El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei…
© Escrito por Pablo Ibáñez el domingo 14/01/2024 y publicado por el Periódico Digital elDiarioAR de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei…
Una agonía premeditada...
Propaladora del odio. Dibujo: Pablo Temes.
El plan Batakis y su ortodoxia solo buscan calmar a los mercados y ganar tiempo. A la jefa no le conviene un colapso prematuro.
© Escrito por Nelson
Castro el sábado 16/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.
CFK es un animal
político sin un pelo de ingenuidad. A la ministra de Economía la enviaron a dar
las señales correctas a los mercados con la finalidad de ganar tiempo. A la
jefa no le conviene el colapso prematuro. Una agonía premeditada cargada sobre
las espaldas del presidente nominal sería un escenario viable, siempre y cuando
la ex presidenta en funciones pueda resurgir durante los meses claves de la
campaña electoral como la única líder política capaz de ordenar el desastre
autoprovocado. “Ya lo tiene todo calculado. Está siempre un paso adelante, más
activa que nunca, y sabe que todos la miran, no importa lo que diga el resto.
Va a regular sus mensajes en el momento adecuado. La preocupación por su
silencio y el de los suyos es siempre una señal de centralidad que la mantiene
vigente”, apunta un peronista que sabe hacer equilibrio entre ambos lados del
oficialismo.
Es una jugada de riesgo,
ante la cual siempre está a mano el recurso de echarle la culpa a su criatura.
La pelea política con el presidente nominal –fuente
de toda desconfianza– no se ha resuelto y, especulaciones al margen, está claro
que no se resolverá jamás. El furibundo tuit de CFK en la mañana del jueves,
utilizando la cuenta del Senado, por medio del cual intentó desmentir la
reunión del miércoles por la noche en la quinta de Olivos, en la que junto a AF
y Sergio Massa se habló del tema de los ajustes tarifarios, fue producto de su
enojo, causado por la filtración de la información cuya fuente todos coinciden
en atribuirle al doctor Fernández.
Todo esto no hace más que ahondar la falta de confianza hacia el
Gobierno. Este es el principal problema que afecta la gestión de Batakis. En su
peregrinar por ayuda y comprensión, hubo tensión en uno de los encuentros más
dramáticos, como el que tuvo con los representantes de los bancos. Ahí se
sinceró y expuso con crudeza que el iceberg forma parte del horizonte cercano
del presente. Se topó allí con cuestionamientos y, principalmente, dudas. En el
balance final, se llevó un apoyo que fue clave para sortear la licitación del
miércoles pasado. Fue un auxilio que la ministra necesitaba para darle oxígeno
al plan “vamos viendo” que viene ejecutando el Gobierno desde el momento mismo
de su llegada al poder.
En el kirchnerismo duro
las opiniones hacia Batakis vienen siendo
críticas. “Al final esto es lo mismo que quería hacer Guzmán. Ahora tenemos una
‘Guzmanita’”. Esto es algo de lo que se escucha por los pasillos del Instituto
Patria.
Las consecuencias
políticas del ajuste van erosionando la cohesión interna del Frente de Todos
contra Todos. La necesidad de CFK de despegarse de este devenir cuesta abajo,
que se ve reflejado en varios frentes, es desesperante. Uno de esos coletazos
es el que se observa en el variopinto universo de las organizaciones sociales
cooptadas por dirigentes políticos afines al oficialismo. La calle habrá de ser
el escenario en donde se despliegue esa conflictividad creciente. Empujada por
esta circunstancia, la misma CGT se ha visto obligada a ordenar una
movilización para el 17 de agosto.
El dólar blue rozando los 300 y
el riesgo país por las nubes son un síntoma de esta realidad. El 5,3% de
inflación de junio será anecdótico dentro de un mes, cuando el Indec publique
los números de julio, mes clave por la disparada de precios y del dólar luego
de la renuncia de Martín Guzmán. “En el Gobierno ya lo tienen claro. Pero esta
vez tienen al culpable perfecto. Van a volver a cargar contra el ex ministro
por su supuesta irresponsabilidad, al que tildaron de conspirativo y
destituyente”, aseguró un economista que conoce al dedillo la película.
Hicieron todo lo posible para limarlo, cansarlo, vaciarlo de poder y vencerlo;
sin embargo, su rendición también será su culpa.
Sergio Massa, hábil piloto de tormentas, volvió a recobrar cierto grado
de centralidad política al recuperar su silla en el triunvirato del poder, más
parecido a una monarquía. Alberto Fernández resiste los cambios en el gabinete
pero el tiempo lo empujará a lo inevitable. Massa, al igual que CFK, juega su
propio partido. Un poco de orden para el caos para alimentar la ilusión de
llegar mejor posicionado a 2023.
Los efectos nocivos de
toda esta crisis los está sintiendo, como siempre, el ciudadano de a pie. Surge
de esa realidad un nivel creciente de rechazo no solo hacia el oficialismo sino
también hacia la dirigencia política en general. Una de las medidas que más
indignación han producido en estas horas es el aumento salarial del 69%
dispuesto por CFK y Sergio Massa para los empleados del Congreso. Además de
consagrar un privilegio, esta disposición impacta en el salario de los
legisladores, para cuyo cálculo se toma el cargo de director de alguna de las
áreas del Congreso, que está encuadrado en la categoría 1, la más alta del
escalafón.
Hasta el momento de
escribir esta columna, no se ha escuchado ninguna voz crítica hacia esta medida
por parte de ninguno de los bloques opositores, con la excepción del diputado Florencio Randazzo y
la diputada Graciela Ocaña. Es notable observar la disociación de la realidad
de penuria por la que atraviesa la mayoría de la ciudadanía que exhibe la clase
política en general. En un tiempo de ajuste drástico como el que se vive, el
gasto político, que en la Argentina es muy alto, no deja de crecer. Que CFK
siga cobrando su pensión como ex presidenta simultáneamente a la pensión de su
difunto esposo, Néstor Kirchner, habla de una inmoralidad sin límites ahondada
por el contraste con aquellos jubilados y pensionados sumidos en la miseria.
“Nadie piensa donde
todos lucran, nadie sueña donde todos tragan” (José Ingenieros).
El Titanic sigue su rumbo…
© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.
Las desavenencias entre el presidente y el vicepresidente
tienen un rico historial en la Argentina que es producto esencialmente de las
disputas de poder interna que, casi irremediablemente, se suscitan entre uno y
otro.
Hay una dinámica psicológica y política que lleva esa
relación a una tensión inevitable. Ambos son elegidos por el voto popular
dentro de una fórmula que comparten que se rompe casi inexorablemente una vez
que llegan al poder. Domingo Faustino Sarmiento le asignó a su vicepresidente,
Valentín Alsina, la exclusiva y única tarea de tocar la campanilla en las
sesiones del Senado. Esa es, en verdad, una de las dos tareas esenciales que le
corresponde desempeñar al vicepresidente. La otra es la de reemplazar al
presidente en caso de ausencia, enfermedad, inhabilidad, destitución o muerte.
“¿Usted está preparada para ser presidenta?”, le preguntaron durante la campaña
presidencial de 2008 a Sarah Palin, compañera de fórmula del candidato
republicano, Jon McCain, que tenía entre sus antecedentes médicos haber sufrido
un melanoma del cual se curó. La respuesta fue contundente: “Un vicepresidente
debe, al fin y al cabo, estar preparado para ser presidente”.
A lo largo de la historia de nuestro país, cinco fueron
los casos en los que los vicepresidentes debieron hacerse cargo de la
presidencia: Carlos Pellegrini por la renuncia de Miguel Ángel Juárez Celman en
1890; José Evaristo Uriburu por la renuncia de Luis Sáenz Peña en 1895; José
Figueroa Alcorta por el fallecimiento de Manuel Quintana en 1906; Victorino de
la Plaza por el fallecimiento de Roque Sáenz Peña en 1914; y Estela Martínez de
Perón por el fallecimiento del general Juan Domingo Perón en 1974. Esto no fue
todo. Las disputas entre presidente y vicepresidente estuvieron siempre
presentes. Los casos de mayor tensión que desembocaron en crisis políticas
fueron tres: el de Arturo Frondizi con Alejandro Gómez; el de Fernando de la
Rúa con Carlos “Chacho” Álvarez y el de Cristina Fernández de
Kirchner con Julio Cobos. Los dos primeros terminaron con la renuncia de
los vices, y Cobos, hay que decirlo, jamás puso en peligro la estabilidad del
gobierno de CFK.
Desde muy temprano el experimento electoral que la ex presidenta en funciones diseñó para ganar las elecciones no convenció. Fue un acto de astucia política para hacerle frente a la imposibilidad de arribar a la victoria a causa del rechazo que generaba su figura. Por lo tanto, los interrogantes aparecieron enseguida. Asomaba un gobierno bifronte que tenía muy pocas chances de gobernar con pericia y sensatez. Que la lapicera, que el poder, que soy la dueña de los votos, que no te hablo, que… En fin, una catástrofe anunciada.
Asistimos a algo inédito. Esta es la primera vez en la
historia institucional de la Argentina que culmina con un golpe institucional
dado por el vicepresidente. En los hechos, esto significa que, de ahora en más,
la que manda es CFK. Ella es la que “revolea ministros”. Ella es la que habla. Ella es la que dice
qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Ella dice qué es lo que hay
que hacer y lo que no. “Alberto Fernández es el peor error de mi vida”, sigue
diciendo a varios de sus interlocutores.
En toda la dialéctica de la ex presidenta en funciones
empleada en sus últimas peroratas quedó expuesta, una vez más, la esencia del
kirchnerismo que es la contradicción y la mentira. “La renuncia de (Martín)
Guzmán fue un acto de desestabilización”, sentenció en el acto en
Ensenada a la misma hora en que el entonces ministro de Economía hacía conocer
su renuncia vía Twitter. Olvidó decir que, horas antes, el ministro de
Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque,
había dicho que “ya no esperamos nada de Guzmán, la etapa de la moderación está
acabada”.
A la crisis política autoprovocada sobrevino el desastre
económico. La causa de este descalabro es política. El colapso de la economía
es el síntoma inequívoco del fracaso de la política oficialista. Las
consecuencias están a la vista. No hay precios para sectores básicos. En
especial para un rubro tan sensible como el de los alimentos y las bebidas. Los
productos incluidos en el plan de Precios Cuidados no existen. No hay. No se
reponen. En los supermercados el racionamiento llegó al aceite y los faltantes
hasta los lácteos. Ni hablar de los insumos industriales, ausentes luego del
nuevo cepo a las importaciones.
Gabriela Cerruti volvió a enojarse y erigirse en la
guardiana –léase censora– del trabajo periodístico ante una pregunta muy
atinada acerca de los rumores sobre las dudas respecto de la continuidad del
Presidente realizada con todo fundamento por la colega Silvia Mercado.
Alberto Fernández navega sin rumbo por aguas
embravecidas. Su agenda de la nada es una muestra de su capitulación. Máximo
Kirchner lo vapuleó en su pobre discurso del jueves en Escobar. Allí le
reprochó haberse abrazado a Guzmán. No fue solo eso: también blanqueó que, de
ahora en más, es su madre la que está a cargo del Gobierno.
“La primera conclusión resulta obvia: con Batakis no alcanzó. Quisieron apagar el incendio con un
vaso de agua. La economía necesita de señales contundentes pero sobre todo
inequívocas de parte de la política. Eso no está pasando”, aseguró un
empresario que se siente acorralado por las restricciones.
El esperado discurso de CFK de la tarde del viernes
intentó mostrar una tregua impostada. Todo está igual que hace unos días. La
personalidad patológica de la vice quedó expuesta –una vez más– en su intento
por echarle la culpa a Martín Guzmán de todos los males. Incluso lo acusó de
desestabilizador. El kirchnerismo es especialista en ver la paja en el ojo
ajeno. ¿Acaso las tertulias palaciegas dignas de una canción de los hermanos
Pimpinela no contribuyeron a generar un ambiente desestabilizador?
“Nada va a cambiar. Repartió culpas, se arrogó la
potestad de llevar tranquilidad diciendo que no haría volar a ningún ministro y
se dio el lujo de sostener ese tonito de superioridad para dar vuelta la página
cuando sabe muy bien que hay heridas que no cierran. La tregua pende de un
hilo”, deslizó un hombre cercano al Presidente.
El Titanic sigue su rumbo.
CFK consiguió la ida de Guzmán. Déjà vu con rumbo de iceberg...
Filosa relación, ex ministro Martín Guzmán. Dibujo: Pablo Temes.
La ofensiva de la Vicepresidenta agudiza los problemas del Gobierno. El ahora ex ministro pegó el portazo cansado de los desaires constantes.
© Escrito por Nelson
Castro el sábado 02/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.
Es la ilusión de omnipotencia preferida del kirchnerismo creer que tienen el poder de controlar todo restringiendo, prohibiendo y maltratando. Una película que ya hemos visto y que tuvo su capítulo más populista en tiempos del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Tiempo perdido. Pero la Vicepresidenta en funciones echó a rodar la cinta y los fanáticos del libreto ideológico preparan las palmas para aplaudir, una vez más, el estrepitoso fracaso.
La autora intelectual de este, uno de los peores gobiernos de la democracia, ordenó públicamente aplicar un duro cepo a las importaciones, acto seguido y en la misma línea, el Gobierno decidió prohibir las compras en cuotas con tarjeta en el exterior en los servicios puerta a puerta. Recordemos que en noviembre pasado había terminado con la financiación para pasajes y servicios turísticos fuera de nuestra frontera.
“Van a seguir diciendo que no hay cepo y que las restricciones son un invento de la prensa o algún otro poder malvado pero ya nos hemos tropezado con esta piedra y sabemos que lo que sigue es más cepo y más ajuste. Por otra parte, entre la falta de planificación, de reacción y de criterio político, no les quedan muchas otras opciones. Van a dejar para lo último el dólar solidario para que la gente tenga la sensación de que puede comprar pero las medidas en ese sentido se van a profundizar”, aseguró un economista que conoce cómo piensan en el Gobierno.
“No me gustaría estar en el lugar de Miguel Pesce pero tampoco me gustaría estar dentro del Banco Central. Quedan pocos pilotos de tormenta y encima no los escuchan. En una entidad de ese calibre necesitas tipos que las hayan pasado todas. No veo que eso esté ocurriendo y no se le puede echar la culpa a la línea, cada uno está cuidando su laburo en el medio de un descalabro generalizado por la falta de conducción política”, aseguró un ex funcionario del BCRA.
“Creo que la fase moderada está agotada”, dijo el Cuervo Larroque para avivar la tensión en el Frente de Todos contra Todos. La división es lo que los mantiene vivos por estas horas. Horadar la imagen presidencial y agitar un operativo clamor para el regreso de “la jefa” es la nueva consigna de la estudiantina camporista. Sin embargo, hay otro movimiento que tiene lugar en el seno del peronismo.
El encuentro de “la liga” de gobernadores peronistas hace una semana en provincia de Chaco es otro síntoma de una penosa realidad. Buena parte de los caciques provinciales se prepara para acercarse al Cristinismo de la mano de Jorge Capitanich y Axel Kicillof coincidiendo en banderas impulsadas por CFK como el pedido de las provincias para “descentralizar las políticas sociales”. No sería raro que la Vicepresidenta elija reconstruir su poder desde allí.
El otro dato en la misma dirección es que los organizadores del acto por la conmemoración del fallecimiento del general Perón, se ocuparon de contar con la presencia de la mayor cantidad de intendentes del espacio. “Si alguien está pensando en una PASO debería entender que los deseos y la realidad no siempre van de la mano”, dijo una voz del Patria en clara alusión al Presidente.
Impacto. Todo fue en vano. Una noticia inesperada sacudió la arena política. El ministro de Economía Martín Guzmán pegó el portazo interrumpiendo el ida y vuelta de la melodramática novela que vive el Ejecutivo. No lo hizo en cualquier momento, desairó con la noticia a la propia CFK minutos después de que la Vice le respondiera a Alberto Fernández en pleno acto. Las palabras de la jefa, que volvió sobre la metáfora de la lapicera, quedaron inmediatamente en el olvido.
A la hora de cerrar esta columna comenzaban las negociaciones febriles para ubicar al sucesor en Economía. La ofensiva de la ex presidenta en funciones no cesa. Ella tiene una noción clara del desastre en el que está sometido el gobierno del que forma parte. “No me hablen de Alberto Fernández. Es el peor error que he cometido en mi vida¨, se sinceró CFK ante uno de los interlocutores con el que habló hace unos días. Su enojo es creciente. Su preocupación abarca el presente y el futuro.
Un sábado aciago para el Presidente. Un primer mandatario con pocas opciones, poco poder y, por supuesto, sin tiempo. El operativo clamor en pos de la candidatura presidencial de CFK lanzado desde La Cámpora es algo que desde esta columna se viene mencionando hace semanas. Es, en verdad, la única alternativa con la que cuenta el kirchnerismo. Ningún otro dirigente del peronismo tiene la envergadura política para liderar ese espacio ameboide que es hoy el peronismo. Lo significativo de lo expresado por el ministro Larroque es la reivindicación de las posturas chavistas del kirchnerismo que lo llevaron al fracaso.
Los disparates que semana tras semana se le escuchan al Presidente superan con creces cualquier ficción. A ello contribuyen también los relatos de fantasía que intentan generar una épica que, en los hechos, son inexistentes. El abanico va desde decir que Alberto Fernández ¨lo paró en seco¨ al primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, hasta que ¨Macron me pidió que los ayude con el petróleo¨. Lo de Boris Johnson fue desmentido por el gobierno británico y lo del pedido del presidente francés fue lisa y llanamente un imposible: ¿Qué ayuda podría dar Fernández con el petróleo cuando aquí no hay gasoil para levantar la cosecha, realizar la siembra o transportar cualquier tipo de mercadería?
Argentina está
otra vez arriba de un Titanic con rumbo directo al iceberg.