunció el 29 de agosto pasado, cuando anunció el acuerdo –que luego se supo aún no estaba cerrado– con el Fondo Monetario Internacional. La pregunta que muchos –dentro y fuera del Gobierno– se hacen es: ¿quién decide estas cosas? ¿Es el Presidente por sí solo o es la idea de algunos de los “genios” de la comunicación que pululan en su entorno? 

¿Alguien evaluó el demérito de la autoridad presidencial que producen episodios como ésteLa pregunta es: ¿actúa por sí solo o es la idea de alguno de los "genios" de su entorno?

Sensibilidades. 

La interna política en Cambiemos sigue intensa. Hace 15 días hubo una iniciativa –para muchos, una operación– muy fuerte de María Eugenia Vidal marcando diferencias con el gobierno nacional, a causa de la quita de los 19 mil millones de pesos correspondientes al Fondo de Ayuda al Conurbano. En esa geografía heterogénea, con lugares en donde la pobreza y la indigencia se enseñorean desde hace décadas, se verifica un aumento significativo de la concurrencia de gente a los comedores barriales, escolares y parroquiales. Como la ofensiva de Vidal tuvo una fuerte repercusión, desde la Casa Rosada se puso en marcha una contraofensiva: a la gobernadora –a quien no pueden ni quieren tenerla enojada– le darán esa suma en obras públicas. Y para demostrar que “está todo bien” hubo primero la foto de Vidal con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y después el encuentro con Macri en Trenque Lauquen, que también tuvo sus bemoles ya que el intendente, Miguel Fernández, estaba en los Estados Unidos y tuvo que volver de urgencia al país, porque cuatro días antes tenía al equipo de la Presidencia armándole todo el acto.

Claro que esto tuvo consecuencias en el resto de las provincias. Hay quienes piensan que ésa fue la causa del sorpresivo reclamo de los 100 mil millones de pesos en compensación por la eliminación del Fondo de la Soja que hicieron ocho gobernadores, verdadero dolor de cabeza para el Gobierno, en su afán por cumplir su compromiso con el FMI, necesita tener aprobada la Ley de Presupuesto para fin de mes.

Pero no es la relación de Vidal con el gobierno nacional el único tema que agita la interna de Cambiemos. Con el amaine de la "tormenta cambiaria", algunas de las viejas prácticas del oficialismo se han reavivado. Una de ellas es la endogamia política que lleva al PRO a comportarse como si fuera la única fuerza que compone Cambiemos. 

Es la línea Marcos Peña –personaje que en público menciona la palabra diálogo hasta el hastío, pero que en los hechos no dialoga con nadie que no piense como él– quien ahora, desde la sombra, se opone a la concepción más aperturista de Vidal y Rodríguez Larreta. En esta línea está también Emilio Monzó, actual presidente de la Cámara de Diputados, que fue –es– un hombre clave en el manejo de los debates más calientes y complejos que debió enfrentar el oficialismo en los últimos meses.

De hecho, fue él quien evitó que se cayera la crucial y dramática sesión de la Cámara Baja en la que se le dio media sanción al Presupuesto 2019. En un reciente almuerzo que tuvo con los cinco integrantes de su equipo de colaboradores en Escobar, les ratificó que dejará la presidencia de la Cámara, pero que no se irá de Cambiemos. "De ahora en más, Emilio no callará nada. Hará como Carrió", sostienen desde su entorno. Monzó está convencido de que ésa es la única manera de armar algo más amplio que asegure el triunfo del oficialismo en las elecciones de 2019.

Costillas contadas. 

Donde la tormenta no amaina es en la investigación por los aportes “truchos” a la campaña de Cambiemos en las elecciones del año pasado.

En la semana que pasó el juez a cargo del caso, Ernesto Kreplak, citó a 24 personas que hicieron aportes en el lapso de dos horas en el Banco Nación de Recoleta. Hasta ahora solo comparecieron cuatro personas. De esas cuatro, ninguna reconoció haber hecho ese depósito ese día en ese lugar; dos negaron haber hecho cualquier tipo de aporte de campaña y otros dos reconocieron haberlo hecho, pero en otras condiciones: ambos son del partido de Hurlingham y los aportes los hicieron al equipo de campaña de quien entonces era candidato a intendente –Lucas Delfino– y consistieron en comprar lugares en una mesa de una cena de recaudación de campaña. Es decir que ni siquiera los que reconocieron haber aportado lo hicieron a través de esa sucursal del Banco Nación. ¿Es ésta la “transparencia” de la que habla Cambiemos?

Producción periodística: Lucía Di Carlo.


(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com





viernes, 28 de septiembre de 2018

Rogelio Frigerio: "La clase media argentina perdió la confianza en el Gobierno"… @dealgunamanera...

Rogelio Frigerio: "La clase media argentina perdió la confianza en el Gobierno"…

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, negó que el Gobierno haya presionado a los gobernadores para que no participen de un encuentro de sectores de la oposición. Fotografía: Noticias Argentinas

El ministro del Interior, aseguró que "el tiempo que dure la recesión económica dependerá de la confianza que el gobierno pueda restablecer en los próximos meses".

© Publicado el viernes 28/09/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El ministro de Interior, Rogelio Frigerio, admitió que la clase media argentina "ha perdido confianza" en el gobierno, pero confió en que será recuperada mediante el retorno a la "agenda de desarrollo y crecimiento".

"El acuerdo es muy importante, probablemente el acuerdo más importante que haya tenido alguna vez un país con el FMI, y nos va a permitir garantizar un programa financiero durante todo nuestro mandato", manifestó Frigerio.

"La Argentina no va a tener la necesidad de salir a pedir prestado casi durante un año y medio. Esto va a despejar mucha dudas en el mercado respecto a nuestro país y, lo más importante, va a poder abrir mercados para las provincias, los municipios y para el sector de la producción", añadió.

"La Argentina no va a tener la necesidad de salir a pedir prestado casi durante un año y medio"

En declaraciones publicadas hoy por el diario El Cronista el ministro del Interior aseguró que además resulta necesaria la aprobación del presupuesto 2019 con déficit cero para después cumplirlo.

"Si tenemos un acuerdo que disipa las dudas sobre nuestro programa financiero, un presupuesto votado por el congreso que despeja fantasmas sobre nuestra solvencia fiscal, vamos a poder retomar nuestra agenda de desarrollo y crecimiento", expresó.

"Lo importante es que Argentina tenga el presupuesto. Que se de una discusión seria respecto a un presupuesto con equilibrio, en donde los ingresos del Estado alcancen para cubrir los gastos", agregó.

Frigerio aseguró el tiempo que dure la recesión económica dependerá de la confianza que el gobierno pueda restablecer en los próximos meses.

"Hay que aceptar que hemos perdido esa confianza, en especial la de la clase media, y recuperarla para el 2019", indicó.


"Hay que aceptar que hemos perdido esa confianza, en especial la de la clase media"

"Una parte de esa confianza se restablece con cuestiones concretas como el acuerdo con el Fondo, para nuestro frente financiero, y con un acuerdo en el presupuesto, para nuestro frente fiscal. Vamos a hacer todos los esfuerzos para que la recesión dure lo menos posible", añadió.


Asimismo, el ministro destacó que el Gobierno mantendrá una mirada especial sobre los sectores más vulnerables y los que menos defensas tienen frente a la crisis y también "políticas específicas para retomar lo más rápido posible la senda del crecimiento". 



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