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domingo, 16 de marzo de 2025

La Orfandad de los Jubilados... @dealgunamanera...

La orfandad de los jubilados...

Bullrich 9 mm. Dibujo: Pablo Temes.

La defensa de los adultos mayores no puede quedar en manos de barrabravas. Pero la violencia no se responde con más violencia.

Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 15/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Las catástrofes naturales dejan expuestas las deficiencias de la dirigencia política de un país, una provincia o una ciudad. Esa mala calidad de la dirigencia se traduce en déficits de infraestructura y de planificación que terminan combinándose en una ecuación desastrosa y fatal. Esto es lo que ha dejado en evidencia la tragedia de Bahía Blanca que tanta destrucción y tanto dolor causó, causa y aún causará por un largo, largo tiempo.

Veamos. Según un estudio de hidrografía urbana que se publicó en la web del Conicet en 2012, la ciudad de Bahía Blanca está localizada en la cuenca inferior del arroyo Napostá y del canal Maldonado por lo que, frente a un episodio de lluvias copiosas, el agua se acumula rápidamente. Además, la geografía del terreno, en especial en aquellas zonas de baja pendiente, empeora esta situación, ya que el escurrimiento generado en áreas más altas erosiona calles sin pavimento, desplazando así sedimentos hacia zonas bajas, lo que lleva al bloqueo de los sistemas de drenaje. A esto hay que agregarle la expansión urbana carente de planificación, hecho que agrava el problema porque crea áreas impermeables y reduce los espacios naturales de absorción. Todo esto lleva a un aumento del volumen de escorrentía superficial que dificulta el correcto drenaje del agua hacia el mar.

Desde que se realizó y publicó ese informe pasaron trece años. A lo largo de esos años ejercieron la presidencia Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y, desde hace un año y tres meses, Javier Milei; en la Gobernación de la provincia de Buenos Aires estuvieron Daniel Scioli, María Eugenia Vidal y Axel Kicillof, quien continúa en el cargo; y los intendentes fueron Gustavo José Bevilacqua del PJ, Héctor Norberto Grey, PRO y ahora Federico Susbielles, PV. No hay registro de que alguno de los mencionados haya tenido en cuenta las advertencias de ese informe y encarado obras destinadas a corregir la situación y disminuir los efectos y los riesgos de un fenómeno como el sucedido el viernes 7 de marzo.

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A eso se le debe agregar el desamparo por parte de las autoridades que padeció –y aún padece– una gran parte de la población. La ausencia del Estado en muchas de las zonas afectadas es tristemente impactante. Javier Milei y Axel Kicillof siguieron enfrascados en su pelea. Los gestos de mancomunión fueron tan pocos y forzados que nadie los notó. “No vino ninguna autoridad por acá”, se escuchaba decir por doquier en los barrios periféricos de Bahía Blanca, en General Daniel Cerri y en Ingeniero White. Era como una letanía que se repetía con la resignación. A nadie le sorprendía. La mitigación la traían vecinos solidarios que, en muchos casos, apenas llegan a fin de mes, pero con un amor por el prójimo en desgracia conmovedor. Viendo esto está claro que una gran parte de la dirigencia política vernácula es parte del problema, y no de la solución.

La evidencia quedó a la vista en la vergonzosa batahola que se vivió dentro de la Cámara de Diputados en la sesión que se llevó a cabo el miércoles donde se buscaba tratar distintos proyectos, como el escándalo de Libra y también la emergencia que vive Bahía Blanca. A esto se le sumó la marcha de cada miércoles en la cual los jubilados reclaman un aumento en sus haberes. Esto merece un capítulo aparte. Oscar Zago y Lisandro Almirón fueron los protagonistas de una vergonzosa pelea donde hubo golpes e insultos. No fueron los únicos. Lilia Lemoine y Marcela Pagano también se agredieron dentro del recinto. Rocío Bonacci le tiró un vaso con agua a la ladera de Javier Milei. Todos compañeros y excompañeros o aliados de La Libertad Avanza. Rápido de reflejos, Martín Menem, presidente de la Cámara Baja, decidió levantar la sesión en medio de los insultos y reclamos de Máximo Kirchner. Ninguno estuvo a la altura de las circunstancias. No es que sea la primera vez que sucede un hecho de estas características, es la falta de estatura política que vuelve a poblar las bancas del Congreso de la Nación. Ningún argentino merece esta calidad deplorable en su dirigencia. Todos ellos, sabían que sesionaban en medio de un clima enrarecido por la marcha de jubilados que estaba convocada para las 17 y que prenunciaba el escándalo y los disturbios que tomaron la calle por la presencia de barrabravas de distintos clubes, organizaciones de izquierda y lo peor del sindicalismo. Aun así nadie pudo aportar un gramo de cordura.

La movida en redes sociales fue promovida por agrupaciones ligadas a los violentos del fútbol que encabezan dirigentes de La Cámpora, entre otros. No hace falta hacer mucha memoria para recordar la romantización que la propia CFK hacía de los “maravillosos muchachos de las tribunas”. Por la red social X habían confirmado su presencia “hinchas” de más de diez clubes entre ellos Boca, River, Racing, Chacarita, Deportivo Español y Chicago. Que quede claro: a ninguno le importaba los jubilados, el objetivo del encuentro no fue otro que, tras escudarse en una causa noble, volver a ganar la calle para llevarle un nuevo dolor de cabeza al gobierno libertario. Sin embargo, esto pone de manifiesto la orfandad política –salvo pocas excepciones– que padecen los adultos mayores. En los últimos 30 años ningún gobierno se interesó verdaderamente por ellos. Los jubilados merecen apoyo real e institucional con planes definidos de crecimiento de sus haberes y una revisión seria y profunda de la sustentabilidad del sistema previsional. La defensa de quienes aportaron toda su vida al país, no puede quedar en manos de barrabravas ligados a lo peor de la política a quienes –claro está– sólo les interesa utilizarlos para provecho propio.

El tendal de heridos dejó al borde de la muerte al fotógrafo y militante Pablo Grillo que se encontraba en la marcha haciendo su trabajo. Las destempladas declaraciones de la ministra Patricia Bullrich no hicieron más que echar nafta al fuego. Cualquier intento de obstrucción de la vida institucional merece una respuesta adecuada del Gobierno en defensa del orden público. Pero la violencia no se responde con más violencia. Los errores deben condenarse e investigarse. La historia argentina ha dejado muestras suficientes que la dirigencia política no debería olvidar.



 

domingo, 2 de febrero de 2025

Rosca política, al rojo vivo… @dealgunamanera...

Rosca política, al rojo vivo…

¡¡¡Cartón Lleno!!! Dibujo: Pablo Temes

Karina, “el Jefe”, expulsa a “traidores” y disciplina LLA, Macri lucha por la subsistencia del PRO, Kicillof sufre “la capacidad de daño” de CFK.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 02/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Por si a alguien le cabía alguna duda del poder real de Karina Milei, el episodio que tuvo como víctima de su enojo a Ramiro Marra fue contundente. La expulsión ipso facto del partido del legislador porteño de alto perfil mediático, causada por el hecho de haber votado favorablemente el aumento de impuestos requerido por Jorge Macri en el proyecto de Ley del Presupuesto en el ámbito de la Ciudad, fue la conclusión de un largo proceso de distanciamiento con la hermana del Presidente. Por lo tanto, cuando Javier Milei dice que ella es “el Jefe”, no está expresando un eufemismo. El legislador porteño ahora huérfano de partido había intentado mil formas de revertir esta animadversión que le prodigaba la secretaria general de la Presidencia. “Hablo con ella”, llegó a decir en un reportaje hace unos días cuando lo interrogaron sobre su relación. Eso, evidentemente, no era verdad. “Era un traidor”, lo fulminaron desde el círculo áulico del oficialismo. Hay dos datos curiosos: el primero es el retardo con que se adoptó la medida, ya que el presupuesto porteño fue aprobado el 13 de diciembre del año pasado; el segundo es que, además de Marra, también lo votaron a favor los legisladores libertarios Jorge Reta y Eugenio Casielles.

La onda expansiva de humillación a la que se lo sometió a Marra sigue haciendo sentir sus efectos dentro del Gobierno. En muchos funcionarios hay miedo. Para muchos, el mensaje es muy claro: no hay lugar para el disenso interno al que se lo toma como muestra de indisciplina que, por ende, merece un castigo. A eso se le agrega una cuota de maltrato y desconsideración. Por eso, el “indisciplinado” legislador se enteró de la medida por medio de un mensaje en la red X pasadas las once y veinte de la noche del miércoles.

A las peleas internas se les agregan las externas. El Presidente debió batallar a lo largo de la semana con los efectos nocivos que produjo su horrible discurso en Davos, en el que lanzó gruesos improperios contra las políticas de igualdad de género y contra los homosexuales. Intentó en vano hacer creer que había habido una maliciosa distorsión de sus dichos. Lo apoyaron en esa cruzada algunos de los intelectuales que le son afines, que hacen acordar por sus argumentos y formas de expresarlos a los kirchneristas de “Carta Abierta”. Algunos de estos estuvieron en la marcha de ayer a la que el peronismo se subió en su desesperada busca de obtener un rédito político. Salvo alguna muy rara excepción, a la mayoría de ellos nunca se les escuchó decir nada sobre José Alperovich, condenado por abuso sexual contra su sobrina; sobre Fernando Espinoza, denunciado por acoso sexual por una de sus secretarias; o sobre Alberto Fernández, imputado por lesiones leves y graves doblemente agravadas y por amenazas coactivas contra Fabiola Yañez.

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La rosca política está al rojo vivo. Esta semana se concretó la ruptura del PRO en la Legislatura porteña. Lo que se consignó en esta columna la semana pasada se viene cumpliendo inexorablemente: la demolición sostenida del espacio que es el último bastión de Mauricio Macri. El expresidente viene demostrando tener plena conciencia de esto y está actuando para tratar de evitar la extinción de su partido, algo que, a la luz de los hechos, le resulta cada vez más difícil de lograr. Por eso tuvo que interrumpir sus vacaciones en el Sur, para reunirse con sus leales e intentar parar la fuga de concejales, legisladores e intendentes.

Macri ya decidió que va a hacer campaña. El distrito que recorrerá como en sus épocas de jefe de Gobierno será el de la Capital Federal. Eso lo complementará con actos proselitistas en el resto del país. Hay que recordar que este año se renuevan 24 senadores correspondientes a ocho distritos y 127 diputados. El expresidente es plenamente consciente de que con el PRO solo no le alcanza para ganar. Por eso deberá buscar aliados. Y esos aliados no pueden salir de otro lado que no sea la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Notable la paradoja de la política vernácula: se pasan la mayor parte del tiempo peleándose en disputas vanas dominadas principalmente por los egos para después caer en la cuenta de que no tienen otra alternativa que la de juntarse.

Las aguas están también revueltas en el peronismo. Cristina Fernández de Kirchner batalla fuertemente para evitar que Axel Kicillof le arrebate la provincia de Buenos Aires. Sin ese distrito, el poder de la expresidenta sufriría una mengua casi letal. “El gobernador está sufriendo ahora en carne propia lo que es la capacidad y voluntad de daño de Cristina”, confesaba hace unos días una voz que conoce al dedillo lo que está pasando entre los dos. En su incesante búsqueda de limitar a su exdelfín, CFK autorizó que se aprobara el presupuesto 2025 para la provincia. No lo hizo como un acto de racionalidad ni muchos menos de bonhomía. Lo hizo para tenerlo controlado. La falta de aprobación del presupuesto 2025 hubiera obligado a la prolongación del de 2024, lo cual siempre le hubiese dado al gobernador un poder de discrecionalidad en el manejo de esos fondos públicos prácticamente ilimitado. Ella bien lo sabe.

La lucha ahora es por el desdoblamiento de las elecciones. Eso es lo que quiere Kicillof. Eso es lo que no quiere la expresidenta. La razón de esto es muy simple: los dos se quieren despegar de la elección nacional que, según las encuestas de hoy en día, serían ampliamente favorables al oficialismo.

Mientras ellos se distraen en estos menesteres, el asesinato de Lucas Aguiar, el joven de 20 años que previamente había contado en una entrevista a C5N que había sido víctima de cinco intentos de robo, generó manifestaciones con muestras de violencia e indignación. Como siempre hace el gobernador, lo único que atinó a hacer es a echarle la culpa al gobierno nacional por la falta de envíos de fondos. Una mentira de las tantas de Kicillof. Durante los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández, CFK y Sergio Massa, la inseguridad en Moreno y el Conurbano profundo era la misma que ahora.

Como se dijo desde el comienzo del mandato de Javier Milei, la gobernabilidad de su gestión está atada a la evolución de la economía. Y, desde ese punto de vista, el Gobierno viene siendo exitoso en el nivel de la macroeconomía. En la micro las cosas son distintas: la realidad que vive el bolsillo del ciudadano de a pie sigue siendo dura.

Los técnicos del Fondo Monetario Internacional terminaron su gestión en Buenos Aires que dejó al Gobierno bien parado.

Los informes del Bank of America y del JP Morgan lo reflejaron en forma precisa, augurando un préstamo importante del organismo –con un primer desembolso de unos 5 mil millones de dólares y otro posterior que podría llegar hasta los 20 mil millones– para que se pueda implementar el levantamiento del cepo. Esta es una medida clave sin la cual el programa del Gobierno de atraer inversiones no podrá avanzar. Se vienen semanas decisivas.



lunes, 28 de octubre de 2024

Exceso de euforia… @dealgunamanera...

Exceso de euforia…

Ginger & Fred’, Georgieva y Caputo. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno avanza ante una oposición dividida, pero no aparecen los fondos para levantar el cepo. 


© Escrito por Nelson Castro del sábado 26/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

La agenda política está claramente marcada por la centralidad del Gobierno. Y eso abarca desde el cumpleaños de Javier Milei hasta las medidas que se van anunciando casi a diario con un ritmo y un efecto que son generadores de un gran impacto político. Esto no es casualidad. Forma parte de una combinación entre gestión y una estrategia de comunicación que se han ido perfeccionando con el correr de los meses. Esta semana hubo una muestra acabada de ello. 

Hubo clima de festejo el viernes cuando se conoció que, por primera vez en cinco años, el riesgo país cayó debajo de los 1.000 puntos. El guarismo exacto fue 984. Hubo un factor muy importante que contribuyó fuertemente para esto: fue la resolución del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que por medio de una votación anunció que la Argentina no había caído dentro de la “lista gris” de países en materia de lucha contra el lavado de dinero y el terrorismo. Para eso fueron muy importantes las gestiones que se hicieron durante el tiempo del trabajo de los evaluadores. Esta evaluación había comenzado el año pasado en el contexto del gobierno de Alberto Fernández que daba pie a todas las sospechas. Por aquellos tiempos desde la Unidad de Información financiera (UIF) trabajaban a destajo con el peso sobre sus espaldas que implicaba la falta de certezas para alcanzar un resultado positivo. Finalmente, la reforma de la Ley 25.246 sobre lavados de activos, las modificaciones al Código Penal y a los plazos de presentación de los Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS), la creación de un Registro Único de Beneficiarios Finales en la antigua AFIP, así como el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV) fueron algunos de los tópicos que resultaron determinantes para que el país no cayera en la “lista negra”. De haber obtenido una calificación desfavorable la llegada de inversiones y préstamos de organismos internacionales sería hoy un imposible. “El trabajo que se ha hecho en los últimos meses fue destacable. Pero de alguna forma el final del gobierno de los Fernández ayudó a que el organismo tuviera una mirada más contemplativa con la Argentina”, aseguró una fuente que conoce a la perfección el proceso.

La caída del riesgo país es positiva. Pero el viernes cerró a 984, cuando el de Uruguay, por ejemplo, es 92.

De todas maneras, hay que considerar el largo camino que queda hasta llegar a un valor del riesgo país que sea equiparable al de las naciones con economías más estables que la nuestra. Para tomar solo un ejemplo, el riesgo país de Uruguay está en 92 puntos. La diferencia es enorme. 

Luis Caputo tuvo una ardua tarea en Washington buscando destrabar las 
negociaciones con el Fondo Monetario Internacional con la esperanza de acceder a nuevos fondos. Las reuniones con la directora gerente, Kristalina Georgieva y con la número dos del organismo, Gita Gopinath, fueron muy buenas. Sin embargo, la posibilidad de acceder a nuevos préstamos sigue, hoy en día, bloqueada. Caputo señaló que no había ido a Washington a pedir dinero, sino a contar. Más allá de esto, la realidad es que la Argentina sigue buscando los fondos que necesita para levantar el cepo. Esos fondos, hasta el día de hoy, no están. Preocupa en algunos analistas allegados al Gobierno el exceso de euforia que se vive puertas adentro cuando todavía resta un largo camino por recorrer para que la economía finalmente se ponga en marcha.  

En materia política los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres que llegaron infiltrados en las listas. En realidad –a pesar de haberlo negado desde un comienzo– hubo cierto grado de acuerdo con Sergio Massa que acercó nombres a las listas de 
La Libertad Avanza pensando que su competidor final sería alguno de los alfiles de Juntos Por el Cambio. Un error que se pagó caro. En los últimos diez días el Gobierno arremetió contra el massismo y realizó tres denuncias públicas vinculadas a la AFIP, AySA y el Enacom. El propósito es terminar de una vez y para siempre con figuras cercanas al tigrense. En la ex-AFIP y en el Ministerio de Economía ya se veían venir la motosierra recargada. El recorte de cargos y la reestructuración del organismo recaudador de impuestos dejó algunas perlitas que demuestran la inmoralidad del uso político del Estado en beneficio propio: sueldos que superaban los 30 millones de pesos y puestos que podían ser heredados por familiares de quienes los ocupaban. Una verdadera beca que le costaba millones de pesos al Estado. “Teníamos que dar una señal contundente de que la motosierra avanza sobre la casta. Había dudas y reproches por el esfuerzo que está haciendo la gente para acompañar este proceso. De ahora en más, no quedarán dudas de que vamos a terminar con los privilegios de la clase política”, aseguró un diputado libertario con entusiasmo indisimulable.  

A pesar de estos avances, todavía queda en el oficialismo una tendencia a elegir y nombrar funcionarios con prontuario más que currículum. Es el caso del nuevo titular de la Dirección General Impositiva DGI, Andrés Edgardo Vázquez, un funcionario que dejó muchas dudas por su actuación en la entidad recaudadora durante los años del kirchnerismo. En plena pelea de los K con los medios de comunicación Vázquez fue quien lideró el megaoperativo de la AFIP contra el Grupo Clarín en 2009. Además tuvo bajo su órbita la vigilancia de los negocios de Cristóbal López y Lázaro Báez –a quienes benefició haciendo la vista gorda– y quedó en la mira judicial cuando se descubrió que tenía dos cuentas no declaradas en el exterior con casi medio millón de dólares. La casta no se depura con más casta. 


Los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres de infiltrados que llegaron en las listas.

Para cerrar la semana, la nota la dieron CFK y el gobernador Axel Kicillof visiblemente distanciados por la pelea por la conducción del partido justicialista. Ambos se mostraron juntos en el acto por el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en el Teatro Argentino de La Plata. Lejos de trabajar por la unidad, el encuentro fue de una frialdad tal que hasta la propia Estela de Carlotto se sintió incómoda en medio de la tensión entre ambos.   

El Gobierno también festeja el desorden de una oposición que no cristaliza en líderes competitivos, pero no debería olvidar que, el peronismo, tiene una capacidad de reconstrucción inigualable. El exceso de confianza es un pecado que, a la larga, se puede terminar pagando con votos.




domingo, 20 de octubre de 2024

Todos contra todos. Tiempo de internas… @dealgunamanera...

Todos contra todos. Tiempo de internas…

Axel Kicillof. Dibujo: Pablo Temes

Oficialismo y oposición se enfrascan en disputas intestinas. En el peronismo, Axel enfurece a CFK.    

© Escrito por Nelson Castro el sábado 19/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   


Hace un año, Javier Milei desistió de participar del Coloquio de Idea, la reunión empresarial de mayor volumen político de la Argentina, en la que, en medio de exposiciones que poco le interesan a la mayoría de los asistentes –salvo cuando el que habla es el presidente o el ministro de Economía de turno– lo realmente importante ocurre entre bambalinas, en donde la rosca política se desarrolla en toda su dimensión. En el contexto de la campaña electoral de 2023, Milei le encargó al presidente del Banco de Valores, Juan Nápoli, el armado de esa reunión que obligó a los empresarios a desdoblarse, para no perder detalle de lo que decía el entonces candidato al que muchos de ellos consideraban un outsider sin futuro político. Un año después –el viernes pasado–, esos mismos descreídos se agolparon para escucharlo y aplaudir sus medidas, sus proyectos y sus malos tratos a los economistas que lo critican. Ya se sabe que, para el Presidente, quien no coincide con él es un ignorante –“econochanta” o “mandril” en el caso de los economistas–, o un ensobrado o un mentiroso –esto especialmente en el caso de los periodistas–.   

En su larga perorata, 
Milei no dio ninguna precisión sobre el futuro. Obviamente, la más esperada era la atinente al cepo. Y sobre eso no hubo nada. Es que no puede haber nada y nadie sabe cuándo lo habrá; es decir, cuándo se levantará. Los que conocen al dedillo las cuentas del Banco Central coinciden en señalar que, más allá de las compras diarias que viene realizando y del blanqueo, las reservas netas son aún negativas. Por eso se mira con atención la liquidación de la cosecha, que ocurrirá entre marzo y abril del año próximo. Pero, aun así, los números no dan. Si no hay un aporte de fondos de alguna entidad internacional –banco u organismo multilateral–, va a ser muy difícil que se logre reunir el colchón de dólares suficientes para dar el respaldo necesario para eliminar el cepo. Lo notable es que, a partir de marzo próximo, comenzará a correr el tiempo electoral. Y prima facie, una cosa será enfrentar las elecciones con cepo y otra, sin cepo.  

El cepo no solo representa un tema tabú. También condiciona la llegada de muchas inversiones que, sin la posibilidad de retirar sus dividendos, no quieren arriesgar en la Argentina. Esto es así acá y en cualquier otro país del mundo.  

En el Gobierno se vive un clima de euforia. La explican la baja del índice de inflación, la entrada de dólares por el blanqueo –muy superior a la que hubo con el decretado durante el gobierno de Mauricio Macri– y los proyectos de inversiones motivados por el Régimen Integrado de Grandes Inversiones (RIGI). Es una euforia inexplicable a la luz de los padecimientos por los que atraviesa la mayoría de la sociedad. Es decir, el Gobierno se queda en lo macro sin verbalizar lo que está pasando en el bolsillo de la gente. Eso es lo que reflejan todas las encuestas que hacen referencia a los niveles de consumo. Ahí los datos son contundentes: la caída no para. La penuria, tampoco. Por eso sonó a burla la afirmación del titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). “Da la sensación de que los que mayor motosierra recibieron fueron los jubilados”, le dijo con todo criterio Eduardo Feinmann en su programa de radio Mitre a Mariano de los Heros, quien, muy suelto de cuerpo, contestó que 
“como diría Aníbal Fernández, me parece que esa es una sensación”. La respuesta demuestra que el funcionario no tiene la más mínima idea de la miserable realidad que viven los jubilados y pensionados. Lamentable. 

Como venimos diciendo en esta columna, la campaña electoral de cara a las elecciones de medio término está en marcha. Alguien con sentido común diría que eso es una locura, teniendo en cuenta que falta para eso exactamente un año.  

El así llamado Día de la Lealtad fue un muestrario de lo que hoy en día pasa en el peronismo, en donde, en nombre de la lealtad, sus dirigentes se traicionan todo el tiempo. No conciben vivir fuera del poder. 
Cristina Fernández de Kirchner es un ejemplo. Por eso no termina de advertir que, como dijo Aristóteles, “la única verdad es la realidad”. Y la realidad le marca que fue parte activa no solo del desastroso gobierno de Alberto Fernández –a quien ella eligió con su dedo– sino también de la derrota electoral de Sergio Massa –a quien también eligió con su dedo–. Fingir demencia sobre eso puede ser productivo solo en el círculo de fanáticos y alcahuetes que la rodean.

Reescribir la historia.

El discurso de Axel Kicillof –otro que habla como si no hubiera tenido nada que ver con las malísimas decisiones que se tomaron durante su gestión como ministro de Economía, que llevaron al país a quedar atrapado entre los fondos buitre, los juicios de varios acreedores internacionales, la mala negociación de la deuda con el Club de París y un largo etcétera– enfureció a CFK. El gobernador elogió el pasado de la expresidenta pero la canceló para el futuro. Eso es precisamente lo que ella no entiende: que su pasado la deja sin el porvenir de poder que anhela, y sin el calor de un operativo clamor que nunca llega y por el cual desespera. Los tiempos en los que las cosas se hacían como y cuando ella quería parecen haber llegado a su fin. Su reunión con Kicillof fue “horrible”, tal como lo describieron los que saben los detalles de un encuentro en donde todo fue reproche y tensión.  

Tampoco el amor abunda en las filas del oficialismo y el “paraoficialismo”, inexistente neologismo que pretende describir la postura de Mauricio Macri y el desvaído PRO que preside. El expresidente participó de un exclusivo encuentro con un reducido grupo de empresarios asistentes al Coloquio de Idea. Allí les transmitió optimismo y les habló de su principal objetivo de aquí en adelante: evitar que Milei repita los errores que se cometieron durante su gobierno. Hay que recordar que Macri, hoy tan crítico del entorno de Milei –es decir, su hermana Karina y Santiago Caputo–, tuvo también el suyo. Cómo no recordar al inefable Marcos Peña y sus secuaces, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, “los ojos” del entonces presidente. ¿Le hablará de eso a Milei? 

Macri tiene, además, un problema interno creciente en el PRO, a la vista del perfil cada vez más crítico hacia él por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que se ha transformado en una cruzada en su defensa de Milei.    

En medio de tantos idas y vueltas, producto de una desconfianza indisimulable y de una puja de poder que no cesa, una voz del PRO dijo una verdad de Perogrullo de absoluto realismo: si el año que viene LLA y el PRO no van juntos, el peronismo tendrá grandes chances de ganar las elecciones. Es lo que ocurrió en 2023 en la provincia de Buenos Aires, donde la necedad de Néstor Grindetti y Carolina Píparo en no unirse le abrió paso a la victoria de Axel Kicillof.




domingo, 1 de septiembre de 2024

Sin rivales de peso… @dealgunamanera...

Sin rivales de peso…

Javier Milei vs. Victoria Villarruel. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo casi no tiene oposición y debería dejar ya las internas y ponerse manos a la obra.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 31/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hay algo que el presidente Javier Milei debería aprender de manera urgente: pelearse con todo el mundo no conduce a nada. La realidad se lo viene demostrando permanentemente. Las derrotas legislativas que sufrió el Gobierno en las últimas semanas fueron la consecuencia de una actitud en la que Milei persiste con una obstinación carente de sentido. Si cree que con su comportamiento ostenta una demostración de fuerza, se equivoca. Tampoco parece muy conducente como estrategia para mantener la cohesión entre los propios. Puede funcionar en un puñado de oportunidades, pero pronto se agota como recurso.

La reunión que mantuvo el viernes con los legisladores de La Libertad Avanza y el PRO parece haber sido una muestra de aprendizaje. La iniciativa la sugirió Mauricio Macri en la larga cena que mantuvo con Milei en la quinta de Olivos. El expresidente aprovechó para quejarse de varias cosas que le vienen molestando: Santiago Caputo, la mala conducción de la Cámara de Diputados, los muchos kirchneristas que aún ocupan cargos en el Gobierno, la operación montada contra él por algunos funcionarios de la SIDE y la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia. El menú fue completo.

En el encuentro entre el Presidente y los legisladores en el Salón Balcarce de la Casa Rosada, el tema prioritario fue la necesidad que tiene el oficialismo de evitar que la oposición pueda alcanzar los dos tercios de los votos que se necesitan para revertir el veto presidencial. Si el kirchnerismo lograra neutralizarlo, le infligiría al Gobierno una nueva y dura derrota de consecuencias políticas muy adversas.

Una política patológica

Sin embargo, falta aún un largo devenir para pavimentar un camino en el que la voluntad de acuerdo entre oficialismo y la oposición que le es afín reine por sobre la discordia. Recuérdese que el 9 de julio pasado se firmó en San Miguel de Tucumán el así llamado Acuerdo de Mayo sin que hasta aquí haya habido algún signo claro de traducir ese acuerdo en hechos.

Sobre este asunto se habló en la semana que pasó durante una reunión empresarial, en cuyo transcurso los asistentes –que apoyan los objetivos y el rumbo del Gobierno– expresaron su preocupación por la falta de voluntad por parte del oficialismo para dejar de lado la metodología de la confrontación permanente. En tanto y en cuanto no haya acuerdos políticos de peso entre La Libertad Avanza y los sectores de la oposición que le son afines, las inversiones gigantes que necesita la Argentina para salir de su estancamiento e involución no vendrán. “Si no hay acuerdos, no habrá previsibilidad y, entonces, por más que se levante el cepo, nadie por fuera del sector energético pondrá un dólar acá”, dijo con todas las letras uno de los empresarios importantes que participaron del encuentro. El conflicto como política sostenida recuerda los tiempos del kirchnerismo.

 Los problemas del Gobierno no son solo con los opositores: los hay también internamente. Ello es producto de una falta de conducción de parte del Presidente a la que se le agregan los egos personales y que se exhiben de manera casi obscena. La inentendible y criticable visita a los exmilitares condenados por delitos de lesa humanidad dejó expuesto la existencia de una alarmante incomunicación y ánimo de enfrentamiento entre los legisladores de LLA que es tan asombrosa como inquietante. En realidad lo que se observa hoy día es el resultado de algo cuya génesis estuvo en los inicios de la campaña electoral: el oficialismo no tenía la gente suficiente para ocupar cargos en el poder. Vale la pena hacer un poco de memoria. Una vez ganadas las elecciones, los diputados electos por La Libertad Avanza se quejaban de dos cosas que resultaban sintomáticas. La primera es que no se conocían entre ellos. La segunda es que la mayoría jamás había tenido un contacto más o menos cercano con el líder del espacio ni tampoco con las figuras fuertes del Gobierno. Un rejunte que sirvió para presentar número, pero que hoy está mostrando sus consecuencias. Victoria Villarruel lo había señalado off the record por aquellos tiempos no menos turbulentos: “Somos cuatro gatos locos”, le decía con honestidad brutal a quien se animaba a consultarla.

Karina Milei y Santiago Caputo no digieren que Victoria Villarruel tenga peso político propio.

Hablando de la vicepresidenta –para sumarle más temperatura a esto–, está la ruidosa disputa de poder que protagoniza con el líder libertario. La relación entre ellos es evidentemente tóxica. La ausencia de diálogo y la improvisación son asombrosos. En el entorno de Milei –léase su hermana Karina y Santiago Caputo– no digieren que Villarruel tenga peso político propio. Les guste o no, la vice tiene un número de simpatizantes que no es menor. Con más razón, deberían afinar la estrategia y no dejar cabos sueltos. El castigo no les está dando buenos resultados. “Deberíamos estar con un balde de pochoclo mirando las barbaridades de la causa contra Alberto Fernández, pero, en lugar de eso, nos estamos peleando entre nosotros”, dijo con preocupación un diputado libertario.

Mientras tanto, en el oficialismo siguen disfrutando de una realidad que no les presenta competencia. Juntos por el Cambio ya no existe, el radicalismo no encuentra su propio rumbo, en el PRO intentan ponerse de acuerdo para brindar un apoyo constructivo y el peronismo ha dejado –por el momento– de ser una variable desequilibrante. Tanto es así que en el entorno de uno de los barones del Conurbano señalaron con preocupación la dificultad que la realidad les presenta a la hora de movilizar gente. “Entre los planes, las asignaciones y toda la ayuda social que ahora llega a la gente casi sin intermediarios no tenemos herramientas para la movilización. La gente –por ahora– no se mueve de su casa. Veremos qué ocurre si la economía no se reactiva y siguen desapareciendo las changas”.

En lugar de descansar en esta falta de rivales políticos de peso, el Gobierno debería poner manos a la obra en alcanzar la concordia interna, levantar el cepo y reactivar la economía para evitar males mayores de cara a 2025.



domingo, 25 de agosto de 2024

Una política patológica… @dealgunamanera...

 Una política patológica…

Emblema prolibertario. Dibujo: Pablo Temes

Un gobierno que no tiene mayorías institucionales insulta a quienes deberían darle su voto de apoyo en el Congreso.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 24/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Lo que se está viviendo dentro del ámbito del oficialismo y sus afines es definitivamente patológico y, por ende, inentendible. La dinámica de los hechos que se vivieron esta semana va contra la lógica de la política. Cuando un gobierno carece de mayorías institucionales, lo que busca es acumular poder. Para lograrlo, debe interactuar con otras fuerzas partidarias para que alumbren los acuerdos necesarios que le permitan unir fuerzas en pos de alcanzar los números que le posibiliten la aprobación de las leyes que necesita el oficialismo en el poder. Nada de esto está ocurriendo en el actual gobierno.

Veamos lo acontecido esta semana en la política vernácula. Los senadores decidieron aumentarse su sueldo que, entonces, pasa de 7 a 9 millones de pesos. El Presidente criticó fuertemente esta decisión bochornosa que, efectivamente, carece de sensibilidad y sentido común. El número es obsceno. Sin embargo, la vicepresidenta Victoria Villarruel en principio lo convalidó, recibiendo por esto una crítica de Milei a través del vocero presidencial, Manuel Adorni. Sigamos. La vicepresidenta –que siente disgusto por este término y pide que se emplee el de vicepresidente– se tomó venganza y no hizo el menor esfuerzo para evitar la sesión del Senado en la que se trató y se terminó aprobando por dos tercios de los votos la modificación del cálculo de movilidad jubilatoria. No solo eso sino que, además, Victoria Villarruel celebró un comentario despectivo que el jefe del bloque de Unión por la Patria, José Mayans, realizó sobre su compañero de fórmula, a quien, parafraseándola, trató de “jamoncito”.

El desorden casi de conventillo en Diputados ante el rechazo del DNU de la SIDE fue vergonzoso.

Antes de esto, el desorden casi de conventillo, que se vivió en la Cámara de Diputados luego del rechazo al DNU que transfería fondos a la SIDE, fue novelesco y vergonzoso. En la reunión de bloque del oficialismo hubo acusaciones cruzadas, gritos y hasta la presencia del padre de una diputada libertaria que nada tenía que hacer allí. Aires de colegio secundario propios de una estudiantina. Muchos legisladores libertarios no tienen conciencia de la importancia institucional que su rol debería tener. Recuérdese que en tiempos de campaña ya se advertía que La Libertad Avanza no tenía la gente suficiente para ocupar todos los cargos que requería la conducción en el poder. Ahora podemos agregar que hay ejemplos suficientes que muestran que algunos de los que llegaron tampoco tienen la idoneidad para ocupar un cargo o una banca. Simplemente no están a la altura.

Javier Milei y Mauricio Macri cenaron el jueves por la noche en Olivos. Se reunieron en la residencia buscando acercar posiciones y avanzar en la concreción de un frente común entre La Libertad Avanza y el PRO. Todo bien pero –los peros son de gran importancia siempre– después ambos se encargaron de hacer saber sus diferencias. Milei le reprochó al expresidente su oposición al DNU que adjudica 100 mil millones de pesos a la nueva SIDE. “Me dio las explicaciones, la verdad que no me resultaron satisfactorias, siendo alguien que fue jefe de Estado y sabe las necesidades en términos de inteligencia que tiene que enfrentar la Argentina”, dijo –lapidario– en la entrevista que le concedió a Antonio Laje en LN +. No fue el único reproche que le hizo a Macri: los hubo también por su incapacidad para evitar que los senadores de lo que supo ser Juntos por el Cambio aportaran los votos que permitieron la aprobación del proyecto de ley de modificación de la fórmula del cálculo de haberes para los jubilados. Miei ya estaba convencido de que los sinsabores de la semana legislativa no fueron solo un descuido.

Macri, por su parte, no se quedó atrás. Volvió a despotricar contra el entorno de Milei. Repite ante los propios que una cosa son las reuniones mano a mano con el líder libertario –donde todo es cordialidad– y otra muy distinta son los hechos de la realidad. En la mesa chica del PRO y en la cabeza de algunos gobernadores, están convencidos de que el entorno presidencial mete la cola para desairarlos. “Nos toman de boludos”, sentenciaron. Hablar de entorno significa, en este caso, hablar de Santiago Caputo, a quien, para que no queden dudas, el Presidente calificó de inamovible. En verdad, Santiago Caputo es a Milei lo que Marcos Peña fue al expresidente. Además, el “triángulo de hierro” –Karina, alias el jefe, Caputo y Milei– está más aceitado que nunca. Lo que pasa es muy simple: el que manda es Milei, circunstancia que él quiere hacerle sentir a Macri permanentemente. Por eso, más de una vez, el Presidente le dijo al expresidente una cosa y después, en los hechos, sucedió otra.

A esta altura, el expresidente Alberto Fernández está muerto políticamente y perdido civilmente.

No es el único del clan Macri que se queja por esto. El jefe de Gobierno de la Ciudad lo acompaña. Después de las arduas negociaciones que tuvo con Luis Caputo por el reintegro de los fondos, Jorge Macri se ha encontrado con que, hasta ahora, las promesas del ministro de comenzar a restituir los fondos que durante el gobierno de Alberto Fernández le fueron quitados a la Ciudad no se han cumplido.

Hablando de Fernández, la semana volvió a dejar episodios e imágenes de video que prueban el maltrato del expresidente a la ex primera dama. También son variados los ejemplos de la cacería libidinosa que AF montaba desde sus redes sociales para cooptar jóvenes y seducirlas ofreciéndoles cargos en el Estado a cambio de vaya a saber qué. Ya no quedan dudas de la vida oscura que llevaba. Pero, por si esto fuera poco, él la denunció en la Justicia. Le endilga violación de secretos y su difusión. Recurso de último momento para alguien que está muerto políticamente y perdido civilmente.