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lunes, 10 de marzo de 2025

La vida te da sorpresas... @dealgunamanera...

 La vida te da sorpresas...


Juez Lijo. Dibujo: Pablo Temes.

El voto de García-Mansilla en el Máximo Tribunal indigestó al Gobierno. Las lecciones que ha dejado la historia. 

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el domingo 09/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Hay un concepto que debe quedar bien en claro: en una República en la que rigen plenamente las instituciones, no es posible que haya jueces nombrados en comisión, es decir, designados por fuera de los mecanismos ordinarios que establece la Constitución Nacional. Por lo tanto, ni Manuel García-Mansilla ni Ariel Lijo deberían llegar a sus cargos tras la aplicación de un artículo de excepcionalidad. Esa excepcionalidad es la que hoy en día le permite al Dr. García-Mansilla ser nada menos que ministro de la Corte Suprema. Mientras tanto, la postulación del Dr. Lijo luce, al momento de escribir esta columna, absolutamente vidriosa.  

Cebado en el ejercicio del poder, el Gobierno vino asegurando que el jueves, Lijo juraría como miembro del Alto Tribunal. Daba por descontado que, después de la escandalosa y sorprendente convalidación del pedido de licencia extraordinaria sin goce de sueldo del juez ante “la inestabilidad de su cargo” otorgada por parte de la Cámara de Casación, lo de la Corte sería un simple trámite de convalidación. Pero, “la vida te da sorpresas, sorpresas te la vida”: el jueves en su sesión de acuerdo la Corte rechazó el pedido por mayoría y en fallo dividido. Tres ministros votaron por la negativa: Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Manuel García-Mansilla. El voto a favor de concedérsela fue de Ricardo Lorenzetti. La gran sorpresa –absolutamente indigesta para el Gobierno– fue el voto negativo de García-Mansilla. Desde los rincones del poder libertario esperaban que, al menos, se abstuviera.   
 

A esta altura del partido el Presidente no debería insistir con Lijo y Lijo, en un acto de aprecio de su propia dignidad, debería declinar su candidatura ante tanto desgaste y manoseo. El prestigio es un valor que hace a la función de un juez y, mucho más, cuando se trata de un ministro de la Corte Suprema.

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Otro enfrentamiento desafortunado: la pelea mezquina e infantil entre Jorge Macri y Patricia Bullrich.

En la historia institucional de la Argentina hubo dos casos relevantes en los que el Presidente tuvo un gesto clave destinado a asegurar la independencia y, por ende, el prestigio de la Corte. Uno de ellos fue el caso de Bartolomé Mitre quien, el 16 de octubre de 1862 –es decir, cuatro días después de asumir la presidencia de la Nación, se dirigió al Senado para solicitarle el correspondiente acuerdo a fin de nombrar a los integrantes de la Suprema Corte. Consciente del delicado momento institucional que se vivía por entonces, la Cámara Alta prestó su acuerdo en 24 horas, por lo cual los postulados por Mitre fueron confirmados con una particularidad: entre los propuestos por Mitre estaba su acérrimo adversario, Valentín Alsina –quien fue nombrado presidente de la Corte– lo que aseguraba la independencia absoluta del Alto Tribunal. Con ese gesto, el entonces presidente le dejó a la sociedad un mensaje muy claro y contundente: la función de la Corte es resguardar los valores de la República y no los intereses de los hombres y las mujeres que forman parte de un gobierno.   

Quien buscó emular a Mitre fue Raúl Ricardo Alfonsín quien, no bien electo presidente el 30 de octubre de 1983–, con la misma intención de asegurar la independencia del Poder Judicial, le ofreció el cargo de presidente de la Corte a quien había sido su adversario en las elecciones, el Dr. Italo Argentino Luder quien, lamentablemente no comprendió la dimensión política de aquel gesto enorme, y no aceptó. ¡Qué lejos ha quedado todo aquello! Las lecciones que ha dejado la historia deberían ser el faro que sirve de guía a los nuevos funcionarios para sostener la institucionalidad –y su propia honorabilidad–, pero en una clase política desprestigiada sumida en la lucha por el poder esto resulta cada vez más difícil. Sobran ejemplos. Veamos pues, algunos de ellos.

Bahía Blanca: las tareas de coordinación entre rivales políticos no solo son posibles sino prioritarias.

La semana pasada tratamos en esta columna la disputa entre el Presidente Milei y el gobernador de la Provincia Axel Kicillof por la tremenda situación de inseguridad que atraviesa el Conurbano. Esta semana dejó un enfrentamiento similar igualmente incomprensible y desafortunado. Se trata de la pelea mezquina e infantil entre el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que escaló en las últimas horas hasta involucrar al propio Mauricio (Macri) líder del PRO.

El motivo no es otro que el traslado de presos de las comisarías porteñas –absolutamente colapsadas– al Servicio Penitenciario Federal. Las fugas de presos en la Ciudad son el telón de fondo que pone en riesgo la seguridad y la vida de todos los porteños. Ni Macri ni Bullrich han estado a la altura de las circunstancias y han convertido a los vecinos de la Ciudad en los rehenes de la pelea electoral, entre el PRO y La Libertad Avanza. La disputa por el control político del territorio porteño es lo único que los desvela. El problema, que tuvo su origen en tiempos de la intervención del Servicio Penitenciario por la exjueza y fundadora de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima María Laura Garrigós de Rebori, ha ido escalando y llevado al extremo en la actualidad por funcionarios que supieron convivir durante años bajo el ala del partido amarillo. Los actos públicos y la red social X han servido como canal para declaraciones desmedidas y acusaciones cruzadas. Sin embargo, el 12 de diciembre de 2024, hace tan solo tres meses atrás, el Gobierno porteño y el Ministerio de Seguridad habían firmado un “Acta de entendimiento para la transferencia de las competencias del Servicio Penitenciario” expresando compromisos recíprocos orientados a transferir competencias del Servicio Penitenciario Federal a la Ciudad. ¿En qué quedó dicho acuerdo? Hasta ahora, en la nada. La pirotecnia verbal de las disputas políticas prevaleció otra vez.

La emergencia climática que desató la tragedia en la ciudad de Bahía Blanca, es una muestra de que las tareas de coordinación entre rivales políticos no sólo son posibles sino prioritarias. La clase dirigente argentina debería ponerse los pantalones largos y alcanzar la madurez de una vez por todas sin olvidar que la ciudadanía los votó para resolver sus problemas en lugar de hacer papelones propios de los egos de un teatro de revista.





viernes, 29 de marzo de 2024

Milei a los pies de la casta... @dealgunamaneraok

Milei a los pies de la casta...

Pese a que avanza con el ajuste, el Gobierno comienza a reconocer los límites y profundiza sus lazos con todas las castas. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22:00 a 24:00 por Radio Con Vos, 89.9.

© Escrito por Fernando Rosso el viernes 29/03/203 y publicado por La Izquierda Diario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


El Círculo Rojo

Editorial Milei al pie de la casta. El círculo rojo...

Existe una frase relativamente conocida de Marx, casi transformada en un aforismo, que dice: "La anatomía del hombre es una clave para entender la anatomía del mono”. Literalmente pretende explicar que en los fenómenos desarrollados se pueden ver con más claridad o con mayor nitidez características que en los menos desarrollados aparecen de forma embrionaria y, por lo tanto, de manera más difusa. En la economía capitalista desarrollada (y ni hablar en su etapa superior) pueden observarse con mayor transparencia elementos que se podían intuir en la economía mercantil precapitalista o protocapitalista, pero que no eran tan evidentes. Por ejemplo, la tendencia de la competencia a negarse a sí misma con el surgimiento de los monopolios (que niegan la libre competencia o, mejor dicho, la niegan en parte y la exacerban en otro nivel haciéndola más salvaje) se hizo más evidentes en el capitalismo desarrollado o las contradicciones que encerraba la mercancía dinero (y sus diferentes formas) que se pusieron de manifiesto claramente en las crisis.

¿A qué viene todo esto? A que me parece que puede aplicarse a los más de tres meses de gobierno de Javier Milei y su vínculo con un sector de sus votantes que —pese al ajuste salvaje en curso— todavía siguen respaldando la opción que eligieron. Podría decirse que en la “anatomía” de los tres meses de administración Milei se encuentran claves de la “anatomía” de la crisis de representación que afecta a todo el sistema político y de la cuál Milei es un síntoma. Sólo una desafección con la política tradicional de tamaña magnitud puede explicar que el Gobierno conserve un sustento (menor a cualquier gobierno anterior), pero aún considerable.

Ahora, todo el mundo sabe que esto es muy endeble, que “se cura con el tiempo”, podríamos decir. Hasta el Fondo Monetario Internacional le viene advirtiendo a Milei sobre el peligro que puede tener un ajuste que genere una combinación de tres factores explosivos: rechazo social, ausencia de sustentabilidad política y carencia de consistencias en sus propios fundamentos económicos. El último en señalar esto fue Rodrigo Valdés, director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI que dijo (en el mismo evento en el que habló Milei) que es necesario apoyar a los segmentos más vulnerables de la población, “para que el ajuste no recaiga en los trabajadores y los sectores productivos” y, además, enfatizó en que es preciso “mejorar la calidad del ajuste fiscal, no la cantidad”. Insistió en que “se requerirán políticas efectivas y de calidad que puedan sostenerse en el tiempo”.

Y, bueno, pese a que sigue adelante con el ajuste (el nuevo capítulo son los despidos masivos en el Estado), a su manera, Milei y su Gobierno comienzan a tomar nota de alguno de estos problemas. Analicemos tres hechos.

Milei habló esta semana en el Foro Económico Internacional de las Américas (IEFA) y pidió hacerlo en penumbras. Lo que más se dijo —y probablemente sea cierto— es que no quería se le note la papada y esas cosas. Sin embargo, los nervios y la impaciencia que se evidenciaron en esa exposición (dicen algunos, entre ellos, el periodista Leandro Renou) se deben a un malestar de Milei con Luis Caputo porque la inflación no baja como él quisiera, porque no están los dólares del FMI que había prometido el ministro, y porque además comienza a exigirle que ordene el caos social del ajuste. Su frustración se expresó en ese llamado medio desesperado a que la gente saque “los dólares del colchón”. Este disgusto se notó en la forma y contenido de la exposición. Quizá quiso esconder la papada con las luces bajas, aunque también pretendía camuflar el fastidio y cierto desconcierto ante la falta de resultados.

En segundo lugar, estuvo la reunión del ministro del Interior, Guillermo Francos con los gobernadores del llamado “Norte Grande” (10 mandatarios del NOA y NEA que realizaron la 19ª Asamblea de un Conejo Regional que integran en dicho bloque: Raúl Jalil (Catamarca); Leandro Zdero (Chaco); Gustavo Valdés (Corrientes); Gildo Insfrán (Formosa); Carlos Sadir (Jujuy); Ricardo Quintela (La Rioja); Hugo Passalacqua (Misiones); Gustavo Sáenz (Salta); Gerardo Zamora (Santiago Del Estero); y Osvaldo Jaldo (Tucumán).

Allí comenzó un toma y daca con los mandatarios provinciales para lograr que los diputados o senadores que le responden aprueben la nueva versión reducida de la “Ley Ómnibus” a cambio de fondos. Esto habla de dos cosas: de un gobierno nacional que va a “transar” con los gobernadores (muchas veces calificados de “feudales” por ellos mismos) y de los gobernadores dispuestos a colaborar con Milei. El acuerdo podría implicar reinstalar el impuesto al salario o una versión reforma laboral. Gustavo Sáenz, el anfitrión —aliado histórico de Sergio Massa— afirmó que “así como legítimamente el Gobierno nacional necesita herramientas para ejecutar su plan de gobierno, también los gobernadores necesitamos la previsibilidad para ejecutar nuestras acciones de gobierno”. O sea, estarían dispuestos a respaldar el plan de ajuste salvaje a cambio de guita para sus “castas” provinciales.

Más allá de esto, lo que se demuestra es que entre ellos no hay una relación de fuerzas, sino una relación de debilidades que es el producto de una fragmentación política sin precedentes.

Por último, estuvo la propuesta del Gobierno de elevar los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema. A ver, no quiero repetir que lo salió en todos lados sobre Lijo, busquen —si quieren— las columnas de Paz Rodríguez Niell en esta radio o de Carlos Pagni en La Nación— y van a confirmar que si el Poder Judicial es la casta entre las castas, Lijo es el padre de todas las castas (con varias denuncias él y su hermano, un operador judicial) con favores hacia todas las tribus de la política tradicional.

¿Por qué promueve a un juez impresentable que generó rechazo en muchos sectores? Hasta la Amcham (la cámara de comercio argentino-estadounidense) o el coloquio empresario de IDEA levantaron la voz. Esencialmente por debilidad política: porque si fracasa en lograr “gobernabilidad” en el Congreso, quiere una Corte que, de mínima, no le ponga palos en la rueda (por ejemplo, que no le voltee el DNU, cosa que no está garantizada hoy). Por eso, dicen que negoció directamente con Lorenzetti que quiere recuperar el poder que perdió en la Corte. Ojo, si se mantiene la propuesta de Lijo y pasa en el Senado (necesita dos tercios, es decir, 48 votos) es porque tendrá el respaldo de alguno de los 33 senadores y senadoras de UXP, es decir, que responden a Cristina Kirchner. O sea, la negociación con Lorenzetti habrá sido “puesto menor”.

Ustedes saben que cuando fue la crisis de la “subprime” (hipotecas) en EEUU y el Estado fue al rescate de algunos grandes bancos, George W. Bush, presidente en ese momento dijo una frase de antología: “He abandonado los principios del libre mercado para salvar al sistema de libre mercado”. Bueno, Milei podría decir “he abandonado todos principios del anticasta, para salvar la mentira del gobierno anticasta”.

Todo esto demuestra las debilidades y las contradicciones del Gobierno y, lo más importante, que si hay decisión de enfrentarlo se lo puede derrotar. Y eso es lo más importante que hay que entender en momentos en los que a esta rosca de los de arriba saldrá a enfrentarla la lucha de los de abajo.