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lunes, 16 de septiembre de 2024

Chicanas y turbulencias… @dealgunamanera...

 Chicanas y turbulencias…

¡Qué semanita...! Pato Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno deja atrás una semana intensa de disputas que demuestra la necesidad de que le dé aire a su ala política.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 14/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Fue una semana turbulenta. Otra más. Y lo fue tanto dentro como fuera del Gobierno. El enfrentamiento del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con Santiago Caputo, el asesor estrella del Presidente, no fue un rumor sino una realidad. “Tanta tensión hizo que Francos terminara en el hospital”, se escuchó decir en tono de chicana por los pasillos del poder a los que no lo quieren mucho a Caputo sobre quien, dicho sea de paso, son cada vez más los que echan pestes dentro del ámbito del Poder Ejecutivo.

Hay una realidad indiscutible: Francos encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdos con los sectores de la oposición que le son afines al oficialismo. Caputo, en cambio, no.  La búsqueda de acuerdos es la esencia de la política. El joven maravilla no sabe nada de eso. A ella debió recurrir en definitiva el Presidente en un intento de último momento para convencer a cinco diputados de la Unión Cívica Radical de cambiar su voto y evitar que el frente opositor lograra revertir el veto presidencial a la nueva fórmula de cálculo de haberes para jubilados y pensionados.

Francos encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdo con los sectores de la oposición afines al oficialismo.

Ese manotazo de ahogado de Milei dio resultado. El que intentó con algunos dirigentes opositores del mismo partido para evitar el rechazo del DNU por el que se asignaban 100 mil millones de pesos en gastos reservados para los servicios de inteligencia, no. Es increíble que el Presidente no haya advertido  que, a la vista de los nefastos antecedentes del mal uso de los gastos reservados destinados a los servicios de inteligencia, ese proyecto era absolutamente contradictorio con los postulados de transparencia que pregona La Libertad Avanza, y que, el intento de imponer semejante decisión a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia era de imposible concreción.  Logró así un récord: fue la primera vez desde la creación de los DNU –hecho que estableció la Reforma Constitucional de 1994– que se lo rechaza.

Milei ha perdido el foco respecto de lo que representa el veto a la reforma de la fórmula de cálculo de los haberes de los jubilados como así también el atinente a la Ley de Financiamiento Universitario, medidas que perjudican claramente a la población, dentro de la cual hay muchos que lo votaron. Ellos creyeron y apoyaron la idea de terminar con la casta. Pero ni los jubilados ni los estudiantes, docentes y trabajadores de las universidades son la casta. Una cosa es combatir la corrupción que existe en muchos negociados oscuros de las universidades, pero eso hay que hacerlo con las casas de estudio funcionando a pleno y resguardando la calidad que, a pesar del sin fin de dificultades que enfrentan, mantienen muchas de ellas. La educación es esencial.

El Gobierno esperaba un índice de inflación correspondiente al mes de agosto bastante menor. El 4,2% que reflejó el Indec, dejó un sabor amargo en el equipo económico y en el Gobierno en general. Se dio algo que había anticipado Domingo Cavallo: bajar la inflación debajo del 4% va a ser una tarea difícil y larga.

Veremos qué anuncia el Presidente en la presentación de la Ley de Presupuesto 2025, una presentación que tendrá mucho de show, algo que a él le encanta. Milei busca ser el centro de todo. Eso sirve por un tiempo que se acorta si las medidas económicas no logran generar bienestar general, algo que está ausente de este duro presente. Habrá muchas bancas vacías. Un empresario lo definió con tono de suspenso: “Podés ordenar la macro, bajar el déficit fiscal y la inflación, pero si no hay reactivación, la plata en la calle no aparece. Para muchos argentinos ha comenzado la cuenta regresiva”.  

En este ámbito de pelea constante, en la Casa Rosada y el Ministerio de Economía se celebró la decisión del directorio  del Fondo Monetario Internacional de desplazar de sus funciones como encargado de las negociaciones con el gobierno argentino al Director del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdés, quien fue ministro de Hacienda de Michelle Bachelet. En el Gobierno entienden que de esta manera queda allanado el camino para cerrar un nuevo acuerdo con el organismo que le permita a la Argentina acceder a nuevos fondos sin los cuales levantar el cepo se hace imposible. La persistencia del cepo es un obstáculo para los proyectos de inversiones extranjeras de los cuales tanta dependencia tiene nuestro país.

Una vez más, el principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada. No hay nadie enfrente y, según parece, no lo habrá por un buen tiempo. En La Rosada respiran aliviados, pero empiezan a aparecer los primeros sincericidios. “Está bien correr con ventaja, pero algunos lo viven con un dejo de pedantería y hasta soberbia que ni les permite ver que este panorama despejado de nubarrones no durará para siempre” –reconoció una voz que frecuenta los pasillos del poder. No es para menos, el kirchnerismo residual y el rancio por igual, le recuerdan a la gente lo inviable de aquel pasado tortuoso. El paro aeronáutico generó una bronca incontenible entre miles de argentinos que no pudieron llegar a sus destinos. Entre ellos, pacientes que debían ser operados y que tuvieron que reprogramar cualquier intervención. Aerolíneas Argentinas sigue siendo refugio de gremialistas sin escrúpulos –como Pablo Biró– que ganan millones y no resignan poder. La extorsión es su bandera. La empresa convocó a una asamblea accionaria para mediados de la semana próxima para exigir la expulsión de Biró del directorio. A Javier Milei, este tipo de conflictos le vienen como anillo al dedo. La poca inteligencia de Biró no le permite ver ese lado de la película. Kirchnerismo en estado puro.

El principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada: no hay nadie enfrente.

El Gobierno iniciará una nueva semana luego de fuertes turbulencias. Debería detenerse a pensar en darle más pista al ala política representada por Guillermo Francos y levantar el pie del acelerador con el látigo y el banquito. La realidad demanda acuerdos urgentes y el oficialismo ya no puede perder más tiempo en chicanas y malos tratos.




domingo, 26 de mayo de 2024

Ajuste que no cesa. Nadie es irreemplazable… @dealgunamanera...

Ajuste que no cesa. Nadie es irreemplazable…


En tránsito, Nicolás Posse. Dibujo: Pablo Temes.

Javier Milei ha dejado en claro que todos sus ministros y funcionarios de alto nivel están bajo análisis permanente. No hay respiro para nadie.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Hay un estado de revulsión dentro del Gobierno. El anuncio hecho por parte de Javier Milei en el reportaje con Luis Majul acerca de los cambios que habrá en el gabinete después de la aprobación de la ley Bases y Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos es la confirmación de las tribulaciones que se viven en el corazón del poder. El hombre señalado es Nicolás Posse. El actual jefe de Gabinete, cuya voz conocimos recién hace diez días, cuando presentó su informe ante el Senado, no es cualquier funcionario. Por el contrario, es alguien que conoce al jefe de Estado desde hace años, de quien fue jefe en Aeropuertos Argentina 2000. Desde hace semanas las cosas no venían bien con el funcionario. Su relación con Karina Milei era tensa y crecientemente complicada. A él se le atribuyó el error de los aumentos de sueldos a los miembros del Poder Ejecutivo. A eso se le suman críticas por sus dificultades para encarar la gestión. Y no están ausentes también las sospechas que apuntan a cosas poco claras en el ámbito de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

Frente a todos los inconvenientes de gestión por los que atraviesa el Gobierno, el Presidente despliega una estrategia comunicacional intensamente proactiva. El objetivo es claro: concentrar la atención sobre sus excentricidades y exabruptos para generar una agenda paralela que desplace la que atañe a la situación que vive la gente de a pie, en la que se enseñorean los aumentos de precios, la caída de la actividad económica, los despidos y la penuria causada por las crecientes necesidades de los que caen súbitamente en la pobreza y la indigencia. Esta semana los ejes de la agenda comunicacional que marcó el líder libertario pasaron por la disputa personal –innecesaria– con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez; el acto y show en el Luna Park, en donde el jefe de Estado presentó su libro y cantó, la tapa de la revista Time, la visita a La Rural y el acto sin pacto de ayer en Córdoba en la conmemoración de la Revolución de Mayo.

Hay que reconocer que, hasta el momento, todo esto le está dando resultado. El apoyo popular sigue intacto y por momentos renovado e incrementado. Lo que nadie sabe es hasta cuándo. Lo que sí está claro es que la oposición, con sus desaciertos, lejos está de poder perforar este núcleo duro de apoyos que concentra el Presidente. No solo eso. Con sus comportamientos, en los que lo que abunda es el oportunismo y la chicana de poca monta, la oposición parece empecinada en hacer todo lo posible para ayudar al oficialismo a fortalecerse. En el PRO, la imparable crisis que se viene desatando desde las elecciones del año pasado lejos está de encontrar su techo, alimentada por la fuerte interna entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich por la conducción del partido amarillo. A la actual ministra de Seguridad le llueven reproches –según la lectura de sus detractores– por querer intentar (léase forzar) la fusión de un sector del PRO con los libertarios. Los macristas de paladar negro están que trinan: “No podés olvidarte de dónde venís solo por el hecho de tener un cargo en el Gobierno”. Y agregan con malicia: “Bueno, en realidad no está claro de dónde viene”, haciendo referencia directa a la sinuosa carrera de colores políticos de la ministra.

Halcones versus palomas

En Unión por la Patria las cosas no están mejor. El procesamiento de Fernando Espinoza por abuso sexual puso de manifiesto la doble vara moral del kirchnerismo. Para la tribuna quedaron el Ministerio de la Mujer y los derechos de las víctimas a la hora de encubrir al intendente de La Matanza. El propio Axel Kicillof y la pomposidad de Mayra Mendoza quedaron en offside al no poder hacer pie en sus declaraciones sobre el caso. El gobernador de la provincia de Buenos Aires necesita pisar sobre seguro para poder seguir construyendo poder en su territorio. No es momento de pelearse con nadie, más aún cuando aparecen encuestas que señalan que sectores medios y bajos de la población le dan su apoyo al presidente Milei. La base electoral que siempre le ha servido de sustento al peronismo –sobre todo en las profundidades del Conurbano– ya no es un lugar seguro.

A estas horas nadie sabe bien cómo y cuándo la ley Bases será aprobada. A medida que pasan las sesiones de las comisiones parlamentarias del Senado, el mamotreto pergeñado por Federico Sturzenegger se va deshilachando mientras su nombre suena cada vez más fuerte para ingresar a un posible nuevo gabinete. Un día le modifican un artículo y al siguiente, otros más. Cada cambio envalentona a los senadores de la oposición y a sectores con capacidad de lobby para encarar el intento de alcanzar más enmiendas. Se ha transformado así en algo que parece ser de nunca acabar. El kirchnerismo duro sigue festejando de manera infantil la caída del “pacto de mayo” mientras el Presidente intenta mostrarse imperturbable rockeando en un acto partidario. La presentación de su nuevo libro, Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica, fue una excusa perfecta para volver a marcar la cancha y concentrar la atención pública, pero no bastó para apaciguar el malestar que se vive puertas adentro de La Libertad Avanza. La palabra correcta es incertidumbre. Eso sienten muchos de los funcionarios oficialistas respecto de su propia continuidad en el poder. Parece claro que la estrategia de Milei es que nadie se crea que tiene el lugar asegurado. Nadie es irreemplazable y todos están bajo análisis permanente. El Presidente debería entender que una cosa es la eficiencia como base sólida de continuidad y otra muy distinta es el caos interno que genera su modo de ejercer el poder, el de su hermana y el del consultor estrella, Santiago Caputo. No hay respiro para nadie, mucho menos para cada uno de los argentinos que están haciendo esfuerzos inconmensurables para seguir creyendo que habrá luz al final del túnel. Que así sea.



   

domingo, 24 de marzo de 2024

De león a jamón del medio… @dealgunamaneraok...

De león a jamón del medio

Victoria Villarroel. Dibujo: Pablo Temes. 

El choque con Villarruel tiene una larga historia en la democracia. Todos los presidentes tuvieron malas relaciones con sus compañeros de fórmula.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

 

La semana comenzó para el Gobierno con una necesidad: la de hacer un control de daños. El rechazo del DNU en el Senado le causó al Presidente un profundo enojo no solo con la oposición, sino también con la vicepresidenta. Las críticas contra Victoria Villarruel devinieron en acusaciones, cuando José Luis Espert, flamante incorporación de La Libertad Avanza, dio sustento a la idea de un eventual plan de desestabilización encabezado por ella. Las conversaciones en pos de “desmentir” la tensión entre Javier Milei y su vice culminaron con la foto que compartieron el lunes durante el acto de conmemoración de los 32 años del ataque terrorista aún impune contra la Embajada de Israel. La paz así alcanzada duró poco. El estrépito producido por las declaraciones de la vicepresidenta el jueves en el programa de Jonatan Viale por TN dieron por tierra con el idilio y abrieron una caja de Pandora. No queda claro por qué Villarruel tomó la decisión de exponer tan abiertamente sus diferencias con el Presidente y de hacerlo hasta con un aire de ninguneo que fue motivo de cientos de memes y burlas en las redes sociales a las que Milei es tan adepto.

El Presidente, que se presenta a sí mismo como un león, quedó reducido a la dimensión del “jamón del medio” entre dos mujeres con ambiciones de poder: su hermana Karina y Villarruel. La vice lo trató a Milei de “pobrecito” y, además, le cuestionó las designaciones de 
Patricia Bullrich
 como ministra de Seguridad, y de Luis Petri al frente del Ministerio de Defensa, la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcoterrorismo, la elección del juez federal Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia, la anulación de los aumentos de las dietas de los senadores, las cesantías de empleados estatales y un largo etcétera.
Los gobernadores saben que necesitan del gobierno nacional para no arriesgarse a pasar un invierno malo.    
Es notable observar cómo la mala relación entre el presidente y el vice es una constante que se repite a lo largo de la historia de nuestro país. Fue Domingo Faustino Sarmiento quien limitó la función del vice –el suyo fue Adolfo Alsina– a tocar la campanita en las sesiones del Senado. En la renacida democracia argentina, esa relación estuvo contaminada por la desconfianza y la intriga. Víctor Martínez, que fue un vicepresidente absolutamente leal, fue el blanco de sospechas y teorías conspirativas durante todo el mandato de Raúl Alfonsín. Carlos Menem, no bien pudo, se lo sacó de encima a Eduardo Duhalde y lo mandó a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. A Carlos Ruckauf, el vice durante su segundo mandato, lo ignoró olímpicamente. Carlos “Chacho” Álvarez renunció a su cargo a los nueve meses de haber asumido, hiriendo de muerte la presidencia de Fernando de la Rúa. Néstor Kirchner le prohibió a Daniel Scioli ir a la Casa Rosada después que el entonces vicepresidente hiciera un anuncio sobre la adecuación de las tarifas de servicios públicos. Cristina Fernández de Kirchner rompió para siempre con Julio Cobos después de que este emitiera su “voto no positivo” contra la Resolución 125. Para su segundo mandato, CFK con su dedo eligió a Amado Boudou, a quien terminó fulminando cuando se descubrió el negociado con Ciccone para quedarse con la Casa de Moneda. Mauricio Macri despreció a Gabriela Michetti durante sus cuatro años de gobierno. Y no hace falta ningún esfuerzo de la memoria para recordar la pésima relación entre Alberto Fernández y CFK.  

Que existan diferencias de opinión y de propuestas entre el presidente y el vice no representa, en sí, ningún problema en tanto y en cuanto sean parte de las discusiones que normalmente se dan en la vida política en un marco de diálogo. El problema surge cuando no existe el diálogo. Eso es lo que desnudó Villarruel con sus declaraciones. Y ese es el inconveniente que complica al Gobierno tanto en sus relaciones internas como en las que algunos funcionarios intentan llevar adelante con las otras agrupaciones políticas. Esto genera un ambiente de desconfianza que es el que predomina en las conversaciones con la oposición dialoguista. El Gobierno necesita tener dos certezas. La primera es que el 
DNU
 no va a caer. Eso está en las manos de la Cámara de Diputados. Si la oposición dialoguista decide apoyarlo, el Gobierno podrá tener la certeza de que el DNU se mantendrá vigente. Más complejo es todo lo concerniente a la ley ómnibus. La aprobación de “Bases para el Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos” será más difícil. El Senado representa un escollo muy fuerte para el oficialismo.

Atendiendo a eso es que hay que entender la sorpresiva movida gubernamental con la propuesta del juez federal Ariel Lijo para cubrir una de las dos vacantes existentes en la Corte Suprema. El juez Lijo es la pieza de negociación con los gobernadores del peronismo. En la negociación tuvieron participación activa funcionarios del entorno más estrecho del Presidente, un miembro de la Corte y senadores del peronismo entre los que, coinciden varias voces del Congreso, destacaría José Mayans, el jefe del bloque. La elección de Lijo produjo mucho malestar tanto en sectores internos de LLA –tal cual lo manifestó la vicepresidenta– como en sectores de la oposición.

La explicación que el vocero presidencial Manuel Adorni le dio al periodista Ignacio Ortelli cuando le preguntó por los motivos de la nominación del juez fue endeble. La Corte está en el centro de la atención y la preocupación del Gobierno. De sus decisiones dependerá la suerte de varias de las medidas claves que el oficialismo necesita para llevar adelante su gestión. Está claro que el organismo está llevando las cosas a la larga a la espera de que la política resuelva algunas de las controversias sobre las cuales se le pide dictamen.  

El párrafo final es para Rosario, que está en el centro de la atención del Gobierno. Más allá de las polémicas generadas por la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, lo vivido personalmente en las 48 horas que pasé en Rosario permite dar una idea de la complejidad de la situación. Estuve en los lugares en donde asesinaron a los dos taxistas –Héctor Figueroa y Diego Celentano–, al chofer de colectivo –Marcos Daloia– y al despachante de combustible –Bruno Bussanich. Como consecuencia de ello recibí una amenaza de muerte, en la que me advertían que me podría pasar lo mismo que a José Luis Cabezas. Hecha la denuncia, la policía de la provincia de Santa Fe actuó con una llamativa eficacia y detuvo al sospechoso, quien, sin muchas vueltas, confesó el delito. Luego de escuchar tal confesión, el juez lo dejó en libertad con una pena consistente en llevar adelante tareas comunitarias. ¿Alguien puede creer que así se puede combatir al narcotráfico con éxito?













domingo, 26 de noviembre de 2023

Algo más que el voto bronca… okdealgunamanera...

 Algo más que el voto bronca…


El Gabinete del Dr. Caligari (After Robert Weine). Dibujo: Pablo Temes.

El gabinete del doctor Caligari. Robert Wiene, 1920.

El presidente electo sabe que debe responder también a una gran expectativa de cambio que se expresó en las urnas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/11/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Se vive un clima particular tras el resultado electoral que consagró como nuevo presidente de la Nación a Javier Milei. Por un lado, hay en gran parte de la sociedad un sentimiento de alivio generado por haber dejado atrás al kirchnerismo. Es como haberse liberado de una pesada carga que producía agobio y daño. El kirchnerismo ha sido una desgracia, no porque todas sus medidas de gobierno hayan sido malas –aun cuando las malas fueron mayoría– sino por su concepción antirrepublicana del poder, de sus prácticas corruptas y de su visión antinómica de la política con su lógica ilógica amigo-enemigo. 


El objetivo permanente de Cristina Fernández de Kirchner y sus secuaces fue la búsqueda de la suma del poder público para consagrar la impunidad de los muchos delitos de corrupción cometidos por numerosos funcionarios, comenzando por la misma vicepresidenta. A ese menú se le agregó un ingrediente que fue letal para las aspiraciones de Sergio Massa: su desastrosa gestión, que llevó el índice de inflación a niveles altísimos que no se registraban en el país desde hace treinta años. Así fue que se sirvió de su rol como ministro de Economía para hacer uso y abuso de los recursos del Estado al servicio de su campaña. Por primera vez desde la recuperación de la democracia, al peronismo en el ejercicio del poder le explotó la bomba que fabricó como producto de su mala gestión. El “¡Ah!, pero Macri” no le funcionó. Como tampoco le funcionó la descomunal campaña del miedo que se desplegó contra el líder de La Libertad Avanza.    

Por una renovada esperanza


Convive con ese sentimiento de alivio generado por la caída del kirchnerismo otro motivado por el nuevo gobierno: la esperanza de un cambio. Eso representa un crédito fundamental para Javier Milei, que tiene el desafío de no defraudar. Es decir, no solo hubo voto bronca. El presidente electo alcanzó el poder apoyado por una avalancha de votos que muestran una transversalidad pocas veces vista. Lo votaron personas de todos los estamentos socioeconómicos. Muchos que habían votado al peronismo depositaron en la urna la boleta del binomio Milei-Villarruel. Hay un hartazgo en muchos sectores muy castigados por la pobreza con la condición de sumisión a la que los expone tener que vivir dependiendo de un subsidio, hecho que significa depender de los caprichos de un puntero y de la corruptela que lo circunda. Habrá que ver si esa expectativa de cambio se concreta. Sería algo fenomenal porque representaría un cambio de cultura de enorme impacto político en la necesidad que tiene la Argentina de dejar de lado el populismo al que la llevó el peronismo kirchnerista. Otra prueba de esa sensación de hartazgo es la impactante elección que La Libertad Avanza obtuvo en la provincia de Buenos Aires toda y en vastos sectores del Conurbano. Dejó en claro que esos fueron votos ganados al peronismo y en eso no hay discusión. 


La primera semana del presidente electo lo puso en el camino de la realidad. En una de las varias entrevistas que concedió habló de pragmatismo. Fue un reconocimiento a algo de lo que se habló en esta y otras columnas de opinión: una cosa es la campaña electoral y otra, gobernar. La gobernabilidad de la nueva administración exige acuerdos políticos. La Libertad Avanza por sí sola carece del poder suficiente en el Congreso que necesita para aprobar muchas de sus propuestas. Deberá negociar –como ya se ha visto en estos días– con la casta a la que, por otra parte, ya pertenece. El acuerdo con Mauricio Macri y Patricia Bullrich es evidente. El expresidente tuvo la lucidez de jugar un pleno al ganador. Lo más importante será pues que todo eso se explicite ante la sociedad. Milei es una persona honesta. Y esa es una condición fundamental. Es un punto de partida clave luego de la oleada de corrupción que representó el kirchnerismo. 


Las idas y vueltas en los nombramientos de los funcionarios que lo acompañarán durante su gestión tuvieron un toque de amateurismo. Que se entienda bien, esa misma ingenuidad fue la que lo mostró bien intencionado ante el común de la gente frente a la soberbia infinita de Sergio Massa. Ahora bien, la presidencia nunca es un buen lugar como sala de ensayo. El presidente electo deberá afinar la puntería y volver a ordenar la tropa interna. La salida de Emilio Ocampo, motivada por la elección del ex secretario de Finanzas Luis Caputo, y expresidente del BCRA, fue un golpe duro para los planes de dolarización y “desconexión” del Banco Central. Caputo no es una persona querida en el ambiente; sus ínfulas y su soberbia aún resuenan en lo más alto del Fondo Monetario. Un economista que recuerda los años del macrismo a la perfección señaló que “la renuncia de Toto al Central fue irresponsable porque se fue en el medio de una crisis y con las negociaciones con el FMI sin encaminarse. No fue en buenos términos”.

Frankenstein vs. Drácula


Sin mirar hacia atrás, el futuro titular de la cartera económica ya adelantó ante empresarios y banqueros que “no habrá sorpresas para desarmar la maraña de Leliqs”. Milei ya le había dejado claro que no quería nada similar a un plan Bonex. Aseguró también que “la totalidad de su programa está basada en el equilibrio fiscal y que la prioridad es establecer un ancla fiscal fuerte. El equilibrio fiscal debe empezar recortando 2 puntos del gasto público del PBI”, aseguró. 


Que el árbol no tape el bosque. Milei es el primer presidente economista. Es sabido que tendrá la pericia suficiente para intervenir en las decisiones en materia de economía. Sin embargo, este doble rol encarna algunos peligros encubiertos. En primer lugar, los choques temperamentales con su ministro estarán a la vuelta de la esquina. En segundo lugar, sería esperable que, como presidente, esté por encima de las decisiones de política económica aportando una visión mucho más general y estratégica tanto a nivel local como internacional. En ese plano, la elección de Diana Mondino para conducir el Ministerio de Relaciones Exteriores parece acertada. A pesar de algunos “disparates de campaña”, Mondino es una mujer formada. El presidente electo aguantó los embates del macrismo para colocar en ese lugar a Federico Pinedo. También sostuvo a Mariano Cúneo Libarona en lugar de ceder a la propuesta –casi una exigencia– de sentar en la cartera de Justicia a Germán Garavano. En el entorno de Macri se escuchan quejas por lo que consideran una baja consideración por los votos aportados. “No nos pueden pintar la cara”, bramaron. 


Milei sabe que no puede ceder un ápice si quiere ser un presidente con poder pero también es consciente de su estructura carente de volumen político. En ese delgado equilibrio se juega las primeras fichas para estabilizar su futuro gobierno.




jueves, 2 de noviembre de 2023

Las cartas sobre la mesa… dealgunamaneraok...

Las cartas sobre la mesa…

En pantalla. Milei y Bullrich, en nombre de Macri, escenificaron el acuerdo en los estudios de una señal de noticias. Fotografía: Enrique García Medina.

El triunfo de la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi, de Unión por la Patria (UxP), por una diferencia importante en la primera vuelta de las elecciones presidenciales se ha transformado en el hecho más determinante del escenario político con vistas al momento decisivo del 19 de noviembre.

© Escrito por Juan Carlos Junio el lunes 30/10/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

El electorado derrotó a la variante de la derecha clásica representada por Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), aunque ella había incorporado elementos de odio y violencia de su circunstancial competidor, c.

Así es que se generó una situación de crisis de la alianza de JxC que desnudó el accionar dual del expresidente Mauricio Macri, quien desde el inicio actuó a favor de su fuerza preferida, La Libertad Avanza (LLA).

Los acontecimientos demostraron que Macri llevó a la derrota primero al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y luego a Bullrich, para terminar abrazado a la variante de ultraderecha.

A partir de ahora, los socios Macri y Milei se proponen llevar a la práctica la estrategia que viene de un fracaso: derrotar al kirchnerismo. Lo cierto es que la crisis de JxC está en pleno proceso y se esperan eventuales reacciones de diversos sectores, particularmente del núcleo radical y sus bases, teniendo en cuenta que fueron agredidos abiertamente, tanto por Milei como por Macri, sus actuales dirigentes así como sus símbolos históricos, particularmente Raúl Alfonsín.

Negacionismo y confusiones

Luego del abrazo en un set de televisión entre Bullrich y Milei, perdonándose los gravísimos agravios en que habían incurrido, ahora se proponen transformar al candidato libertario en presidenciable. Es esta una suerte de misión imposible teniendo en cuenta el conjunto de erráticas declaraciones formuladas por Milei, su candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel, y otros referentes del espacio sobre los temas más diversos: privatización de jubilaciones y pensiones, dinamitar el Banco Central, eliminación de todo tipo de subsidios, arancelamiento de la educación pública, compra y venta libre de órganos humanos y entrega de los recursos naturales, incluyendo mares y ríos. Pero esto no es todo, Milei también afirmó que el cambio climático no existe, propuso la libre portación de armas y la eliminación de las leyes de protección al trabajo. Corona este conjunto de planteamientos el desprecio de nuestra democracia a partir de la reivindicación de la dictadura videlista y de la negación de los 30.000 desaparecidos. Queda claro entonces que Milei es Macri y que la propuesta se sustenta más allá de lo confuso en el modo de formular la línea ideológica esencial, que es la de un ultraneoliberalismo presentado con un lenguaje primitivo con el cual aspira a mostrarse como un antisistema que destruirá todo lo perimido de la «casta política» y sus fracasos económicos.

Todo indica que el poder económico concentrado privilegiará el apoyo a la fórmula Milei-Villarruel ya que sus tradicionales posturas antiperonistas y antipopulares son las que siempre terminan primando. Además de su temor a que un gobierno de signo popular comprometa su predominio en el manejo de la economía y pueda alterar sus elevados márgenes de ganancias.

Por su parte, UxP y sus candidatos afirman la unidad del conglomerado que los apoya y ahora se proponen ampliar su base de sustentación y de alianzas.

De lo que no cabe duda es que el escenario no está definido y que más allá de la crisis de identidad de la alternativa conservadora, una gran parte del resultado lo definirá la militancia en la medida que se comprometa masivamente por convencer a la ciudadanía acerca del sentido de su voto. A 40 años de una crucial elección, aquella que el 30 de octubre de 1983 marcó el inicio de la recuperación de las instituciones constitucionales, los argentinos y las argentinas nos jugamos una vez más los derechos conquistados y por conquistar en una elección. La democracia, su vigencia plena, requiere del compromiso militante cotidiano de los ciudadanos y las ciudadanas.




domingo, 29 de octubre de 2023

Frankenstein vs. Drácula… @dealgunamaneraok...

Frankenstein vs. Drácula…

El joven Frankenstein. Dibujo: Pablo Temes

La humorada que circuló en las redes resume el destino de fracaso que parece esperar al país.    


© Escrito el sábado 28/10/2023 por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.   

El viernes y el sábado, la escasez de nafta complicó la vida cotidiana de millones de ciudadanos. Fue producto de la falta de pago de las importaciones de combustibles que llegan a través de barcos. El jueves y el viernes varios colegios privados hicieron saber que cerrarán sus puertas dejando colgados a miles de alumnos que no saben dónde continuarán sus estudios el año próximo. 

El viernes, seis sociedades cardiológicas hicieron saber, por medio de una carta pública, que no tienen los insumos necesarios para la realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos de los cuales depende la vida de cientos de miles de enfermos. En un tenor similar, los otorrinolaringólogos comunicaron la falta de miles de insumos utilizados en trasplantes auditivos. 

La harina y, por ende, el pan aumentaron. Algunas plantas automotrices debieron suspender sus actividades por falta de autopartes necesarias para la fabricación de vehículos. 

Lo notable es que la dirigencia política vernácula no se ocupó de ninguno de estos temas. 


Los resultados de las elecciones confirman que este es un país fuera de norma.

En No Tan Juntos por el Cambio se dedicaron a pelearse a rabiar, tal como vienen haciendo desde un hace un tiempo demasiado largo y fatigoso. Y en Unión por la Patria –que, en verdad, debería llamarse Unión por los Cargos– desde Sergio Massa para abajo se dedicaron a ver cómo podían destruir a la oposición. Ante tal panorama, nadie puede sorprenderse por esta proliferación de problemas que afectan al ciudadano y a la ciudadana de a pie. Como reza la Epístola Moral a Fabio, de Andrés Fernández de Andrada: “Esta invasión terrible e importuna de contrarios sucesos nos aguarda desde el primer sollozo de la cuna”.  

Los resultados de las elecciones del domingo pasado confirman que la Argentina es un país fuera de norma. La lógica política ha demostrado a lo largo de los siglos que un gobierno desastroso como el de Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof no tendría ninguna chance de alzarse con la victoria. Sin embargo, el domingo pasado esa lógica no se verificó: el ministro candidato, cuya gestión llevó el índice de inflación a los niveles más altos de los últimos treinta años, ganó. En Lomas de Zamora, el candidato a intendente Federico Otermín, un delfín de Martín Insaurralde complicado en el caso de los empleados ñoquis de la Legislatura bonaerense a los que les cobraba sus sueldos Julio “Chocolate” Rigau, arrasó. Lo mismo ocurrió con Kicillof, de penosa gestión al frente de la gobernación de la provincia de Buenos Aires. 

Ante este escenario se impone, pues, una reflexión: existe en gran parte de la sociedad argentina una cultura peronista arraigada e inamovible. Números más, números menos, representa alrededor del 40% del total de la población. Eso explica muchas cosas del perfil de la dirigencia política y del fracaso de la Argentina, un fracaso que se proyecta al futuro. Esa cultura populista no solo abarca a los sectores más pobres, sino que se extiende a sectores de la clase media. El ejemplo más claro de esa cultura populista lo representa el plan platita que aplicó el Gobierno a partir de su derrota en las PASO en forma obscena. La eliminación del impuesto a las ganancias a la cuarta categoría, el festival de bonos y la distribución de heladeras, cocinas, licuadoras, colchones y otros bienes, todos pagados con fondos públicos sin ningún tipo de pudor ni reparo, fueron parte de un folclore ya conocido y, sin dudas, exitoso.


Las sociedades que convalidan el populismo exhiben un alto grado de corrupción. Una de las consecuencias más nefastas de la corrupción es la pobreza. Por supuesto que, para alcanzar la victoria, el Gobierno contó con una gran ayuda: la división de la oposición. La matemática da una idea cabal de la irresponsabilidad absoluta de sus dirigencias: la suma de los votos de Juntos por el Cambio más los de La Libertad Avanza supera el 50%. Unidos hubieran ganado en primera vuelta. Separados, perdieron y le permitieron al peronismo ganar haciendo, en cuanto a cantidad de votos, la peor elección de su historia. 

Verlos ahora juntos –a los abrazos– a Javier Milei y a Patricia Bullrich impacta. ¿Cómo no advirtieron que divididos perdían? El ejemplo más previsible es el de la provincia de Buenos Aires, en donde Néstor Grindetti y Carolina Píparo le regalaron la elección a Kicillof. El caso de Grindetti merece un párrafo aparte: pidió licencia al frente de la intendencia de Lanús para asumir la presidencia de Independiente. O sea, privilegió el club del cual es hincha por sobre los problemas de la gente de su ciudad. Conclusión: no solo no ganó la gobernación, sino que su candidato a intendente perdió. ¿Se podía esperar otra cosa? 

A la oposición la aniquiló la soberbia. Empezando por Mauricio Macri, que sigue creyendo que hizo un buen gobierno y que no fue comprendido por la gente. A eso le agregó su comportamiento en esta semana buscando despegarse de la derrota. Ante la estrategia de Massa de dividir a la oposición, Macri debió haber sido un factor de aglutinación. En vez de echar culpas ajenas, debió haber procurado ser un factor de unión.   

Un nuevo tablero político.


También el radicalismo hizo un enorme aporte al zafarrancho de JxC. Los cegó la bronca que todavía guardan del ninguneo al que fueron sometidos por los popes del PRO. La pantomima que desplegaron luego del acuerdo de Patricia Bullrich con el líder libertario estuvo teñida de hipocresía. ¿Alguien podía esperar que el sector más duro del PRO se mantuviese “neutral” ante el avance de Sergio Massa? Por otra parte, los vasos comunicantes entre varios dirigentes de la UCR y el tigrense, que enojaron al expresidente, efectivamente existieron. Pero también Milei fue funcional a Massa. ¿O es que en el PRO olvidaron que el libertario le votó al ministro-candidato la ley de quita del impuesto a la cuarta categoría? 


Javier Milei pasó de “la casta tiene miedo” a negociar con ella. No es algo nuevo. Ya lo había hecho con Luis Barrionuevo. Increíblemente, le creyó al dirigente gastronómico, que le prometió que le iba a asegurar la fiscalización de los comicios, cosa que, en los hechos, no se verificó. Hubo mesas en las que La Libertad Avanza sacó cero votos, cosa que también le ocurrió a JxC. Milei necesita ahora arreglar con la casta. Su abrazo con Bullrich terminó de transformar su eslogan en un blef.   


Uno de los memes más difundidos en las redes expresa que el 19 de noviembre la sociedad deberá elegir entre Frankenstein y Drácula. La humorada refleja a la perfección el destino de fracaso al que parece estar condenada la Argentina.