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domingo, 30 de julio de 2023

Incapacidad. Una campaña sin sorpresas… @dealgunamaneraok...

Incapacidad. Una campaña sin sorpresas… 

Pato Blindaje 2023. Patricia Bullrich. Dibujo: Pablo Temes

Algunos candidatos se acordaron a último momento de dar a conocer sus propuestas para una elección que sigue sin despertar interés.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 29/07/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Es bien sabido, desde hace años, que la esencia del kirchnerismo es la mentira y la contradicción. Son dos características fundamentales para la elaboración del así llamado relato. Su impronta es tal que los conversos las han adoptado con notable naturalidad. El que picó en punta fue Alberto Fernández. Entre las tantas mentiras del presidente saliente se recuerda aquella del martes 15 de marzo de 2020, cuando dijo: “El viernes comienza la guerra contra la inflación”. Quien no le va en saga –a la manera de un verdadero discípulo– es Sergio Massa.

El ministro de Economía –que supo enojarse con muchos periodistas porque no lo llamaban superministro– dijo el viernes en San Juan: “Vengo a comprometerme y decirles que voy a ser el presidente que derrote a la inflación y que defienda el salario”. De no existir los videos y los audios que así lo atestiguan, algún desprevenido podría haber pensado que se trataba de una humorada surgida del talento de Ariel Tarico en sus agudas y magistrales imitaciones que son furor.

El ritmo lo marca el Fondo

Desde el 3 de agosto de 2022 –día en que asumió el cargo– hasta fin de junio, la inflación interanual llegó al 100%. Y ya se sabe que el índice de precios al consumidor –el famoso IPC– de julio estará por arriba del 6% que hubo en junio. La gestión de Massa al frente del Ministerio de Economía pasará a la historia precisamente por sus altísimos niveles de inflación. Tanto es así que el Banco Central anunció hace pocos días que dispuso posponer la difusión del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) para después de las PASO. 

El REM, que debería publicarse el viernes 4 de agosto próximo, se dará a conocer dos días después de esa elección. Es una encuesta que se realiza entre bancos, centros de estudios y consultores, cuyo fin es el de dar a conocer pronósticos y proyecciones sobre los indicadores claves de la economía, como por ejemplo, tasas de interés, dólar y cifras de crecimiento. 

¿Alguien puede creer que escondiendo, maquillando o posponiendo datos, la realidad pasará inadvertida para los círculos de poder y la sociedad toda? Son recetas perimidas que nos obligan a volver a citar en esta columna al enorme fracaso de Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio Interior; tiempos en que los números se dibujaban y el Indec se encontraba intervenido. 

Se trata, una vez más, de esa costumbre infantil y disfuncional que sostiene que lo que el kirchnerismo no admite no existe. Es la negación misma de la realidad. 

Un espectáculo decadente

Sergio Massa no está cómodo. Sabe que la intención de voto no lo acompaña como quisiera de cara a la próxima elección. Ya se resignó a recibir los embates del fuego amigo disparados por Juan Grabois y Luis D’Elía. Nadie hará nada para contenerlo. De hecho, la vicepresidenta en funciones sabe que no puede desconocer esa parte estructural del relato militante y ha decidido seguir jugando a dos puntas. 

En el entorno del ministro y candidato se dan por conformes con mantener fuera de la escena política al presidente Alberto Fernández: 

“Sergio no tiene nada en contra de él pero no podemos dejar que su figura influya de manera negativa en la campaña. No suma. Es mejor mantenerlo alejado”, admiten cerca del tigrense. Es lógico. Nadie quiere pegarse a un presidente que llega al final de su gestión con un esfuerzo enorme, desgastado y vapuleado política y personalmente por los propios. Eso explica la poca o nula actividad en su agenda casi totalmente limitada a los eventos internacionales de poca monta. La caída en su imagen y el derrumbe de su popularidad desde el inicio de la pandemia hasta hoy, sin dudas será un caso de análisis en los futuros estudios de opinión pública y propaganda. 

La semana volvió a retrotraernos a los tiempos de cuarentena, cuando salió a la luz que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, había permitido en tiempos de aislamiento que conocidos o allegados pudieran despedirse de sus familiares en estado crítico cuando nadie más podía hacerlo. Nadie está cuestionando un gesto de humanidad pero es innegable que todavía siguen y seguirán apareciendo ejemplos de la doble vara moral y ética del kirchnerismo. El vacunatorio VIP y la fiesta de Olivos serán los ejemplos por excelencia de esa doble moral. Para el Gobierno y los amigos del poder, todo estaba permitido. Para el ciudadano común, las reglas generales de la ley. Inadmisible. 

Un Massa para cada gusto 

En Juntos por el Cambio están haciendo todo lo posible –aunque no parezca– para bajarles el tono a las disputas internas. Operadores políticos del alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y de la exministra de Seguridad Patricia Bullrich intentaron acercar posiciones para allanar el camino a la posibilidad de que los precandidatos presidenciales compartieran el búnker el día de las PASO –idea inicial del larretismo–  pero como las cosas fueron de mal en peor, también se cayó la idea de una foto conjunta el mismo 13 de agosto cuya intención era demostrar que la pelea real será contra el kirchnerismo. El encono entre ambos tuvo un nuevo detonante: las críticas de HRL a la propuesta de Bullrich de impulsar “un blindaje” de las reservas para poder remover el cepo en los primeros días de su hipotética gestión. En realidad, hay un tímido intento de fondo de endurecer al jefe de Gobierno porteño en el tramo final de la campaña. “No se trata de halconizarlo. Horacio se siente cómodo y sabe que ha llegado hasta acá sin gritos ni portazos, con diálogo y gestión”, se definen en Uspallata y contraatacan: “Últimamente cada vez que Patricia habla, la caga. Hay que dejarla seguir sin interrupciones, nosotros ya tenemos nuestro manual”. Del otro lado de la coalición opositora reconocen a regañadientes que las últimas declaraciones públicas de su líder no han sido felices pero atribuyen su silencio a una supuesta ventaja en las últimas encuestas de opinión: “Estamos liderando, que el desgaste lo haga el otro”.

No se esperan sorpresas para el tramo final de la campaña. Algunos candidatos se acordaron a último momento de dar a conocer sus propuestas para una elección que sigue sin despertar interés como ha quedado demostrado en los altos niveles de abstención que se registraron en los comicios provinciales. Niveles preocupantes que tienen como únicos responsables a los líderes de la actual dirigencia política, incapaces de contribuir a la democracia y a la formación de ciudadanía.



   

sábado, 8 de enero de 2022

Política sin calidad… @dealgunamaneraok...

Política sin calidad… 

‘Box Populi’... Juan D. Perón. Dibujo: Pablo Temes.  

Un problema del país es que oficialismo y oposición comparten la pobreza con que representan a la gente.

 

“Siempre es bueno contar con liderazgos que no se agoten en una sola persona. La diversidad de figuras capaces de sostener un liderazgo ejecutivo es una fortaleza de JXC. Luego la gente decidirá quién los representa mejor”.


La frase pronunciada en plena campaña de cara a las primarias pertenece a uno de los dirigentes de la provincia de Buenos Aires, pero por aquel entonces, todos en la coalición opositora repetían un eslógan similar con la convicción –ilusión en realidad– de que para el 2023 faltaba mucho tiempo y que las internas se aplacarían con un triunfo en las elecciones de medio término.

 

El triunfo llegó pero, lejos de amainar, la interna recrudeció. La división del radicalismo es solo una muestra de ello. Tanto es así que, hace apenas unos días, se modificó la conducción de la mesa nacional de Juntos por el Cambio que quedó conformada así: Mauricio Macri –listo para salir a jugar su “segundo tiempo”–Horacio Rodríguez Larreta, como jefe de Gobierno porteño; los titulares de la UCR, PRO, CC y el Peronismo Republicano; los gobernadores; los presidentes de los bloques e interbloques de diputados y senadores de los partidos miembro, en líneas generales. La ausencia de María Eugenia Vidal ya era un secreto a voces. Sin el cargo de gobernadora y con un año para el olvido, la ex mandataria ex orgullosamente bonaerense, no tenía ninguna chance de ocupar algún cargo de relevancia partidaria.

 

Dentro de la coalición opositora se molestan con su silencio respecto del último escándalo protagonizado por uno de los ministros de su gestión. La AFI reveló las imágenes del ex ministro de trabajo Marcelo Villegas expresando su deseo ante un grupo de empresarios de “armar una Gestapo” para terminar con los gremialistas. “MEV se expresó en duros términos por la derrota respecto a la reelección de los intendentes que tendrán una chance más de seguir al frente de sus municipios, pero no dijo nada de Villegas que era su ministro de Trabajo. 


El repudio debió haber sido inmediato. Se dilató y ahora sería un bluff por la falta de timing político. Hizo lo mismo cuando tuvo que definir su salto de la provincia de Buenos Aires a la Ciudad. Demoró tanto en dar una noticia controvertida que se la terminó devorando la expectativa que ella misma había generado” –aseguró en duros términos un dirigente bonaerense del espacio que supo tener peso dentro de su gobierno.

 

Lo de la restauración de la re-reelección de los intendentes bonaerenses marca que, en más de un aspecto, hay muchos dirigentes de No Tan Juntos por el Cambio que son iguales a los que pueblan la geografía política del Frente de Todos contra Todos.  

 

Pero los problemas de la oposición no se agotan en el radicalismo ni en Vidal. Sino en las disputas internas por el poder de cara a las presidenciales. Esa urgencia por resolver una interna todavía muy caliente los hace tropezar con errores de conducción política en todos los niveles. Son errores garrafales que termina pagando la gente.

 

El Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto oficialista de modificación del impuesto a los Bienes Personales por falta de cohesión y de estrategia política. Un calco de lo que ocurrió en Diputados. Posibles soluciones y excusas pueriles para traspiés que nunca deberían haber ocurrido. El senador Martín Lousteau aferrándose a la idea de que el quórum se había logrado pasado el tiempo reglamentario y ya, sobre la leche derramada, el liberal José Luis Espert convocando a una rebelión fiscal para boicotear el avance del Gobierno. El aumento de la alícuota del impuesto a los bienes personales va a afectar a mucha gente de clase media que ha hecho su patrimonio en base a mucho trabajo y esfuerzo.

 

En el Frente de Todos Contra Todos también se vive la fiebre de la interna, por eso festejaron a viva voz el amateurismo de sus rivales. “Nos daban por muertos y terminamos cerrando el año mejor de lo que cualquiera esperaba y con una victoria importante en el Congreso” –se escuchó decir en el entorno de un envalentonado Alberto Fernández.

 

El año cerró sin haber alcanzado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que es imprescindible para que la Argentina recupere la posibilidad del acceso al financiamiento internacional.

 

La nueva ola de la pandemia causada por el covid-19 expone –día tras día– las incongruencias del Gobierno. Las desvaídas conferencias de prensa de la ministra de Salud, Carla Vizzotti constituyen un aporte notable a la confusión general. Desde ayer, rige en el país el pasaporte sanitario.

 

Nadie en el ámbito del Ministerio se tomó la molestia de preparar una campaña de información clara y sostenida para ilustrar a la ciudadanía sobre cómo, por qué y para qué usarlo. Lo mismo viene aconteciendo con el tema de los autotesteos, un instrumento lleno de grises al cual la mala comunicación oficial logra con gran éxito hacer aún más gris. Uno de los puntos confusos es el precio al público, que representa una sideral diferencia con el precio de costo.

 

Los que piensan mal –y aciertan–, no dejan de sospechar acerca de la existencia de un posible negociado. Las “grisuras” no terminan ahí sino que se extienden a la inexplicable diferencia entre la cantidad de vacunas distribuidas y las aplicadas, algo que a más de un año de haber comenzado la vacunación nunca pudo ser enmendado.

 

Los hechos de estos días demuestran que la Argentina tiene un grave problema con la calidad de su representación política que abarca tanto al oficialismo como a la oposición. “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. (Georg Lichtenberg).





lunes, 4 de octubre de 2021

Despúes de la Paliza. El ADN de los K no admite el diálogo… @dealgunamaneraok...

 Despúes de la Paliza. El ADN de los K no admite el diálogo…

 

La paliza de los medios de las mentiras. Dibujo: Pablo Temes.

En silencio, Cristina Kirchner está activa para definir los próximos pasos. Sabe que su proyecto de permanencia en el poder está en peligro.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/10/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

La paliza electoral del 12 de septiembre tuvo consecuencias reales en cuanto a los cambios de gabinete, la furia interna y el avance de la ex presidenta en funciones sobre su pupilo, y otras bastante más utópicas que ni siquiera un chico en edad escolar podría creer.

 

Alberto Fernández había prometido terminar con la grieta pero, como se ha visto a lo largo de los dos primeros años de su mandato, eligió profundizarla.

 

Desconcertado por los errores no forzados en algunos casos y asediado por el ala dura del gobierno en otros, el Presidente transcurre sus días en medio de un devenir incierto para el que no hay excusas.

 

Fue él quien apareció exaltado en los discursos.

 

Fue él quien maltrató y amenazó a la población que no cumpliera con los preceptos que él mismo violó.

 

Fue él quien decidió cerrar las escuelas, los comercios y la economía en plena pandemia para sostener la cuarentena más larga del mundo.

 

Fue él quien confrontó de manera creciente con la oposición para satisfacer las exigencias de Cristina Fernández de Kirchner en la creencia equivocada de que eso le traería beneficios políticos.

 

Fue él quien no supo pacificar y llevar tranquilidad a la población.

 

Fue él y, claro está, la ex presidenta en funciones y sus secuaces. Esto no es nuevo. Los dos gobiernos de CFK se caracterizaron por los discursos incendiarios llenos de odio contra el que pensaba distinto volcando su furia contra los medios de comunicación y la oposición. La pregunta se cae de maduro: con la vuelta al Gobierno de la vieja guardia ¿es creíble el cambio de formas que nos pretenden vender?

 

Veamos:

 

Hace una semana el Gobierno mostró cómo se bandea de un extremo al otro sin ningún problema. Como diría el inolvidable Groucho Marx: “Estos son mis principios pero, si no les gustan, tengo otros”. Así pues, de la noche a la mañana, prácticamente se dio por terminada la pandemia por decreto. Pasamos del encierro total a una flexibilización absoluta, poco razonable y mal implementada.

 

El miércoles 29, tras la flexibilización del cepo a la carne, el nuevo ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dijo que “hay que recomponer el clima de diálogo”.

 

El jueves 30, Alberto Fernández –que  está guardado bajo siete llaves–se vio por primera vez con CFK luego de la derrota en las PASO. Ocurrió en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada y la excusa formal fue la presentación del proyecto de ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial. El Presidente, que no paraba de mostrarse enojado apuntándonos con su dedo acusador retándonos y desencajado, pronunció frases como “escucharnos y buscar puntos de encuentro”; agregó que  “para que el desarrollo sea armónico no hace falta que todos digamos lo mismo o pensemos igual. Cada uno puede tener diferencias”. Más allá del tiro por elevación a CFK que lo miraba fijamente mientras intentaba dibujar en su rostro una impostada empatía, llamó la atención esta nueva versión del Presidente. Como frutilla del postre habló  de un país “que le diga no a la división”.

 

Le faltó aclarar que se trata de la división que el kirchnerismo creó y que su gobierno profundizó. Por si esto fuera poco, antes del encuentro con CFK, el Presidente les dedicó unos minutos a los vecinos de Ensenada, en un formato bastante similar a los timbreos que solía hacer Juntos por el Cambio de los que el kirchnerismo tantas veces se burló y al que ahora encontró virtuoso. Nada que sorprenda: el kirchnerismo, en particular, y una parte del peronismo son así: un día dicen una cosa y al siguiente dicen y hacen otra exactamente opuesta.

 

 

“Lo mandaron a guardarse hasta que el gabinete se reorganice. Le sacaron el micrófono y se lo dieron a Aníbal y Manzur. Aceptó los cambios y no creo que haya sido una estrategia para correrse del medio ante otra posible derrota. Está sobrepasado. Lo hizo por sumisión”, aseguró uno de los que se salvó de ser barrido por la escoba kirchnerista pero que día tras día profundiza su desilusión con Alberto Fernández. No contento con ello, agregó: “Más que divididos. Hay muchos que están rotos. Enojados”.

 

Desde el Patria aseguran que “el cambio de rumbo es real y que el Presidente debió haber pegado el volantazo mucho antes. Ahora tiene más tiempo para acompañar a Fabiola”, ironizaron.

 

Otros fueron algo más sinceros: “No creo que la gente que la está pasando mal se ponga a analizar las intenciones. Hay que ser pragmático. Cuando bajás ayuda, todos lo agradecen”. Es el plan “platita en el bolsillo” en su esplendor.

 

En silencio, la ex  presidenta en funciones está activa para definir los próximos pasos. Sabe que su proyecto de permanencia en el poder está en peligro. No está dispuesta a quedarse viendo cómo la administración de AF pone seriamente en riesgo ese proyecto del cual depende la impunidad que busca.

 

El próximo objetivo es Martín Guzmán y compañía, entiéndase por ello a Matías Kulfas. 
   

Al menos dos cosas quedan en claro. Primero, que al Gobierno no le importa en lo más mínimo teñir de verosimilitud el cambio en sus formas y su discurso. Segundo, que este disfraz dialoguista es un traje a medida para salir a la caza de los votos perdidos. El ADN kirchnerista es otro, y más temprano que tarde el lobo mostrará los dientes otra vez. Solo basta con mirar 21 meses hacia atrás para encontrar la respuesta a esta historia que ya vivimos.

 

Mientras tanto, la pobreza sigue golpeando con dureza a millones de argentinos. Son cifras que parecen de un país infradesarrollado.

 

A la misma hora en que se conocían estos datos, el Gobierno anunciaba –como un gran logro– la vuelta del público a los estadios de fútbol. Y para darle relieve, compartieron el estrado el jefe de Gabinete, Juan Manzur, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, el ministro de Turismo, Matías Lammens y el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

 

No hubo un panel de ministros organizado para hablar sobre el 40,6% de pobreza y el 10,7% de indigencia. Es lo que hay.





domingo, 25 de julio de 2021

Cierres reveladores… @dealgunamaneraok...

 Cierres reveladores… 


Sputin-V. Vladimir Putin. Dibujo: Pablo Temes

Las listas mostraron el deterioro de la autoridad de Alberto F y las asperezas internas de la oposición. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 24/07/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La interna en el Frente de Todos –que venía volando bajo radar hasta esta última semana– explotó de la manera más cruenta con la filtración de la carta de Cecilia Nicolini, asesora de confianza “estrella” del presidente Alberto Fernández, a Anatoly Braverman, mano derecha de Kirill Dmitriev, el CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa. 

Sobre el filo del cierre de las listas de candidatos para las elecciones legislativas de noviembre, la noticia cayó como una bomba dentro del oficialismo y confirmó la existencia de intereses comerciales y geopolíticos en la trama de la adquisición de vacunas. Conviene recordar que las dos grandes apuestas fallidas del Gobierno fueron con Rusia por la llegada de la Sputnik V y con AstraZeneca en alianza con Hugo Sigman, muy cercano al ex ministro Ginés González García. 

La carta de Cecilia Nicolini no hizo más que confirmar la situación incómoda y desesperante en la que se encuentra nuestro país principalmente por la falta de la segunda dosis –el componente AD 5–. Los últimos cálculos muestran que más de 6 millones de personas aguardan su segunda dosis de la vacuna rusa. De esos más de 6 millones, unas 800 mil personas ya tienen el plazo vencido para la aplicación del segundo componente, lo cual les produce una gran incertidumbre y una creciente angustia. Cabe destacar que, de ese universo de 6 millones, hay 2,7 millones de personas mayores de 60 años. 

Trastienda de una carta. La filtración de la misiva –escrita en inglés con groseros errores de ortografía, conectores mal usados, sintaxis defectuosa y erratas gramaticales que fueron el hazmerreír y objeto de duras críticas de profesores de inglés– y el uso de la oportunidad política no fueron casualidades. 

“Es evidente que hubo un pase de factura. Tanto para la propia Nicolini que ya venía generando celos y envidias internas, como para los aliados en la cruzada rusa encabezada por Axel Kicillof, Daniel Gollan y la propia Cristina Fernández de Kirchner. Y esto es así no solo por aspectos políticos sino también comerciales, ya que una parte importante del Gobierno quería cerrar el abastecimiento de vacunas apostando todo a AstraZeneca de la mano de Hugo Sigman”,  señala una fuente calificada al tanto de las negociaciones de cada caso. 

En el correo electrónico que reveló Carlos Pagni en su impactante nota en el diario La Nación, Nicolini puso en copia del mensaje a la ministra Carla Vizzotti y a Mauricio Monsalvo, secretario de Gestión Administrativa del Ministerio de Salud, quien se reunía con los laboratorios para cerrar los contratos para la provisión de vacunas. Hay quienes ven en Monsalvo un aliado incondicional de Ginés González García, a quien dentro del Gobierno se lo considera como uno de los principales detractores de la incursión por Rusia e impulsor de las negociaciones con AstraZeneca. 

“¿En serio creyeron que eran amigos del gobierno ruso? ¿No sabían con quién estaban tratando?”, se preguntó con sarcasmo uno de los críticos internos de la movida, que concluyó abriendo el paraguas ante la convicción de que más temprano que tarde habrá devolución de gentilezas del lado más duro de la coalición. 

El Gobierno salió a hacer control de daños y culpó –una vez más– a los opositores en el Congreso, ya que el texto había circulado por la Comisión de Salud. Esta acusación carece de todo sustento porque es evidente que, entre los integrantes de la oposición, nadie se tomó la molestia de leerlo (sic). De haberlo hecho, ninguno se hubiera privado de hacer pública la carta. 

Internas y consecuencias 

El peronismo no deja de sorprender por la virulencia a la hora de dirimir sus conflictos mostrando a libro abierto lo peor de la política argentina que toma de rehén al ciudadano común. En medio de esta disputa, millones de personas esperan por su vacuna, incluyendo adultos mayores y niños. La muy buena noticia de la aprobación de la vacuna de Moderna para su uso en niños y adolescentes de 12 a 17 años no alcanza para mitigar el daño producido por el horrible manejo que el Gobierno ha hecho –y sigue haciendo– de las vacunas. 

Tribulaciones del armado. El cierre de las listas de candidatos ha expuesto –una vez más– el deterioro de la autoridad de Alberto Fernández reflejado en su actitud mendicante por asegurar algún lugar en las listas para alguno de los suyos. “Al fin y al cabo pedía cuatro lugares; no eran tantos. Y ni eso le querían dar”, se quejaba con fastidio un albertista en medio de las tribulaciones  que, en la tarde del viernes, generaba las idas y vueltas de la rosca política. Como se ve, la lapicera y la tinta son de CFK.     

Por el lado de Juntos, Horacio Rodríguez Larreta logró poner fin a su jugada de pizarrón en territorio bonaerense. En el acto de lanzamiento del jueves por la tarde en el Club Hípico de City Bell hubo distensión para las cámaras y una puesta histriónica de Elisa Carrió que por momentos buscó ganar el centro de la escena. 

Sin embargo, en el ambiente sobrevolaban los ecos del desgaste de las últimas semanas. “No se puede dejar contentos a todos. Los cierres siempre tienen un costado áspero. Lo importante es que llegamos hasta acá unidos y así vamos a seguir. Veremos cómo juegan los radicales”, dijeron con cierto disgusto los cercanos al jefe de Gobierno porteño. 

Recordaron mezquindades como la de Adolfo Rubinstein, que declaró esta misma semana a los medios que “la salud pública no había sido una prioridad del gobierno de Cambiemos”, algo que él mismo había negado cuando fue primero ministro y luego secretario de Salud Pública. “¿Fue una autocrítica?”, se preguntaron con sarcasmo y fastidio, y recordaron que al ex ministro de Salud “le gustaban más los viajes y las conferencias que la gestión”. 

Mientras tanto, Amado Boudou, un condenado en libertad condicional, pidió que se le levante la inhabilitación para ejercer cargos públicos; Daniel Gollan exigió que se le pidiera disculpas por la causa del Plan Qunitas, que tuvo críticas técnicas del INTI, y CFK exigió ser sobreseída en la causa por la firma del memorándum con Irán. 

El kirchnerismo va por la impunidad, para lo cual necesita lograr la suma del poder público. Ese es su objetivo en las próximas elecciones. No hay que olvidarlo. 

Producción periodística: Santiago Serra.







domingo, 6 de junio de 2021

Promesas incumplidas. Entre vacunas y excusas... @dealgunamaneraok...

Entre vacunas y excusas 


“Con las vacunas al plato”. Carla Vizzotti. Dibujo: Pablo Temes

No importa cuánto griten sus funcionarios, será el Gobierno quien cargará el peso de los errores.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/06/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El conflicto desatado por la fallida adquisición de las vacunas de Pfizer, para cuya investigación fue la Argentina el país que mayor cantidad de voluntarios aportó para sus ensayos, llegó a su punto más controversial esta semana. 

Mucho se habló de las garantías que exigía el laboratorio en su contrato y que, según dichos del propio Alberto Fernández, “no firmó porque lo ponía en una situación muy violenta de exigencias”. Todo se desmadró cuando el titular del Fondo Covax, Santiago Cornejo, aseguró en una reunión virtual organizada por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) que nuestro país había rechazado esas vacunas. El Gobierno salió al cruce de sus dichos, y el propio Cornejo tuvo que recular y desmentirse en menos de 24 horas con declaraciones y notas que, como siempre ocurre en estos casos, más que aclarar, oscurecieron. 

¿Pero más allá de la foto del Presidente con Fernando Polak, tuvo Argentina la intención de negociar con Pfizer como primera opción? Todo indica que no. 

El 29 de octubre de 2020, el Senado de la Nación aprobó la Ley N° 27573 de Vacunas Destinadas a Generar Inmunidad Adquirida contra el Covid-19, que luego el Poder Ejecutivo de la Nación promulgó mediante el Decreto N° 872/2020. Las garantías de indemnidad o cláusulas de inmunidad fueron los puntos más conflictivos de la ley, incluso señalados como objeto de la discordia para que se haya caído el acuerdo de compra con Pfizer. Luego apareció la palabra “negligencia” introducida por la diputada del Frente de Todos Cecilia Moreau, término que bien podría haber sido enmendado en el marco legislativo si en lugar de tratar de explicar lo inexplicable hubiese habido voluntad de avanzar. Aún nada de esto ha ocurrido. 

Volviendo al fondo Covax, debemos recordar que Argentina recibió a fines de mayo 204 mil dosis de AstraZeneca adquiridas por el gobierno argentino a través de ese mecanismo. El contrato entre las partes tiene cláusulas de inmunidad y exigencias de renuncia a los derechos de reclamo que son muy duras y están perfectamente explícitas. Veamos su cláusula de inmunidad: 

“El comprador –el Estado argentino– renuncia, expresa, incondicional e irrevocablemente, con respecto a sí mismo y a sus activos, a cualquier derecho de inmunidad bajo las leyes de cualquier jurisdicción sobre la base de la soberanía o de otra manera que pueda existir ahora o en el futuro, y acuerda no hacer valer ningún derecho o reclamo en ninguna acción o procedimiento legal, donde sea que ocurra dicha acción o procedimiento. 

Esta renuncia incluye la renuncia a cualquier derecho de inmunidad soberana en cuanto al Comprador y cualquier propiedad suya, ya sea comercial o no comercial, incluida cualquier cuenta bancaria que pertenezca al Comprador”.

Luego de leer estas exigencias y de conocer la posición argentina respecto de las condiciones de Pfizer, la pregunta que surge es sobradamente justificada y de sentido común: ¿Por qué el Estado argentino se preocupó de inmediato por los aspectos legales del contrato con el laboratorio estadounidense y no manifestó los mismos cuidados respecto de la cláusulas de inmunidad de AstraZeneca? 

Hasta el momento, nadie del Gobierno dio ninguna explicación con fundamentos de peso para esta preferencia. 

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, tuvo un deslucido papel durante el informe de gestión que brindó en el Senado. Sus expresiones, su tono y las chicanas hacia la oposición y los medios son parte del repertorio habitual de Cristina Fernández de Kirchner y sus secuaces. En la previa las respuestas que dio por escrito hicieron agua respecto de la preparación del sistema sanitario para afrontar la segunda ola a pesar de tener el espejo de Europa y conocer los detalles de lo que vendría. Hoy las vacunas son para el Gobierno sinónimo de votos para la pelea política en las elecciones de medio término.   

“Cuando esta pesadilla termine, cada uno deberá hacerse cargo”, dijo con tono admonitorio. Es el mismo tono y la misma actitud desafiante y provocadora que habitualmente utiliza Axel Kicillof, tal como se vio en el anuncio que hizo el viernes sobre la vacuna Covaxin producida por el laboratorio Bharat Biotech de la India.

Allí aprovechó para despotricar contra todos. Nada que sorprenda, sobre todo si se analiza la sustancia del anuncio. Ahí se ve que la llegada de estas vacunas está sujeta a las siguientes condiciones: 

1-Estar aprobada por la Anmat.

2–Tener permiso de exportación de la India.

3–Tener disponibilidad del laboratorio.

4–Ver el calendario nacional, porque, según dijo el gobernador bonaerense, “en  este momento tenemos mucha disponibilidad de vacunas (sic)”. 

Como se ve –una vez más– mucho ruido y pocas nueces.   

Uno y otro parecen no advertir que el primero que deberá hacerse cargo de los devastadores efectos de los errores cometidos será el Gobierno. No importa cuánto griten sus funcionarios, no importa cuánto descalifiquen, no importa cuánto insistan en cargarles las culpas a los otros, nada ni nadie podrá tapar el sol con las manos. 

El vacunatorio vip, las promesas de llegadas de vacunas incumplidas, las vacunas no compradas, las contradicciones entre los funcionarios, la lentitud en el ritmo de vacunación, la incertidumbre en la aplicación de la segunda dosis, y promesas de mejoras significativas para el personal de salud que nunca llegaron son hechos irrefutables. 

Recién ahora asoma un horizonte de esperanza con el comienzo de la producción de la vacuna Sputnik V y la llegada de más vacunas del programa Covax y de AstraZeneca. Pero, en este largo camino se perdieron miles de vidas. En los últimos veinticuatro días, diez mil. Son muertes que se podrían haber evitado de haber habido vacunas. Es la dolorosa verdad. 

Producción periodística: Santiago Serra.