Exceso de euforia…
© Escrito por Nelson Castro del sábado 26/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Exceso de euforia…
Todos contra todos. Tiempo de internas…
Sin rivales de peso…
Javier Milei vs. Victoria Villarruel. Dibujo: Pablo Temes
El oficialismo casi no tiene
oposición y debería dejar ya las internas y ponerse manos a la obra.
© Escrito por Nelson Castro el sábado
31/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, República Argentina.
Hay algo que el presidente Javier Milei debería aprender de manera urgente:
pelearse con todo el mundo no conduce a nada. La realidad se lo viene
demostrando permanentemente. Las derrotas legislativas que sufrió el Gobierno
en las últimas semanas fueron la consecuencia de una actitud en la que Milei
persiste con una obstinación carente de sentido. Si cree que con su comportamiento
ostenta una demostración de fuerza, se equivoca. Tampoco parece muy conducente
como estrategia para mantener la cohesión entre los propios. Puede funcionar en
un puñado de oportunidades, pero pronto se agota como recurso.
La reunión que mantuvo el viernes con los legisladores de La Libertad
Avanza y el PRO parece haber sido una muestra de aprendizaje. La
iniciativa la sugirió Mauricio Macri en la larga cena que mantuvo con Milei en
la quinta de Olivos. El expresidente aprovechó para quejarse de varias cosas
que le vienen molestando: Santiago Caputo, la mala conducción de la Cámara de
Diputados, los muchos kirchneristas que aún ocupan cargos en el Gobierno, la
operación montada contra él por algunos funcionarios de la SIDE y la nominación
de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia. El menú fue completo.
En el encuentro entre el Presidente y los legisladores en el Salón
Balcarce de la Casa Rosada, el tema prioritario fue la necesidad que tiene el
oficialismo de evitar que la oposición pueda alcanzar los dos tercios de los
votos que se necesitan para revertir el veto presidencial. Si el kirchnerismo
lograra neutralizarlo, le infligiría al Gobierno una nueva y dura derrota de
consecuencias políticas muy adversas.
Sin embargo, falta aún un largo devenir para pavimentar un camino en el
que la voluntad de acuerdo entre oficialismo y la oposición que le es afín
reine por sobre la discordia. Recuérdese que el 9 de julio pasado se firmó en
San Miguel de Tucumán el así llamado Acuerdo de Mayo sin que hasta aquí haya
habido algún signo claro de traducir ese acuerdo en hechos.
Sobre este asunto se habló en la semana que pasó durante una reunión
empresarial, en cuyo transcurso los asistentes –que apoyan los objetivos y el
rumbo del Gobierno– expresaron su preocupación por la falta de voluntad por
parte del oficialismo para dejar de lado la metodología de la confrontación
permanente. En tanto y en cuanto no haya acuerdos políticos de peso entre La Libertad Avanza y los sectores de la oposición que
le son afines, las inversiones gigantes que necesita la Argentina para salir de
su estancamiento e involución no vendrán. “Si no hay acuerdos, no habrá
previsibilidad y, entonces, por más que se levante el cepo, nadie por fuera del
sector energético pondrá un dólar acá”, dijo con todas las letras uno de los
empresarios importantes que participaron del encuentro. El conflicto como
política sostenida recuerda los tiempos del kirchnerismo.
Los problemas del Gobierno no son solo con los opositores: los hay
también internamente. Ello es producto de una falta de conducción de parte del
Presidente a la que se le agregan los egos personales y que se exhiben de
manera casi obscena. La inentendible y criticable visita a los exmilitares
condenados por delitos de lesa humanidad dejó expuesto la existencia de una
alarmante incomunicación y ánimo de enfrentamiento entre los legisladores de
LLA que es tan asombrosa como inquietante. En realidad lo que se observa hoy
día es el resultado de algo cuya génesis estuvo en los inicios de la campaña
electoral: el oficialismo no tenía la gente suficiente para ocupar cargos en el
poder. Vale la pena hacer un poco de memoria. Una vez ganadas las elecciones,
los diputados electos por La Libertad Avanza se quejaban de dos cosas que
resultaban sintomáticas. La primera es que no se conocían entre ellos. La segunda
es que la mayoría jamás había tenido un contacto más o menos cercano con el
líder del espacio ni tampoco con las figuras fuertes del Gobierno. Un rejunte
que sirvió para presentar número, pero que hoy está mostrando sus
consecuencias. Victoria Villarruel lo había señalado off the record por
aquellos tiempos no menos turbulentos: “Somos cuatro gatos locos”, le decía con
honestidad brutal a quien se animaba a consultarla.
Karina Milei y Santiago Caputo no digieren que Victoria
Villarruel tenga peso político propio.
Hablando de la vicepresidenta –para sumarle más temperatura a esto–,
está la ruidosa disputa de poder que protagoniza con el líder libertario. La
relación entre ellos es evidentemente tóxica. La ausencia de diálogo y la
improvisación son asombrosos. En el entorno de Milei –léase su hermana Karina y
Santiago Caputo– no digieren que Villarruel tenga peso político propio. Les guste o
no, la vice tiene un número de simpatizantes que no es menor. Con más razón,
deberían afinar la estrategia y no dejar cabos sueltos. El castigo no les está
dando buenos resultados. “Deberíamos estar con un balde de pochoclo mirando las
barbaridades de la causa contra Alberto Fernández, pero, en lugar de eso, nos
estamos peleando entre nosotros”, dijo con preocupación un diputado libertario.
Mientras tanto, en el oficialismo siguen disfrutando de una realidad que
no les presenta competencia. Juntos por el Cambio ya no existe, el radicalismo
no encuentra su propio rumbo, en el PRO intentan ponerse de acuerdo para
brindar un apoyo constructivo y el peronismo ha dejado –por el momento– de ser
una variable desequilibrante. Tanto es así que en el entorno de uno de los
barones del Conurbano señalaron con preocupación la dificultad que la realidad
les presenta a la hora de movilizar gente. “Entre los planes, las asignaciones
y toda la ayuda social que ahora llega a la gente casi sin intermediarios no
tenemos herramientas para la movilización. La gente –por ahora– no se mueve de
su casa. Veremos qué ocurre si la economía no se reactiva y siguen
desapareciendo las changas”.
En lugar de descansar en esta falta de rivales políticos de peso, el
Gobierno debería poner manos a la obra en alcanzar la concordia interna,
levantar el cepo y reactivar la economía para evitar males mayores de cara a
2025.
Una política patológica…
Un gobierno que no tiene
mayorías institucionales insulta a quienes deberían darle su voto de apoyo en
el Congreso.
© Escrito por Nelson Castro el sábado
24/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, República Argentina.
Lo que se está viviendo
dentro del ámbito del oficialismo y sus afines es definitivamente patológico y,
por ende, inentendible. La dinámica de los hechos que se vivieron esta semana
va contra la lógica de la política. Cuando un gobierno carece de mayorías
institucionales, lo que busca es acumular poder. Para lograrlo, debe
interactuar con otras fuerzas partidarias para que alumbren los acuerdos
necesarios que le permitan unir fuerzas en pos de alcanzar los números que le
posibiliten la aprobación de las leyes que necesita el oficialismo en el poder.
Nada de esto está ocurriendo en el actual gobierno.
Veamos
lo acontecido esta semana en la política vernácula. Los senadores decidieron
aumentarse su sueldo que, entonces, pasa de 7 a 9 millones de pesos. El
Presidente criticó fuertemente esta decisión bochornosa que, efectivamente,
carece de sensibilidad y sentido común. El número es obsceno. Sin embargo, la
vicepresidenta Victoria Villarruel en principio lo convalidó, recibiendo
por esto una crítica de Milei a través del vocero presidencial, Manuel Adorni.
Sigamos. La vicepresidenta –que siente disgusto por este término y pide que se
emplee el de vicepresidente– se tomó venganza y no hizo el menor esfuerzo para
evitar la sesión del Senado en la que se trató y se terminó aprobando por dos
tercios de los votos la modificación del cálculo de movilidad jubilatoria. No
solo eso sino que, además, Victoria Villarruel celebró un comentario despectivo
que el jefe del bloque de Unión por la Patria, José Mayans, realizó sobre su
compañero de fórmula, a quien, parafraseándola, trató de “jamoncito”.
El desorden
casi de conventillo en Diputados ante el rechazo del DNU de
la SIDE fue vergonzoso.
Antes
de esto, el desorden casi de conventillo, que se vivió en la Cámara de
Diputados luego del rechazo al DNU que transfería fondos a la SIDE, fue novelesco
y vergonzoso. En la reunión de bloque del oficialismo hubo acusaciones
cruzadas, gritos y hasta la presencia del padre de una diputada libertaria que
nada tenía que hacer allí. Aires de colegio secundario propios de una
estudiantina. Muchos legisladores libertarios no tienen conciencia de la
importancia institucional que su rol debería tener. Recuérdese que en tiempos
de campaña ya se advertía que La Libertad Avanza no tenía la gente suficiente
para ocupar todos los cargos que requería la conducción en el poder. Ahora
podemos agregar que hay ejemplos suficientes que muestran que algunos de los
que llegaron tampoco tienen la idoneidad para ocupar un cargo o una banca.
Simplemente no están a la altura.
Javier Milei y Mauricio Macri cenaron el jueves por la
noche en Olivos. Se reunieron en la residencia buscando acercar posiciones y
avanzar en la concreción de un frente común entre La Libertad Avanza y el PRO.
Todo bien pero –los peros son de gran importancia siempre– después ambos se
encargaron de hacer saber sus diferencias. Milei le reprochó al expresidente su
oposición al DNU que adjudica 100 mil millones de pesos a la nueva SIDE. “Me
dio las explicaciones, la verdad que no me resultaron satisfactorias, siendo
alguien que fue jefe de Estado y sabe las necesidades en términos de
inteligencia que tiene que enfrentar la Argentina”, dijo –lapidario– en la entrevista
que le concedió a Antonio Laje en LN +. No fue el único reproche que le hizo a
Macri: los hubo también por su incapacidad para evitar que los senadores de lo
que supo ser Juntos por el Cambio aportaran los votos que permitieron la
aprobación del proyecto de ley de modificación de la fórmula del cálculo de
haberes para los jubilados. Miei ya estaba convencido de que los sinsabores de
la semana legislativa no fueron solo un descuido.
Macri,
por su parte, no se quedó atrás. Volvió a despotricar contra el entorno de
Milei. Repite ante los propios que una cosa son las reuniones mano a mano con
el líder libertario –donde todo es cordialidad– y otra muy distinta son los
hechos de la realidad. En la mesa chica del PRO y en la cabeza de algunos
gobernadores, están convencidos de que el entorno presidencial mete la cola
para desairarlos. “Nos toman de boludos”, sentenciaron. Hablar de entorno
significa, en este caso, hablar de Santiago Caputo, a quien, para que no queden dudas, el
Presidente calificó de inamovible. En verdad, Santiago Caputo es a Milei lo que
Marcos Peña fue al expresidente. Además, el “triángulo de hierro” –Karina,
alias el jefe, Caputo y Milei– está más aceitado que nunca. Lo que pasa es muy
simple: el que manda es Milei, circunstancia que él quiere hacerle sentir a
Macri permanentemente. Por eso, más de una vez, el Presidente le dijo al
expresidente una cosa y después, en los hechos, sucedió otra.
A esta altura,
el expresidente Alberto Fernández está muerto políticamente y
perdido civilmente.
No
es el único del clan Macri que se queja por esto. El jefe de Gobierno de la
Ciudad lo acompaña. Después de las arduas negociaciones que tuvo con Luis Caputo por el reintegro de los fondos, Jorge Macri
se ha encontrado con que, hasta ahora, las promesas del ministro de comenzar a
restituir los fondos que durante el gobierno de Alberto Fernández le fueron
quitados a la Ciudad no se han cumplido.
Hablando
de Fernández, la semana volvió a dejar episodios e imágenes de video que
prueban el maltrato del expresidente a la ex primera dama. También son variados
los ejemplos de la cacería libidinosa que AF montaba desde sus redes sociales
para cooptar jóvenes y seducirlas ofreciéndoles cargos en el Estado a cambio de
vaya a saber qué. Ya no quedan dudas de la vida oscura que llevaba. Pero, por
si esto fuera poco, él la denunció en la Justicia. Le endilga violación de
secretos y su difusión. Recurso de último momento para alguien que está muerto
políticamente y perdido civilmente.
Una mentira expuesta…
Una vida de mentira…
Todo lo que ha trascendido
demuestra que la vida del expresidente Fernández, no solo su presidencia, fue
un engaño.
Estos episodios conmovedores traen otra vez a la superficie el repetido tema del impacto y las consecuencias que tiene la vida privada de los hombres y mujeres del poder. Este caso es una demostración de lo inescindibles que son. La vida privada de un presidente o presidenta constituye un asunto de Estado por las consecuencias que ella tiene. No se puede esperar decencia en la vida pública de quien, en su vida privada, es un inmoral o un indecente.
La presidencia de Alberto Fernández fue una mentira y, por lo que se está desvelando en estas horas de vértigo, su vida ha sido también una mentira. Habrá que recordar que, como consecuencia de sus mentiras, murieron en la Argentina más de cien mil personas durante la pandemia de covid-19 debido a la falta de vacunas del laboratorio Pfizer que estaban disponibles y que no se compraron, aduciendo requisitos leoninos de la compañía que nunca existieron.
Durante el debate de la ley “Bases y Puntos de partida para la Libertad de los Argentinos”, la senadora K por Tierra del Fuego, Cristina López propuso tratar un proyecto de Ley para imponer una evaluación psicológica para los candidatos a la presidencia de la Nación. Lo dijo en referencia al presidente Javier Milei, a quien trató de enfermo mental. ¿Qué decir entonces de Alberto Fernández?