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lunes, 28 de octubre de 2024

Exceso de euforia… @dealgunamanera...

Exceso de euforia…

Ginger & Fred’, Georgieva y Caputo. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno avanza ante una oposición dividida, pero no aparecen los fondos para levantar el cepo. 


© Escrito por Nelson Castro del sábado 26/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

La agenda política está claramente marcada por la centralidad del Gobierno. Y eso abarca desde el cumpleaños de Javier Milei hasta las medidas que se van anunciando casi a diario con un ritmo y un efecto que son generadores de un gran impacto político. Esto no es casualidad. Forma parte de una combinación entre gestión y una estrategia de comunicación que se han ido perfeccionando con el correr de los meses. Esta semana hubo una muestra acabada de ello. 

Hubo clima de festejo el viernes cuando se conoció que, por primera vez en cinco años, el riesgo país cayó debajo de los 1.000 puntos. El guarismo exacto fue 984. Hubo un factor muy importante que contribuyó fuertemente para esto: fue la resolución del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que por medio de una votación anunció que la Argentina no había caído dentro de la “lista gris” de países en materia de lucha contra el lavado de dinero y el terrorismo. Para eso fueron muy importantes las gestiones que se hicieron durante el tiempo del trabajo de los evaluadores. Esta evaluación había comenzado el año pasado en el contexto del gobierno de Alberto Fernández que daba pie a todas las sospechas. Por aquellos tiempos desde la Unidad de Información financiera (UIF) trabajaban a destajo con el peso sobre sus espaldas que implicaba la falta de certezas para alcanzar un resultado positivo. Finalmente, la reforma de la Ley 25.246 sobre lavados de activos, las modificaciones al Código Penal y a los plazos de presentación de los Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS), la creación de un Registro Único de Beneficiarios Finales en la antigua AFIP, así como el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV) fueron algunos de los tópicos que resultaron determinantes para que el país no cayera en la “lista negra”. De haber obtenido una calificación desfavorable la llegada de inversiones y préstamos de organismos internacionales sería hoy un imposible. “El trabajo que se ha hecho en los últimos meses fue destacable. Pero de alguna forma el final del gobierno de los Fernández ayudó a que el organismo tuviera una mirada más contemplativa con la Argentina”, aseguró una fuente que conoce a la perfección el proceso.

La caída del riesgo país es positiva. Pero el viernes cerró a 984, cuando el de Uruguay, por ejemplo, es 92.

De todas maneras, hay que considerar el largo camino que queda hasta llegar a un valor del riesgo país que sea equiparable al de las naciones con economías más estables que la nuestra. Para tomar solo un ejemplo, el riesgo país de Uruguay está en 92 puntos. La diferencia es enorme. 

Luis Caputo tuvo una ardua tarea en Washington buscando destrabar las 
negociaciones con el Fondo Monetario Internacional con la esperanza de acceder a nuevos fondos. Las reuniones con la directora gerente, Kristalina Georgieva y con la número dos del organismo, Gita Gopinath, fueron muy buenas. Sin embargo, la posibilidad de acceder a nuevos préstamos sigue, hoy en día, bloqueada. Caputo señaló que no había ido a Washington a pedir dinero, sino a contar. Más allá de esto, la realidad es que la Argentina sigue buscando los fondos que necesita para levantar el cepo. Esos fondos, hasta el día de hoy, no están. Preocupa en algunos analistas allegados al Gobierno el exceso de euforia que se vive puertas adentro cuando todavía resta un largo camino por recorrer para que la economía finalmente se ponga en marcha.  

En materia política los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres que llegaron infiltrados en las listas. En realidad –a pesar de haberlo negado desde un comienzo– hubo cierto grado de acuerdo con Sergio Massa que acercó nombres a las listas de 
La Libertad Avanza pensando que su competidor final sería alguno de los alfiles de Juntos Por el Cambio. Un error que se pagó caro. En los últimos diez días el Gobierno arremetió contra el massismo y realizó tres denuncias públicas vinculadas a la AFIP, AySA y el Enacom. El propósito es terminar de una vez y para siempre con figuras cercanas al tigrense. En la ex-AFIP y en el Ministerio de Economía ya se veían venir la motosierra recargada. El recorte de cargos y la reestructuración del organismo recaudador de impuestos dejó algunas perlitas que demuestran la inmoralidad del uso político del Estado en beneficio propio: sueldos que superaban los 30 millones de pesos y puestos que podían ser heredados por familiares de quienes los ocupaban. Una verdadera beca que le costaba millones de pesos al Estado. “Teníamos que dar una señal contundente de que la motosierra avanza sobre la casta. Había dudas y reproches por el esfuerzo que está haciendo la gente para acompañar este proceso. De ahora en más, no quedarán dudas de que vamos a terminar con los privilegios de la clase política”, aseguró un diputado libertario con entusiasmo indisimulable.  

A pesar de estos avances, todavía queda en el oficialismo una tendencia a elegir y nombrar funcionarios con prontuario más que currículum. Es el caso del nuevo titular de la Dirección General Impositiva DGI, Andrés Edgardo Vázquez, un funcionario que dejó muchas dudas por su actuación en la entidad recaudadora durante los años del kirchnerismo. En plena pelea de los K con los medios de comunicación Vázquez fue quien lideró el megaoperativo de la AFIP contra el Grupo Clarín en 2009. Además tuvo bajo su órbita la vigilancia de los negocios de Cristóbal López y Lázaro Báez –a quienes benefició haciendo la vista gorda– y quedó en la mira judicial cuando se descubrió que tenía dos cuentas no declaradas en el exterior con casi medio millón de dólares. La casta no se depura con más casta. 


Los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres de infiltrados que llegaron en las listas.

Para cerrar la semana, la nota la dieron CFK y el gobernador Axel Kicillof visiblemente distanciados por la pelea por la conducción del partido justicialista. Ambos se mostraron juntos en el acto por el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en el Teatro Argentino de La Plata. Lejos de trabajar por la unidad, el encuentro fue de una frialdad tal que hasta la propia Estela de Carlotto se sintió incómoda en medio de la tensión entre ambos.   

El Gobierno también festeja el desorden de una oposición que no cristaliza en líderes competitivos, pero no debería olvidar que, el peronismo, tiene una capacidad de reconstrucción inigualable. El exceso de confianza es un pecado que, a la larga, se puede terminar pagando con votos.




domingo, 20 de octubre de 2024

Todos contra todos. Tiempo de internas… @dealgunamanera...

Todos contra todos. Tiempo de internas…

Axel Kicillof. Dibujo: Pablo Temes

Oficialismo y oposición se enfrascan en disputas intestinas. En el peronismo, Axel enfurece a CFK.    

© Escrito por Nelson Castro el sábado 19/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   


Hace un año, Javier Milei desistió de participar del Coloquio de Idea, la reunión empresarial de mayor volumen político de la Argentina, en la que, en medio de exposiciones que poco le interesan a la mayoría de los asistentes –salvo cuando el que habla es el presidente o el ministro de Economía de turno– lo realmente importante ocurre entre bambalinas, en donde la rosca política se desarrolla en toda su dimensión. En el contexto de la campaña electoral de 2023, Milei le encargó al presidente del Banco de Valores, Juan Nápoli, el armado de esa reunión que obligó a los empresarios a desdoblarse, para no perder detalle de lo que decía el entonces candidato al que muchos de ellos consideraban un outsider sin futuro político. Un año después –el viernes pasado–, esos mismos descreídos se agolparon para escucharlo y aplaudir sus medidas, sus proyectos y sus malos tratos a los economistas que lo critican. Ya se sabe que, para el Presidente, quien no coincide con él es un ignorante –“econochanta” o “mandril” en el caso de los economistas–, o un ensobrado o un mentiroso –esto especialmente en el caso de los periodistas–.   

En su larga perorata, 
Milei no dio ninguna precisión sobre el futuro. Obviamente, la más esperada era la atinente al cepo. Y sobre eso no hubo nada. Es que no puede haber nada y nadie sabe cuándo lo habrá; es decir, cuándo se levantará. Los que conocen al dedillo las cuentas del Banco Central coinciden en señalar que, más allá de las compras diarias que viene realizando y del blanqueo, las reservas netas son aún negativas. Por eso se mira con atención la liquidación de la cosecha, que ocurrirá entre marzo y abril del año próximo. Pero, aun así, los números no dan. Si no hay un aporte de fondos de alguna entidad internacional –banco u organismo multilateral–, va a ser muy difícil que se logre reunir el colchón de dólares suficientes para dar el respaldo necesario para eliminar el cepo. Lo notable es que, a partir de marzo próximo, comenzará a correr el tiempo electoral. Y prima facie, una cosa será enfrentar las elecciones con cepo y otra, sin cepo.  

El cepo no solo representa un tema tabú. También condiciona la llegada de muchas inversiones que, sin la posibilidad de retirar sus dividendos, no quieren arriesgar en la Argentina. Esto es así acá y en cualquier otro país del mundo.  

En el Gobierno se vive un clima de euforia. La explican la baja del índice de inflación, la entrada de dólares por el blanqueo –muy superior a la que hubo con el decretado durante el gobierno de Mauricio Macri– y los proyectos de inversiones motivados por el Régimen Integrado de Grandes Inversiones (RIGI). Es una euforia inexplicable a la luz de los padecimientos por los que atraviesa la mayoría de la sociedad. Es decir, el Gobierno se queda en lo macro sin verbalizar lo que está pasando en el bolsillo de la gente. Eso es lo que reflejan todas las encuestas que hacen referencia a los niveles de consumo. Ahí los datos son contundentes: la caída no para. La penuria, tampoco. Por eso sonó a burla la afirmación del titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). “Da la sensación de que los que mayor motosierra recibieron fueron los jubilados”, le dijo con todo criterio Eduardo Feinmann en su programa de radio Mitre a Mariano de los Heros, quien, muy suelto de cuerpo, contestó que 
“como diría Aníbal Fernández, me parece que esa es una sensación”. La respuesta demuestra que el funcionario no tiene la más mínima idea de la miserable realidad que viven los jubilados y pensionados. Lamentable. 

Como venimos diciendo en esta columna, la campaña electoral de cara a las elecciones de medio término está en marcha. Alguien con sentido común diría que eso es una locura, teniendo en cuenta que falta para eso exactamente un año.  

El así llamado Día de la Lealtad fue un muestrario de lo que hoy en día pasa en el peronismo, en donde, en nombre de la lealtad, sus dirigentes se traicionan todo el tiempo. No conciben vivir fuera del poder. 
Cristina Fernández de Kirchner es un ejemplo. Por eso no termina de advertir que, como dijo Aristóteles, “la única verdad es la realidad”. Y la realidad le marca que fue parte activa no solo del desastroso gobierno de Alberto Fernández –a quien ella eligió con su dedo– sino también de la derrota electoral de Sergio Massa –a quien también eligió con su dedo–. Fingir demencia sobre eso puede ser productivo solo en el círculo de fanáticos y alcahuetes que la rodean.

Reescribir la historia.

El discurso de Axel Kicillof –otro que habla como si no hubiera tenido nada que ver con las malísimas decisiones que se tomaron durante su gestión como ministro de Economía, que llevaron al país a quedar atrapado entre los fondos buitre, los juicios de varios acreedores internacionales, la mala negociación de la deuda con el Club de París y un largo etcétera– enfureció a CFK. El gobernador elogió el pasado de la expresidenta pero la canceló para el futuro. Eso es precisamente lo que ella no entiende: que su pasado la deja sin el porvenir de poder que anhela, y sin el calor de un operativo clamor que nunca llega y por el cual desespera. Los tiempos en los que las cosas se hacían como y cuando ella quería parecen haber llegado a su fin. Su reunión con Kicillof fue “horrible”, tal como lo describieron los que saben los detalles de un encuentro en donde todo fue reproche y tensión.  

Tampoco el amor abunda en las filas del oficialismo y el “paraoficialismo”, inexistente neologismo que pretende describir la postura de Mauricio Macri y el desvaído PRO que preside. El expresidente participó de un exclusivo encuentro con un reducido grupo de empresarios asistentes al Coloquio de Idea. Allí les transmitió optimismo y les habló de su principal objetivo de aquí en adelante: evitar que Milei repita los errores que se cometieron durante su gobierno. Hay que recordar que Macri, hoy tan crítico del entorno de Milei –es decir, su hermana Karina y Santiago Caputo–, tuvo también el suyo. Cómo no recordar al inefable Marcos Peña y sus secuaces, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, “los ojos” del entonces presidente. ¿Le hablará de eso a Milei? 

Macri tiene, además, un problema interno creciente en el PRO, a la vista del perfil cada vez más crítico hacia él por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que se ha transformado en una cruzada en su defensa de Milei.    

En medio de tantos idas y vueltas, producto de una desconfianza indisimulable y de una puja de poder que no cesa, una voz del PRO dijo una verdad de Perogrullo de absoluto realismo: si el año que viene LLA y el PRO no van juntos, el peronismo tendrá grandes chances de ganar las elecciones. Es lo que ocurrió en 2023 en la provincia de Buenos Aires, donde la necedad de Néstor Grindetti y Carolina Píparo en no unirse le abrió paso a la victoria de Axel Kicillof.




domingo, 1 de septiembre de 2024

Sin rivales de peso… @dealgunamanera...

Sin rivales de peso…

Javier Milei vs. Victoria Villarruel. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo casi no tiene oposición y debería dejar ya las internas y ponerse manos a la obra.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 31/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hay algo que el presidente Javier Milei debería aprender de manera urgente: pelearse con todo el mundo no conduce a nada. La realidad se lo viene demostrando permanentemente. Las derrotas legislativas que sufrió el Gobierno en las últimas semanas fueron la consecuencia de una actitud en la que Milei persiste con una obstinación carente de sentido. Si cree que con su comportamiento ostenta una demostración de fuerza, se equivoca. Tampoco parece muy conducente como estrategia para mantener la cohesión entre los propios. Puede funcionar en un puñado de oportunidades, pero pronto se agota como recurso.

La reunión que mantuvo el viernes con los legisladores de La Libertad Avanza y el PRO parece haber sido una muestra de aprendizaje. La iniciativa la sugirió Mauricio Macri en la larga cena que mantuvo con Milei en la quinta de Olivos. El expresidente aprovechó para quejarse de varias cosas que le vienen molestando: Santiago Caputo, la mala conducción de la Cámara de Diputados, los muchos kirchneristas que aún ocupan cargos en el Gobierno, la operación montada contra él por algunos funcionarios de la SIDE y la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia. El menú fue completo.

En el encuentro entre el Presidente y los legisladores en el Salón Balcarce de la Casa Rosada, el tema prioritario fue la necesidad que tiene el oficialismo de evitar que la oposición pueda alcanzar los dos tercios de los votos que se necesitan para revertir el veto presidencial. Si el kirchnerismo lograra neutralizarlo, le infligiría al Gobierno una nueva y dura derrota de consecuencias políticas muy adversas.

Una política patológica

Sin embargo, falta aún un largo devenir para pavimentar un camino en el que la voluntad de acuerdo entre oficialismo y la oposición que le es afín reine por sobre la discordia. Recuérdese que el 9 de julio pasado se firmó en San Miguel de Tucumán el así llamado Acuerdo de Mayo sin que hasta aquí haya habido algún signo claro de traducir ese acuerdo en hechos.

Sobre este asunto se habló en la semana que pasó durante una reunión empresarial, en cuyo transcurso los asistentes –que apoyan los objetivos y el rumbo del Gobierno– expresaron su preocupación por la falta de voluntad por parte del oficialismo para dejar de lado la metodología de la confrontación permanente. En tanto y en cuanto no haya acuerdos políticos de peso entre La Libertad Avanza y los sectores de la oposición que le son afines, las inversiones gigantes que necesita la Argentina para salir de su estancamiento e involución no vendrán. “Si no hay acuerdos, no habrá previsibilidad y, entonces, por más que se levante el cepo, nadie por fuera del sector energético pondrá un dólar acá”, dijo con todas las letras uno de los empresarios importantes que participaron del encuentro. El conflicto como política sostenida recuerda los tiempos del kirchnerismo.

 Los problemas del Gobierno no son solo con los opositores: los hay también internamente. Ello es producto de una falta de conducción de parte del Presidente a la que se le agregan los egos personales y que se exhiben de manera casi obscena. La inentendible y criticable visita a los exmilitares condenados por delitos de lesa humanidad dejó expuesto la existencia de una alarmante incomunicación y ánimo de enfrentamiento entre los legisladores de LLA que es tan asombrosa como inquietante. En realidad lo que se observa hoy día es el resultado de algo cuya génesis estuvo en los inicios de la campaña electoral: el oficialismo no tenía la gente suficiente para ocupar cargos en el poder. Vale la pena hacer un poco de memoria. Una vez ganadas las elecciones, los diputados electos por La Libertad Avanza se quejaban de dos cosas que resultaban sintomáticas. La primera es que no se conocían entre ellos. La segunda es que la mayoría jamás había tenido un contacto más o menos cercano con el líder del espacio ni tampoco con las figuras fuertes del Gobierno. Un rejunte que sirvió para presentar número, pero que hoy está mostrando sus consecuencias. Victoria Villarruel lo había señalado off the record por aquellos tiempos no menos turbulentos: “Somos cuatro gatos locos”, le decía con honestidad brutal a quien se animaba a consultarla.

Karina Milei y Santiago Caputo no digieren que Victoria Villarruel tenga peso político propio.

Hablando de la vicepresidenta –para sumarle más temperatura a esto–, está la ruidosa disputa de poder que protagoniza con el líder libertario. La relación entre ellos es evidentemente tóxica. La ausencia de diálogo y la improvisación son asombrosos. En el entorno de Milei –léase su hermana Karina y Santiago Caputo– no digieren que Villarruel tenga peso político propio. Les guste o no, la vice tiene un número de simpatizantes que no es menor. Con más razón, deberían afinar la estrategia y no dejar cabos sueltos. El castigo no les está dando buenos resultados. “Deberíamos estar con un balde de pochoclo mirando las barbaridades de la causa contra Alberto Fernández, pero, en lugar de eso, nos estamos peleando entre nosotros”, dijo con preocupación un diputado libertario.

Mientras tanto, en el oficialismo siguen disfrutando de una realidad que no les presenta competencia. Juntos por el Cambio ya no existe, el radicalismo no encuentra su propio rumbo, en el PRO intentan ponerse de acuerdo para brindar un apoyo constructivo y el peronismo ha dejado –por el momento– de ser una variable desequilibrante. Tanto es así que en el entorno de uno de los barones del Conurbano señalaron con preocupación la dificultad que la realidad les presenta a la hora de movilizar gente. “Entre los planes, las asignaciones y toda la ayuda social que ahora llega a la gente casi sin intermediarios no tenemos herramientas para la movilización. La gente –por ahora– no se mueve de su casa. Veremos qué ocurre si la economía no se reactiva y siguen desapareciendo las changas”.

En lugar de descansar en esta falta de rivales políticos de peso, el Gobierno debería poner manos a la obra en alcanzar la concordia interna, levantar el cepo y reactivar la economía para evitar males mayores de cara a 2025.



domingo, 25 de agosto de 2024

Una política patológica… @dealgunamanera...

 Una política patológica…

Emblema prolibertario. Dibujo: Pablo Temes

Un gobierno que no tiene mayorías institucionales insulta a quienes deberían darle su voto de apoyo en el Congreso.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 24/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Lo que se está viviendo dentro del ámbito del oficialismo y sus afines es definitivamente patológico y, por ende, inentendible. La dinámica de los hechos que se vivieron esta semana va contra la lógica de la política. Cuando un gobierno carece de mayorías institucionales, lo que busca es acumular poder. Para lograrlo, debe interactuar con otras fuerzas partidarias para que alumbren los acuerdos necesarios que le permitan unir fuerzas en pos de alcanzar los números que le posibiliten la aprobación de las leyes que necesita el oficialismo en el poder. Nada de esto está ocurriendo en el actual gobierno.

Veamos lo acontecido esta semana en la política vernácula. Los senadores decidieron aumentarse su sueldo que, entonces, pasa de 7 a 9 millones de pesos. El Presidente criticó fuertemente esta decisión bochornosa que, efectivamente, carece de sensibilidad y sentido común. El número es obsceno. Sin embargo, la vicepresidenta Victoria Villarruel en principio lo convalidó, recibiendo por esto una crítica de Milei a través del vocero presidencial, Manuel Adorni. Sigamos. La vicepresidenta –que siente disgusto por este término y pide que se emplee el de vicepresidente– se tomó venganza y no hizo el menor esfuerzo para evitar la sesión del Senado en la que se trató y se terminó aprobando por dos tercios de los votos la modificación del cálculo de movilidad jubilatoria. No solo eso sino que, además, Victoria Villarruel celebró un comentario despectivo que el jefe del bloque de Unión por la Patria, José Mayans, realizó sobre su compañero de fórmula, a quien, parafraseándola, trató de “jamoncito”.

El desorden casi de conventillo en Diputados ante el rechazo del DNU de la SIDE fue vergonzoso.

Antes de esto, el desorden casi de conventillo, que se vivió en la Cámara de Diputados luego del rechazo al DNU que transfería fondos a la SIDE, fue novelesco y vergonzoso. En la reunión de bloque del oficialismo hubo acusaciones cruzadas, gritos y hasta la presencia del padre de una diputada libertaria que nada tenía que hacer allí. Aires de colegio secundario propios de una estudiantina. Muchos legisladores libertarios no tienen conciencia de la importancia institucional que su rol debería tener. Recuérdese que en tiempos de campaña ya se advertía que La Libertad Avanza no tenía la gente suficiente para ocupar todos los cargos que requería la conducción en el poder. Ahora podemos agregar que hay ejemplos suficientes que muestran que algunos de los que llegaron tampoco tienen la idoneidad para ocupar un cargo o una banca. Simplemente no están a la altura.

Javier Milei y Mauricio Macri cenaron el jueves por la noche en Olivos. Se reunieron en la residencia buscando acercar posiciones y avanzar en la concreción de un frente común entre La Libertad Avanza y el PRO. Todo bien pero –los peros son de gran importancia siempre– después ambos se encargaron de hacer saber sus diferencias. Milei le reprochó al expresidente su oposición al DNU que adjudica 100 mil millones de pesos a la nueva SIDE. “Me dio las explicaciones, la verdad que no me resultaron satisfactorias, siendo alguien que fue jefe de Estado y sabe las necesidades en términos de inteligencia que tiene que enfrentar la Argentina”, dijo –lapidario– en la entrevista que le concedió a Antonio Laje en LN +. No fue el único reproche que le hizo a Macri: los hubo también por su incapacidad para evitar que los senadores de lo que supo ser Juntos por el Cambio aportaran los votos que permitieron la aprobación del proyecto de ley de modificación de la fórmula del cálculo de haberes para los jubilados. Miei ya estaba convencido de que los sinsabores de la semana legislativa no fueron solo un descuido.

Macri, por su parte, no se quedó atrás. Volvió a despotricar contra el entorno de Milei. Repite ante los propios que una cosa son las reuniones mano a mano con el líder libertario –donde todo es cordialidad– y otra muy distinta son los hechos de la realidad. En la mesa chica del PRO y en la cabeza de algunos gobernadores, están convencidos de que el entorno presidencial mete la cola para desairarlos. “Nos toman de boludos”, sentenciaron. Hablar de entorno significa, en este caso, hablar de Santiago Caputo, a quien, para que no queden dudas, el Presidente calificó de inamovible. En verdad, Santiago Caputo es a Milei lo que Marcos Peña fue al expresidente. Además, el “triángulo de hierro” –Karina, alias el jefe, Caputo y Milei– está más aceitado que nunca. Lo que pasa es muy simple: el que manda es Milei, circunstancia que él quiere hacerle sentir a Macri permanentemente. Por eso, más de una vez, el Presidente le dijo al expresidente una cosa y después, en los hechos, sucedió otra.

A esta altura, el expresidente Alberto Fernández está muerto políticamente y perdido civilmente.

No es el único del clan Macri que se queja por esto. El jefe de Gobierno de la Ciudad lo acompaña. Después de las arduas negociaciones que tuvo con Luis Caputo por el reintegro de los fondos, Jorge Macri se ha encontrado con que, hasta ahora, las promesas del ministro de comenzar a restituir los fondos que durante el gobierno de Alberto Fernández le fueron quitados a la Ciudad no se han cumplido.

Hablando de Fernández, la semana volvió a dejar episodios e imágenes de video que prueban el maltrato del expresidente a la ex primera dama. También son variados los ejemplos de la cacería libidinosa que AF montaba desde sus redes sociales para cooptar jóvenes y seducirlas ofreciéndoles cargos en el Estado a cambio de vaya a saber qué. Ya no quedan dudas de la vida oscura que llevaba. Pero, por si esto fuera poco, él la denunció en la Justicia. Le endilga violación de secretos y su difusión. Recurso de último momento para alguien que está muerto políticamente y perdido civilmente.



domingo, 18 de agosto de 2024

Una mentira expuesta…@dealgunamanera...

 Una mentira expuesta…

Se dió vuelta la taba... Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

El caso de Alberto Fernández saca a la luz con claridad la doble moral que dominó las décadas de poder kirchnerista.   

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


“Pito duro”. Así de brutal es como Cristina Fernández de Kirchner llamaba a 
Alberto Fernández, el hombre a quien escogió para llegar nuevamente al poder. CFK tiene un particular don para demostrar su crueldad. Es una verdadera pena que no tenga el mismo don para hacer el bien. No fue este apelativo la única instancia en la que la ex vicepresidenta aludió sin tapujos a los acontecimientos del ámbito de la vida privada del expresidente que se desarrollaban a la vista de todos los que frecuentaban tanto la quinta de Olivos, como la Casa Rosada. En la tarde del 14 de septiembre de 2021, –48 horas después de la catastrófica derrota electoral ocurrida en las PASO– CFK estalló de furia frente al jefe de Estado al que acorraló durante las tres horas y media que duró la reunión que mantuvieron en la Residencia de Olivos. “Alberto, tenés que dejar de joder con las minas que traes acá, sos un pajero, pero sos el Presidente. Empezá a controlar lo que hacés en tu vida privada porque todo el mundo lo sabe y nos va a causar problemas a todos”, señaló –entre tantas otras cosas– la ex vicepresidenta. 

Uno y otro –el apelativo y el reproche furibundo pronunciado en medio de aquella conversación borrascosa abundante en vulgaridades– muestran claramente que CFK sabía lo que estaba pasando en la trastienda del poder. ¿Podía, pues, desconocer que 
Fabiola Yañez, por la que no sentía –ni siente– ningún afecto y/o empatía, estaba siendo víctima de maltratos y situaciones de violencia física propinados por su pareja, el Presidente? La respuesta es simple y contundente: No.    

El escándalo político que sigue generando este caso es producto de la trama que deja al descubierto. Es una trama repugnante y repudiable, no sólo por los hechos en sí, sino también por el contexto en el cual ocurrieron. Todo esto que estamos conociendo en detalle sucedía mientras cursaba la pandemia de covid-19 a la que el Gobierno manejó de manera horrible y criminal. Horrible por el interminable encierro al que se sometió a la población y criminal por la decisión de no comprar la vacuna producida por el laboratorio Pfizer que podría haber reducido significativamente el número de más de 100 mil muertes causadas por la enfermedad.

Una vida de mentira

Esta trama está llena de silencios cómplices que empiezan por la exsecretaria privada del expresidente, María Canteros y terminan nadie sabe en dónde ni en quién. La causa judicial por violencia de género contra el ex presidente es una mancha venenosa que no para de expandirse. La larga lista de chats a través de los que se desarrolló una conversación explícita y pormenorizada de lo que estaba acaeciendo en la residencia presidencial no dejan dudas al respecto. “No le digas nada a nadie sobre esto” expresa en uno de ellos Canteros, a quien, por otra parte, se la percibe mucho más preocupada por el victimario que por la víctima.  

Esto ilustra también sobre la situación de asimetría existente a lo largo de todo este devenir violento. AF era el Presidente. El poder lo tenía él. Su comportamiento habla de una persona que se sentía impune. Fue Alfredo Yabrán quien, durante el reportaje que Mariano Grondona le hizo en su programa Hora Clave en 1997, pronunció aquella frase de alto impacto: “el poder es impunidad”. Dijo una gran verdad que, desde entonces, se han encargado de materializar presidentes, presidentas, gobernadores, intendentes y un largo etcétera de personas que se sirvieron del poder para delinquir descaradamente. 

Es evidente que el expresidente se sentía impune. Por eso nombraba en cargos públicos para los que no tenían ninguna aptitud a mujeres por las cuales se sentía atraído a las que les proponía citas sin ningún límite ni cuidado. Su falta de decoro no fue accidental, sino intencional.  

Una de las particularidades de esta historia es el nivel de evidencia que presenta. Son innumerables los videos, fotos, chats y comunicaciones telefónicas que dan cuenta tanto de la cronología de los hechos como de sus detalles.   

El video en el que se lo ve y escucha hablar con 
Tamara Pettinato en el despacho presidencial, más que una comprobación de las conductas del expresidente es una radiografía de su patológica personalidad. El mejor adjetivo que lo define es libidinoso. Quien consulte el significado del término en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua se encontrará con los siguientes sinónimos: lujurioso, lascivo, impúdico, concupiscente, lúbrico, obsceno, 
pornográfico, sensual, vicioso, rijoso, salido, cachondo.   

En conexión con todo este relato se plantea el rol del entorno presidencial que aparece complicado. Debe entenderse por entorno al médico presidencial, Dr. Federico Walter Saavedra, al intendente de la quinta de Olivos, Daniel Rodríguez, el ex vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, personal de seguridad y de servicio y una lista que sigue. Todos sabían. Todos callaron.

El ejercicio de la memoria

El caso que hoy nos atañe e impacta es una muestra cabal –una más– de la doble moral del kirchnerismo. Es importante detenerse en esto.   

Durante los 20 años de vigencia del kirchnerismo su doble moral fue una constante. Criticaban al neoliberalismo, pero en los 90 habían calificado a Carlos Menem como al mejor presidente de la historia de la Argentina. Se mostraban como adalides de los Derechos Humanos, pero en los 90, cuando Néstor Kirchner gobernaba Santa Cruz, habían invisibilizado todas las manifestaciones que en esa provincia intentaron llevar adelante las Madres de Plaza de Mayo. Despotricaban contra la convertibilidad, pero en los 90 habían sido fervorosos partidarios de las políticas implementadas por Domingo Cavallo. De todas estas contradicciones pudieron salir indemnes durante mucho tiempo. Una parte importante de la sociedad que prefirió ignorar esos antecedentes apoyó y votó al kirchnerismo, al que le dio un enorme poder.   

Ese tiempo parece haber terminado.  

Dijo Abraham Lincoln: “Se puede engañar a todo el mundo durante algún tiempo; se puede engañar a algunos durante todo el tiempo; lo que no se puede es engañar a todo el mundo durante todo el tiempo”. Es lo que está sucediendo con el kirchnerismo, cuya mentira –esencia sobre la que edificó todo su poder– finalmente ha quedado expuesta a la vista de todos y todas.



 

domingo, 11 de agosto de 2024

Una vida de mentira… @dealgunamanera...

 Una vida de mentira…

Violencia de género nacional. Dibujo: Pablo Temes.

Todo lo que ha trascendido demuestra que la vida del expresidente Fernández, no solo su presidencia, fue un engaño.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 10/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Le asiste a algo nunca visto en la historia de la Argentina. No es que no haya habido historias de infidelidades maritales o situaciones sentimentales complicadas y escandalosas de los presidentes argentinos. Muy por el contrario: la casuística es nutrida. El primer recuerdo que acicatea la memoria es el de Carlos Menem y su tormentosa relación con Zulema Yoma. Cómo no recordar la escandalosa forma en la que la entonces primera dama, fue sacada por la fuerza de la quinta de Olivos. El general Juan Domingo Perón fue protagonista de una relación escandalosa con Nelly Rivas, una adolescente a la que conoció tras la muerte de su esposa Eva Duarte, durante una de las tantas visitas que en la Residencia de Olivos se organizaban para los y las jóvenes integrantes de la poderosa Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Hipólito Yrigoyen solía recibir a mujeres en la Casa Rosada a las que invitaba a pasar a su despacho en el que permanecían varias horas, hecho que sometía a muchos de sus funcionarios a largas esperas antes de ser atendidos por el entonces presidente. Sin embargo, el caso Alberto Fernández representa mucho más que eso. Aquí estamos ante la denuncia de hechos de violencia de género sufrida por Fabiola Yañez que dejan expuestos los rasgos patológicos del expresidente de la Nación.

Dijo Confucio: “Dale poder a una persona y sabrás quién es”. Es lo que sucedió con AF. El poder hizo que conociéramos al verdadero Alberto Fernández.

Mentiroso, inmoral, violento, inepto, con rasgos de perversión e investigado por hechos de corrupción.
 

Desde el punto de vista político, la mentira y el abuso de poder que exhiben las conductas del expresidente, lo enmarcan como un perfecto representante del kirchnerismo. Recuérdese que la mentira y el abuso de poder son la esencia del movimiento.

El ejercicio de la memoria

La vida del expresidente durante los cuatro años de su mandato era conocida por sus aspectos libidinosos por muchos fuera y dentro del peronismo. La primera en conocer ese transcurrir –como no podía ser de otra manera– fue Cristina Fernández de Kirchner. Imposible no recordar aquella frase durante el discurso del 1° de julio de 2022 en Ensenada: “Cualquiera puede leer mi celular. No sé si todos pueden decir lo mismo. Lo que está en mi celular puede ser visto y leído por todos y todas”. La expresión desafiante de la entonces vicepresidenta fue la evidencia de la completa información que tenía sobre la vida privada de AF. “Alberto, poné orden, no te pongas nervioso y metele para adelante” le había dicho el 17 de agosto de 2021, días después de conocerse la foto de la “Fiesta de Olivos” que indignó al país y shockeó al peronismo.

El silencio cómplice de CFK sobre esos aspectos del gobierno del que fue protagonista principal, fue y es estrepitoso. He aquí algo que hay que subrayar ante su actitud de ajenidad: su rol en ese gobierno fue activo, no pasivo. Ocurre que todo fue tan malo a lo largo de esos cuatro años que desespera por zafar de su corresponsabilidad. Es lo que se desprende del comunicado que vía tuit difundió al mediodía del viernes. “Alberto Fernández no fue un buen presidente. Tampoco lo fueron Mauricio Macri o Fernando de la Rúa, sólo por mencionar a los que desempeñaron su mandato en lo que va del siglo XXI. Seguramente la lista sería más larga si extendiéramos la cronología”, –dice en su comienzo. Vale la pena detenerse en este párrafo.

Tiene razón CFK: De la Rúa, Macri y 
Alberto Fernández no fueron buenos presidentes. Pero olvida decir que a AF lo designó a dedo y que ella fue su vicepresidenta con un gran poder. Por otra parte: ¿fue CFK una buena presidenta? Fue una buena presidenta quien implementó durante su gobierno el cepo? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, persiguió a periodistas y medios críticos? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, buscó  reformar la Constitución para posibilitar su permanencia indefinida en el poder? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, intentó imponer una reforma judicial para llenar la Justicia de jueces y fiscales adictos? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, intervino el Indec para falsificar los datos de los índices de pobreza, desempleo e inflación, como lo acaba de demostrar la Justicia? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, nombró como comandante en jefe del Ejército al general César del Corazón de Todos los Santos Gerardo Milani con la idea de incorporar a las Fuerzas Armadas como brazo de acción del kirchnerismo, en una maniobra de neto corte chavista? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, intentó darle legalidad al escandaloso pacto con Irán, instrumento buscado por el régimen de Teherán para dejar impune el atentado contra la AMIA? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, buscó destruir la imagen pública del asesinado fiscal Alberto Nisman al que no protegió? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, estableció una red de corrupción monumental con la obra pública? ¿Fue una buena presidenta quien, durante su gobierno, tuvo como vicepresidente a Amado Boudou, condenado por el intento de apropiarse de la Casa de la Moneda?  

La denuncia por violencia de género contra Alberto Fernández es un hecho gravísimo que lo complica tanto a él como a su entorno, cuyos detalles deberá aportar Fabiola Yañez a los fiscales y al juez para terminar de dar una idea cabal no sólo de la dimensión de este hecho, sino también de la trama de silencio que se tendió a su alrededor. Asimismo, es importante no olvidar que esta historia, de la cual hasta ahora conocemos sólo la punta del iceberg, se conoció a partir de un hecho de corrupción que lo compromete seriamente al expresidente: los millonarios contratos que le fueron asignados a Héctor Martínez Sosa, el bróker de seguros amigo de AF cuya esposa, María Cantero, fue su secretaria privada.

El carro delante del caballo

Estos episodios conmovedores traen otra vez a la superficie el repetido tema del impacto y las consecuencias que tiene la vida privada de los hombres y mujeres del poder. Este caso es una demostración de lo inescindibles que son. La vida privada de un presidente o presidenta constituye un asunto de Estado por las consecuencias que ella tiene. No se puede esperar decencia en la vida pública de quien, en su vida privada, es un inmoral o un indecente.

La presidencia de Alberto Fernández fue una mentira y, por lo que se está desvelando en estas horas de vértigo, su vida ha sido también una mentira. Habrá que recordar que, como consecuencia de sus mentiras, murieron en la Argentina más de cien mil personas durante la pandemia de covid-19 debido a la falta de vacunas del laboratorio Pfizer que estaban disponibles y que no se compraron, aduciendo requisitos leoninos de la compañía que nunca existieron.

Durante el debate de la ley “Bases y Puntos de partida para la Libertad de los Argentinos”, la senadora K por Tierra del Fuego, Cristina López propuso tratar un proyecto de Ley para imponer una evaluación psicológica para los candidatos a la presidencia de la Nación. Lo dijo en referencia al presidente Javier Milei, a quien trató de enfermo mental. ¿Qué decir entonces de Alberto Fernández?