sábado, 7 de diciembre de 2019

Panorama económico: Las enseñanzas del fracaso de Macri… @dealgunamanera...

Lo que no hay que hacer con el dólar…


¿Qué pasaría si Alberto Fernández anunciara el fin del cepo macrista una semana después de llegar a la Casa Rosada? El camino que va de la dolarización neoliberal a la desdolarización heterodoxa de la economía.

© Escrito por David Cufré el sábado 07/12/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Vengo a anunciar el fin del cepo cambiario, el que quiera comprar dólares podrá hacerlo sin restricciones”. Si Alberto Fernández comunicara eso una semana después de asumir la presidencia sería tomado como un desvarío. No se puede abrir la compra de dólares cuando el país tiene un problema crucial de insuficiencia de divisas. Por eso hay un cepo. No tendría sentido. Faltan dólares, entonces el Banco Central administra los existentes asignando prioridades.

Eliminar el cepo expondría a la economía a otra grave devaluación y a más fuga de capitales. Eso que hoy es una obviedad no era interpretado igual el 16 de diciembre de 2015, cuando Cambiemos lanzó su política económica. Ese día Alfonso Prat Gay se presentó efectivamente en conferencia de prensa y dijo: “Vengo a anunciar el fin del cepo cambiario, el que quiera comprar dólares podrá hacerlo sin restricciones”. Y obtuvo un apoyo masivo. El resultado de ese desvarío es lo que se ve ahora: la pobreza arriba del 40 por ciento, la inflación más allá del 50, el país en default, enredado con el FMI. Un desastre. Y con un cepo de 200 dólares.

El gobierno de Alberto Fernández arranca con esa ventaja en relación al tema cambiario respecto del gobierno de Cristina. Los argentinos conocen las dos herencias. La de Cristina y la de Macri. Eso le da un margen político para administrar la cuestión del dólar que Cristina no tuvo en su gobierno de 2011 a 2015. A la ex presidenta y vicepresidenta electa le tocó afrontar la restricción externa (insuficiencia relativa de divisas) en un contexto internacional muy complicado. Bajo ataque de los fondos buitre, con la justicia y el gobierno de Estados Unidos en contra. Además, la construcción del sentido común mediático, con su staff de economistas, clamaba a gritos por el fin del cepo. Hoy Alberto no sufrirá esa presión que padeció Cristina. Hay consenso en que no se pueden rifar más dólares, incluso entre quienes presionaron para terminar con las regulaciones cambiarias y avalaron un brutal endeudamiento del Estado como consecuencia de esa decisión.

Empresarios que antes se quejaban por las trabas para comprar dólares ahora aceptan el cepo como una tabla de salvación frente al descalabro cambiario y financiero que deja Macri. Ocurre en la industria, en el comercio y en la construcción, los tres sectores que más empleo demandan. Ya no hay jubilados caceroleando contra el cepo, ni trabajadores que protesten como lo hacían en 2015. En ese sentido, el gobierno de Fernández tiene una oportunidad para empezar a generar políticas que tiendan a desdolarizar la economía. El primer paso está ganado: ya no se considera la compra de dólares como un derecho humano, como prácticamente sucedía en 2015.

A partir de ahí, hasta llegar a la meta de consolidar un modelo de desarrollo social, económico y productivo que logre revertir la economía bimonetaria que padece la Argentina desde que Ricardo Zinn metió la cuña neoliberal detrás de Celestino Rodrigo en 1975, durante el gobierno de Isabel Martínez, no será un camino fácil ni corto. Pero Fernández gozará de una luna de miel en la que nadie le reclamará que habilite la compra de dólares.

El paso siguiente será encarar una negociación consistente de la deuda con el FMI y con acreedores privados, que resguarde el interés nacional y despeje presiones cambiarias para cancelar vencimientos. Estabilizar el dólar es indispensable para que la economía se pueda encender, como dice el presidente electo. Coinciden en ello economistas de todas las tendencias. Hasta Hernán Lacunza, el ministro de Hacienda residual de Macri, planteó en la semana que la deuda así como la deja su gobierno no se puede pagar. Por eso es que el país ya está en default, aunque hasta ahora solo se haya reconocido a un grupo particular de bonistas.

Frente a esa realidad, los economistas e instituciones del poder financiero saldrán como siempre en defensa del interés de los acreedores, que son quienes los financian. La elección de Martín Guzmán para negociar con ellos es un primer mensaje claro de Fernández de su voluntad de responder con firmeza.

Aceptación social del cepo y comprensión de la necesidad de renegociar la deuda constituyen una plataforma que tendrá el próximo gobierno para encarar misiones más difíciles. Mercedes Marcó del Pont las expuso en un documento reciente de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo, que dirige. El título era el siguiente: “La desdolarización de la economía como política de Estado”. Allí advirtió sobre “los límites que impone el bimonetarismo, no sólo a las posibilidades de estabilización monetaria y financiera, sino también al desarrollo”.

La designada nueva titular de la AFIP explicó luego en ese artículo: “El neoliberalismo ha contribuido en mucho a consolidar este fenómeno, que se exacerba en las etapas de valorización financiera. La desdolarización requerirá tiempo y un abordaje integral por parte de las políticas públicas. El Banco Central tiene mucho para aportar en esta materia, pero no debería estar solo en la tarea, que implica una gran cantidad de aristas. Identificar esta cuestión como un problema y delinear caminos superadores quizás debería ser parte de los consensos que se buscan materializar en el acuerdo social al que nos está convocando el Frente de Todos”.

Este último aspecto es clave. La necesidad de definir un nuevo contrato social frente a la catástrofe que entrega Cambiemos incluye un debate profundo sobre cómo ir dando pasos hacia la recuperación de la moneda nacional. A diferencia de otras etapas, la que empieza el próximo martes también hereda un aprendizaje de lo que no hay que hacer que deberá ser afianzado, para que nunca más los cantos de sirena neoliberales dejen a la sociedad patas para arriba y con el 60 por ciento de su futuro debajo de la línea de la pobreza.

“Si algo ha quedado nítidamente al descubierto a lo largo de estos cuatro años son las enormes consecuencias redistributivas de los modelos neoliberales. La masiva transferencia de ingresos desde la economía real hacia el capital financiero no se puede interpretar disociada del régimen monetario, cambiario y financiero impulsado desde el Banco Central. El telón de fondo de este proceso fue la decisión política de liberalizar el mercado de cambios y la cuenta capital, abandonar las atribuciones para regular el sistema financiero y garantizar ganancias extraordinarias para los bancos”, remarca el informe de FIDE. Es una hoja de ruta escrita por Macri, Prat Gay, Federico Sturzenegger, Luis Caputo, Nicolás Dujovne y el FMI sobre lo que no hay que hacer.




Procesan a Juan José Aranguren y Laura Alonso por el "Caso Shell"… @dealgunamanera...

Procesan a Juan José Aranguren y Laura Alonso por el "Caso Shell"…

Juan José Aranguren y Laura Alonso. Fotografías: Cedoc 

El exministro de Energía y la titular de la Oficina Anticorrupción son investigados por negociaciones incompatibles en la función pública.

© Escrito por Cecilia Devanna el viernes 06/12/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción (OA), y Juan José Aranguren, exministro de Energía, fueron procesados este viernes 6 de diciembre por decisión del juez federal Luis Rodríguez por contratos firmados por el Gobierno de Mauricio Macri con Shell. En el caso de Aranguren es por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública y en el de Alonso, por encubrimiento y abuso de autoridad.  

La causa, en la que ambos fueron indagados la semana pasada, comenzó por una denuncia de los legisladores del Frente para la Victoria (FpV), Rodolfo Tailhade y Martín Doñate. La presentación se hizo en el año 2016 y apuntaba a determinar si Aranguren incurrió en el delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública. En particular, señalaba las decisiones tomadas durante su gestión, que —según la denuncia— habrían apuntado a beneficiar a la petrolera Shell en operaciones de compra de gas a Chile, lo que supondría para él un beneficio económico al continuar siendo accionista del Grupo Royal Dutch Shell PLC. 


En el caso de Alonso, la hipótesis de la justicia es que, como titular de la OA, habría encubierto la conducta de Aranguren, cuando estaba obligada a investigarlo.  El procesamiento es por el delito de encubrimiento para ayudar a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta, agravado por ser funcionaria pública, en concurso ideal con el delito de abuso de autoridad.


En su resolución de 136 páginas, Rodríguez sostuvo que: “el denominador común que poseen las conductas reprochadas a los imputados Aranguren y Alonso, radica en que las acciones de los mismos son impropias a los compromisos internacionales asumidos por nuestro país en materia de anticorrupción”.

Tras lo cual apuntó directo a la titular de la OA y aseguró: “pero lo paradójico de este expediente es que Laura Alonso se encuentra a cargo de la Oficina Anticorrupción, es decir, el organismo administrativo que debía controlar la actividad del entonces Ministro de Energía y Minería de la Nación, Ing. Juan José Aranguren”.

Luego, el magistrado agregó que: “se ha demostrado, con el grado de certeza aquí exigido, que Juan José Aranguren en su calidad de Ministro de Energía y Minería se interesó en que la empresa Shell incrementara sus operaciones de importación de petróleo crudo y derivados, demorando los controles que le correspondían en razón a su cargo y determinando tardíamente la implementación de un registro que permitiera controlar esta situación”.

En esa línea, sostuvo: "Y que ello permite dar por acreditado el aspecto objetivo de la figura de negociaciones incompatibles en el ejercicio de la función pública en orden al incremento desmedido de la empresa Shell”. En tanto que, sobre las resoluciones tomadas en el caso por Alonso, Rodríguez consideró que "parecen estar más dictadas para calmar un clamor social en torno a una tenencia de acciones que no se encuentra prohibida por ley, que para disipar las cuestiones allí planteadas por los denunciantes en orden a los fines propios de esa oficina, esto es la lucha contra la corrupción”.


Para el juez, "todo esto sirvió como un vil intento de ayudar al encartado Aranguren a evitar la investigación llevada a cabo por estos estrados, dándole el respaldo de quien se encuentra a cargo de la oficina que debe velar por el cumplimiento de las previsiones establecidas en la Convención Interamericana contra la Corrupción”.


Con sus procesamientos, ambos se convierten en los dos nuevos funcionarios o ex funcionarios de Cambiemos en esta situación. Se suman a Luis María Blaquier, ex funcionario del actual oficialismo, quien fue procesado en el marco de una causa en la que se investigan irregularidades en el manejo del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) del ANSES.  

CD/FF





Entrevista a Wolfgang Merkel. Socialdemocracia, liberalismo progresista y extrema derecha… @dealgunamanera...

Socialdemocracia, liberalismo progresista y extrema derecha… Entrevista a Wolfgang Merkel…


¿Qué está pasando con la socialdemocracia europea? ¿Cuáles son las tendencias y los debates más visibles de la izquierda democrática? ¿Cuáles son las distintas formas en las que los progresistas pueden enfrentar a la extrema derecha? Sobre estos temas y sobre la actualidad europea y la realidad alemana, opina en esta entrevista el politólogo Wolfgang Merkel.

© Publicado por Internationale Politik und Gesellschaft (IPG) es una revista socialdemócrata de la Fundación Friedrich Ebert que aborda cuestiones y temáticas de política internacional y europea.


En las encuestas de opinión, una mayoría de los alemanes declara que no puede expresar abiertamente opiniones políticas. ¿Qué relación tiene el embrutecimiento del debate público con esta percepción?
En Alemania, como en la mayor parte de los países occidentales (no en Europa del Este), existe un claro dominio liberal del discurso público. Este apuesta a las libertades individuales, la igualdad de género y la política climática contra el calentamiento global. El horizonte es cosmopolita. Desde el punto de vista normativo, no puede esgrimirse nada en su contra.

Pero con la hegemonía viene también, no pocas veces, la hybris. Los líderes de opinión provenientes de las elites y las clases medias urbanas con alto grado de educación formal también reivindican como suya la moral correcta en sus debates. Ya no se trata de más o de menos, no se trata de debate, consenso y acuerdos. Se trata de dominio, de moral o inmoral, verdadero o falso, correcto o incorrecto. Tertium non datur. Es el mundo dicotómico de la moral justiciera. Pero también se trata de exclusión. La exclusión amenaza no solo a racistas y xenófobos. También amenaza a todos aquellos que no usan la terminología correcta y argumentan de manera conservadora o reaccionaria.

El embrutecimiento del discurso público tiene así, por lo menos, dos fuentes: en primer lugar y principalmente, el populismo de derecha, que traspasa conscientemente las llamadas líneas rojas, por convicción o con astucia estratégica. Ahí se ha instalado un gramscianismo de derecha. Los liberales de izquierda, con su hybris intransigente y su anhelo de exclusión, son la otra fuente. Ambos bandos polarizan el debate. Pero un debate genuinamente democrático debe ser radicalmente abierto y pluralista (Laclau, Mouffe, el propio Gramsci) y no permitir únicamente la moral «correcta» que traza estrechas líneas rojas.

¿Cómo se relaciona este hallazgo con el éxito de los extremos políticos?
Me niego a hablar automáticamente de extremos en plural. Probablemente haya una extrema izquierda violenta en el páramo intelectual de los autonomistas. Pero esa izquierda no existe en Alemania en forma de partido. Die Linke no es hoy un partido extremista, si alguna vez lo fue en la República Federal de Alemania. El extremismo está representado en Alemania particularmente por fracciones de las «elites» de Alternativa para Alemania (AfD): el «Ala» (la facción más extremista de AfD) y sus archipiélagos extraparlamentarios deben mencionarse aquí en primer lugar. AfD es, ante todo, el resultado de las fallas en la representatividad de los partidos tradicionales. Pero su éxito es alimentado también por los discursos autorreferenciales y apartados de la realidad del tercio superior de la sociedad. El tercio inferior (en educación) no se ve representado allí y busca una «voz». Esa voz es lo que ofrecen los populistas de derecha de todos los países.

La reducción del centro político, ¿es una tendencia que podría detenerse?
No es tan sencillo. Por ejemplo, los Verdes ciertamente no están en el centro de la línea de conflicto cultural entre el cosmopolitismo y el comunitarismo chovinista (solo una variante del comunitarismo), sino en el polo cosmopolita. Desde el punto de vista socioeconómico, se han corrido fuertemente al centro. Allí conforman el nuevo y joven centro político. En cierto sentido, con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), los Verdes y el Partido Democrático Libre (FDP), el centro político cuenta ya con demasiados partidos. Esto (casi) le ha costado la vida al SPD. El SPD se quedó observando pasivamente en el centro cómo Die Linke se afirmaba en el espacio político de la izquierda. Y en el eje cosmopolita, el SPD es menos creíble que los Verdes. El centro político no es débil, sino que está superpoblado en el sentido de una representación pluralista más equilibrada. La tendencia que, en mi opinión, resulta imparable, es el declive de los partidos populares. Esta tendencia es secular y se da en toda Europa.

La característica esencial de un partido popular es la aspiración de conectar ámbitos sociales y políticos. ¿Hay algún ejemplo en el mundo donde esto siga ocurriendo?
Casi no hay, ni en Alemania ni en Europa. Esto tiene que ver con la estructura competitiva bidimensional de las democracias occidentales: la dimensión socioeconómica y la cultural y sociomoral. El partido Ley y Justicia (PiS) en Polonia y Fidesz en Hungría lo han logrado relativamente bien en el eje de conflicto socioeconómico. En el eje cultural, permanecen en el ámbito sociomoral del catolicismo reaccionario, el nacionalismo y el iliberalismo. La CDU conserva aquí cierto atractivo para el viejo centro y también para diferentes estratos sociales. Pero su poder de atracción se está erosionando notoriamente. Y esto es porque ya casi no tiene llegada a los grupos de derecha y conservadores de derecha. Estos se han convertido en el botín de AfD. El SPD ya no es dominante en ninguna clase, en ningún estrato y en ningún ámbito. Eso no es lo único que ha hecho que el SPD haya dejado de ser un partido popular. Los furiosos ataques de algunos líderes socialdemócratas alemanes a la socialdemocracia danesa, que está volviendo a parecerse al típico partido popular tradicional de centroizquierda, muestran una peligrosa mezcla de intolerancia, incapacidad para aprender y desubicada hybris moral.

Y sin embargo, los partidos de centroizquierda están esforzándose por contrarrestar su pérdida de gravitación. ¿Ve aquí tendencias programáticas generales en el plano internacional?
No detecto ninguna tendencia general. Actualmente tienen éxito partidos socialdemócratas que son muy diferentes entre sí. En primer lugar, los socialdemócratas portugueses. Han gobernado con éxito en una coalición de izquierda y amortiguado bien las exigentes medidas que la euroausteridad impone a la sociedad. Sus socios de coalición más pequeños garantizaban una cierta identidad cultural de izquierda en el gobierno, mientras que el Partido Socialista podía presentarse como abogado socioeconómico de los desfavorecidos. Los socialistas españoles parecen estar recuperando la memoria de su identidad socioeconómica de izquierda y muestran sus posturas progresistas en la política de refugiados y climática. En la política de refugiados, sin embargo, lo hacen en un país con un número bastante pequeño de inmigrantes y refugiados en comparación con Alemania, Suecia o Austria.

Luego están los socialdemócratas daneses. Han cerrado fuertemente las fronteras a los refugiados y solicitantes de asilo a la manera tradicional danesa, pero simultáneamente han mantenido, e incluso ampliado, un Estado de Bienestar intacto y redistribuidor. Más que los suecos. En este aspecto son los que mejor encarnan en Escandinavia la tradición socialdemócrata del folkhemmet tal como nació en Suecia a fines de la década de 1930. Después están los suecos. Se han expresado con cautela en cuestiones de refugiados, pero actúan como pioneros en política climática, cuestiones de género y otros temas de la modernidad cultural. Me parece inevitable que los socialdemócratas de todos los países vuelvan a posturas de izquierda en política fiscal, económica y social. Creer que se puede ser más verde que los Verdes en cuestiones posmateriales es incorrecto, y al SPD pronto podría costarle los últimos votantes del sector obrero.



En muchos lugares, los partidos también están experimentando con nuevas ideas de participación. ¿Ve en este aspecto fenómenos prometedores?
Los partidos democráticos hoy ya no pueden mantenerse alejados del debate sobre las llamadas innovaciones democráticas. Estas van desde la (vieja) idea de los referendos, pasando por los consejos de ciudadanos, los townhall meetings, los deliberative mini-publics y la idea algo desesperada de hacer atractiva para el siglo XXI la demarquía de la antigua Grecia. Mi opinión es que estas «innovaciones» a veces son adecuadas como complemento de la democracia representativa. Pero no son un sustituto. En particular, deben pasar una prueba de tornasol. No deben ser socialmente selectivas. Y la mayoría lo es. Puede considerarse como regla general para la participación política que cuanto más exigentes cognitivamente son estas nuevas formas de participación, más excluyen a los estratos (educativos) más bajos. Incluso cuando no sea lo que quieren sus abogados: los experimentos democráticos, si se implementasen masivamente, tienen todo lo necesario para crear democracias elitistas. Incluso más elitistas que lo que ya son hoy en día. La participación actual de dos tercios amenazaría con convertirse en una democracia de un tercio.

Los temas que encienden las divisiones sociales parecen estar cambiando constantemente. ¿Cómo se explica este cambio?
Esto tiene algo que ver con la apertura de las sociedades democráticas. Surgen nuevos problemas o son construidos discursivamente y se los coloca en primer plano. Los debates públicos empeoran cuando siempre se ofrecen los mismos temas, políticas y soluciones. Los nuevos partidos en ascenso son especialmente los que deben buscar nuevos temas, si los temas viejos ya están siendo utilizados por los viejos partidos. Los Verdes son, con sus fuertes políticas posmaterialistas, un ejemplo clásico. Desde principios de la década de 1980, las han puesto en un primer plano de sus discursos. El innegable cambio climático combina perfectamente con la carpeta de políticas de los Verdes y su innegable credibilidad en cuestiones ambientales. Pero también dudo de que la cuestión climática continúe teniendo esta presencia en los medios si el calentamiento global no empeora dramáticamente. Tampoco la política climática dominará los discursos políticos durante años.

El economista político germano-estadounidense Albert O. Hirschman ha comparado la cambiante atención que deparan los discursos en la política con un movimiento pendular entre la búsqueda de intereses privados y la pasión por lo público, la res publica. Este movimiento pendular hará también que cambien los temas en los que el discurso público y la política hagan énfasis en el siglo XXI. Pero incluso los temas viejos pueden ser reciclados. Lo estamos experimentando en una nueva edición del nacionalismo. En este caso, la lógica discursiva sigue un vacío de representación que han dejado las elites tradicionales. Aquellos que ya no quieren hablar del Estado-nación (con ropaje democrático) no deberían sorprenderse del neonacionalismo con carcasa no democrática.

El tema del clima actualmente parece contribuir a la polarización. ¿Cómo podría ser una oferta política convincente de los partidos de centroizquierda en este tema?
Es evidente. La dimensión ecológica de la política climática debe estar acompañada por un reparto social de los costos. Por ejemplo, la fijación de precios para las emisiones de dióxido de carbono afecta únicamente a los estratos más bajos. Los estratos más ricos pueden hacer frente fácilmente al cargo adicional y luego podrían eventualmente ser recompensados con el privilegio de un menor tráfico vial y aéreo. En el SPD ya hay proyectos para una política socioecológica de este tipo. El SPD debería seguir ampliándolos. Además, la política climática debe ser internacionalizada. Si Alemania y Escandinavia la impulsan en soledad, no se gana nada a escala mundial. Hay que convencer a China, la India, Estados Unidos, Brasil y Rusia. Si esto no sucede, tampoco tendría efecto una intensificación de la deficiente política climática alemana en la lucha contra el calentamiento global. Y en lugar de una política con efectos concretos, estaríamos poco menos que dándonos una vanidosa palmadita en el hombro.

Wolfgang Merkel es director del Departamento de Democracia y Democratización del Centro de Investigación de Ciencias Sociales de Berlín (WZB), jefe del Rule of Law Center del WZB y profesor de Politología Comparada e Investigación de la Democracia en la Universidad Alexander von Humboldt de Berlín

FuenteIPG



Cristina no ha cambiado… @dealgunamanera…

Nelson Castro: “Alberto tiene personalidad pero está cristinizado”...

María O”Donnell y Ernesto Tenembaum recibieron a Nelson Castro.

© Publicado el viernes 06/06/2019 por www.canalnet.tv de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

María O”Donnell y Ernesto Tenembaum recibieron a Nelson Castro en Corea del Centro para hacer un análisis del gobierno que viene. El periodista enfatizó que el presidente electo, Alberto Fernández, “tiene personalidad, no es un títere, pero está cristinizado en referencia a Cristina Fernández de Kirchner) y Cristina no ha cambiado, es una persona enferma.

Además, Nelson Castro expresó que “si lo que viene es la división, van a fracasar”. También destacó que tanto en la gestión de Mauricio Macri como en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner el mayor peso fue la grieta y señaló que unir al país será más importante que la economía.

Video de la entrevista:

María O”Donnell y Ernesto Tenembaum recibieron a Nelson Castro.


martes, 3 de diciembre de 2019

Superliga Argentina. Unión 1 vs. Huracán 0... @dealgunamanera


El Globo perdió ante Unión en Santa Fe…


La institución de Parque Patricios cayó por la mínima en su visita al Estadio 15 de Abril en el partido correspondiente a la fecha 15 de la Superliga Argentina.

© Publicado el martes 03/12/2019 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Unión de Santa Fe y Huracán de Parque Patricios protagonizaron este lunes el encuentro que le dio cierre a la jornada 15 de la Superliga Argentina de Fútbol 2019-2020. El local venía de caer como visitante contra Boca Juniors, mientras que el Globo llegaba de igualar contra Central Córdoba de Santiago del Estero.

A los 5 minutos de juego, Walter Bou aprovechó una desinteligencia de la defensa quemera para convertir el 1 a 0 a favor de los santafesinos. El tanto fue un golpe anímico importante para los dirigidos por Leonardo Madelón, que contaron con las mejores oportunidades de la etapa inicial.

El delantero Bou estuvo a nada de meter el 2 a 0, pero su remate salió desviado. Después de un córner, Ezequiel Bonifacio pateó de media distancia y Antony Silva se quedó con la pelota. Previo al entretiempo, Gabriel Caravajal ejecutó un tiro libre y el arquero paraguayo la quitó para un costado.

De cara al segundo tiempo, Néstor Apuzzo decidió incluir a Agustín Curruhinca con el objetivo de contar con mayor gente en ofensiva. En estos 45 minutos del complemento, el equipo de Parque Patricios tuvo varias chances para llegar al empate. La primera fue en los pies de Lucas Barrios, que controló en la puerta del área y remató por arriba.

Al instante, Barrios recibió la pelota a metros del arco rival, definió y Damián Martínez la rechazó de cabeza en la línea. 

De contragolpe, Juan Ignacio Cavallaro contó con dos situaciones para aumentar el marcador, pero en una de ellas se encontró con Silva y, en la otra, el balón se fue por encima del travesaño.

En una de las últimas jugadas del cotejo, Saúl Salcedo apareció en el área local y pateó de media vuelta, exigiendo una buena respuesta de Sebastián Moyano. Sin tiempo para más, Unión se llevó la victoria por 1 a 0 ante Huracán. 

Síntesis:

Unión: 1

Sebastián Moyano; Damián Martínez, Yeimar Gómez Andrade, Brian Blasi, Claudio Corvalán; Ezequiel Bonifacio, Nelson Acevedo, Jalil Elías, Gabriel Carabajal; Walter Bou y Franco Troyansky. DT: Leonardo Madelón.

Huracán: 0

Antony Silva; Gonzalo Bettini, Saúl Salcedo, Nicolás Romat, César Ibáñez; Mauro Bogado, Mariano Bareiro, Walter Pérez, Rodrigo Gómez; Fernando Coniglio y Lucas Barrios. DT: Néstor Apuzzo.

Gol en el primer tiempo: 5m. Bou (U).

Cambios en el segundo tiempo: antes del inicio, Agustín Curruhinca por Pérez (H), 18m. Federico Milo por Corvalán (U), 21m. Javier Méndez por Elías (U), 23m. Nicolás Cordero por Bettini (H), 29m. Juan Ignacio Cavallaro por Bou (U) y 41m. Juan Vieyra por Romat (H).

Amonestados: Troyansky, Damián Martínez, Corvalán (U); Rodrigo Gómez, Bareiro (H).

Árbitro: Mauro Vigliano.

Estadio: 15 de Abril (Santa Fe).




Video: Superliga Argentina.



lunes, 2 de diciembre de 2019

Murió el obispo Miguel Hesayne... @dealgunamanera...

Murió el obispo Miguel Hesayne, denunciante de la dictadura. Tenía 96 años…



“La Iglesia debe meterse en política", dijo alguna vez el obispo emérito de Viedma, uno de los pocos miembros de la jerarquía eclesiástica que denunció al terrorismo de Estado.

© Publicado el domingo 01/12/2019 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Miguel Hesayne, obispo emérito de Viedma, murió este domingo. Fue uno de los pocos miembros de la jerarquía de la Iglesia católica que denunció durante la dictadura las violaciones a los derechos humanos, junto con Jorge Novak, Jaime de Nevares y Enrique Angelelli. Nacido en Azul, provincia de Buenos Aires, estaba por cumplir 97 años. 

Hesayne se había ordenado como sacerdote en 1948, a los 26 años, en el seminario San José de La Plata. En 1975, pocos meses antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976, fue nombrado obispo de Viedma. Desde ese lugar denunció los secuestros y desapariciones.

“La tortura es inmoral, la emplee quien la emplee"

El 21 de abril de 1977 Hesayne intentó presentar al ministro del Interior de la dictadura, Albano Harguindeguy, de visita en Río Negro, los casos de violaciones a los derechos humanos que se denunciaban en el Obispado. “Regresé de dicha entrevista angustiado, apenado y embargado de un gran temor por el futuro inmediato de nuestro país”, escribió tres días en una carta dirigida a Harguindeguy.

Hesayne dijo entonces haber comprobado que no se trataba de “errores cometidos por algunos” sino que “desde la alta oficialidad se reniega prácticamente del Evangelio al ordenar o admitir la tortura como medio indispensable”. También señaló públicamente: “La tortura es inmoral, la emplee quien la emplee. Es violencia y la violencia es antihumana y anticristiana”.

Su declaración en el juicio por la muerte de Angelelli

En 1985, Hesayne declaró en el Juicio a las Juntas. En 2006 fue también uno de los testigos en el juicio por la muerte del obispo Enrique Angelelli, a la que calificó como un “martirio”. Recordó que Angelelli le dijo que estaba siendo perseguido y le manifestó su intención de renunciar porque veía cómo le estaban matando a sus ovejas, ya que no podían –o no habían logrado– matarlo a él.

A los pocos días de la muerte del obispo riojano, Hesayne recibió un anónimo en carta expresa con matasellos de Córdoba en la que le decían más o menos estas palabras: “No siga hablando, ya hemos callado a Angelelli”.

Frente a la pobreza

En democracia, Hesayne mantuvo en alto su voz contra las políticas de ajuste. En los '90 se opuso abiertamente a la política económica del menemismo. Defendía la necesidad de que los hombres de la iglesia participaran en política, y recurrió a la publicación de cartas como modo de hacer escuchar sus cuestionamientos.

En 1999 le escribió a Carlos Menem, en medio de una polémica que el entonces presidente mantuvo con el titular de Cáritas de Argentina, el obispo Rafael Rey. Menem aseguró que en su gestión la pobreza había bajado, Rey lo desmintió, con la aclaración de que había aumentado en relación a los cinco años previos. Menem acusó a Rey de "mentiroso"· Hesayne decidió entonces escribir su carta. "Ud. puede hasta engañar al Papa con sus falacias políticas, pero no a Jesucristo, para quien todos sabemos que verdaderamente hoy la pobreza es demasiada".

En 2001, con otra carta, criticó las políticas neoliberales de Fernando de la Rúa. "Su gobierno viene tomando medidas que son un genocidio de guante blanco", sostuvo. Y se preguntó si era lícito que el presidente siguiera comulgando.

Durante la presidencia de Eduardo Duhalde salió al cruce de los pedidos de que necesitaba tiempo para salir de la crisis. “Con la 'caridad limosnera' o 'ayuda social' no se cumple con la justicia social. El primer derecho de un hombre o de una mujer es el trabajo dignamente remunerado. Van a ser 26 años que vengo escuchando la promesa de que, una vez arregladas las grandes finanzas y pagadas las deudas del Estado se va a encarar la solución del problema social en forma digna. Se lo oí al ministro Martínez de Hoz en noviembre de 1976, en al aula episcopal pidiendo paciencia a los obispos. Y ahora se escucha de Ud. y colaboradores que se tenga paciencia".

El obispo se destacó durante toda su trayectoria por su compromiso social y por su tarea en defensa de los derechos humanos, aun cuando esto lo llevó a enfrentarse con muchos de los miembros de la jerarquía católica argentina. En 1995, cuando tenía 72 años de edad y todavía le faltaban tres para llegar al límite establecido por la Iglesia para abandonar el gobierno pastoral de una diócesis, renunció a su cargo. Desde su retiro se dedicaba a la formación del laicado, en la ciudad de Azul.





Sigue la incertidumbre. ¿Hay algo para mí, o no?... @dealgunamanera...

¿Hay algo para mí, o no?

"Les dije que me dolía" Emilio Monzó. Dibujo: Pablo Temes

Hasta que Alberto Fernández anuncie el nuevo gabinete, muchos pugnan por un cargo. Macri, sin autocrítica y una imagen en la UIA impensable hace poco.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 01/12/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


La transición de la nada sigue su curso. Por eso, las miradas están puestas en el 6 de diciembre, cuando Alberto Fernández dará a conocer su gabinete.

“Cristina no vetó a nadie”, dijo Fernández durante el reportaje que concedió a Radio Colonia hace dos días. Sin embargo, desde el interior del Frente de Todos, las voces que hablan de los vetos de la vicepresidenta electa se multiplican día tras día. De concretarse, algunas designaciones hablarán por sí solas de ese poder de imposición de CFK.

Ejemplos. Un caso es el de Alejandro Vanoli, cuestionadísimo ex presidente del Banco Central, que tiene una causa judicial a cuestas por la venta de dólares a futuro, mencionado para ocupar la titularidad de la Anses. Cómo no imaginar una situación de controversia con Sergio Massa, una de cuyas referentes más notables es Mirta Tundis, un nombre puesto para ese cargo, a quien Cristina siempre ha manifestado un particular desamor. En voz muy baja, algunos referentes del Frente Renovador reconocen que esperaban un poco más en la repartija de cargos.

En el armado del futuro gobierno surge con claridad la distribución del poder. AF manejará el Poder Ejecutivo y CFK el Congreso, es decir, las comisiones y las designaciones de jueces.

A propósito de causas judiciales que incriminan a ex funcionarios kirchneristas, hay que decir que la marcha del viernes por una Navidad sin “presos políticos” fue un fiasco. Nadie puede creer seriamente que Amado Boudou, Julio De Vido, Ricardo Jaime o José López sean presos políticos. Una cosa es revisar los criterios de la prisión preventiva, y otra muy distinta es llamar preso político a quien tiene un fallo condenatorio en primera y segunda instancia. ¿Dirán lo mismo si la Justicia condena a algún funcionario del gobierno saliente?

Economía. Pero volvamos al gabinete del futuro gobierno. La expectativa mayor, claramente, está puesta en Economía. Descartado ya Guillermo Nielsen, aparecieron “tapados “como Martín Guzmán y Martín Abeles, quienes no perecen tener el peso político suficiente para enfrentar los desafíos internos y externos con los que deberán lidiar no bien comience la nueva administración. Por eso en el horizonte se perfila una vez más Matías Kulfas como el favorito.

Lavagna. El río de versiones que hubo en la semana incluyó una supuesta reunión entre AF y Roberto Lavagna, de la que se dio hora y lugar de realización. La verdad es que esa reunión nunca se hizo. ¿La habrá durante el fin de semana?

Lo único cierto hasta aquí es que el ex candidato presidencial de Consenso Federal tiene una visión bastante negativa de esta transición. La designación de su hijo Marco para ocupar la titularidad del Indec –una muy buena elección del presidente electo– ha ido por un camino independiente y no debe tomarse como indicio de una cercanía o pertenencia al nuevo gobierno del ex ministro.

Hubo por allí sobrevolando la idea de que Lavagna podría estar al frente del Consejo Económico Social. Esa idea no lo entusiasma mucho. Su pensamiento es que esa estructura no debería estar en sus manos sino en las de alguien designado con el consenso de sus futuros integrantes.

Preocupa a Lavagna que, a diez días de asumir, el futuro presidente no haya definido aún su conformación y que hayan circulado rumores de que sugiere nombres. “Eso es absolutamente falso. Nunca ocurrió ni ocurrirá”, asevera con algo de fastidio una voz de la cercanía estrecha del ex ministro de Economía.

En las oficinas de Puerto Madero de AF reina el desorden. Así, mientras el jueves Fernández respondía mensajes por Twitter, muchos aspirantes a funcionarios fatigaban sus dedos enviándole tuits que hasta el día de ayer no habían tenido respuestas. La pregunta que le hacían era muy simple: “¿Hay algo para mí, o no?”.

Macri. En Juntos por el Cambio ha comenzado el tiempo de la catarsis. El amén a Macri se va terminando junto con su fallido gobierno; los reproches, en cambio, no. Por el contrario, van en aumento.

Unos, como los de María Eugenia Vidal, son amables. Otros, en cambio, son más agrios. La columna que escribió Emilio Monzó en la edición del jueves de La Nación es un ejemplo. No a la obsecuencia, dice ahí el saliente presidente de la Cámara de Diputados, a quien ni Macri ni Vidal trataron bien.

Los discursos de despedida del presidente exhiben una notoria falta de autocrítica, indicio de una significativa falta de contacto con la realidad.

“No podemos disfrazar de victoria una derrota”, dijo sin pelos en la lengua Nicolás Massot, uno de los castigados al ostracismo por su cercanía con  Emilio Monzó.

“Dejamos la vara muy alta”, viene diciendo Macri sin ruborizarse. ¿36% de inflación anual en 2016, 24,8% en 2017, 47,6% en 2018 y más del 50% en 2019, 35% de pobreza, una deuda externa monumental, empresas que siguen cerrando, miles de personas que se quedan sin trabajo, es dejar la vara muy alta? Como dijo uno de los empresarios que asistieron a la conferencia que organizó la Unión Industrial Argentina, “Macri no se dio cuenta de que quiso gobernar el país sobre una realidad que no existía”.    

Lo vivido el jueves en ese encuentro demostró una vez más que la realidad supera con creces la ficción. Ver por un lado al presidente electo aplaudido repetidamente por un auditorio totalmente colmado por empresarios que pugnaban por acercársele para saludarlo y sacarse fotos y selfies con él y, horas después, al actual presidente siendo recibido con tibios aplausos por una concurrencia menor que lo escuchó por compromiso habría representado una imagen de ficción hasta hace unos pocos meses.

O quam cito transit gloria mundi (“Oh, cuán rápido pasa la gloria del mundo”). Es lo que, con cierta lobreguez, debe haber pensado Macri a esa hora en ese lugar.