Exceso de euforia…
© Escrito por Nelson Castro del sábado 26/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Exceso de euforia…
Chicanas y turbulencias…
El Gobierno deja atrás una semana intensa de
disputas que demuestra la necesidad de que le dé aire a su ala política.
© Escrito por
Nelson Castro el sábado 14/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Hay una realidad indiscutible: Francos
encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdos con los sectores de la oposición
que le son afines al oficialismo. Caputo, en cambio, no. La búsqueda de
acuerdos es la esencia de la política. El joven maravilla no sabe nada de eso.
A ella debió recurrir en definitiva el Presidente en un intento de último
momento para convencer a cinco diputados de la Unión Cívica Radical de cambiar
su voto y evitar que el frente opositor lograra revertir el veto presidencial a
la nueva fórmula de cálculo de haberes para jubilados y pensionados.
Francos
encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdo con los sectores de la oposición
afines al oficialismo.
Ese manotazo de ahogado de Milei dio
resultado. El que intentó con algunos dirigentes opositores del mismo partido
para evitar el rechazo del DNU por el que se asignaban 100 mil millones de
pesos en gastos reservados para los servicios de inteligencia, no. Es increíble
que el Presidente no haya advertido que, a la vista de los nefastos
antecedentes del mal uso de los gastos reservados destinados a los servicios de
inteligencia, ese proyecto era absolutamente contradictorio con los postulados
de transparencia que pregona La Libertad Avanza, y que, el intento de imponer
semejante decisión a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia era de
imposible concreción. Logró así un récord: fue la primera vez desde la
creación de los DNU –hecho que estableció la Reforma Constitucional de 1994–
que se lo rechaza.
Milei ha perdido el foco respecto de lo
que representa el veto a la reforma de la fórmula de cálculo de los haberes de
los jubilados como así también el atinente a la Ley de Financiamiento
Universitario, medidas que perjudican claramente a la población, dentro de la
cual hay muchos que lo votaron. Ellos creyeron y apoyaron la idea de terminar
con la casta. Pero ni los jubilados ni los estudiantes, docentes y trabajadores
de las universidades son la casta. Una cosa es combatir la corrupción que
existe en muchos negociados oscuros de las universidades, pero eso hay que
hacerlo con las casas de estudio funcionando a pleno y resguardando la calidad
que, a pesar del sin fin de dificultades que enfrentan, mantienen muchas de
ellas. La educación es esencial.
El Gobierno esperaba un índice de
inflación correspondiente al mes de agosto bastante menor. El 4,2% que reflejó
el Indec, dejó un sabor amargo en el equipo económico y en el Gobierno en
general. Se dio algo que había anticipado Domingo Cavallo: bajar la inflación
debajo del 4% va a ser una tarea difícil y larga.
Veremos qué anuncia el Presidente en la
presentación de la Ley de Presupuesto 2025, una presentación que tendrá mucho
de show, algo que a él le encanta. Milei busca ser el centro de todo. Eso sirve
por un tiempo que se acorta si las medidas económicas no logran generar
bienestar general, algo que está ausente de este duro presente. Habrá muchas
bancas vacías. Un empresario lo definió con tono de suspenso: “Podés ordenar la
macro, bajar el déficit fiscal y la inflación, pero si no hay reactivación, la
plata en la calle no aparece. Para muchos argentinos ha comenzado la cuenta
regresiva”.
En este ámbito de pelea constante, en la
Casa Rosada y el Ministerio de Economía se celebró la decisión del
directorio del Fondo Monetario Internacional de desplazar de sus
funciones como encargado de las negociaciones con el gobierno argentino al
Director del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdés, quien fue
ministro de Hacienda de Michelle Bachelet. En el Gobierno entienden que de esta
manera queda allanado el camino para cerrar un nuevo acuerdo con el organismo
que le permita a la Argentina acceder a nuevos fondos sin los cuales levantar
el cepo se hace imposible. La persistencia del cepo es un obstáculo para los
proyectos de inversiones extranjeras de los cuales tanta dependencia tiene
nuestro país.
Una vez más, el principal activo del
Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada. No hay nadie
enfrente y, según parece, no lo habrá por un buen tiempo. En La Rosada respiran
aliviados, pero empiezan a aparecer los primeros sincericidios. “Está bien
correr con ventaja, pero algunos lo viven con un dejo de pedantería y hasta
soberbia que ni les permite ver que este panorama despejado de nubarrones no
durará para siempre” –reconoció una voz que frecuenta los pasillos del poder.
No es para menos, el kirchnerismo residual y el rancio por igual, le recuerdan
a la gente lo inviable de aquel pasado tortuoso. El paro aeronáutico generó una
bronca incontenible entre miles de argentinos que no pudieron llegar a sus
destinos. Entre ellos, pacientes que debían ser operados y que tuvieron que
reprogramar cualquier intervención. Aerolíneas Argentinas sigue siendo refugio
de gremialistas sin escrúpulos –como Pablo Biró– que ganan millones y no
resignan poder. La extorsión es su bandera. La empresa convocó a una asamblea
accionaria para mediados de la semana próxima para exigir la expulsión de Biró
del directorio. A Javier Milei, este tipo de conflictos le vienen como anillo
al dedo. La poca inteligencia de Biró no le permite ver ese lado de la
película. Kirchnerismo en estado puro.
El
principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y
organizada: no hay nadie enfrente.
El Gobierno iniciará una nueva semana
luego de fuertes turbulencias. Debería detenerse a pensar en darle más pista al
ala política representada por Guillermo Francos y levantar el pie del
acelerador con el látigo y el banquito. La realidad demanda acuerdos urgentes y
el oficialismo ya no puede perder más tiempo en chicanas y malos tratos.
Desinteligencias. Palabras devaluadas...
El Gobierno debe evitar hacer
un dogma del doble discurso y la falta a la verdad como en el kirchnerismo.
©
Escrito por Nelson Castro el domingo 30/06/2024 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Javier Milei obtuvo, finalmente, su primera
ley. La sanción definitiva que le dio la Cámara de Diputados en su sesión del
jueves terminó con el largo trámite de Bases y Puntos de Partida para la
Libertad de los Argentinos iniciado allá por enero. Luego de seis meses, el
tortuoso camino que siguió el proyecto hasta su aprobación desnudó no solo la
falta de poder que el oficialismo tiene en el Congreso, sino también la
ineptitud de muchos de sus funcionarios para conducir la negociación política.
Esto último dio pie a un profuso pase de facturas en el gabinete en el que aún
persisten los recuerdos amargos de la gestión de Nicolás Posse. Como ya se dijo
aquí, fue la mano del flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la que
permitió llevar a buen puerto las complejas tratativas que fueron necesarias
para sacar la ley adelante.
Le corresponde ahora al Presidente poner manos a la obra y concentrarse en la
gestión, el déficit más significativo que exhibe su administración. Eso mismo
le señaló Mauricio Macri en el mensaje que le hizo llegar por medio de un
tweet.
Le corresponde ahora al Presidente poner manos a la obra y concentrarse en la
gestión, el déficit más significativo que exhibe su administración. Eso mismo
le señaló Mauricio Macri en el mensaje que le hizo llegar por medio de un
tweet.
En la entrevista que le concedió a Antonio Laje en LN+ el viernes por la
mañana, el Presidente adelantó algunas de las decisiones y medidas que
dispondrá. Una de ellas es la confirmación de la designación de Federico Sturzenegger para llevar adelante la
compleja trama de regulaciones que complican a nuestro país. El pensamiento del
oficialismo para con la tarea del economista se resume en una frase: “No hacen
falta muchas más leyes –todo lo contrario–; necesitamos derogar unas cuantas
para avanzar sector por sector en diferentes desregulaciones”.
Entre los
“devaluadores seriales” contra los que cargó el ministro
Luis Caputo está el Fondo Monetario.
El expresidente del Banco Central en la gestión macrista tendrá un rol
fundamental que lo llevará de manera ineludible a una alta exposición. Eso
generará ineluctablemente tensiones con el ministro estrella Luis Caputo. Hablando del titular de la cartera económica,
en su exposición del martes en el encuentro organizado por la Cámara de la
Construcción, embistió duramente contra los que hablan de la existencia de un
atraso cambiario. “Devaluadores seriales”, los llamó. Entre esos “devaluadores”
se encuentra el Fondo Monetario Internacional, con alguno de cuyos funcionarios
la relación es decididamente mala. Concretamente con Rodrigo Valdés, director
del Hemisferio Occidental.
No hubo una euforia extraordinaria en los mercados, ni aun con el elogio que a
Milei le prodigó el FMI. Ocurren dos cosas: la primera es que el cepo todavía
está lejos de levantarse. La caída de reservas que viene experimentando el
Banco Central muestra la falta de dólares que complica el presente de la
economía. Y sin el levantamiento del cepo, las inversiones con las que se
ilusiona el Gobierno no llegarán, más allá de las que se experimentan en el
ámbito de la minería y el petróleo. El dólar blue reflejó esta semana algunas
de aquellas tensiones. Caputo presentó un nuevo borrador de acuerdo para el
FMI, pero fue bruscamente rechazado por Valdés y la cúpula del organismo. “Nos
hacen una caricia en el lomo, pero piden más ajuste sin valorar todo lo que
hemos venido haciendo”, braman cerca de Luis Caputo y Javier Milei. Esa
incomprensión los disgusta. Sobre todo, porque hace más difícil la llegada de
nuevos desembolsos. Junto al fallido borrador, los funcionarios argentinos
habían pedido unos 10 mil millones de dólares. Habrá que esperar a que cambie el
viento. En el FMI prefieren que el país comience a devolver lo adeudado.
Por otra parte, la falta de acuerdos políticos, sus expresiones confrontativas
y sus conductas insólitas son factores negativos a los que el Presidente
debería atender prioritariamente. En ese sentido, sus conductas no ayudan.
Alguien tendría que asesorarlo bien para evitar situaciones como la que se
produjo con el canciller Olaf Scholz. Según declaró el vocero del gobierno
alemán, Steffen Hebestreit, Milei pidió poco antes del encuentro suspender la
conferencia de prensa conjunta con Scholz y que la reunión durara una hora
(sic). El Presidente negó que durante la conversación, el canciller le haya
expresado su preocupación sobre la situación social y económica de la
Argentina. Sin embargo, el señor Hebestreit señaló que en la reunión, Scholz
habló, entre otros temas, de las consecuencias sobre el pueblo producidas por
la reformas implementadas por Milei, a quien le insistió en la necesidad de
mantener la cohesión social, subrayando que, en su opinión, la compatibilidad
social y la protección de la cohesión social deberían ser estándares
importantes.
El Presidente no puede darse el lujo de que lo desmientan a viva voz. Con ese
tipo de “desinteligencias” corre el riesgo de ver devaluada su palabra, algo
que era una marca registrada del kirchnerismo, que supo hacer de la falta a la
verdad y el doble discurso un dogma que lo acompañó durante toda su gestión. No
se puede cruzar esa marcada línea roja.
Lo imprevisible. Confusión e incertidumbre…
Esta es la combinación que
provoca la falta de lógica que prevalece en muchas de las conductas y
decisiones del presidente Javier Milei.
©
Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Cuando
en cualquier actividad de la vida prevalece la lógica de la ilógica se genera
confusión e incertidumbre. Esta combinación lleva a la creación de un estado de
cosas en el que reina la imprevisibilidad. Y esto termina afectando el curso de
muchas decisiones, planes, procedimientos y pensamientos.
Mucho
de esto es lo que prevalece en las conductas y en las decisiones de Javier Milei. Y lo que no advierte, es que las consecuencias
de este comportamiento terminan complicando a su gobierno, que queda afectado
por las consecuencias adversas que se vuelven imposibles de evitar. Veamos.
Es
ilógico que el Presidente azuce permanentemente la conflictividad. En estas
horas lo hemos visto en Madrid durante el discurso de agradecimiento a la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien le otorgó la
medalla internacional. Allí habló de las “manos porosas de los políticos”, para
agregar: “Quizá la de un hermano, la de una pareja. Quien quiera entender, que
entienda”. La alusión al presidente del gobierno de España no pudo haber sido más
directa: tanto la esposa de Pedro Sánchez, Begonia Gómez, como su
hermano, David Sánchez, conocido con el nombre artístico de David Azagra, están
siendo investigados por casos sospechados de corrupción. ¿Era necesario meterse
en un barro que hace a la vida política interna de España? ¿Más allá de sus
acólitos y/o fanáticos, esto favorece la proyección de la figura de un hombre
de Estado que antepone los intereses del país que representa a los gustos
personales?
Ese
afán por la conflictividad no es exclusivo del trato que Milei les dispensa a
sus opositores o, a quienes no siéndolo, osan criticarlo o discrepan de algunas
de sus medidas u opiniones. Al interior del Gobierno también reina este ámbito
de desasosiego. El último episodio –aún en desarrollo– tiene que ver con la
eventual designación de Federico Sturzenegger para ocupar un cargo aún no
precisado dentro del gabinete nacional. No hubo que ser ningún zahorí ni
analista político demasiado avezado para entrever el clima enrarecido que este
posible nombramiento genera con el ministro de Economía, Luis Caputo. La relación entre ambos viene dañada desde
diciembre de 2017. Tal daño se agravó tras la decisión adoptada por el entonces
presidente Mauricio Macri, quien, el 14 de junio de 2018 designó al frente del
Banco Central a Caputo en reemplazo de Sturzenegger, quien, en su renuncia
expresó que “en los últimos meses diversos factores fueron deteriorando
mi credibilidad como presidente del Banco Central, atributo clave para llevar
adelante la coordinación de expectativas tan importantes en la tarea que se me
había encomendado”. Uno de los “factores” de aquel deterioro tenía nombre
y apellido: Luis Caputo.
La
situación creada por el posible desembarco del asesor estrella de Milei –autor
del mamotreto original de la así llamada ley Ómnibus– ha encendido luces
amarillas y anaranjadas en el ministro de Economía y su entorno. Eso viene
generando movimientos por parte de Caputo y su gente para de alguna manera
blindarse ante las apetencias de poder –que las tiene y muchas– de Sturzenegger. De movida, pretende que su designación tenga
rango de ministro. Pero fundamentalmente se frota las manos pensando en medidas
más drásticas que su archirrival no se animó a tomar: liberar el cepo y meterse
de lleno en la baja de impuestos al sector productivo. Cerca del ministro
advierten lo siguiente: “este apuro tendría no sólo consecuencias peligrosas
para la economía.
Es
un golpe de efecto político que apunta a llevarse el crédito mientras que Toto
hizo todo el trabajo sucio”.
Como
telón de fondo, en el Gobierno preocupa –y mucho– las nuevas (viejas)
exigencias del FMI. Una fuente que camina los pasillos de la Rosada asegura que
“hay bronca ante la falta de comprensión del board del Fondo de los logros
alcanzados”. El organismo de crédito internacional primero elogia y luego
exige: devaluación y mayor aumento de tarifas. Traducido más ajuste. El choque
está claro si recordamos que Javier Milei –cada vez que puede– señala lo hecho
hasta el momento como “el mayor ajuste en la historia de la humanidad”. El FMI
no come vidrio y va por más; sabe que la Argentina sigue siendo un paciente en terapia
intensiva.
En
política doméstica el Gobierno sigue andando el camino para la aprobación de la
ley Bases. En ese trajín la figura de Victoria Villarruel volvió a ganar terreno no sólo por su
discurso previo al desempate en el Senado, sino por su impronta propia como una
de las mujeres fuertes dentro de La Libertad Avanza. Teléfono para el Jefe. La
vice gana adeptos y tiene su propio club de fans en las redes sociales.
Villarruel
cruzó de forma contundente a Irene Montero –exministra de Igualdad y referente
de Podemos–, quien había criticado las políticas del gobierno libertario y le
pidió a la Comisión Europea que actúe para “garantizar los derechos del pueblo
argentino, sobre todo de las mujeres y personas Lgtbi”. La vice se movió como
pez en el agua y mandó a la eurodiputada a que “se preocupe por su país”
recordándole que Argentina es soberana y “no se deja presionar por ningún país
extranjero”. Tampoco pasó desapercibida vestida de gaucho y montando a caballo
en el acto conmemorativo de la muerte del General Martín Miguel de Güemes en
Salta. Hay quienes ven en ella la intención de perfilarse como la sucesora en
el sillón libertario. Un poco rápido para meterse en esa discusión, aunque es
justo decir que lo que despierta las alarmas de algunos fanáticos de Milei es
su discurso filoso, con una alta dosis de sentido común que no suele abundar en
la política local.
Como
reza el dicho popular: En todos lados se cuecen habas.
Javier Milei dedica horas (muchas) a la economía. Y de manera casi compulsiva. Con intensidad. Sobre sus mesas de trabajo (tiene al menos tres), despliega cuadros, gráficos, anotaciones con números, porcentajes, tendencias. Considera el presente. Va para atrás en el tiempo comparando variables. Hace proyecciones al futuro. Tiene recortes de artículos de coyuntura de economistas y analistas financieros teóricamente algo o mucho más cerca de su pensamiento liberal, donde los párrafos que considera importantes están resaltados. Anota palabras. Consideraciones. Y reflexiona para dentro de sí. Y ante cualquiera que se le acerca. Sepa o no de economía. Llama permanentemente a funcionarios y asesores. No importa la hora. Puede ser de noche, tarde. Puede ser desde la Casa Rosada u Olivos. O desde Los Ángeles o, como ayer, desde España. Todos saben que tienen que atender el teléfono.
Lo bueno es que la consulta es breve. Puntual. Y hay algo que reconocer.
Da la impresión de dominio total del escenario. Toda la botonera económica y
financiera del país, parece estar bajo su control de daños y beneficios. Y se
anima a diseñar día a día sus planes, asegurando que tiene todo en su cabeza.
En el corto, mediano y largo plazo. Demuestra a todos los que se cruza en esos
momentos de intensidad que no tiene dudas hacia dónde va. Y que no le tiembla
el pulso.
Esta pasión por los gráficos, números, porcentajes estampados en papeles
a la vieja usanza, fueron prolijamente ordenados por él mismo para su viaje a España.
Y lo acompañan a cada momento de su gira europea. Como el jet lag le provocó
una mala pasada, sus horas de insomnio se concentran en volver a ver y releer
los datos ya analizados infinidad de veces; y comentados con muchos
colaboradores directos e indirectos. La llamada a estos o a sus funcionarios
puede llegar a cualquier hora. Simplemente aparece un “estás?”. “Te puedo
llamar?”; sabiendo la persona que está del otro lado del whatsapp que se trata
de un aviso, no una pregunta.
Milei
interviene un mercado desregulado (por él) y busca bajar las tasas de los
bancos.
En estas horas un tema concreto inunda
su agenda económica, y concentra sus esfuerzos analíticos. Milei está
convencido de que no hay atraso cambiario. Y que es perfectamente correcta la
proyección de un dólar levemente superior a los mil pesos para fin de año,
manteniendo el ritmo de crawling peg desde enero, luego de la firma del acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Mira cuadros que le
llegan, dónde se distribuye el tipo de cambio y su competitividad en diferentes
sectores, y ve que en realidad, el problema de un eventual retraso se concentra
en algunos rubros, pero no todos. Ve que hay problemas en el equipamiento del
hogar, rubro automotriz, salud, alimentos y bebidas y restaurantes y hoteles.
Como contrapartida, el tipo de cambio es plenamente competitivo en los
servicios como electricidad, gas y agua, alquileres, comunicaciones, educación
y transporte público. Está convencido que es posible actuar sobre los primeros
mejorando competitividades, bajando costos y trabajando sobre regulaciones.
Considera que hubo un sobreajuste de precios en algunos sectores como alimentos
que, desconfiados en que tendría éxito en su faena antiinflacionaria, apostaron
a un estallido que llevara el dólar a los 2 mil pesos. Y que ahora les toca
ajustar hacia abajo precios.
Le llegó también a Milei una
experiencia cercana en el tiempo. La de la crisis griega de 2009, cuando ese
país no pudo hacer frente a su deuda soberana y vivió un severísimo ajuste
apadrinado por el FMI y la Unión Europea (UE). Su visión es que el plan
diseñado para salir de ese evento fue exitoso, porque Grecia comenzó a crecer
al año de haber caído en desgracia. Y que, dado que pertenece a la zona Euro,
hubo una sola variable que no pudo tocar: la cambiaria. Toda la recuperación se
concentró en reducción del gasto público, desregulaciones económicas, reformas
laborales, impositivas y contractuales y mucha apertura al capital extranjero.
Para Milei esta experiencia es un ejemplo de “ancla cambiaria”, compatible con
la realidad argentina. Según su visión, se puede salir adelante y hacer crecer
al país ya desde el segundo semestre, sin necesidad de nuevas devaluaciones;
las que, está convencido, provocarían una mayor presión inflacionaria que el
público podría ya no soportar con la paciencia del primer semestre del año.
Cree que se puede hacer crecer al
país desde el segundo semestre, sin una nueva devaluación.
Por todo eso se molesta cuando lee
artículos y desgrabaciones de comentarios de economistas ortodoxos donde se
habla con insistencia del problema cambiario. Y que la falta de liquidación
sojera obedece a la vigencia de un dólar por debajo de los mil pesos. Milei defiende al campo, y asegura que el problema no es
el tipo de cambio, sino los bajos precios de la soja, que se mantienen dentro
de los 450 dólares la tonelada; casi el mismo precio con que Néstor Kirchner
inició su mandato en 2003, pero con un gasto público que representaba en
dólares el 30% que el actual. Confía en que los dólares sojeros serán
suficientes y llegarán en lo que queda de mayo y julio; y que los productores y
exportadores no lo defraudarán. Confía así más en ellos, que en sus colegas del
Círculo Rojo industrial.
Afirma que esta credibilidad depende
de que pueda mostrar que es verdad que la inflación está bajando, y que la
tendencia de un dígito descendente de abril podrá profundizarse en los meses
que vienen. Y que, al menos hasta agosto, no hay dudas de que cada mes habrá un
porcentaje menor de alza de precios.
Antes de volar a Madrid le llegó un dato alentador. Según el informe privado para sus clientes el J.P. Morgan pronostica para mayo un alza de precios cercana al 5%. Otros informes monetarios hablan de que para comienzos de junio las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) estarán operando en niveles positivos, abandonando un rojo que para comienzos de su gestión se ubicaba en 13 mil millones de dólares. Los anuncios de la baja de la inflación y la suba de las reservas casi que coincidirán en el tiempo: entre la segunda y la tercera semana de junio. Será el momento, piensa Milei, en que muchos ortodoxos comenzarán a tomarse su plan económico en serio. Y que luego llegará el reconocimiento.
Milei a los pies de la casta...
Pese a que avanza con el ajuste, el Gobierno comienza a reconocer los límites y profundiza sus lazos con todas las castas. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22:00 a 24:00 por Radio Con Vos, 89.9.
© Escrito por Fernando Rosso el viernes 29/03/203 y publicado por La Izquierda Diario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Existe una frase relativamente conocida de Marx, casi transformada en un aforismo, que dice: "La anatomía del hombre es una clave para entender la anatomía del mono”. Literalmente pretende explicar que en los fenómenos desarrollados se pueden ver con más claridad o con mayor nitidez características que en los menos desarrollados aparecen de forma embrionaria y, por lo tanto, de manera más difusa. En la economía capitalista desarrollada (y ni hablar en su etapa superior) pueden observarse con mayor transparencia elementos que se podían intuir en la economía mercantil precapitalista o protocapitalista, pero que no eran tan evidentes. Por ejemplo, la tendencia de la competencia a negarse a sí misma con el surgimiento de los monopolios (que niegan la libre competencia o, mejor dicho, la niegan en parte y la exacerban en otro nivel haciéndola más salvaje) se hizo más evidentes en el capitalismo desarrollado o las contradicciones que encerraba la mercancía dinero (y sus diferentes formas) que se pusieron de manifiesto claramente en las crisis.
¿A qué viene todo esto? A que me parece que puede aplicarse a los más de tres meses de gobierno de Javier Milei y su vínculo con un sector de sus votantes que —pese al ajuste salvaje en curso— todavía siguen respaldando la opción que eligieron. Podría decirse que en la “anatomía” de los tres meses de administración Milei se encuentran claves de la “anatomía” de la crisis de representación que afecta a todo el sistema político y de la cuál Milei es un síntoma. Sólo una desafección con la política tradicional de tamaña magnitud puede explicar que el Gobierno conserve un sustento (menor a cualquier gobierno anterior), pero aún considerable.
Ahora, todo el mundo sabe que esto es muy endeble, que “se cura con el tiempo”, podríamos decir. Hasta el Fondo Monetario Internacional le viene advirtiendo a Milei sobre el peligro que puede tener un ajuste que genere una combinación de tres factores explosivos: rechazo social, ausencia de sustentabilidad política y carencia de consistencias en sus propios fundamentos económicos. El último en señalar esto fue Rodrigo Valdés, director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI que dijo (en el mismo evento en el que habló Milei) que es necesario apoyar a los segmentos más vulnerables de la población, “para que el ajuste no recaiga en los trabajadores y los sectores productivos” y, además, enfatizó en que es preciso “mejorar la calidad del ajuste fiscal, no la cantidad”. Insistió en que “se requerirán políticas efectivas y de calidad que puedan sostenerse en el tiempo”.
Y, bueno, pese a que sigue adelante con el ajuste (el nuevo capítulo son los despidos masivos en el Estado), a su manera, Milei y su Gobierno comienzan a tomar nota de alguno de estos problemas. Analicemos tres hechos.
Milei habló esta semana en el Foro Económico Internacional de las Américas (IEFA) y pidió hacerlo en penumbras. Lo que más se dijo —y probablemente sea cierto— es que no quería se le note la papada y esas cosas. Sin embargo, los nervios y la impaciencia que se evidenciaron en esa exposición (dicen algunos, entre ellos, el periodista Leandro Renou) se deben a un malestar de Milei con Luis Caputo porque la inflación no baja como él quisiera, porque no están los dólares del FMI que había prometido el ministro, y porque además comienza a exigirle que ordene el caos social del ajuste. Su frustración se expresó en ese llamado medio desesperado a que la gente saque “los dólares del colchón”. Este disgusto se notó en la forma y contenido de la exposición. Quizá quiso esconder la papada con las luces bajas, aunque también pretendía camuflar el fastidio y cierto desconcierto ante la falta de resultados.
En segundo lugar, estuvo la reunión del ministro del Interior, Guillermo Francos con los gobernadores del llamado “Norte Grande” (10 mandatarios del NOA y NEA que realizaron la 19ª Asamblea de un Conejo Regional que integran en dicho bloque: Raúl Jalil (Catamarca); Leandro Zdero (Chaco); Gustavo Valdés (Corrientes); Gildo Insfrán (Formosa); Carlos Sadir (Jujuy); Ricardo Quintela (La Rioja); Hugo Passalacqua (Misiones); Gustavo Sáenz (Salta); Gerardo Zamora (Santiago Del Estero); y Osvaldo Jaldo (Tucumán).
Allí comenzó un toma y daca con los mandatarios provinciales para lograr que los diputados o senadores que le responden aprueben la nueva versión reducida de la “Ley Ómnibus” a cambio de fondos. Esto habla de dos cosas: de un gobierno nacional que va a “transar” con los gobernadores (muchas veces calificados de “feudales” por ellos mismos) y de los gobernadores dispuestos a colaborar con Milei. El acuerdo podría implicar reinstalar el impuesto al salario o una versión reforma laboral. Gustavo Sáenz, el anfitrión —aliado histórico de Sergio Massa— afirmó que “así como legítimamente el Gobierno nacional necesita herramientas para ejecutar su plan de gobierno, también los gobernadores necesitamos la previsibilidad para ejecutar nuestras acciones de gobierno”. O sea, estarían dispuestos a respaldar el plan de ajuste salvaje a cambio de guita para sus “castas” provinciales.
Más allá de esto, lo que se demuestra es que entre ellos no hay una relación de fuerzas, sino una relación de debilidades que es el producto de una fragmentación política sin precedentes.
Por último, estuvo la propuesta del Gobierno de elevar los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema. A ver, no quiero repetir que lo salió en todos lados sobre Lijo, busquen —si quieren— las columnas de Paz Rodríguez Niell en esta radio o de Carlos Pagni en La Nación— y van a confirmar que si el Poder Judicial es la casta entre las castas, Lijo es el padre de todas las castas (con varias denuncias él y su hermano, un operador judicial) con favores hacia todas las tribus de la política tradicional.
¿Por qué promueve a un juez impresentable que generó rechazo en muchos sectores? Hasta la Amcham (la cámara de comercio argentino-estadounidense) o el coloquio empresario de IDEA levantaron la voz. Esencialmente por debilidad política: porque si fracasa en lograr “gobernabilidad” en el Congreso, quiere una Corte que, de mínima, no le ponga palos en la rueda (por ejemplo, que no le voltee el DNU, cosa que no está garantizada hoy). Por eso, dicen que negoció directamente con Lorenzetti que quiere recuperar el poder que perdió en la Corte. Ojo, si se mantiene la propuesta de Lijo y pasa en el Senado (necesita dos tercios, es decir, 48 votos) es porque tendrá el respaldo de alguno de los 33 senadores y senadoras de UXP, es decir, que responden a Cristina Kirchner. O sea, la negociación con Lorenzetti habrá sido “puesto menor”.
Ustedes saben que cuando fue la crisis de la “subprime” (hipotecas) en EEUU y el Estado fue al rescate de algunos grandes bancos, George W. Bush, presidente en ese momento dijo una frase de antología: “He abandonado los principios del libre mercado para salvar al sistema de libre mercado”. Bueno, Milei podría decir “he abandonado todos principios del anticasta, para salvar la mentira del gobierno anticasta”.
Todo esto demuestra las debilidades y las contradicciones del Gobierno y, lo más importante, que si hay decisión de enfrentarlo se lo puede derrotar. Y eso es lo más importante que hay que entender en momentos en los que a esta rosca de los de arriba saldrá a enfrentarla la lucha de los de abajo.