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domingo, 14 de enero de 2024

El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei… @de...algunamaneraok

 El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei…

Patricia Bulrich y Javier Milei

El Presidente depende de la voluntad de un puñado de dirigentes, casta pura, para que su ley ómnibus sea aprobada. El trámite está encaminado pero eso implicará el desguace del proyecto escrito por Sturzenegger y que tiene rechazo en funcionarios del propio Gobierno. La demanda a Caputo y el reclamo para que la motosierra sea equitativa. El ránking que muestra Milei y la caída que tuyo su imagen tras el primer mes de gobierno.   

© Escrito por Pablo Ibáñez el domingo 14/01/2024 y publicado por el Periódico Digital elDiarioAR de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Las fuerzas del cielo que invoca Javier Milei son, fuera de TikTok, muy terrenales, responden al nombre de casta y operan desde una oficina del sexto piso de avenida Rivadavia. Con su lógica extrema, Milei presume que la maquinaria de poder que se activó para que su ley ómnibus avance en el Congreso es la prueba de que impuso su legado celestial, pero la verdad es bastante diferente: hay un esfuerzo descomunal del ecosistema político para darle una herramienta sin la cual su gobierno podría, muy pronto, naufragar. Esas son las fuerzas de la tierra.

Milei quizá no lo dimensione hasta que la Cámara de Diputados, probablemente el sábado 27, vote un texto que descuartizará la Biblia desreguladora que redactó Federico Sturzenegger“Mandó una ley ómnibus, le vamos a devolver una ley remise pero eso le va a alcanzar para andar”, ironiza un legislador que da por hecho que varios capítulos serán borrados, enteros, de un plumazo. “Que los otros temas los mande como leyes comunes y para tratar en ordinarias durante el año”, dicen en el despacho, fuera del Palacio, que es un vórtice de negociaciones contra reloj.

En Casa Rosada, como regla general, se afirma que Milei aceptará cambios que alteren el espíritu refundacional de la ley. Pero es un espíritu errante porque dentro del Gobierno hay posiciones antagónicas. Horacio Marín, el ex Tecpetrol que quedó al frente de YPF, hizo llegar el mensaje de que no está en su hoja de ruta privatizar la petrolera estatal. Al ANSeS, donde manda el cordobés Osvaldo Giordano, llegaron borradores de una nueva fórmula de actualización para ofrecer como variante a la propuesta original de eliminar esa pauta y darle discrecionalidad absoluta a Milei para la suba de jubilaciones. El dato intrigante es que esas propuestas circulan a través de Alejandra Torres, diputada por Córdoba y pareja de Giordano. 

Esa anarquía es casi una regla. En su visita a diputados, Patricia Bullrich anuló, in voce, el artículo 331 del proyecto oficial que proponía considerar como manifestación toda reunión de más de 3 personas en la vía pública. Lo hizo sin avisarles a los diputados de La Libertad Avanza (LLA) sobre esa decisión, lo que dejó en offside al bloque que preside Oscar Zago donde habían avanzado con una redacción aclaratoria que mantenía el artículo en pie. El rasgo común es que dentro del propio Gobierno hay objeciones y rechazos a la ley enviada por Milei. 

Equilibrio

El dato más extravagante es otro: el atajo para que Milei tenga una ley para bajar el déficit fiscal se nutre de un paper que confeccionó Sergio Massa cuando era ministro-candidato, la famosa separata del Presupuesto que proponía revisar un puñado de exenciones impositivas. Ese punteo es la llave para que el conglomerado opositor, sin Unión por la Patria (UXP), junte las manos para que Milei tenga una ley que no será, en gran medida, la ley que mandó pero le respetará un renglón esencial: la búsqueda del equilibrio fiscal.  

La suerte de la ley ómnibus depende de que LLA sostenga su pacto con el PRO y logre el apoyo de otros dos espacios, la UCR y Hacemos, que preside Miguel Pichetto y arma interbloque con los provinciales. Si se cae alguno de esos pilares, Milei se queda sin músculo. El único criterio en el que todos están de acuerdo es en darle a Milei una herramienta para bajar el déficit, pero no aceptan que eso se logre mediante la suba de retenciones a 15%, lo que consideran un impuestazo. La contrapropuesta es bajar retenciones a 7 u 8 puntos, pero incorporar, para compensar la diferencia, modificaciones que figuran en la separata massista. 

“Proponen eliminar la fórmula de actualización jubilatoria, pero no tocan los 90 millones de dólares que le subsidiarán a Mercado Libre este año. Es decir: quiere recortar las jubilaciones, pero le mantenemos los subsidios a Galperin”, explican en la trinchera opositora, y no del peronismo K, en referencia a la Ley de Economía del Conocimiento (LEC) que tiene una pauta para el 2024 de 137 mil millones de pesos que en un alto porcentaje beneficiarán a la empresa de Marcos Galperin. Son, claro, volúmenes distintos, pero se trata de una cuestión simbólica sobre por dónde pasa, y por dónde no, la motosierra. Figuran, también, la exención a depósitos bancarios y la dispensa sobre inmuebles rurales.
Separata  

El pedido para que Luis “Toto” Caputo vaya a Diputados tiene que ver con esto: que alguna autoridad de Economía valide, sea notificada y consultada, sobre un cambio en el renglón ingresos para no desarmar la hoja de ruta de reducción del déficit que el ministro ratificó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La suba de retenciones es un reclamo de los gobernadores que, además, anticiparon el rechazo a la reforma de la ley de Pesca, al que modifica la normativa sobre hidrocarburos -los patagónicos se reunirán, el miércoles, en el CFI- y avanza, además, una propuesta para impulsar una reforma para que coparticipar parte del impuesto PAIS. En 2023, la recaudación de IVA -que se coparticipa- aumentó un 214% y en el mismo período lo recaudado por impuesto PAIS rondó el 800%. “Nación rica, provincias pobres”, dice un gobernador que anticipa que la recaudación en las provincias estuvo por debajo de la inflación. “Más que la eliminación de Ganancias, vamos a sufrir la baja de recaudación por la caída de la actividad”, dice un mandatario a elDiarioAR. 

La foto de esta semana es que los bloques opositores, menos UxP y la izquierda, votarán en general la ley ómnibus pero en el tratamiento en particular el trámite será una carnicería y muchos capítulos quedarán en la nada. Un ejemplo: la reforma del Código Civil, un texto que la Corte Suprema trabajó durante diez años, ¿se va a reformar a sola firma, sin consulta con otros actores involucrados?

Milei tiene otro registro. La semana que pasó difundió, eufórico, un informe de la Fundación Libertad y Progreso, que dirige el ultra liberal Agustín Etchebarne, y que pronostica que Argentina escalará 90 puestos en el ranking de la libertad económica si entran en vigencia las reformas que incluyen el DNU y la ley ómnibus. Es el parámetro que guio la redacción de Sturzenegger y que generó reacciones múltiples de sectores que no descubrieron el porqué de algunas reformas, por caso La ley de Pesca, cuyas concesiones terminan a fin de año y donde todos los actores de la cadena se oponen, además de producir daños en otros aspectos: la potencial pérdida de más de 50 mil empleos y resignar exportaciones por USD 1.800 millones.

Informe de la Fundación Libertad y Progreso que elogió Mile
i.

El lado B de esas libertades se mide en la estampida de precios que pegó, todavía parcialmente, en diciembre y derivó en una inflación del 25,5%. Entre el arrastre y los aumentos que se vienen, enero estará en esos niveles o más alta, mientras que en febrero, dicen en Gobierno habría una primera baja del índice. Así y todo, Milei le confía a su entorno que el escenario de precios será muy duro hasta abril o mayo y que después esperará a “aliviar”, tras lo cual avanzará con una segunda etapa de medidas que incluirán la flexibilización del cepo y una baja de impuestos.

En medio vendrá una avalancha de aumentos. En Transporte trabajan para una suba del boleto de transporte automotor en el AMBA que lo llevará de los 77 actuales a 250 pesos, a la vez que revisan si se modifica la tarifa social que usa el 50% de los pasajeros. Esto produce una paradoja: al subir el boleto se dispara, en paralelo, un aumento de los subsidios porque uno de cada dos pasajeros tiene algún tipo de subvención. Algo similar ocurre con los subsidios a la energía: por la devaluación, se duplicó el costo de la generación y eso no se trasladó, todavía, a las facturas. A datos de enero, lo que paga el usuario cubre solo el 17% del valor de la energía. El próximo paso sería reducir de 400 a 200 el piso de kilowatts subsidiados. La invocación de subsidiar la demanda se topa, siempre, con una dificultad instrumental. 

La brecha entre inflación y salarios es la cuadratura del círculo libertario. En noviembre, antes de la devaluación dispuesta por Caputo, los salarios tuvieron un retroceso brusco que se agudizará en diciembre, tal cual refleja el último informe de Suramericana, la consultora del exministro Martín Guzmán. El interrogante es cómo será el proceso de reapertura de paritarias para tratar de compensar. Más que el paro y la movilización del 24 de enero, la gran batalla de los gremios será la renegociación salarial.

Salario vs. Inflación en noviembre. Fuente
Suramericana

El clima callejero empieza a migrar. La consultora Synopsis de Lucas Romero encontró que la inflación tocó el punto más alto en la preocupación social en los últimos ocho años. El dato debe cruzarse con otras percepciones: el 51% cree que Milei no logrará bajar la inflación y el 40% está dispuesto a darle un plazo máximo de tres meses para que dé señales de mejora en ese aspecto. Synopsis registró, además, un deterioro en la imagen del presidente: en 30 días, la negativa subió 10 puntos entre diciembre y enero -de 33,2 a 43,6- y la positiva cayó 3 puntos. 

El estudio aporta otros datos interesantes: Mauricio Macri es la figura del ecosistema no peronista que tiene peores niveles de imagen -57,2 de negativa-, lo que parece limitar la posibilidad de un protagonismo futuro y que puede explicar que el expresidente haya elegido a dos laderos, María Eugenia Vidal Diego Santilli, como las figuras que expresan el apoyo a Milei y que podrían, eventualmente, ser actores para un potencial “segundo tiempo” si el libertario debe hacerle un refresh a su gabinete. 

El otro dato tiene que ver con UxP y es que Axel Kicillof se despega, por su buena imagen, del resto de los actores del pan peronismo. El gobernador mide 10 puntos más que Cristina Kirchner y casi 15 puntos más que Massa. Shila Vinker encontró, en noviembre, que Kicillof empezó a tener mejores indicadores que Cristina lo que sugería que la jefatura y representación de ese sector parece migrar pero, además, que el gobernador logra interpelar a sectores donde Cristina no tiene adhesión.  

La galaxia del PJ tiene su propia frecuencia, entre la imposibilidad de bloquear leyes y un ruido interno a partir de silencios o movimientos autónomos como los del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, que además de empatizar con la Casa Rosada tendrá a una funcionaria suya, Yanina Martínez, en el equipo de Guillermo Francos, el ministro del Interior. “Tenemos que saber cuántos somos y quienes somos: si somos 6 gobernadores, vamos con eso pero es momento de empezar a discutir una estrategia que nadie tiene. Peor aún: nadie plantea la discusión sobre la necesidad de tener una estrategia”, apunta un dirigente bonaerense.

PI.



   

domingo, 17 de julio de 2022

Una agonía premeditada... @dealgunamaneraok...

 Una agonía premeditada... 

Propaladora del odio. Dibujo: Pablo Temes. 

El plan Batakis y su ortodoxia solo buscan calmar a los mercados y ganar tiempo. A la jefa no le conviene un colapso prematuro. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 16/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


La realidad demuestra con precisión quirúrgica los detalles del plan de subsistencia del Gobierno para llegar lo mejor posible a 2023. El plan Batakis consiste en dar señales de coherencia cercanas a la ortodoxia económica para corregir el rumbo del Titanic. Así lo acordó la ministra de Economía no solo con el presidente nominal, Alberto Fernández, sino, sobre todo, con la ex presidenta en funciones, Cristina Fernández de Kirchner. Batakis y CFK hablaron al menos en dos oportunidades. Sin embargo, está claro que la “excelentísima” tiene otros planes.

 

CFK es un animal político sin un pelo de ingenuidad. A la ministra de Economía la enviaron a dar las señales correctas a los mercados con la finalidad de ganar tiempo. A la jefa no le conviene el colapso prematuro. Una agonía premeditada cargada sobre las espaldas del presidente nominal sería un escenario viable, siempre y cuando la ex presidenta en funciones pueda resurgir durante los meses claves de la campaña electoral como la única líder política capaz de ordenar el desastre autoprovocado. “Ya lo tiene todo calculado. Está siempre un paso adelante, más activa que nunca, y sabe que todos la miran, no importa lo que diga el resto. Va a regular sus mensajes en el momento adecuado. La preocupación por su silencio y el de los suyos es siempre una señal de centralidad que la mantiene vigente”, apunta un peronista que sabe hacer equilibrio entre ambos lados del oficialismo.

 

Es una jugada de riesgo, ante la cual siempre está a mano el recurso de echarle la culpa a su criatura. La pelea política con el presidente nominal –fuente de toda desconfianza– no se ha resuelto y, especulaciones al margen, está claro que no se resolverá jamás. El furibundo tuit de CFK en la mañana del jueves, utilizando la cuenta del Senado, por medio del cual intentó desmentir la reunión del miércoles por la noche en la quinta de Olivos, en la que junto a AF y Sergio Massa se habló del tema de los ajustes tarifarios, fue producto de su enojo, causado por la filtración de la información cuya fuente todos coinciden en atribuirle al doctor Fernández. 

 

 

Todo esto no hace más que ahondar la falta de confianza hacia el Gobierno. Este es el principal problema que afecta la gestión de Batakis. En su peregrinar por ayuda y comprensión, hubo tensión en uno de los encuentros más dramáticos, como el que tuvo con los representantes de los bancos. Ahí se sinceró y expuso con crudeza que el iceberg forma parte del horizonte cercano del presente. Se topó allí con cuestionamientos y, principalmente, dudas. En el balance final, se llevó un apoyo que fue clave para sortear la licitación del miércoles pasado. Fue un auxilio que la ministra necesitaba para darle oxígeno al plan “vamos viendo” que viene ejecutando el Gobierno desde el momento mismo de su llegada al poder. 


 

En el kirchnerismo duro las opiniones hacia Batakis vienen siendo críticas. “Al final esto es lo mismo que quería hacer Guzmán. Ahora tenemos una ‘Guzmanita’”. Esto es algo de lo que se escucha por los pasillos del Instituto Patria.

 

Las consecuencias políticas del ajuste van erosionando la cohesión interna del Frente de Todos contra Todos. La necesidad de CFK de despegarse de este devenir cuesta abajo, que se ve reflejado en varios frentes, es desesperante. Uno de esos coletazos es el que se observa en el variopinto universo de las organizaciones sociales cooptadas por dirigentes políticos afines al oficialismo. La calle habrá de ser el escenario en donde se despliegue esa conflictividad creciente. Empujada por esta circunstancia, la misma CGT se ha visto obligada a ordenar una movilización para el 17 de agosto.    

 

El dólar blue rozando los 300 y el riesgo país por las nubes son un síntoma de esta realidad. El 5,3% de inflación de junio será anecdótico dentro de un mes, cuando el Indec publique los números de julio, mes clave por la disparada de precios y del dólar luego de la renuncia de Martín Guzmán. “En el Gobierno ya lo tienen claro. Pero esta vez tienen al culpable perfecto. Van a volver a cargar contra el ex ministro por su supuesta irresponsabilidad, al que tildaron de conspirativo y destituyente”, aseguró un economista que conoce al dedillo la película. Hicieron todo lo posible para limarlo, cansarlo, vaciarlo de poder y vencerlo; sin embargo, su rendición también será su culpa.


 

Sergio Massa, hábil piloto de tormentas, volvió a recobrar cierto grado de centralidad política al recuperar su silla en el triunvirato del poder, más parecido a una monarquía. Alberto Fernández resiste los cambios en el gabinete pero el tiempo lo empujará a lo inevitable. Massa, al igual que CFK, juega su propio partido. Un poco de orden para el caos para alimentar la ilusión de llegar mejor posicionado a 2023.

 

Los efectos nocivos de toda esta crisis los está sintiendo, como siempre, el ciudadano de a pie. Surge de esa realidad un nivel creciente de rechazo no solo hacia el oficialismo sino también hacia la dirigencia política en general. Una de las medidas que más indignación han producido en estas horas es el aumento salarial del 69% dispuesto por CFK y Sergio Massa para los empleados del Congreso. Además de consagrar un privilegio, esta disposición impacta en el salario de los legisladores, para cuyo cálculo se toma el cargo de director de alguna de las áreas del Congreso, que está encuadrado en la categoría 1, la más alta del escalafón. 

 

Hasta el momento de escribir esta columna, no se ha escuchado ninguna voz crítica hacia esta medida por parte de ninguno de los bloques opositores, con la excepción del diputado Florencio Randazzo y la diputada Graciela Ocaña. Es notable observar la disociación de la realidad de penuria por la que atraviesa la mayoría de la ciudadanía que exhibe la clase política en general. En un tiempo de ajuste drástico como el que se vive, el gasto político, que en la Argentina es muy alto, no deja de crecer. Que CFK siga cobrando su pensión como ex presidenta simultáneamente a la pensión de su difunto esposo, Néstor Kirchner, habla de una inmoralidad sin límites ahondada por el contraste con aquellos jubilados y pensionados sumidos en la miseria.

 

“Nadie piensa donde todos lucran, nadie sueña donde todos tragan” (José Ingenieros).



 

domingo, 10 de julio de 2022

El Titanic sigue su rumbo… @dealgunamaneraok...

 El Titanic sigue su rumbo…


El discurso de CFK en El Calafate buscó mostrar una tregua impostada, pero solo exhibió la personalidad patológica de la vice. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os. 



Las desavenencias entre el presidente y el vicepresidente tienen un rico historial en la Argentina que es producto esencialmente de las disputas de poder interna que, casi irremediablemente, se suscitan entre uno y otro.

 

Hay una dinámica psicológica y política que lleva esa relación a una tensión inevitable. Ambos son elegidos por el voto popular dentro de una fórmula que comparten que se rompe casi inexorablemente una vez que llegan al poder. Domingo Faustino Sarmiento le asignó a su vicepresidente, Valentín Alsina, la exclusiva y única tarea de tocar la campanilla en las sesiones del Senado. Esa es, en verdad, una de las dos tareas esenciales que le corresponde desempeñar al vicepresidente. La otra es la de reemplazar al presidente en caso de ausencia, enfermedad, inhabilidad, destitución o muerte. “¿Usted está preparada para ser presidenta?”, le preguntaron durante la campaña presidencial de 2008 a Sarah Palin, compañera de fórmula del candidato republicano, Jon McCain, que tenía entre sus antecedentes médicos haber sufrido un melanoma del cual se curó. La respuesta fue contundente: “Un vicepresidente debe, al fin y al cabo, estar preparado para ser presidente”.  

 

A lo largo de la historia de nuestro país, cinco fueron los casos en los que los vicepresidentes debieron hacerse cargo de la presidencia: Carlos Pellegrini por la renuncia de Miguel Ángel Juárez Celman en 1890; José Evaristo Uriburu por la renuncia de Luis Sáenz Peña en 1895; José Figueroa Alcorta por el fallecimiento de Manuel Quintana en 1906; Victorino de la Plaza por el fallecimiento de Roque Sáenz Peña en 1914; y Estela Martínez de Perón por el fallecimiento del general Juan Domingo Perón en 1974. Esto no fue todo. Las disputas entre presidente y vicepresidente estuvieron siempre presentes. Los casos de mayor tensión que desembocaron en crisis políticas fueron tres: el de Arturo Frondizi con Alejandro Gómez; el de Fernando de la Rúa con Carlos “Chacho” Álvarez y el de Cristina Fernández de Kirchner con Julio Cobos. Los dos primeros terminaron con la renuncia de los vices, y Cobos, hay que decirlo, jamás puso en peligro la estabilidad del gobierno de CFK.

 

Desde muy temprano el experimento electoral que la ex presidenta en funciones diseñó para ganar las elecciones no convenció. Fue un acto de astucia política para hacerle frente a la imposibilidad de arribar a la victoria a causa del rechazo que generaba su figura. Por lo tanto, los interrogantes aparecieron enseguida. Asomaba un gobierno bifronte que tenía muy pocas chances de gobernar con pericia y sensatez. Que la lapicera, que el poder, que soy la dueña de los votos, que no te hablo, que… En fin, una catástrofe anunciada.

 

Asistimos a algo inédito. Esta es la primera vez en la historia institucional de la Argentina que culmina con un golpe institucional dado por el vicepresidente. En los hechos, esto significa que, de ahora en más, la que manda es CFK. Ella es la que “revolea ministros”. Ella es la que habla. Ella es la que dice qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Ella dice qué es lo que hay que hacer y lo que no. “Alberto Fernández es el peor error de mi vida”, sigue diciendo a varios de sus interlocutores. 

 

 

En toda la dialéctica de la ex presidenta en funciones empleada en sus últimas peroratas quedó expuesta, una vez más, la esencia del kirchnerismo que es la contradicción y la mentira. “La renuncia de (Martín) Guzmán fue un acto de desestabilización”, sentenció en el acto en Ensenada a la misma hora en que el entonces ministro de Economía hacía conocer su renuncia vía Twitter. Olvidó decir que, horas antes, el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, había dicho que “ya no esperamos nada de Guzmán, la etapa de la moderación está acabada”.


A la crisis política autoprovocada sobrevino el desastre económico. La causa de este descalabro es política. El colapso de la economía es el síntoma inequívoco del fracaso de la política oficialista. Las consecuencias están a la vista. No hay precios para sectores básicos. En especial para un rubro tan sensible como el de los alimentos y las bebidas. Los productos incluidos en el plan de Precios Cuidados no existen. No hay. No se reponen. En los supermercados el racionamiento llegó al aceite y los faltantes hasta los lácteos. Ni hablar de los insumos industriales, ausentes luego del nuevo cepo a las importaciones. 

 

Gabriela Cerruti volvió a enojarse y erigirse en la guardiana –léase censora– del trabajo periodístico ante una pregunta muy atinada acerca de los rumores sobre las dudas respecto de la continuidad del Presidente realizada con todo fundamento por la colega Silvia Mercado.

 

Alberto Fernández navega sin rumbo por aguas embravecidas. Su agenda de la nada es una muestra de su capitulación. Máximo Kirchner lo vapuleó en su pobre discurso del jueves en Escobar. Allí le reprochó haberse abrazado a Guzmán. No fue solo eso: también blanqueó que, de ahora en más, es su madre la que está a cargo del Gobierno.    

 

“La primera conclusión resulta obvia: con Batakis no alcanzó. Quisieron apagar el incendio con un vaso de agua. La economía necesita de señales contundentes pero sobre todo inequívocas de parte de la política. Eso no está pasando”, aseguró un empresario que se siente acorralado por las restricciones. 

 

El esperado discurso de CFK de la tarde del viernes intentó mostrar una tregua impostada. Todo está igual que hace unos días. La personalidad patológica de la vice quedó expuesta –una vez más– en su intento por echarle la culpa a Martín Guzmán de todos los males. Incluso lo acusó de desestabilizador. El kirchnerismo es especialista en ver la paja en el ojo ajeno. ¿Acaso las tertulias palaciegas dignas de una canción de los hermanos Pimpinela no contribuyeron a generar un ambiente desestabilizador?

 

“Nada va a cambiar. Repartió culpas, se arrogó la potestad de llevar tranquilidad diciendo que no haría volar a ningún ministro y se dio el lujo de sostener ese tonito de superioridad para dar vuelta la página cuando sabe muy bien que hay heridas que no cierran. La tregua pende de un hilo”, deslizó un hombre cercano al Presidente.

 

El Titanic sigue su rumbo.




    

domingo, 3 de julio de 2022

CFK consiguió la ida de Guzmán. Déjà vu con rumbo de iceberg... @dealgunamaneraok...

 CFK consiguió la ida de Guzmán. Déjà vu con rumbo de iceberg... 

Filosa relación, ex ministro Martín Guzmán. Dibujo: Pablo Temes. 

La ofensiva de la Vicepresidenta agudiza los problemas del Gobierno. El ahora ex ministro pegó el portazo cansado de los desaires constantes. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.

 

Es la ilusión de omnipotencia preferida del kirchnerismo creer que tienen el poder de controlar todo restringiendo, prohibiendo y maltratando. Una película que ya hemos visto y que tuvo su capítulo más populista en tiempos del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Tiempo perdido. Pero la Vicepresidenta en funciones echó a rodar la cinta  y los fanáticos del libreto ideológico preparan las palmas para aplaudir, una vez más, el estrepitoso fracaso. 

La autora intelectual de este, uno de los peores gobiernos de la democracia, ordenó públicamente aplicar un duro cepo a las importaciones, acto seguido y en la misma línea, el Gobierno decidió prohibir las compras en cuotas con tarjeta en el exterior en los servicios puerta a puerta. Recordemos que en noviembre pasado había terminado con la financiación para pasajes y servicios turísticos fuera de nuestra frontera. 

“Van a seguir diciendo que no hay cepo y que las restricciones son un invento de la prensa o algún otro poder malvado pero ya nos hemos tropezado con esta piedra y sabemos que lo que sigue es más cepo y más ajuste. Por otra parte, entre la falta de planificación, de reacción y de criterio político, no les quedan muchas otras opciones. Van a dejar para lo último el dólar solidario para que la gente tenga la sensación de que puede comprar pero las medidas en ese sentido se van a profundizar”, aseguró un economista que conoce cómo piensan en el Gobierno.

La mano que mueve la lapicera

“No me gustaría estar en el lugar de Miguel Pesce pero tampoco me gustaría estar dentro del Banco Central. Quedan pocos pilotos de tormenta y encima no los escuchan. En una entidad de ese calibre necesitas tipos que las hayan pasado todas. No veo que eso esté ocurriendo y no se le puede echar la culpa a la línea, cada uno está cuidando su laburo en el medio de un descalabro generalizado por la falta de conducción política”, aseguró un ex funcionario del BCRA. 

“Creo que la fase moderada está agotada”, dijo el Cuervo Larroque para avivar la tensión en el Frente de Todos contra Todos. La división es lo que los mantiene vivos por estas horas. Horadar la imagen presidencial y agitar un operativo clamor para el regreso de “la jefa” es la nueva consigna de la estudiantina camporista. Sin embargo, hay otro movimiento que tiene lugar en el seno del peronismo. 

El encuentro de “la liga” de gobernadores peronistas hace una semana en provincia de Chaco es otro síntoma de una penosa realidad. Buena parte de los caciques provinciales se prepara para acercarse al Cristinismo de la mano de Jorge Capitanich y Axel Kicillof coincidiendo en banderas impulsadas por CFK como el pedido de las provincias para “descentralizar las políticas sociales”. No sería raro que la Vicepresidenta elija reconstruir su poder desde allí. 

El otro dato en la misma dirección es que los organizadores del acto por la conmemoración del fallecimiento del general Perón, se ocuparon de contar con la presencia de la mayor cantidad de intendentes del espacio. “Si alguien está pensando en una PASO debería entender que los deseos y la realidad no siempre van de la mano”, dijo una voz del Patria en clara alusión al Presidente.

Cristina se puso a gobernar

Impacto. Todo fue en vano. Una noticia inesperada sacudió la arena política. El ministro de Economía Martín Guzmán pegó el portazo interrumpiendo el ida y vuelta de la melodramática novela que vive el Ejecutivo. No lo hizo en cualquier momento, desairó con la noticia a la propia CFK minutos después de que la Vice le respondiera a Alberto Fernández en pleno acto. Las palabras de la jefa, que volvió sobre la metáfora de la lapicera, quedaron inmediatamente en el olvido.


“Es lógico que se vaya, no le iba a dar el gusto a Cristina de señalarlo de por vida como el culpable de la debacle del gobierno, una debacle que, ante todo, es política”, replicaron cerca del Presidente. 

A la hora de cerrar esta columna comenzaban las negociaciones febriles para ubicar al sucesor en Economía. La ofensiva de la ex presidenta en funciones no cesa. Ella tiene una noción clara del desastre en el que está sometido el gobierno del que forma parte. “No me hablen de Alberto Fernández. Es el peor error que he cometido en mi vida¨, se sinceró CFK ante uno de los interlocutores con el que habló hace unos días. Su enojo es creciente. Su preocupación abarca el presente y el futuro. 

Un sábado aciago para el Presidente. Un primer mandatario con pocas opciones, poco poder y, por supuesto, sin tiempo. El operativo clamor en pos de la candidatura presidencial de CFK lanzado desde La Cámpora es algo que desde esta columna se viene mencionando hace semanas. Es, en verdad, la única alternativa con la que cuenta el kirchnerismo. Ningún otro dirigente del peronismo tiene la envergadura política para liderar ese espacio ameboide que es hoy el peronismo. Lo significativo de lo expresado por el ministro Larroque es la reivindicación de las posturas chavistas del kirchnerismo que lo llevaron al fracaso. 

Los disparates que semana tras semana se le escuchan al Presidente superan con creces cualquier ficción. A ello contribuyen también los relatos de fantasía que intentan generar una épica que, en los hechos, son inexistentes. El abanico va desde decir que Alberto Fernández ¨lo paró en seco¨ al primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, hasta que ¨Macron me pidió que los ayude con el petróleo¨. Lo de Boris Johnson fue desmentido por el gobierno británico y lo del pedido del presidente francés fue lisa y llanamente un imposible: ¿Qué ayuda podría dar Fernández con el petróleo cuando aquí no hay gasoil para levantar la cosecha, realizar la siembra o transportar cualquier tipo de mercadería?  

Argentina está otra vez arriba de un Titanic con rumbo directo al iceberg.