Negociaciones - Era de contradicciones en el seno del poder de LLA…
La irrupción de Adorni y Santilli en un rol negociador no termina de hacer más fluido el diálogo con otros sectores.
Escrito por el Doctor Nelson Castro el domingo 23/11/25 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Son días de negociaciones políticas febriles. Es una dinámica poco vista
a lo largo de los dos primeros años del gobierno de La Libertad Avanza. “Es
distinto de lo que pasaba cuando hablábamos con Francos”, señalaba esta semana
uno de los representantes provinciales que participan de esta ronda de conversaciones.
En verdad, el problema no era el exjefe de Gabinete; el problema era Javier
Milei.
Era él quien no cumplía con lo que se prometía en esos encuentros. Esa
actitud del Presidente parece haber cambiado después del 26 de octubre. Es que
el triunfo electoral lo dio no solo la reconfirmación de su poder sino también
la comprensión de que el camino de la confrontación puede servir para ganar una
elección, pero no para gobernar. No ha sido menor para arribar a esa conclusión
la posición del gobierno de los Estados Unidos, cuyo apoyo fue clave para
generar el marco de estabilidad económica que hizo posible superar un estado de
zozobra que estaba poniendo en riesgo tanto la economía como la gobernabilidad.
“Al Presidente no le quedaban muchas opciones: o cambiaba y abría la cancha o
la gestión se le iba a hacer cuesta arriba, aun con el buen resultado
electoral”, sentenció un allegado a un gobernador del Norte.
El rol de Guillermo Francos ha pasado ahora a ser desempeñado por el
ministro del Interior, Diego Santilli. Por ahora, Manuel Adorni acompaña.
Santilli, formado en el peronismo, tiene el know how que exige su cargo.
Siempre ha sido un hombre hábil, con soltura política y capacidad de
negociación. Los que conocen las internas del Gobierno señalan que esa
capacidad de dialogar y de entender el quid de la negociación política está
inquietando al ministro de Economía, Luis Caputo. Los gobernadores piden plata
a cambio de apoyar las reformas que pretende implementar Milei. Es lo que hacen
siempre, gobierne quien gobernare. Esa metodología disgusta profundamente a
Caputo quien, en estas horas, salió fuerte en las redes a desmentir un artículo
publicado en The Wall Street Journal en el que se informaba que la asistencia a
la Argentina por parte de los bancos estadounidenses rondaría los 5 mil
millones de dólares y no los 20 mil millones que se habían anunciado. “Nunca
hablamos con los bancos de un rescate de 20 mil millones. Es una operación más,
con la sola intención de generar confusión”, escribió. Ante tal manifestación,
fue imposible no recordar que, hace tan solo un mes, el ministro dijo en LN+
que había “un swap de 20 mil millones. Y estamos trabajando en otra facilidad
por otros 20 mil millones, y ya lo dijo el secretario del Tesoro” (sic). Caputo
se siente con el poder suficiente como para aspirar a que toda negociación
política esté lejos de incomodar o poner en riesgo sus objetivos. Es lógico,
luego de tantos elogios derramados por el primer mandatario.
Hoy más que nunca SuscribiteEs decisiva la
floja imagen del primogénito de los Kirchner en sus apariciones.
En medio de esta circunstancia, las internas dentro del oficialismo
están lejos de haber cesado. Karina Milei avanza mientras Santiago Caputo
retrocede. La hermana del Presidente está empeñada en moverse intensamente en
lo que es su objetivo: la conformación del partido a nivel nacional. La
prioridad absoluta es la elección presidencial de 2027. El Jefe necesita seguir
acumulando poder a nivel federal para contar con apoyo local en cada una de las
provincias. Hay quienes dicen que aprendió la lección y que ya no busca
confrontar en aquellos territorios donde le resultaría más fácil apoyarse en
aliados circunstanciales. Solo el tiempo se encargará de mostrar si este cambio
de actitud es realmente cierto. “Karina aprendió muy rápido a construir y
manejar el poder. Lo ejerce de forma bastante brutal y siempre se ha sentido
más cómoda sin ceder un centímetro de terreno. Difícil que eso cambie”, aseguró
un opositor moderado que tuvo que padecerla en carne propia.
La ventaja crucial con que cuenta el oficialismo a la hora de afianzar
su poder es que tiene enfrente a un peronismo desmembrado e incapaz de
encontrar una figura detrás de la cual encolumnarse. Axel Kicillof no termina
de convencer y, a estas alturas, se parece más a una figura de transición que a
una oportunidad de peso con chances reales de competir en 2027. Los problemas
que atraviesa la Provincia y la necesidad de conseguir financiamiento para
hacer frente a sus propios vencimientos desnudaron las internas que condicionan
al gobernador; en primer lugar asediado por La Cámpora. El mandatario
provincial no hace caso a los incrédulos y sigue adelante con su juego de
confrontación directa con Milei. La interna entre los Kirchner y el ex mimado
de la señora condenada sigue teniendo de rehén al peronismo bonaerense. “No
podemos continuar viviendo del pasado; hasta que no nos saquemos de encima el
relato de los tiempos grandiosos de Cristina, el partido no terminará de salir
del pantano y no tendremos la oportunidad de ser competitivos ni ahora ni en el
27”, graficó uno de los intendentes que le sirven de soporte al gobernador. El
territorio sigue siendo la apuesta más fuerte de Kicillof, dispuesto a enterrar
a su otrora jefa política. La intrascendencia de Máximo Kirchner al frente del
PJ local condiciona sus posibilidades en las próximas elecciones por el control
del partido. La paciencia se terminó y la floja imagen del primogénito de los
Kirchner en sus últimas apariciones públicas fue decisiva.
Hace solo algunos meses, La Libertad Avanza no imaginaba el cierre de
año auspicioso que tendrá. Una oportunidad única que el presidente Milei no
debería dejar pasar.







































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