sábado, 9 de diciembre de 2023
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viernes, 8 de diciembre de 2023
Massa publicó sus números finales... @dealgunamaneraok...
Massa publicó sus números finales: asegura que Milei recibirá fondos para pagar sueldos, jubilaciones, aguinaldos y deuda...
Sergio
Massa (REUTERS/Adriano Machado)
El informe detalló que con el “roll-over de los
vencimientos en pesos programados para el mes de diciembre, el Tesoro Nacional
cuenta con los fondos necesarios para financiar el programa de pagos de dicho
mes”. Así, dejaría para gastos inmediatos casi $2,5 billones.
© Escrito por Sebastián Catalano el viernes 08/12/2023 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
“No hay plata”, dice Javier Milei, el presidente electo que asumirá el domingo los destinos de la Argentina. Lo repiten sus futuros
ministros y referentes de La Libertad Avanza, cada vez que pueden. Seguramente
ese será parte del eje central de su discurso de asunción.
En el que
quizás sea su último acto formal como ministro de Economía, Sergio Massa, quien perdió el balotaje
con el libertario, intenta desmentir esa idea de “caja vacía”. Esta mañana, en
medio del feriado, Economía emitió un informe, al que accedió Infobae, titulado “Estado de Situación
Financiera al cierre del año 2023 Diciembre, 2023″.
El breve paper, que realizó la
secretaría de Hacienda, hasta estas horas en manos de Raúl
Rigo –hay algunas versiones de que podría quedarse en el cargo, aunque
él lo desmintió– detalló que “es menester mencionar por parte de las autoridades
de este Ministerio que, bajo el supuesto de roll-over de
los vencimientos en pesos programados para el mes de diciembre, el Tesoro
Nacional cuenta con los fondos necesarios para financiar el programa de pagos
de dicho mes, teniendo en consideración que el 80% del gasto total está
representado por gastos prioritarios, tales como sueldos y salarios,
pasividades, programas sociales y subsidios económicos”.
Los números de Massa
Además, el documento, que firman Rigo y el propio Massa, destacó
que la tesorería cuenta con los fondos suficientes para encarar la compra de
divisas y atender las obligaciones por vencimientos del Estado argentino.
“Asimismo, la deuda flotante como porcentaje del PBI cumple con el monto establecido en el programa con el FMI, estando en línea con el promedio histórico. Finalmente, y siguiendo los principios de eficiencia, prudencia y programación presupuestarios que nos han regido a lo largo de la gestión; se ha constituido una reserva para financiar los gastos de los primeros días del año 2024, de manera tal de garantizar el normal funcionamiento de la Administración Pública Nacional”, dijeron Massa y su equipo.
El ministro
saliente con su gabinete
El documento,
de dos páginas, incluye un cuadro en el que se mencionan “Partidas prioritarias
cubiertas al cierre del año en curso”. Así, Massa asegura que le deja a la
administración que llega para sus primeros días de gestión, y con una previsión
a fin del mes de diciembre:
– $250.000 millones para
sueldo de la administración nacional;
– $235.000 millones para
aguinaldos;
– $1,48
billones para prestaciones sociales, pago asociados a jubilaciones, pensiones,
Potenciar Trabajo, Tarjeta Alimentaria, etc.;
– $328.000 millones para
“comprar divisas y atender la deuda pública”; y
– $200.000 millones para
“otros pagos”, entre ellos subsidios energéticos y de transporte.
Como informó este medio
días atrás, el último dato disponible de pagos atrasados del gobierno nacional sumaba 1,9 billones de pesos, según cifras
de la Tesorería General de la Nación, con información hasta fines de octubre.
Implica una estabilidad respecto a lo que registraba en septiembre, tras varios
meses de marcado incremento. De ese total, lo que correspondía a deudas de 2023
es la enorme mayoría, con 1,8 billones.
Luis Caputo
será ministro de Economía desde el domingo (Erica Canepa/Bloomberg)
Para
algunos analistas, ese recurso es interpretado como una manera de “financiamiento indirecto”: el ritmo de
pagos que realiza efectivamente el Estado le da margen para que su balance de
“base caja”, el método contable que toma en consideración el FMI, le dé con
números suficientes.
El informe llega dos días
entes del comienzo de la nueva gestión. Hay dudas aún sobre cuál será el equipo
de Caputo. Si bien no es estrictamente del equipo ministerial, aunque sí del
llamado “gabinete económico”, por ahora solo están confirmados el presidente
del Banco Central, Santiago Bausili,
ex funcionario de Cambiemos y socio de Caputo en la consultora Anker y otros
negocios; y Joaquín Cottani, quien ya
fue anunciado por el futuro ministro, pero sin detalles sobre qué cargo
ocupará.
Resta por definir quién
será viceministro de Caputo, en la Secretaría de Programación Económica. El
cargo debería estar en manos de un macroeconomista en medio de tantos “financieros”.
El puesto sería para Cotanni. También sonó otro de los hombres de confianza del
futuro ministro, Pablo Quirno, otro trader, que podría terminar en Finanzas.
Y en Agricultura está
confirmado Fernando Vilella, aunque
también hubo dudas y bastante run run sobre su nombramiento en los últimos
días. Como se dijo, si bien él menciona que no seguirá, para Hacienda podría
haber continuidad con Rigo, un
experto en Presupuesto de origen peronista que ocupó el cargo con Macri y
también con Alberto Fernández, más
allá de quien fuera el ministro de Economía. Sería difícil para Rigo, en este
caso, buena parte del “lápiz rojo” de los recortes estaría técnicamente a su
cargo.
También quedan por definir
secretarías no tan conocidas, pero no por eso menos importantes, como
Administración y Legal y Técnica, o similares. En esta última está el
funcionario que “cuida la firma” del ministro.
domingo, 3 de diciembre de 2023
Elogios desde Washington... @dealgunamaneraok...
Elogios desde Washington...
Días Agitados... Milei dejó una buena impresión en su visita a la Casa Blanca, mientras que la saga de sus nombramientos muestra amateurismo.
El punto
más alto de la agenda presidencial de la agitada semana que pasó, fue la reunión
que Javier Milei tuvo con el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Esta reunión representó un hecho excepcional en la historia de la relación de
los Estados Unidos y la Argentina, ya que fue la primera vez que un presidente
electo fue recibido en la Casa Blanca y nada menos que por un funcionario de
primerísimo rango. El encuentro, que se desarrolló en el Edificio de Oficinas
Ejecutivas Eisenhower, ubicado en el ala oeste de la residencia, se concretó
por una decisión del mismísimo Joe Biden, quien ese día no se encontraba en
Washington porque había viajado al estado de Georgia para asistir a los
funerales de Rosalyn Carter. Quien también tuvo un rol muy importante en la
concreción del viaje fue el embajador estadounidense, Marc Stanley. Stanley es
un hombre muy activo que tiene una muy buena relación con toda la dirigencia
política vernácula y una cabal comprensión de su funcionamiento. Su desprecio
hacia Donald Trump es conocido por quienes lo frecuentan y gozan de su
confianza.
Los objetivos principales de la administración Biden para recibir a Milei en Washington –en donde su cercanía con Trump preocupa–, fueron, en esencia, tres: el primero, conocerlo en persona y ver si el presidente electo seguía siendo el personaje irascible y rocambolesco que se vio en la campaña; el segundo, escuchar de su propia voz sus planes de gobierno y la forma en que piensa llevarlos a cabo; y el tercero, hacerle saber que el respeto de los derechos humanos, de las instituciones y de la pluralidad junto con el cuidado del medio ambiente son temas prioritarios en la agenda del presidente Biden.
Un punto que también es importante para el gobierno norteamericano es el nuevo tipo de relación que el presidente electo pretende mantener con China. Aclarado ya que no va a haber ruptura con el régimen de XI Jinping, la visión compartida acerca de la necesidad de poner un freno a la expansión de China en la región es algo muy apreciado en Washington.
Así como la administración Biden ayudó al gobierno saliente, así lo hará también con el gobierno entrante. Por eso, el designado ministro de Economía, Luis Caputo, permaneció un día en la capital estadounidense con el fin de avanzar con las tratativas para un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Hay que recordar que los Estados Unidos ocupa el segundo cargo directivo del organismo internacional y, por otra parte, la presidencia del Banco Mundial. Por supuesto que no todo es una fiesta con alfombra roja. En Washington necesitan ver concretados los primeros pasos del plan de ajuste de Milei antes de aprobar cualquier desembolso de dinero para nuestro país. El paquete inicial apunta a moderar el gasto público eliminando subsidios a las tarifas, desenchufando la obra pública y recortando las jubilaciones de privilegio.
Por supuesto, acompañado de una devaluación programada y una fuerte desregulación de diferentes sectores de la economía. “Si el Estado no interviene, se abren las puertas a la competencia” –sostienen. A mediados de semana, volvió a aparecer con fuerza el nombre de Federico Sturzenegger. El Presidente electo lo elogió en público y en privado. Lo quiere en su staff desde que le hizo llegar un sólido y kilométrico plan para eliminar de un plumazo más de 3 mil regulaciones entre leyes que se superponen y comunicaciones redundantes.
En los últimos días reapareció la figura de Pancho Cabrera, exministro de Producción de Cambiemos. Luis Caputo quiere contar con hombres allegados a él en el área de Industria.
La novedad le pega de lleno a Federico Ovejero, exvicepresidente de General Motors, quien trabajaba con su equipo dentro de ese ámbito del armado libertario. Es difícil de creer que todo este movimiento no tan subterráneo no cuenta con el visto bueno de Mauricio Macri. Sea como fuere, el futuro titular de la cartera económica continúa concentrando poder.
Mientras tanto, se conoció una decisión vergonzosa del todavía presidente Alberto Fernández. A pesar de su intrascendencia todavía le queda capacidad de daño. Mediante el DNU 647 del 30 de noviembre, a sólo diez días del cambio de mandato, el Gobierno aumentó el Presupuesto 2023 en $ 1,87 billones.
La justificación que aparece en los considerandos es irrisoria y muy poco creíble: “corresponde adecuar el Presupuesto vigente de diversas Jurisdicciones y Entidades del Sector Público Nacional, con el objeto de afrontar gastos impostergables para su normal funcionamiento”. La Navidad se adelantó y Fernández se calzó el gorro de Papá Noel antes de volver al llano. Esta actitud, contraria a la necesidad de ahorro y financiamiento que el Estado necesita, no peca sólo de carencia de lógica, es una ofensa directa a la voluntad popular que mediante su voto eligió terminar con el despilfarro en las cuentas públicas apostando por un modelo de conducción diametralmente opuesto al actual.
La democracia ejercida con responsabilidad es un concepto que el kirchnerismo nunca quiso asimilar.