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domingo, 5 de enero de 2025

Desafío - Desgastar para no ceder... @dealgunamanera...

Desgastar para no ceder...


Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Esa parece seer la estrategia del oficialismo con sus aliados políticos para las próximas elecciones, en las que la clave volverá a ser la economía. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Fue un fin de año tranquilo. Todos los presagios de desbordes sociales fracasaron. “La gente que vive de planes sociales ahora los recibe en su totalidad sin tener que dejar el diezmo a los punteros. No es que su situación haya cambiado en lo económico. Lo que sí pasa es que se liberaron de ese yugo”, narraba un integrante de la jerarquía eclesiástica que no deja de expresar su preocupación por los altos índices de pobreza que exhibe la Argentina. Un hombre que conoce la actividad de los punteros y recaudadores del conurbano profundo se expresó en el mismo sentido: “No hay con qué presionarlos. En bastiones como La Matanza ya no es tan fácil arrear a la gente para llevarla a una marcha organizada por algún dirigente ya sea opositor u oficialista. Se ha perdido ese brazo de choque que se utilizó durante años para ganar la calle”, reconoció.

El nivel de tolerancia social puesto de manifiesto a lo largo de este año no deja de sorprender tanto puertas adentro como afuera del país. Como ejemplo vale mencionar lo que está sucediendo en el período electoral por el que está atravesando Alemania. Se habla allí del “efecto Milei” y de la motosierra como objetivos que encarna la Alternative für Deutschland (AFD), el partido de extrema derecha que viene de obtener victorias resonantes en algunas de las elecciones estaduales de ese país.

El Gobierno arrancó un año lleno de desafíos. Sin dudas, el desafío clave serán las elecciones legislativas de medio término que se desarrollarán en octubre. Habrá en el medio varias elecciones provinciales que servirán de termómetro para apreciar cuánta es la aprobación de La Libertad Avanza. Habrá que ver si Milei decide enfrentar el test electoral unido a Mauricio Macri o separado de él. La evidencia matemática –que ya se vio en 2023 en la segunda vuelta electoral– demuestra que unidos ganan, mientras que separados, no. Por consiguiente, resultan inentendibles los roces constantes que se vienen produciendo entre el Presidente y el ex. Hay –en realidad– una intención velada del oficialismo de desgastar a sus hasta ahora socios políticos, para no tener que ceder a sus demandas a la hora de conformar las listas. La intención de Milei es clara e incluye la cooptación de nombres propios de peso para vaciar de poder al partido amarillo.

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Claramente hay una mengua del poder de Macri dentro del PRO que significa, además, una verdadera lucha por mantener la existencia del partido político fundado por el ingeniero. La prueba más clara de esa situación es la decisión que tomó Jorge Macri de separar las elecciones porteñas de las nacionales. El jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sabe que, hoy por hoy, ese es el único bastión propio que tiene el PRO, atravesado por una lucha sin cuartel entre Patricia Bullrich y su antiguo jefe. Se ha tomado verdadera conciencia de que una mala elección en territorio porteño podría terminar con el partido en el suelo que lo vio nacer. Un hecho que también afecta al PRO y al expresidente es la situación que pone en la mira a Cristian Ritondo, afectado fuertemente por las sospechas de corrupción que se centran en su esposa, la abogada Romina Aldana Diago, denunciada por el abogado Jeremías Rodríguez. El Dr. Rodríguez presentó un escrito según el cual Ritondo habría incumplido la Ley de Ética Pública al omitir información ante la Oficina Anticorrupción sobre bienes que incluyen propiedades por más de dos millones de dólares adquiridas a lo largo de su matrimonio, caso que quedó a cargo del juez federal Sebastián Ramos y del fiscal federal Eduardo Taiano.

Sin duda que la suerte del desafío electoral que enfrenta el Gobierno dependerá de la marcha de la economía. Diciembre fue mejor que lo esperado. Pero tuvo puntos grises. El Banco Central, por ejemplo, tuvo que salir a vender dólares para evitar una subida mayor de la que hubo. El último jueves del año tuvo que desprenderse de más de 600 millones de la divisa estadounidense. “Fua a causa de la eliminación del impuesto PAIS”, informó el Gobierno. El hecho dejó expuesta una contradicción de Milei, que por una parte pregona la necesidad de eliminar el Banco Central y por otra recurre a él para mantener la pax cambiaria. ¿Y entonces? (sic). Sin ir más lejos, la entidad anunció esta semana que consiguió financiamiento por mil millones de dólares para reforzar las reservas. La otra gran contradicción es la fortaleza del peso, que pasó de ser considerado “excremento” a convertirse en la moneda que más se apreció en el mundo durante 2024. Vale la pena recordar la famosa frase de Carlos Menem: “Si decía en campaña lo que iba a hacer, no me hubieran votado”.

El punto clave de inflexión para la economía será el levantamiento del cepo. Es esa una condición sine qua non para ilusionarse con la posible lluvia de inversiones a la que aspira y necesita el país. No se puede caer en el mismo error que cometió el macrismo de esperar y anunciar la llegada de los famosos “brotes verdes” que nunca terminaron de germinar. ¡Atención! Eso no garantiza que, ipso facto, la Argentina se transforme en la meca de las inversiones mundiales y que esas inversiones generen el bienestar necesario para combatir la desesperante pobreza imperante a lo largo y a lo ancho del país. Hace falta que haya efecto derrame, cosa que, en el pasado, lamentablemente nunca ocurrió. El atraso de los salarios es el otro problema que preocupa –y mucho– a la administración mileísta. De la clase media hacia abajo no hay plata en el bolsillo más allá del alivio que produjo la caída de la inflación. Por eso la narrativa del Gobierno buscó instalar un espíritu triunfalista para cerrar 2024 haciendo hincapié en todas sus conquistas. Ahora busca recrear un relato similar para el primer trimestre de 2025 que le permita ganar tiempo hasta la recuperación de la economía de cara a las elecciones. Veremos si la realidad sostiene con hechos a los escribas del cambio cultural.



domingo, 15 de diciembre de 2024

Clima de Conspiración - Ya nadie es intocable… @dealgunamanera...

 Clima de Conspiración - Ya nadie es intocable…

¡Viva la libertad, carajo! Edgardo Kueider. Dibujo: Pablo Temes

El caso del senador Kueider provocó papelones entre las fuerzas del cielo y la casta, tanto kirchnerista como del PRO.

Se lee en la primera línea de “Everness” –poema de Jorge Luis Borges– lo siguiente: “Sólo una cosa no hay: es el olvido”. Parafraseando el comienzo de ese conmovedor poema, bien se podría decir: “Sólo una cosa no hay en la política argentina: el aburrimiento”.  

Eso da marco con exactitud a lo acaecido en el Senado en la sesión especial del jueves pasado, en la que se aprobó la expulsión del senador Edgardo Kueider. La sucesión de irregularidades y contradicciones –la vicepresidenta presidiendo la sesión con el Presidente ausente, por lo cual en los hechos estaba a cargo del Poder Ejecutivo; la grave inobservancia del derecho de defensa del senador eyectado de su banca; las acusaciones cruzadas entre Javier Milei y Victoria Villarruel; la posterior actitud contradictoria de los senadores de La Libertad Avanza pidiendo la nulidad de la sesión y, por ende, la expulsión del legislador entrerriano que ellos habían votado favorablemente; los senadores de Unión por la Patria impulsando la destitución de Kueider y rechazando la suspensión de Oscar Parrilli, procesado por la firma del Memorándum del acuerdo con Irán, delinea con exactitud el nivel de degradación irrefrenable que sigue exhibiendo –con pocas excepciones– la dirigencia política vernácula... Que quede claro: la suerte de Kueider está echada: más tarde o más temprano, será expulsado inexorablemente del Senado. Pero eso no quita gravedad a lo ocurrido.

Por otra parte, los hechos del jueves demuestran que en el Gobierno no hay una noción real de las consecuencias nocivas que la pelea entre Milei y Villarruel le generan. Está claro que los puentes entre ellos dos están absolutamente dinamitados. La ausencia de la vice en el discurso que por el primer año de gobierno dio el Presidente el martes 10 por la Cadena Nacional de Radio y Televisión fue muestra de ello. El ruido que produjo esa ausencia era absolutamente evitable. Era cuestión de aplicar un poco –sólo un poco– de sentido común y lógica.

Milei no quería la sesión especial del Senado. Por eso, se la culpó a Villarruel por su impericia para evitarla. En verdad, la vicepresidenta no tenía cómo hacerlo. Por eso, en estas horas de tribulaciones, hay quienes especulan con la posibilidad de que el desaguisado institucional del jueves que pone en duda la validez de la sesión del Senado, haya sido generado ex profeso por la poderosísima secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, para anular o demorar la expulsión de Kueider. Como dice el proverbio, “Se non è vero, è ben trovato”.

Verdadero o no, lo cierto es que en este clima de conspiración permanente, todo puede ser verosímil. Lo que sí es absolutamente tangible es que el Gobierno carece de una estrategia para manejar asuntos tan delicados como éste.

Como se señala más arriba, la ecuación Kueider afuera y Parrilli adentro, también representa un bochorno. El senador Oscar Parrilli, procesado por el Memorándum de acuerdo entre la Argentina e Irán, por el atentado terrorista que voló la sede de la AMIA es la constatación de la doble moral –al fin y al cabo una inmoralidad– que está en la esencia del kirchnerismo.

Cristina Fernández de Kirchner aparece como la ganadora de este grotesco. Es una victoria pírrica de poco vuelo. Puede que haya ganado un voto más en el Senado, ya que quien va a reemplazar a Kueider es Stefanía Cora, una integrante de La Cámpora. Lo que CFK no dimensiona es el deterioro que la inmoralidad de mantener a alguien tan poco presentable y desprestigiado como Parrilli le acarrea. Sigue pensando que la sociedad no cambió en nada. Por eso la foto grotesca de una supuesta unión –inexistente en los hechos– entre ella, su hijo Máximo, Sergio Massa y Axel Kicillof es la de un tren fantasma. Es el pasado que vuelve. Ni CFK ni su cohorte se hacen cargo del desastre que fue su último gobierno. Fingen amnesia y, por las dudas, en esa imagen impostada había cierta distancia entre ellos y un acartonamiento supino. La real desconfianza que se tienen entre sí, no pudo ser disimulada por la lente de la cámara.

El otro evento cargado de significado contradictorio fue la asunción de CFK como presidente del PJ. El acto en la sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en el que la exmandataria intentó reagrupar al peronismo rumbo a las elecciones legislativas de 2025 tuvo al gobernador Axel Kicillof como uno de los grandes ausentes. Tampoco hubo Marcha Peronista. La señora la desprecia, como despreció al partido durante toda su carrera política. Para matizar el encuentro, sonó la canción Fanático que Lali Espósito compuso en alusión a Javier Milei. En este caso, le sirvió de trampolín a CFK para impulsar las críticas al Gobierno.

Dijo que “la sociedad está aceptando un ajuste violento” y trató al jefe de Estado de “infantil y cholulo”. Está claro que no puede tolerar que un outsider de la política haya logrado bajar la inflación, ordenar las cuentas y, a pesar del ajuste brutal, conservar un buen caudal de imagen positiva. Los peronistas de pura cepa deberían haber tenido un poco de amor propio y evitar que la condenada los utilice políticamente una vez más. La explicación es corta y elocuente: no hay dentro del partido figuras de recambio.

En el otro extremo ideológico de la política, el PRO sigue haciendo agua. Un síntoma inequívoco de la pérdida de poder es la denuncia que recayó sobre Cristian Ritondo por departamentos y sociedades en el exterior sin declarar. Ya nadie es intocable. En el partido amarillo ven con buenos ojos la distancia de Villarruel con el primer mandatario, hay quienes ya piensan en darle asilo político si el vínculo institucional se rompiera.

Como broche de oro entre tantos papelones de la casta y de las fuerzas del cielo por igual, la Legislatura rechazó la posibilidad de sancionar ficha limpia en el ámbito de la Ciudad. Otra oportunidad perdida para elevar la calidad de la política doméstica.



viernes, 18 de octubre de 2024

Reescribir la historia… @dealgunamanera...

Reescribir la historia…

Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Los libertarios vivieron una semana de euforia, pero no deben minimizar el riesgo de fomentar tanto la división.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 12/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Fue una victoria pírrica. El Gobierno tuvo que transpirar la camiseta para evitar que la Cámara de Diputados rechazara y revirtiera el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario. Lo mismo pasó con la Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, y con el veto a la Ley de

Reforma de la Fórmula de Cálculo de los Haberes Jubilatorios. En todos los casos, el Gobierno debió echar mano a algo que en la retórica y en el pensamiento del Presidente y su círculo áulico, se desprecia y se aborrece: la negociación política. De no haber pasado, ninguno de esos tres éxitos legislativos hubiesen ocurrido.

Surge de esos tres episodios la confirmación de un rol clave por parte de Mauricio Macri, cosa que los libertarios también hubieran preferido evitar. Sin la participación decisiva del ingeniero, los dos vetos hubieran caído y tampoco habría habido Ley “Bases”. Consciente de esto, el expresidente ya avisó a su propia tropa y a los ajenos, que es la última vez que le da un cheque en blanco al oficialismo. En adelante, todo se deberá negociar, es decir que, cada uno de los proyectos que se discutan con el Gobierno deberán tener en cuenta los puntos de vista –y exigencias–  que el PRO proponga. Se acabó la pasividad. Es un decir: “hasta acá llegamos” que expresa el nivel de fastidio de Macri quien, hasta aquí, se ha sentido usado. Ya se sabe que, por ahora, no hay ninguna posibilidad de fusión entre el PRO y LLA. Hay una diferencia muy fuerte entre el expresidente y Milei. Macri aboga por el diálogo con los sectores afines de la política. Milei y su entorno, en cambio, no. Desprecian esa herramienta. Ese es un problema grande. Si bien, tras lo ocurrido en la Cámara de Diputados con los dos vetos, las acciones de Cristian Ritondo y Diego Santilli van en ascenso, a fin de posicionarse como interlocutores directos del PRO con el Gobierno, nadie sabe hasta dónde llegan.

Argentina necesita verdaderos estadistas capaces de gobernar para todo un país sin sembrar la discordia.

En lo concreto, el próximo hecho que requerirá de negociación será el proyecto de ley del presupuesto. Ahí se va a necesitar también muñeca política. Sin el apoyo de los sectores dialoguistas de la oposición –con el PRO a la cabeza–, la aprobación del presupuesto será una quimera. “No es momento de festejar nada, pero sí es hora de hacer valer nuestro apoyo. El Presidente debe entender que gobernar en soledad, no es posible e implica un desgaste de su figura que se sentirá más pronto que tarde” –aseguró uno de los protagonistas del equipo amarillo. Otro detalle no menor al respecto: el kirchnerismo viene fogoneando un rechazo al proyecto. Tal vez haya olvidado que en el 2010, año en que la oposición lo dejó sin presupuesto, gobernó con amplia comodidad disponiendo de la caja a su antojo y sin control. Por lo tanto, la oposición debería repensar cuán funcional o conveniente resulta su idea de dejar al Gobierno sin esa herramienta. En parte del peronismo, la UCR, todo el kirchnerismo y la izquierda, todavía se frotan las manos por los resultados de la marcha universitaria. Deberían dejar de lado la idea siempre presente de ganar la calle frente a un gobierno que, aún con sus dificultades, sigue marcando la agenda. Milei ha demostrado ser un hombre de acción, y sin una oposición seria seguirá avanzando a paso firme.

En el Gobierno se vive un momento de manifiesta euforia. El 3,5% que arrojó el de Precios al Consumidor (IPC) se recibió con una alegría que, en algunos casos, fue desbordante. Perforar el 4% se había transformado en una especie de obsesión dentro del equipo económico. Dólar y riesgo-país a la baja, y un blanqueo que supera con creces el guarismo alcanzado por el que se vivió durante la presidencia de Macri. El oficialismo no debería confundirse ni engolosinarse con esto. Cuando la gente va al supermercado o al almacén de barrio, lo que vive nada tiene que ver con la euforia. Lo que abunda allí es la penuria. Eso es lo que padecen quienes hacen malabares para comprar leche, pan, fideos, arroz, huevos, algo de carne, verduras y frutas. Todo parece un lujo. Los bolsillos siguen flacos, porque los salarios no llegan a cubrir las necesidades básicas de la mayoría de la gente. Sin reactivación de la actividad económica esto seguirá siendo así.

Ante un nuevo escenario

Mientras tanto, la confrontación no para. El acto en el CCK demuestra que el Gobierno está lanzado a la campaña electoral, dentro de una estrategia que tiene como objetivo marcar la agenda para así mantener la centralidad política.

A eso ha comenzado a dedicarse con todo ímpetu Karina Milei, quien está dando pasos concretos en el armado de su plan que tiene, como uno de sus objetivos, dar la batalla cultural. Por eso lo de ayer en el CCK sumado a la sorpresiva y súbita revalorización de Tecnópolis que, hasta hace un tiempo tenía destinos de motosierra. Los libertarios han demostrado ser pragmáticos en la reconstrucción de su propio relato. Al igual que en tiempos del kirchnerismo, pero con ideología opuesta, la obsesión por reescribir la historia está siempre presente. Los riesgos de esta conducta –al igual que aquella del pasado reciente–, tienen que ver con los vaivenes abruptos que terminarán por agrandar la grieta. Para dar esa batalla cultural enfocada en el cambio, en el Gobierno –hasta el momento– apuestan a seguir profundizando la división. En esto demuestran no haber aprendido una de las pocas virtudes que dejó el menemismo: la unidad por sobre todas las cosas.

Argentina necesita de una vez por todas verdaderos estadistas capaces de gobernar para todo un país sin sembrar la discordia entre los argentinos. El tiempo dirá si Javier Milei tiene la capacidad de serenarse para pacificar un país, que ya camina cansado entre tantas disputas ideológicas.





 



domingo, 5 de mayo de 2024

El Gobierno. Vieja casta, viejos vicios… @dealgunamanera...

El Gobierno. Vieja casta, viejos vicios…

La ‘voz’ de los libertarios, Nicolás Posse. Dibujo: Pablo Temes.

Los primeros meses de gestión tuvieron elementos en común: falta de operatividad y destrato a los profesionales que se incorporaron.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hubo aplausos en la reunión de gabinete del jueves pasado que formalmente encabezó el jefe de Gabinete, Nicolás Posse –más conocido como “el Mudo”, según el apelativo de amplia circulación por los pasillos del poder– pero que, en los hechos, fue manejada por “el Jefe”, es decir Karina Milei. Las internas en el seno del Gobierno se incrementan día a día.

Las críticas al jefe de Gabinete son continuas. Habrá que prestarle atención a la exposición que hará en los próximos días en la presentación del informe que debe hacer ante los senadores. Su figura se ve opacada por la intensidad de Santiago Caputo, que ha conformado un tándem con el ministro del Interior, Guillermo Francos. Ambos tuvieron un rol destacado en las conversaciones con los sectores dialoguistas de la Cámara baja. Las internas no solo se viven en el seno del Poder Ejecutivo. En el Congreso, el oficialismo muestra pujas por doquier. Por eso el bloque está tan deshilachado como producto de relaciones humanas muy complejas. “Todo se hace más difícil cuando la cúpula del poder parece estar blindada por dos o tres personas y las órdenes se bajan verticalmente, como si fuésemos soldados. Está claro que alguien debe tener la última palabra pero el ejercicio de la cohesión y la camaradería sigue estando ausente”, graficaron en el despacho de un legislador. Esto no será un problema mayor mientras los resultados sigan siendo positivos pero puede resultar un boomerang en época de vacas flacas.

Algo más que discursos

El motivo de la euforia actual fue la media sanción que la Cámara de Diputados le dio al proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. La así llamada “ley ómnibus”, devenida en “ley minibús”, constituye el instrumento esencial que necesita el Gobierno para avanzar con su gestión. “Lo que se aprobó es lo posible”, reconoció un conspicuo miembro del Poder Ejecutivo. Ese es un dato de la realidad política que refleja los límites que tiene Javier Milei. La expresión más brutal de ese hecho la reflejó Federico Sturzenegger –el padre del mamotreto hecho proyecto de ley–, que puso blanco sobre negro lo que representa lo aprobado en la maratónica sesión legislativa del martes: sindicatos 1-Milei 0.

Efectivamente, el corazón de la reforma laboral se fue a la basura. Los sindicatos festejaron en silencio la continuidad de los aportes solidarios que cada trabajador debe hacer a su gremio aunque no esté afiliado. Lo mismo ocurrió con la ausencia de sanciones a los bloqueos empresariales. Entre otras cosas, la llamada caja sindical ha quedado intacta. “Ese era el límite para garantizar la paz en la calle. Más allá del paro agitado por Pablo Moyano, los muchachos se quedaron más tranquilos”, atinó a decir una fuente cercana a la CGT sin ponerse colorada. Para que se vea con mayor claridad. El último borrador incluía un capítulo laboral muy parecido al DNU 70, por eso los sindicalistas exigieron encontrarse con Santiago Caputo y con el diputado Miguel Ángel Pichetto, y acordaron la marcha atrás del oficialismo. Los artículos de modernización laboral eran 58 y quedaron solo 16, sin la presencia de los puntos objetados por la CGT. No significa que lo que quedó no sea importante. Lo que sobrevivió fue el intento de quitarles a esos dirigentes sindicales el privilegio y el poder que les da el manejo de las multimillonarias cajas de las cuales viven y con la cuales mantienen su poder. Ese era un objetivo importante de la reforma que, una vez más, quedó archivado. Es lo mismo que les pasó a los expresidentes Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.

La media sanción del proyecto de ley fue producto de la negociación. Es otra de las moralejas que dejó el trámite parlamentario. El agradecimiento del presidente a Miguel Ángel Pichetto, a Cristian Ritondo y a Rodrigo De Loredo es una muestra inequívoca de ello. Pichetto está llamado a tener un creciente protagonismo a lo largo del mandato de Milei. Por las dudas, ya se ocupó de quitarle dramatismo a la posible vuelta a Diputados del proyecto de ley si es que en el Senado se aprueba con modificaciones.

Disonancia cognitiva

La negociación en la Cámara alta será ardua. El kirchnerismo se juega una carta clave: si alguno de sus integrantes no cumple con la orden de cerrar filas que ha bajado Cristina Fernández de Kirchner, la mengua de su poder se acentuará. Su reaparición en Quilmes mostró esa decadencia y una necesidad, cuya consecuencia es la interna que crece con Axel Kicillof, a quien se encargaron de ningunear, impidiéndole estar en el escenario para que no pueda ganar protagonismo. El kirchnerismo duro está malherido y sus movimientos internos apuntan a la cristalización de una nueva figura que, por ahora, se parece bastante al gobernador de la provincia de Buenos Aires. No está dicha la última palabra pero la puja con Máximo Kirchner sigue abierta y las desprolijidades en el seno de núcleo K continúan a la orden del día.

Tampoco en el oficialismo son demasiado puntillosos. Los primeros meses de mandato han dejado un denominador común en distintos ministerios: falta de operatividad y destrato por los profesionales que se han incorporado. En algunos casos las mañas de la política sucia propia de la casta que se dice combatir recayeron en gente calificada a quien se utilizó deliberadamente para ajustar personal, ordenar secretarías y direcciones, y luego fue dejada en la calle para que sus puestos sean ocupados por los amigos del poder. Más casta no se consigue.

Cuando la política se humanice, los viejos vicios podrán empezar a cambiar de verdad.



    


domingo, 10 de marzo de 2024

Un fiscal implacable… @dealgunamaneraok...

 Un fiscal implacable


Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Así actúa la sociedad, atenta a que se cumpla todo lo prometido. La paciencia no da para mucho más.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 


Nicolás Posse le estrechó la mano a cada uno de los gobernadores y vicegobernadores que asistieron a la reunión del último viernes convocada por el Gobierno. Para todos ellos fue la primera vez en que tuvieron la oportunidad de conocer y escuchar la voz del jefe de Gabinete, que se sentó en la cabecera de la larga mesa por la que se distribuyeron los asistentes. 
El ministro del Interior, Guillermo Francos, se sentó a la derecha de Posse. Y a la derecha de Francos se sentó Axel Kicillof. Uno y otro habían cruzado chicanas mutuas a lo largo de la semana. Durante las cuatro horas que duró la reunión en cuestión, todo eso pareció quedar olvidado. De todas formas, no viene mal señalar la incontinencia verbal del preferido de la ex vicepresidenta Cristina Kirchner.

Hace algunos días había acusado al Gobierno de montar encuentros marketineros y soltó una frase socarrona: “Si no llegamos, arranquen nomás”. Algo similar ocurrió a lo largo de su corta historia política como ministro y gobernador. Profirió largas peroratas en contra del capitalismo, el Fondo Monetario Internacional, la deuda externa y la privatización de las empresas del Estado, y terminó siendo un gran pagador, contrariamente a lo que suponía toda su puesta en escena. El caso emblemático fue la estatización de YPF: un error suyo y de su jefa política que le costó una suma multimillonaria a la Argentina.

La número dos del FMI quedó sorprendida y preocupada con lo que vio y escuchó

A la reunión con los gobernadores la precedieron dos encuentros igualmente importantes que tuvo a Francos en la Casa Rosada. El primero fue el jueves con Cristian Ritondo y Rodrigo De Loredo. Ritondo es el jefe del bloque del PRO y De Loredo, el de la UCR. El viernes por la mañana, el invitado fue Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque de Hacemos Coalición Federal. Con todos ellos, Francos testeó las reales posibilidades de aprobación del proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. De los tres obtuvo respuestas similares: una delegación de poderes podría ser aceptada y aprobada con los votos de los sectores dialoguistas. En cambio, la restitución del impuesto a las ganancias y la nueva fórmula del cálculo de las jubilaciones, no.

El comienzo fue bueno. En la reunión con los gobernadores el clima fue cordial, aun cuando no faltaron momentos de intensidad en la discusión entre las partes. Uno de los mandatarios provinciales dijo una frase que resonó fuerte en ese ámbito austero en el que lo único que se sirvió fue agua: “Hay que salir de las redes sociales y buscar dialogar”. Hasta aquí, es una recomendación que el Presidente no ha aceptado. ¿Cambiará?

El Gobierno necesita que se apruebe la ley ómnibus cuanto antes. Si no lo logra, las cosas se le van a hacer muy cuesta arriba. Y para obtener los apoyos suficientes en el Congreso necesita negociar. Es algo que surge de la realidad y sobre lo que se le insiste al ministro de Economía, Luis Caputo, cuando participa de foros económicos internacionales o cuando se encuentra con Gita Gopinath, la subdirectora gerenta del Fondo Monetario Internacional, de estrecha cercanía y máxima confianza del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Una ley basada en el consenso es mucho más fuerte que una normativa arrancada entre gallos y medianoches.

Se abrió una puerta

Hubo alguna expectativa acerca de la posible presencia de Milei en la reunión de los gobernadores. Era la foto que los grupos empresariales hubieran deseado. Cuando hablan con potenciales inversores extranjeros que muestran interés por desarrollar negocios en nuestro país, el tema de la ausencia del diálogo surge de inmediato. Es un asunto que los inquieta. Nadie quiere invertir dinero en un país que siempre has estado lejos de ser normal. Otra preocupación, tanto de los hombres de negocios como del oficialismo, es obtener el visto bueno del GAFI.

El Grupo de Acción Financiera Internacional ya se encuentra en nuestro país capacitando al Estado para la evaluación de los estándares de calidad en la lucha contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo. Un resultado negativo dejaría nuevamente al país en la lista gris del organismo, lo que impactaría de manera negativa a la hora de hacer negocios con el resto del mundo y, si fuera necesario, obtener financiamiento externo.

Sin embargo, los problemas domésticos vuelven a colocarse por encima de los intereses soberanos. Argentina necesita imperiosamente modificar la Ley de Prevención de Lavado de Activos. Es una exigencia del propio GAFI. Aunque parezca mentira, el proyecto de ley, que ya tiene media sanción de la Cámara baja y un dictamen de comisión favorable en el Senado, aún no ha podido ser tratado en la Cámara alta. ¿Los motivos? Peleas internas en la distribución y reparto de comisiones y la mano de algunos gobernadores para que sus senadores no voten el proyecto como forma de presionar al Ejecutivo en la pelea por la coparticipación, entre otras cuestiones insólitas. El plazo máximo para renovar la ley de Plaft es el 26 de marzo, sin esa ley el Gobierno deberá recurrir a un DNU para satisfacer las exigencias del organismo internacional. El problema es que gran parte del contenido de la ley –como por ejemplo la modificación de los tipos penales– no puede salir por decreto. El país vuelve a quedar preso de los dirigentes que no saben ordenar sus prioridades o, peor aún, lo saben y optan por no soltar sus privilegios.

Hablando de privilegios y de falta de visión de la realidad, ha resultado inentendible el aumento que fue otorgado a diputados y senadores a partir del acuerdo paritario firmado con los gremios de los empleados legislativos y que significó un aumento del 30% en sus dietas. Más “casta” no se consigue. Martín Menem en la Cámara baja y Victoria Villarruel en la alta no tuvieron el sentido común necesario para frenarlo y obligaron al Presidente a pedírselo públicamente. Javier Milei estaba furioso.

No se pueden cometer errores de tamaño semejante mientras el ajuste devora los bolsillos de trabajadores que no llegan a fin de mes. Por la naturaleza del ajuste que se ha autoimpuesto para ordenar el desastre fiscal –en buena hora– el Gobierno está obligado a no volver a cometer este tipo de errores no forzados. Hay demasiada sensibilidad en la sociedad toda, que actúa como un fiscal implacable, verificando que se cumpla con lo que le han prometido. La paciencia no da para mucho más.



   

sábado, 3 de febrero de 2024

Ley Ómnibus: uno por uno, cómo votó cada diputado y cada bloque el proyecto de Milei... @dealgunamaneraok...

Ley Ómnibus: uno por uno, cómo votó cada diputado y cada bloque el proyecto de Milei. 

La Cámara Baja aprobó en general el proyecto de "Ley Bases" enviado por Milei. Imagen: Prensa Diputados. 

El oficialismo consiguió la aprobación con el apoyo de la oposición dialoguista. El trámite parlamentario tendrá una segunda etapa el martes desde las 14.30,  con el tratamiento en particular de cada artículo.   

© Publicado el viernes 02/02/2024 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.    

En una sesión que quedará marcada en la historia legislativa de Argentina, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría (144-109) la Ley Ómnibus, una legislación integral que aborda una amplia gama de temas cruciales para el país. La votación fue respaldada por los referentes de Hacemos Coalición Federal, encabezados por Miguel Ángel Pichetto y Ricardo López Murphy. También lo acompañó el sector de la UCR liderado por el cordobés Rodrigo De Loredo, y el bloque del PRO, representando por Cristian Ritondo. El debate parlamentario tendrá una segunda etapa el martes desde las 14.30, en el tratamiento de los puntos particulares de la norma

Ley Ómnibus: se aprobó el proyecto en general en Diputados

La Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de Ley Ómnibus enviado por Javier Milei. En este contexto el PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación acompañaron con su voto al oficialismo. 

Por otra parte, la oposición, liderada por el jefe de bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, manifestó la falta de claridad en una votación atípica por la falta de  dictamen que dé cuenta de la letra final del proyecto de la Ley Ómnibus y afirmó que "el 95 por ciento de lo que estamos acá sentados nos sabemos lo que se va a poner en consideración a la hora de votar". 

Así votó cada bloque de diputados la Ley Ómnibus:

La votación afirmativa fue liderada por diputados de Hacemos Coalición Federal, La Libertad Avanza, UCR - Unión Cívica Radical, Pro, Innovación Federal, y Avanza Libertad.


Por otro lado, diversos bloques y diputados expresaron su
rechazo a la Ley Ómnibus del gobierno. Entre los partidos que votaron en contra se encuentran Unión Por La Patria, Frente de Izquierda y de Trabajadores y Hacemos Coalición Federal.

El resultado de la votación reflejó la diversidad de opiniones y enfoques dentro del ámbito legislativo respecto de una ley que da amplias libertades al presidente para definir políticas en áreas clave.

Las bancadas que facilitaron el trámite parlamentario confiaron en que en el tratamiento de los aspectos particulares haya acuerdos. Sectores del PRO y del radicalismo destacaron la necesidad de hacer cambios en algunos puntos, como las privatizaciones, el impuesto PAIS y el endeudamiento.

La discusión en torno a la "Ley Bases" continuará el martes próximo, mientras se esperan más reacciones de diversos sectores de la sociedad.