Mónica
Fein: "No queremos el Estado burocrático y prebendario que hoy tenemos en la
Argentina"
La presidenta
del Partido Socialista, Mónica Fein propone ejes para el desarrollo de una
izquierda democrática reformista, progresista y republicana.
La presidenta del
Partido Socialista, hace un balance de los avances en su gestión y define los
objetivos para el próximo año. En el horizonte, un futuro de progreso, de
movilidad social ascendente, de desarrollo, de empleo de calidad, un futuro
sustentable.
© Escrito por Mónica Fein (*) el jueves 17/02/2023 y publicado por el
Periódico Digital La Vanguardia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
República Argentina.
En 126 años, ser
la primera presidenta del Partido Socialista es uno de los mayores honores de
mi vida política. Además, electa por el voto directo y con el primer Comité
Nacional paritario. Asumí el primer mandato y ahora la prórroga con el desafío
de dar al Socialismo una voz protagónica. Es un momento político muy complejo
del país donde pareciera que no hay espacio para matices y el diálogo para
encarar un proceso de desarrollo e inclusión real.
Pero este período al frente del
socialismo es un proyecto colectivo. Al frente del partido hay un equipo que
combina la experiencia con la renovación, que trae una nueva agenda, que
impulsó el protocolo contra las violencias de género, que pone sobre la mesa el
debate del ambientalismo, la diversidad, el rol de las juventudes. Además,
construyendo un programa progresista desde la Alianza Progresistas para las Américas,
desde ciudades y comunas, desde cada provincia y desde el Congreso Nacional.
En esta construcción, la agenda de las
mujeres y de la igualdad de género es prioridad. Por un lado, urge la
aprobación de un Sistema Nacional de Cuidados. Es imperioso dar visibilidad a
todo ese trabajo no remunerado del cual nos hacemos cargo principalmente las
mujeres, para poder no sólo reconocerlo económicamente, sino también para
establecer políticas que remuevan las barreras que aún existen y que impiden la
real igualdad entre varones y mujeres.
Pese a los cambios que se ven, las
mujeres aún enfrentamos muchas dificultades para lograr el pleno desarrollo de
nuestro proyecto personal por la doble o a veces triple carga de las tareas de
cuidado y el empleo fuera de ese ámbito.
PREVENIR LOS FEMINICIDIOS
Por otra parte tenemos que avanzar
hacia un cambio profundo en lo que respecta a las masculinidades y cómo cierta
concepción muy arraigada en la sociedad impacta en los altos niveles de
violencia de la cual las mujeres somos las principales víctimas. Siguen siendo
alarmantes los números de femicidios en todo el país y pareciera que el Estado
no encuentra las herramientas para prevenirlos, para atender a las víctimas y
para garantizar una vida libre de violencia.
Es un momento político muy complejo del país
donde pareciera que no hay espacio para matices y el diálogo para encarar un
proceso de desarrollo e inclusión real.
En tercer lugar tenemos que avanzar en
la representación política de las mujeres. A pesar de haber ido alcanzando una
representación paritaria, las mujeres seguimos ausentes de los espacios de
decisión real. Es cierto que hoy la sociedad ya no tolera una foto de
dirigentes sólo varones. Pero tampoco se resuelve con la inclusión decorativa
de mujeres. Queremos que esa inclusión sea efectiva, se dé en los espacios de
definición real de las políticas, los acuerdos y los presupuestos.
Como ejemplo de esos avances del
socialismo y las mujeres, soy responsable de la Presidencia de la
Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Y, pese a que hay un virtual
bloqueo por los antagonismos entre los bloques mayoritarios, hemos logrado
tender puentes e incluir las voces de actores sociales para construir acuerdos
en respuesta al VIH, los análisis para detectar las patologías congénitas, un
marco legal a la enfermería, regular las residencias médicas y acompañar a
pacientes y familias que atraviesan la atención de diversas patologías.
UN NUEVO SISTEMA DE SALUD
El horizonte está en buscar los
consensos para un nuevo sistema de salud, que fortalezca el sector público, que
coordine con los prestadores de obras sociales para garantizar el acceso en
igualdad de condiciones a las personas entendiendo a la salud como derecho y
permita el desarrollo laboral de los equipos de salud. Un sistema integrado y
federal de salud
Pero es cierto que vivimos un avance de
las derechas al tiempo que la propuesta socialdemócrata tiene retrocesos en
todo el mundo. Estamos en un momento de enorme polarización en detrimento del
diálogo para construir un modelo de desarrollo que garantice la igualdad de
oportunidades para todas las ciudadanas y ciudadanos. Debilita a las opciones
de izquierda democrática como la nuestra y la búsqueda de coaliciones
progresistas.
Queremos un nuevo Estado, participativo,
cercano, no el Estado burocrático y prebendario que hoy tenemos.
El debate se reduce a cero Estado
versus Estado paternalista omnipresente. Son dos caras de una misma moneda que
busca reducir libertades, la capacidad de decidir de las personas, impedirles
el acceso a la educación y la salud de calidad, que son claves para poder
construir el propio proyecto de vida autónomo. Proponen estar a merced de una
dádiva de parte de algún líder o alguna lideresa “iluminada” o el sorteo de un
sueldo a lo Milei para ver quién se salva solo. Son el empleo precarizado y el
plan sujeto a la voluntad de algún puntero.
REFORMISTA, PROGRESISTA Y REPUBLICANA
Desde el socialismo queremos construir
otro modelo. Un modelo que no niega la existencia del mercado ni su fuerza para
la innovación y la creación de valor, pero que cree en un Estado que promueva
la emancipación, la libertad de conciencia, las libertades individuales, pero
que no deja de ver la concentración de la riqueza y las desigualdades que
conlleva un mercado sin controles, sin un Estado presente. Allí siempre hay
espacio para esa propuesta reformista, progresista, republicana.
Tenemos que poder generar las
condiciones para que esa propuesta recupere su lugar en nuestro sistema
político, como síntesis de las contradicciones que conlleva la confrontación
permanente Una síntesis superadora que proponga al pueblo un futuro de
progreso, de movilidad social ascendente, de desarrollo, de empleo de calidad,
un futuro sustentable. Y nuestro país tiene todo para lograrlo.
El socialismo siempre ha pensado para
la Argentina que el empleo sea la variable que agrega valor, donde la
honestidad sea una práctica cotidiana en la política y en cada ámbito. Que la
movilidad social ascendente devuelva la perspectiva de futuro que se ha perdido
con un Estado con un sistema de protección social robusto y sólido. Queremos un
nuevo Estado, participativo, cercano, no el Estado burocrático y prebendario
que hoy tenemos.
No tengo dudas que si encontramos esos
espacios de diálogo, si son honestos y sinceros, si logramos esos compromisos,
hay un futuro maravilloso para el país.
Desde nuestro origen impulsamos la
transformación del Estado, legislación para proteger los derechos de las y los
trabajadores, para garantizar que el capital no explote a las clases
trabajadoras, para prevenir y sancionar la trata de personas y la violencia de
género.
Impulsamos un sistema integral de
cuidados o de licencias por paternidad o maternidad. Pero también reformas a la
regulación del teletrabajo, el necesario debate para la construcción de un
sistema integrado de salud, la implementación de programas para el acceso de
niñas, niños y adolescentes a la educación, en momentos de alta deserción sobre
todo después de la pandemia.
PROYECTOS PARA CADA TERRITORIO
Siempre desde el socialismo, desde cada
experiencia de gobierno o parlamentaria, hemos impulsado la creación de
espacios institucionales de consenso como espacios de diálogo, debate y
consenso real donde la sociedad civil, los partidos políticos, las fuerzas
productivas y los sindicatos encontremos los pisos básicos de acuerdo que
permitan al país salir del estancamiento actual.
Pero para eso se necesita visión
estratégica, se necesitan proyectos. Se necesita pensar en las futuras
generaciones y no en las próximas elecciones. No tengo dudas que si encontramos
esos espacios de diálogo, si son honestos y sinceros, si logramos esos
compromisos, hay un futuro maravilloso para el país.
No me resigno a pensar que la Argentina
es un país o una democracia fallida. Como decía Hermes Binner no hay
territorios sin futuro, hay territorios sin proyecto. Debemos construir esos
proyectos y deben tener un consenso mayoritario, para que realmente se
transformen en un punto de inflexión y nos encaminemos hacia ese proceso de
desarrollo y bienestar para nuestra gente.
(*) Presidenta del Partido Socialista y Diputada Nacional. Fue Intendenta de la ciudad de Rosario.