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viernes, 21 de junio de 2024

Sandra Viviana Pettovello - La Abanderada de los Humildes... @dealgunamanera...

La abanderada de los humildes...

Licenciada. La funcionaria estudió Ciencias para la Familia en la Universidad Austral. Fotografía: NA

Amante de las carteras caras e insensible ante el hambre de los más necesitados, la ministra de Capital Humano se ha vuelto imprescindible para Javier Milei, por motivos que van más allá de la política.

© Escrito por Ricardo Ragendorfer el miércoles 12/06/2024 y publicado por la Revista acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


El 8 de junio fue un sábado infrecuente en la Quinta de Olivos. Allí, durante la mañana, ingresó la ministra de Capital Humano, Sandra Viviana Pettovello; lo hizo casi a hurtadillas y fue recibida por Javier Milei con visible ansiedad. 

No era para menos, ya que culminaba la semana más dramática de su gestión, debido a desgracias de dominio público, y que la tuvieron justamente a ella en el ojo de la tormenta. Dicen que la reunión entre ambos se prolongó por cuatro horas. Y que el presidente, lejos de incurrir en recriminaciones que la hubiesen eyectado del Gabinete, le dio su voto de confianza, urdiendo seguidamente una estrategia para preservarla a toda costa en el cargo. Ocurre que él la necesita como un pez al agua, y por razones que van mucho más allá de la política. Un misterio que merece ser desentrañado. 

En este punto, bien vale retroceder a fines de 2023. 

Los periodistas que merodeaban el hall del Hotel Libertador cuando el entonces flamante presidente electo habitaba una suite del vigésimo primer piso se preguntaban quién era esa morocha de mediana edad, con los bordes de las cejas laboriosamente depilados y de cuyo brazo solía colgar una cartera Hermes Birkin (valuada en 15 mil dólares). Es que ella secundaba a Karina Milei en todas sus entradas y salidas. Quizás alguno la reconociera como una antigua productora de La Cornisa, el programa de Luis Majul. Pero no había ninguna otra pista sobre su identidad. 

Hasta que, el 3 de diciembre (a solo una semana del arribo de Milei al Sillón de Rivadavia), el diario La Nación develó dicha incógnita con un título que, en perspectiva, resulta gracioso: «Sandra Pettovello: la amiga de Milei de carácter fuerte que manejará una caja intocable». 

Así se supo que ella sería la titular de una megaestructura que sumaría los Ministerios de Educación, Cultura, Mujeres, Desarrollo Social y Trabajo.

Corazón partido.

Lo cierto es que semejante noticia tuvo una derivación farandulera. Porque al famoso actor Pablo Rago le sorprendió sobremanera. Tanto es así que, al ser entrevistado por Catalina Dlugi en su ciclo radial, exclamó: «Lo único que me faltaba es tener una exesposa ministra de Javier Milei».  

En efecto, durante la primavera de 1993 ambos se unieron en el santo sacramento del matrimonio. Pero resultó ser un amor mal avenido, puesto que a Rago le habían ofrecido un rol protagónico en la telenovela Inconquistable corazón, junto a Paola Krum. Y Sandra no tardó en olfatear algo extraño. 

«Esta mujer nos va a traer problemas», les aseguró a sus amigas el día que su esposo le presentó a la actriz.  

El flechazo entre ellos fue inmediato, el escándalo también. Y la pobre Sandra, por ser la víctima colateral de eso, fue impiadosamente asediada por la prensa chimentera. De hecho, en una entrevista al semanario Ahora, dio una muestra de su implacable intuición: «Antes de que comenzara la novela me imaginé que (Paola) podría tener una historia con mi marido. Lo intuí, lo presentí y hasta lo soñé».

Su matrimonio con Rago se disolvió a principios de 1994 con un sonado divorcio. A partir de entonces, la impronta mediática de la esposa despechada se extinguió como una vela al consumirse.

Ya se sabe que renacería tres décadas después, pero por otra razón.  

En tal sentido, ya como ministra estrella del régimen libertario, su figura empezó a refucilar con desconcertantes luminosidades.


Basta recordar, por caso, la visita de Milei al Colegio Cardenal Copello –en su doble carácter de exalumno y primer mandatario–, cuando la cámara que transmitía el evento tomó un primer plano de Pettovello justo al lloriquear desde un asiento de la primera fila, emocionada por el discurso presidencial.   

A todas luces, una escena sublime. 


O, por esos mismos días, cuando fue televisada al disolver de mala gana una protesta en la entrada a sus oficinas, chillando: «Los que tengan hambre que se anoten con el DNI, y que vengan de a uno».  

A todas luces, una escena no tan sublime.


Desde luego que, durante la última quincena, la verdadera naturaleza de su ser saltó a la superficie por dos –diríase– contratiempos: los alimentos sin distribuir entre sectores vulnerables en una situación de hambre, y la «caja» paralela para «ñoquis factureros», contratados por su ministerio con «retornos» del 12% en los pagos. 

De manera que los dos escándalos más impactantes de la era libertaria están enlazados a su persona. Lo notable es que, sin un atisbo de vacilación, Milei se pronunciara en su defensa. Y –según se rumorea en la Casa Rosada– por una razón de peso: su temor atávico de no tenerla más a su lado; un pánico que, al parecer, él no disimula. 

La pregunta, entonces, es: ¿Qué significa ella en su existencia?

Presidente y ministra. Se conocieron en un canal de cable, pero lo que los unió fue el reiki. Foto: NA

Vocación de servicio.

Hay quienes afirman que Milei la conoció en algún canal de cable, a fines del lustro anterior, convocado por Sandra en su carácter de productora de TV. Sin embargo, fue el reiki lo que los unió. Se trata de una pseudoterapia sanadora que, mediante la imposición de manos, logra transferir la «energía vital» para así curar disfunciones físicas o mentales. Y él vivía flagelado por el dolor de espalda, con el cual somatizaba sus altibajos psicológicos. Pues bien, el asunto es que quedó inmediatamente subyugado por la personalidad de esa mujer, a la que, además, Karina miraba con buenos ojos.  

De hecho, el reiki era solo un complemento de su formación polimorfa. Porque ella también exhibía una licenciatura en Periodismo por la Universidad de Belgrano (obtenida a los 35 años) y otra en Ciencias para la Familia por la Universidad Austral (obtenida a los 50 años), no sin un postgrado –online– en la Universidad Internacional de Cataluña. Cabe destacar que tal disciplina solamente se imparte en establecimientos del Opus Dei. Y que su CV incluye cursillos de autoayuda a rolete. Y que hasta solía presentarse como psicóloga, tal como consta en programas de TV a los que era invitada. 

No es una exageración decir que Pettovello se convirtió en el ángel de la guarda del atribulado economista. Ella es su mejor amiga, su confidente y su contenedora emocional, al punto de que Karina –el arcángel de esta historia– confía plenamente en ella. Y el bueno de Javier no da un paso sin consultarla. De allí su dependencia casi toxicológica hacia este personaje. 

En lo político, su único antecedente se remonta a 1987, cuando se afilió a la Unión de Centro Democrático (UCeDé), el ya olvidado partido de Álvaro Alsogaray, del cual solamente subsiste un sello. En 2021, uno de sus vetustos dirigentes le pidió que figure como vicepresidenta del espacio, sin otro fin que presentar una lista de candidatos legislativos. Ella aceptó y, desde ese instante, también «chapea» con eso.  

Por otra parte, todo indica que el ofrecimiento de ocupar el estratégico ministerio de Capital Humano le llegó de sorpresa. Y sus palabras al respecto fueron: «Javier me lo propuso, y yo acepté sin pensar que llegaría tan lejos. Y tampoco sabía que allí iban a haber cuatro ministerios en uno».  

Los resultados están a la vista.


domingo, 5 de julio de 2020

Berni es Cristina… @dealgunamanera...

Berni es Cristina…

Berni oliva. Dibujo: Pablo Temes

El kirchnerismo condiciona a AF, mientras trabaja para sofocar la causa de los cuadernos. 
Dice la leyenda que, en los tiempos en los que eran amigos, Mario Vargas Llosa le dijo a Gabriel García Márquez: “Querido Gabo, estamos en problemas: la realidad de nuestros países supera a cualquiera de nuestras novelas”.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/07/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


El asesinato de Fabián Gutiérrez, ex secretario privado del matrimonio Kirchner, se inscribe en esa dinámica letal. En medio de los intentos denodados y groseros del kirchnerismo de darle vuelo a la causa por actos de espionaje ocurridos durante el gobierno de Mauricio Macri, la muerte de Gutiérrez, sucedida en El Calafate, vuelve a poner en el centro de la escena a la corrupción galopante que existió durante los 12 años del kirchnerato. Gutiérrez era uno de los involucrados en la causa de los cuadernos de Centeno, quien, en su condición de arrepentido, aportó con minuciosidad un testimonio clave acerca de cómo funcionaba esa maquinaria armada con el objetivo de delinquir.

En su relato, habló de los bolsos que eran transportados desde Buenos Aires hacia El Calafate y de los “espacios destinados a guardar los bolsos que eran inaccesibles para todos” y a los que “solo ingresaba Néstor Kirchner”. No fue ese su único aporte. Tan significativa como la narración acerca de la mecánica utilizada para el transporte de los bolsos fue su descripción de las conductas y de la psicología del matrimonio Kirchner y de lo que se vivió a lo largo de esos años.

“Entre los secretarios la apodábamos ‘la loca’, ‘la yegua’ y otros términos que no quiero mencionar por razones de género”, declaró Gutiérrez, quien, al referirse a Néstor Kirchner, señaló que “Néstor era más humano, era diferente; a veces Néstor pegaba en broma pero hacía sangrar”.

La causa de los cuadernos –increíblemente adormilada por la misma Justicia– pierde así un eslabón importante. Recuérdese que tanto la vicepresidenta como el resto de los involucrados en este caso resonante y escandaloso comparten un único objetivo: la impunidad.

Los claroscuros de la cuarentena. Este ítem, que ya tiene rasgos de sección, tuvo en la semana hechos que produjeron estrépito. La pendencia entre el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y su par de la Nación, Sabrina Frederic, erizó los ánimos en el gobierno nacional. “Alberto se enojó mucho”, señaló un miembro del Gabinete.

Está claro que a Berni no lo para nadie. “Cruzó una raya”, fue la frase con la cual lo fustigaron desde la Casa Rosada. Eso es así. Normalmente, en una circunstancia como esa, lo que hubiera sobrevenido habría sido la renuncia del ministro provincial. Pero quedó claro que a Alberto Fernández le está vedada esa determinación. Berni es CFK y, mientras ella lo sostenga, será intocable.    
   
El Gobierno también recogió adversidades en al caso Vicentin. La ratificación del juez Fabián Lorenzini por parte de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Reconquista dejó sin aire al intento del kirchnerismo de quedarse con la empresa través de la intervención primero y la expropiación después.


Por otra parte, la interna del Gabinete tiene algunos rasgos inquietantes. Se sabe que CFK está insatisfecha con el desempeño de algunos ministros. El descontento abarca al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Por eso produjo inquietud la aparición de Aníbal Fernández hablando de los funcionarios que no acompañan al Presidente.

De ahí a los rumores sobre su incorporación al Gobierno no pasaron más que segundos. En los pasillos del poder, no son pocas las voces que en la semana hablaban del pedido que recibió el actual interventor de Yacimientos Carboníferos Fiscales a fin de estar preparado para eventualmente ocupar un cargo en el Gabinete.

El incorregible kirchnerismo.  Las obsesiones del kirchnnerismo son –como todas las obsesiones– permanentes. Al tope de ellas están los medios y los periodistas que son críticos de ese submundo de antinomias e intolerancia en el que habita buena parte de la dirigencia K. Por eso resulta siempre paradojal escuchar hablar a la vicepresidenta de “medios hegemónicos”. Si hay quienes, a través de la fallida Ley de Medios, intentaron imponer un modelo hegemónico, fueron CFK y Néstor Kirchner.

El caso de espionaje hacia dirigentes políticos del kirchnerismo, de Juntos por el Cambio, empresarios y periodistas ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri y denunciado por la actual interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está siendo usado por el kirchnerismo no solo para intimidar sino también para intentar llevar a prisión a periodistas. Luis Majul ha venido denunciando con todo detalle las maniobras que buscan someterlo a un proceso penal desgastante.

No hay ninguna evidencia de que Majul haya cometido un delito. Las tentativas del kirchnerismo de acceder a sus mails implican una flagrante violación del secreto profesional con el objetivo de acceder a sus fuentes de información. Hay que recordar que la reserva de las fuentes de un periodista es un derecho que está garantizado por la Constitución Nacional.

No es que sorprenda esta actitud persecutoria por parte del kirchnerismo hacia los periodistas. Lo inquietante es que, en este caso, se sumó a esa avanzada nada menos que un juez federal. Se trata de Federico Villena, juez federal de Lomas de Zamora, a quien la Cámara Federal de La Plata apartó del caso a través de un dictamen muy duro en el que lo acusó de parcialidad.

El juez Villena alcanzó su nombramiento con el padrinazgo de Silvia Majdalani, la número 2 de la AFI durante la presidencia de Mauricio Macri. Quienes en tiempo del anterior gobierno frecuentaban la Casa Rosada recuerdan haber escuchado a varios de sus miembros haciendo alusión a la funcionalidad del juez. El caso de Villena es un ejemplo más que debería hacer reflexionar a todos aquellos políticos que, una vez alcanzado el poder, batallan para designar jueces afines sin advertir que esos malos magistrados serán oficialistas de todos los turnos.

La avanzada del kirchnerismo contra un grupo de periodistas obliga a estar alerta no solo a quienes ejercemos la profesión sino también a la sociedad toda. “El periodismo honesto es un instrumento esencial para hacer a las sociedades democráticas más plurales y honestas”. Es esa condición fundamental, que al kirchnerismo le resulta intolerable, la que está en juego en esta hora de tribulaciones. 





lunes, 29 de agosto de 2016

Macri y CFK. Lo que está en juego... @dealgunamanera...

Lo que está en juego… 
Al que quiera celeste... Fiscal Marijuan. Foto: Pablo Temes

El Gobierno busca conquistar al círculo rojo, y la ex presidenta, no terminar detenida.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 28/08/2016 y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Caras largas entre los empresarios que asistieron a la reunión que el Council of the Americas organizó el miércoles pasado en el Hotel Alvear. Abundaron allí los discursos casi protocolares –lo único no protocolar fueron las marcadas exigencias en materia económica que se le expusieron al Gobierno–, los chistes fáciles y hasta algunas provocaciones. El así llamado “círculo rojo”, compuesto por empresarios y dirigentes políticos influyentes, y Mauricio Macri caminan por veredas opuestas, aunque ambos necesitan lo mismo: que el país vuelva a crecer. Sucede que, a pesar de que todos quieren creer, lo que aún reina es la desconfianza.

Un dirigente industrial percibió –al menos en la intención– “un gobierno más abierto para incluir en la mesa de diálogo más actores abocados a la tarea de cómo reactivar la producción. Acusaron recibo del estrago que causó la apertura de importaciones y admitieron otros temas que vinimos avisando desde el comienzo. “Pero aún necesitamos ver para creer”, sentenció.

Distinta fue la visión política de un personaje importante dentro de la vida legislativa: “Fue un encuentro devaluado; las exposiciones no despertaron interés, no hubo una sola definición de fondo”. “El Gobierno tiene un problema en la búsqueda de consensos –prosiguió–debería convocar a un gran acuerdo político, económico y social. Hasta ahora los resultados están plagados de medias acciones. Eso se ve en el Congreso. El mejoramiento de la Justicia, la seguridad, la ley de acceso a la información pública, la ley del arrepentido y tantas otras quedaron varadas en alguna de las dos cámaras. Hay más debate y libertad de pensamiento pero faltan acuerdos”.

En el panel de exposición de gobernadores, un hombre del interior se quejó: “Los mandatarios provinciales, tanto oficialistas como opositores, están faltos de sentido común. Ninguno marcó propuestas o resultados concretos, fueron todos discursos de autoayuda”, dijo.

Una mujer de fuerte liderazgo político apuntó alto y claro: “Hay más diálogo pero no más apertura. El PRO aparece como impoluto, te enamora, te promete, pero a la hora de tomar decisiones te dan vuelta la cara. Son un círculo muy cerrado. Por otra parte, como son una fuerza relativamente nueva, todos estábamos dispuestos a tolerar errores de índole política, pero están cometiendo errores técnicos y de gestión, de diagnóstico y de soluciones, que es en lo que supuestamente deberían destacarse por su procedencia como ejecutivos empresariales. Además, un hombre del ámbito privado paga por sus errores inmediatamente. Ninguna empresa tolera ciertas cosas. Acá esto no pasa, venimos con el ensayo a prueba y error desde el comienzo y nadie dice nada”.

“Existen círculos de decisión muy chicos, donde no entra la política. Cuando cometen los errores técnicos, salen corriendo a llamar a Emilio (Monzó) para que los salve con alguna solución política, y lo peor es que lo tienen para apagar incendios, está cada vez más acotado”.

Este es el escenario de escepticismo que en los ámbitos económicos que le son afines genera el Gobierno. Habrá que ver si se logra revertir a lo largo de la reunión de los CEOs de empresas internacionales, que se darán cita en Buenos Aires en la segunda semana de septiembre. En el mundo empresarial vernáculo se coincide con el rumbo tomado pero se critica la metodología de la gestión. El ejemplo que mejor grafica esta circunstancia es el grueso error cometido con el aumento de tarifas, que seguirá generándole al oficialismo un problema político que se verá reflejado en las concurridísimas audiencias públicas que tendrán lugar en unas pocas semanas. 

Una anécdota refleja lo mal manejado del asunto por parte del ala técnica del gabinete. A mediados de enero pasado, Alberto Fernández le envió una nota a Alfonso Prat-Gay con quien tiene una relación fluida– para advertirle sobre la necesidad de llevar adelante las audiencias públicas para evitar posteriores reclamos judiciales, tal como había sucedido en el tiempo de Cristina Fernández de Kirchner. El ministro de Hacienda y Finanzas hizo circular ese mensaje –que no fue tenido en cuenta– en el Poder Ejecutivo. Por eso, el día que se conoció el fallo de la Corte Suprema, Prat-Gay le envió un breve mensaje al ex jefe de gabinete de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, cuyo texto decía: “Hoy me acordé de vos”.

¿Y por K cómo andamos? 

Mientras tanto, en las procelosas aguas por las que navega el kirchnerismo, una filtración involuntaria de información proporcionada por el fiscal Guillermo Marijuan en una conversación privada con el equipo de producción de Luis Majul dio pie para que emprendieran una acción que tiene como objetivo apartar al fiscal de la causa. Atento a esta circunstancia, se impone la siguiente explicación: Marijuan es el titular de la Fiscalía Federal Nº 9. Si lo apartasen, la causa podría recaer en la Fiscalía Nº 8 o en la Nº 10, ambas a cargo de fiscales enrolados en Justicia Legítima, Juan Pedro Zoni en la primera y Paloma Ochoa en la última. Las denuncias, en ese caso, caerían en saco roto.

Pero jurídicamente y procesalmente esto no debería ocurrir más allá de los intentos desesperados de la ex presidenta. Un experimentado fiscal que conoce el paño aseguró: “Es obvio que van a intentar recusarlo. Pero no hay ningún motivo válido para hacerlo”. El audio de Marijuan con el mensaje a Majul fue después de que ya había tomado estado público su dictamen. No estaba adelantando nada, sólo haciéndole conocer al periodismo una consecuencia de lo que había firmado en un expediente respecto de medidas solicitadas que no estaban dentro de ningún secreto sumarial”. Hay una realidad que explica no sólo estas acciones, sino también la creciente virulencia del kirchnerismo: para Cristina Fernández de Kirchner, lo que está en juego, de ahora en más,
es su libertad.

Producción periodística: Santiago Serra.


sábado, 26 de octubre de 2013

Palabras de libertad... De Alguna Manera...


Palabras de libertad...


Las denuncias por casos contra la expresión libre en el país llegan a la CIDH. Periodistas van a la OEA.

El viernes próximo a las 15.15, en la sede de la Organización de Estados Americanos, 1989 F Street NW, Washington DC, ocurrirá un hecho inédito en los treinta años de la democracia argentina. Siete periodistas expondrán ante la audiencia otorgada a tal efecto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre “las distintas acciones adoptadas por el Estado argentino que, a nuestro juicio, implican serios retrocesos en la vigencia del derecho de libertad de expresión en la Argentina. Estimamos que sólo el diligente actuar de ese organismo podrá poner límite a las condiciones de creciente hostilidad impulsadas por las autoridades gubernamentales nacionales, que afectan seriamente el ejercicio del periodismo independiente”, según expresa textualmente el documento.

Me gusta decir que el principal insumo del periodismo no es la noticia. Es la libertad. Con libertad se puede hacer un periodismo bueno, malo o regular. Pero sin libertad sólo es posible hacer propaganda. Y eso es lo que buscan los gobiernos autoritarios: controlar todo y que nadie los controle a ellos. Domesticar a los periodistas para convertirlos en propagandistas. Eso es intolerable para una democracia plena y republicana. La libertad debe ser defendida con uñas y dientes frente a cualquier gobierno o cualquier poder. Hay que levantar la bandera de la libertad, y no importa si el gobierno que la quiera pisotear es de derecha o de izquierda, o si los censuradores son los dueños de los medios o los grandes empresarios. No hay periodismo sin libertad.

La década ganada por los Kirchner fue el momento de menor libertad de prensa en la Argentina desde 1983. Néstor y Cristina pusieron en marcha un plan sistemático para eliminar las críticas y utilizaron el aparato estatal para atacar a periodistas independientes. Y apelaron a todos los mecanismos posibles.

Una lista incompleta debe incluir la acción directa con agresiones físicas e insultos, la difamación y la estigmatización constante desde los medios estatales y paraestatales, las acusaciones falsas de los peores delitos, como “golpistas”, “sicarios” y “criminales”, la privación arbitraria de la pauta oficial, el cepo publicitario y las presiones hacia los anunciantes privados, el apriete a los dueños de los medios para que despidan o no renueven contratos, la mussoliniana pegatina de afiches con el rostro de periodistas que luego fueron sometidos a una parodia de juicio popular en la plaza pública, la incitación a niños y militantes a que escupieran esas fotos, la saturación de comentarios insultantes mediante una brigada de mercenarios por internet, la utilización de la ex SIDE y la AFIP, con escuchas ilegales y carpetazos como instrumentos para intimidar y castigar, la prohibición de publicar las cifras del verdadero costo de vida y la querella a las consultoras que se atrevieron a hacerlo, y la conformación de un oligopolio amigo del gobierno con subsidios millonarios que pagamos todos; éstos son sólo algunos de esos atropellos autoritarios.

Son acciones que podríamos agrupar bajo el rótulo de “patoterismo de Estado”.

Los siete periodistas de los más diversos medios, hartos de tanta persecución, que hicimos este reclamo en defensa propia, de muchos otros colegas y del derecho de los ciudadanos a ser informados con transparencia somos Magdalena Ruiz Guiñazú, Nelson Castro, Joaquín Morales Solá, Pepe Eliaschev, Luis Majul, Mariano Obarrio y quien esto escribe.

El próximo 1º de noviembre, en el Salón Rubén Darío, ubicado en el octavo piso de la sede de la OEA, durante veinte minutos se argumentará sobre todo lo denunciado. Habrá otros veinte minutos dedicados al descargo de un funcionario nacional designado por el gobierno de Cristina.

Hasta ahora no se sabe quién será ese representante. El único país que se negó a responder a una audiencia de estas características fue Cuba.

También participará Catalina Botero, la destacada relatora de libertad de expresión.

La CIDH tiene mucho prestigio y fue varias veces citada elogiosamente por la propia Cristina. En este 149º período de sesiones se tratarán denuncias sobre gobiernos de matriz ideológica antagónica, como las violaciones a los derechos humanos con los presos y las Damas de Blanco en Cuba, o la utilización de los drones, los aviones no tripulados, como armas de guerra por parte de Estados Unidos, o la situación de los detenidos en la base naval de Guantánamo. Esto demuestra que el trabajo de los comisionados no tiene un sesgo político particular y que su interés principal es preservar las libertades públicas.

Quienes padecimos la dictadura celebramos el histórico informe de la CIDH que vino a nuestro país entre el 6 y el 20 de septiembre de 1979. Para confeccionarlo entrevistaron a Jorge Rafael Videla, quien era el jefe del terrorismo de Estado, y a decenas de autoridades nacionales y provinciales, pero también a los organismos que con tanto coraje defendían los derechos humanos en las peores circunstancias y asimismo a políticos radicales como Ricardo Balbín y Raúl Alfonsín, peronistas como Deolindo Bittel y el comunista Fernando Nadra, entre otros.

Las conclusiones de la Comisión hicieron eje en el problema “de los desaparecidos”, por considerarlo entre los más graves, y exigieron que se informara el paradero de éstos, que cesara la acción represiva del Estado y que se restituyeran los niños apropiados de los detenidos políticos o los nacidos en cautiverio, entre otras denuncias que muchos argentinos no podían o no se atrevían a hacer.

Por supuesto que hay que salvar las distancias. Ni siquiera hay punto de comparación entre aquel 1979 horroroso en sus crímenes de lesa humanidad y este 2013 lamentable en su intento de instalar un discurso único y chupamedias.

Pero el valor de la libertad es indiscutible en todos los tiempos y bajo cualquier régimen.

Serrat nunca dudó al decir que “para la libertad, sangro, lucho y pervivo”, en la convicción de que si el autoritarismo resiste, hay que resistir, porque “retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida”.

Todo sea para la libertad

© Escrito por Alfredo Leuco el viernes 25/10/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 25 de agosto de 2013

Trascendencia del ego… De Alguna Manera...


Trascendencia del ego…


Lo que más abunda en el mundo, decía Frank Zappa, son el oxígeno y la estupidez. Mirar la entrega de los Martín Fierro es una prueba contundente de que, con respecto al segundo término de su frase, estaba en lo cierto. Es más, algunos ecologistas vaticinan que en breve habrá menos oxígeno, pero la estupidez sigue siendo un éxito.

© Escrito por Fabián Casas el viernes 23/08/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La entrega de los Martín Fierro parece una alucinación salida de la mente de Derek Zoolander, ese modelo cabeza hueca creado por Ben Stiller. Y, hay que reconocerlo, es muy difícil lograr sobresalir entre tantas caras nuevas y viejas, famosos, glamour y vanidad a granel. Jorge Lanata lo consiguió: su discurso al recibir uno de los muchos gauchos que le dieron alcanzó las cimas de la estupidez: “Agradezco a Lázaro Báez, Cristina Fernández, Ricardo Jaime, Hebe de Bonafini… etc., etc”.

Está claro que a Lanata no lo preocupan la desocupación, el hambre y todos los flagelos que este gobierno no puede o no quiere combatir. Lo único que le preocupa es su vanidad. Es un barrabrava de sí mismo.

Víctor Hugo Morales, a quien podríamos llamar Víctor Ego, también anda por la misma senda. Me acuerdo cuando fue invitado a presentar El dueño, el libro de Luis Majul, y se dedicó a destruirlo.

Muchos periodistas hablaron de la valentía de Morales para decir lo que piensa, como si él hubiese sido Rodolfo Walsh y Majul encarnara a la Junta Militar. Yo creo que hay tantas cosas en la vida para hacer, que ponerle ganas e ir a cagarle la presentación a un tipo que te invitó habla de cierto nivel de vanidad casi insoportable. Lanata y Morales se ponen en veredas opuestas, pero a mí me parece que su enemistad es la de ese tipo que se da en el catch, donde los luchadores no son enemigos, actúan de enemigos.