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domingo, 16 de abril de 2023

Mala Dirigencia. Vivir de espaldas… @dealgunamaneraok...

 Mala Dirigencia. Vivir de espaldas… 


Migraña Larretiana. Dibujo: Pablo Temes.


Quienes deben sacar al país del estancamiento no reaccionan. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

Desde la recuperación de la democracia, la Argentina vivió la mayor parte del tiempo bajo el azote de la inflación. Este mal que complica y deteriora la vida de la gente se ha instalado a la manera de una enfermedad crónica que desnuda los males del país. Males que tienen en la dirigencia política una causa fundamental. Desde 1983 a la fecha se han sucedido en el poder diferentes enfoques ideológicos.

El denominador común es que todos fracasaron. Fracasó el Plan Austral. Fracasó el Plan Primavera que desembocó en la hiperinflación que acabó con el gobierno de Raúl Alfonsín. La Convertibilidad engendró una bomba de tiempo que le explotó al gobierno de Fernando de la Rúa dando paso a la brutal crisis de 2001/2002.

La compleja matriz económica de la Argentina representa un desafío al que la dirigencia vernácula no le ha encontrado la solución. El 7,7% de inflación de marzo es una muestra más de ello que sorprendió incluso al propio gobierno que no esperaba semejante escalada. Cuando se escucha la banalidad de los argumentos que esgrime el oficialismo para explicar las causas de tamaño descalabro, se entiende perfectamente el porqué de esta dramática realidad, que hace cada día más cuesta arriba la vida de la ciudadanía.

En caso de ser gobierno, la oposición no tiene margen para repetir errores.

A través de la inefable portavoz presidencial, Gabriela Cerruti se la atribuyó a la guerra en Ucrania y a la sequía. Basta recordar que, a pesar del impacto mundial de esa guerra, la inmensa mayoría de países tienen niveles bajísimos de inflación que, por otra parte, han comenzado a descender. Lo mismo vale para la sequía.

Esta inflación que a lo largo de los últimos cuarenta años ha afectado a la economía tiene una consecuencia palpable y dolorosa: el aumento de la pobreza. La Argentina de hoy muestra niveles de pobreza y de miseria muy superiores a los que tenía hace 40 años. Y lo notable es que la dirigencia no se hace cargo de ello. Y el problema es que esto va socavando los parámetros de la vida en democracia. No es lo mismo gobernar un país en el que la pobreza es mínima, a hacerlo en otro en que los niveles de pobreza se acercan al 50% con un fuerte componente estructural.

Estamos asistiendo al fiasco más estrepitoso que ha experimentado el peronismo desde 1983 a la fecha. El humo de Sergio Massa se va adelgazando a medida que la improvisación va haciendo sentir sus consecuencias. Las medidas que va ensayando tienen cada vez menos efectos. El dólar soja 3, precios justos, recompra de deuda, dispensas del Fondo Monetario Internacional, ayuda del gobierno de los Estados Unidos, ayuda del mundo árabe, ayuda de China y un largo etcétera han terminado en un chasco. Vale decir que nos vendió el cuento del salvador utilizando las mismas recetas perimidas del pasado.

Nada da resultados. Y esto no debería sorprender a nadie. Un gobierno dividido y lleno de contradicciones internas no puede generar sino incertidumbre y desconfianza. Un gobierno con exponentes de la talla de Aníbal Fernández o el secretario de Comercio Interior Matías Tombolini, no tiene posibilidades ni capacidad de evitar el colapso. El primero, no tuvo mejor idea que apelar a la extorsión para dar su veredicto en materia de inseguridad.


Claudicación kirchnerista


“Si gana Juntos por el Cambio, las calles estarán regadas de sangre y muertos”. ¿Y cómo están ahora? El segundo, al igual que la portavoz, le echó la culpa de la inflación a la sequía y agregó a los formadores de precios. Otra vez sopa, con funcionarios de una intrascendencia e incapacidad alarmante.

Atención: esto debería también ser tenido muy en cuenta por los líderes de No Tan Juntos por el Cambio, atrapados hoy en una pelea anacrónica por candidaturas que, como consecuencia, los aleja de la agenda de la sociedad. En el hoy de la oposición escasea la certidumbre y abunda la duda, algo que, con todas las letras, expresó el mundo empresarial que se dio cita para escuchar a Mauricio Macri el jueves pasado, durante el almuerzo organizado por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP).

Un hombre de negocios que prefirió mantener en reserva su nombre expresó su desconcierto: “Salvo muy pocas excepciones, no veo las herramientas necesarias para atacar los problemas que tienen al país contra las cuerdas. Hay discursos políticos y decisión de los líderes opositores, pero cuando te juntás con quienes suenan para desempeñar cargos en Economía, o el Banco Central, notás que no pueden disimular el temor, la preocupación y hasta te diría, el espanto. Yo los entiendo, pero eso no nos da ninguna seguridad”.

En caso de ser gobierno la oposición no tiene margen para repetir errores. El diagnóstico inicial debe ser certero, realista y crudo. Claro que para eso deben dejar atrás de una vez por todas las luchas de poder interno. Aunque se cansen de repetir que son contrapuntos normales dentro de una coalición, lo que ocurrió esta semana fue lisa y llanamente una brutal pelea por el poder.

Horacio Rodríguez Larreta comprendió que no puede esperar nada de Mauricio Macri y, de una vez por todas, decidió destetarse de su líder político para sostener su alianza con una parte del radicalismo. Aún queda mucho camino por recorrer y, si siguen viviendo de espaldas a la gente, nada bueno podremos esperar de los encargados de sacarnos de este estancamiento.



  

domingo, 19 de marzo de 2023

Un salto de calidad… @dealgunamaneraok...

 Un salto de calidad… 


Mano derecha con fondo amarillo. Pablo Temes.

La Argentina debe ser capaz de salir del ambiente tóxico que generan los personalismos opuestos.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 28/03/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Con una inflación del 6% no se puede pensar en ganar una elección”, dijo el diputado ultra kirchnerista Rodolfo Tailhade en un reportaje que le hicieron en Radio Nacional el miércoles último. En verdad, el drama es otro: con un 6% de inflación mensual no se puede vivir. La pérdida de noción respecto del valor de las cosas se pierde totalmente. Nadie sabe cuál es el precio justo de un producto o un servicio, y ya es cosa de todos los días ver a los repositores de los supermercados y autoservicios haciendo tareas de remarcación de uno u otro producto.

 

En el kirchnerismo, el 6,6% cayó como una bomba. Increíblemente, algunos conspicuos referentes de ese espacio se sorprendieron por el número, lo cual representa una demostración más de lo absolutamente disociados que están de la realidad. Viven en un mundo gaseoso que, de alguna manera, es tóxico. Si se tomaran la molestia de hablar con el verdulero, el carnicero, el panadero del barrio en donde viven cada uno de los integrantes del oficialismo, se enterarían de lo desastroso de este presente incierto y angustiante para la mayoría de la población.

 

Las promesas de Sergio Massa se han hecho añicos, a pesar de lo cual el ministro y sus adláteres siguen expresándose y actuando como si nada pasara y toda su gestión hubiese sido un éxito. El plan K para intentar ocultar la realidad hace a su esencia que, como bien se sabe, es la mentira. Tal como era previsible, todos estos mamarrachos de Precios Cuidados y Precios Justos fracasó. La épica de la militancia K recorriendo supermercados y sancionando a los que no respetaran esos “acuerdos” duró lo que dura la nada misma.

Las culpas por esta inflación imparable vienen recayendo sobre el exministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Comercio, Matías Tombolini y, por supuesto, el Fondo Monetario Internacional y Mauricio Macri.

 

Mientras esto ocurre, en los gremios ya se encendió la alarma. El objetivo de Massa de hacer que en las negociaciones paritarias no se supere el 60% de aumento anual va quedando desfasado por las proyecciones inflacionarias para este año. El otrora superministro tuvo que rendirse ante una realidad que es evidente para todos. Sus planes presidenciales deberán esperar.

 

Es cierto que siempre dijo que este no era su momento, pero anidan allí dos especulaciones ocultas: la primera tiene que ver con sus propios deseos de poder y la fantasía de que una buena gestión al frente del Ministerio de Economía lo catapultaría al sillón de Rivadavia apuntalado por un operativo clamor. La segunda, que con un dólar e inflación controlados tendría el peso suficiente para elegir el cuándo y el cómo materializar su llegada a la Rosada. Todo esto quedó pulverizado y archivado al menos por un buen tiempo.

 

Asimismo, asistimos por estos días a una especie de película de ciencia ficción donde los personajes que son parte de los problemas centrales de la Argentina, se desligan de los mismos y critican la gestión buscando responsables. No es casual que el multifacético Aníbal Fernández haya salido a negar la proscripción de CFK –en primer lugar– y luego se haya tomado el tiempo de ocuparse públicamente de su hijo Máximo, alegando que nunca supo de qué trabajaba y poniendo de manifiesto que no tiene la talla ni la experiencia para tomar decisiones electorales. Casi a la par, el ex todopoderoso Guillermo Moreno cuyo fracaso como secretario de Comercio Interior quedará en algún libro de anécdotas del Far West, aseguró que “Cristina Fernández no es más la jefa del peronismo”.

 

Hay un claro intento de dar vuelta la página y despegarse de CFK y y los acólitos de La Cámpora. A no confundirse, ni Moreno ni Aníbal Fernández son aliados o simpatizantes del Presidente. Son la voz del peronismo más clásico encarnado en un nutrido grupo de intendentes y ex barones del Conurbano como Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Pereyra (actual diputado nacional y ex jefe comunal de Florencio Varela), Juan José Mussi (Berazategui), Julio Zamora (Tigre), Fernando Espinoza (La Matanza) entre otros; y de un puñado de gobernadores con peso territorial como Sergio Uñac (San Juan) y Juan Schiaretti (Córdoba).

 

Algo similar se vive dentro del sindicalismo peronista. Saben que con el cuento de la proscripción no alcanza y no se resignan a tener a Axel Kicillof, Máximo Kirchner y a La Cámpora respirándoles en la nuca. “No hay forma de convencer a Sergio –por Massa– y no nos vamos a resignar a la idea de que no tenemos candidato para competir. Nosotros nos jugamos nuestro distrito y no nos vamos a suicidar con ellos”, sentenció una poderosa voz del Conurbano.

 

El único plan del Gobierno es seguir emitiendo para pagar las cuentas y ganar tiempo a riesgo de caer en una híper. Octubre es todavía una fecha muy lejana. “Alberto no está tranquilo, pero disfruta de los pocos placeres domésticos que le dan las internas políticas. Desde hace un tiempo él agita la idea de un peronismo sin Cristina y que ahora ese boceto esté empezando a tomar forma no es poca cosa. Además, sabe que la señora no tolera pensar que su elegido, a quien siempre destrató y humilló, se esté atribuyendo los planes para  intentar sepultarla políticamente”, dice una voz que conoce el pulso que se vive en ambos lados de la coalición de gobierno.

 

En el equipo amarillo están muy lejos del destete táctico y político del expresidente Mauricio Macri. Su regreso de Europa es esperado por propios y ajenos. Todavía creen que su definición acerca de una posible candidatura servirá para terminar de ordenar la interna. Un mal síntoma si lo que desean demostrar es la templanza y capacidad de mando para conducir un país. Macri hace su juego y condiciona su decisión a la esfera “personal”, el único aspecto lo suficientemente blindado que no permite cálculos ni aproximaciones.

 

La Argentina debe ser capaz de salir de una vez por todas del ambiente tóxico que generan los personalismos opuestos. Para eso, muchos dirigentes deben animarse a dar un salto de calidad, capaz de despertar el interés de una sociedad angustiada y adormecida por su propia incapacidad de mando.




   

martes, 7 de marzo de 2023

Mugre en campaña... @dealgunamaneraok...

Mugre en campaña...

Probemos con la defensa siciliana. Alberto Fernández. Pablo Temes.

Unos prefieren ponerla bajo la alfombra y otros quieren visibilizarla en forma oportunista.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/03/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

La acepción segunda de la palabra energúmeno arroja la siguiente definición: persona colérica que, al enojarse, se expresa con violencia. Es un significado que cuadra a la perfección para reflejar el brutal ataque verbal a la Corte Suprema  –institucionalmente grave– que protagonizó el presidente Alberto Fernández en su lamentable discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso del miércoles pasado. Fue, además, una muestra más de la contradicción y la mentira con la que se maneja de manera habitual el Presidente. No fue la única mentira que se expresó en ese discurso. Hubo tantas que se hace tedioso contarlas. El abanico de faltas a la verdad y tergiversaciones fue tal que, no solo a todos los opositores, sino también a muchos oficialistas generó indignación.

A lo largo de esas dos horas de tedio, AF describió un país que es inexistente para un porcentaje creciente de la población. Nada significativo se dijo de la falta de seguridad y de la inflación. Esas realidades fueron pasadas por alto. Es la apología del relato. El mismo AF que supo fustigar esa metodología maniquea del kirchnerismo terminó siendo uno de sus exégetas. Más aún, el primer mandatario hizo el ridículo –otra vez– cuando al poco tiempo de terminar su discurso la realidad lo desmintió categóricamente con el enorme apagón que dejó sin energía a más de 20 millones de argentinos. Su divorcio con la realidad es alarmante. 

La balacera contra el supermercado propiedad de la familia de Antonela Rocuzzo, esposa de Lionel Messi, dejó al Gobierno desnudo ante la dura evidencia de los hechos. ¨Algo más habrá que hacer¨, dijo el Presidente al referirse vagamente a la dramática situación que se vive en una Rosario que está a merced del narcotráfico y el sicariato. “Los narcos ya ganaron¨, otra de las frases lamentables que pronunció sin ruborizarse Aníbal Fernández, hubiera significado en cualquier gobierno con algo de sensatez y vergüenza la renuncia del funcionario. Como es público y notorio, nada de ello va a ocurrir. Lejos de eso, el ministro fue confirmado. ¿Qué se puede esperar de alguien que confiesa tamaño fracaso?  

El líder de una de las bandas narcos que asola Rosario, Ariel Cantero, tenía un teléfono fijo en su celda. ¿Es esto casual? Una de las discusiones absurdas de este tiempo es el permiso para que presos de cualquier calaña tengan teléfonos celulares. La evidencia es abundante en casos de delincuentes que, desde sus celdas, pergeñan delitos de alto impacto y gran violencia. Los fiscales y jueces honestos que persiguen a los narcotraficantes deben luchar contra un sistema de corrupción fenomenal que comienza en el poder político, pasa por miembros de las policías de todos los rangos y alcanzan también a jueces corruptos. 

Hubo tantas mentiras en el discurso del Presidente en el Congreso que es tedioso contarlas. 

La absurda disputa política entre el gobierno nacional, el gobernador de la provincia, Omar Perotti, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, es de no creer. La mera existencia de una Unidad de Investigación y Juicio especializada en Balaceras parece sacada de una novela del surrealismo mágico. 

La degradación de las capas sociales es el caldo de cultivo perfecto para que narcotraficantes y sicarios no encuentren mayores dificultades a la hora de reclutar gente. En su mayoría se trata de jóvenes que ya han visto una generación familiar al servicio de la delincuencia. Esto, claro está, no es fruto de la realidad actual sino de más de 25 años de decadencia. Rosario tiene –además-–una ubicación estratégica que beneficia al crimen organizado y el tráfico de drogas: es una de las grandes terminales portuarias de Argentina –cruzada por el polo agroexportador– y está atravesada por las principales rutas nacionales provenientes del norte, que desembocan en diferentes centros del país. Por otra parte, la ciudad es un lugar de convergencia de circuitos internacionales gracias al río Paraná y su cercanía con la Capital Federal. Nada de esto es una novedad. No había que ser un especialista para prever lo que podría ocurrir. Esto pone de manifiesto muy claramente la connivencia grosera de los distintos estamentos de nuestra dirigencia. La pregunta es la siguiente: si no se pone manos a la obra y de manera seria, ¿cuáles serán las próximas ciudades en caer? ¿Buenos Aires, Córdoba?, y una larga lista de etcéteras.

La política inescrupulosa no quiere ver que no se trata de Rosario y Santa fe; es un problema que pronto puede extenderse a todo el país. Eso sí, AF, cuya imagen personal y su lenguaje corporal indican que le cuesta cada vez más sostenerse al frente de la gestión, ha descubierto que los rosarinos “también son argentinos”, reflexión que no hace más que confirmar su pensamiento decadente teñido de impericia. 

La campaña política funciona como una divisoria de aguas entre quienes prefieren barrer la mugre debajo de la alfombra y aquellos que buscan visibilizar el tema de forma tardía y bastante oportunista. Unos y otros son responsables en diferente forma y grado. Una cosa es segura: sin un plan serio, sin profesionalismo, y sin una política de combate del narco sostenida en el tiempo por más de un gobierno –sea del color que fuere– a nuestra querida Argentina no le espera nada bueno.




   

domingo, 9 de octubre de 2022

Bombas que explotan… @dealgunamaneraok...

Bombas que explotan… 

Subordinación y bardo I, Sergio Berni. Dibujo: Pablo Temes.

El kirchnerismo está recogiendo el resultado de su mala gestión y sus mentiras. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 08/10/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

 

La descomposición interna del Gobierno no para. Elizabeth Gómez Alcorta quería renunciar a su cargo hace tiempo. Entre su mala gestión –en nada diferente de la mala gestión del Gobierno– y sus posturas contrarias al respeto del orden lógico del Estado de derecho, su presencia en el gabinete nacional era un sinsentido. 

Gómez Alcorta llegó al cargo de la mano de Alberto Fernández, por lo cual no era muy querida por el kirchnerismo, que le había picado el boleto hace tiempo. El episodio del desalojo de los delincuentes pseudomapuches que habían intrusado propiedades públicas y privadas, le sirvió a la hoy exministra para dejar su puesto. Lo significativo del caso va más allá de la ministra, de notoria intrascendencia. 

Hay otros que están pensando en hacer lo mismo. Uno de ellos es Juan Zabaleta, el ministro de Desarrollo Social. No solo porque está harto de tener que lidiar con la indomable ola de protestas sociales –para las que no tiene soluciones de fondo–, sino también porque ve peligrar su supervivencia al frente de la intendencia de Hurlingham, ante el avance descarado que allí está haciendo La Cámpora en su avidez por quedarse con el gobierno de ese municipio. Atornillado a su poltrona, el que resiste es el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, otro leal al Presidente que está bajo fuego amigo. Andrés Larroque, ante tal actitud, ya comenzó el trabajo de derrubio de Moroni. Y ya se sabe que, cuando Larroque habla, lo que hace es expresar el pensamiento de Cristina Fernández de Kirchner. 

A pesar de que ya no le quedan rincones en el poder, Alberto Fernández sostiene sus ilusiones como candidato. 

Repite sin parar que, por mucho menos del ajuste que está haciendo Sergio Massa en Economía, a él le voltearon a Martín Guzmán. En el fondo cree que él mismo es el ideólogo de parte del leve repunte de reservas y del intento de moderar el gasto público. Ante este devenir, el actual ministro de Economía debería estar más que atento y, tal vez, preocupado. Su gestión ha sido, hasta aquí, absolutamente ineficaz para combatir con algún éxito la inflación.

“Esta invasión terrible e inoportuna de contrarios sucesos nos aguarda desde el primer sollozo de la cuna”, reza uno de los párrafos de la inmortal Epístola moral a Fabio de ese sevillano ilustre que fue Andrés Fernández de Andrada, que bien podría aplicarse a varios de los integrantes del gobierno del Frente de Todos contra Todos. 

Un condimento adicional: las medidas del líder del Frente Renovador les ponen los pelos de punta a CFK, a su hijo Máximo y a todo defensor del relato kirchnerista. “Acusan a Sergio de ceder ante el campo y lo tildan de mano blanda con los empresarios. Para algunos es más importante hacer fulbito para la tribuna que mantener a salvo la gestión”, dicen allegados al Frente Renovador. 

A este compendio de artillería conocida como fuego amigo debe agregarse un capítulo central. Un reconocido economista que prefirió mantenerse al margen del Gobierno dijo en la primera rueda de paritarias: “Para determinar el grado de conflictividad social hay que prestar atención al número que reclaman los gremios. La desmesura es un indicador peligroso”. Pablo Moyano, líder de Camioneros, Sergio Palazzo, diputado nacional al mando de La Bancaria, y el ya conocido conflicto de los trabajadores neumáticos echaron nafta al fuego con paritarias que van de entre el 94% y el 130% –que intentan llevarse los Moyano para no dejar al peronismo detrás de la izquierda–. 

Con ese nivel de recomposición salarial en un contexto inflacionario como el actual, no hay país que aguante. La solución más fácil para el Gobierno es darle a la maquinita y continuar alimentando un círculo vicioso que no conduce a nada. 

A este “infortunio” hay que agregarle la desastrosa y fatal actuación de la Policía Bonaerense asignada a la seguridad del partido entre Gimnasia y Esgrima La Plata y Boca. El reguero de muerte, heridos y devastación que dejó la actuación de la fuerza fue producto de un accionar descontrolado y brutal. Si esto hubiese ocurrido en el gobierno de María Eugenia Vidal, desde CFK hasta el hoy Presidente, pasando por organismos de derechos humanos e incluyendo a Axel Kicillof, estarían exigiendo, cuando menos, la renuncia del ministro de Seguridad. En cambio, ninguno de los mencionados protagonistas lo ha hecho con Sergio Berni. El actual ministro es tan ineficaz como igualmente intocable. ¿Será, como lo hacen circular a modo de murmullo las voces de muchos de los habitantes del poder, porque conoce muchos de los secretos de la vicepresidenta? 

Los dos ministros de Seguridad más “notorios” del Frente de Todos contra Todos –Aníbal Fernández y el susodicho Berni– exhiben un nivel de fracaso monumental. 

Lo que le está ocurriendo al kirchnerismo es que le están explotando las bombas que, entre 2015 y 2019, le explotaron al gobierno de Mauricio Macri. Esos acontecimientos, de dolorosas consecuencias para la ciudadanía toda, van dejando al descubierto no solo la mala gestión del oficialismo, sino también sus mentiras. Como dijo Abraham Lincoln: “Se puede engañar a todos por algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero lo que no se puede hacer es engañar a todos todo el tiempo”.




   









 

jueves, 1 de septiembre de 2022

Intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner... @dealgunamaneraok...

 Intentaron asesinar a Cristina Kirchner en la puerta de su casa…


Se produjo en momentos en que la vicepresidenta saludaba a los militantes que se habían concentrado en las puertas de su domicilio en el barrio porteño de Recoleta. Hay un detenido. (*)

© Publicado el jueves 01/09/2022 por la Agencia Noticias Argentinas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os. 

Un hombre armado que intentó dispararle a Cristina Kirchner fue detenido por personal policial, en momentos en que la vicepresidenta saludaba a los militantes en la puerta de su domicilio en el barrio porteño de Recoleta. 

La persona detenida se encontraba a escasos metros de la titular del Senado y tras ser detectada por personal policial fue separada de los manifestantes. 

En ese momento se produjo un tumulto y Cristina Kirchner fue alejada de esa zona, aunque siguió saludando al resto de los militantes como lo hizo esta semana al llegar desde el Senado. 

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, confirmó que la persona detenida tenía un arma. 

"En el cuidado del caso, una persona que es indicada por quienes estaban cerca de él muestran que tenía un arma.

Fue detenida por personal de la custodia, lo apartan, secuestran un arma y ahora tienen que ser analiza a situación por nuestra gente de científico como para evaluar las huellas", detalló Fernández.

(*) Fernando André Sabag Montiel



   

domingo, 22 de mayo de 2022

Desgobierno. Un fracaso de Cristina… @dealgunamaneraok...

 Un fracaso de Cristina… 

¡Campana! Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente suma y la vice se “corre” de la gestión, pero Alberto F es un invento de ella.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/05/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentinos.


Fue un viernes de pesadilla para Alberto Fernández del cual tal vez no tenga registro, algo que se ha transformado en habitual en sus conductas. Comenzó temprano, con la entrevista radial que le concedió a Ernesto Tenembaum. Las falencias que exhibió el Presidente bien podrían servir como material de estudio para explicar con lujo de detalles que la comunicación política debe estar en manos de profesionales y que no se debe subestimar a los medios. 

En un momento, el jefe de Estado habló de las retenciones a las exportaciones agrícolas a las que calificó como “el instrumento con el que más fácilmente se desacoplan los precios internos de los internacionales”. Fernández luego dijo: “Ahora, las retenciones son un tema legislativo y necesito que el Congreso entienda el problema y llegado el caso acompañe una decisión de esa naturaleza”. Diferentes actores del Gobierno –funcionarios cercanos al Presidente– venían batallando para alejar cualquier tipo de conflictividad con el campo y han descartado, en más de una oportunidad, aquel instrumento de “desacople”. 

Retenciones ¿sí o no? Luego de las declaraciones del Presidente sonaron todas las alarmas y revivieron viejas rencillas. El secretario de Comercio Interior Roberto Feletti –ahora bajo la órbita de Economía– promovía las retenciones y empujaba todo tipo de inquinas contra el campo para cumplir con los deseos de Cristina Fernández de Kirchner. Anida en ella y los suyos la sed de revancha desde los tiempos de la 125. Del otro lado de la grieta del Frente de Todos Contra Todos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, las rechaza. Tanto fue el revuelo que generaron las declaraciones del primer mandatario, que el propio ministro de Agricultura, Julián Domínguez, tuvo que salir a desmentir al Presidente y descartó también el envío de un proyecto de ley al Congreso destinado a la suba de ese instrumento distorsivo. ¿Qué le pasa a Alberto Fernández?  

Quienes lo conocen manifiestan estar “hartos” de que se corte solo en los diálogos con la prensa. “No es que la entrevista no haya estado pautada, pero no hay manera de hacerle entender que, con todos los temas que tiene en su cabeza, es necesario repasar y consensuar ciertos aspectos con su equipo de comunicación”. Otra voz fue mucho más tajante: “Cree que se maneja bien, que puede sostener el vínculo con los periodistas de memoria, pero una cosa es la repercusión de lo que puedas decir como opositor, y otra muy distinta la dimensión que toman sus palabras al ser el Presidente”.

 

CFK es la mejor posicionada en el peronismo, pero los votos no le alcanzarían.

Con todo, no fue éste el único traspié que sufrió AF en la aciaga jornada del viernes. El otro lo padeció en el acto de apoyo a su gestión que organizó la Unión Obrera de la Construcción. La escasez de la concurrencia, la ausencia de la mayoría de los gobernadores peronistas –el único que asistió fue el gobernador de San Juan, Sergio Uñac– el faltazo de varios ministros y secretarios de Estado, el discurso crítico del secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez y los silbidos del final terminaron de exponer la falta de apoyo al Presidente y su gestión. Supuestamente, la convocatoria de marras tuvo como objetivo el relanzamiento del Gobierno. Lo que ocurrió quedó a años luz de tal propósito. “Ese acto nunca debió hacerse”, expresaba a modo de amarga queja una voz que habita un despacho de importancia en la Casa Rosada.   

Asoma la fecha del 25 de mayo como símbolo para encarar la revitalización del Gobierno, algo que nadie cree posible. Una de las acciones que el Presidente está llevando adelante es la de convocar a distintos personajes del ámbito político para invitarlos a incorporarse a su gobierno. Uno de los últimos fue Florencio Randazzo, cuya respuesta fue negativa. Nadie quiere subirse a este Titanic. 

Lo que está sucediendo en este presente aciago es algo que nunca se había vivido en nuestro país desde la recuperación de la democracia: al peronismo en el poder nunca le había estallado la bomba que el mismo peronismo contribuyó a configurar con un presidente carente de liderazgo. Las consecuencias de esto son fatales. La más evidente es la emergencia a la superficie de una interna feroz. “Cristina se corrió de la gestión” dijo con todas las letras Aníbal Fernández. Es la descripción de su conducta frente a lo que está pasando. CFK nunca se hace responsable de sus fracasos.  

Porque AF es un fracaso suyo. Y lo que sucede en cada una de las áreas en la que gestiona su gente –PAMI, Anses, YPF– también. La vicepresidenta da por perdida la posibilidad de alcanzar logros de aquí a agosto del año que viene, mes en el que se harán las PASO.  

Su preocupación es la elección del próximo año ante la posibilidad cierta de una derrota. Por lo tanto, su mente está puesta en torcer ese destino. La búsqueda de candidatos es decepcionante para ella. Ninguno despunta la posibilidad de alcanzar una victoria. Jorge Capitanich, uno de los señalados como alternativa, es humo. 

El espejo de la realidad le devuelve una imagen preocupante: al día de hoy, la mejor posicionada dentro del peronismo para la elección presidencial es ella, pero con los votos que obtiene queda lejos de cualquier chance de triunfo. 

La adversidad y la evidencia de un horizonte de derrota generan una situación de zafarrancho en la que cada cual atiende su juego.

A este mundo de internas tampoco le escapa la oposición. Mauricio Macri le da a entender a cada una de las personas con las que habla que su voluntad es la de ser candidato a la presidencia en 2023. Está esperando el segundo tiempo. Quienes lo han visto últimamente lo han escuchado decir cosas críticas y despreciativas de Horacio Rodríguez Larreta. También de Elisa Carrió y del radicalismo. Su nivel de autocrítica es mínimo, casi nulo. En las encuestas que se han conocido esta semana referidas a la interna de No Tan Juntos por el Cambio los candidatos del PRO superan a los del radicalismo.  

“La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”, reza una frase del escritor y filósofo francés Edmond Thiaudière. Es la Argentina del presente.