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domingo, 11 de abril de 2021

Intolerancias Varias. Guerra y Política de insultos… @dealgunamaneraok…

Guerra y política de insultos 

“Mi pobre angelito 2021”... Horacio Rodríguez Larreta. Dibujo: Pablo Temes. 

La dirigencia actual ha entrado en una espiral de violencia de alcance peligroso y perjudicial para las instituciones. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 11/04/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Ante el abrumador aumento de casos de covid-19 en el AMBA, las discusiones respecto de los niveles de actividad y las restricciones comenzaron mucho antes del crispado y vergonzoso panorama que nos dejó la semana. 

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la decisión de sostener actividades y apelar a la conciencia individual estaba tomada desde un principio. En cambio en la Nación y en la Provincia –con Axel Kicillof a la cabeza– venían dando señales claras de querer volver a la fase de restricciones estrictas. 

Casi todos los días está sucediendo que, personas que dicen pertenecer al gobierno nacional, entran en comercios de la capital para concientizar acerca del cumplimiento de los protocolos esgrimiendo que el Gobierno de la Ciudad no cuida a sus vecinos y por eso no les ordena cerrar. En las afiebradas mentes de algunos funcionarios kirchneristas el objetivo de esta cruzada es dañar a Horacio Rodríguez Larreta.  

En efecto, de acuerdo con algunos analistas, la imagen de Alberto Fernández se acerca a una nueva meseta más baja que las anteriores, con poco más del 30% de imagen positiva y casi 60% de negativa. 

Recordemos que hace exactamente un año, al inicio de la pandemia, Alberto Fernández sorprendía con el 70% de aprobación. Sin embargo, esto contrasta con uno de los últimos sondeos de la consultora Management & Fit que señala que el 39,3% de los consultados dijeron estar “muy dispuestos” a retornar a un confinamiento estricto, seguido por el 19,9% que se mostró “algo dispuesto”. 

Del otro lado, el 14,1% manifestó estar “poco dispuesto” a volver al confinamiento, mientras que el 22% rechazó de plano hacerlo. Los números podrían  interpretarse como un gesto de respaldo a las medidas del Presidente con una salvedad muy clara: el corto plazo. El día a día y el impacto en la actividad económica marcarán los límites. Si la medida se extiende más allá del 30 de abril y el bolsillo de la gente se ve afectado en un contexto social en el que hay 42% de pobreza dicha aprobación seguramente bajará. 

La bomba estalló el miércoles –a pesar de los sucesivos encuentros entre representantes de la Ciudad y La Provincia en la Casa Rosada– cuando la batería de nuevas-viejas restricciones salió a la luz. De las reuniones previas habían participado los tres jefes de Gabinete, Santiago Cafiero, Carlos Bianco y Felipe Miguel; y los referentes de los ministerios de Salud, Carla Vizzotti, Nicolás Kreplak (viceministro de Daniel Gollán) y Fernán Quirós.  

“A Gollán lo guardaron y le pidieron a Nicolás que vaya en su lugar. Es más amable en el diálogo aunque ambos piensan lo mismo. Gollán es intransigente y bastante provocador. Con él todo hubiera empezado con el pie izquierdo”, aseguró una fuente de Salud de la Provincia. 

Más allá de los desacuerdos que se habían anticipado, estos encuentros desnudaron la existencia de ánimos crispados. Desde Provincia fueron con los tapones de punta a plantear algo muy similar al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que indica que cada persona debe quedarse en su domicilio y que solo se puede salir para realizar compras básicas, trabajos esenciales o exceptuados. Los funcionarios porteños consideraron que eso era inaplicable y, por ende, inaceptable.  

“En la antesala, antes de ingresar a la reunión, empezaron las chicanas. Acusaban a la Ciudad de iniciar los contagios que luego llegaban hasta la Provincia”, afirmó un testigo de la previa. El propio gobernador repitió la chicana de manera muy seria en su conferencia de prensa. Ya en el interior de la reunión la tensión creció. “La gente de Kicillof, que quería el cierre total, tiene una forma muy vehemente de exponer sus ideas que por momentos se torna violenta”, enfatizó la misma fuente. 

El jueves Axel Kicillof habló ante la prensa para detallar las medidas que la Provincia tomaría luego de las restricciones anunciadas por el Presidente. En su discurso el gobernador se refirió a la segunda ola como un “tsunami”, habló de “espanto”, “horror”, “explosión de casos” y aseguró que se van a tomar todas las medidas que haya que tomar. 

“Le gusta ir siempre un paso más allá. Si puede opacar al Presidente, mejor. Sabía que con ese discurso se iba a llevar todos los titulares y alguna palmadita de su jefa”, se quejó una fuente de la coalición gobernante que agregó: “Ya está colmando el vaso. Varios lo tienen en la mira sobre todo después de apañar a Sergio Berni y no colaborar para ponerlo en línea”. 

Desde Juntos por el Cambio la estrategia fue bien distinta. La orden que bajó Horacio Rodríguez Larreta a sus voceros fue clara y basada en al menos tres aspectos: sostener el desacuerdo con la restricción a la circulación y apelar al sentido común para no complicarle la vida a la gente; hacer hincapié en la noción de bienestar integral contemplando salud física y emocional, educación y trabajo; y confiar en la conciencia individual antes que recurrir a la inoculación del miedo. 

Una vez que los jugadores movieron sus fichas y las críticas quedaron a la vista la destemplanza se adueñó del presidente Alberto Fernández. Tildó de “imbéciles” y “miserables” a los integrantes de la oposición que criticaron las medidas antes de que vieran la luz y a los que señalaron que las restricciones serían parte de una estrategia política. En la sesión del jueves en el Senado donde se votaron las modificaciones al impuesto a las ganancias el clima volvió a ser hostil. Ante los embates de la oposición, CFK les dijo “maleducados” y “barrabravas” y los mandó a “callarse la boca y escuchar”. 

La dirigencia ha entrado en una espiral de violencia (verbal y física) de alcance peligroso y perjudicial para las instituciones. 

“Alberto se bancó el circo de los que lo acusaron de hacer política con la pandemia y viene cargando con los coletazos del vacunatorio vip que no paran. Encima tiene que lidiar con algunos del otro lado de la coalición que quieren mostrar rigurosidad y ser más papistas que el papa. Eso es fulbito para la tribuna. Es lógico que explote por algún lado”, lo justificaron en su entorno. La referencia directa fue para Axel Kicillof. 

En el medio de todo esto se coló la negociación para la postergación de las PASO. El problema que tiene el Gobierno para buscar acuerdos que hagan factible esta decisión son las acciones protagonizadas por sus mismos integrantes. He aquí una muestra de ello: para el domingo 2 de mayo están anunciadas las elecciones internas del Partido Justicialista bonaerense en las que el kirchnerismo buscará consagrar como nuevo líder a Máximo Kirchner. ¿Cómo es eso?: ¿las PASO son un riesgo y las internas del justicialismo, no? 

Una vez más la contradicción y la mentira –esencias del kirchnerismo– afloran con la irrefutable contundencia de los hechos.

 

Producción periodística: Santiago Serra.





 

domingo, 8 de noviembre de 2015

Elecciones 2015. ¿Noticia u Operación de prensa?... @dealgunamanera...

Encuesta: a dos semanas del balotaje, Macri le saca ventaja a Scioli...


Elecciones 2015. El panorama de la elección presidencial. En la elección del 25 de octubre, el candidato de Cambiemos sacó casi 3 puntos menos que el del kirchnerismo. Hoy, Macri ganaría por 8,2 puntos.

Faltan dos semanas justas para el balotaje que determinará quién sucederá a Cristina Kirchner en la Presidencia y Mauricio Macri consiguió sacar ventaja sobre Daniel Scioli. El candidato de Cambiemos tiene una intención de voto de 51,8% y el del Frente para la Victoria de 43,6%, según una encuesta de la consultora Management & Fit exclusiva para Clarín, realizada en todo el país entre el 1° y el 5 de noviembre. 

A su vez, un 4,5% asegura que impugnará el sufragio o votará en blanco. En el estudio, que muestra una distancia de 8,2 puntos entre los dos adversarios, se realizó una proyección del voto del 10,9% de los encuestados que aún se muestra como indeciso respecto a lo que hará el 22 de noviembre.


La situación marca un quiebre con respecto a la elección del 25 de octubre, cuando, según los números difundidos por la Cámara Nacional Electoral, el candidato del FPV obtuvo 9.338.449 votos (un 37,08%), contra 8.601.063 de su rival de Cambiemos (un 34,15%). Como ninguno llegó a 45% ni a 40% con 10 puntos de diferencia sobre el segundo, la Asamblea Legislativa ratificó en la semana la convocatoria a la segunda vuelta.


Según el sondeo de M&F, Macri consiguió seducir –al menos hasta ahora– a una mayor proporción de los votantes que no se habían inclinado en la primera vuelta por ninguno de los dos candidatos que entraron en la segunda vuelta. La disputa por esos más de 7 millones de votos es el corazón de las dos campañas que desarrollaron Macri y Scioli en los últimos días. El botín mayor es el electorado de Sergio Massa, que representó el 21,39%.


La campaña de Scioli se basó en denunciar los presuntos planes de Macri en caso de que llegue a la Presidencia, mientras que el jefe de Gobierno porteño optó por no confrontar o confrontar poco.

Aunque no anunció en forma explícita su apoyo a Macri, Massa ya dijo que no votará a Scioli y lo mismo hizo Margarita Stolbizer, que en las generales obtuvo un 2,51% de los votos. Por el contrario, Adolfo Rodríguez Saá, que consiguió 1,64%, se mostró cerca del postulante del kirchnerismo.

El Frente de Izquierda, que llevó al frente de su boleta a Nicolás del Caño (3,23%), promueve el voto en blanco, que no tiene injerencia en el conteo final de los sufragios. Ayer, el candidato del FIT anunció que pedirá a la Justicia que le habilite espacios de TV y fiscales para defender el voto en blanco.


En los dos equipos de campaña señalan que los porcentajes de apoyo a Macri y Scioli podrían cambiar con el debate televisado del próximo domingo. Los ciudadanos no tendrán forma de conocer cómo impactará esa discusión pública –será la primera entre ambos candidatos, ya que el gobernador bonaerense se negó a participar del debate que hicieron los otros aspirante antes de las elecciones generales– en la intención de voto, ya que la ley electoral impide difundir encuestas electorales desde ocho días antes del comicio.

Los números del estudio de M&F marcan que Macri consigue su mejor resultado en el centro del país, la región que concentra al 66,1% del electorado. Allí, un 47,8% de los consultados dice que votará por el jefe del PRO, mientras que un 37,7% se inclina por Scioli. En Cuyo, donde vota el 7,1% de los argentinos, Macri también lleva la delantera: consigue un 54,6% de las proyecciones, mientras que Scioli obtiene 34%.

Por su peso electoral, la ventaja en esas dos zonas le permite a Macri contrarrestar los votos que lograría Scioli en las provincias del Norte y en las ubicadas más al Sur. El candidato del FPV tiene un 45,7% de votos en el Noroeste, donde vive el 12,1% del padrón, mientras que a Macri lo apoya allí un 42,9. 

Scioli logra su mejor desempeño en el Noreste –con un peso electoral del 9,2% del país– donde un 52,7% de los encuestados asegura que lo elegirá, en contraste con el 36,9% que dice optar por Macri. En el Sur, con 5,5% de los votantes argentinos, Scioli ganaría, pero por menos: obtiene un 45,8% de la intención de voto frente al 40,7% que adelanta que podrá la boleta de Macri. 

Todos los números de la intención de voto por regiones se tomaron sin proyectar los indecisos. 

© Publicado el domingo 08/11/2015 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Nota del Redactor: Este artículo está publicado con la única intención de evaluar luego del 22 de Noviembre cuán de cierto y serio son estas encuestas.