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domingo, 30 de marzo de 2025

La Inestabilidad en los Mercados. Inquietud e impotencia... @dealgunamanera...

La Inestabilidad en los Mercados. Inquietud e impotencia...

Última bala de plata. Dibujo: Pablo Temes

Campea en el Gobierno un aire de simplificación de la realidad que es propia de los microclimas del poder. El FMI no resolverá todo.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 29/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hay inquietud en el Gobierno. La inestabilidad del dólar, que viene forzando al Banco Central a vender billetes para frenar el alza del “blue”, junto al aumento del riesgo- país representan un problema que, como se ha visto, llevó al ministro a intensificar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, con el fin de apurar un acuerdo que es imprescindible para apurar la salida del cepo. De ese acuerdo depende un préstamo por el que el Presidente y su ministro de Economía vienen bregando desde el comienzo mismo de la gestión.

La cronología de los hechos da una idea clara de las urgencias del oficialismo.

El jueves por la mañana, de manera imprevista, Luis Caputo comunicó intempestivamente un acuerdo –aún no firmado– sobre un entendimiento de cuya letra grande y letra pequeña aún da mucha tela para cortar. Para que no quedaran dudas que todavía existe un tramo por desandar, la vocera del FMI, Julie Kozack emitió un comunicado sobre el mediodía de ese mismo jueves en el que indicaba que todavía faltaba definir el monto del préstamo. “El volumen final del paquete financiero será determinado por nuestro Board Ejecutivo”, terminaba diciendo el documento que causó incertidumbre. Por lo tanto, hubo necesidad de conversaciones intensas para que, finalmente el viernes se hiciera saber que el acuerdo estaba cerrado.

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Todo este ir y venir dio pie a una ola de conjeturas que no hizo más que mantener viva la incertidumbre de los mercados, lo que se reflejó en la inestabilidad del precio del dólar y en los vaivenes del riesgo-país. El enojo que Javier Milei exhibió en la entrevista que les concedió a Luis Majul y a Horacio Cabak fue una consecuencia de la impotencia para dominar la inestabilidad del mercado.

Campea en el Gobierno un aire de euforia y de excesiva simplificación de la realidad que es propia de los microclimas que se generan en los ámbitos del poder. Creer, por otra parte, que con el préstamo del FMI se solucionan los graves problemas económicos del país es como creer en un cuento de hadas. Hay problemas estructurales de la economía que siguen sin solucionarse. El costo de los alimentos es uno de ellos. Es algo que castiga severamente el bolsillo de todos los argentinos, en especial, de los que menos tienen. Hay una disociación entre lo que marca el Indec y lo que le cuesta a la gente alimentarse, vestirse, viajar ida y vuelta a su trabajo –los que lo tienen– asearse y mantener su vivienda.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, se creía que, tras cumplir el fallo del juez Thomas Griesa y saldar la deuda con los fondos buitre, todas las dificultades de la economía se solucionarían casi mágicamente. Lo cierto es que el pago se hizo en total acuerdo con ellos, y sin embargo, la situación económica no mejoró. Así, pues, dos años después, Macri debió acudir al FMI, el dólar se disparó, el riesgo-país aumentó y ese gobierno tuvo que terminar reimplantando el cepo y las retenciones a las exportaciones del campo. Las cosas, desafortunadamente, no son tan sencillas.

Hablando del expresidente, con tono de visible enojo, en su presentación ante empresarios en Córdoba le hizo a Milei una advertencia muy pertinente: más allá del acierto de las medidas económicas, el clima de incertidumbre persistirá si, desde el punto de vista de la observancia de los preceptos institucionales el Gobierno insiste con las designaciones de los jueces de la Corte por decreto, y persiste en su actitud de confrontación y desprecio hacia los que piensan diferente. En este punto la similitud con lo peor del kirchnerismo no sólo es sorprendente sino también preocupante. El vínculo entre ambos se encuentra estancado y atravesado por los sinsabores de un año electoral. Los dos coinciden en ciertos lineamientos ideológicos estructurales, pero los separan los métodos y la concepción de poder actual. 

Al líder del PRO lo desvela la necesidad de alcanzar acuerdos electorales con La Libertad Avanza
 para asegurarse una victoria contundente y definitiva frente a una parte del peronismo y a la amenaza de CFK. El ingeniero vivió en carne propia el despertar del monstruo luego de los errores cometidos por su gobierno. Le preocupa el futuro del país, pero también le preocupa la situación terminal de su partido que, hasta en el distrito que lo vio nacer, corre el riesgo de desaparecer. A Milei, por el contrario, lo impulsa la obsesión de ser él quien acabe personalmente con el kirchnerismo y, de paso, dejar a sus aliados amarillos de rodillas ante su concentración de poder. Una jugada riesgosa que demuestra que sigue yendo por todo. “El termómetro será lo que ocurra en la Ciudad de Buenos Aires, una mala elección del PRO los dejaría en inferioridad de condiciones para negociar acuerdos en las nacionales”, apuntó un allegado al Gobierno que recorre la Capital. De momento, la provincia que comanda Axel Kicillof es la única excepción para explorar acuerdos en lo inmediato. Los outsiders libertarios han demostrado tener un manejo del poder político bastante más acertado de lo que todos esperaban. Para bien o para mal. El tiempo dirá.

Mientras tanto, con el cierre de alianzas y listas ocurrido este fin de semana, la bandera de largada ya se agitó en CABA. Mauricio Macri bajó al llano y se reunió con Silvia Lospennato para ofrecerle personalmente la posibilidad de encabezar la lista a legisladores porteños ante la negativa de María Eugenia Vidal. Tuvo que ocuparse de buscar desesperadamente figuras de peso para contener el avance del mileísmo. Las malas lenguas dicen que no confía del todo en la capacidad de construcción política de su primo y que, además, está preocupado por las sorpresas que puedan aparecer en medio de una campaña sucia y sin escrúpulos. Los libertarios ya avisaron.




domingo, 23 de marzo de 2025

El ruido y la furia...

Sanguijuela protocolis bullrichense. Dibujo: Pablo Temes

La moda de generar estrépito “garpa” a una clase política que no se cansa de escandalizar, naturalizando la peor cara del Parlamento.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 22/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Semana de victorias políticas para el Gobierno. Las dos ocurrieron el miércoles en una geografía reducida de no más de diez cuadras en el barrio del Congreso. Una de ellas sucedió en el edificio legislativo, donde la Cámara de Diputados aprobó el DNU que autoriza el acuerdo que el oficialismo busca con obsesión con el Fondo Monetario Internacional. Sin ese acuerdo será imposible alcanzar la cantidad suficiente de dólares que se requieren para levantar el cepo. La otra, ocurrió con la manifestación que se movilizó en la zona de la Plaza y de la Avenida de Mayo. No hubo nada de la violencia que se había visto una semana atrás. La marcha de apoyo a los jubilados –de escuálida concurrencia y escasa en adultos mayores– transcurrió en orden y sin violencia.

La sesión de la Cámara baja fue –lisa y llanamente– un bochorno. No es la primera vez que lo que protagonizan los diputados es escandaloso. Tampoco será la última. La moda ahora parece ser generar hechos que produzcan estrépito, aunque carentes de sustancia política. En ese ranking de penosa notoriedad, el miércoles pasado “sobresalieron” los cruces entre el presidente de la Cámara, Martín Menem, con el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, el megáfono verde de la diputada Marcela Pagano, la “finura” de la diputada Cecilia Moreau, exigiéndole al presidente de la Cámara que “no la pelotudee” (sic), la súbita muestra de “amor” del diputado Lisandro Almirón hacia el diputado Oscar Zago, con el que se había tomado a golpes de puño hace una semana, y un largo etcétera de actitudes propias de un reñidero. Es evidente que, los que vinieron a terminar con la casta, han terminado por adoptar varias de sus formas.

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Más allá de lo que pasó en el Congreso, la indefinición acerca de cuándo se firmará el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, de qué monto será el préstamo, de qué manera se desembolsará y qué dirá la letra chica generaron en la semana una turbulencia que afectó sensiblemente el mercado cambiario, hecho que obligó al Banco Central a desprenderse de reservas. Desde el viernes 14 debió vender más de mil millones de dólares. He ahí un problema, porque la falta de reservas es lo que está impidiendo el levantamiento del cepo, algo que el Gobierno necesita implementar lo antes posible. “El acuerdo se cerrará a mediados de abril”, dijo MiIei el jueves pasado a la agencia Bloomberg. Sin embargo, los conocedores de los procedimientos y los tiempos del FMI albergan muy serias dudas sobre la factibilidad de concretar ese anuncio en fechas tan tempranas.

La inestabilidad cambiaria llevó al ministro de Economía, Luis Caputo, a aparecer en el programa de Antonio Laje por A24. Fue una mala decisión. ¿Habrá sido suya o de algunos de los “cráneos” que rodean al Presidente? Lo cierto es que las imprecisiones de sus respuestas generaron más incertidumbre que certezas. Eso fue lo que evidenciaron el aumento del dólar blue y del riesgo-país. Cuando no hay nada para comunicar, es mejor no exponerse. Sentido común, más allá de la necesidad imperiosa de ganar tiempo.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis.

Un párrafo aparte merece la actitud mezquina de gran parte de la oposición dura –con el kirchnerismo a la cabeza– que buscó truncar el apoyo legislativo para el desembolso del Fondo. Permitirle a un gobierno, que lleva poco más de un año hacerse de los fondos necesarios para terminar de estabilizar la política económica, es lo menos que pueden hacer si verdaderamente quieren colaborar con el futuro del pais. Más aún cuando se trata de un gobierno que, en poco tiempo, está logrando revertir los descalabros inflacionarios, financieros y fiscales que Sergio Massa, Cristina Fernández y Alberto Fernández –en ese orden– le dejaron de herencia a todos los argentinos en forma de tormenta perfecta. Se trata de una realidad objetiva que nadie puede negar y aquí entramos en un nuevo problema que afecta a la dirigencia política y a la sociedad toda: a casi nadie le importa la verdad y la promoción de su prójimo. Cuando en el recinto del Congreso diputados y senadores elegidos para desempeñar funciones legislativas se trenzan en peleas estériles de tinte partidario para sacar rédito con acciones desmedidas de alto impacto mediático, la verdad y el bienestar de la población pasan a un segundo plano. En un año electoral esto parece ser moneda corriente aunque no debería. El problema de este tipo de politiquería propia de una verdadera casta es que, ante la incapacidad del ejercicio del respeto y el diálogo hacia un otro, la reflexión y la verdadera construcción política en pos del progreso ciudadano se esfuman. Hacia fines del año 2016 se había vuelto a poner de moda el término “posverdad”. Tanto es así que un año después la Real Academia Española incluyó el término en su diccionario: Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Más claro, agua. La argentina ha vuelto a atrasar diez años –en el mejor de los casos–. Para los que siguen jugando a la grieta es también un llamado de atención.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis. Teléfono para Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, ambos exponentes de un enfrentamiento estéril que no ha sabido dejar descendencia política duradera. Javier Milei es perfectamente consciente de este escenario y se entretiene jugando con el pasado, presa de la tentación de acabar con CFK de un lado y jubilar a Mauricio Macri del otro. El PRO se sostiene como puede en la Ciudad de Buenos Aires con un Jorge Macri carente de liderazgo. Juntos por el Cambio no existe más y difícilmente pueda reeditarse. Pero el Presidente Milei y su entorno deberían saber que nunca, jamás, por ningún motivo, se puede decir lo mismo del peronismo.




domingo, 2 de febrero de 2025

Rosca política, al rojo vivo… @dealgunamanera...

Rosca política, al rojo vivo…

¡¡¡Cartón Lleno!!! Dibujo: Pablo Temes

Karina, “el Jefe”, expulsa a “traidores” y disciplina LLA, Macri lucha por la subsistencia del PRO, Kicillof sufre “la capacidad de daño” de CFK.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 02/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Por si a alguien le cabía alguna duda del poder real de Karina Milei, el episodio que tuvo como víctima de su enojo a Ramiro Marra fue contundente. La expulsión ipso facto del partido del legislador porteño de alto perfil mediático, causada por el hecho de haber votado favorablemente el aumento de impuestos requerido por Jorge Macri en el proyecto de Ley del Presupuesto en el ámbito de la Ciudad, fue la conclusión de un largo proceso de distanciamiento con la hermana del Presidente. Por lo tanto, cuando Javier Milei dice que ella es “el Jefe”, no está expresando un eufemismo. El legislador porteño ahora huérfano de partido había intentado mil formas de revertir esta animadversión que le prodigaba la secretaria general de la Presidencia. “Hablo con ella”, llegó a decir en un reportaje hace unos días cuando lo interrogaron sobre su relación. Eso, evidentemente, no era verdad. “Era un traidor”, lo fulminaron desde el círculo áulico del oficialismo. Hay dos datos curiosos: el primero es el retardo con que se adoptó la medida, ya que el presupuesto porteño fue aprobado el 13 de diciembre del año pasado; el segundo es que, además de Marra, también lo votaron a favor los legisladores libertarios Jorge Reta y Eugenio Casielles.

La onda expansiva de humillación a la que se lo sometió a Marra sigue haciendo sentir sus efectos dentro del Gobierno. En muchos funcionarios hay miedo. Para muchos, el mensaje es muy claro: no hay lugar para el disenso interno al que se lo toma como muestra de indisciplina que, por ende, merece un castigo. A eso se le agrega una cuota de maltrato y desconsideración. Por eso, el “indisciplinado” legislador se enteró de la medida por medio de un mensaje en la red X pasadas las once y veinte de la noche del miércoles.

A las peleas internas se les agregan las externas. El Presidente debió batallar a lo largo de la semana con los efectos nocivos que produjo su horrible discurso en Davos, en el que lanzó gruesos improperios contra las políticas de igualdad de género y contra los homosexuales. Intentó en vano hacer creer que había habido una maliciosa distorsión de sus dichos. Lo apoyaron en esa cruzada algunos de los intelectuales que le son afines, que hacen acordar por sus argumentos y formas de expresarlos a los kirchneristas de “Carta Abierta”. Algunos de estos estuvieron en la marcha de ayer a la que el peronismo se subió en su desesperada busca de obtener un rédito político. Salvo alguna muy rara excepción, a la mayoría de ellos nunca se les escuchó decir nada sobre José Alperovich, condenado por abuso sexual contra su sobrina; sobre Fernando Espinoza, denunciado por acoso sexual por una de sus secretarias; o sobre Alberto Fernández, imputado por lesiones leves y graves doblemente agravadas y por amenazas coactivas contra Fabiola Yañez.

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La rosca política está al rojo vivo. Esta semana se concretó la ruptura del PRO en la Legislatura porteña. Lo que se consignó en esta columna la semana pasada se viene cumpliendo inexorablemente: la demolición sostenida del espacio que es el último bastión de Mauricio Macri. El expresidente viene demostrando tener plena conciencia de esto y está actuando para tratar de evitar la extinción de su partido, algo que, a la luz de los hechos, le resulta cada vez más difícil de lograr. Por eso tuvo que interrumpir sus vacaciones en el Sur, para reunirse con sus leales e intentar parar la fuga de concejales, legisladores e intendentes.

Macri ya decidió que va a hacer campaña. El distrito que recorrerá como en sus épocas de jefe de Gobierno será el de la Capital Federal. Eso lo complementará con actos proselitistas en el resto del país. Hay que recordar que este año se renuevan 24 senadores correspondientes a ocho distritos y 127 diputados. El expresidente es plenamente consciente de que con el PRO solo no le alcanza para ganar. Por eso deberá buscar aliados. Y esos aliados no pueden salir de otro lado que no sea la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Notable la paradoja de la política vernácula: se pasan la mayor parte del tiempo peleándose en disputas vanas dominadas principalmente por los egos para después caer en la cuenta de que no tienen otra alternativa que la de juntarse.

Las aguas están también revueltas en el peronismo. Cristina Fernández de Kirchner batalla fuertemente para evitar que Axel Kicillof le arrebate la provincia de Buenos Aires. Sin ese distrito, el poder de la expresidenta sufriría una mengua casi letal. “El gobernador está sufriendo ahora en carne propia lo que es la capacidad y voluntad de daño de Cristina”, confesaba hace unos días una voz que conoce al dedillo lo que está pasando entre los dos. En su incesante búsqueda de limitar a su exdelfín, CFK autorizó que se aprobara el presupuesto 2025 para la provincia. No lo hizo como un acto de racionalidad ni muchos menos de bonhomía. Lo hizo para tenerlo controlado. La falta de aprobación del presupuesto 2025 hubiera obligado a la prolongación del de 2024, lo cual siempre le hubiese dado al gobernador un poder de discrecionalidad en el manejo de esos fondos públicos prácticamente ilimitado. Ella bien lo sabe.

La lucha ahora es por el desdoblamiento de las elecciones. Eso es lo que quiere Kicillof. Eso es lo que no quiere la expresidenta. La razón de esto es muy simple: los dos se quieren despegar de la elección nacional que, según las encuestas de hoy en día, serían ampliamente favorables al oficialismo.

Mientras ellos se distraen en estos menesteres, el asesinato de Lucas Aguiar, el joven de 20 años que previamente había contado en una entrevista a C5N que había sido víctima de cinco intentos de robo, generó manifestaciones con muestras de violencia e indignación. Como siempre hace el gobernador, lo único que atinó a hacer es a echarle la culpa al gobierno nacional por la falta de envíos de fondos. Una mentira de las tantas de Kicillof. Durante los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández, CFK y Sergio Massa, la inseguridad en Moreno y el Conurbano profundo era la misma que ahora.

Como se dijo desde el comienzo del mandato de Javier Milei, la gobernabilidad de su gestión está atada a la evolución de la economía. Y, desde ese punto de vista, el Gobierno viene siendo exitoso en el nivel de la macroeconomía. En la micro las cosas son distintas: la realidad que vive el bolsillo del ciudadano de a pie sigue siendo dura.

Los técnicos del Fondo Monetario Internacional terminaron su gestión en Buenos Aires que dejó al Gobierno bien parado.

Los informes del Bank of America y del JP Morgan lo reflejaron en forma precisa, augurando un préstamo importante del organismo –con un primer desembolso de unos 5 mil millones de dólares y otro posterior que podría llegar hasta los 20 mil millones– para que se pueda implementar el levantamiento del cepo. Esta es una medida clave sin la cual el programa del Gobierno de atraer inversiones no podrá avanzar. Se vienen semanas decisivas.



domingo, 12 de enero de 2025

Experimento. Partida incierta de ajedrez...

Experimento. Partida incierta de ajedrez...


El gran sainete criollo M & M. Dibujo: Pablo Temes

Es la que parecen estar jugando Javier Milei y Mauricio Macri con la vista puesta en las elecciones de este año para no tener que pagar costos políticos.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 11/01/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


“No hay nada más difícil de emprender, ni más dudoso de hacer triunfar, ni más peligroso de administrar que la elaboración de un nuevo orden”. Esta es una frase de Nicolás Maquiavelo que ilustra a la perfección el tiempo duro y difícil por el que transcurre el presente de la Argentina. El gobierno de Javier Milei representa, en la acepción literal de la palabra, un experimento. No hay registro de un presidente en absoluta minoría institucional –minoría en la Cámara de Diputados, minoría en la Cámara de Senadores y carencia de gobernadores– que haya llevado adelante un nivel de reformas de la envergadura de las que se vienen implementando desde el 10 de diciembre de 2023 ni de las que se piensan poner en práctica aún.

Tampoco hay registro de un nivel tan alto de tolerancia social como el que se viene observando ante un ajuste tan brutal como el que se ha realizado y se sigue realizando. Porque hay que decirlo siempre –le guste o no al Presidente–, no es la casta política la que está pagando el costo de este ajuste drástico y dramático, sino la sociedad, es decir, la gente de a pie. Es un experimento que, por otra parte, el mundo sigue con creciente atención e interés tanto en sus aspectos positivos como negativos. Como ya se ha dicho en esta columna, en Alemania, que enfrenta una de las elecciones más dramáticas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se habla –y con preocupación– del “efecto Milei”, cuyo modelo está en los postulados de la AFD (Alternative für Deutschland), partido de ideas de ultraderecha que en los últimos días recibió un apoyo público de Elon Musk que generó mucha polémica y rechazo en el resto del espectro político de ese país.

No hay registro de un nivel tan alto de tolerancia social a un ajuste brutal como el que aplica.

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Es verdad que los números de una tenue recuperación van marcando una tendencia a la consolidación. Los datos emitidos por la Secretaría de Trabajo correspondientes al Sistema Integrado Previsional Argentino muestran lo siguiente: en los meses de septiembre, octubre y noviembre, el empleo formal aumentó en forma ininterrumpida consecutiva, revirtiendo así una etapa constrictiva que se extendió durante los 11 meses previos.  A esta mayor creación de empleo la acompañó un crecimiento leve del salario real. El aumento del empleo fue menor al 1%, y el del crecimiento del salario, ínfimo. Estos datos  son importantes para poner en perspectiva todo lo que falta para hablar de una recuperación significativa del empleo y del poder adquisitivo del salario, menguado por la inflación anual de tres cifras que castigó duramente los bolsillos de todos en general y de los que menos tienen en particular. El kirchnerismo nunca lo admitirá –Sergio Massa tampoco–, pero sus políticas populistas más la emisión descontrolada destrozaron los bolsillos de los más necesitados.

Más allá de los logros de la actual gestión,  la verdad es que la economía está aún lejos de despegar. En este marco, la macroeconomía le sigue trayendo buenas noticias al oficialismo. El pago de deuda que hizo el jueves le valió elogios desde los centros claves de los mercados internacionales. He ahí, como ejemplo, el artículo elogioso que le prodigó la Agencia Bloomberg. Pero aun en esos ámbitos se marcan las cosas que faltan. La más significativa es el levantamiento del cepo. Y para eso hay un problema: no están los dólares necesarios. Como lo expresó Carlos Melconian en una frase que ya forma parte de la historia, “no hay fideos ni tuco”. Para que haya más “tuco y fideos”, la ilusión más fuerte la genera Donald Trump. El presidente electo que le profesa a Milei mucho afecto y mucha valoración lo considera una pieza importante en el ajedrez político de América Latina. Por eso necesita que al actual gobierno le vaya bien.

En el organigrama del Fondo Monetario Internacional, los Estados Unidos juegan un papel clave, ya que le corresponde ocupar la subdirección. Ese papel clave –es decir, la ayuda de Trump– le permitió a Mauricio Macri acceder al préstamo más grande que el organismo haya jamás dado. Milei aspira a una repetición de aquel gesto que, traducido en cifras, haría necesario un volumen de dólares de magnitud menor al que se le otorgó a la Argentina en ese momento. Milei necesita levantar el cepo por razones económicas y políticas. Enfrentar las elecciones con el cepo vigente le abrirá un flanco que la oposición usará para debilitarlo.

El oficialismo busca desgastar a los aliados y llegar a las elecciones con todo el poder

Volviendo a Mauricio Macri, la semana le ha dejado un sabor amargo. En realidad la cúpula libertaria ha sido –una vez más– la responsable de un nuevo sinsabor.

En la entrevista que Milei le concedió a Luis Majul en El Observador, el primer mandatario aseguró que el acuerdo ideal con Macri sería “que vayamos juntos y arrasemos al kirchnerismo”. El expresidente decidió acelerar a fondo y en apenas 24 horas lanzó una convocatoria por la red social X para formar una mesa de trabajo junto al Gobierno y “avanzar en una agenda profunda de cambios y transformaciones que necesita la Argentina”. La pileta no tenía agua o, más bien, se la vaciaron en tiempo récord. Luego de un prudente silencio desde el oficialismo le volvieron a marcar la cancha al PRO. Primero respondieron que es muy apresurado hablar de alianzas y o temas electorales y, más tarde, la propia Patricia Bullrich dijo públicamente que “la agenda será la del Gobierno. Los temas los elige quien conduce”. La jugada del oficialismo es clara, desgastar a sus socios en un tira y afloje constante para llegar a las elecciones con todo el poder en sus manos. Pero Mauricio Macri tampoco es ingenuo: si los resultados no fueran congruentes con una victoria lo suficientemente holgada como para barrer al kirchnerismo y encarar la segunda parte del mandato con mayor tranquilidad, no pagará ningún costo político y tendrá derecho a pedir nuevas concesiones. Se abre un juego de ajedrez político de resultado incierto para todos los argentinos.





martes, 24 de diciembre de 2024

Tipo de Cambio... @dealgunamanera...

Tipo de Cambio. El oscuro presagio de un gurú de Wall Street sobre el dólar barato: "Termina en una devaluación explosiva”...


Robin Brooks, ex economista de Goldman Sachs. Fotografía: Agencia:Bloomberg.

El reconocido economista Robin Brooks se refirió a la presión que ejerce la devaluación del real brasileño sobre la moneda argentina.

·   © Publicado el lunes 23/12/2024 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Robin Brooks, economista Jefe en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIEF) y exjefe de estrategia del banco Goldman Sachs, volvió a expresarse sobre la política cambiaria que llevan adelante el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo.

“Argentina y Brasil están uno al lado del otro y son grandes socios comerciales. Por lo tanto, no tiene sentido que la Argentina sea la moneda de mercado emergente más cara en términos reales (teniendo en cuenta la alta inflación), mientras que Brasil es la más barata. Esto solo termina de una manera: una devaluación explosiva de Argentina…”, afirmó el economista en su cuenta de la red social X.

Ante la respuesta de usuario sobre que “la inflación ha colapsado”, Brooks, expresó: “Stocks versus flujos. La inflación ha bajado un poco, pero la inflación acumulada ha hecho subir el nivel de precios (el stock). Por eso el peso argentino está ahora muy sobrevaluado…”

Vacaciones 2025 y el dilema de cómo pagar los consumos en Brasil: 4 opciones disponibles.

Entre diciembre de 2023 y octubre de 2024 el peso argentino se revalorizó un 40% en términos reales, muy lejos de la moneda de Turquía (+16,5%) y Malasia (+8,5%). de acuerdo con un informe de GMA Capital en base a  estimaciones del Bank for International Settlements (BIS).

Pocos días atrás, Brooks había lanzado una advertencia en el mismo sentido sobre la apreciación del peso argentino, pero en relación con la política comercial que llevaría adelante Donald Trump cuando asuma la presidencia de los Estados Unidos, en enero próximo.  


Traducción:

Argentina y Brasil están uno al lado del otro y son grandes socios comerciales. Por lo tanto, no tiene sentido que Argentina sea la moneda de mercados emergentes más cara en términos reales (fábrica de alta inflación), mientras que Brasil es la más barata. Esto solo termina en un sentido: la devaluación explosiva de Argentina...


“Si la administración entrante de Estados Unidos impone fuertes aranceles a China, se desatará una ola de devaluaciones en todos los mercados emergentes”. 

“Lamentablemente, no hay dinero del FMI que pueda proteger a la Argentina de una devaluación si esto sucede. El peso está muy sobrevaluado de todos modos y necesita caer…”, agregó Brooks.


El impacto de la devaluación real.
 

En las últimas semanas, el real brasileño se devaluó 29%, volviendo más competitivo al socio principal comercial argentino. Economistas aseguran que este shock externo debilitará a las exportaciones a menos que Javier Milei tome cartas en el asunto.

En el intercambio comercial, la depreciación del real vuelve más caras a las exportaciones argentinas y más baratas a las importaciones desde el Brasil, con el consiguiente agravamiento del déficit comercial entre ambos países. 

"En términos de reservas internacionales, un saldo comercial negativo con Brasil podría obligar al BCRA a usar más divisas, debilitando su posición externa. A nivel industrial, la pérdida de competitividad amenaza la producción y el empleo. En este contexto, Argentina enfrenta el desafío de manejar la presión cambiaria para mitigar los efectos de la volatilidad brasileña", afirmó el director del CEPEC, Leo Anzalone.


LM CP