Recuperan al nieto desaparecido Nº 100
Matías Espinosa y la historia de su padre, una de las más dramáticas historias del enfrentamiento entre Montoneros y la Dictadura.
Tulio Valenzuela, asesinado por el Terrorismo de Estado, fue
también condenado por la Conducción Nacional de Montoneros.
La organización Abuelas de Plaza de Mayo tuvo la satisfacción de anunciar la aparición de Matías Espinosa, quien así se convirtió en el nieto recuperado número 100. Actualmente docente, el joven es hijo del militante desaparecido Tulio Valenzuela, protagonista de una de las historias más emblemáticas de la violencia en que estaba inmersa la Argentina.
Matías Espinosa (quien lleva el apellido de su madre Norma), es hijo de Tulio "Tucho" Valenzuela quien no pudo reconocerlo porque vivía en la clandestinidad debido a que era una de las cabezas de la columna de Montoneros en Rosario. Precisamente, "Tucho" Valenzuela fue protagonista de una las historias más dramáticas e increíbles del enfrentamiento entre Montoneros y la dictadura militar.
La historia de su padre. En uno en uno de los tantos operativos ilegales, la dictaduta captura a Valenzuela. Detenido en un campo de concentración el por entonces general Leopoldo Galtieri le ofrece liberarlo -pero dejando como rehen a su mujer Raquel Negro y su hija- a cambio de que conduzca a los militares hasta Mario Firmenich por entonces exiliado en México.
“Tulio simula comerse los argumentos e inician conversaciones políticas con él (en alusión a Firmenich)", contó Alfredo Álvarez, íntimo amigo del militante desaparecido. En febrero de 1977 Valenzuela viaja con un grupo de militares al Distrito Federal de México, pero antes de entrar en contacto con la cúpula montonera logra fugarse de sus captores.
Doblemente condenado. Posteriormente logra ponerse en contacto con los jefes máximos del grupo guerrillero a quienes les revela el plan siniestro de los hombres de la dictadura. Dan una conferencia de prensa donde cuentan los planes de Galtieri lo que desencadena un conflicto diplomático y los secuestradores son expulsados de México. Pero la decisión de "Tucho" de salvar a los jerarcas montoneros no fue bien entendida por la Conducción Nacional del grupo guerrillero que le realiza un juicio revolucionario en el que se reconoce su heroismo, pero se lo condena por traición.
Su compañera de entonces, Raquel Negro (que había dado a luz a la hija de ambos en 1978, la cual fue recuperada por Abuelas de Plaza en 2008), fue asesinada por las fuerzas represivas de la dictadura después de, aparentemente, haber dado a luz a mellizos.
Cinco meses después, Tulio Valenzuela volvió voluntariamente a la Argentina en el marco de la Primera Contraofensiva Montonera y, al verse cercado por integrantes de un grupo de tareas de la ESMA, se suicidó ingiriendo una pastilla de cianuro.Otras versiones dicen que murió acribillado. Su cuerpo nunca apareció.
El número 100. Matías Espinosa se crió con su madre Norma Espinosa -alejada de la militancia en 1975- y sus abuelos maternos, estudió Educación Física y actualmente se dedica a la docencia. A pesar de que desde niño su madre le contó detalles referidos a su padre, fue durante su adolescencia cuando el joven tomó conciencia de que su padre era Tulio Valenzuela y que se encontraba desaparecido.
Fue en ese momento cuando se acercó por primera vez a Abuelas, donde le facilitaron el contacto con sus tíos paternos en San Juan. En 2009, tras la restitución de Sabrina (su media hermana, hija de Valenzuela y Raquel Negro), Matías fue derivado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para confirmar su filiación y convertirse en el nieto recuperado número 100.
© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el martes 22 de Diciembre de 2009.
Iba a entregar a Firmenich y burló a Galtieri.
En los 70 fue una de las cabezas de Montoneros en Rosario. Cuando lo detuvo la dictadura, hizo un pacto con Galtieri: guiar a los militares hasta Firmenich y la cúpula de la organización que estaba en México, a cambio de su libertad. Pero al llegar al DF se escapó y reveló a la prensa el operativo. Lo pagó con la vida de su esposa, que estaba detenida y embarazada. PERFIL revela fotos y cartas inéditas de una historia conmovedora.
Desde Managua. Alfredo Alvarez, íntimo amigo de Tulio, le cuenta a Héctor Valenzuela cómo su hermano guerrillero frustró el operativo México. Comenta que al detenerlo, Galtieri trató de convencerlo para hacer un pacto con Montoneros, pero que el problema era Firmenich. “Tulio simula comerse los argumentos e inician conversaciones políticas con él.” En febrero de 1977, Valenzuela viaja con militares al DF, pero al llegar se escapa y delata todo ante la prensa. Los líderes montoneros logran huir.
Juventud. Tulio nació en 1945 en San Juan, donde vivió hasta que en 1963 fue a Buenos Aires para estudiar Derecho en la UBA. Allí inició su militancia en la Juventud Peronista. Después, se unió a Montoneros en Rosario. En Jujuy, se casó con Alcira Fidalgo, su primera esposa.
Confirmación. Firmenich le escribe a la madre de Tulio para decirle que su hijo falleció. Hay dos versiones sobre su deceso en 1978. Alvarez relata que muere durante un tiroteo con militares: “Tulio cae en combate junto con dos compañeros. Se sabe que es el último en caer y que cuando los verdugos llegan a él, el flaco ya está muerto”. Otra versión sostiene que antes de que lo mataran tomó cianuro. “Se mató con la pastilla, el hijo de puta”, habría dicho el represor Eduardo “Tucu” Constanzo.
Familia. Cuando conoció a Raquel Negro en Rosario, ella ya tenía un hijo de un matrimonio anterior, llamado Sebastián (fotos). Tulio se casó con Raquel y ella quedó embarazada. Pero al poco tiempo los dos fueron detenidos en el centro clandestino Quinta de Funes. Antes de hacer fracasar el operativo México, Tulio habló con ella para adelantarle su plan, y ella aceptó morir por la causa revolucionaria. Constanzo declaró después a la Justicia que la vio llegar a Paraná muerta y desnuda en el baúl de un auto, tras parir.
Desde el exilio. Valenzuela fue detenido tres veces. La primera fue en 1973 en Jujuy, en donde le dejaron medio cuerpo paralizado por las torturas. Tras dos experiencias similares en 1975 y 1977, se exilió en Costa Rica, Nicaragua, Uganda, Suiza y España. Desde allí mantuvo informada a su familia por correspondencia. En una carta dice no saber nada de Raquel y tampoco de su embarazo. “El segundo pibe debe haber nacido ya (...) pero no tengo la menor idea de él”, confiesa. Ignoraba que esperaba mellizos.
Militante. Tulio creció dentro de la estructura montonera hasta convertirse en comandante militar y encargado de prensa. También era miembro del Consejo Superior de la organización. Tras hacer fracasar el operativo México (foto izquierda, luego de hablar con la prensa), Montoneros le hace un juicio revolucionario en el que, según Alvarez, se reconoce su heroismo, pero “se le reprocha el haber puesto en riesgo a la conducción nacional. Como sanción lo degradan (foto abajo, partiendo hacia el exilio).
Gestiones. En una misiva reciente, el hermano de Tulio cuenta datos desconocidos hasta ahora. Dice que en su desesperación por saber algo de Raquel y de su hijo, Tulio “le envió una carta a Galtieri y otra a la Junta de asesinos”. También le escribió al Papa. Pero no obtuvo respuesta. Héctor Valenzuela relata, además, que tiempo después le remitió una carta al hijo que no llegó a conocer “donde le explica por qué había caído su mamá”. Tulio nunca supo que tuvo mellizos y que fueron apropiados por los militares. Se creía que uno murió al nacer, pero ahora hay dudas.
© Escrito por Andrea San Esteban y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Marzo de 2008.