La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
Quién es Jorge García Cuerva, el cura villero que reemplazará al
arzobispo Mario Poli…
Su vínculo con los más desposeídos lo llevaron a
formar parte del movimiento de sacerdotes de la Iglesia Católica denominado
"curas villeros"
Con 55 años y varias particularidades que lo hacen
novedoso, el monseñor
Jorge Ignacio García Cuerva fue nombrado por el papa
Francisco como nuevo
arzobispo de Buenos Aires. Se trata de quien se desempeñó hasta
entonces como obispo de Río Gallegos, su ciudad natal, bajo nombramiento del
Sumo Pontífice, y será el encargado de suceder a Mario Poli.
Nació el 12 de abril de 1968 y, además de su vocación
religiosa, dedicó gran parte de su vida a los estudios: cursó Filosofía y
Teología en el seminario de la diócesis de San Isidro y recibió su ordenación
sacerdotal el 24 de octubre de 1997.
Es licenciado en Teología con especialización en Historia
de la Iglesia y en Derecho Canónico por la Universidad Católica Argentina
(UCA). También obtuvo el título de abogado en la Universidad Católica de Salta.
Fue vicario parroquial de Nuestra Señora de la Cava
(1997-2005); párroco de Santa Clara de Asís (2005-2014) y de Nuestra Señora de
la Cava en Béccar.
Además, estuvo
al frente de la vicepresidencia de Cáritas diocesana de San Isidro, se
desempeñó como asesor regional de la Pastoral Carcelaria, también fue
secretario de la Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria de la Conferencia
Episcopal Argentina y capellán de varios centros penitenciarios de la provincia
de Buenos Aires.
El
monseñor Jorge Ignacio García Cuerva fue nombrado por el papa Francisco como
nuevo arzobispo de Buenos Aires.
Gran parte de su vida, vivió
en una casilla en La Cava, un barrio popular de San Isidro.
Allí fue primero vicario y luego párroco.
Su vínculo con los más desposeídos llevaron a "El
Gallego" -como le dicen sus amigos- a formar parte del movimiento de
sacerdotes de la Iglesia Católica denominado "curas villeros",
surgido a fines de la década de 1960. "La parroquia es el barrio. Dios me
volvió a sorprender, lo vivo en carne propia. Lo mejor está por venir. Hay
mucho por hacer, juntos. Todos juntos", supo expresar García Cuerva.
Sus vínculos con la política.
De muy buena
relación con el ministro de Economía, Sergio Massa, al que
conoció en sus épocas al frente de la intendencia de Tigre, el sucesor de Mario
Poli deberá instalarse en el arzobispado porteño, ubicado frente a la Plaza de
Mayo, en Rivadavia 415, pleno microcentro.
El
nuevo arzobispo de Buenos Aires tiene muy buena relación con el ministro de
Economía, Sergio Massa.
En marzo de 2019, el actual titular del Palacio de
Hacienda estuvo presente en la asunción del religioso en Río Gallegos, donde
fue encumbrado obispo. "Jorge entiende lo que es luchar contra la trata
de personas porque lo hizo con nosotros en el conurbano bonaerense. Sabe lo que
es pelear contra las adicciones porque trabajamos juntos para dar pelea y sabe
lo que es transformar una villa en un barrio", lo supo
definir.
El canciller
Santiago Cafiero también hizo referencia a quien fue el
obispo del Municipio que lo vio nacer y desarrollarse políticamente. El ex jefe
de Gabinete reveló que sus primeros pasos en política fueron en La Cava, en un
comedor social, a sus 15 años, junto al padre Aníbal Filippini y el padre Jorge
García Cuerva.
"Empecé a militar ahí, trabajando socialmente.
Esa desigualdad es la que te va convocando. A algunos los destina a tener
compromisos distintos. Algunos se vuelcan a la política y otros a tareas
sociales exclusivamente, y otros, incluso, al periodismo", indicó.
Al Globo se le escapó
la victoria sobre el final: 2-2 con el equipo ecuatoriano. Hezze (6' Pt) y
Acevedo (15' St) marcaron para los de Parque Patricios. Cabeza (18' Pt) y
Bolaños (41' St), para el visitante.
Los goles
del "Globo" los marcaron Santiago Hezze y Jonás Acevedo, mientras que
Alejandro Cabeza y Miller Bolaños igualaron el encuentro, que en el cuarto
minuto de descuento tuvo la incidencia de un tercer tanto para Emelec
invalidado por el VAR, tras un offside.
El grupo tiene a Guaraní con siete puntos, seguido por Huracán y
Emelec con cinco unidades, aunque el equipo argentino tiene un fixture
complicado ya que debe viajar a Montevideo para enfrentar a Danubio (4) y luego
a Asunción para medirse con el representante paraguayo.
Justamente esta noche en Uruguay el conjunto paraguayo derrotó a
Danubio por 2 a 0 en el estadio Centenario, de Montevideo.
El plan ideado por el argentino Miguel Rondelli para Emelec se fue
por la borda a los 6 minutos cuando Omar Carabali cedió muy corto para el
arquero Pedro Ortiz y el volante Walter Mazzanti presionó al guardameta, la
robo y muy generoso cedió al medio para que Santiago Hezze marcara el primer
gol para los locales.
El volante
surgido en Tigre y de paso por Atlanta y Huachipato, una apuesta de Sebastián
Battaglia desde que llegó, se mostró muy agresivo, recuperaba, pero además se
lanzaba como carrilero, al punto tal que luego estrelló un pelotazo en el
travesaño.
En el mediocampo, Battaglia respetaba a los dos "pacman"
Hezze y Federico Fattori, pero rodeaba al "Pata" Lucas Castro con
Mazzantti y el juvenil Matías Gómez adquirido al Deportivo Morón, ante la
ausencia de Juan Gauto, citado para el Sub 20.
Rondelli logró que sus dirigidos reaccionarán y se afirmarán y con
la subida de los carrileros comenzó a encontrar huecos en el mediocampo y
defensa del Globo, que repetía errores de los tiempos de Diego Dabove.
A los 18, el venezolano Samuel Sosa, de paso por Talleres de
Córdoba, recibió en el sector izquierdo del ataque y la cambió de lado con un
preciso pelotazo para Carabalí, que tiro un preciso centro que Alejandro Cabeza
empalmó de tijera para empatar el encuentro.
Con su
estirpe copera, los "Eléctricos" de Ecuador comenzaron a licuar las
posibilidades y las movidas del Globo, pero además fueron maniatando a sus
principales figuras, pero además los delanteros ecuatorianos asustaban a los
hinchas "quemeros" cada vez que encaraban con pelota dominada.
En el segundo tiempo, Huracán se paró mejor en la faz defensiva,
Hezze y Fattori se hicieron fuertes y comenzaron a ganar la pelota por lo que
Sebastián Battaglia mando al campo de juego a Matías Cóccaro y Jonás Acevedo
como revulsivos para el ataque.
El "Globo" comenzó a llegar y el arquero Pedro Ortiz se
convirtió en figura y sus zagueros ganaron en cada centro que caía en su área.
Además, el equipo de Parque Patricios tuvo un sinnúmero de tiros de esquina a
su favor, pero les costó hacerse sentir.
Finalmente, el premio llegó cuando hubo un tiro libre a favor del
Globo que Jonás Acevedo haciendo gala de una notable ejecución, la clavó de
zurda en el segundo palo del arco ecuatoriano, para darle el segundo a su
equipo.
Huracán trato de trabar el juego en el medio, pero los ecuatorianos
hicieron pesar su oficio copero cuando el recién ingresado Jhon Sánchez apilo
jugadores pasando el medio campo y metió un preciso pase alto para que Miller
Bolaños definiera de sombrerito ante la salida de Lucas Cháves e igualará un
partido y un grupo muy complicado.
En el tiempo adicionado Bolaños ejecutó un córner, la pelota quedo en
el área del Globo, el uruguayo Diego García la tomó, metió un desborde, pateo
al arco, Cháves dio rebote y Cabeza la empujo al fondo de la red, cuando el
empate era irremediable.
El árbitro colombiano Andrés Noguera fue llamado por el VAR,
mientras los ecuatorianos festejaban y los de Huracán protestaban. Mientras
hubo un tumulto. Casi cinco minutos después, el tercer gol de Emelec fue
anulado por offside de Cabeza.
Y así el partido fue hasta el minuto 102, aunque
un par antes, el VAR volvió a llamar al juez para decidir la expulsión de
Cabeza por un codazo a Soto.
Síntesis:
Huracán: 2
Lucas Chaves; Guillermo Soto, Fernando Tobio, Joaquín Novillo y César Ibáñez;
Santiago Hezze, Federico Fattori, Walter Mazzantti, Lucas Castro y Matías
Gómez; y Nicolás Cordero. DT: Sebastián Battaglia.
Emelec: 2
Pedro Ortiz; Cain Fara, Luis Fernando León, Aníbal Leguizamón y Omar Carabalí;
Christian Valencia, Carlos Villalba, Miller Bolaños y Samuel Sosa; Alejandro
Cabeza y Bryan Angulo. DT. Miguel Rondelli.
Goles en el primer tiempo: 6m Hezze (H); 18m Cabeza (E).
Goles en el segundo tiempo: 15m Acevedo (H); 41m Bolaños (E).
Cambios en
el segundo tiempo: 14m Matías Cóccaro por Cordero (H) y Jonás Acevedo por Castro (H);
24m José Cevallos por Valencia (E) y Diego García por Carabalí (E); 26m Jhon
Sánchez por Sosa (E); 28 Patricio Carrizo por Tobio (H); 33m Gabriel Gudiño por
Mazzantti (H) y Lucas Carrizo por Gómez (H) y 36m Juan Pérez por Angulo (E).
Amonestados
en el primer tiempo: 21m Cordero (H); 23m Cabeza (E).
Amonestados
en el segundo tiempo: 2m Bolaños (E).
Incidencia
en el segundo tiempo: Expulsado 45+9m Cabeza (E).
Alejo Véliz, Luka
Romero y Máximo Perrone fueron los goleadores del equipo que dirige Javier
Mascherano, que el próximo viernes buscará el primer lugar del grupo A cuando
enfrente al escolta Nueva Zelanda (4), en la provincia de San Juan.
Argentina,
que logró el segundo éxito al hilo tras el 2-1 ante Uzbekistán, alcanzó las 6
unidades, mientras que Guatemala (0) quedó con chances mínimas de avanzar a la
siguiente instancia.
Tanto
Argentina como Guatemala terminaron con diez jugadores por las expulsiones de Tomás
Avilés, en su debut como titular, y Carlos Santos.
Con
más confianza respecto del debut, la Argentina resolvió con sencillez un
partido que en la previa se habló mucho en los medios con el supuesto caso de
espionaje al vestuario guatemalteco.
El
peso de sus individualidades y un mejor funcionamiento colectivo, le otorgaron
una victoria segura y necesaria.
Argentina
mostró superioridad en la primera parte. Matías Soulé estuvo más enchufado y
resolutivo que en el debut, y en su asociación con Valentín Barco generó
peligro para el equipo nacional.
El
equipo de Javier Mascherano, con firmeza en el mediocampo a través de Perrone y
Mateo Tanlongo, volcó todo el ataque por izquierda, pero el gol vino por
derecha. Juan Gauto, el reemplazante del preservado Brian Aguirre, lanzó el
centro para el cabezazo goleador de Véliz.
Argentina
se puso en ventaja en su mejor momento, acompañado por los hinchas y un
constante set de percusión en la tribuna Sur Alta y Oeste Alta.
A
diferencia del triunfo con Uzbekistán, Valentín Carboni no pudo desnivelar y su
talento se vio a cuentagotas. De haber tenido mayor participación, la
diferencia hubiese sido sustancial.
Valentín Barco y sus proyecciones fueron un
dolor de cabeza para los guatemaltecos. El defensor de Boca, el más ovacionado
por la gente, pasó mucho al ataque, con llegada hasta la línea y centros que no
fueron capitalizados por sus compañeros.
Guatemala,
en su línea de 5 en el fondo, procuró mantener el orden y tuvo su chance con el
intento de Santos (21m) que Federico Gomes Gerth mandó al córner con una
eficiente estirada.
El
delantero Arquímides Ordoñez se erigió en la única esperanza de Guatemala con
algunas apariciones, pero luchó en soledad contra toda la defensa argentina.
El
segundo tiempo fue todo de Argentina. La expulsión de Santos aclaró el panorama
aún más (Guatemala se paró con un 4-4-1) y el ingresado Romero, en una de sus
primeras intervenciones, sacó un remate con pique al suelo que se hizo
imposible para Moreno.
Sobre
el cierre del partido, el delantero de Lazio de Italia estrelló la pelota en el
travesaño.
Mascherano
luego le otorgó descanso a Valentín Carboni, situó a Mateo Tanlongo en la zaga
central y mandó a la cancha a Federico Redondo para mayor equilibrio en el
mediocampo.
La
expulsión de Avilés, por una mano ante el avance del rápido Edy Palencia, no
modificó el trámite y Argentina, ante 37.033 jubilosos espectadores, cerró con
aplomo el partido.
El gol de Perrone, cuando empujó el balón a
la red tras una buena jugada colectiva, resultó la frutilla del postre en la
calurosa tarde noche santiagueña.
Síntesis:
Argentina: 3
Federico Gomes
Gerth; Agustín Giay, Tomás Avilés, Valentín Gómez y Valentín Barco; Mateo
Tanlongo, Máximo Perrone y Valentín Carboni; Juan Gauto, Agustín Véliz y Matías
Soulé. DT: Javier Mascherano.
Guatemala: 0
Jorge Moreno; Andy
Domínguez, Arian Recinos, Jonathan Franco, Jeshua Urizar y Figo Montaño; Jeffry
Bantes, Néstor Cabrera y Carlos Santos; Rudy Muñoz y Arquímides Ordoñez . DT:
Rafael Loredo.
Gol en el primer
tiempo, 17m. Véliz (A).
Goles en el segundo
tiempo, 20m. Romero (A) y 45+8m. Perrone (A).
Cambios
en el segundo tiempo: Al comenzar, Allan Juárez por Muñoz (G); 13m. Luka
Romero, Román Vega e Ignacio Maestro Puch por Soulé, Barco y Véliz (A); 22m.
Gino Infantino por Carboni (A); 25m. Daniel Cardoza y Edy Palencia por Recinos
y Bantes (G); 27m. Federico Redondo por Gómez (A); 34m. Mathius Gaitán por
Cabrera (G) y 43m. Randall Corado por Montaño (G).
Amonestados:
Urizar (G).
Incidencias
en el segundo tiempo: 13m. Santos (G) y 37m. Avilés (A) expulsados por doble
amarilla.
Árbitro:
Halil Umut Meler (Turquía).
Estadio:
Único-Madre de Ciudades (Santiago del Estero).
“Tenemos
que entrar en el ballottage”, fue la frase con la que Cristina Fernández de Kirchner reconoció la posición de
debilidad en la que se encuentra el Frente de Todos contra Todos. Y, al
hacerlo, confirmó implícitamente la razón por la que decidió no presentarse como
candidata a la Presidencia en las elecciones de octubre próximo: el objetivo
del oficialismo ya no es ganar.
“Se bajó, porque no le dan los números y
encima está molesta porque siente que todos en el peronismo están tratando de
exprimir hasta la última gota del limón” –dijo un dirigente que la conoce bien
y agregó: no puede seguir cobijando al movimiento detrás de su pollera, más aún
cuando siente que nadie, pero nadie, se jugó por ella en estos cuatro años para
el olvido”. Ella sabe que el FdT se encamina a perder. Sabe también que no hay magia
posible que pueda revertir la debacle económica que castiga a los sectores más
pobres de la sociedad, a los que la vicepresidenta dice cuidar.
La aparición televisiva de CFK en C5N, en lo que quiso
disfrazarse de una entrevista a la que ella manejó en todo momento y con total
comodidad, generó mucha atención mediática, a la vez que careció de peso
político. La expresidenta en funciones ha perdido poder. Es el resultado obvio
de una gestión gubernamental catastrófica de la que, por más relato que haya,
no se puede despegar. Alberto Fernández es a quien ella designó como candidato
hace cuatro años. Sergio Massa es ministro de Economía porque ella lo
decidió y dio su visto bueno.
Lo más notable de las apariciones y
manifestaciones públicas de CFK es que generan un zafarrancho interno que hacen
más compleja la complicada situación interna del FdT. Viene el tiempo de los
hijos de la generación diezmada, dijo, y mencionó a su hijo Máximo –cuya
relevancia deviene del hecho de ser su hijo y ninguna otra cosa más– a Eduardo “Wado” de Pedro y a Andrés Larroque.
La pobreza de ese elenco habla a las claras
de la falta de visión política de CFK, y a la ausencia de figuras con llegada real al
electorado. Es lo que le ocurre cada vez que se siente arrinconada. Nada que sorprenda.
Esa falta de visión política y esa angurria de poder y plata del matrimonio
político que constituyó con Néstor Kirchner, está en la base del fracaso del
proyecto que intentó imponer el kirchnerismo.
No fue precisamente un tono de alegría el
que utilizó el ministro Massa en su perorata del viernes pasado, para fustigar
a quienes pretenden competirle en la interna. El exintendente de Tigre estaba
exultante con el elogio que le prodigó CFK cuando dijo que “había agarrado una
papa caliente”. Sin embargo, no lo incluyó dentro de la lista de posibles
presidenciables. No es un dato menor. El efecto “humo” de toda la gestión de
Massa se va diluyendo día tras día. Se hace un despliegue sobreactuado de
reuniones, declaraciones y medidas que tiene efectos escasos o directamente
nulos. Claro ejemplo fue lo que pasó a comienzos de la semana con las
inspecciones a los que importan frutas y verduras en el Mercado Central, cuando
una veintena de camionetas con agentes de la AFIP y de la Aduana ingresaron en
medio de un gran aspaviento para controlar tan sólo diez puestos de venta de
verduras y frutas.
Tamaño despliegue no hizo más que espantar
a los compradores, lo que generó un enorme perjuicio a la mayoría de los
puesteros que viven al día. Si esa es la metodología con la que el Gobierno
pretende controlar o hacer bajar la inflación, el fracaso está asegurado. Pero
hay otro motivo determinante para que la vice en funciones no termine de
bendecir al superministro. Cristina Fernández no confía en Sergio Massa. Sabe
que si colabora para sentarlo en el sillón de Rivadavia, finalmente la
traicionará. La soledad del poder abraza a la líder del Frente de Todos como
nunca antes. Son horas aciagas que deberá transitar. Ni siquiera la
promocionada marcha del 25 de Mayo podrá llenar ese vacío.
La misma sensación de ingratitud cubre a
varios de los soldados del PRO. La brutalidad de la interna no cesa y sigue
minando las posibilidades de No tan Juntos por el Cambio de volver al poder.
Todos en la coalición opositora siguen con atención las desventuras de los
miembros del equipo amarillo un poco por preocupación y mucho de oportunismo y
sarcasmo. La Unión Cívica Radical espera su momento como si
semejante revuelo no afectara las chances del conjunto.
Ya no se trata de la pelea en la Ciudad
donde Jorge Macri dio a entender que no aceptaría un resultado
negativo de las encuestas que propusieron para dirimir entre su candidatura y
la del ministro de Salud porteño, Fernán Quirós. ¿Para qué tanto revuelo
entonces? ¿El primo Jorge tiene tanto miedo a perder?
También en la provincia de Buenos Aires el
desenlace será áspero y abierto. Patricia Bullrich eligió al intendente de
Lanús, Néstor Grindetti como su delfín. Por estas horas en el
entorno de Diego Santilli se preguntan si no hubiera sido mejor ir por la vía
del acuerdo. Demasiadas preguntas, para una realidad dura que no ofrece
respuestas al ciudadano de a pie.