Errores
del Gobierno. Desaguisados continuos…
“¡Hi, friends¡” Santiago
Cafiero. Dibujo: Pablo Temes.
Menú de la semana: el amañado viaje de Cafiero a
EE.UU., la carta de CFK, el caso Volnovich y dólar por las nubes.
© Escrito por Nelson Castro 22/01/2022 y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
El
Gobierno negocia contra reloj con el FMI para
reestructurar la deuda de 44 mil millones de dólares que tomó la administración
de Mauricio Macri en
2018. Las cosas no van bien y el canciller Santiago Cafiero viajó a Washington con
el objetivo de intentar abrir un diálogo con el ala más política de la
administración de Joe Biden.
Mantuvo una
reunión con el secretario de Estado, Antony Blinken, y un encuentro con la demócrata Nancy Pelosi,
presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso.
El objetivo de avanzar con el ala política
tiene su razón de ser en negar con palabras todo lo que el gobierno argentino
viene ratificando en los hechos: que la Argentina no apoya los regímenes
totalitarios de la región y que no busca alianzas económicas con Rusia y China.
El “compañero Biden” y los suyos pueden ser
pacientes y diplomáticos pero no son ciegos, sordos ni mudos. El ala
técnico-económica más dura de su gobierno, que sigue de cerca los movimientos
erráticos de la política internacional argentina, tampoco. Con el papelón del
embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, como telón de fondo, es imposible tapar el sol con las
manos y cualquier apoyo de los EE.UU. para cerrar un acuerdo con el FMI parece
una ilusión por estas horas.
En el oficialismo –como de costumbre– toman
lo que les conviene de cada encuentro para construir el relato que necesitan.
He ahí el caso de algunos de los funcionarios del ala más “blanda” de Biden que
fueron, diplomáticamente hablando, “condescendientes” pero muy duros y
concretos en sus demandas: para apoyar un acuerdo con el Fondo, el gobierno de
Biden pide lo mismo que el Fondo, es decir, un plan económico con un rumbo
concreto y un programa sólido de crecimiento en el mediano plazo. Algo que no
existe y que el ministro de Economía, Martín Guzmán, no puede dibujar con un
poco de su “sarasa”. Un viaje que, a todas luces, nos sitúa en el punto de
partida.
Un funcionario importante del Departamento
de Estado, que sigue con mucha atención el “caso argentino”, no salía de su
sorpresa ante la interpretación que el canciller Cafiero hizo de sus
conversaciones en Washington. “Lo que se le dijo al ministro es lo de siempre:
la administración Biden está esperando un plan concreto. Sin eso, no hay
posibilidad de hacer nada. nadie puede apoyar la nada”. Tal afirmación no hace
más que repetir lo que escucharon el Presidente y los ministros Cafiero y
Guzmán en la última reunión del G-20 en Roma.
Por eso no fue casualidad que en este contexto adverso Cristina
Fernández de Kirchner haya reaparecido
con una nueva carta culpando de todo a Macri.
“Dicen no pocos científicos, que la pandemia del Covid-19 estaría llegando a su
fin. ¡Ojalá! Igualmente sigamos cuidándonos. Lo que nosotros sí sabemos es que
en Argentina lo que nunca se va acabar es lo que nos pasó –y nos pasa– por la
pandemia macrista, cuando en el año 2018 Macri trajo al FMI de vuelta a la
Argentina”.
Es cierto que la administración macrista contrajo una deuda millonaria
muy difícil de saldar, pero la maniquea forma de ver la realidad de CFK es
parte de la política del relato a la que apela constantemente el kirchnerismo.
La misiva representa una fenomenal banalización de la pandemia que, en la
Argentina, lleva ya contada una pérdida de más de 120.000 vidas.
Muestras en contra.
Todo en el
Gobierno es un compendio de desaguisados. La imposibilidad de Alberto Fernández
de echar a la titular del PAMI, Luana Volnovich, a causa de sus escandalosas vacaciones en el Caribe en
compañía de su pareja, Martín Rodríguez, quien –oh causalidad– es su segundo, es otra muestra de
ello.
Primero hubo malestar en el Gobierno. Luego
trascendió que se estaba evaluando su salida. Más tarde se barajó que el que se
iría sería su pareja. Finalmente tanto Volnovich como Rodríguez seguirán en sus
cargos. Ahora pesa sobre ellos la denuncia de la diputada de Juntos y
presidenta de Confianza Pública, Graciela Ocaña, por incumplimiento de los
deberes de funcionario público por haber dejado acéfala la institución, entre
otras cosas.
Pero para el Gobierno el tema está
terminado. La portavoz de la Presidencia, la ignífuga Gabriela Cerruti, lo
aseguró con mal gusto e ironía ante la prensa: “El tema crónica de viajes está
terminado, no da para más (. . .)
Pasemos a
otro género”. ¿Será consciente del triste papel que hace cada vez que se para
detrás del micrófono?
El pedido a Rusia no
correspondido para que se detenga a Moshen Rezai, el funcionario iraní de alto rango acusado de ser el
autor intelectual del brutal atentado terrorista aún impune contra la AMIA, lo
deja a AF en una posición muy incómoda a días de su viaje a Moscú para
entrevistarse con Vladimir Putin. La respuesta de la policía de la Federación
Rusa, que depende de Putin y que exhibe comportamientos brutales de persecución
política similares a los aplicados en la época de la ex URSS que en nada
diferían de los practicados en la era de los zares, fue que el vicepresidente
nunca había ingresado en territorio ruso, algo falso.
Si faltaba algo para hacer más complicado
el viaje a Rusia del Presidente es la creciente tensión generada en la frontera
con Ucrania, en donde se prenuncian sones de guerra.
Mientras tanto, la realidad muestra su cara
más dura y la divisa norteamericana volvió a tocar un récord impensado, por lo
prematuro, de $ 219 en su cotización libre. Las principales causas son la falta
de confianza para cerrar un acuerdo con el FMI, la constante emisión monetaria
y la presión inflacionaria, que hace que quien pueda huya del excedente de
pesos.
En ese marco, el kirchnerismo intenta
desesperadamente crear cortinas de humo que desvíen la atención de la
ciudadanía de este aquelarre. Eso es lo que representa el proyecto de la vuelta
del “Fútbol para Todos” en un país en el que falta educación, falta trabajo,
falta seguridad, falta estabilidad económica, faltan viviendas, en muchos
lugares falta el agua corriente y cuando hay unos pocos días en los que hace
mucho calor, falta la electricidad.