A pesar de La Noche de los Lápices, hoy los lápices
siguen escribiendo
El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela
Normal Nro. 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por
el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue
realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejército y la
Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el
general Ramón Camps, que califico al suceso como "accionar subversivo en
las Escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".
Este artículo es para las nuevas generaciones que poco y nada conocen de lo
que sucedió hace 29 años en nuestro país, y que consideramos indispensable para
recuperar nuestra capacidad de lucha y organización en estos duros momentos que
nos toca vivir bajo el neoliberalismo.
Los estudiantes secundarios y la política en 1973-1974.
El arribo de la democracia en el mes de mayo de 1973, luego de un proceso
creciente de enfrentamientos contra la dictadura miliar que gobernaba desde
junio de 1966, trajo consigo la irrupción en la vida política y social de los
distintos sectores populares que habían experimentado un crecimiento sustancial
durante las luchas; entre ellos, los estudiantes secundarios.
En el movimiento estudiantil secundario se vivieron experiencias hasta ese
momentos inéditas en lo referente a participación política, en tanto ésta es
atendida en un sentido partidario más o menos directo.
El diario La Opinión editó en 1973 un suplemento dedicado al análisis de
los fenómenos políticos entre los adolescentes. En dicho suplemento se
publicaron los resultados de una encuesta que realizó el periódico entre 252
estudiantes. Se comprobó que el 30.3% de los jóvenes encuestados tenía
participación política de algún tipo.
La política había impregnado el conjunto de la vida estudiantil, dentro y
fuera de los colegios. Las organizaciones políticas vieron incrementado
notoriamente el número de sus militantes y el grado de su influencia. Según el
suplemento citado, "las tres fuerzas más importantes son, en este orden,
la Unión de Estudiantes Secundarios, (UES), la Federación Juvenil Comunista
(FJC) y la Juventud Secundaria Peronista (JSP)"
La encuesta de La Opinión revelaba también que en 1973 los estudiantes
secundarios se inclinaban ante figuras emblemáticas de la izquierda, con la
salvedad de Perón, quién, sin embargo, asumía para una porción amplia de los
estudiantes, contornos casi revolucionarios, pese a todo, quien encabeza la
encuesta era el CHE Guevara, con el 67%, a continuación venían J. D. Perón con
66% y a mayor distancia, Salvador Allende 19%; Fidel Castro con 19%; Eva Duarte
17 %; Mao Tsé-tung 16%
En esta encuesta queda por demás claro, que para aquélla generación de
estudiantes secundarios, los referentes revolucionarios y socialistas eran los
que más ocupaban en la conciencia estudiantil.
En aquellos años se había alcanzado un nivel de conciencia, acción y
participación bastante elevados con lo cual el nivel de cuestionamiento al
sistema capitalista era de por demás peligroso para la Burguesía y los sectores
reaccionarios de nuestro país.
EL GOLPE DE 1976
En la historia de nuestro país, como en el resto de América latina, los
golpes de Estado siempre estuvieron al servicio de la clase dominante, y del
Imperialismo. Pero el Golpe de Estado de 1976 se podría caracterizar no tan
solamente, como el más sangriento vivido en la historia de nuestro país, sino
que también se lo puede caracterizar como el más pro-imperialista, ya que el
estado político-económico que dejo la dictadura a nuestro país le sirvió al
Imperialismo para garantizar su hegemonía en la región durante varios años.
LOS OBJETIVOS DEL PROCESO
Uno de los objetivos más tenazmente buscado por la dictadura militar que
gobernó entre 1976 y 1983, fue neutralizar a buena parte de la juventud y ganar
a una porción para su propio proyecto reaccionario.
Para los que no encajaban en sus esquemas, se aplicaban distintos métodos
"preventivos", desde el asesinato y la desaparición, hasta la más
refinadas formas de marginamiento social y psicológico, pasando, claro está,
por la clásica y tradicional prisión.
Cuando asumieron, en 1976, los militares consideraban que en la Argentina
había una generación perdida: la juventud. Esta, por la sofisticada acción de
"ideólogos" se había vuelto rebelde y contestataria.
Si bien el gobierno militar toma en cuenta la situación en la que se
encontraba la juventud argentina, no fue tan obstinado como para suponer que se
debía atacara toda la juventud por igual. La política hacia los jóvenes parte
de considerar que los que habían pasado por la experiencia del Cordobazo y
demás luchas previas a 1973, los que habían vivido con algún grado de
participación del proceso de los años 1973,74 y 75, los estudiantes
universitarios y los jóvenes obreros, eran en su mayoría irrecuperables y en
consecuencia había que combatirlos. Para ello utilizaron un pretexto tan obvio
como falaz, se trataba de subversivos reales o potenciales que ponían en riesgo
al conjunto del cuerpo social. El ser joven pasa a ser un peligro.
Al mismo tiempo, y pensando en el largo plazo, se empieza a desarrollar una
estrategia que va más allá de la eliminación del "enemigo". Se
empieza a poner la mira sobre el relevo. Ahí están los estudiantes secundarios.
Al momento del golpe tienen entre 13 y 18 años más de un millón de jóvenes.
EL TERROR EN LAS AULAS
Uno de los aspectos más dramáticos de la represión vivida en aquellos años,
fue el secuestro de adolescentes. Llegaron a 250 los desaparecidos que tenían
entre 13 y 18 años, claro que no todos estudiaban. Muchos se habían visto
obligados a abandonar la escuela para incorporarse al mundo del trabajo.
Pero de los procedimientos utilizados, surge claramente que no se trataba
de hechos aislados, sino de una investigación pormenorizada de distintas
escuelas. En una entrevista concedida a un grupo de padres, un Coronel de Campo
de Mayo les expresó que se llevaban a los jóvenes que habían estudiado en
"colegios subversivos para cambiarles las ideas".
El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela
Normal Nro. 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por
el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue
realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejército y la
Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el
general Ramón Camps, que califico al suceso como "accionar subversivo en
las Escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los
lápices".
Solo tres de ellos aparecieron un tiempo después. Pablo Díaz, uno de los
liberados, declaró en el juicio
a las ex juntas: yo pertenecía a la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de
la Plata y con los chicos del Colegio fuimos a presentar una nota al ministerio
de Obras Públicas".
Levantaron chicos en algunos colegios que ellos tenían marcados y enemigo
era todo aquel estudiante que se preocupara por los problemas sociales, por
fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de
los mismos.
Hoy, Los lápices siguen escribiendo.
Hoy los estudiantes secundarios, están de a poco recuperando aquella
tradición de lucha y defensa, por los derechos a una educación al servicio del
pueblo y con mayor presupuesto.
Hoy, los secundarios sector dinámico de nuestra sociedad tienen un doble
desafío, que es la de reconstruir la memoria de lucha de nuestro pueblo y la de
reorganizarse para enfrentar este calamitoso estado de nuestra educación, ya
que ellos son los más perjudicados.
© (Bibliografía consultada: Estudiantes
secundarios: Sociedad y política. Berguier, Hechker y Schifrin) Comunicadores
Solidarios Agencia Latina de Información Alternativa, 16/09/2005 http://www.alia.com.ar, Córdoba, 15 de Septiembre de 2005 Fuente: odiseo.com.mx
Quienes fueron los chicos asesinados
Una a una, las víctimas. La siguiente es la nómina de los
chicos muertos. Los dos más grandes tenían 18 años.
DANIEL ALBERTO RACERO "Calibre",
18 años. Hijo de un
suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como
mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió:
"Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó
labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios
pobres y participó de la conquista del BES. Secuestrado en la casa de Horacio
Ungaro el 16.09.76 en Arana y Pozo de Banfield.
MARIA CLAUDIA FALCONE 16
años Hija de un ex
intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas
Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en
barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el
boleto estudiantil secundario (BES). Secuestrada 16.09.76 en la casa de su
abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield.
MARIA CLARA CIOCCHINI 18
años Alumna de
colegios católicos, participó del escoutismo parroquial y en la UES de Bahía
Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines
del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la
casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16.09.76. Fue vista en
Arana y Pozo de Banfield.
FRANCISO LOPEZ MUNTANER "Panchito",
16 años. Hijo de
trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se
alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente
familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a
Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios pobres y en la
lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo de
Banfield.
CLAUDIO DE ACHA 17
años. Sus padres eran
trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de
la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se
incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las
manifestaciones por el BES. Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo de
Banfield.
HORACIO UNGARO 17
años. De familia
comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal
N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora
por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa miseria ubicada
detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo
de Banfield.
Los chicos que sobrevivieron
Cuatro de los pibes que, entre el 16 y 17 de septiembre fueron secuestrados,
lograron su libertad entre el 78 y el 80, tras estar a disposición del PEN.
PABLO DIAZ 18
años. Hijo de un
docente universitario peronista de derecha, fue expulsado de un colegio
católico y recaló en "La Legión". Había militado en la UES pero en
1976 militaba en la Juventud Guevarista. Secuestrado 21.09.76. Estuvo en Arana,
Pozo de Banfield, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U- 9 de La Plata (a
disposición del PEN hasta 1980).
GUSTAVO CALOTTI "Francés",
18 años. Egresado del
Colegio Nacional de La Plata, era cadete policial cuando fue secuestrado
8.09.76. Había militado en la UES pero en el ’76 ya se había desvinculado y
estaba más próximo a agrupaciones de izquierda. Estuvo en Arana, Pozo de
Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U- 9 de La Plata (a disposición del
PEN hasta 1979).
EMILCE MOLER 17
años. Militante de la
UES en la Escuela de Bellas Artes, era hija de un comisario inspector retirado.
Secuestrada el 17.09.76. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de
Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78)
PATRICIA MIRANDA 17
años. Estudiante De
Bellas Artes, nunca participó de las luchas por el boleto estudiantil ni tuvo
militancia política. Secuestrada el. 17.09.76, nunca hizo la denuncia. Estuvo
en Arana, Pozo de Quilmes, Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN
hasta marzo 78).