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domingo, 26 de septiembre de 2021

Kirchnerismo en acción… Gobiernos intervenidos… @dealgunamaneraok...

 Kirchnerismo en acción… Gobiernos intervenidos… 


El discurso del odio. Dibujo: Pablo Temes. 

El nacional como el bonaerense están ahora bajo control de Cristina y de Máximo, respectivamente.

 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/09/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


Hay heridos, ofendidos y humillados en los dos lados. “El caradura de Kicillof no puede hacer como que no pasó nada y que está bajo el paraguas de los ganadores, porque le coparon el gabinete.” La llegada de Insaurralde fue un mensaje bien claro a favor de los que creen en la territorialidad que el gobernador despreció.

 

Además, su trato con los intendentes siempre fue frío. Máximo e Insaurralde venían tejiendo juntos hace tiempo, ahí está el mensaje para el que se creía intocable. Otro de “los padres de la derrota” –asegura una voz que recorre con frecuencia la Rosada. Como se ve, no solo hay críticas internas; también hay descalificaciones. La de “caradura” es de las más suaves y educadas.

 

Los dos gobiernos –el nacional y el bonaerense– han sido intervenidos. Y éste no es un eufemismo o una cita figurativa sino literal. A la administración de Alberto Fernández la intervino directamente Cristina Fernández de Kirchner. A la de Axel Kicillof, Máximo Kirchner. 

 

El desplazamiento de Carlos Bianco de su cargo como jefe de Gabinete ha sido un duro golpe para el gobernador que viene sosteniendo una puja subterránea y creciente con el primogénito de la ex presidenta en funciones. Kicillof es una persona tremendamente desconfiada que, por ende, se apoya en un núcleo muy pequeño y cerrado de personas. A Bianco lo conoce desde 1998, cuando fue su alumno en un curso que el hoy gobernador dio en la Universidad de Quilmes sobre “Corrientes Económicas Contemporáneas”.   

 

El desembarco en  la Jefatura de Gabinete provincial del ahora ex intendente de Lomas Zamora no fue solitario. Lo hizo acompañado de gente suya, entre los que se cuentan Juan de Jesús, del Partido de la Costa, y Hernán Y Zurieta de Punta Indio.

 

“Lo que está pasando con el despilfarro de guita es lo que vas a ver en mayor o menor medida en todo el Conurbano de acá hasta las elecciones.” 

 

“Es lo que saben hacer los pragmáticos de la vieja escuela. ¿Qué otra cosa se puede esperar de Manzur y Aníbal? Ya lo reconoció Gollan. En el caso de Aníbal también optaron por reciclar un tipo hábil en el barro que nunca se prende fuego. Pero no creo que alcance. La gente la está pasando muy mal”–continúa el funcionario con despacho en Balcarce 50 que no deja de acumular un enojo que no disimula.

 

El oficialismo ha decidido emular lo hecho por el gobierno de los Rodríguez Sáa en San Luis en 2017. En ese entonces, luego de perder las PASO contra Claudio Poggi, hubo un aluvión de fondos públicos en planes sociales, inodoros, chapas, colchones, juegos de dormitorio y comedor, prótesis, sillas de ruedas, electrodomésticos y ayuda para pequeños comerciantes que le permitieron dar vuelta el resultado. Habían perdido por 19 puntos y ganaron por 12.  

 

Las expresiones del ex ministro de Salud bonaerense y segundo en la lista de candidatos a diputados nacionales, Daniel Gollan, fueron un sincericidio que desnuda el pensamiento de la mayor parte del kirchnerismo y el peronismo que lo acompaña. La dignidad de la persona vale un electrodoméstico o un poco de plata en su bolsillo. 

Es la radiografía del pensamiento del populismo que necesita que haya mucha gente pobre como sustento para sus ambiciones de permanencia indefinida en el poder. 

 

“Un poco de platita en el bolsillo” habla de una vida de subsistencia.  

 

“Un poco de platita en el bolsillo” habla de personas cuya dignidad no tiene ningún valor para los que gobiernan.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de un desprecio por la educación.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de un menosprecio hacia la salud pública.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de una desestima hacia el sufrimiento de gente que durante la pandemia lloró la pérdida de sus seres queridos.


“Un poco más de platita en el bolsillo” habla de no asumir los garrafales errores cometidos por el Gobierno durante la pandemia.


“Un poco más de platita en el bolsillo” habla de no hacerse cargo del escándalo del “Vacunatorio vip”.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del desdén hacia quienes se quedaron sin el fruto de una vida de trabajo.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de la convalidación del vale todo.


“Un poco de platita en el bolsillo”  habla de la apología de la inmoralidad.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del vilipendio hacia la capacidad de pensamiento de quien se ve sometido a las adversidades de la pobreza.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del ideario de quienes hoy están al frente del Gobierno.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del tiempo por venir que le aguarda a nuestro país si esto no se modifica.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de gente a la que dejan sin la posibilidad de soñar con un futuro mejor para ellos y/o para sus hijos.

 

La elección no está terminada.

 

El oficialismo ha salido a la caza de los ciudadanos y ciudadanas que no fueron a votar el 12 de septiembre pasado. Si todos ellos lo hicieran por el “Frente de todos contra Todos”, el oficialismo podría dar vuelta la elección en la provincia de Buenos Aires y otros distritos.   

 

La oposición por estas horas enfrenta dos grandes problemas: “El control y fiscalización de la elección y la retención del que nos votó en las PASO, pero que siempre estuvo más cerca del oficialismo. El voto bronca es muy fuerte, pero muy volátil, ahí tenemos que trabajar”. Aseguran en Juntos.

 

Así planteada, la elección del 14 de noviembre será no solo una contienda electoral sino también una radiografía de una parte de la sociedad argentina, fundamentalmente de aquélla sumergida en la pobreza.

 

Si con “un poco más de platita en el bolsillo”, una licuadora, un lavarropa, una heladera, una cocina y un largo etcétera de electrodomésticos, el Gobierno consiguiese su objetivo, el populismo habrá obtenido un triunfo que le permitirá dar alas a su proyecto de permanencia en el poder para siempre. 





domingo, 11 de abril de 2021

Intolerancias Varias. Guerra y Política de insultos… @dealgunamaneraok…

Guerra y política de insultos 

“Mi pobre angelito 2021”... Horacio Rodríguez Larreta. Dibujo: Pablo Temes. 

La dirigencia actual ha entrado en una espiral de violencia de alcance peligroso y perjudicial para las instituciones. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 11/04/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Ante el abrumador aumento de casos de covid-19 en el AMBA, las discusiones respecto de los niveles de actividad y las restricciones comenzaron mucho antes del crispado y vergonzoso panorama que nos dejó la semana. 

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la decisión de sostener actividades y apelar a la conciencia individual estaba tomada desde un principio. En cambio en la Nación y en la Provincia –con Axel Kicillof a la cabeza– venían dando señales claras de querer volver a la fase de restricciones estrictas. 

Casi todos los días está sucediendo que, personas que dicen pertenecer al gobierno nacional, entran en comercios de la capital para concientizar acerca del cumplimiento de los protocolos esgrimiendo que el Gobierno de la Ciudad no cuida a sus vecinos y por eso no les ordena cerrar. En las afiebradas mentes de algunos funcionarios kirchneristas el objetivo de esta cruzada es dañar a Horacio Rodríguez Larreta.  

En efecto, de acuerdo con algunos analistas, la imagen de Alberto Fernández se acerca a una nueva meseta más baja que las anteriores, con poco más del 30% de imagen positiva y casi 60% de negativa. 

Recordemos que hace exactamente un año, al inicio de la pandemia, Alberto Fernández sorprendía con el 70% de aprobación. Sin embargo, esto contrasta con uno de los últimos sondeos de la consultora Management & Fit que señala que el 39,3% de los consultados dijeron estar “muy dispuestos” a retornar a un confinamiento estricto, seguido por el 19,9% que se mostró “algo dispuesto”. 

Del otro lado, el 14,1% manifestó estar “poco dispuesto” a volver al confinamiento, mientras que el 22% rechazó de plano hacerlo. Los números podrían  interpretarse como un gesto de respaldo a las medidas del Presidente con una salvedad muy clara: el corto plazo. El día a día y el impacto en la actividad económica marcarán los límites. Si la medida se extiende más allá del 30 de abril y el bolsillo de la gente se ve afectado en un contexto social en el que hay 42% de pobreza dicha aprobación seguramente bajará. 

La bomba estalló el miércoles –a pesar de los sucesivos encuentros entre representantes de la Ciudad y La Provincia en la Casa Rosada– cuando la batería de nuevas-viejas restricciones salió a la luz. De las reuniones previas habían participado los tres jefes de Gabinete, Santiago Cafiero, Carlos Bianco y Felipe Miguel; y los referentes de los ministerios de Salud, Carla Vizzotti, Nicolás Kreplak (viceministro de Daniel Gollán) y Fernán Quirós.  

“A Gollán lo guardaron y le pidieron a Nicolás que vaya en su lugar. Es más amable en el diálogo aunque ambos piensan lo mismo. Gollán es intransigente y bastante provocador. Con él todo hubiera empezado con el pie izquierdo”, aseguró una fuente de Salud de la Provincia. 

Más allá de los desacuerdos que se habían anticipado, estos encuentros desnudaron la existencia de ánimos crispados. Desde Provincia fueron con los tapones de punta a plantear algo muy similar al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que indica que cada persona debe quedarse en su domicilio y que solo se puede salir para realizar compras básicas, trabajos esenciales o exceptuados. Los funcionarios porteños consideraron que eso era inaplicable y, por ende, inaceptable.  

“En la antesala, antes de ingresar a la reunión, empezaron las chicanas. Acusaban a la Ciudad de iniciar los contagios que luego llegaban hasta la Provincia”, afirmó un testigo de la previa. El propio gobernador repitió la chicana de manera muy seria en su conferencia de prensa. Ya en el interior de la reunión la tensión creció. “La gente de Kicillof, que quería el cierre total, tiene una forma muy vehemente de exponer sus ideas que por momentos se torna violenta”, enfatizó la misma fuente. 

El jueves Axel Kicillof habló ante la prensa para detallar las medidas que la Provincia tomaría luego de las restricciones anunciadas por el Presidente. En su discurso el gobernador se refirió a la segunda ola como un “tsunami”, habló de “espanto”, “horror”, “explosión de casos” y aseguró que se van a tomar todas las medidas que haya que tomar. 

“Le gusta ir siempre un paso más allá. Si puede opacar al Presidente, mejor. Sabía que con ese discurso se iba a llevar todos los titulares y alguna palmadita de su jefa”, se quejó una fuente de la coalición gobernante que agregó: “Ya está colmando el vaso. Varios lo tienen en la mira sobre todo después de apañar a Sergio Berni y no colaborar para ponerlo en línea”. 

Desde Juntos por el Cambio la estrategia fue bien distinta. La orden que bajó Horacio Rodríguez Larreta a sus voceros fue clara y basada en al menos tres aspectos: sostener el desacuerdo con la restricción a la circulación y apelar al sentido común para no complicarle la vida a la gente; hacer hincapié en la noción de bienestar integral contemplando salud física y emocional, educación y trabajo; y confiar en la conciencia individual antes que recurrir a la inoculación del miedo. 

Una vez que los jugadores movieron sus fichas y las críticas quedaron a la vista la destemplanza se adueñó del presidente Alberto Fernández. Tildó de “imbéciles” y “miserables” a los integrantes de la oposición que criticaron las medidas antes de que vieran la luz y a los que señalaron que las restricciones serían parte de una estrategia política. En la sesión del jueves en el Senado donde se votaron las modificaciones al impuesto a las ganancias el clima volvió a ser hostil. Ante los embates de la oposición, CFK les dijo “maleducados” y “barrabravas” y los mandó a “callarse la boca y escuchar”. 

La dirigencia ha entrado en una espiral de violencia (verbal y física) de alcance peligroso y perjudicial para las instituciones. 

“Alberto se bancó el circo de los que lo acusaron de hacer política con la pandemia y viene cargando con los coletazos del vacunatorio vip que no paran. Encima tiene que lidiar con algunos del otro lado de la coalición que quieren mostrar rigurosidad y ser más papistas que el papa. Eso es fulbito para la tribuna. Es lógico que explote por algún lado”, lo justificaron en su entorno. La referencia directa fue para Axel Kicillof. 

En el medio de todo esto se coló la negociación para la postergación de las PASO. El problema que tiene el Gobierno para buscar acuerdos que hagan factible esta decisión son las acciones protagonizadas por sus mismos integrantes. He aquí una muestra de ello: para el domingo 2 de mayo están anunciadas las elecciones internas del Partido Justicialista bonaerense en las que el kirchnerismo buscará consagrar como nuevo líder a Máximo Kirchner. ¿Cómo es eso?: ¿las PASO son un riesgo y las internas del justicialismo, no? 

Una vez más la contradicción y la mentira –esencias del kirchnerismo– afloran con la irrefutable contundencia de los hechos.

 

Producción periodística: Santiago Serra.





 

domingo, 29 de diciembre de 2019

Ley de Emergencia. Ajuste: más de lo que se pedía… @dealgunamanera...

Ley de Emergencia… Ajuste: más de lo que se pedía…

Axel, Clío y Provincia. Dibujo: Pablo Temes

Las primeras medidas económicas solo preparan la renegociación de la deuda. El plan vendrá después. La falta de cintura de Axel Kicillof.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 29/12/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


No es una novedad: la mayoría de la dirigencia política argentina hace de la repetición algo axiomático. Y esto va más allá de la pertenencia partidaria u orientación ideológica de sus protagonistas.

Uno de los conceptos que se ha impuesto en la política vernácula es que la percepción de la realidad puede ser modificada a través del lenguaje. Durante el segundo mandato de Cristina Kirchner sus funcionarios tenían prohibida la utilización de la palabra “cepo”, que aludía a las restricciones cambiarias por ella impuestas. Todos recordamos cómo la entonces presidenta se enfurecía cuando alguien pronunciaba esa palabra en su presencia.

En 2018, en el comienzo de la brutal crisis económica que llevó a las nubes los niveles de inflación y agravó dramáticamente los índices de pobreza e indigencia, los “cráneos” comunicacionales del gobierno de Mauricio Macri establecieron que había que evitar la palabra “crisis”, a la que reemplazaron por “tormenta” –que, como todas, sería pasajera, cosa que nunca sucedió.

Ahora las palabras que incomodan son “impuestazo” y “ajuste”. “La Ley de Emergencia hace que los que más tienen aporten más, no es una ley de ajuste”, dijo Alberto Fernández. “No sé dónde está el impuestazo, no lo encontré”, afirmó el jefe de gabinete bonaerense, Carlos Bianco.  

No hace falta explicar que las medidas que adoptó la nueva administración representan un “ajuste” instrumentado a través de un “impuestazo”.

Por supuesto que la causa de todo esto es la “pesada herencia” que le dejó el gobierno de Macri al de Fernández, pero se trata simplemente de llamar a las cosas por su nombre a fin de darles a estas medidas la exacta dimensión de lo que significan para una gran parte de la ciudadanía que ve, con lógica indignación, que nada del “ajuste” incluye a la clase política que la representa.

Una de las evidencias que mejor grafica esta diferencia no es solo la intangibilidad de las dietas y jubilaciones de legisladores y jueces, sino también medidas como el aumento del número de ministerios.

Si todo esto lo hubiera hecho Macri, la calle habría estallado. Pero lo hizo el peronismo y, entonces, nada de eso ocurrió. Lo que era malo con Macri, ahora es bueno con Fernández.

Mercados. Los que recibieron muy bien este paquete de medidas han sido los mercados, que le han dado oxígeno a la nueva administración. El riego país cayó y las acciones de las empresas argentinas han subido.

Algunas causas para esa satisfacción: la decisión de evitar el default y abrir negociaciones con el FMI y los acreedores privados; el aumento de las retenciones; la suspensión del índice de movilidad de los haberes de los jubilados y la eliminación del impuesto a la renta financiera.

Eran todas medidas que el FMI le había pedido a Macri. “El impuesto a la renta financiera fue un grueso error que cometimos, y todo por darle el gusto a Massa”, reflexionaba un ex ministro de Cambiemos. Es verdad: fue el hoy presidente de la Cámara de Diputados quien motorizó esa ley, el puntapié inicial de la crisis que acabó con los sueños de reelección de Macri. Como decía Groucho Marx: “estos son mis principios pero, si no les gustan, tengo otros”.

“Este ajuste es más de lo que se pedía”, señala un conocedor del caso argentino desde Washington. Por eso no es casual la aparición pública de Joseph Stiglitz elogiando a Martín Guzmán, al que el Fondo considera un muy buen interlocutror de la Argentina en las negociaciones.

Todo ello contribuye a que la misión del FMI que arribará al país en las próximas semanas venga con buena predisposición. Recién cuando se termine la negociación y el gobierno sepa cuándo, cuánto y cómo deberá pagar los intereses de la deuda, habrá un plan económico. Hoy en día, no lo hay.

Ruido. El estrépito político de la semana fue el fracaso de la sesión del Senado bonaerense para tratar el impuestazo. La iracundia de Axel Kicillof al despotricar contra la oposición muestra que todavía no aprendió a diferenciar entre lo que es una asamblea estudiantil y la gobernación de Buenos Aires.

El episodio tuvo una trastienda que grafica la trama política que se vive dentro del oficialismo y de la oposición. La orden de Kicillof fue la de no negociar nada. Mayor muestra de falta de cintura política, imposible. Eso lo podía hacer el kirchnerismo cuando tenía mayoría en las dos cámaras del Congreso.

La “no negociación” la llevó adelante el jefe de gabinete Bianco, con la supervisión legislativa del diputado Carlos “Cuto”Moreno y sin participación de los presidentes de bloque del oficialismo.

La ausencia de María Eugenia Vidal complicó las cosas. Sorprende el error político de la ex gobernadora. No se esperaba que estuviera en un viaje de novios en París en un momento político y social tan complejo. Jorge Macri no dejó pasar la oportunidad para afirmarse en la interna –aspira a ser candidato a gobernador en 2023– y erigirse en el vocero de Juntos por el Cambio.  

Algunos intendentes y legisladores del oficialismo quisieron aprovechar la circunstancia para dividir a Juntos por el Cambio. Como se vio, fracasaron.  

Kicillof quiso imponer y la realidad es que esto exige consensuar. Y esa falta de consenso se extendió inclusive al interior del oficialismo. Varios intendentes peronistas apostaron a que la ley no salga y pidieron ser escuchados. Fue en vano.      

Compromiso. La convocatoria realizada por el Presidente para la firma del Compromiso Argentino de Solidaridad dejó un documento de buenas intenciones y una foto con dos ausencias significativas: el campo y los partidos políticos. El campo es el único aportante de los dólares por los que mendiga el gobierno y los partidos son clave para los acuerdos necesarios que exigirá la solución de los graves problemas que atraviesa el país.  

El enojo del campo es algo que el Presidente deberá monitorear con especial atención. De lo sucedido en los últimos días se desprende una disociación creciente entre la dirigencia de la Mesa de Enlace y las bases. Esa disociación se refleja en el disconformismo de mucha gente que cree que la postura de sus dirigentes fue tibia. El movimiento “Campo+Ciudad” es el producto de esa insatisfacción que viene desde las PASO y va en aumento. Es el dejà vu de la Argentina.




jueves, 9 de octubre de 2014

El Mercosur ya sacó patente... De Alguna Manera...


El Mercosur ya sacó patente...


Será la chapa patente obligatoria para todos los vehículos a partir de 2016. Contará con cuatro letras y tres números, la bandera y el nombre del país de origen y el logo del Mercosur. “Es una profundización en la integración”, dijo Timerman.


Las patentes de vehículos tendrán un modelo único y obligatorio en el Mercosur a partir de 2016. “Es un avance en la profundización de la integración regional”, señaló ayer el canciller Héctor Timerman al finalizar el acto en el que se formalizó el anuncio. Contará con cuatro letras y tres números, además de la bandera, el nombre del país de origen y el logo del Mercosur.

“El Mercosur sigue avanzando y profundizando la integración, que no es solamente económica, sino que también se trata de un mecanismo de integración política”, sostuvo Timerman al anunciar la nueva modalidad de patentamiento que comenzará con los autos y motos cero kilómetro. “Este sistema registral novedoso en el Mercosur también es importante porque se intentará frenar también el desarrollo del crimen organizado”, sostuvo el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak. En el acto también participaron el secretario de Justicia, Julián Alvarez; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Carlos Bianco, y la subsecretaria de Comercio Exterior, Paula Español.

Las nuevas chapas patentes serán más anchas, tendrán fondo blanco y siete caracteres en negro, entre letras y números. Además llevarán el emblema del Mercosur, el nombre y la bandera del Estado de matriculación del vehículo, es decir Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela y Uruguay, además en la línea superior derecha tendrá el logo en azul del Mercosur. 

La decisión se adoptó en la reunión de coordinadores nacionales del Grupo Mercado Común del Mercosur que se realizó en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. El nuevo sistema incluye la creación de uno de interconsulta regional con el fin de facilitar el intercambio y la información sobre datos del propietario, la identificación de la patente, la marca, el modelo y tipo de vehículo, así como la posibilidad de informar acerca de un robo o hurto.

© Publicado el Jueves 09/10/2014 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.