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miércoles, 24 de enero de 2024

Reflexiones. No reír, no lamentar, no detestar, tratar de entender… @dealgunamaneraok...

No reír, no lamentar, no detestar, tratar de entender…

Democracia. Fotografía: Marie Claire.

El sistema democrático, las pasiones humanas, una política de bloques y un conjunto de decisiones que conducirán a una u otra orilla. ¿Cómo una sociedad puede aumentar su potencia en acto?        

© Escrito por Fernando Miranda (*) el martes 23/01/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

La frase del título es de Baruch Spinoza (1632-1677) el notable filósofo nacido en Ámsterdam y fallecido en La Haya, que sostuvo en el siglo XVII que el mejor sistema político era la Democracia, porque en él los seres humanos, no perdían su potencia en acto.

Y las palabras del título se refieren a las pasiones humanas, a las que nos afectan y a las que a su vez afectamos y el entender lo que Baruch valoraba en grado sumo, o sea el Entendimiento, el saber comprender entre líneas lo que va pasando y lo que nos pasa a los seres humanos a través de nuestro espacio-tiempo.

Es curioso que en los dos resúmenes que sobre política y sobre economía publicara el Diario Perfil, como extractos de los reportajes que realizara Jorge Fontevecchia, las ideas que se muestran contradicen en general lo enunciado por la actual administración.

Por ejemplo, en el área política la presencia del Estado está presente en forma clara y distinta, como lo confirmara Andrés Oppenheimer en los países escandinavos, donde las áreas comunitarias ratifican el Estado de Bienestar y nadie pretende escapar a la regla impositiva, que los que más ganan, más pagan.

Hamlet en la Pampa Húmeda

El orden liberal democrático en lo político no está puesto en cuestión, Dinamarca por ejemplo esbozó ese orden pacífico, nada menos que 1810, y la presencia femenina es constante en los países del Norte de Europa; no la de los machos alfa.

Recordemos que el socialismo llamado real, encarnado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y sus aliados dejó de existir prácticamente en el planeta, con la caída del Muro de Berlín, persistiendo sólo como formas sobrevivientes en dos países tan disímiles, como la Cuba bloqueada desde los 60 y la nuclear Corea del Norte.

“Zorros libres en gallineros libres”

Con respecto al área económica son sorprendentes las diferencias con la actual administración.

Todos señalan una política de bloques, en consecuencia, la ausencia de Argentina del BRICS a la que fuera invitada, es inentendible, teniendo en cuenta que China, Brasil e India, tres de sus socios fundadores, son nuestros principales socios comerciales y a nadie en el planeta Tierra se le ocurre limitar el comercio por razones ideológicas.

Que, a su vez, habría irritado sobremanera al hipercitado Juan Bautista Alberdi y también, desde ya, la cesión temporal al Ejecutivo de poderes extraordinarios, o sea, la suma del poder público, fulminada en todos nuestros textos constitucionales con el claro rótulo de infames traidores a la Patria, a los que los concedan.

Greta Thunberg y Dalí tienen razón: los relojes se derriten

Los pensadores económicos insisten en estabilizar la inflación antes de disminuir el déficit y que las tasas de interés sean invariablemente positivas y ponen como ejemplo de empuje estatal a Alemania, la locomotora de Europa, con su apoyo permanente a sus pequeñas y medianas industrias que son ayudadas financieramente y que representan el 70% de la extraordinaria industria alemana.

Y como sostuviera Jorge Fontevecchia, largamente en los últimos tiempos, la fórmula renana: “Estado todo lo que sea necesario y Mercado todo lo que sea posible”, o sea, un equilibrio dinámico, barre totalmente con el doble imaginario fundamentalista de Estado Totalitario o Mercado Totalitario.

Esto último a ultranza desembocaría en lo que J. Paul Samuelson, el Nóbel norteamericano en Economía, denominara en una cáustica frase: “Zorros libres en gallineros libres” y que completara diciendo provocativamente, que cualquier loro podría llegar a ser economista repitiendo hasta el cansancio, simplemente “oferta y demanda “y “oferta y demanda” ….

Además, significaría para la República, aceptar la tesis de Thachter que no existe la Sociedad y sólo los individuos y que los kelpers puedan resolver sobre Malvinas.

Entre el Eros y el Thanatos.

Por ello la Argentina, no hay duda en ello, debe preservar su acervo artístico, cultural, científico y tecnológico y promover a los actores de estos cuatro elementos fundamentales de su historia y proteger su financiamiento, lo contrario es repetir la muy triste historia del Proceso en esos cuatro campos con el exilio, la desaparición de personas, y la censura previa sobre nuestra creatividad nacional.

Diana Sperling: "El humano necesita del prójimo para progresar"

Y es ofensivo que sea, ni siquiera pensado y una gratuita ofensa a la histórica generación del 80, la idea de privatizar el Banco Nación, creación del eminente Carlos Pellegrini que sostuviera que Argentina no podía “seguir dependiendo de las nubes”, ya que fuera paladín de la industria nacional, haciendo nacer al Nación como emblema de la industria y del crédito destinado a nuestro propio desarrollo.

Como es absolutamente no creíble, la privatización de YPF, dueña del segundo yacimiento de gas en el mundo, una superficie de Bélgica en su subsuelo, con la posibilidad cierta, dado el gasoducto construido en 2022, y la reversión del gasoducto norte para nuestras provincias y exportar gas a Brasil, para ir desembocando en las propias fábricas de gas licuado para el resto del mundo.

Es decir, nos faltan divisas por la desidia que se ha mostrado para salir del modelo agro importador, denunciado por Frondizi y Frigerio, el abuelo del actual mandatario de Entre Ríos, hace 60 años; por la incompetencia en estudiar y resolver la problemática argentina a través de los años y por aferrarse demasiadas veces a las ideologías como ideas imaginarias, o sea, fantasmas de la realidad.

En la extraordinaria biografía que sobre Sigmund Freud realizara la psicoanalista Roudinesco, se cuenta un diálogo entre Napoleón que deseaba conocer al autor del Fausto, al más grande hombre de Alemania, el spinozista Goethe, y éste le dijo al Emperador: “Es el Destino” y el nacido en Córcega le contestó: “No, es la Política”

Li Wen Liang, las Malvinas y el anillo de Spinoza 

Y aquí y ahora podemos recordar otra frase que en su momento Bonaparte dedicara a los Borbones, pero que podría aplicarse también a nuestras repeticiones históricas, cuando les recordara: “No han aprendido nada, no han olvidado nada” …

Porque podremos elegir, afirmaba el argelino Albert Camus, al recibir el Premio Nóbel de Literatura, entre: “representar al Poder o a los que sufren el Poder” …

Y sería saludable tomar en cuenta todas estas palabras, porque no tenemos ningún Destino Manifiesto; es la Política, la cosa pública, o sea, la res pública; la República, que construimos entre todos nosotros, la que será conducirá a una u otra orilla.

Porque finalmente la orilla a que arribemos dependerá del bote que tomemos y como el vienés Sigmund Freud le advirtiera a Albert Einstein, hay dos navíos posibles: el del Amor, la Amistad, la Generosidad, la Alegría o sea el Eros, o la embarcación del Odio, la Intolerancia, la Indiferencia y la Guerra que es el Thanatos.

Y los seres humanos estamos condenados a elegir, sostenía el francés Jean Paul Sartre y saber a cuál alimentamos momento a momento, porque ambas orillas y ambas pulsiones están presentes, aquí y ahora, en todo nuestro Espacio-Tiempo.

(*) Doctor y docente en Medicina. Licenciado en Ciencia Política, UBA. Ex investigador CNEA. Miembro del Consejo de Paz de la República Argentina. Músico.



    

miércoles, 3 de enero de 2024

Menos democracia no es más libertad… @dealgunamaneraok...

Menos democracia no es más libertad…

Megaproyecto. El ministro del Interior, Guillermo Francos, entrega al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, la propuesta del Gobierno.

La supuesta búsqueda de «la libertad de los argentinos», como define el proyecto de Ley «Ómnibus» enviado por el presidente Javier Milei al Congreso, es presentada como justificación para promover un drástico giro, de carácter claramente regresivo. Lo que se busca, en realidad, es un cambio estructural profundo en el actual funcionamiento de la sociedad en diversos ámbitos, sin que la mayor parte de las medidas propuestas signifiquen mejoras en las condiciones de vida de los sectores populares. Todo lo contrario.     

© Escrito por Carlos Heller el domingo 31/12/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Tanto la iniciativa, como el decreto de necesidad y urgencia (DNU) presentado la semana anterior, alientan modificaciones de extrema gravedad, dado que suponen el recorte de las libertades públicas y apuntan a acabar con todo atisbo de un proyecto de desarrollo nacional, inclusivo y soberano.

Por más que se diga perseguir la «modernización del Estado», «la reducción de la burocracia» o «el reordenamiento de la economía y el fin de intervenciones en los mercados», lo cierto es que se despliega una batería que pone en serio riesgo el mismo funcionamiento de las instituciones democráticas.

Resulta difícil aceptar que existe una situación de emergencia tal que haga urgente retroceder hacia un tipo de capitalismo que supone borrar de un plumazo toda una serie de derechos esenciales, hasta arribar a una situación como la que regía en el mundo y en el país hace más de un siglo, previamente al paradigma de los Estados de bienestar.

Entre el conjunto de disposiciones impulsadas, que incluso van mucho más allá de la plataforma sostenida durante la campaña electoral, acaso lo más riesgoso es la idea de delegar amplias facultades legislativas en el Poder Ejecutivo. Lo cual, como se propone hasta el 31 de diciembre de 2025 con posibilidad de extensión por dos años, prefigura la virtual eliminación de uno de los poderes del Estado.

Así lo entendimos legisladores y gobernadores de Unión por la Patria, en una declaración de rechazo al DNU 70/2023 «porque claramente avasalla atribuciones del Congreso y vulnera la división de poderes y el funcionamiento de la República». A la vez, advertimos, la ley ómnibus «ratifica la pretensión del presidente de contar con poderes y facultades extraordinarias, que son absolutamente inconstitucionales».

Quienes tenemos presente los períodos dictatoriales de mediados y fines del siglo pasado sabemos que la ausencia del Poder Legislativo es tan grave como lo es asimismo la limitación al derecho de reunirse y a manifestarse. O el establecimiento de sanciones para los organizadores de protestas que obstaculicen el espacio público.

Podemos preguntarnos, además, qué libertad es la que se promueve mediante la supresión o el desfinanciamiento de áreas culturales como el Fondo Nacional de las Artes, el Instituto del Teatro o el Instituto del Cine. Tampoco se entiende el presunto beneficio de enajenar áreas de patrimonio público, mediante la privatización de empresas emblemáticas del desarrollo nacional, como el Banco de la Nación, YPF, Aerolíneas Argentinas o las integrantes del Sistema de Medios Públicos.

El impacto social del DNU y del proyecto de ley es también contundente. Véase, por ejemplo, la propuesta de suspender la fórmula de ajuste de haberes de los jubilados, para sustituirla mediante aumentos por decreto, la extensión del periodo de prueba de los trabajadores y trabajadoras de 3 a 8 meses, el recorte de indemnizaciones, la ampliación de la jornada laboral hasta 12 horas sin pago de horas extras y la eliminación de las multas por trabajo no registrado.

Esas y muchas otras modificaciones generan gran inquietud en la población. Al punto que gran cantidad de organizaciones políticas, sindicales, sociales y culturales iniciaron un proceso de movilización en busca de proteger sus derechos amenazados.

Las manifestaciones espontáneas de los últimos días serán continuadas por el paro nacional convocado para el próximo 24 de enero por la CGT y las CTA, una instancia que preanuncia la puesta en marcha de tradicionales formas de resistencia contra un modelo antidemocrático en lo social, lo político y lo económico. 

Megaproyecto. El ministro del Interior, Guillermo Francos, entrega al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, la propuesta del Gobierno.



   

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Entrevista a Eduardo Rinesi. Las razones y los votos…

 Entrevista a Eduardo Rinesi. Las razones y los votos…


Eduardo Rinesi

¿Cómo se explica el resultado del balotaje? Lejos del recurso fácil del desprecio o la simplificación, el politólogo apuesta a interrogar el sentido del sufragio a favor de Milei.

© Escrito por Osvaldo Aguirre el miércoles 22/11/2022 y publicado en la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A horas de la elección que consagró a Javier Milei y Victoria Villarruel como presidente y vicepresidenta de la Argentina los análisis resultan provisorios. El triunfo de La Libertad Avanza estaba dentro de las previsiones, pero no con la cantidad de votos que obtuvo. En la coyuntura, Eduardo Rinesi destaca la necesidad de evitar explicaciones apresuradas y de reflexionar «sin desprecios fáciles a la inteligencia y a la moralidad de los demás y con disposición a revisar nuestros propios modos de pensar».
Rinesi fue rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento, donde actualmente es Consejero Superior y dirige la Carrera de Especialización en Filosofía Política; también integró el espacio Carta Abierta, es docente en la Universidad Nacional de Córdoba y en el Colegio Nacional de Buenos Aires y ha publicado numerosos libros sobre teoría social y filosofía política. «Enfrentamos un programa de gobierno que tendrá consecuencias destructivas para la vida social argentina», advierte.

–Después del último debate entre los candidatos hubo una expectativa por las chances de Massa que finalmente hizo más categórico el resultado de la elección. ¿Cómo observas la composición del voto a Milei?
–Está claro que hay muchas cosas que no vimos. Una es la que vos decís: el salto entre los argumentos presentados en un debate y la decisión de voto de la gente. Otra: creo que nos dejamos entusiasmar por el hecho de que una cantidad de organizaciones, instituciones y colectivos se habían expresado muy contundentemente en contra de Milei y en muchos casos a favor de Massa, porque pensamos que esas manifestaciones iban a determinar las decisiones individuales de los miembros de esos colectivos, o expresaban sus opiniones personales, mucho más que lo que lo hicieron. Fue un latiguillo repetido el de que a Milei lo votaban los repartidores de pizza; pero eso no explica el 55% de los votos con los que ganó.

–¿Qué se agregó a esa base de votantes?
–Todo esto es en borrador, a horas del escrutinio. Pero me parece que hay que sumar a lo que ya sabemos sobre la «desafiliación» de mucha gente (la palabra es de Robert Castel, y entre nosotros la usó Denis Merklen para pensar el 2001 y el 2002) respecto a las formas más estructuradas del mundo laboral, político o social, otra cosa que tal vez podamos llamar la «desafección» de millones de personas que sí forman parte de esas estructuras, pero que no necesariamente piensan o actúan como las declaraciones públicas de las dirigencias de esos colectivos nos podrían hacer pensar que deberían hacerlo. Digo: ni los hinchas de fútbol votaron como parecía sugerir que iban a hacerlo la declaración de la dirigencia de la AFA ni los estudiantes y los trabajadores de nuestras universidades votaron como parecía indicar que iban a hacerlo según la declaración que sacó el Consejo Interuniversitario Nacional.

«No diría que este es un país de desmemoriados, de reaccionarios ni de tontos. El voto en esta elección debe ser motivo de una reflexión mucho más serena.»

–¿Qué votó el que eligió a Milei?
–No lo sé. Sí sé que debemos evitar suponer que votó un sinsentido. El voto a Milei hacía, hizo, todo el sentido para quienes lo eligieron. No supongamos que nosotros podemos responder a la pregunta por el sentido de lo que votamos al elegir a Massa con una respuesta razonable y que los que eligieron a Milei no pueden responder a la pregunta por el sentido de lo que votaron sino con insensateces. Preguntémosles. Cuando andamos por la historia suponiendo que las únicas razones son las nuestras, nos pegamos sorpresas como esta que nos acabamos de pegar, que nos llevan a condenar rápidamente como irracionales o ignorantes de sus verdaderos intereses a quienes nos revelan que el mundo era más complicado que lo que creíamos.

–En el Día de la Soberanía Nacional, Milei anunció que privatizará Aerolíneas, YPF y los medios públicos. Nadie puede decir que no cumple una promesa.
–Ese anuncio, en efecto, no nos sorprende. Lo que me parece, ya que aludís a la idea de soberanía, es que vale la pena preguntarnos por el sentido de lo que dice Milei cuando dice la palabra que funciona como eje central de su discurso: la libertad, a la que piensa en los términos de un anti-estatalismo extremo, que es el que busca realizar con estas privatizaciones que ha anunciado y, más en general, con la fuerte reducción de las funciones del Estado que se propone llevar adelante. El problema es que en el modo en que solemos pensar la idea de libertad, que hereda las grandes tradiciones liberal, democrática y republicana, la libertad requiere y no rechaza, en su defensa, la intervención del Estado. Si creemos, como nosotros creemos, que nadie puede ser libre en un país que no lo es, para que haya libertad de los individuos tiene que haber libertad colectiva del pueblo, es decir, soberanía. Ahora: Milei no cree eso (y esto es lo que tenemos que discutir con él), porque no sostiene su idea de libertad sobre ninguna de esas tres tradiciones que mencioné, sino sobre un libertarianismo radicalmente individualista que expulsa a la noción misma de comunidad de su pensamiento.

«Fue un latiguillo repetido el de que a Milei lo votaban los repartidores de pizza; pero eso no explica el 55% de los votos con el que ganó.»

–¿Qué dice la elección de un candidato de ultraderecha acompañado de una negacionista de la dictadura en el marco de los 40 años de democracia?
–La pregunta es si algo de los grandes consensos que se fueron construyendo a lo largo de estos años corre el riesgo de resquebrajarse. Si atendemos a la superficie de los discursos de Milei y de Villarruel, diría que sí. Sin embargo, no me apuraría, y esperaría a ver qué dice sobre este asunto en particular (sobre todo si el presidente electo quiere llevar al plano de las políticas públicas las consecuencias de sus postulados sobre estas materias) una ciudadanía que no me parece que haya olvidado esos consensos. Se dijo mucho en estos últimos días: el voto a un candidato no supone necesariamente la adhesión a todos y cada uno de sus postulados. Creo que Milei no lo ignora. De hecho, sus primeras declaraciones y decisiones no se refirieron a estos temas, sino más bien a la orientación que quiere dar a la política económica.

–También habló de volver a la Argentina del siglo XIX, como su utopía de Gobierno.
–La Argentina del siglo XIX quiere decir la Argentina anterior a 1916. El rechazo de Milei a los grandes partidos democráticos de masas es mucho más furioso que el de Macri. La Argentina a la que quiere volver no es la anterior al peronismo: es la anterior al voto universal. Su utopía es la de la república conservadora de la generación del 80, que es desde donde lee, por cierto, muy sesgadamente las ideas de la generación del 37 en general, y de Alberdi en particular.

«Para que haya libertad de los individuos tiene que haber libertad colectiva del pueblo, es decir, soberanía.»

–El programa del nuevo Gobierno supone también volver a la universidad anterior a la Reforma de 1918. ¿Es posible?
–Las ideas que viene anunciando Milei sobre la Universidad implican, en efecto, un gran retroceso, y son además contrarias a una ley de la nación, la de Educación Superior, reformada en 2015, que indica que no se puede cobrar por garantizar el ejercicio de lo que esa misma ley considera un derecho universal. El problema es que Milei no cree en los derechos. O solo cree (mucho: lo repite todo el tiempo) en uno, que es el derecho a la propiedad privada, que es un derecho raro, porque, en la organización actual del mundo, no es, justamente, un derecho universal, sino un derecho particular… de los propietarios. El derecho a la educación superior, en cambio, sí es un derecho universal, que es o que tiene que ser de todo el mundo, y que para que lo sea de manera efectiva y cierta reclama la intervención activa del Estado. Milei no cree que eso esté bien. El pequeño problema que tiene es que eso no es una idea de algún loquito suelto: es lo que dice el texto de una ley. Hago votos porque el Gobierno que se inicia administre el país en el respeto de las leyes.

Hotel Libertador. Primer discurso de Javier Milei tras su consagración como presidente electo. Fotografía: Télam


–Milei plantea un programa económico que remite a épocas traumáticas del pasado reciente y reivindica a Margaret Thatcher, con lo que significa respecto de Malvinas. ¿No importa la experiencia histórica en el voto?
–A pocas horas de la elección no me apuraría a decir que este es un país de desmemoriados, de reaccionarios ni de tontos. El voto en esta elección debe ser motivo de una reflexión mucho más serena. Y que debemos hacer sin automatismos del pensamiento. El pasado al que nos referimos cuando reclamamos tener memoria no forma parte de la experiencia vital de la enorme mayoría de los argentinos y de las argentinas. No me parece que debamos suponer que todo sujeto que fue a votar sea un conocedor de la historia de la Argentina anterior a su nacimiento, y eso no debe ser motivo de una rápida condena, sino de una reflexión. En todo caso, deberemos preguntarnos qué hemos hecho en relación con la transmisión de esa historia.

–¿Cómo podría comenzar la reflexión?
–Sin autocomplacencias, sin coartadas, sin desprecios fáciles a la inteligencia y a la moralidad de los demás y con disposición a revisar nuestros propios modos de pensar. Porque es cierto que fue difícil ser oficialismo en medio de la pandemia y de la sequía, es cierto que fue duro administrar un país con la deuda que el Gobierno anterior le había dejado y es cierto que la ultraderecha es un fenómeno global. Pero estas obviedades no deberían agotar nuestra reflexión: si no avanzamos un poco más que esto, estamos fritos.

–Los libertarios parecen moverse con consignas que clausuran la discusión antes que con discursos. ¿Cómo se puede debatir en esa escena?

–El Gobierno que tendremos será un Gobierno fuertemente doctrinario, que tiene un programa y que tiene una teoría. Tiene frases eficaces, desde luego, como las tuvo el peronismo y como las tiene toda fuerza política que se precie. La política siempre tiene algo de consignismo. Me cuidaría de pensar que enfrentamos un conjunto de frases sueltas y delirantes. Enfrentamos un programa que tiene una teoría. Una teoría que me parece que está mal, y cuya aplicación tendrá consecuencias que van a ser muy destructivas para la vida social argentina. Pero no diría que estamos apenas ante un conjunto de frases vacías. Eso sería muy autocomplaciente, y de autocomplacencia ya tenemos bastante. 

domingo, 5 de junio de 2022

La mano que mueve la lapicera… @dealgunamaneraok...

 La mano que mueve la lapicera… 


‘Tomá nota’ Cristina Fernández de Kirchner. Dibujo: Pablo Temes 

En el acto de Tecnópolis fue muy evidente que los avances por subsanar la fractura en el Gobierno brillaron por su ausencia.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/06/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La novela de encuentros y desencuentros del Presidente con su vice, un grotesco que parece salido de alguna de las canciones de los Pimpinela, sumó el viernes y el sábado un nuevo capítulo que –como no podía ser de otra manera– no modificó en absoluto el fondo de la cuestión. Se reencontraron luego de 95 días sin verse las caras en el acto de festejo por los cien años de YPF. Una celebración paradójica: elogios, historia y orgullo impostado para la petrolera estatal en medio de la crisis por falta de gasoil que afecta al menos a ocho provincias y complica el abastecimiento y la producción. Nada que festejar. Una muestra más de kirchnerismo en su estado puro: relato y mentiras.

 

El protagonismo fue, como siempre, de Cristina Fernández de Kirchner. Fue su yo y la historia. El síndrome de Hubris en toda su dimensión. Eso agregado a su intención de dañar. Es algo irrefrenable en la vicepresidenta. La alusión crítica a Techint, a semanas de la cena que AF tuvo con su dueño, Paolo Rocca, fue un proyectil dirigido para torpedear las negociaciones destinadas a asegurar la provisión de los tubos necesarios para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner por medio de las que, además, el Presidente busca recomponer su relación con el sector empresarial.   

 

Los reproches de la vicepresidenta fueron los mismos de siempre. Los avances por subsanar la fractura en el Gobierno brillaron por su ausencia. Cada uno ratificó posiciones, entre lapiceras, pedidos de unidad y una frialdad que se vivió tanto en el escenario como en las plateas. Las caras mustias de los ministros y secretarios de Estado que tuvieron que aguantar el acto lo decían todo. Hasta la expresión del mismo Daniel Scioli, cuya presencia allí no tenía ninguna explicación, contribuyó a ese marco de resignación y disgusto. El que mejor reflejó el tedio reinante en Tecnópolis fue el ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien sucumbió y cayó en un sueño que, según mostraron las cámaras de TV, pareció profundo.

 

“Aprendan a valorar la paciencia. Venimos pidiendo cambios desde hace mucho y no nos escuchan. Nosotros ya sentamos nuestra posición, si del otro lado nos siguen ignorando no habrá solución posible. Pedimos un cambio de jugadores y nos responden con su empoderamiento, si quieren morir en la suya que lo hagan, pero no nos van a arrastrar en su fracaso”, dispararon desde el Instituto Patria. La estrategia del kirchnerismo duro se mantiene en realidad porque no le quedan muchas opciones. La tozudez de Alberto Fernández los dejó sin aliento.

 

Ante tanto ninguneo y mentira, del otro lado del Frente de Todos Contra Todos aprendieron a no callarse. Una de las respuestas a la perorata de CFK fue un mandoble dirigido directamente a La Cámpora, la agencia de colocaciones para sus integrantes que, bajo el paraguas de un discurso con ideología y militancia, utiliza los fondos públicos para vivir bien y construir poder. Refiriéndose a la frase que la vicepresidenta le asestó al Presidente – “ya te dije Alberto que uses bien la lapicera”– el albertismo arguyó que los que no habían utilizado bien la lapicera habían sido los funcionarios de Ieasa, la sigla de Integración Energética Argentina Sociedad Anónima que hace poco volvió a llamarse Enarsa –Energía Argentina Sociedad Anónima–. Ieasa, que estuvo a cargo de la licitación del gasoducto que tuvo infinidad de idas y vueltas, es manejada por funcionarios que responden a CFK. Finalmente en los pliegos de licitación se estatuyó que la chapa a utilizar tenía que ser de 33 milímetros de espesor.

 

Esa chapa la fabrica Techint en Brasil. “Pareció una licitación hecha a medida de la empresa de Rocca”, señaló sin eufemismos una fuente de la Casa Rosada. A punto de cerrar esta columna, las consecuencias políticas de este off reproducido por parte del Ministerio de Producción y Desarrollo acaba de costarle el cargo a su titular, Matías Kulfas, quien había tomado la posta una vez más para resaltar que, efectivamente, la lapicera la tiene el Presidente y responder las críticas a la gestión económica. “Nos sentimos con una profunda desazón. Por un off que Cristina le atribuyó sin pruebas a Kulfas, Alberto lo echó de un plumazo” –expresó con desconsuelo un cercano del Presidente quien concluyó: “A partir de ahora sentimos que estamos sin respaldo”.

 

El Presidente ha empoderado a Martín Guzmán y al equipo que lo acompaña. Está decidido a ratificar el rumbo mientras CFK repite ante quien quiera escucharla que “Guzmán está terminado”. Lo mismo ocurre con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, por quien no siente ningún respeto intelectual. A la luz de lo sucedido con Kulfas, habrá que ver cuánto más pueden resistir. Más claro, agua. La mano que mueve la lapicera es la de CFK.  

 

En medio de esa decepción, hay coincidencia en que los próximos tres meses serán la bisagra temporal para que el equipo económico muestre resultados, al menos, en la contención de la escalada inflacionaria. Algo que parece bastante utópico con las pocas herramientas que manejan los encargados de pilotar la tormenta. Además es inevitable la pregunta por el después. ¿Qué hará el Presidente si las metas no se cumplen? No hay respuesta. ¿Entregará a Guzmán y a Pesce cuando el reloj de arena esté pidiendo un giro de 180 grados? No hay Plan B y quizás esa sea la venganza más dulce del Presidente. Ceder poder cuando ya no haya tiempo de maniobra. Es eso lo que desvela a la ex presidenta en funciones.  

 

Los gritos de un abotagado Dr. Fernández en el deslucido acto de inauguración de la Variante Cañuelas –obra perteneciente al proyecto de transformación de la Ruta Nacional 3 en autopista– que comprende solo 9,6 kilómetros, marcaron el comienzo de la campaña electoral. Recurrió, pues, al manual de campaña del oficialismo que indica que hay que subir al ring a Mauricio Macri. Es el “Ah, pero Macri” que usaron en el 2021 y que fracasó. En ese discurso destemplado habló de los “ladrones de guante blanco” a los que la Justicia no investiga. Errabundo en su gestión y en su decir, no advirtió que, al fin y al cabo, estaba hablando de él mismo, que fue asesor legal de Cristóbal López, quien evadió impuestos por $ 8 mil millones y acaba de ser condenado a pagar una deuda del impuesto a los Bienes Personales por $ 156 millones.

 

 

domingo, 24 de enero de 2021

Yacimientos Petrolíferos Fiscales. ¡Vamos por Todo!... @dealgunamanera...

 "Vamos por todo"… 


‘Súper’... Guillermo Nielsen. Dibujo: Pablo Temes

La designación de un “pingüino puro” al frente de la petrolera estatal asegura otra “caja” al cristinismo.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Fue este el eslogan con el cual, de manera obscena, el kirchnerismo hizo sentir su poder durante los largos 12 años que duró su primera experiencia gobernando. Fue esa una marca de aquel kirchnerato hoy redivivo. Lo inquietante es que nada de aquello ha cambiado. Los hechos lo confirman día tras día. 

Nada que sorprenda. El episodio convalidante de esta semana fue el desplazamiento de Guillermo Nielsen de la presidencia de YPF. Algún día se sabrá con exactitud por qué el renunciado funcionario, al que se le concedió el premio consuelo de la embajada en Arabia Saudita, aceptó ese cargo, que era apetecido por Cristina Fernández de Kirchner desde el vamos. Era y es sabido que la ex presidenta en funciones nunca tuvo ningún sentimiento de afecto hacia el doctor Nielsen. Más bien, todo lo contrario. Su veto fue decisivo para bochar su designación como ministro de Economía. Y por eso le coparon la empresa con dirigentes de La Cámpora, con los que casi no se hablaba, en el marco del loteo de cargos que se le impuso a Alberto Fernández. 

El principal factor que transforma YPF en objeto prioritario del kirchnerismo es el de ser una fuente enorme de dinero. Es lo que en la política se llama “la caja”, que para el kirchnerismo es una herramienta clave para la obtención de fondos destinados a la campaña electoral. Son también “cajas” el PAMI y la Anses. En ambos organismos, los cargos ejecutivos son ocupados por gente de La Cámpora. Como se ve, nada es casualidad sino causalidad. Néstor Kirchner usaba “la caja” para cooptar y/o someter a gobernadores, intendentes, legisladores, dirigentes sociales y organizaciones de diverso tipo.   

El nuevo presidente de YPF, Pablo González, no tiene la menor experiencia en el tema hidrocarburífero. Su principal  “mérito” es ser una especie de ahijado de Néstor Kirchner. Un auténtico soldado del ex presidente y un agradecido de la familia. Las voces en ese sentido son mayoría y concluyentes. 

El ex mandatario lo inició en política en el año 2000. Fue subsecretario de Recursos Tributarios de Santa Cruz durante cuatro años. Fiscal de Estado desde 2003 hasta 2007, cuando asumió como ministro de Gobierno de Daniel Peralta. Elegido diputado provincial, en julio de 2008 fue designado jefe de Gabinete provincial. Luego fue senador nacional y en 2015, vicegobernador de Alicia Kirchner. Su único antecedente en el rubro energético se registró a mediados de los 90, cuando fue director de Distrigas SA, la firma que distribuye el gas natural en Santa Cruz. 

“Acá nos conocemos todos desde hace años. Lo que aprendió en su paso por Distrigas es la gestión administrativa de la extensión de servicios de la red doméstica y que los caños eran de color amarillo”, dijo un político santacruceño que fue testigo de su ascenso. 

“Íbamos a los mismos lugares cuando éramos chicos. Es un abogado corto de palabra que no podía siquiera sostener las entrevistas amigables de los medios locales. Pero tiene lo único que Cristina y Máximo necesitan en este momento: fidelidad y devoción. Es un pingüino puro sin conocimiento del sector energético pero que entiende a la perfección la lógica del manejo del poder que ejerce la familia Kirchner. Con la salida de Nielsen, Máximo podrá terminar de consolidar la hegemonía de La Cámpora en YPF y Cristina eligió a la persona correcta para esa tarea. No es una casualidad en cuanto a la dimensión de poder expansivo: El PAMI, la Anses, Aerolíneas Argentinas y ahora YPF son las cajas millonarias que necesitan para hacer política”, agrega otro hombre de Santa Cruz. 

El poder y su laberinto. El malestar dentro del Frente de Todos continúa. El apoyo del ala albertista hacia su jefe sigue siendo incondicional pero ya no hay tanto esmero en disimular las críticas. El último episodio que detonó el equilibrio interno fue la ratificación de Victoria Donda como titular del Inadi. “Los medios tienen la costumbre de señalar a CFK como la culpable de todos los males o de las decisiones polémicas, pero fue Alberto. Él decidió sostenerla aun cuando varios funcionarios le dijeron que no debía continuar. Y no es solo Donda; últimamente los errores de la diaria que llegaron a los medios fueron por apuro suyo. Si él no se controla, qué podemos esperar de Kicillof, Daniel Gollán o Kreplak, que encima no tiene espalda para sostener las pavadas que dice”, se quejó uno de los hombres del Presidente. 

No fue el de Victoria Donda y su desvergonzado uso de los recursos del Estado el único episodio que desacomodó a Alberto Fernández. También lo fastidió la insólita carta de salutación que el canciller Felipe Solá le envió al flamante presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden. Los desaguisados de Solá tienen ya la suficiente envergadura como para que AF lo hubiera removido del cargo sin necesidad de ninguna explicación. 

Lo inaudito es que permanezca en funciones. “El problema es, que si lo echa, corre el riesgo de que el cargo vaya a parar a las manos de un miembro de La Cámpora designado por Cristina”, se sincera un funcionario con despacho en la Casa Rosada.   

Mientras tanto, el plan de vacunación suma cada semana nuevos capítulos de un derrotero errático. Hemos pasado de las dudas expuestas por la viceministra Carla Vizzotti sobre la disponibilidad de vacunas a la afirmación del ministro González García de que habrá 51 millones. De las 5 millones de dosis anunciadas por el Presidente para fines de enero, a 6 mil que llegarán el martes. “No se puede trabajar con tanta desorganización”, reconocía un dirigente de La Cámpora con funciones en Aerolíneas Argentinas, ante las dificultades que se presentan para la organización de los vuelos que deben ir a buscar las vacunas.   

Apalancado en el impacto de la pandemia, el Presidente decidió avanzar en la suspensión de las PASO, proyecto al que acompañan no solo gobernadores del FdT sino también de JxC. Las PASO deben hacerse en agosto, cuando, según las predicciones del Gobierno, una mayoría de la población ya debería estar vacunada contra el covid-19. ¿Y entonces? 

Tanto zigzag y falta de fundamentación en las decisiones de AF hacen recordar la frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. 

Producción periodística: Santiago Serra.