Las formas importan…
Las formas importan…
Gesto sin efecto. Antes de que lo echen…
“Lo que más duele es la pluma...’” Dibujo:
Pablo Temes.
La rana y el escorpión…
Quien fue designado para salvar la situación, ahora puede ser sacrificado a mitad del río.
© Escrito por Nelson
Castro el sábado 11/02/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.
Nada,
absolutamente nada de lo prometido por Sergio Massa a Cristina Fernández de Kirchner viene
cumpliéndose. Lo salva del vapuleo de la vicepresidenta una sola circunstancia:
el kirchnerismo no tiene ninguna otra alternativa. No hay figuras de peso.
Muchos menos economistas de carácter técnico, dispuestos a inmolarse y perder
su prestigio como lo hizo el actual viceministro Gabriel Rubinstein. Cuando la vice ató su suerte
a la del ex intendente de Tigre quemó las naves. La indomable inflación horada
no sólo los bolsillos de todos los argentinos sino también las esperanzas
electorales del oficialismo. No está claro cuán consciente de ello es Alberto Fernández.
La ex presidenta en funciones, en cambio, lo tiene claro. Sabe que, si hoy se
votara, el Frente de Todos contra Todos pierde. Por eso viene agitando el bluff
de su proscripción. Es una excusa que le viene como anillo al dedo para
rechazar su candidatura presidencial. No puede correr ese riesgo. Claro que en
el kirchnerismo nada es definitivo, pero, hasta el momento, CFK se mantiene firme en su negativa. Una muestra de
esa firmeza podrían serlo los afiches que voces calificadas del kirchnerismo
dicen haber visto con la candidatura presidencial de Eduardo “Wado” de Pedro,
el ministro del Interior con quien el Presidente no se habla.
Esos afiches, llevarían también la postulación de Axel Kicillof a la reelección
a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. En el ideario actual de CFK,
su objetivo principal es retener el territorio bonaerense, para mantener una
cuota de poder que le permitiría no sólo complicar la gestión de un eventual
gobierno de No tan Juntos por el Cambio sino, además, tener dominio sobre el
peronismo.
Mientras tanto, la gestión de Alberto
Fernández sigue siendo la representación de un grotesco interminable. En la
entrevista que le concedió en su programa de Radio Urbana a María O’Donnell,
dijo cosas desopilantes. Una de las que hará historia es el reconocer que con
el ministro De Pedro –nada menos que de la cartera de Interior– no habla y que
gobierna con los ministros que puede. En cualquier gobierno con parámetros de
funcionamiento basados en la lógica y el sentido común, si un ministro no
respeta la autoridad del Presidente que lo designó tiene como único destino la
renuncia.
Está claro, pues, que la única persona que puede echarlo del Gobierno es la
propia CFK. Ante tamaña exhibición de falta de autoridad, la única alternativa
que encuentran los gobernadores peronistas es el sálvese quién pueda. Por eso
varios de ellos decidieron vaciarle la convocatoria a la mesa política a la que
AF convocó al peronismo para el próximo jueves 16. Es curioso que varios de los
que le exigieron que aceptara esta iniciativa de CFK son los mismos que se la
están boicoteando, empezando por la mismísima expresidenta en funciones y su
hijo Máximo.
Ante esta
realidad, el Presidente se empecina en mostrar su desastrosa gestión en un
dechado de errores que “no hicieron daño a la gente”(sic) y aciertos. Parece
que se olvidó de miles de muertos que hubo durante la pandemia por su
caprichosa decisión de no autorizar la compra de las vacunas de Pfizer. También
podríamos mencionar que una de sus primeras decisiones luego de sentarse en el
sillón de Rivadavia fue borrar de un plumazo, la fórmula de movilidad
jubilatoria implementada en tiempos de Cambiemos y la instauración de un nuevo
sistema que terminó haciéndole perder plata a los jubilados. “Los errores
fueron honestamente cometidos” –sostuvo. Entonces –al menos–, debería pedirle
la renuncia a todos los funcionarios que terminaron por hacerle la vida más
difícil a los adultos mayores. El daño es directo y mensurable.
The show must go on.
El juicio político a los miembros de la Corte Suprema sigue su curso con la admisión de los cargos
presentados. Pero ahora hay un dato clave que está mucho más claro. Cristina no
puede permitir que el proceso llegue a su fin y culmine en el recinto, porque
sabe que sería un nuevo fracaso para su colección personal. La señora
quiere que la investigación quede abierta para sostener en el tiempo el manto
de sospecha sobre el Máximo Tribunal. En su cabeza y en la de toda el ala dura
del oficialismo, una Corte enjuiciada tiene como efecto directo desacreditar
los fallos que la condenan.
En el centro de prensa montado en la sala contigua a la que alberga el proceso,
el propio diputado ultra K Rodolfo Tailhade se encargó de gritarlo a los cuatro
vientos ante los micrófonos de los medios oficialistas: “Nadie nos va a venir a
marcar los plazos ni las definiciones, tenemos tres años para decidir y hacer las
presentaciones correspondientes”. La jugada está consumada. El tema
difícilmente llegue al recinto.
Entre tanto despropósito
institucional –que también condiciona la economía– una nueva espada de Damocles
se ciñe sobre los planes del ministro Sergio Massa. Es un secreto a voces que
la inflación de enero podría superar el 6%. Un número que lo obligaría a
recalibrar el GPS, justo cuando la embestida del kirchnerismo contra su figura
vuelve a recrudecer.
Es como el cuento de la rana y
el escorpión. Quien fue designado como un posible salvoconducto, podría ser
sacrificado en la mitad del río, antes de llegar a la orilla. Más aún cuando el
superministro se sostiene en un frágil equilibrio cimentado sobre la ya
mencionada falta de candidatos.
Esta historia continuará...
Inmoralidad. Palabras vs. Realidad…
Los últimos acontecimientos muestran que la máxima oficial podría ser: “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Santiago Cafiero tiene agendado un encuentro en Washington para este miércoles 18 con Antony Blinken, secretario de Estado y hombre de confianza del presidente de los Estados Unidos Joseph Biden. El objetivo del gobierno argentino es convencer a los funcionarios de la Casa Blanca de sus esfuerzos para cerrar un acuerdo con el FMI y lograr algún tipo de apoyo.
¿Cuál es el as en la manga del canciller argentino para embarcarse en esta cruzada? Ninguno. Lleva en su valija una catarata de excusas, promesas y buenas intenciones que chocan de frente con la realidad.
El oficialismo viene generando una colección de hechos bochornosos e inaceptables a los ojos de Washington y de cualquier país razonable. En los últimos meses, el gobierno de Alberto Fernández y de su jefa, Cristina Fernández de Kirchner, viene apoyando y alineándose con países que sistemáticamente violan las libertades individuales y los derechos humanos.
Al asumir la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), implícitamente convalidó los regímenes antidemocráticos y totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por supuesto que las consecuencias no tardaron en llegar.
Para la asunción del dictador Daniel Ortega celebrada en Managua el gobierno argentino fue representado por el embajador en Nicaragua, Daniel Capitanich. Ese acontecimiento dio pie a una de las aberraciones de política exterior más grandes de los últimos tiempos.
Durante el acto de reasunción de Ortega, Capitanich, compartió la ceremonia con Mohsen Rezai, funcionario iraní acusado de ser uno de los autores intelectuales del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), hecho por el cual pesa sobre él una alerta roja de Interpol. El embajador debió haberse retirado y denunciado su presencia para pedir su captura, algo que no hizo. Horas más tarde, y luego de la alerta y las quejas de toda la oposición, el Gobierno emitió un tibio comunicado de repudio.
“Se ha especulado con el posible desconocimiento, la impericia y hasta la falta de profesionalismo del embajador argentino en Nicaragua para afrontar la situación. Nada de esto me parece acertado. Hay una decisión geopolítica de alinearse con estos países, y se tuvieron que tratar el sapo del iraní. Una vergüenza internacional” –aseguró un diplomático de carrera disgustado por los hechos.
Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. El caso de la titular del PAMI Luana Volnovich que fue grabada por turistas argentinos veraneando en el Caribe Mexicano junto a su pareja y número dos de la institución, Martín Rodríguez, es otro ejemplo de la doble moral que caracteriza al kirchnerismo.
En este caso, agravado
por la virtual acefalía en la conducción del PAMI en momentos en que la mayor
ola de calor golpea nuestro país.
El episodio de Volnovich exhibe la doble moral que
caracteriza al kirchnerismo
“Disfruten de las termas” había escrito la funcionaria en un tuit felicitando a un grupo de jubilados que viajaron a Mar del Plata y a Entre Ríos por el programa PreViaje impulsado por la obra social de los adultos mayores.
También se los escuchó mandar a los jubilados a disfrutar de los parques y vacacionar en las plazas, una muestra que no sorprende.
¿Está mal que un funcionario público se tome vacaciones? Por supuesto que no. Lo que choca de frente con la ética y despierta la indignación de la gente es el abandono y el doble discurso.
El propio presidente Alberto Fernández había pedido a sus funcionarios que veraneen en el país. Por otra parte, el PAMI es deficiente en sus prestaciones, y las quejas de los adultos mayores se multiplican día tras día: el programa de atención domiciliaria no funciona como corresponde. Hay problemas con la asignación de turnos para diferentes especialidades.
Faltan los medicamentos oncológicos y todo tipo de insumos en hospitales de la institución, entre muchas otras falencias. Nada de ello se refleja en los videos a puro disfrute de sus directores, en el Caribe. Cabe señalar, además, que la propaganda kirchnerista ya no puede ocultar tamaño descontrol. La referencia de Volnovich a la utilización del PreViaje por parte de un grupo de jubilados es una excepción y no la regla. Un jubilado que gana la mínima –siete de cada diez– no puede acceder con 29 mil pesos de haberes ni a un PreViaje, ni a pagar los costos de servicios de su vivienda, ni a sus medicamentos ni a la canasta básica de alimentos. Los jubilados son los castigados de siempre.
En un gobierno con
apego a buenos principios morales, Luana Volnovich y su pareja Martín Rodríguez
habrían sido inmediatamente expulsados de sus cargos. “Debieron haberse ido hace rato. Junto con
Victoria Donda son de lo más flojo que tiene esta gestión. Volnovich sabe que
su poder es prestado. Duerme bajo la frazada de La Cámpora y es sano que la
gente lo tenga bien claro” –dijo con disgusto un funcionario del riñón
albertista, que prefirió no opinar ante la consulta sobre un posible pedido de
renuncia.
Responsabilidades compartidas y falta de límites en una gestión de doble comando donde el poder no emana de quien tiene la firma.
El mismo criterio debería aplicarse para con el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. “Tiene otra capacidad de gestión, otro compromiso y otro volumen político”, sostienen quienes lo defienden dentro del Gobierno. La inmoralidad dentro del oficialismo no tiene límites.
“Basta de pelearnos” dijo el Presidente ante un grupo de empresarios el jueves pasado.
Curiosa afirmación de quien encabeza un gobierno que lo único que hace es confrontar con todos todo el tiempo.
Idas y vueltas. Acuerdos que no llegan…
“Vidala para mi
sombra” María E. Vidal. Dibujo: Pablo Temes.
El Gobierno aleja al país del
mundo y la oposición mantiene viva su división entre halcones y palomas.
Escrito por Nelson Castro el sábado 08/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Se habló y discutió durante más de diez días. La idea inicial del
Gobierno era que el ministro de Economía, Martín Guzmán expusiera
ante los gobernadores y jefes de bloque de la oposición sobre lo actuado en la
negociación con el Fondo Monetario.
Una forma de evacuar
dudas, pero sobre todo, de comprometerlos de algún modo en los pasos a seguir
para alcanzar un acuerdo que cada vez se torna más lejano. La invitación
dividió las aguas de No Tan Juntos Por el Cambio. En el PRO halcones y palomas
definieron que participarían en una reunión virtual antes del encuentro de la
mesa nacional de la coalición que tuvo lugar el jueves. El tema también se
discutió con vehemencia en la cumbre opositora y hasta ameritó el envío de un
comunicado oficial en el que confirmaron su asistencia, pero reclamaron al Gobierno
que “traiga información concreta sobre cuáles son los pasos a seguir para que
la Argentina retome el camino de crecimiento”. Sin embargo, el convite con el
ministro entró en una nebulosa sin fecha y lugar definidos al menos hasta la
tarde del viernes.
La cumbre de los líderes
de la oposición estuvo lejos de ser amable. Germina allí un empeño inentendible
por transitar el camino de la borrasca. Otra vez, el blanco de las críticas fue
el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, quien había dicho días atrás y
públicamente que: “la deuda la contrajimos nosotros, lo
menos que podemos hacer es ir a escuchar a Martín Guzmán”. Sus
palabras sonaron como un tiro por elevación a Mauricio Macri y su gestión ya
que los radicales cercanos a Morales siempre se sintieron –y con justa razón–
al margen.
“Los desplantes y pases
de factura a esta altura no conducen a nada. Parece que las heridas de algunos
no cierran. Nosotros aprendimos de nuestros errores ya es momento de mirar para
adelante”–dijo un dirigente del PRO apuntando directamente contra el jujeño.
También es cierto que Morales se ha venido mostrando intransigente en casi
todas las negociaciones que le ha tocado encarar y eso empieza a ser un
problema señalado por todos en el equipo amarillo.
“Siempre habrá temas por
discutir y acordar, pero empieza a preocupar ese resentimiento que termina
siendo disfuncional para todos. La unidad no está en discusión, pero necesita
de cierta armonía. No se puede vivir en un terremoto constante” –dijo otro
referente de la oposición más cercano al radicalismo disconforme con los
últimos vaivenes del partido.
Finalmente –y a
destiempo– María Eugenia Vidal habló.
Dijo que en su gobierno no se armaban causas y condenó los dichos de su ex
ministro de Trabajo Marcelo Villegas: “La expresión no constituye
delito, pero es absolutamente repudiable e injustificable”. Aclaró además, que
ya se pidieron las disculpas del caso y que se inicia el “camino de la
reparación”.
Insuficiente.
Todos estamos de acuerdo en
que gremialistas de la talla del Pata Medina hicieron mérito propio para tener
que dar explicaciones a la Justicia. Pero también es cierto que episodios que
involucran espías, funcionarios e intendentes, terminan sin una explicación
lógica y corren el riesgo de convertir en víctimas a los victimarios. Vidal
solo se limitó a decir que la AFI deberá dar explicaciones por lo ocurrido. Una
condena muy tibia para una agrupación oscura que estaba espiando a su propio
gobierno.
En el Frente de Todos
contra Todos las aguas parecen calmas. Es tan solo una apariencia. No solo por
las evidentes dificultades para cerrar un acuerdo con el FMI sino porque
parecen haber vuelto los cruces y declaraciones públicas entre los dos bandos
del oficialismo. Alberto Fernández había dicho que “no se puede hacer política
con la pandemia”. Debería recordárselo a Nicolás Kreplak, el impulsivo ministro
de Salud bonaerense que responde al Instituto Patria.
En medio del pico de
casos de Covid-19 y
del colapso de los centros de testeo el gobierno nacional habilitó –con buen
tino– el uso de autotest hogareños para descomprimir esa situación. En este
marco, el Dr. Kreplak no perdió la oportunidad para salir a decir públicamente
que los test rápidos de antígeno “son peligrosos porque se hacen sin capacitación
y tienen muchas dificultades”.
Más allá que la
discusión sobre las dificultades y falta de certezas sobre los autotest existe,
hubo en la declaración del ministro una intencionalidad política evidente.
“Olvidate, ya sabemos que nos van a venir a marcar la cancha cada vez que
puedan. Sobre todo Kreplak y Daniel Gollán en todo lo referido al virus y
Kicillof y sus amigos en todo lo referente a la economía” –asumió una fuente
parlamentaria cercana al Presidente.
Hacia el abismo.
Alberto
Fernández dio otro paso en
dirección al precipicio al asumir la presidencia de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La convalidación de los regímenes
antidemocráticos y totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua que se hace
desde esa organización, habla de por sí, de su inconsistencia e
intrascendencia. ¿Aceptaría AF vivir en un país donde a los opositores se los
persigue y se los encarcela? Seguramente no.
Entonces, ¿por qué calla ante semejante flagrancia? En la visión del pseudoprogresismo que encarna el kirchnerismo los abusos y violaciones de los derechos que se cometen en regímenes dictatoriales de izquierda son tolerables. Los de derecha, en cambio, no. He aquí una demostración clara del relativismo moral. Por lo demás, es poco probable que el gobierno de Joe Biden se sienta particularmente atraído por ayudar al gobierno de la Argentina.
“El presidente Fernández parece no
comprender cómo funcionan las cosas aquí” –comentaba en la fría mañana de
Washington un importante funcionario de carrera del Departamento de Estado.
Si lo que el Gobierno
pretende es alejar a la Argentina del mundo, hay que reconocer que lo viene
logrando con creces.