Pato rengo volador…
10 de diciembre de 2015.
Ante la creciente posibilidad de una foto así, los K se concentran en hacer
realidad invertida aquello de “Kirchner Chirolita de Duhalde”. Foto: Facundo
Iglesias
Una estrategia utilizada por Menem en 1998 se repite
ahora con Cristina Kirchner.
“Yo tengo claro a quién voy a responder. Hasta el 10 de diciembre recibo
órdenes de la Presidenta. Y a partir del 10 de diciembre recibiré órdenes de
Cristina Kirchner.”
[Funcionario con estabilidad en el cargo]
En 1998, Menem atemorizaba a la oposición –y a parte del oficialismo– con
su “re-re”. Nunca se produjo esa segunda reelección, pero casi hasta el final
de su mandato el ex presidente logró mantener en vilo a la sociedad haciéndole
creer que podría conseguir que la Corte Suprema interpretara la reforma
constitucional de 1995 de manera que le permitiera ser candidato a presidente.
El mismo truco se repite ahora. Primero, y durante un tiempo, se hizo creer
que Cristina Kirchner lograría modificar la Constitución para poder
re-reelegirse. Cuando esa posibilidad se hizo inverosímil, se pasó a que la
Presidenta quisiera que el peronismo perdiera en 2015 para quedar ella como
jefa de la oposición y volver después de que explotaran todas las bombas
económicas que plantaría.
Cuando las encuestas comenzaron a mostrar que el peronismo aun –o más aun–
sin Cristina como candidata podía ganar las elecciones de 2015, la “hipótesis
disciplinante” fue que la Presidenta impediría que Scioli participara de las
PASO y/o que le daría un apoyo a Randazzo de tal contundencia que lo hiciera
triunfar en las internas.
Y, en la medida en que se hace inevitable para los kirchneristas aceptar
que Scioli tiene grandes posibilidades de ser electo presidente, la “hipótesis
disciplinante” es que Scioli quedará totalmente condicionado por las centenas
de funcionarios nombrados por el kirchnerismo que continuarán después de 2015:
jueces, fiscales, procuraduría, Banco Central, Afsca, Aftic, etc.; además de
los legisladores camporistas.
¿Por qué, a pesar de su repetición, sigue funcionando el truco del “pato
rengo volador”? Porque les sirve tanto a los oficialismos como a las
oposiciones. Al oficialismo, para mantener controlados a todos el mayor tiempo
posible. Y a la oposición, para poder mostrarse a sí misma como una alternativa
salvadora frente a una dictadura. Ambos ganan con ese terrorismo (light)
psicológico. También muchos medios de comunicación, porque las malas noticias
siempre llaman más la atención (en eso PERFIL tampoco puede ser una excepción).
A veces, para mentir a los otros más efectivamente, el gobernante precisa
creérselo él también. Algo que en este caso es más fácil porque en el poderoso
el deseo de congelar el futuro es una tentación tan atávica como imposible,
expresada desde la construcción de pirámides hasta las fantasías de vender el
alma al diablo.
La experiencia de 32 años de democracia muestra que nunca quienes surgieron
presidentes se comportaron en el ejercicio del Ejecutivo de la misma forma que
en el pasado, comenzando por la propia Cristina, quien no siguió el modelo de
Angela Merkel del que hablaba cuando prometía más institucionalización. Hay
tantos motivos para creer que Scioli sería un presidente sumiso de una Cristina
Kirchner omnipresente como para lo contrario. El poder transforma, y el mejor
ejemplo es el apagado Bergoglio convertido en Francisco.
El poder es posicional; en instantes, un cambio de posición transforma a
soberbios en humildes y a humildes en todopoderosos.
Eso también vale para los 69 jueces, conjueces, fiscales y defensores que
designó el Gobierno el miércoles, o para los integrantes de la nueva Aftic
(Autoridad Federal de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones).
Sería terapéutico –tanto para los K como para los anti K– no comprar el
truco de la eternidad inmanente del poder. Y tener la humildad existencial de
reconocer que el futuro rara vez es como se lo planifica.
Además, aunque gobierne Scioli, el puño de hierro de la necesidad obligará
a escribir cambios en la economía que, lejos de profundizar el modelo, lo
reformarán.
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