La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
Un penal y nada más:
con gol de Messi, Argentina debutó con una victoria por 1 a 0 sobre Ecuador…
Messi: “Poder volver a jugar con la Selección y
darle una alegría a la gente con la victoria, más allá del juego, sirve para
descomprimir un poco".
En un deslucido partido y casi sin opciones
de peligro frente a los arcos, la Selección albiceleste debutó con el pie
derecho en las Eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022 en
"La Bombonera", sin público por razones sanitarias.
Messi, de penal, marcó el gol de la albiceleste en La Bombonera.
La "nueva"
Argentina "con" Lionel Messi y no "de" Messi, debutó con
una victoria por 1 a 0 sobre Ecuador, en una cancha de Boca sin público por la
pandemia de coronavirus, justamente con un gol de penal del capitán
albiceleste, en las eliminatorias mundialistas sudamericanas que desembocarán
dentro de poco más de dos años en Qatar 2022.
El maridaje entre buen fútbol y triunfo no se
pudo elaborar en una Bombonera más extraña que nunca, con "cero"
aliento en las tribunas y estas "vestidas" de celeste y blanco en vez
de azul y amarillo.
Todo fue inédito en el "templo"
boquense, como rezaba la inscripción de una bandera extendida a la altura de la
mitad de la cancha, en ese arranque de partido de unas eliminatorias a puertas
cerradas que a los 12 minutos tuvieron al primer gol de Messi en terreno
"xeneize" (además y por primera vez estaban autorizados cinco cambios
por equipo).
Y así Argentina debutó en estas eliminatorias
como había terminado las anteriores rumbo a Rusia 2018, con goles de Messi.
En aquella oportunidad Jorge Sampaoli era el
entrenador, Lionel Scaloni uno de sus ayudantes de campo y el partido se jugó
en la altura de Quito, donde el seleccionado argentino se impuso por 3 a 1 con
los tres goles convertidos por Messi y logró una agónica clasificación al
Mundial ruso.
Hoy Scaloni es el técnico principal, el recambio
se cayó por su propio peso y aquella Argentina "Messidependiente" se
transformó en una Argentina "independiente" de su capitán, aunque inevitablemente
"complaciente" con su nuevo rol de conductor, ese que ante este
Ecuador del debutante técnico argentino Gustavo Alfaro iba a necesitarlo para
abrir la cancha incesantemente.
Por eso Scaloni recurrió a un 4-4-1-1 con Lucas
Ocampos perforando bien abierto por derecha y Marcos Acuña haciendo lo propio
por izquierda. Y por detrás de un Lautaro Martínez condenado al fracaso entre
los corpulentos Xavier Arrega y Robert Arboleda, siempre flotó Messi, cerca
pero lejos a la vez de ese "falso nueve" al que lo condicionó el
holandés Ronald Koeman en su hoy muy convulsionado Barcelona.
La propuesta de Alfaro, sin tiempo de trabajo,
fue la de pelear el partido en el medio, apelando al juego físico y a la
presión constante en el medio, algo que lo caracterizó a lo largo de toda su
carrera y se hizo "más público" durante su último paso por Boca
Juniors, a donde retornó para enfrentar a la Argentina.
Y pese a las diferencias de jerarquías
individuales, Ecuador se las "rebuscó" para quitarle brillo a la
Argentina, generarle dudas respecto de en que estado de madurez está para
precisamente independizarse de "papá Messi", y generar un partido
opaco, con pocas llegadas, con la tensión propia de un debut premundialista y
manteniendo hasta la incertidumbre del resultado hasta el final.
No hubo chances mayores para Argentina después
de ese tanto que llegó antes del primer cuarto de hora inicial por un penal que
le cometieron a Ocampos y que dejó dudas que nunca fueron consultadas por el
encargado del VAR, el polémico árbitro uruguayo Andrés Cunha, que le dio la
derecha a la decisión adoptada dentro del campo de juego por el correcto
Roberto Tobar, de Chile.
Ese primer tiempo que también mostró que Leandro
Paredes sigue debiendo materias en su función de volante central, especialmente
cuando debe recuperar y van con poco "timming" a los pies para
hacerse amonestar apenas superados los 20 minutos de esa etapa inicial.
Dentro de ese panorama entonces, lo más sólido
del equipo se vio atrás, donde Lucas Martínez Quarta mostró la categoría en
franco ascenso que ya lo depositó en la Fiorentina, de Italia, hoy lo convirtió
en la figura de la cancha y parece tener su techo mucho más alto todavía.
Pero arrancar el partido con siete de los nueve
titulares debutando en eliminatorias, solamente con Messi (hoy llegó a los 71
goles con la selección, 22 en eliminatorias) y Nicolás Otamendi como
sobrevivientes de la "vieja guardia" de la "Generación Lío"
(los otros dos que ya las habían jugado eran Acuña y Paredes), y
fundamentalmente con el "viejo" capitán en su "nuevo" rol,
más complementario que hegemónico, hacen valer más esta apretada victoria, y la
sostienen para lo que vendrá.
Y eso que vendrá es Bolivia, en la altura de los
3.650 metros de La Paz, el próximo martes 13, y cábalas al margen, que lo
conseguido esta noche se revalide en el Hernando Siles, será fundamental para
que el largo camino para estar en noviembre de 2022 en Qatar empiece a ser
menos árido que la última vez.
Síntesis
Argentina 1
Franco Armani;
Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico;
Rodrigo de Paul, Leandro Paredes y Marcos Acuña; Lionel Messi, Lautaro Martínez
y Lucas Ocampos. DT: Lionel Scaloni.
Ecuador 0 Alexander Domínguez; Erick Ferigra, Xavier Arreaga,
Robert Arboleda y Pervis Estupiñán; Renato Ibarra, Carlos Gruezo, Alan Franco y
Moisés Caicedo; Enner Valencia y Ángel Mena. DT: Gustavo Alfaro.
Gol en el primer
tiempo: 12m. Messi (A), de tiro penal.
Cambios en el segundo tiempo: Al comenzar Ángelo
Preciado por Ferigra (E), 18m. Gonzalo Plata por Ibarra (E), 20m. Eduardo
Salvio por Acuña (A), 29m. Lucas Alario por Martínez (A), 33m. Romario Ibarra
por Caicedo (E), 37m. Juan Foyth por Montiel (A) y Nicolás Domínguez por
Ocampos (A) y 41m. Michael Estrada por Mena (E).
Amonestados: Paredes y Otamendi (A). Valencia
(E).
El
humorista argentino gráfico y creador de las tiras cómicas de Mafalda, Joaquín
Salvador Lavado Tejón, más conocido como 'Quino', ha fallecido a los 88 años.
La noticia la confirmó su editor, Daniel
Divinsky, quien en la red social twitter escribió: "Se murió Quino. Toda
la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará".
"Adiós
a una de las mentes (y de los corazones) más brillantes de nuestro país.
¡Gracias por todo, Maestro!, dijo el neurocientífico Facundo Manes.
"Se
fue mi segundo Papá. Gracias
por todo #Quino (1932-2020)", sumó Rep su recuerdo. Joaquín Salvador
Lavado Tejón, conocido internacionalmente como Quino, nació en Mendoza
(Argentina) en 1932.
Hijo
de andaluces emigrados a Argentina en 1919, descubrió su vocación de mano de su
tío Joaquín Tejón, pintor y diseñador gráfico, e inició con 13 años los
estudios de Bellas Artes en su ciudad natal.
Los abandonó en
1949, decidido a
dedicarse a las historietas y al humor. En 1954 publicó su
primera página y, desde entonces, ha publicado sus viñetas, dibujos e
historietas en diarios y revistas de América y Europa. Con el golpe de Estado
en Argentina de 1976, Quino se exilió en Milán. En 1990 adoptó la nacionalidad
española y ha alternado residencia también entre Madrid y Buenos Aires.
Reconocido como
uno de los más
destacados humoristas gráficos del ámbito internacional, Quino
alcanzó la fama con las tiras de Mafalda. Este personaje había nacido para una
campaña publicitaria frustrada, poco después de que publicase su primer
recopilatorio, 'Mundo Quino' (1963).
La primera
historieta de 'Mafalda' se publicó el 29 de septiembre de 1964 en el
semanario 'Primera Plana' de la capital argentina. En la serie 'Mafalda',
Quino reflejó el mundo de los adultos visto desde los ojos de un grupo de niños.
Las
historias de Mafalda se han traducido a quince idiomas y se han publicado en
diarios y revistas de todo el mundo. En 1973, Quino dejó de dibujarla.
Durante sus últimos años en activo, Quino publicó principalmente en el diario
'Clarín' y sólo dibujó de nuevo a Mafalda para campañas a petición de
organizaciones como UNICEF o el Gobierno argentino.
Quino recibió
el Premio Perfil 2017
Ciudadano Ilustre de Mendoza y
Buenos Aires y catedrático honorífico de Humor Gráfico de la Universidad de
Alcalá de Henares, Quino ha recibido numerosos premios, entre ellos, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación
y Humanidades en el año 2014.
También ha sido
reconocido como Humorista Gráfico del Año del Salón Internacional de Montreal
(1982), dos Konex de Platino de Artes Visuales-Humor Gráfico (1982 y 1992) y el
Konex Especial (2012), el Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos (2000) y el
Romics de Oro (Roma, 2011).
Recibió asimismo
en 2017 el PREMIO PERFIL
A LA INTELIGENCIA, EN LA CATEGORIA "HUMANIDADES".
El dibujante se
mostró agradecido por el reconocimiento. En diálogo con Perfil, el
humorista dijo que le genera alegría la vigencia que siguen teniendo los
chistes que escribió hace varias décadas. "Me pone muy contento",
señaló. Consultado sobre lo que pensaría su personaje más famoso respondió:
"No te lo puedo contestar porque yo tampoco lo sé".
Los Premios
Perfil son un reconocimiento a aquellas personas y entidades que defienden la
Libertad de Expresión y a los argentinos que aplicaron la Inteligencia para
mejorar la vida de sus semejantes.
El mundo de
desigualdades, guerras e injusticias que la pequeña y mordaz Mafalda no lograba
entender hace más de cincuenta años sigue tan vigente que sorprendía al propio
Quino, según señaló en una de sus últimas entrevistas.
Nunca imaginó la trascendencia de su irreverente
criatura y, de hecho, estaba convencido de que en esta era de
nuevas tecnologías "los chicos iban a perder interés en el personaje y que
se moriría de una manera natural".
Pero, "me sorprende que, cada
vez, tenga más vigencia.
Me sorprende y me deprime un poquito también porque quiere decir que no ha
cambiado gran cosa", manifestaba Quino, en una videoconferencia desde
Argentina celebrada en la sede de su editorial en México.
Mafalda, su mayor creación.
"Las ideas
que propaga Mafalda son las mías y yo
no soy un hombre feliz a esta altura viendo todo lo que pasa en el mundo
(...) Yo soy bastante amargado y le transmití a mi personaje las amarguras que
yo siento", explicaba entre risas el dibujante. Con libros traducidos a 26
idiomas y millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, Quino aseguraba que
no terminaba de asimilar el efecto que tuvo Mafalda en Iberoamérica, en tiempos
en los que la palabra y la crítica eran perseguidas.
"Una cosa
que me sigue sorprendiendo es que la gente me da las gracias por todo lo que
les he dado y yo no sé muy bien lo que les he dado, sé que he hecho algo que
tiene mucha repercusión, pero no soy muy consciente de lo que hice",
expresó.
Descartando
revivir a su célebre niña más allá de los dibujos que regala a sus seguidores,
Quino confesó que, cuando lo hace, lo que le resulta "difícil es dibujar
el personaje sin estar diciendo nada politizado". Links:
El Gobierno estaba convencido de que la Corte Suprema le daría la espalda a los
jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli en su queja por su
arbitrario y burdo desplazamiento de las causas que comprometen seriamente a
Cristina Fernández de Kirchner.
Por eso la
sorpresa –y el enojo– fueron mayúsculos cuando a primera hora de la tarde del
martes se conoció la decisión del cuerpo de conceder el per saltum y dar así
curso a la queja de los magistrados. En verdad el cachetazo para el oficialismo
no fue sólo el pronunciamiento de la Corte sino el hecho de que el fallo fue
aprobado en forma unánime. “No fue Rosenkrantz; fueron todos”, señaló una
fuente judicial que sigue no sin un cierto azoro las bravuconadas de Alberto
Fernández contra el presidente del tribunal supremo.
Quien no se
quedó callada –presa de la furia que es una norma en su vida– la ex presidenta
en funcionesle ordenó al viceministro
de Justicia, Juan Martín Mena, salir a despotricar contra el fallo.
Puestos a analizar sus dichos, sorprendió la pobreza de fundamentos con los que
acometió la tarea. Igual criterio vale para las críticas que poco después
desparramó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. En ambos abundaron las frases
hechas y la escasez de argumentos jurídicos. Más allá de estas apariciones
anecdóticas, cerca del oficialismo aseguran que “no tiene sentido discutir
ideas ni volver sobre el tema porque en caso de no lograr sus objetivos, la
derrota política sería mayor”.
Nadie puede
hacer futurología pero una fuente que repasó el accionar del máximo tribunal
sostiene que fueron muy pocas las veces en las que el cuerpo aceptó un recurso
semejante: “no veo probable que, una vez cursado el per saltum, le den la
espalda a los jueces que lo solicitaron” -arriesgó-. En esa dirección opinó un
ex fiscal que conoce los detalles de la causa: “se trata de una cuestión de
puro derecho. No hay elementos probatorios que analizar; no hay un entramado
complejo. Desde lo estrictamente jurídico el margen para la sorpresa es cero,
más aún, teniendo en cuenta que la Corte cuenta con jurisprudencia propia
respecto del traslado de jueces siempre y cuando se trate de la misma jerarquía
y jurisdicción”.
En ese sentido
la ex presidenta en funciones parece no tener principio de respeto por los
actos propios ya que en 2010, mediante un decreto suyo -y la recomendación del
Consejo- Pablo Bertuzzi pasó del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata al
Tribunal Oral Federal N° 4 porteño. Y ese no es el único caso de traslados de
magistrados que se produjo durante el kirchnerato. La contradicción es la
esencia de CFK: un día dice una cosa y, al siguiente, otra absolutamente
distinta. Hay que reconocer que en su largo caminar ha cosechado discípulos en
esto de contradecirse a sí mismo. De entre ellos, hoy en día hay dos que
sobresalen con nitidez: Alberto Fernández y Sergio Massa.
Presidente-empresarios. Los líderes de las principales empresas de
la Argentina se entrevistaron en los últimos días con el presidente Alberto
Fernández. En algunos casos trabajaron en conjunto los anuncios del último
jueves, en otros el diálogo fue tenso y en términos muy duros. “La rebaja
impositiva y el resto del paquete de medidas es escaso e insuficiente”
-sentenció un hombre de negocios del sector agropecuario-. Sin embargo subrayó
que “por primera vez un gobierno peronista reconoce que bajando las retenciones
va a tener un mayor ingreso de divisas derivado del aumento de las
exportaciones”.
Más allá de las
definiciones que atañen a cada sector, un tema común sobrevoló las reuniones:
la crisis de confianza. “No se puede construir nada en medio del vaivén entre
los extremos. De un lado un presidente que dice apostar a la moderación y, del
otro, su vicepresidenta que presiona a la justicia para que las causas que le
molestan no continúen su curso. También podría mencionar allegados a ambos
que defienden la dictadura venezolana” -sostuvo otro empresario-.
No es un dato
menor que el empresariado se haya animado a expresar con semejante franqueza.
En esas arenas se prefiere la línea moderada y la historia ha demostrado que
pocas veces se ha animado a tomar el toro por las astas. “Los empresarios
siempre somos oficialistas”, fue una conocida frase que solía decir sin
ruborizarse Franco Macri y que aplicó a rajatabla durante su vida. Sin embargo,
parece que en los últimos encuentros se ha verificado una excepción a la regla.
Los que conocen el tenor de la conversación entre los hombres de negocios y el
presidente aseguran que, por momentos, los términos fueron durísimos:
–Se lo dijimos
en la cara. A mayor radicalización mayor pérdida de confianza. Así no vemos una
salida” -recreó uno de los asistentes momentos de la charla con el Dr.
Fernández-.
– ¿Qué les
respondió Alberto Fernández?
–Fue notable
verlo al Presidente quedarse callado, hacer una pausa y luego de unos segundos,
decir que él cree en el diálogo y la moderación. El problema es que eso no se
ve reflejado en los hechos y es ahí cuando se cae toda esperanza de un cambio de
dirección. Es duro decirlo pero parece que el poder pasa por otro lado– dijo
con cara de preocupación el empresario.
Así como ha
debido hacerlo con otros interlocutores, AF debió aclarar que el presidente es
él y que es él quien toma las decisiones de gobierno. Sin embargo, casi nadie
le cree. ¿Se dará cuenta?
Hay una regla de
la política que se cumple sin excepciones: cuando un gobierno tiene que estar
enmendando las medidas que adopta es porque algo no anda bien. Eso es lo que le
está pasando a la administración del presidente Fernández. En los últimos
veinte días se han lanzado dos paquetes de medidas económicas. El primero
fracasó y hubo necesidad de un segundo, que fue el que se conoció el jueves
pasado. La trama del anuncio muestra que se discutió bastante sobre si la
comunicación debía ser hecha por el presidente o no. Con buen tino, algún
asesor desaconsejó tajantemente esa posibilidad. “No se puede exponer al
presidente a otro fracaso’, sentenció.
Su principal
problema tiene nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. Y eso es
insolucionable. Es como dice la canción de Joan Manuel Serrat: “Nunca es triste
la verdad. Lo que no tiene es remedio”.
Se llamó
diputrucho a Juan Kenan,
un asesor del entonces diputado Juan
Manuel Samid, hermano de Alberto
Samid. En la sesión del 26 de marzo de 1992, Kennan ocupó una
banca y le posibilitó al Partido Justicialista la obtención de quórum para una
sesión clave en la que se aprobó el marco regulatorio para la privatización de
la empresa Gas del Estado impulsada por el entonces presidente Carlos Menem.
Desde aquel
episodio hasta el protagonizado por el ahora ex diputado Juan Ameri
han pasado –al día de hoy– 28 años, 6 meses y un día. Han sido 28 años, 6 meses
y un día de un paulatino e imparable deterioro político de la Argentina
acompañado por sus deletéreas consecuencias institucionales, sociales y
económicas.
El caso del ex
diputado Ameri deja al desnudo una vez más no solo la turbia trama de la
confección de las listas de legisladores sino también –y fundamentalmente– la
concepción de la actividad política como medio destinado al logro del
enriquecimiento de quien la desarrolla. Salen a la luz hechos de la vida de
Ameri que lo deberían haber dejado fuera de cualquier candidatura.
“Quiero
hablar con mi referente político y ver cuáles son los pasos a seguir”,
fue su primera respuesta ante el pedido de renuncia que bajó inmediatamente
desde la Cámara. ¿Quién es ese referente que, sin duda, fue clave para que
Ameri ocupara una banca?
De no haber
ocurrido este episodio seguramente nadie hubiese sabido nada de este individuo
que además no tenía la más mínima idea de lo que se estaba tratando en la
sesión del jueves.
El caso tiene el
valor de exponer una situación de franco deterioro de la política vernácula. ¿Cuántos otros Ameri hay?
es la pregunta que tiene una respuesta simple: muchos. Hace tan solo tres
semanas el vicepresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Luis Piquilman, fue
demorado cuando llevaba gente a la toma ilegal de tierras en Villa Mascardi por
parte de la comunidad Lafken Winkul Mapu.
En las elecciones
del año pasado, un integrante de la lista de concejales del oficialismo en Tafí
del Valle, Agustín
Tolaba, tuvo que bajar su candidatura cuando, preguntado sobre
sus propuestas electorales, dijo muy suelto de cuerpo “sigamos robando y que siga la
droga”.
Hay que recordar
que José Alperovich, sobre
quien pesa una grave denuncia de abuso sexual por parte de su sobrina, sigue
ocupando su banca sin que haya habido por parte del Frente de Todos el más
mínimo atisbo para expulsarlo del cuerpo. ¿Habrían hecho lo mismo si el
denunciado hubiese sido un legislador de Juntos por el Cambio?
Por si
no queda claro: lo de Ameri fue un escándalo; lo de Alperovich, en cambio, un
delito.
Con todo, el
episodio del ex diputado Ameri no fue el único escándalo ocurrido en la
bochornosa sesión de la Cámara baja del jueves pasado que duró hasta las cuatro
de la mañana del viernes. Otro hecho grave ocurrió cuando se iba a votar el
proyecto que deja fuera de las ayudas económicas provenientes del Estado a las
empresas que tienen domicilio en paraísos fiscales.
Fue entonces cuando el
diputado por Consenso Federal Jorge
Sarghini advirtió que su par por el oficialismo, Carlos Heller,
había introducido una modificación inconsulta y no contemplada en el despacho
de comisión: “Hoy que
estamos obligados a demostrar más que nunca que los que trabajamos, trabajamos
en serio, cómo podemos ser llevados por delante de esta manera. Por favor,
reflexionen y actúen correctamente”.
Lo sucedido no
fue un accidente: lo mismo pasó cuando se trató en el Senado el proyecto de la
reforma judicial. A la hora de votarlo, aparecieron modificaciones que no
figuraban en el texto sobre el que se había desarrollado el debate, hecho que
advirtió y denunció el senador
Martín Lousteau. Así es como actúa el Frente de Todos. ¿Dónde están los consensos acerca de
los que habla Alberto Fernández?
Por los pasillos
del poder. La ex presidenta en funciones no hace nada para ocultar su fastidio
por la gestión del presidente formal. En la reunión que tuvieron el Día de la
Primavera en la residencia de Olivos a la hora en que caía la tarde, el humor
de CFK no era bueno. Esto no representa ninguna novedad, solo que el motivo de
su enfado era incómodo para AF.
Las críticas de la vicepresidenta hacia la
gestión de gobierno vienen siendo duras y sostenidas. El centro de la discusión
fueron los resultados negativos que produjeron las medidas económicas
implementadas hace ya casi dos semanas. No es que no las comparta sino que
adjudica sus resultados negativos a una mala implementación y a una mala
comunicación.
Los blancos
principales de sus diatribas fueron el presidente del Banco Central, Miguel
Pesce, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el jefe de Gabinete, Santiago
Cafiero. A esta altura, la ex presidenta en funciones considera que es
indispensable un cambio de elenco dentro del gabinete que eyecte de sus
poltronas a esos tres funcionarios y a otros. En la categoría otros están el
ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y la ministra de Justicia,
Marcela Losardo. Alberto Fernández trató como pudo de defenderlos a todos. No
le fue bien.
Quien
internamente tampoco se muestra elogioso en sus comentarios hacia la gestión
presidencial es Máximo
Kirchner.
Por todo esto es
que la subordinación del presidente formal a la ex presidenta en funciones se
hace cada vez más evidente. Solo así se entiende el nivel de las declaraciones
que el Dr. Fernández realizó el viernes en la entrevista que le concedió a
Radio 10 en la que atacó frontalmente a la Corte Suprema. Curiosa la crítica
que le hizo al objetar el tratamiento que el cuerpo hará del caso de los jueces
Pablo Bertuzzi,
Leopoldo Bruglia
y Germán Castelli, desplazados de sus cargos por el Senado en un tratamiento
exprés. El tono amenazante del presidente formal distó de ser el
esperable de un profesor de Derecho. Al Dr. Fernández le asiste la facultad de
criticar el eventual fallo que emane de ese tribunal, pero no el de erigirse en
el censor de sus tiempos y de sus decisiones. Parece que olvidó que el Poder
Judicial es independiente del Poder Ejecutivo. ¿Habrá que recordarle lo que dice la Constitución a la
que juró observar y hacer observar?