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sábado, 22 de junio de 2024

Efectos del ajuste prolongado… @dealgunamanera...

 Efectos del ajuste prolongado…

Rumbo compartido. Milei con la titular del FMI, Kristalina Georgieva: coincidencias acerca de la profundización del ajuste. Fotografía: NA.

La esperada recuperación de la actividad económica comenzaría… en el segundo semestre, según acaba de vaticinar el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el reporte técnico divulgado tras la aprobación de la octava revisión del acuerdo vigente con el organismo. La ilusión, compartida con el Gobierno nacional, hace recordar a aquella esperanza nunca concretada de comienzos de la gestión Macri en 2016.      

© Escrito por Carlos Heller, Dirigente Cooperativista el sábado 21/06/2024 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.      

Todos los indicadores económicos y sociales que se van conociendo, sin embargo, demuestran que esos vaticinios solo reflejan el fervor que despierta –en Washington y en núcleos del poder local concentrado– la nueva experiencia neoliberal, ahora recargada, aunque con similares fines regresivos.  

Por este camino es bien difícil que «este año sea recordado como el punto de inflexión en donde volvimos a empezar a ser grandes», como expresó el presidente de la Nación Javier Milei en Rosario, durante el acto por el Día de la Bandera.  

Penurias.   

El propio reporte del FMI advierte que «la actual recesión económica podría prolongarse más y el proceso de desinflación podría resultar más difícil, provocando penurias prolongadas e intensificación de las tensiones sociales, incluso con el refuerzo del gasto social».  

Semejante enfoque resulta similar al que despliegan analistas de las más diversas tendencias, que no encuentran motivos para el optimismo a corto plazo.   

Son insoslayables las proyecciones del propio Fondo y del Banco Mundial, según las cuales la caída del producto bruto argentino será de 3,5%. Pero si se descuenta el repunte que experimenta este año el agro, tras la fuerte sequía de 2023, resulta que la previsión para el PIB no agrícola es un desplome de 5,7%, como consecuencia de las políticas aplicadas desde diciembre último.   

Ante este panorama, ¿Cuáles serían las supuestas señales positivas? El FMI, fiel a sus postulados ideológicos, aguarda que amaine «el viento en contra que enfrenta la consolidación fiscal». Es decir, que se profundice el ajuste en el gasto público.   

También apuesta a que «los salarios reales se empiecen a recuperar y la inversión repunte gradualmente en respuesta a los esfuerzos de reforma».  

Desde luego, el ejercicio de imaginación que se propone es notorio, toda vez que las remuneraciones en el sector laboral no parecen prontas a ganar terreno en el contexto recesivo mencionado. Y de seguro seguirán perdiendo capacidad de compra de bienes y servicios, ya que el propio Fondo pide a las autoridades que «continúen con la corrección de los precios relativos». Algo que ya viene ocurriendo con total libertad y que completarían los próximos ajustes de tarifas.  

Vale añadir que el FMI proyecta un desempleo para este año de 8,2% de la población económicamente activa; de 7,5% en 2025 hasta llegar a 2027 con un 7%. Esto es, varios años por delante con niveles de desocupación de entre 0,9 y 2,2 puntos más que el 6,1% registrado en 2023.   

No es de extrañar que la caída del poder adquisitivo actual y la que se proyecta se correspondan con los datos del derrumbe de ventas de supermercados y autoservicios mayoristas (-18,2% en abril, frente a doce meses atrás). 

Sede en Washington. El organismo financiero anticipa para 2024 una caída del 3,5% del producto bruto interno del país. Fotografía: Getty Images.     

Presiones.   

Con este telón de fondo, las preocupaciones de la mayor parte de la población difieren de las de aquellos que aguardan cambios favorables para sus megos negocios. Entre estos últimos, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) se manifestó con respecto a la aprobación de la Ley de Bases y el paquete fiscal en el Senado.   

La entidad propició una mayor desregulación administrativa del Estado, y señaló que la redacción final de la reforma laboral de la Ley de Bases «aún no genera las condiciones mínimas necesarias para un aumento sustancial de la empleabilidad, ni para la reducción significativa de la informalidad». Lo cual significa que demandan una mayor flexibilización y menor protección para los trabajadores.   

En cuanto al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), la (AmCham) objetó el «listado acotado de las industrias alcanzadas», que juzgó «limitativo e innecesario».  

Por otra parte, en una clara intención de incidir en el próximo tratamiento de las iniciativas en Diputados, la cámara empresaria rechazó la eliminación de los capítulos de Ganancias (porque «se recortan los recursos fiscales del Estado, tanto provinciales como nacionales, que son indispensables para alcanzar el objetivo del superávit fiscal»), como también de Bienes Personales.   

La actual legislación «presenta múltiples inequidades», evaluó la entidad, y solicitó a los diputados que insistan con el texto original con media sanción. En cuanto a Bienes Personales se preocupan porque afecta a la clase media, ya que impone un «carácter casi confiscatorio», cuando en verdad el proyecto beneficia mucho más a las grandes fortunas que a la clase media.   

No debe haber antecedentes de una cámara representante de empresas extranjeras que opine con ese nivel de intromisión en asuntos que son de competencia de poderes institucionales del país.


   

domingo, 23 de julio de 2023

Las tratativas y los rumbos… @dealgunamaneraok...

Las tratativas y los rumbos…


© Escrito el sábado 22/07/2023 por Carlos Heller, Presidente del Banco Credicoop Cooperativo Limitado y Dirigente Cooperativista y Publicado por la Revista Acción en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

La finalización de la quinta revisión, según se espera, permitiría el desembolso de fondos del organismo. De lo que se trata, en estas horas, es de minimizar las condicionalidades habituales del Fondo Monetario internacional (FMI), lo que implicaría una mayor libertad para las políticas públicas orientadas a la producción y el empleo.     

© Escrito el sábado 22/07/2023 por Carlos Heller, Presidente del Banco Credicoop Cooperativo Limitado y Dirigente Cooperativista y Publicado por la Revista Acción en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.    

Las medidas económicas que el Gobierno, según trascendidos periodísticos, se apresta a anunciar, se encuadran en ese marco y apuntan –lo cual es una obviedad– a reforzar las reservas monetarias. 

En tanto, los medios de comunicación concentrados, en gran medida afines a sectores de la oposición y a grandes grupos empresarios, tomaron un reciente informe del FMI para ejercer presión por una devaluación del peso. 

En rigor, el Reporte del Sector Externo difundido a mediados de semana se limita a calcular, como lo hace cada año al analizar las cuentas de los países integrantes, la supuesta brecha de competitividad en cada caso.  

En el capítulo argentino el FMI mantiene prácticamente invariables los conceptos incluidos en su análisis de 2022, cuando no podían preverse las consecuencias de la sequía. 

Señala que, para reforzar la sostenibilidad externa, las posibles respuestas de política son «una consolidación fiscal favorable al crecimiento, combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado».

Los objetivos de esas medidas propuestas en términos generales (y que no se relacionan con las actuales tratativas) son «moderar el crecimiento de la demanda doméstica», «reforzar el balance comercial», «recomponer las reservas internacionales», entre los más importantes. 

Sobre esta cuestión, no se puede desconocer que el problema principal para las Reservas Internacionales radica en la reciente sequía y su impacto en las exportaciones agropecuarias.

De no haber sido por el déficit hídrico, se habrían exportado en granos y oleaginosas unos 25.000 millones de dólares más y se contaría con un ingreso fiscal (por retenciones) equivalente a unos 6.000 millones de la moneda estadounidense. 

Una devaluación de la moneda nacional no revertiría ese cuadro ni modificaría en lo esencial la competitividad. La realidad es que el tipo de cambio real multilateral se encuentra hoy en niveles superiores (es más competitivo) que en la etapa 2016-2017.

En ese momento el valor del dólar estaba determinado por «el libre mercado», antes de la crisis ocasionada por el sobreendeudamiento dispuesto por el expresidente Mauricio Macri.  

El puente 

He sostenido en forma reiterada que no hay acuerdos buenos con el FMI, lo que hay que lograr es el menos malo posible en esta coyuntura para conseguir un puente temporal. En 2024 las condiciones serán seguramente otras: se revertirán los efectos de la sequía, con el impacto positivo que ello tendrá en términos de reservas internacionales y en recaudación por retenciones. Y a la vez aumentará el aporte de divisas en sectores como el energético y la minería, que contribuirán a mejorar la balanza comercial.

Desde luego, el rumbo proyectado, a partir de un acuerdo con el FMI menos gravoso, es bien distinto al que prometen los precandidatos de orientación neoliberal, partidarios de un severo ajuste monetario y fiscal junto con una fuerte devaluación que acentuaría la transferencia de ingresos en desmedro de la mayoría de la población. 

Un modelo que prevé el cierre o achicamiento de empresas públicas, como anunciaron que harán con Aerolíneas Argentinas si triunfan en los comicios de octubre. Como también prometen suprimir ministerios (eliminar por ejemplo el de Mujeres, Género y Diversidad), recortar derechos laborales y reducir el «costo» del sistema previsional. Planes para una Argentina menos justa y socialmente más desigual. 


   

miércoles, 31 de mayo de 2023

Todos a la intemperie… @dealgunamaneraok...

 Todos a la intemperie…


Malabarista. Dibujo: Pablo Temes.

Cuando el poder nubla la visión dirigencial, la racionalidad suele quedar en segundo plano.

© Publicado el sábado 27/05/2023 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Lo más relevante del acto motorizado por Cristina Fernández de Kirchner el 25 de Mayo fue su intrascendencia. Fue, al fin y al cabo, la manifestación de la imparable pérdida de su poder. Salvo el magnificente y costosísimo escenario que ocuparon la vicepresidenta y sus acólitos, montado de espaldas a la Casa Rosada, todo fue decadente. La decisión de emplazarlo en ese lugar fue un intento de marcar su ajenidad al Gobierno. “Me encanta la lluvia”, dijo, adecuadamente protegida del agua mientras, abajo, sus seguidores se empapaban bajo una tormenta que arreciaba.


El “sincericidio” ocurrió cuando señaló que, con sus errores y diferencias, este gobierno –su gobierno–, es mejor que el de Macri. Allí terminó de reconocer el fracaso de la gestión de Alberto Fernández y el suyo propio. La idea que ha querido imponer el kirchnerismo de que este gobierno no le pertenece tiene aceptación solo en el núcleo duro de los fanáticos K. Es un núcleo cada vez más reducido. Sorprendió la pobreza cuantitativa y cualitativa de los dirigentes que la rodeaban. Atrás, quedaron los tiempos de cuadros políticos prometedores, que la realidad se ha encargado de barrer con brutalidad.

El acto del jueves pasado fue una muestra de eso: la angustia que genera en los dirigentes y en la propia militancia la carencia de herederos y figuras de peso para la sucesión. La lluvia torrencial actuó como una metáfora cruel de esa intemperie. Aquel plan inicial de alternancia indefinida, en el poder Néstor-CFK quedó trunco por la biología y la ilusión de encontrar en 
Máximo K una continuidad sostenible, quedó hecha añicos por su propia incapacidad.

Hay que recordar que el así llamado “Operativo Clamor” se proponía reventar la avenida 9 de Julio. La realidad le fue mostrando a los líderes de La Cámpora que eso era un imposible. Por eso, el acto se mudó a la Plaza de Mayo, a la que los manifestantes llenaron por la mitad con el agregado de unas cuadras de las avenidas de Mayo, Sáenz Peña y Roca, lo cual quedó lejos –muy lejos– de las 500 mil personas que se anunciaban en los medios oficialistas.

La ausencia de la mayoría de los gobernadores peronistas y de los líderes de la CGT ahondó la soledad de CFK. Es de pura lógica: es muy difícil entusiasmar a la gente con un índice de inflación anual de más del 100% y con un 40% de pobreza en ascenso. El principal problema que enfrenta la vice es que, en el presente, no tiene nada positivo para mostrar. Por eso no profundizó en ninguno de esos dos temas. Es que todo está peor que cuando junto con 
Alberto Fernández asumieron.

De esta forma, a lo largo de su perorata del jueves, CFK tuvo que volver a echar mano a las referencias al pasado. Habló de los doce años de gobierno del kirchnerismo, omitiendo el actual período. Sus referencias al presente aludieron a la Corte Suprema –a la que calificó de mamarracho– y a su supuesta proscripción, una verdadera falacia que no termina de convencer ni siquiera a los propios.  


Ingratitudes y traiciones 

Fue tibia en sus críticas al Fondo Monetario Internacional, seguramente porque comprendió la dependencia absoluta que se tiene hoy de la ayuda del organismo para obtener los muchos dólares que faltan. Una actitud más dura hubiera sido una complicación para el ministro de Economía y aspirante a candidato único del Frente de Todos contra Todos, Sergio Massa, en la antesala de un periplo mendicante que lo llevará primero a China y luego a los Estados Unidos. Toda esta situación es la causa real de la decisión de la vicepresidenta de no candidatearse. Las encuestas propias le están mostrando un panorama electoral tan gris oscuro como el de la tarde del 25. La ilusión del propio Massa pende de un hilo por, al menos, dos condicionantes: el primero es que su suerte está atada a la propia realidad económica. El segundo, que CFK no termina de bendecirlo por la desconfianza que mutuamente se profesan.

Se sabía que la vice no iba a proclamar a ningún candidato. Sin embargo, la disposición del escenario permitió sacar algunas conclusiones que los afiches que aparecieron inmediatamente después del acto, donde se la ve junto a Eduardo “Wado” de Pedro, confirman que es el “hijo de la generación diezmada”, favorito de la vice. Desde el Patria, se animan a repetir lo que parece una realidad “ella eligió morir en la propia, con las botas puestas y rodeada de los suyos”. Y al mismo tiempo advirtieron: “Cuidado que si dentro de Juntos por el Cambio se siguen sacando los ojos y jugando para nosotros, puede pasar cualquier cosa”.

Adormecidos y resignados

La referencia no es errónea. Las peleas, los pases de factura y las mezquindades de la oposición han convertido –lo que hace seis meses era una victoria segura– en una elección con final abierto. La polarización ha dejado de existir en cuanto a la intención de voto. La irrupción de los libertarios sigue siendo una variable que, aunque difícil de predecir en su anclaje final en la realidad, le quita votos y previsibilidad a casi todos.

En No tan Juntos por el Cambio, las principales críticas son hacia los oficialismos que ellos mismos ponen en tela de juicio ante la dicotomía “continuidad” o “cambio”. Horacio Rodríguez Larreta es el blanco de las críticas dentro del espacio. Las encuestas lo muestran como un exponente de la “continuidad” por su falta de identidad y de definición en sus propuestas. No son pocos los dirigentes del espacio que empiezan a sentirse incómodos con su carencia de asertividad y contundencia. En el rincón de Patricia Bullrich celebran el presente de su competidor como si fuera una victoria propia. Hasta los líderes del radicalismo se animan a volver a soñar con un candidato propio. No hay posibilidades de acuerdo. Las ansias de poder han empujado a todos a una PASO, cuya principal característica no será la competencia, sino la cantidad de heridos que pueda dejar en el camino.

Cuando el poder nubla la visión de los dirigentes, la racionalidad queda en segundo plano. Aún, cuando entre las opciones más realistas, asoma la posibilidad de perderlo todo.



    

domingo, 14 de mayo de 2023

Adormecidos y resignados… @dealgunamaneraok...

 Adormecidos y resignados…

Juntos por el escarnio. Dibujo: Pablo Temes

La gente espera que en las elecciones algo pueda cambiar. Pero la crueldad de la dirigencia lo hace improbable. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/05/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

"No necesitamos ningún quilombo más”, dijo con sobreactuado énfasis y lenguaje chabacano Sergio Massa en su discurso del jueves pasado. El ministro cree que con ese vocabulario se ganará la simpatía de la gente. La realidad se encargó de mostrarle que, en tanto y en cuanto su gestión siga fracasando, el “quicaos” seguirá en aumento. El 8,4% de inflación del mes de abril es una muestra de ello. Mayo será peor aún.

Toda la gestualidad y la prosa vacua y abundante en lugares comunes de Massa son los propios de un postulante a la Presidencia que se ha encargado de fijar las condiciones bajo las cuales pretende arribar a esa postulación: la de ser candidato único. Esa circunstancia presupone la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). En esto ha logrado cerrar filas con la vice. Hablan regularmente y no sólo de economía. El Presidente se encargó el viernes por la mañana de descartar esa posibilidad y también de tratar de “energúmenos” a quienes lo propugnan. La eliminación de las PASO sería, además, una nueva y flagrante contradicción de Cristina Fernández de Kirchner que fue su creadora. Es que no hay dentro de ese espacio desagregado ningún otro nombre de peso para las presidenciales. 
Axel Kicillof sería un fracaso estrepitoso fuera de la provincia de Buenos Aires, lo de Scioli es puro voluntarismo y Wado de Pedro no tiene el peso político suficiente, ni la capacidad para ilusionar a propios y ajenos. El plan Massa se reactiva y la militancia sueña con el acto del 25 de mayo para ensayar el último operativo clamor para convencer a la jefa.

El índice de inflación de abril es un dato demoledor para la gente. Lo que no deja de impactar es la actitud indolente del oficialismo. Todo lo que hablan sobre este azote que castiga a la sociedad, lo hacen con tono de comentaristas. Se percibe una ajenidad propia de un comentarista. Lo peor es que el mes de mayo viene con proyecciones de aumentos aún mayores. Una de las causas del altísimo índice de inflación, que pone a la Argentina en el segundo puesto a la cabeza de los países con mayores índices de aumentos de precios –el primer lugar lo ocupa Líbano y el tercero, Zimbavwe–, fue la corrida cambiaria que hizo disparar el precio del dólar. Por eso es que el Gobierno está mendigando dólares a todo el mundo. Dicho con todas las letras, esta es la razón por la que el ministro de Economía no tiene más remedio que andar por el mundo en actitud mendicante a la espera de que algún país le preste a la Argentina los dólares que su economía no produce. Esto deja descolocado el aporreo con el que el kirchnerismo trata al Fondo Monetario Internacional.

Hablando del Fondo, las discusiones que se están dando en su sede en Washington son para aprobar el desembolso de los 10 mil millones de dólares que el país necesita sí o sí para lograr una cierta paz cambiaria de aquí a las elecciones. El núcleo duro del buró del FMI está enfrascado en una discusión sobre si hay que exigirle al Gobierno que devalúe. En verdad, este es otro eufemismo porque devaluación hay todos los días. Esta es otra de las mentiras del kirchnerismo. Al propio Massa le escucharon decir con gestualidad impostada que si tenía que devaluar renunciaría. Más mentiras. Hará lo que tenga que hacer.

En el camino la lánguida gestión –o nula– de los distintos sectores del Gobierno no deja de sorprender. En materia monetaria el 
Banco Central es un hervidero. La entidad ha quedado fracturada. Massa trabaja codo a codo con Lisandro Cleri –su hombre dentro de la entidad– pasando por encima del presidente Miguel Pesce, uno de los pocos funcionarios que quedan entre los que responden a Alberto Fernández. No hay coordinación de políticas monetarias y cada uno cuida su quintita. Un funcionario de Economía lo describió así: “Todo está reconfigurado.

Massa actúa hoy como Presidente de la Nación y Lisandro Cleri como presidente del Central; Pesce y AF... bien gracias”. A Miguel Pesce lo sostienen los bancos, sus intereses lo mantienen allí. Todavía conserva la lapicera y tiene capacidad para tomar medidas sectoriales. Sin embargo, no participa de posibles ideas o soluciones para enderezar la macro. Un rol triste y casi testimonial.

Jugar con la paciencia   

El otro espectáculo lamentable lo sigue dando la oposición. Desde que No tan Juntos por el Cambio comenzó con sus peleas internas, ha entrado en caída libre como lo muestra la intención de voto de todas las encuestas. No reparan en la realidad de la gente o, al menos, parecen no estar dispuestos a renunciar a sus ansias de poder. Todos allí esperan un gesto de dignidad en sus oponentes, pero nadie evalúa dar el primer paso. En el Frente de Todos contra Todos se ilusionan con el crecimiento de Javier Milei. Anida allí un deseo oscuro, pero probable. En el oficialismo están convencidos de que el líder libertario no podrá gobernar. Son varios los dirigentes políticos que amenazaron en público con hacer todo lo posible para concretar ese sueño antidemocrático.

La otra alternativa que maneja parte de la izquierda y todo el kirchnerismo duro es “dejarlo hacer”. Sostienen que Milei por su propia inestabilidad emocional y su temperamento es una bomba de tiempo con la mecha corta que les garantizaría su regreso mucho antes de lo esperado. La posible dolarización, las privatizaciones de las empresas públicas, la reforma laboral con aires de flexibilización, y la reducción de la planta del Estado, son inaceptables para la vieja política. 

La gente está adormecida, ha perdido la esperanza y espera con resignación el calendario electoral, con la utopía de que algo pueda cambiar en el corto plazo. La crueldad y la irresponsabilidad de la dirigencia toda hacen esto sumamente improbable.



   

domingo, 26 de diciembre de 2021

Macri, ¿es o se hace?... @dealgunamaneraok...

 Macri, ¿es o se hace?... 

Mauricio Macri. Fotografía: Franco Fafasuli

Las conclusiones del informe del FMI sobre el préstamos de USD 44 mil millones de 2018 fueron tan duras que, tal vez, lo lógico, hubiera sido que el ex presidente dijera algo sobre el asunto.

Escrito por Ernesto Tenembaum el domingo 26/12/2012 y publicado por el Portal de Noticias Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Desde el momento en que inició su gobierno, Mauricio Macri estableció un modelo económico con todas las condiciones para generar una crisis muy seria. Luego, cuando ya estaba en medio del estallido, malgastó un préstamo de dimensiones gigantescas que le había sido otorgado para frenar esa crisis. Esas dos conclusiones no fueron parte de un discurso de Cristina Kirchner, ni de Nicolás Maduro, ni de Alberto Fernández. Esta vez no fue un izquierdista, ni un populista, ni un kirchnerista ni ninguna persona que estuviera interesada en decir “ah, pero Macri”, cada vez que alguien critica al gobierno actual. Al contrario: fueron los equipos técnicos del Fondo Monetario Internacional, en general integrados por economistas de una ortodoxia bastante poco flexible, quienes cuestionaron de este modo a la gestión presidencial de Macri. Las conclusiones fueron tan duras que, tal vez, lo lógico, hubiera sido que el ex presidente dijera algo sobre el asunto. ¿Enloqueció el FMI o Macri hizo todo realmente mal? La reacción de Macri, como se verá a continuación, habilita a formular preguntas relevantes sobre algunas de sus cualidades personales.

El documento emitido por el Fondo Monetario Internacional esta semana, como parte de un proceso habitual de auditoría, es muy claro al adjudicarle al gobierno de Cambiemos una responsabilidad central en la crisis que estalló en 2018. Hay dos frases, en ese sentido, que lo explican bien. 

“El Gobierno elegido a fines del 2015 rápidamente abrió la cuenta de capital y tomó créditos fuera del país, mientras adoptaba un enfoque gradual para abordar los desequilibrios económicos -especialmente el déficit fiscal- preparando el escenario para un sudden stop”.


(N. del A.: Sudden Stop, o freno súbito, es como se denomina en Economía a una situación en la que, de manera sorpresiva, los capitales huyen de un país y eso provoca una crisis muy rápida y profunda).

 

La segunda frase del Fondo, se refiere al 2018, cuando Macri ya había recibido el crédito:

 

”Una temprana operación de deuda, combinada con la reintroducción de medidas de gerenciamiento del flujo de capitales podrían haber robustecido el programa”. En palabras más sencillas: al recibir el dinero del Fondo, el Gobierno debería haber defendido las reservas mediante la implantación de nuevas medidas de control de cambios y la renegociación de la deuda adquirida desde 2015.

 

Los dos momentos en los que se detiene el documento del Fondo merecen un debate en detalle. Ya antes de la asunción de Macri, muchos economistas de primera línea señalaron su preocupación por la manera en que liberó el cepo: uno de ellos fue Carlos Melconian, que no es precisamente un populista. Es que está muy estudiado que esos procesos que se apoyan en capitales golondrina son muy frágiles. Pero el segundo señalamiento es especialmente sorprendente. Si, a mediados de 2018, cuando empieza a recibir dinero del fondo, Macri hubiera establecido controles de cambio, podría haber defendido las reservas sin que el dólar volara por el aire. Eso hubiera evitado el brote inflacionario y él habría tenido más chances de permanecer en el poder luego de 2019. ¿Por qué no lo hizo?

 

Sus enemigos más duros creen que Macri llegó al Gobierno para hacer lo que hizo: generar ganancias impensadas para el mundo financiero. La participación de muchos funcionarios que provenían del sector financiero -Nicolás Dujovne, Luis Caputo, Alfonso Prat Gay, entre otros- y la cercanía de otros, que defendían la solidez del programa económico mientras batían récords en colocación de deuda –el ex titular del HSBC, Gabriel Martino, por ejemplo- habilita a pensar que esa mirada al menos tiene un punto. Pero, ¿un líder político es capaz de suicidarse en función de esos supuestos intereses que defiende?

 

Otras interpretaciones sostienen que Macri y su entorno estaban presos de un esquema ideológico muy poco flexible, que le impedía tomar medidas racionales en un momento de crisis, aun cuando esas medidas fueran defendidas por el Fondo Monetario, o fueran claves para su propia supervivencia. Otros piensan que Macri no quería romper un contrato electoral en cuyo centro figuraba la liberación del cepo cambiario.

 

Para despejar dudas, era necesaria la palabra del ex presidente.

 

Macri tuvo dos participaciones públicas durante esta misma semana. La primera fue antes del pronunciamiento del FMI, en un reportaje de antología con Baby Etchecopar, donde dijo que “hasta el peor de los planeros” quiere que sus hijos reciban buena educación. En esa nota hay tres referencias indirectas al contenido del documento que, horas más tarde, emitiría el Fondo Monetario.

 

Macri junto a la ex directora del FMI Christine Lagarde y el ex ministro de Hacienda Nicolás Dujovne 


Macri dice:

 

-”Cuando administro lo que no es mío he sido siempre muy cuidadoso. Por eso festejé el sobrenombre que me puso el Bambino Veira pero que hizo famoso Diego Armando Maradona, ¿te acordás?... ’el cartonero Baez’, pero te quiero decir que yo siento que cuando uno administra lo que no es es de uno, uno tiene que ser muy cuidadoso. Es fácil ser generoso con la plata ajena. Yo invito, vení, con plata que no es tuya. ¡¡¡Se generoso con la tuya viejo!!!”.

 

Y luego:

 

-”Si hay mentira, y entre nosotros hay mentira, no hay confianza. Y si no hay confianza, no sucede nada en la vida. Vos no vas a ir a un lugar al que alguien te convoca si no confiás. Imaginate invertir, imaginate poner una fábrica en un país donde vos no confiás porque sentís que los dirigentes que conducen el país te van a robar la fábrica”.

 

Finalmente:

 

-“La crisis se produjo porque los inversores huyeron ante la posibilidad de que regresara el populismo”.

 

Las tres frases son realmente discutibles. Un Presidente que toma montañas de deuda de corto plazo y a altísima tasa de interés no es alguien que cuida el dinero que no es suyo. Mucho menos si, luego, cuando recibe un préstamo que él no va a pagar personalmente, lo entrega a los fondos de inversión en lugar de usarlo para fortalecer reservas. Si, además, durante su Gobierno se produce una crisis de confianza, y los capitales huyen despavoridos, tal vez no sea el más indicado para pontificar sobre la desconfianza que generan otros. Finalmente, Macri se confunde, por decirlo de manera educada: la crisis empezó en marzo del 2018, luego de su victoria electoral de 2017. Casi nadie creía en ese momento que volvería el peronismo al poder. El populismo no tuvo nada que ver. Por momentos, parece que Macri no sabe quién es Macri o disimula quién es Macri o buscas excusas infantiles o no tiene un registro muy claro de las cosas que hizo y las consecuencias que tuvieron para el país.

 

¿Entonces?

 

Entonces, nada.

 

Macri prefiere hablar de otros temas.

 

Horas después del documento del Fondo, el ex presidente distribuyó un saludo por fin de año donde, una vez más, apeló al “ah, pero Fernández”. El texto del saludo es un balance lapidario de los dos años de gobierno actual. Cada frase de ese texto podría ser discutida o relativizada (eso de la economía “completamente destruida”, por ejemplo). Pero, en todo caso, es la herramienta que Macri utiliza para sintonizar con un sector importante de la sociedad que está muy enojado con el Gobierno. Tiene todo el derecho a hacerlo. En todo el mundo hay líderes con discursos indignados, lineales, binarios, que estimulan la bronca contra el Gobierno de turno, destacan únicamente sus barbaridades, ocultan sus logros y así. Es la lógica de la polarización, que se ha demostrado rentable para quienes la usan, aunque no tanto para sus países. En muchos textos teóricos, esos discursos simplistas son enmarcados dentro del concepto de “populismo”. Pero, ¿y lo otro?

 

Patricia Bullrich, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Jorge Macri

Esto, que podría ser una discusión histórica, tiene una actualidad inquietante. Porque, como están las cosas, es posible que Macri vuelva al poder, o que lo hagan personas muy influenciadas por el mismo pensamiento económico. Macri falló allí donde creía que era más fácil. Pero no fue solo él. Todo un equipo de economistas –el “mundo de la ortodoxia”, como se lo podría definir- fue parte del problema. Explicaban que todo era sencillo, que ellos sabían cómo funcionaban las cosas, que no había nada de qué preocuparse. Mucha gente les marcaba: que la deuda era demasiada, que el interés era alto, que ante el menor estornudo todo estallaría. Pero ellos que no, que calma, que la confianza, que solo se trataba de dejar de emitir y ajustar.

 

Todo estalló.

 

Pasó hace muy poco tiempo.

 

El documento del Fondo amplifica un debate imprescindible que, sin embargo, casi no existe en el entorno de los discípulos del ex presidente, aquellos que se ilusionan con acceder al poder en 2023. Por eso, es toda una advertencia: sería bastante esperable que las mismas ideas, y muchas de las mismas personas, produzcan los mismos resultados.