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domingo, 22 de septiembre de 2024

Asado con radicheta. Basta de Estudiantinas... @dealgunamanera...

 Basta de estudiantinas…

Asado con radicheta. Dibujo: Pablo Temes


La casta política debería tomarse más en serio su rol en el sistema democrático y abandonar actitudes que lo dañan.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  




Es evidente que los gremios aeronáuticos han perdido contacto con la realidad. No han dimensionado el cambio cultural que ha experimentado la sociedad. Creen que hay una actitud de apoyo a sus reclamos y de defensa cerril de Aerolíneas Argentinas. Se quedaron en el tiempo. No se dan cuenta que el capital con el que cuentan es el servicio que prestan y la calidad con que lo hacen.

En ausencia de ese servicio y en presencia de las consecuencias negativas que para los pasajeros significa tal situación, está fuera de toda lógica pensar que “la gente”, va a manifestarse solidaria o comprensiva con la dirigencia sindical. Dirigencia que, por otra parte, sigue aferrada a sus privilegios que están muy por encima de los trabajadores a los que representan y de cualquier ciudadano de a pie.

Los paros que llevaron a dejar a decenas de aviones en tierra perjudicaron a decenas de miles de pasajeros que no pudieron viajar. Es decir, las víctimas fueron los clientes de la empresa y no Javier Milei o sus funcionarios. Tamaña tropelía –reiterada con fiereza– generó una bronca en la gente que está harta de ser tomada de rehén por una dirigencia sindical pródiga en privilegios. El jefe de la Asociación del Personal Aeronáutico, Edgardo Llanos, estaba en Madrid paseando con su familia el mismo día del paro. Es una muestra más de que a los caciques sindicales sólo les interesa defender su riqueza. Por eso la compañía tuvo hasta enero último catorce gerencias, siendo que puede funcionar perfectamente con ocho, lo que representó una reducción significativa de su déficit crónico. Por eso también los sindicatos presionaron para que cerrara Latam –objetivo que lamentablemente lograron– con la secuela de centenares de empleados que quedaron en la calle de un día para el otro, cosa que nada les importó a los Biró o Mariano Recalde de la vida. Necesitaban sí o sí restablecer el monopolio de Aerolíneas, porque esto les aseguraba la supremacía necesaria para obtener más privilegios para sus bolsillos.

El presente de la clase política argentina sigue sin estar a la altura que la propia realidad demanda.

Estas conductas por parte de estos y otros personajes del mundo sindical, han hecho que el cariño enorme que otrora la mayoría de la población le prodigaba a Aerolíneas Argentinas se haya ido perdiendo en forma paulatina, pero sostenida. Y si el paro salvaje se ahonda, esa empatía se perderá definitivamente.

Debido a esto, se vive al interior de los gremios una situación muy particular. Entre los pilotos, por ejemplo, son muchos los que no están de acuerdo con las medidas de fuerza y sienten preocupación ante la posibilidad del cierre de la empresa o de una nueva privatización. En simultáneo, tienen temor de expresar su oposición ante la posibilidad cierta de recibir una represalia por parte de la patota de los gremios.      

Los popes sindicales tampoco han demostrado comprender el fenómeno que representan Milei y su gobierno, quienes demuestran sentirse a sus anchas cada vez que deben enfrentarse a la dirigencia gremial, ejemplo verdadero de casta. Producto de esta serie de medidas de fuerza salvajes es que la privatización de Aerolíneas, ítem que había sido excluido de la ley “Bases”, haya recobrado nuevos bríos. “Si Biró o algún otro sindicalista piensa que la gente va a salir masivamente a la calle para defender la empresa aérea, está claramente en una sintonía distinta y distante de la realidad”, señalaba el viernes un analista luego de haber visto una serie de encuestas con preguntas sobre el tema hechas en los últimos días. La épica de una aerolínea de bandera ya no existe y resulta absolutamente anacrónica.

Toda esta miopía no es exclusiva de los aeronáuticos. La semana dejó una postal estampada en las páginas de todos los diarios. Los principales sindicatos del transporte crearon una mesa nacional para cerrar filas en contra de las políticas del gobierno de Javier Milei y decretaron el estado de “alerta y movilización”. Más olor a naftalina en el ambiente. Solo basta con repasar los miembros que participaron de ese convite: Pablo Moyano (Camioneros), Mario Caligari (UTA), Omar Maturano (La Fraternidad), Juan Carlos Schmid (Fempinra), Raúl Durdos (SOMU), Pablo Biró (APLA). En su mayoría, personajes anclados por décadas al poder de sus sindicatos. Muchos de ellos se encontraban enfrentados, pero ante la posibilidad de ver afectados sus bolsillos, dejaron de lado cualquier punto de discordia preexistente. Vamos a decirlo con todas las letras: poco les importa defender los derechos de los trabajadores a quienes deberían representar. Basta con observar sin mucho detenimiento sus patrimonios para recordar que se trata de sindicalistas ricos y trabajadores pobres.

El peronismo y el kirchnerismo siguen implosionado y busca refugio en la provincia de Buenos Aires.

Una medida de fuerza conjunta podría paralizar el país. Sin transporte cada rama de la vida en sociedad se vería seriamente afectada; desde la recolección de residuos, hasta la distribución de alimentos a los supermercados. El poder de extorsión es grande y no les interesa ponerse a la gente en contra. Volvemos al principio, su accionar los separa cada vez más de los verdaderos trabajadores. En el Gobierno respiran agradecidos.

El presente de la clase política argentina sigue sin estar a la altura que la propia realidad demanda. El primer atisbo de consenso se vio en los últimos días cuando el PRO se ordenó mínimamente para prestar un blindaje legislativo, pero transitorio al Gobierno. ¿Qué pasará si los libertarios ganan las próximas legislativas y alcanzan una mayoría que les permita avanzar sin tantas negociaciones? Se enciende una luz amarilla. El peronismo continúa implosionado y el kirchnerismo duro refugiado en la provincia de Buenos Aires implorando al cielo que los papelones de su último gobierno salgan por un momento de los noticieros. Ni hablar del radicalismo, que por estas horas debate sanciones internas para algunos de sus miembros. La casta política debería tomarse más en serio su rol en el sistema democrático y dejar de comportarse como una estudiantina de colegio secundario, que día tras día sigue dañando la calidad institucional.




lunes, 16 de septiembre de 2024

Chicanas y turbulencias… @dealgunamanera...

 Chicanas y turbulencias…

¡Qué semanita...! Pato Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno deja atrás una semana intensa de disputas que demuestra la necesidad de que le dé aire a su ala política.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 14/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Fue una semana turbulenta. Otra más. Y lo fue tanto dentro como fuera del Gobierno. El enfrentamiento del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con Santiago Caputo, el asesor estrella del Presidente, no fue un rumor sino una realidad. “Tanta tensión hizo que Francos terminara en el hospital”, se escuchó decir en tono de chicana por los pasillos del poder a los que no lo quieren mucho a Caputo sobre quien, dicho sea de paso, son cada vez más los que echan pestes dentro del ámbito del Poder Ejecutivo.

Hay una realidad indiscutible: Francos encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdos con los sectores de la oposición que le son afines al oficialismo. Caputo, en cambio, no.  La búsqueda de acuerdos es la esencia de la política. El joven maravilla no sabe nada de eso. A ella debió recurrir en definitiva el Presidente en un intento de último momento para convencer a cinco diputados de la Unión Cívica Radical de cambiar su voto y evitar que el frente opositor lograra revertir el veto presidencial a la nueva fórmula de cálculo de haberes para jubilados y pensionados.

Francos encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdo con los sectores de la oposición afines al oficialismo.

Ese manotazo de ahogado de Milei dio resultado. El que intentó con algunos dirigentes opositores del mismo partido para evitar el rechazo del DNU por el que se asignaban 100 mil millones de pesos en gastos reservados para los servicios de inteligencia, no. Es increíble que el Presidente no haya advertido  que, a la vista de los nefastos antecedentes del mal uso de los gastos reservados destinados a los servicios de inteligencia, ese proyecto era absolutamente contradictorio con los postulados de transparencia que pregona La Libertad Avanza, y que, el intento de imponer semejante decisión a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia era de imposible concreción.  Logró así un récord: fue la primera vez desde la creación de los DNU –hecho que estableció la Reforma Constitucional de 1994– que se lo rechaza.

Milei ha perdido el foco respecto de lo que representa el veto a la reforma de la fórmula de cálculo de los haberes de los jubilados como así también el atinente a la Ley de Financiamiento Universitario, medidas que perjudican claramente a la población, dentro de la cual hay muchos que lo votaron. Ellos creyeron y apoyaron la idea de terminar con la casta. Pero ni los jubilados ni los estudiantes, docentes y trabajadores de las universidades son la casta. Una cosa es combatir la corrupción que existe en muchos negociados oscuros de las universidades, pero eso hay que hacerlo con las casas de estudio funcionando a pleno y resguardando la calidad que, a pesar del sin fin de dificultades que enfrentan, mantienen muchas de ellas. La educación es esencial.

El Gobierno esperaba un índice de inflación correspondiente al mes de agosto bastante menor. El 4,2% que reflejó el Indec, dejó un sabor amargo en el equipo económico y en el Gobierno en general. Se dio algo que había anticipado Domingo Cavallo: bajar la inflación debajo del 4% va a ser una tarea difícil y larga.

Veremos qué anuncia el Presidente en la presentación de la Ley de Presupuesto 2025, una presentación que tendrá mucho de show, algo que a él le encanta. Milei busca ser el centro de todo. Eso sirve por un tiempo que se acorta si las medidas económicas no logran generar bienestar general, algo que está ausente de este duro presente. Habrá muchas bancas vacías. Un empresario lo definió con tono de suspenso: “Podés ordenar la macro, bajar el déficit fiscal y la inflación, pero si no hay reactivación, la plata en la calle no aparece. Para muchos argentinos ha comenzado la cuenta regresiva”.  

En este ámbito de pelea constante, en la Casa Rosada y el Ministerio de Economía se celebró la decisión del directorio  del Fondo Monetario Internacional de desplazar de sus funciones como encargado de las negociaciones con el gobierno argentino al Director del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdés, quien fue ministro de Hacienda de Michelle Bachelet. En el Gobierno entienden que de esta manera queda allanado el camino para cerrar un nuevo acuerdo con el organismo que le permita a la Argentina acceder a nuevos fondos sin los cuales levantar el cepo se hace imposible. La persistencia del cepo es un obstáculo para los proyectos de inversiones extranjeras de los cuales tanta dependencia tiene nuestro país.

Una vez más, el principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada. No hay nadie enfrente y, según parece, no lo habrá por un buen tiempo. En La Rosada respiran aliviados, pero empiezan a aparecer los primeros sincericidios. “Está bien correr con ventaja, pero algunos lo viven con un dejo de pedantería y hasta soberbia que ni les permite ver que este panorama despejado de nubarrones no durará para siempre” –reconoció una voz que frecuenta los pasillos del poder. No es para menos, el kirchnerismo residual y el rancio por igual, le recuerdan a la gente lo inviable de aquel pasado tortuoso. El paro aeronáutico generó una bronca incontenible entre miles de argentinos que no pudieron llegar a sus destinos. Entre ellos, pacientes que debían ser operados y que tuvieron que reprogramar cualquier intervención. Aerolíneas Argentinas sigue siendo refugio de gremialistas sin escrúpulos –como Pablo Biró– que ganan millones y no resignan poder. La extorsión es su bandera. La empresa convocó a una asamblea accionaria para mediados de la semana próxima para exigir la expulsión de Biró del directorio. A Javier Milei, este tipo de conflictos le vienen como anillo al dedo. La poca inteligencia de Biró no le permite ver ese lado de la película. Kirchnerismo en estado puro.

El principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada: no hay nadie enfrente.

El Gobierno iniciará una nueva semana luego de fuertes turbulencias. Debería detenerse a pensar en darle más pista al ala política representada por Guillermo Francos y levantar el pie del acelerador con el látigo y el banquito. La realidad demanda acuerdos urgentes y el oficialismo ya no puede perder más tiempo en chicanas y malos tratos.




lunes, 13 de mayo de 2024

Panorama económico. La bestia que avanza y nadie le presta atención… @dealgunamanera...

 Panorama económico. La bestia que avanza y nadie le presta atención…

Picosaurio. Dibujo: Pablo Temes

El desenlace del juicio en EE.UU. por la reestatización de YPF va a encontrar a una Argentina desarmada e inerte.

© Escrito por Carlos Burgueño el domingo 11/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

La bestia avanza. Nadie la puede parar. Y en algún momento, embestirá fuerte contra Argentina. Y, de no cambiar radicalmente la realidad económica y financiera local, será un golpazo del que se tardarán años, quizá décadas, en salir. Sorprende la inacción, no sólo del Gobierno, sino de toda la clase política criolla; la que a esta altura debería estar resolviendo cómo enfrentará el problema cuando explote, y represente un bombazo enorme contra la estabilidad financiera del país. A cambio de esto, los políticos locales se señalan como los responsables, culpan a fantásticas conspiraciones o, directamente, niegan que sea un problema. Y, como no, apuntan a ver cómo ganar algunos votos con la cuestión. Lo cierto, es que cuando llegue el punto final de un proceso que amenaza demoledor, y de no cambiar la inactiva realidad, la conclusión de un proceso judicial contra la Argentina en los Estados Unidos, donde hay casi nulas chances de ganar; encontrará al país desarmado e inerme.

El juicio contra el país por la manera en que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner reestatizó YPF, continúa su derrotero, con novedades más que peligrosas para la muy débil posición argentina. Como se sabe, las últimas novedades son que el fondo vencedor Burford Capital sobreactúa que quiere cobrar, y le pide a la jueza del Segundo Distrito Sur de Nueva York, Loretta Preska quien falló en contra de la posición local, que avance con embargos a las acciones que el Estado argentino tiene en YPF, el Banco Nación, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), Aerolíneas Argentinas, la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales SA, (Arsat) y Energía Argentina SA (Enarsa). No reclama los embargos para cobrar, sino para garantizarse que el gobierno argentino lo hará en el futuro, cuando el caso termine su derrotero que hoy tiene parado en la Cámara de Apelaciones de Nueva York; donde es muy difícil que el país logre dar marcha atrás lo que ya decidió Preska. Habrá, además, una estación más antes del desenlace. Argentina probablemente apele ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos; una instancia donde el país nunca tuvo suerte. El proceso total puede demandar unos dos años, y culminar en algún momento del 2026. Demasiado tiempo para pensar soluciones en un país acostumbrado en que el corto plazo es semanas, el mediano un mes y el largo un semestre. Sin embargo, un país que se maneje seriamente debería estar analizando cómo pagará los US$ 16 mil millones que reclaman con un fallo de primera instancia a su favor los Burford Capital y Eton Park, los que con intereses podrían incrementar el número a más de US$ 18 mil millones finales.

Esta causa empezó a ser negociada por el fondo Burford en junio de 2012. Pudo esperar una definición casi 11 años.

Para tener una idea de la dimensión de lo que se está hablando, es el caso de mayor pasivo en dólares en la historia de los juicios de Wall Street. Es la segunda deuda más importante del país luego de los US$ 44.800 millones que se le deben al Fondo Monetario Internacional (FMI). Es el juicio de un privado a un país más importante a nivel mundial. Y, lo más destacado, no hay ninguna manera que Argentina genere semejante cantidad de dólares y los deposite en las reservas del BCRA para cuando el juicio haya concluido. Al ritmo que vienen recuperándose las reservas netas del Banco Central, recién Argentina podría conseguir ese dinero en unos tres años. Pero, claro, debería olvidarse de abrir el cepo. O de pagarle al FMI. O de cumplir con las obligaciones financieras contraídas en el canje de deuda de octubre del 2020.

En paralelo, un tema explosivo navega el juzgado de Preska. Un gran misterio de este megajuicio es quiénes son los socios del principal fondo demandante y vencedor, Burford Capital. Esta persona, personas o sociedades recibirán, cuando Argentina pague, miles de millones de dólares que tendrá que pagarle el país. Para agregarle misterio al guion, Burford ya vendió el 15% del juicio en US$ 66 millones en junio de 2017; tres años después de haberlo adquirido en unos 35 millones de dólares en los tribunales madrileños donde se llevaba adelante el concurso de Petersen Energía y Petersen Inversora. En aquella operación, el fondo de capitales ingleses especializado en adquirir por el mundo causas judiciales semimuertas para luego inyectarles capital y argumentos penales y comerciales para revivirlas y accionar en consecuencia; había valuado la totalidad de la causa por la renacionalización de YPF en unos US$ 440 millones; mientras le declaraba a Preska por un reclamo general de más de US$ 3 mil millones. Con esos 66 millones de dólares de venta del 15% de la causa a los misteriosos accionistas de la causa, Burford Capital puedo solventar todos los gastos de la causa, tanto su adquisición en Madrid, como las acciones judiciales en el Segundo Distrito Sur de Nueva York que maneja Preska. Si la Justicia de los Estados Unidos mantuviera firme el fallo negativo contra el país (algo casi inevitable) hasta el de la causa para cuando llegue a la Corte Suprema de los Estados Unidos y sostuviera así, que el monto a pagar fuera de US$ 16 mil millones, la ganancia de Burford entre la compra de la causa y el cobro final treparía al 45 mil % en algo más de nueve años de juicio. Supera incluso al más de 1.000% de ganancia de los fondos buitre contra Argentina en la causa iniciada en 2006 y finalizada en 2016.

El reto de las reservas, una disputa de poderosos y la pesada deuda eléctrica.

La causa se basa en el reclamo de Burford por la forma en que se nacionalizó la petrolera sin realizar una Oferta Pública de Adquisición (OPA), tal como figuraba en el estatuto definido en 1993 durante la privatización impulsada en la presidencia de Carlos Menem. Allí el país se comprometía en la Bolsa de Comercio de Nueva York a que cualquier operación de adquisición posterior de una porción de la petrolera argentina obligaba a hacer una oferta por el total de las acciones del mercado.

La demanda fue iniciada por un especialista mundial en este tipo de batallas: el fondo Burford Capital. El tipo de maniobra en que se especializa Burford es ofrecer a tribunales de todo el mundo dinero al contado a cambio de la venta de la totalidad o parte de los derechos de estas causas. Burford, un gigante financiero con espaldas amplias, luego aplica el profesionalismo de sus abogados internacionales con toda la paciencia del mundo para esperar los fallos finales. De hecho, esta causa comenzó a ser negociada por Burford en junio de 2013; con lo que pudo esperar una definición de casi 11 años.

El reclamo original del fondo es por los daños generados al resto de los accionistas de la petrolera argentina, luego del pago que se les hiciera a los españoles de Repsol por la reestatización del 49% de YPF en 2012. Burford les había comprado a dos empresas españolas, Petersen Energía SAU y Petersen Inversora SAU (sin vinculaciones ya en ese momento con el grupo argentino Petersen), el privilegio de presentar un caso contra la República Argentina y contra YPF, luego de la expropiación de Repsol en 2012. Finalmente, el 11 de julio de ese año, la compañía anunció que había comprado al fondo estadounidense Eton Park Capital una participación del 70% en un caso similar presentado contra el soberano e YPF en 2016.



    

miércoles, 3 de enero de 2024

Menos democracia no es más libertad… @dealgunamaneraok...

Menos democracia no es más libertad…

Megaproyecto. El ministro del Interior, Guillermo Francos, entrega al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, la propuesta del Gobierno.

La supuesta búsqueda de «la libertad de los argentinos», como define el proyecto de Ley «Ómnibus» enviado por el presidente Javier Milei al Congreso, es presentada como justificación para promover un drástico giro, de carácter claramente regresivo. Lo que se busca, en realidad, es un cambio estructural profundo en el actual funcionamiento de la sociedad en diversos ámbitos, sin que la mayor parte de las medidas propuestas signifiquen mejoras en las condiciones de vida de los sectores populares. Todo lo contrario.     

© Escrito por Carlos Heller el domingo 31/12/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Tanto la iniciativa, como el decreto de necesidad y urgencia (DNU) presentado la semana anterior, alientan modificaciones de extrema gravedad, dado que suponen el recorte de las libertades públicas y apuntan a acabar con todo atisbo de un proyecto de desarrollo nacional, inclusivo y soberano.

Por más que se diga perseguir la «modernización del Estado», «la reducción de la burocracia» o «el reordenamiento de la economía y el fin de intervenciones en los mercados», lo cierto es que se despliega una batería que pone en serio riesgo el mismo funcionamiento de las instituciones democráticas.

Resulta difícil aceptar que existe una situación de emergencia tal que haga urgente retroceder hacia un tipo de capitalismo que supone borrar de un plumazo toda una serie de derechos esenciales, hasta arribar a una situación como la que regía en el mundo y en el país hace más de un siglo, previamente al paradigma de los Estados de bienestar.

Entre el conjunto de disposiciones impulsadas, que incluso van mucho más allá de la plataforma sostenida durante la campaña electoral, acaso lo más riesgoso es la idea de delegar amplias facultades legislativas en el Poder Ejecutivo. Lo cual, como se propone hasta el 31 de diciembre de 2025 con posibilidad de extensión por dos años, prefigura la virtual eliminación de uno de los poderes del Estado.

Así lo entendimos legisladores y gobernadores de Unión por la Patria, en una declaración de rechazo al DNU 70/2023 «porque claramente avasalla atribuciones del Congreso y vulnera la división de poderes y el funcionamiento de la República». A la vez, advertimos, la ley ómnibus «ratifica la pretensión del presidente de contar con poderes y facultades extraordinarias, que son absolutamente inconstitucionales».

Quienes tenemos presente los períodos dictatoriales de mediados y fines del siglo pasado sabemos que la ausencia del Poder Legislativo es tan grave como lo es asimismo la limitación al derecho de reunirse y a manifestarse. O el establecimiento de sanciones para los organizadores de protestas que obstaculicen el espacio público.

Podemos preguntarnos, además, qué libertad es la que se promueve mediante la supresión o el desfinanciamiento de áreas culturales como el Fondo Nacional de las Artes, el Instituto del Teatro o el Instituto del Cine. Tampoco se entiende el presunto beneficio de enajenar áreas de patrimonio público, mediante la privatización de empresas emblemáticas del desarrollo nacional, como el Banco de la Nación, YPF, Aerolíneas Argentinas o las integrantes del Sistema de Medios Públicos.

El impacto social del DNU y del proyecto de ley es también contundente. Véase, por ejemplo, la propuesta de suspender la fórmula de ajuste de haberes de los jubilados, para sustituirla mediante aumentos por decreto, la extensión del periodo de prueba de los trabajadores y trabajadoras de 3 a 8 meses, el recorte de indemnizaciones, la ampliación de la jornada laboral hasta 12 horas sin pago de horas extras y la eliminación de las multas por trabajo no registrado.

Esas y muchas otras modificaciones generan gran inquietud en la población. Al punto que gran cantidad de organizaciones políticas, sindicales, sociales y culturales iniciaron un proceso de movilización en busca de proteger sus derechos amenazados.

Las manifestaciones espontáneas de los últimos días serán continuadas por el paro nacional convocado para el próximo 24 de enero por la CGT y las CTA, una instancia que preanuncia la puesta en marcha de tradicionales formas de resistencia contra un modelo antidemocrático en lo social, lo político y lo económico. 

Megaproyecto. El ministro del Interior, Guillermo Francos, entrega al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, la propuesta del Gobierno.



   

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Entrevista a Eduardo Rinesi. Las razones y los votos…

 Entrevista a Eduardo Rinesi. Las razones y los votos…


Eduardo Rinesi

¿Cómo se explica el resultado del balotaje? Lejos del recurso fácil del desprecio o la simplificación, el politólogo apuesta a interrogar el sentido del sufragio a favor de Milei.

© Escrito por Osvaldo Aguirre el miércoles 22/11/2022 y publicado en la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A horas de la elección que consagró a Javier Milei y Victoria Villarruel como presidente y vicepresidenta de la Argentina los análisis resultan provisorios. El triunfo de La Libertad Avanza estaba dentro de las previsiones, pero no con la cantidad de votos que obtuvo. En la coyuntura, Eduardo Rinesi destaca la necesidad de evitar explicaciones apresuradas y de reflexionar «sin desprecios fáciles a la inteligencia y a la moralidad de los demás y con disposición a revisar nuestros propios modos de pensar».
Rinesi fue rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento, donde actualmente es Consejero Superior y dirige la Carrera de Especialización en Filosofía Política; también integró el espacio Carta Abierta, es docente en la Universidad Nacional de Córdoba y en el Colegio Nacional de Buenos Aires y ha publicado numerosos libros sobre teoría social y filosofía política. «Enfrentamos un programa de gobierno que tendrá consecuencias destructivas para la vida social argentina», advierte.

–Después del último debate entre los candidatos hubo una expectativa por las chances de Massa que finalmente hizo más categórico el resultado de la elección. ¿Cómo observas la composición del voto a Milei?
–Está claro que hay muchas cosas que no vimos. Una es la que vos decís: el salto entre los argumentos presentados en un debate y la decisión de voto de la gente. Otra: creo que nos dejamos entusiasmar por el hecho de que una cantidad de organizaciones, instituciones y colectivos se habían expresado muy contundentemente en contra de Milei y en muchos casos a favor de Massa, porque pensamos que esas manifestaciones iban a determinar las decisiones individuales de los miembros de esos colectivos, o expresaban sus opiniones personales, mucho más que lo que lo hicieron. Fue un latiguillo repetido el de que a Milei lo votaban los repartidores de pizza; pero eso no explica el 55% de los votos con los que ganó.

–¿Qué se agregó a esa base de votantes?
–Todo esto es en borrador, a horas del escrutinio. Pero me parece que hay que sumar a lo que ya sabemos sobre la «desafiliación» de mucha gente (la palabra es de Robert Castel, y entre nosotros la usó Denis Merklen para pensar el 2001 y el 2002) respecto a las formas más estructuradas del mundo laboral, político o social, otra cosa que tal vez podamos llamar la «desafección» de millones de personas que sí forman parte de esas estructuras, pero que no necesariamente piensan o actúan como las declaraciones públicas de las dirigencias de esos colectivos nos podrían hacer pensar que deberían hacerlo. Digo: ni los hinchas de fútbol votaron como parecía sugerir que iban a hacerlo la declaración de la dirigencia de la AFA ni los estudiantes y los trabajadores de nuestras universidades votaron como parecía indicar que iban a hacerlo según la declaración que sacó el Consejo Interuniversitario Nacional.

«No diría que este es un país de desmemoriados, de reaccionarios ni de tontos. El voto en esta elección debe ser motivo de una reflexión mucho más serena.»

–¿Qué votó el que eligió a Milei?
–No lo sé. Sí sé que debemos evitar suponer que votó un sinsentido. El voto a Milei hacía, hizo, todo el sentido para quienes lo eligieron. No supongamos que nosotros podemos responder a la pregunta por el sentido de lo que votamos al elegir a Massa con una respuesta razonable y que los que eligieron a Milei no pueden responder a la pregunta por el sentido de lo que votaron sino con insensateces. Preguntémosles. Cuando andamos por la historia suponiendo que las únicas razones son las nuestras, nos pegamos sorpresas como esta que nos acabamos de pegar, que nos llevan a condenar rápidamente como irracionales o ignorantes de sus verdaderos intereses a quienes nos revelan que el mundo era más complicado que lo que creíamos.

–En el Día de la Soberanía Nacional, Milei anunció que privatizará Aerolíneas, YPF y los medios públicos. Nadie puede decir que no cumple una promesa.
–Ese anuncio, en efecto, no nos sorprende. Lo que me parece, ya que aludís a la idea de soberanía, es que vale la pena preguntarnos por el sentido de lo que dice Milei cuando dice la palabra que funciona como eje central de su discurso: la libertad, a la que piensa en los términos de un anti-estatalismo extremo, que es el que busca realizar con estas privatizaciones que ha anunciado y, más en general, con la fuerte reducción de las funciones del Estado que se propone llevar adelante. El problema es que en el modo en que solemos pensar la idea de libertad, que hereda las grandes tradiciones liberal, democrática y republicana, la libertad requiere y no rechaza, en su defensa, la intervención del Estado. Si creemos, como nosotros creemos, que nadie puede ser libre en un país que no lo es, para que haya libertad de los individuos tiene que haber libertad colectiva del pueblo, es decir, soberanía. Ahora: Milei no cree eso (y esto es lo que tenemos que discutir con él), porque no sostiene su idea de libertad sobre ninguna de esas tres tradiciones que mencioné, sino sobre un libertarianismo radicalmente individualista que expulsa a la noción misma de comunidad de su pensamiento.

«Fue un latiguillo repetido el de que a Milei lo votaban los repartidores de pizza; pero eso no explica el 55% de los votos con el que ganó.»

–¿Qué dice la elección de un candidato de ultraderecha acompañado de una negacionista de la dictadura en el marco de los 40 años de democracia?
–La pregunta es si algo de los grandes consensos que se fueron construyendo a lo largo de estos años corre el riesgo de resquebrajarse. Si atendemos a la superficie de los discursos de Milei y de Villarruel, diría que sí. Sin embargo, no me apuraría, y esperaría a ver qué dice sobre este asunto en particular (sobre todo si el presidente electo quiere llevar al plano de las políticas públicas las consecuencias de sus postulados sobre estas materias) una ciudadanía que no me parece que haya olvidado esos consensos. Se dijo mucho en estos últimos días: el voto a un candidato no supone necesariamente la adhesión a todos y cada uno de sus postulados. Creo que Milei no lo ignora. De hecho, sus primeras declaraciones y decisiones no se refirieron a estos temas, sino más bien a la orientación que quiere dar a la política económica.

–También habló de volver a la Argentina del siglo XIX, como su utopía de Gobierno.
–La Argentina del siglo XIX quiere decir la Argentina anterior a 1916. El rechazo de Milei a los grandes partidos democráticos de masas es mucho más furioso que el de Macri. La Argentina a la que quiere volver no es la anterior al peronismo: es la anterior al voto universal. Su utopía es la de la república conservadora de la generación del 80, que es desde donde lee, por cierto, muy sesgadamente las ideas de la generación del 37 en general, y de Alberdi en particular.

«Para que haya libertad de los individuos tiene que haber libertad colectiva del pueblo, es decir, soberanía.»

–El programa del nuevo Gobierno supone también volver a la universidad anterior a la Reforma de 1918. ¿Es posible?
–Las ideas que viene anunciando Milei sobre la Universidad implican, en efecto, un gran retroceso, y son además contrarias a una ley de la nación, la de Educación Superior, reformada en 2015, que indica que no se puede cobrar por garantizar el ejercicio de lo que esa misma ley considera un derecho universal. El problema es que Milei no cree en los derechos. O solo cree (mucho: lo repite todo el tiempo) en uno, que es el derecho a la propiedad privada, que es un derecho raro, porque, en la organización actual del mundo, no es, justamente, un derecho universal, sino un derecho particular… de los propietarios. El derecho a la educación superior, en cambio, sí es un derecho universal, que es o que tiene que ser de todo el mundo, y que para que lo sea de manera efectiva y cierta reclama la intervención activa del Estado. Milei no cree que eso esté bien. El pequeño problema que tiene es que eso no es una idea de algún loquito suelto: es lo que dice el texto de una ley. Hago votos porque el Gobierno que se inicia administre el país en el respeto de las leyes.

Hotel Libertador. Primer discurso de Javier Milei tras su consagración como presidente electo. Fotografía: Télam


–Milei plantea un programa económico que remite a épocas traumáticas del pasado reciente y reivindica a Margaret Thatcher, con lo que significa respecto de Malvinas. ¿No importa la experiencia histórica en el voto?
–A pocas horas de la elección no me apuraría a decir que este es un país de desmemoriados, de reaccionarios ni de tontos. El voto en esta elección debe ser motivo de una reflexión mucho más serena. Y que debemos hacer sin automatismos del pensamiento. El pasado al que nos referimos cuando reclamamos tener memoria no forma parte de la experiencia vital de la enorme mayoría de los argentinos y de las argentinas. No me parece que debamos suponer que todo sujeto que fue a votar sea un conocedor de la historia de la Argentina anterior a su nacimiento, y eso no debe ser motivo de una rápida condena, sino de una reflexión. En todo caso, deberemos preguntarnos qué hemos hecho en relación con la transmisión de esa historia.

–¿Cómo podría comenzar la reflexión?
–Sin autocomplacencias, sin coartadas, sin desprecios fáciles a la inteligencia y a la moralidad de los demás y con disposición a revisar nuestros propios modos de pensar. Porque es cierto que fue difícil ser oficialismo en medio de la pandemia y de la sequía, es cierto que fue duro administrar un país con la deuda que el Gobierno anterior le había dejado y es cierto que la ultraderecha es un fenómeno global. Pero estas obviedades no deberían agotar nuestra reflexión: si no avanzamos un poco más que esto, estamos fritos.

–Los libertarios parecen moverse con consignas que clausuran la discusión antes que con discursos. ¿Cómo se puede debatir en esa escena?

–El Gobierno que tendremos será un Gobierno fuertemente doctrinario, que tiene un programa y que tiene una teoría. Tiene frases eficaces, desde luego, como las tuvo el peronismo y como las tiene toda fuerza política que se precie. La política siempre tiene algo de consignismo. Me cuidaría de pensar que enfrentamos un conjunto de frases sueltas y delirantes. Enfrentamos un programa que tiene una teoría. Una teoría que me parece que está mal, y cuya aplicación tendrá consecuencias que van a ser muy destructivas para la vida social argentina. Pero no diría que estamos apenas ante un conjunto de frases vacías. Eso sería muy autocomplaciente, y de autocomplacencia ya tenemos bastante. 

domingo, 23 de julio de 2023

Las tratativas y los rumbos… @dealgunamaneraok...

Las tratativas y los rumbos…


© Escrito el sábado 22/07/2023 por Carlos Heller, Presidente del Banco Credicoop Cooperativo Limitado y Dirigente Cooperativista y Publicado por la Revista Acción en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

La finalización de la quinta revisión, según se espera, permitiría el desembolso de fondos del organismo. De lo que se trata, en estas horas, es de minimizar las condicionalidades habituales del Fondo Monetario internacional (FMI), lo que implicaría una mayor libertad para las políticas públicas orientadas a la producción y el empleo.     

© Escrito el sábado 22/07/2023 por Carlos Heller, Presidente del Banco Credicoop Cooperativo Limitado y Dirigente Cooperativista y Publicado por la Revista Acción en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.    

Las medidas económicas que el Gobierno, según trascendidos periodísticos, se apresta a anunciar, se encuadran en ese marco y apuntan –lo cual es una obviedad– a reforzar las reservas monetarias. 

En tanto, los medios de comunicación concentrados, en gran medida afines a sectores de la oposición y a grandes grupos empresarios, tomaron un reciente informe del FMI para ejercer presión por una devaluación del peso. 

En rigor, el Reporte del Sector Externo difundido a mediados de semana se limita a calcular, como lo hace cada año al analizar las cuentas de los países integrantes, la supuesta brecha de competitividad en cada caso.  

En el capítulo argentino el FMI mantiene prácticamente invariables los conceptos incluidos en su análisis de 2022, cuando no podían preverse las consecuencias de la sequía. 

Señala que, para reforzar la sostenibilidad externa, las posibles respuestas de política son «una consolidación fiscal favorable al crecimiento, combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado».

Los objetivos de esas medidas propuestas en términos generales (y que no se relacionan con las actuales tratativas) son «moderar el crecimiento de la demanda doméstica», «reforzar el balance comercial», «recomponer las reservas internacionales», entre los más importantes. 

Sobre esta cuestión, no se puede desconocer que el problema principal para las Reservas Internacionales radica en la reciente sequía y su impacto en las exportaciones agropecuarias.

De no haber sido por el déficit hídrico, se habrían exportado en granos y oleaginosas unos 25.000 millones de dólares más y se contaría con un ingreso fiscal (por retenciones) equivalente a unos 6.000 millones de la moneda estadounidense. 

Una devaluación de la moneda nacional no revertiría ese cuadro ni modificaría en lo esencial la competitividad. La realidad es que el tipo de cambio real multilateral se encuentra hoy en niveles superiores (es más competitivo) que en la etapa 2016-2017.

En ese momento el valor del dólar estaba determinado por «el libre mercado», antes de la crisis ocasionada por el sobreendeudamiento dispuesto por el expresidente Mauricio Macri.  

El puente 

He sostenido en forma reiterada que no hay acuerdos buenos con el FMI, lo que hay que lograr es el menos malo posible en esta coyuntura para conseguir un puente temporal. En 2024 las condiciones serán seguramente otras: se revertirán los efectos de la sequía, con el impacto positivo que ello tendrá en términos de reservas internacionales y en recaudación por retenciones. Y a la vez aumentará el aporte de divisas en sectores como el energético y la minería, que contribuirán a mejorar la balanza comercial.

Desde luego, el rumbo proyectado, a partir de un acuerdo con el FMI menos gravoso, es bien distinto al que prometen los precandidatos de orientación neoliberal, partidarios de un severo ajuste monetario y fiscal junto con una fuerte devaluación que acentuaría la transferencia de ingresos en desmedro de la mayoría de la población. 

Un modelo que prevé el cierre o achicamiento de empresas públicas, como anunciaron que harán con Aerolíneas Argentinas si triunfan en los comicios de octubre. Como también prometen suprimir ministerios (eliminar por ejemplo el de Mujeres, Género y Diversidad), recortar derechos laborales y reducir el «costo» del sistema previsional. Planes para una Argentina menos justa y socialmente más desigual.