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sábado, 26 de julio de 2025

Relatos salvajes… @dealgunamanera...

Relatos salvajes…


Relatos salvajes
 fue hace diez años una multipremiada película argentina. Contaba seis relatos en los cuales sus personajes “se verán empujados hacia el abismo y hacia el innegable placer de perder el control al cruzar la delgada línea que separa la civilización de la barbarie”.
   

© Escrito por Jorge Fontevecchia, cofundador de Editorial Perfil - CEO de Perfil Network, el viernes 25/07/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Como un corsi y recorsi del tiempo, el caso más paradigmático de furia lo interpretó Leonardo Sbaraglia, el mismo que ahora interpreta a Carlos Menem en su biopic recientemente estrenada.

Si bien el arte anticipa la realidad, que luego da nueva sustancia al arte, la gran diferencia entre la década menemista y la actual es que aquella estaba signada por el placer y el hedonismo mientras esta lo está por la furia y la exasperación.

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Milei a veces pareciera desear emular al Carlos Menem de Sbaraglia pero su naturaleza lo direcciona al de Relatos salvajes, atravesado por la ira, que termina conduciéndolo a la autodestrucción.

Esta semana fue un buen ejemplo.

  • El cierre de las listas para las elecciones locales de la provincia de Buenos Aires terminó dividiendo irreconciliablemente a los dos sectores más influyentes del mileísmo: su hermana y Santiago Caputo.
  • La Derecha Fest, el evento realizado en Córdoba que contó con Javier Milei como orador de cierre, terminó de ensanchar el abismo también irreconciliable con su vicepresidenta, Victoria Villarruel (“traidora”).
  • Y para no finalizar la semana sin agregar otro conflicto, ayer, enojado por la foto de tapa de la edición impresa de Clarín donde en la Rural junto a su presidente, Nicolás Pino, el ministro de Economía Luis Caputo se tomaba la frente como si se tratara de un pesar, bajo el título “El campo, un dolor de cabeza para Caputo”, un Milei furioso escribió: “Aquí está la basura inmunda del gran operador argentino Clarín. Para variar, mintiendo. Naturalmente seguirán operando porque les duele la falta de pauta y sobres. Y como si esto fuera poco, no se van a quedar con Telefónica. ¿Están extorsionando? Fin”.

El Presidente suma enemigos y grados más elevados de esa enemistad semana tras semana, ¿cómo llegará a diciembre al comenzar sus últimos dos años del período presidencial? Confía en su eslogan: “La Libertad Arrasa”, esperemos que sea más con un fin performativo que por creer de verdad que las encuestas que lo indican con un apoyo cercano al cincuenta por ciento de los encuestados sea una fiel representación de los votos que obtendrá.

A un mundo sin periodistas anterior a LLA podría caberle ‘sacar a los medios del medio’

Lo que las consultoras de opinión pública pronostican tres meses antes no es un indicador que debiera dejar convencido de su suerte al Gobierno: siempre van corrigiendo los pronósticos las últimas semanas, los últimos días y hasta las últimas horas previas a una elección para luego poder justificar que no erraron por tanto.

Pero sea porque gana como espera al punto de alcanzar los 86 diputados necesarios para tener un tercio propio de esa Cámara, para lo cual se tendría que acercar en porcentaje de votos al 47% de aprobación que indican las encuestas favorables, o sufre un golpe narcisista obteniendo cualquier porcentaje inferior al 39%, tras las elecciones del octubre la emocionalidad del Presidente encontrará estímulos para pronunciar sus sentimientos, ya sea por la embriaguez del triunfo como por el enojo frente a la derrota.

Es imposible de prever qué produciría un ánimo alterado por emociones de mayor intensidad ante estímulos recargados pero seguramente aumentará en alguna dirección la altisonancia del Presidente, como en Relatos salvajes la explosión de la furia que padecen todos los protagonistas de la película conduce al “innegable placer de perder el control al cruzar la delgada línea que separa la civilización de la barbarie”.

Puede interpretarse el posteo contra Clarín de ayer como empresa como síntoma de esa descarga emocional o como anticipo de una política en la cual, tras un año y medio como presidente y otros dos previos como candidato, Milei atacó a personas físicas: periodistas y excepcionalmente dueños de medios pero no a empresas, pase –a lo Trump– a atacar a empresas. Se podría decir que, ante el clásico deseo de los gobernantes de antaño de un mundo sin periodistas, a La Libertad Avanza podría caberle la idea de “sacar a los medios del medio” o sea, a las empresas.

Después de las elecciones de medio término suele suceder a los gobiernos que las ganan el comienzo del fin de la “estacionalidad positiva”, período de tolerancia de los votantes con la falta de satisfacción de las expectativas depositadas en sus votos. Si así fuera con Milei, y quienes apoyan a LLA comenzaran progresivamente a sentirse decepcionados, la situación será aún más tumultuosa porque vale tomar en cuenta que no está resuelta la crisis de representación de los partidos políticos que generaron las condiciones de posibilidad para la emergencia de un outsider excéntrico como Milei.

Nuevamente se escuchan especulaciones sobre un escenario donde LLA no alcance un tercio de los diputados propios y frente a un malestar social por un persistente “estrés económico” se genere la posibilidad de una eventual Asamblea Legislativa de la que tuviera que surgir un legislador que concluyera el mandato. Y siguiendo con esa forma de especulaciones, que el elegido no fuera alguien sin posibilidades electorales en 2027 como fue en Brasil el caso de Michel Temer, quien ocupó el cargo de presidente entre el 31 de agosto de 2016 y el 31 de diciembre de 2018, sino quien pudiera luego aspirar a ser confirmado electoralmente en 2027.

Duhalde perdió las elecciones de 1999 y dos años después fue nombrado presidente por el Congreso para concluir el mandato de su oponente, Fernando de la Rúa. Si Sergio Massa se decidiera a ser candidato a diputado en octubre, no podría no imaginar para sí aquel escenario.

Pero será la economía la que diga la última palabra y, mientras los Estados Unidos directa o indirectamente continúen dispuestos a enviar todos los dólares que le hicieran falta a Milei, como parecieran confirmar las declaraciones del futuro embajador, Peter Lamelas, el ministro Caputo no tendrá motivos para agarrarse la cabeza.




domingo, 6 de julio de 2025

Vaticinios que no convencen... @dealgunamanera...

Vaticinios que no convencen...

Caputo y Milei. El presidente y el ministro anticipan proyecciones optimistas de la economía que no se perciben en la situación cotidiana de la ciudadanía. Fotografía: NA

​​​​​​​Las manifestaciones públicas del presidente Javier Milei y de su ministro de Economía, Luis Caputo, no logran despejar la incertidumbre y en no pocos casos añaden nuevas incongruencias, a la vez que se exponen debilidades como la admitida para el frente externo en el Informe de Avance sobre la elaboración del Proyecto de Ley de Presupuesto 2026. El documento enviado al Congreso Nacional contiene las previsiones para 2025, año que se cursa sin Presupuesto por decisión del oficialismo.

© Escrito por Carlos Heller, Dirigente cooperativista, el sábado 05/07/2025 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

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Las manifestaciones públicas del presidente Javier Milei y de su ministro de Economía, Luis Caputo, no logran despejar la incertidumbre y en no pocos casos añaden nuevas incongruencias, a la vez que se exponen debilidades como la admitida para el frente externo en el Informe de Avance sobre la elaboración del Proyecto de Ley de Presupuesto 2026. El documento enviado al Congreso Nacional contiene las previsiones para 2025, año que se cursa sin Presupuesto por decisión del oficialismo.  

Según se prevé, las exportaciones aumentarían 3,8%, mientras que las importaciones saltarán un 19,6%. Lo cual indica un achicamiento del saldo, que para el Gobierno sería de US$4.913 millones en el corriente año. Muy lejos de los US$16.901 millones de 2024, un síntoma del deterioro de las cuentas externas. 

El tipo de cambio, por su parte, se ubicaría a fin de año en $1.229 (menos que el de este último viernes), con una suba anual del 20,4%, es decir, por debajo de la inflación. La reducción esperada de la competitividad indica que se seguirán afectando la producción y el empleo locales.

La realidad es que unos días antes se había publicado un informe de J. P. Morgan, titulado: «Tomándose un respiro», donde se destacan los desbalances externos que tiene la economía argentina en el marco de las políticas actuales.

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Fue un consejo para sus clientes: deshacer maniobras con la bicicleta financiera («carry trade»), es decir, vender Lecaps y pasarse a dólares.


La inflación proyectada punta a punta del IPC (diciembre de cada año), se augura, sería del 22,7%, para lo cual debería rondar en torno de 1,0% mensual en el segundo semestre, un valor que se presenta difícil de alcanzar.   

En cuanto al PIB, para 2025 el Gobierno prevé un aumento del 5,5%, basado principalmente en la evolución del consumo privado del 7,2%. Resulta difícil entender una recuperación del consumo cuando el salario real registrado hasta abril, último dato disponible, venía cayendo y el desempleo crecía en el primer trimestre.  

Para 2026, en tanto, no hay proyecciones sobre tipo de cambio y precios, aunque se promete mantener el ajuste del gasto, «racionalizar» el Estado y «continuar en la senda del equilibrio fiscal, con el objetivo de corregir de forma definitiva los desajustes estructurales y consolidar un entorno de estabilidad macroeconómica».

​​​​​​​Desintegración.


A falta de mayores certezas, Milei aportó algunas definiciones durante la cumbre del Mercosur desarrollada en Buenos Aires, oportunidad en la que reclamó avanzar hacia «un esquema comercial y regulatorio mucho más libre». 
 

Demanda a la que añadió una especie de advertencia en la que condicionó la continuación de Argentina en el bloque a la adopción de las «reformas pro libertad comercial» que, según considera, el Mercosur «necesita».


Con otra perspectiva, el presidente brasileño Luiz Inacio «Lula» Da Silva sostuvo que «Sudamérica se ha convertido en un área de libre comercio basada en reglas claras y equilibradas». A lo que agregó: «Estar en el Mercosur nos protege» en un panorama geopolítico que cambia constantemente.

«Nos enfrentaremos al desafío de proteger nuestro espacio de autonomía en un contexto cada vez más polarizado», subrayó el mandatario, dejando en claro una postura regionalista y de negociación en bloque con el resto del mundo.



lunes, 2 de junio de 2025

¿Dónde quedó la libertad?... @dealgunamanera...

¿Dónde quedó la libertad?...

Luis Capuo. Dibujo: Pablo Temes.

Las agresiones contra Ricardo Darín fueron incesantes. Se llame relato o batalla cultural, el adoctrinamiento siempre es malo.


© Escrito por el Doctor Neson Castro el domingo 01/06/2025 y públicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


La empanada cuyo origen, contra la creencia de muchos, nos lleva a la antigua Persia –hoy Irán– era la comida principal que se ingería durante una larga travesía. Este alimento tan arraigado a nuestra cultura tiene su efeméride: el 8 de abril. En esa fecha se celebra el Día Mundial de la Empanada. No obstante, durante estos últimos siete días pareció celebrarse en la Argentina la “Semana de la Empanada”. Comenzó en el mismísimo momento en que Ricardo Darín se quejó en la mesa de Mirtha Legrand del precio de la docena. La andanada de agresiones y descalificaciones lanzadas desde el oficialismo hacia el actor fueron incesantes, empezando por el ministro de Economía, Luis Caputo, y culminando en el Presidente. Todo tan lamentable como planificado. ¿Dónde quedó la libertad?

Son los mismos métodos que usaban Néstor y Cristina Kirchner para con quienes los criticaban.

Según manifestó Javier Milei en la red X, “el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión (PNA) y en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”. Parece que tanto él como sus seguidores han olvidado esta definición, sobre todo cuando habla del principio de no agresión (PNA). El pueblo argentino votó en las elecciones por un cambio. Ese cambio no significa sostener los métodos con otro contenido. El adoctrinamiento es siempre malo, viniendo de quién viniere.

Otro ejemplo lamentable que hemos sufrido los argentinos en épocas del kirchnerismo fue la omnipresencia de ciclos como 6,7,8 cuyo fin último era sostener el relato y despedazar a quien se atreviera a pensar distinto. Para los más chicos –más grave aún– estaba Paka Paka que se encargaba de bajar línea reescribiendo la historia de forma muy cuestionable. Resulta que ahora el Gobierno de los Milei apuntará a dibujos animados enlatados por el mismo medio para sostener la visión ideológica opuesta.

Más kirchnerismo no se consigue. ¿Hasta cuando los gobiernos de turno buscarán controlar la mente y el pensamiento de los ciudadanos como si estos no fueran capaces de razonar por sí mismos? Es la Argentina pendular, la de los extremos... otra vez la grieta. Lo que antes era relato ahora se llama batalla cultural. Concepto un poco más elegante, pero igual de peligroso, según quién sea el iluminado que seleccione los contenidos.

La capitulación del PRO sigue su marcha. Inexorable. La comenzaron algunos la misma noche del domingo 18 de mayo en que Manuel Adorni ganó las elecciones porteñas. La oficializó Mauricio Macri con la carta de felicitación que le envió a Javier Milei. Y tuvo una última y contundente manifestación que fue la decisión de Jorge Macri de echar al consultor político y asesor de campaña Antoni Gutiérrez-Rubí. Así las cosas, la reunión que tuvo lugar en la Casa Rosada el lunes pasado entre Karina Milei, Diego Santilli y Cristian Ritondo fue un paso clave en dirección a tejer acuerdos entre los dos espacios. Esto es producto de una necesidad que emerge de la más estricta realidad: si en la provincia de Buenos Aires no se unen, lo que les aguarda en las próximas elecciones es una derrota segura y lapidaria. Claramente no los ha unido el amor sino el espanto, como diría Jorge Luis Borges. A esta altura está claro que La Libertad Avanza es un lugar en el que no se observa ni la generación ni la dación de amor. A eso habría que agregarle el reproche de un número significativo –y seguramente mayoritario– de los ciudadanos y ciudadanas que viven en el primer Estado argentino y que, desde hace largo tiempo, están hartos de ser gobernados por el peronismo en general y por Axel Kicillof en particular.

Que se entienda bien, desde esta columna hemos insistido en la necesidad de unidad opositora para competir en la PBA, pero los últimos pasos del PRO se parecen más a una entrega total del partido –o lo que queda de él– que a un frente o coalición. Otro dato clave: en la Ciudad de Buenos Aires las cosas no son muy distintas. El último anuncio de la vocera de Uspallata, Laura Alonso, intentó –por orden de su jefe– simular la idea de que habían entendido el mensaje de las urnas y que se encaminan a una reestructuración del Gabinete y de sus prioridades. Se trata de más humo de una gestión que se viene quemando desde hace rato. “Si no se construye una nueva coalición similar a lo que fue Juntos por el Cambio en la Ciudad, todos van a terminar pintados de violeta, muy a pesar de Jorge Macri –apuntó un legislador al tanto de todas las internas. El clima en el Gobierno porteño es irrespirable. El último que apague la luz.

Hay en el fondo un problema compartido entre el PRO y el peronismo, como principales opositores: ni Mauricio Macri ni Cristina Fernández tuvieron la grandeza política de preparar un sucesor. El poder se agotó en dos figuras extremadamente personalistas y ahora están pagando el precio. El único ganador en esta orfandad de ideas y liderazgos de peso es el propio presidente Javier Milei, quien se limitó a prender la aspiradora para absorber a los dirigentes que necesita y que todavía le sirven para sostener sus planes de Gobierno. El éxodo es interminable.

La otra nota triste de la semana la ha dado la jueza del caso Maradona, Julieta Makintach, la cara viva de la degradación institucional del Poder Judicial. No todos los jueces son iguales, pero este caso de frivolidad e inmadurez inconmensurable ha desparramado mugre en todas las direcciones. ¿Qué puede tener en la cabeza una magistrada que aspiró a convertirse en figura pública grabando un documental autorreferencial, banal, adolescente y libidinoso?

El guión y las tomas que se dieron a conocer dan vergüenza ajena. Sin mencionar que utilizó un juicio público y la muerte de Maradona para uso personal. ¿Dinero, poder, fama? Habría que preguntarle al ideólogo y guionista qué tipo de buzón le vendió. Sea cuál fuere la especie, la única responsabilidad es de la magistrada que para colmo, tuvo el tupé de intentar resistir en su cargo a pesar de la abrumadora cantidad de pruebas en su contra.

Argentina necesita desintoxicarse de esta clase de funcionarios y elevar drásticamente la vara si quiere llegar a ser un país de verdad. Aún estamos a tiempo.




domingo, 30 de marzo de 2025

La Inestabilidad en los Mercados. Inquietud e impotencia... @dealgunamanera...

La Inestabilidad en los Mercados. Inquietud e impotencia...

Última bala de plata. Dibujo: Pablo Temes

Campea en el Gobierno un aire de simplificación de la realidad que es propia de los microclimas del poder. El FMI no resolverá todo.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 29/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hay inquietud en el Gobierno. La inestabilidad del dólar, que viene forzando al Banco Central a vender billetes para frenar el alza del “blue”, junto al aumento del riesgo- país representan un problema que, como se ha visto, llevó al ministro a intensificar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, con el fin de apurar un acuerdo que es imprescindible para apurar la salida del cepo. De ese acuerdo depende un préstamo por el que el Presidente y su ministro de Economía vienen bregando desde el comienzo mismo de la gestión.

La cronología de los hechos da una idea clara de las urgencias del oficialismo.

El jueves por la mañana, de manera imprevista, Luis Caputo comunicó intempestivamente un acuerdo –aún no firmado– sobre un entendimiento de cuya letra grande y letra pequeña aún da mucha tela para cortar. Para que no quedaran dudas que todavía existe un tramo por desandar, la vocera del FMI, Julie Kozack emitió un comunicado sobre el mediodía de ese mismo jueves en el que indicaba que todavía faltaba definir el monto del préstamo. “El volumen final del paquete financiero será determinado por nuestro Board Ejecutivo”, terminaba diciendo el documento que causó incertidumbre. Por lo tanto, hubo necesidad de conversaciones intensas para que, finalmente el viernes se hiciera saber que el acuerdo estaba cerrado.

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Todo este ir y venir dio pie a una ola de conjeturas que no hizo más que mantener viva la incertidumbre de los mercados, lo que se reflejó en la inestabilidad del precio del dólar y en los vaivenes del riesgo-país. El enojo que Javier Milei exhibió en la entrevista que les concedió a Luis Majul y a Horacio Cabak fue una consecuencia de la impotencia para dominar la inestabilidad del mercado.

Campea en el Gobierno un aire de euforia y de excesiva simplificación de la realidad que es propia de los microclimas que se generan en los ámbitos del poder. Creer, por otra parte, que con el préstamo del FMI se solucionan los graves problemas económicos del país es como creer en un cuento de hadas. Hay problemas estructurales de la economía que siguen sin solucionarse. El costo de los alimentos es uno de ellos. Es algo que castiga severamente el bolsillo de todos los argentinos, en especial, de los que menos tienen. Hay una disociación entre lo que marca el Indec y lo que le cuesta a la gente alimentarse, vestirse, viajar ida y vuelta a su trabajo –los que lo tienen– asearse y mantener su vivienda.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, se creía que, tras cumplir el fallo del juez Thomas Griesa y saldar la deuda con los fondos buitre, todas las dificultades de la economía se solucionarían casi mágicamente. Lo cierto es que el pago se hizo en total acuerdo con ellos, y sin embargo, la situación económica no mejoró. Así, pues, dos años después, Macri debió acudir al FMI, el dólar se disparó, el riesgo-país aumentó y ese gobierno tuvo que terminar reimplantando el cepo y las retenciones a las exportaciones del campo. Las cosas, desafortunadamente, no son tan sencillas.

Hablando del expresidente, con tono de visible enojo, en su presentación ante empresarios en Córdoba le hizo a Milei una advertencia muy pertinente: más allá del acierto de las medidas económicas, el clima de incertidumbre persistirá si, desde el punto de vista de la observancia de los preceptos institucionales el Gobierno insiste con las designaciones de los jueces de la Corte por decreto, y persiste en su actitud de confrontación y desprecio hacia los que piensan diferente. En este punto la similitud con lo peor del kirchnerismo no sólo es sorprendente sino también preocupante. El vínculo entre ambos se encuentra estancado y atravesado por los sinsabores de un año electoral. Los dos coinciden en ciertos lineamientos ideológicos estructurales, pero los separan los métodos y la concepción de poder actual. 

Al líder del PRO lo desvela la necesidad de alcanzar acuerdos electorales con La Libertad Avanza
 para asegurarse una victoria contundente y definitiva frente a una parte del peronismo y a la amenaza de CFK. El ingeniero vivió en carne propia el despertar del monstruo luego de los errores cometidos por su gobierno. Le preocupa el futuro del país, pero también le preocupa la situación terminal de su partido que, hasta en el distrito que lo vio nacer, corre el riesgo de desaparecer. A Milei, por el contrario, lo impulsa la obsesión de ser él quien acabe personalmente con el kirchnerismo y, de paso, dejar a sus aliados amarillos de rodillas ante su concentración de poder. Una jugada riesgosa que demuestra que sigue yendo por todo. “El termómetro será lo que ocurra en la Ciudad de Buenos Aires, una mala elección del PRO los dejaría en inferioridad de condiciones para negociar acuerdos en las nacionales”, apuntó un allegado al Gobierno que recorre la Capital. De momento, la provincia que comanda Axel Kicillof es la única excepción para explorar acuerdos en lo inmediato. Los outsiders libertarios han demostrado tener un manejo del poder político bastante más acertado de lo que todos esperaban. Para bien o para mal. El tiempo dirá.

Mientras tanto, con el cierre de alianzas y listas ocurrido este fin de semana, la bandera de largada ya se agitó en CABA. Mauricio Macri bajó al llano y se reunió con Silvia Lospennato para ofrecerle personalmente la posibilidad de encabezar la lista a legisladores porteños ante la negativa de María Eugenia Vidal. Tuvo que ocuparse de buscar desesperadamente figuras de peso para contener el avance del mileísmo. Las malas lenguas dicen que no confía del todo en la capacidad de construcción política de su primo y que, además, está preocupado por las sorpresas que puedan aparecer en medio de una campaña sucia y sin escrúpulos. Los libertarios ya avisaron.




domingo, 23 de marzo de 2025

El ruido y la furia...

Sanguijuela protocolis bullrichense. Dibujo: Pablo Temes

La moda de generar estrépito “garpa” a una clase política que no se cansa de escandalizar, naturalizando la peor cara del Parlamento.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 22/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Semana de victorias políticas para el Gobierno. Las dos ocurrieron el miércoles en una geografía reducida de no más de diez cuadras en el barrio del Congreso. Una de ellas sucedió en el edificio legislativo, donde la Cámara de Diputados aprobó el DNU que autoriza el acuerdo que el oficialismo busca con obsesión con el Fondo Monetario Internacional. Sin ese acuerdo será imposible alcanzar la cantidad suficiente de dólares que se requieren para levantar el cepo. La otra, ocurrió con la manifestación que se movilizó en la zona de la Plaza y de la Avenida de Mayo. No hubo nada de la violencia que se había visto una semana atrás. La marcha de apoyo a los jubilados –de escuálida concurrencia y escasa en adultos mayores– transcurrió en orden y sin violencia.

La sesión de la Cámara baja fue –lisa y llanamente– un bochorno. No es la primera vez que lo que protagonizan los diputados es escandaloso. Tampoco será la última. La moda ahora parece ser generar hechos que produzcan estrépito, aunque carentes de sustancia política. En ese ranking de penosa notoriedad, el miércoles pasado “sobresalieron” los cruces entre el presidente de la Cámara, Martín Menem, con el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, el megáfono verde de la diputada Marcela Pagano, la “finura” de la diputada Cecilia Moreau, exigiéndole al presidente de la Cámara que “no la pelotudee” (sic), la súbita muestra de “amor” del diputado Lisandro Almirón hacia el diputado Oscar Zago, con el que se había tomado a golpes de puño hace una semana, y un largo etcétera de actitudes propias de un reñidero. Es evidente que, los que vinieron a terminar con la casta, han terminado por adoptar varias de sus formas.

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Más allá de lo que pasó en el Congreso, la indefinición acerca de cuándo se firmará el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, de qué monto será el préstamo, de qué manera se desembolsará y qué dirá la letra chica generaron en la semana una turbulencia que afectó sensiblemente el mercado cambiario, hecho que obligó al Banco Central a desprenderse de reservas. Desde el viernes 14 debió vender más de mil millones de dólares. He ahí un problema, porque la falta de reservas es lo que está impidiendo el levantamiento del cepo, algo que el Gobierno necesita implementar lo antes posible. “El acuerdo se cerrará a mediados de abril”, dijo MiIei el jueves pasado a la agencia Bloomberg. Sin embargo, los conocedores de los procedimientos y los tiempos del FMI albergan muy serias dudas sobre la factibilidad de concretar ese anuncio en fechas tan tempranas.

La inestabilidad cambiaria llevó al ministro de Economía, Luis Caputo, a aparecer en el programa de Antonio Laje por A24. Fue una mala decisión. ¿Habrá sido suya o de algunos de los “cráneos” que rodean al Presidente? Lo cierto es que las imprecisiones de sus respuestas generaron más incertidumbre que certezas. Eso fue lo que evidenciaron el aumento del dólar blue y del riesgo-país. Cuando no hay nada para comunicar, es mejor no exponerse. Sentido común, más allá de la necesidad imperiosa de ganar tiempo.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis.

Un párrafo aparte merece la actitud mezquina de gran parte de la oposición dura –con el kirchnerismo a la cabeza– que buscó truncar el apoyo legislativo para el desembolso del Fondo. Permitirle a un gobierno, que lleva poco más de un año hacerse de los fondos necesarios para terminar de estabilizar la política económica, es lo menos que pueden hacer si verdaderamente quieren colaborar con el futuro del pais. Más aún cuando se trata de un gobierno que, en poco tiempo, está logrando revertir los descalabros inflacionarios, financieros y fiscales que Sergio Massa, Cristina Fernández y Alberto Fernández –en ese orden– le dejaron de herencia a todos los argentinos en forma de tormenta perfecta. Se trata de una realidad objetiva que nadie puede negar y aquí entramos en un nuevo problema que afecta a la dirigencia política y a la sociedad toda: a casi nadie le importa la verdad y la promoción de su prójimo. Cuando en el recinto del Congreso diputados y senadores elegidos para desempeñar funciones legislativas se trenzan en peleas estériles de tinte partidario para sacar rédito con acciones desmedidas de alto impacto mediático, la verdad y el bienestar de la población pasan a un segundo plano. En un año electoral esto parece ser moneda corriente aunque no debería. El problema de este tipo de politiquería propia de una verdadera casta es que, ante la incapacidad del ejercicio del respeto y el diálogo hacia un otro, la reflexión y la verdadera construcción política en pos del progreso ciudadano se esfuman. Hacia fines del año 2016 se había vuelto a poner de moda el término “posverdad”. Tanto es así que un año después la Real Academia Española incluyó el término en su diccionario: Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Más claro, agua. La argentina ha vuelto a atrasar diez años –en el mejor de los casos–. Para los que siguen jugando a la grieta es también un llamado de atención.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis. Teléfono para Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, ambos exponentes de un enfrentamiento estéril que no ha sabido dejar descendencia política duradera. Javier Milei es perfectamente consciente de este escenario y se entretiene jugando con el pasado, presa de la tentación de acabar con CFK de un lado y jubilar a Mauricio Macri del otro. El PRO se sostiene como puede en la Ciudad de Buenos Aires con un Jorge Macri carente de liderazgo. Juntos por el Cambio no existe más y difícilmente pueda reeditarse. Pero el Presidente Milei y su entorno deberían saber que nunca, jamás, por ningún motivo, se puede decir lo mismo del peronismo.




domingo, 16 de febrero de 2025

Papelón sin precedentes… @dealgunamanera...

 Papelón sin precedentes…

Javier Miley. Dibujo: Pablo Temes.

La vorágine vertiginosa del ritmo de vida de Milei le jugó una mala pasada en el escándalo de la estafa cripto.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 15/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.




El Gobierno terminó la semana envuelto en un halo de euforia. Tuvo razones para hacerlo: el 2,2% de inflación de enero que publicó el Indec –el índice más bajo desde julio de 2020, en plena pandemia–, la media sanción del proyecto de ley de Ficha Limpia por parte de la Cámara de Diputados luego de un debate –si es que se puede llamar así a lo que pasó el miércoles en el recinto de la Cámara, que dio vergüenza– y el avance en las gestiones en el Senado para lograr el nombramiento del juez federal Ariel Lijo como ministro de la Corte Suprema. Sin embargo, no todo el transcurrir interno del Gobierno fue lineal.


El martes, tanto el ministro de Economía como también el Gobierno en general estuvieron en el centro de una ola de rumores que sacudieron incluso a varias usinas de operaciones que anidan en el poder, en donde circuló con fuerza la versión que hablaba de la renuncia de Luis Caputo. En realidad, las versiones eran muchos más brutales –que es como son en general las cosas en este gobierno–: no se hablaba de una renuncia, sino que lo que se decía era que Milei lo había echado por propiciar –se entiende que en algún diálogo privado cuyos ecos habían llegado a oídos del jefe de Estado– la evaluación del peso frente al dólar.

Coincidentemente, durante esas horas Caputo estaba visitando la sede de la Unión Industrial Argentina en donde, con elegancia y firmeza, rechazó todas las insinuaciones destinadas a obtener algún guiño a favor de la depreciación del peso.

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El ministerio supo de esta operación. Por eso, después se encargó de tirar por tierra esta versión que algunos creen que fue fogoneada por sectores internos del mismo oficialismo, en donde no todo es amor. Por lo pronto, ese día ya habían volado el titular de la Anses, Mariano de los Heros, que ya venía malherido por un carpetazo que le había propinado Cristina Fernández de Kirchner a causa de su viaje a México en tren de vacaciones, y Sonia Cavallo por ser la hija del Domingo Cavallo, caído en desgracia por haber criticado al Presidente.

La tarde-noche de furia que se vivió en la Cámara de Diputados en la sesión del miércoles, en la que se le dio media sanción al proyecto de ley de Ficha Limpia explica el porqué del desprestigio imparable de la dirigencia política, hecho que también afecta al oficialismo. Nadie prestó la más mínima atención a lo que se debatía y lo que se decía. Poner en duda el valor y la importancia de la ficha limpia es como discutir el sexo de los ángeles. ¿Quién, sensatamente, discutiría que los aspirantes a ejercer cargos públicos deben ser personas honestas? Solo la intención de la clase política de convertirse en una casta posibilitó que Carlos Menem hubiera sido senador por siempre. Solo una actitud de casta hizo que Cristina Fernández de Kirchner, la condenada, no hubiese sido desaforada cuando fue sentenciada. Para los condenados, el destino, según marca la ley, es la cárcel.

Fue notable ver cómo todo el bloque de Unión por la Patria se abroqueló para votar en contra del proyecto. Fue indignante ver cómo algunos diputados, que no tienen una pátina de honestidad, votaron en contra del proyecto. Si entre los condenados hubiese habido gente de La Libertad Avanza o de otro partido, seguramente su voto hubiera sido favorable. Por otra parte, el oficialismo se adueñó de un proyecto que originalmente no le pertenecía. Ficha Limpia es una iniciativa de la sociedad civil que ya había tenido varias batallas en el recinto y que, curiosamente, ya había fracasado a fines del año pasado sin el apoyo de los legisladores libertarios. Como se ve, nada es lo que parece y todos intentan desesperadamente llevar agua para su molino.

Lo que sí se vio es la pérdida de poder progresivo de la expresidenta. Por eso su bastión es el Gran Buenos Aires. De ahí su encarnizada pelea con Axel Kicillof, su ex delfín, que hoy le ha dado vuelta la cara. La señora condenada necesita imperiosamente sostener su circo de acólitos en el Conurbano para subsistir. No le importa llevarse puesto al peronismo –al que objetivamente siempre despreció–, la mueven el resentimiento y el dolor de ya no ser. La soledad y la vuelta al llano es algo que atormenta a los líderes mesiánicos que no han sabido o no han querido preparar un sucesor.

Para el Gobierno no todo ha sido color de rosa. La noche de San Valentín le ha dejado al Presidente un sabor amargo con tintes de papelón internacional. Javier Milei promocionó desde su cuenta en la red social X una criptomoneda llamada $Libra. Veamos qué decía la publicación:

¡¡¡“La Argentina Liberal crece!!! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en nuestro país”.

Esto provocó la suba inmediata en su cotización y el posterior derrumbe en el mercado cripto. ¿Qué es lo que lo ha convertido en un papelón sin precedentes? A diferencia de las criptomonedas consolidadas, $Libra es solo un token creado dentro de la blockchain de la plataforma Solana, como uno de los tantos proyectos denominados en la jerga como “meme coin”. Es decir, una moneda virtual que puede ser creada por tres o cuatro personas sin esfuerzo alguno con fines especulativos y carente de respaldo en un proyecto anclado en la realidad.

Basura.

Lo tremendo es que, luego del tuit del Presidente, dicha meme coin llegó a una capitalización de casi 4 mil millones de dólares y se transaccionaron más de 1.000 millones en apenas cuatro horas desde su lanzamiento. Para tener una noción comparativa, cifras de este calibre son las que representan la cotización –por ejemplo– de un banco consolidado de la Argentina. La polémica escaló rápidamente cuando economistas y analistas advirtieron sobre una posible estafa, señalando que el 80% de los tokens estaban concentrados en solo cinco billeteras y que el dominio del proyecto había sido registrado el mismo día. Alguien hizo un tremendo negocio y luego de tomar ganancia su valor se desplomó.

El presidente Milei es un hombre honesto. No se trata de subirse al tren de los que quieren acusarlo de un presunto hecho de corrupción. Lo grave de la situación es que el primer mandatario se haya embarcado de lleno en la promoción de un proyecto desconocido sin antes chequear si tenía cimientos sólidos. Cae de maduro que alguien de su entorno –con buenas o malas intenciones– impulsó a Milei a una acción semejante. Por mucho menos, varios funcionarios de peso han volado por los aires.

Poco tiempo antes de convertirse en el presidente de los Estados Unidos, los hijos de Donald Trump lanzaron la cripto $Trump, que escaló rápidamente pero que todo el mundo sabía que se trataba de un meme. El caso del líder libertario es bien distinto. Un presidente no puede cometer la imprudencia de quedar enredado en semejante papelón, que fue reflejado por los diarios de todo el mundo. La vorágine vertiginosa del ritmo de vida de Milei y su avasallante personalidad le han jugado una mala pasada. Esta vez no ha sabido pisar el freno antes de estrellarse contra la pared. Queda claro que la cadencia adecuada, la reflexión y la pausa también deben ser atributos esenciales de cualquier jefe de Estado.