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lunes, 11 de noviembre de 2024

Se alinearon los planetas... @dealgunamanera...

 Se alinearon los planetas…

Empleado del mes, Donald Trump. Dibujo: Pablo Temes.

Javier Milei y su gobierno recibieron con euforia la victoria de Donald Trump. En política, las relaciones interpersonales juegan un papel clave.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/11/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Se alinearon los planetas. No quedan dudas. Ese es el significado que para Javier Milei y su gobierno tiene la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. A medida que en la noche del martes los resultados iban consolidando una tendencia imparable a favor del candidato del Partido Republicano, la euforia del Presidente y su entorno iba experimentando una especie de crescendo casi extático. Es claro que para el actual gobierno no daba lo mismo que ganara uno u otro candidato. Con Kamala Harris en la Casa Blanca las cosas hubieran sido muy diferentes. 

En la política –como ocurre prácticamente con cualquier otra actividad– las relaciones interpersonales juegan un rol fundamental. Y esa importancia se agiganta cuando esa relación de afecto y afinidad se da entre los jefes de Estado. En el caso del vínculo entre la Argentina y los Estados Unidos, la historia es rica en ejemplos que confirman el postulado precedente: Carlos Menem con George Bush padre y Bill Clinton; Arturo Frondizi con John Fitzgerald Kennedy.  

Donald Trump siente afecto verdadero y gratitud por Milei, cuya gestión valora enormemente. Afecto por la afinidad ideológica absoluta existente entre los dos; gratitud, por la actitud del mandatario argentino de ir a visitarlo en un momento en que el flamante presidente electo era denostado por la mayoría de la dirigencia política estadounidense. En la tarde del miércoles en Miami, dos integrantes del Comité de Campaña de los republicanos señalaban que a Trump lo conmovió esta actitud de Milei. De ahí que la reunión de la próxima semana en Mar-a-Lago, la exuberantemente lujosa residencia de Trump en West Palm Beach, debe ser tomada como una muestra de ese afecto. Y como una verdadera señal política. Afecto y valoración que son compartidos por Elon Musk, cuyo protagonismo en la campaña y en estos primeros días posteriores a la elección es evidente y significativo. 

Las reacciones de los mercados del miércoles reflejaron con contundencia el impacto positivo que el triunfo de Trump produjo en la macroeconomía vernácula. Una de las expectativas de mayor envergadura está dada por la posibilidad de conseguir el apoyo por parte del futuro presidente de EE.UU. para obtener el dinero fresco necesario para levantar el cepo. En 2018, durante la realización de la cumbre del G20 en Buenos Aires, se recuerda que Trump le preguntó a Mauricio Macri –a quien lo une una amistad de años– qué necesitaba. Y, más allá de lo que Macri le haya contestado en ese momento, los hechos posteriores demostraron que Trump ayudó mucho a su amigo para conseguir aquel préstamo inaudito que le otorgó el Fondo Monetario Internacional.  

Pero, para el gobierno argentino, el alineamiento de los planetas no termina en esta posibilidad de obtener la cantidad de dólares necesarios para levantar el cepo. Las circunstancias políticas de la región hacen que Milei pueda transformarse en una pieza muy importante dentro del mosaico que hay en esta parte del continente ya que, con la ausencia de Jair Bolsonaro, la alianza con la Argentina es de obligada necesidad para tener influencia en gran parte de Latinoamérica. “Vamos a ser el faro de América del Sur y vamos a forjar alianzas duraderas con los amigos de la libertad. Con Trump en los Estados Unidos mucho de lo que estamos haciendo aquí cobra un sentido mucho más trascendental”, aseguró un diputado oficialista.

El Gobierno se siente cómodo en la pelea con los líderes sindicales, que no entienden el cambio de época.

En la política doméstica, una vez aquietadas las aguas por la salida de Cancillería de Diana Mondino, también se vivieron días de euforia y revancha. El Presidente, junto a Guillermo Francos y su hermana Karina, recibieron en Casa Rosada a los gobernadores radicales Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco). Fueron casi dos horas de reunión, donde se intentó dejar atrás la polémica por Alfonsín, tema en el que Milei ensayó una suerte de disculpa, y se centraron en la importancia de sostener el equilibrio fiscal, hablaron de la realidad que atraviesa cada una de las provincias y de cómo motorizar la actividad desde las economías provinciales para que el país salga adelante. En realidad, lo que al Gobierno le interesa es mantener esa suerte de alianza con los mandatarios provinciales que le permitirá luego contar con votos y apoyos que son vitales entre las bancas del Congreso Nacional. 

El otro tema en el que el Gobierno se siente cómodo es en la pelea con los líderes sindicales. Esta semana el conflicto con los gremios aeronáuticos se agudizó. Gente que quedó varada en los aeropuertos, pasajeros que tuvieron que sufrir más de tres horas de espera arriba de los aviones y otras postales para el olvido. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), que conduce Pablo Biró, la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), encabezada por Juan Pablo Brey, y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), liderada por Edgardo Llano, fueron las responsables de las penurias de miles de pasajeros. Ninguno de los responsables de estos gremios ha entendido que la gente pide a gritos un cambio de época mientras ellos mantienen sus privilegios de espaldas a la sociedad. Basta con citar las palabras de otro experimentado líder sindical que tuvo, al menos, un rapto de lucidez: se trata de Ricardo Cirielli, líder de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), quien cruzó a sus compañeros y dijo que “están obligando al Gobierno a cerrar Aerolíneas Argentinas” e incluso calificó su estrategia de paros eternos como de “lock out sindical”. Más claro, agua. Sus declaraciones son un símbolo que alumbra la futura relación de los gremios entre sí y de estos para con el Gobierno. Han perdido el apoyo de la gente y le están entregando a Milei un triunfo en bandeja para agigantar su figura. La mentalidad anacrónica y llena de vicios de gran parte de los líderes sindicales es un problema que se debe encarar de una vez por todas para que la Argentina empiece a sanar.



domingo, 22 de septiembre de 2024

Asado con radicheta. Basta de Estudiantinas... @dealgunamanera...

 Basta de estudiantinas…

Asado con radicheta. Dibujo: Pablo Temes


La casta política debería tomarse más en serio su rol en el sistema democrático y abandonar actitudes que lo dañan.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  




Es evidente que los gremios aeronáuticos han perdido contacto con la realidad. No han dimensionado el cambio cultural que ha experimentado la sociedad. Creen que hay una actitud de apoyo a sus reclamos y de defensa cerril de Aerolíneas Argentinas. Se quedaron en el tiempo. No se dan cuenta que el capital con el que cuentan es el servicio que prestan y la calidad con que lo hacen.

En ausencia de ese servicio y en presencia de las consecuencias negativas que para los pasajeros significa tal situación, está fuera de toda lógica pensar que “la gente”, va a manifestarse solidaria o comprensiva con la dirigencia sindical. Dirigencia que, por otra parte, sigue aferrada a sus privilegios que están muy por encima de los trabajadores a los que representan y de cualquier ciudadano de a pie.

Los paros que llevaron a dejar a decenas de aviones en tierra perjudicaron a decenas de miles de pasajeros que no pudieron viajar. Es decir, las víctimas fueron los clientes de la empresa y no Javier Milei o sus funcionarios. Tamaña tropelía –reiterada con fiereza– generó una bronca en la gente que está harta de ser tomada de rehén por una dirigencia sindical pródiga en privilegios. El jefe de la Asociación del Personal Aeronáutico, Edgardo Llanos, estaba en Madrid paseando con su familia el mismo día del paro. Es una muestra más de que a los caciques sindicales sólo les interesa defender su riqueza. Por eso la compañía tuvo hasta enero último catorce gerencias, siendo que puede funcionar perfectamente con ocho, lo que representó una reducción significativa de su déficit crónico. Por eso también los sindicatos presionaron para que cerrara Latam –objetivo que lamentablemente lograron– con la secuela de centenares de empleados que quedaron en la calle de un día para el otro, cosa que nada les importó a los Biró o Mariano Recalde de la vida. Necesitaban sí o sí restablecer el monopolio de Aerolíneas, porque esto les aseguraba la supremacía necesaria para obtener más privilegios para sus bolsillos.

El presente de la clase política argentina sigue sin estar a la altura que la propia realidad demanda.

Estas conductas por parte de estos y otros personajes del mundo sindical, han hecho que el cariño enorme que otrora la mayoría de la población le prodigaba a Aerolíneas Argentinas se haya ido perdiendo en forma paulatina, pero sostenida. Y si el paro salvaje se ahonda, esa empatía se perderá definitivamente.

Debido a esto, se vive al interior de los gremios una situación muy particular. Entre los pilotos, por ejemplo, son muchos los que no están de acuerdo con las medidas de fuerza y sienten preocupación ante la posibilidad del cierre de la empresa o de una nueva privatización. En simultáneo, tienen temor de expresar su oposición ante la posibilidad cierta de recibir una represalia por parte de la patota de los gremios.      

Los popes sindicales tampoco han demostrado comprender el fenómeno que representan Milei y su gobierno, quienes demuestran sentirse a sus anchas cada vez que deben enfrentarse a la dirigencia gremial, ejemplo verdadero de casta. Producto de esta serie de medidas de fuerza salvajes es que la privatización de Aerolíneas, ítem que había sido excluido de la ley “Bases”, haya recobrado nuevos bríos. “Si Biró o algún otro sindicalista piensa que la gente va a salir masivamente a la calle para defender la empresa aérea, está claramente en una sintonía distinta y distante de la realidad”, señalaba el viernes un analista luego de haber visto una serie de encuestas con preguntas sobre el tema hechas en los últimos días. La épica de una aerolínea de bandera ya no existe y resulta absolutamente anacrónica.

Toda esta miopía no es exclusiva de los aeronáuticos. La semana dejó una postal estampada en las páginas de todos los diarios. Los principales sindicatos del transporte crearon una mesa nacional para cerrar filas en contra de las políticas del gobierno de Javier Milei y decretaron el estado de “alerta y movilización”. Más olor a naftalina en el ambiente. Solo basta con repasar los miembros que participaron de ese convite: Pablo Moyano (Camioneros), Mario Caligari (UTA), Omar Maturano (La Fraternidad), Juan Carlos Schmid (Fempinra), Raúl Durdos (SOMU), Pablo Biró (APLA). En su mayoría, personajes anclados por décadas al poder de sus sindicatos. Muchos de ellos se encontraban enfrentados, pero ante la posibilidad de ver afectados sus bolsillos, dejaron de lado cualquier punto de discordia preexistente. Vamos a decirlo con todas las letras: poco les importa defender los derechos de los trabajadores a quienes deberían representar. Basta con observar sin mucho detenimiento sus patrimonios para recordar que se trata de sindicalistas ricos y trabajadores pobres.

El peronismo y el kirchnerismo siguen implosionado y busca refugio en la provincia de Buenos Aires.

Una medida de fuerza conjunta podría paralizar el país. Sin transporte cada rama de la vida en sociedad se vería seriamente afectada; desde la recolección de residuos, hasta la distribución de alimentos a los supermercados. El poder de extorsión es grande y no les interesa ponerse a la gente en contra. Volvemos al principio, su accionar los separa cada vez más de los verdaderos trabajadores. En el Gobierno respiran agradecidos.

El presente de la clase política argentina sigue sin estar a la altura que la propia realidad demanda. El primer atisbo de consenso se vio en los últimos días cuando el PRO se ordenó mínimamente para prestar un blindaje legislativo, pero transitorio al Gobierno. ¿Qué pasará si los libertarios ganan las próximas legislativas y alcanzan una mayoría que les permita avanzar sin tantas negociaciones? Se enciende una luz amarilla. El peronismo continúa implosionado y el kirchnerismo duro refugiado en la provincia de Buenos Aires implorando al cielo que los papelones de su último gobierno salgan por un momento de los noticieros. Ni hablar del radicalismo, que por estas horas debate sanciones internas para algunos de sus miembros. La casta política debería tomarse más en serio su rol en el sistema democrático y dejar de comportarse como una estudiantina de colegio secundario, que día tras día sigue dañando la calidad institucional.




lunes, 16 de septiembre de 2024

Chicanas y turbulencias… @dealgunamanera...

 Chicanas y turbulencias…

¡Qué semanita...! Pato Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno deja atrás una semana intensa de disputas que demuestra la necesidad de que le dé aire a su ala política.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 14/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Fue una semana turbulenta. Otra más. Y lo fue tanto dentro como fuera del Gobierno. El enfrentamiento del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con Santiago Caputo, el asesor estrella del Presidente, no fue un rumor sino una realidad. “Tanta tensión hizo que Francos terminara en el hospital”, se escuchó decir en tono de chicana por los pasillos del poder a los que no lo quieren mucho a Caputo sobre quien, dicho sea de paso, son cada vez más los que echan pestes dentro del ámbito del Poder Ejecutivo.

Hay una realidad indiscutible: Francos encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdos con los sectores de la oposición que le son afines al oficialismo. Caputo, en cambio, no.  La búsqueda de acuerdos es la esencia de la política. El joven maravilla no sabe nada de eso. A ella debió recurrir en definitiva el Presidente en un intento de último momento para convencer a cinco diputados de la Unión Cívica Radical de cambiar su voto y evitar que el frente opositor lograra revertir el veto presidencial a la nueva fórmula de cálculo de haberes para jubilados y pensionados.

Francos encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdo con los sectores de la oposición afines al oficialismo.

Ese manotazo de ahogado de Milei dio resultado. El que intentó con algunos dirigentes opositores del mismo partido para evitar el rechazo del DNU por el que se asignaban 100 mil millones de pesos en gastos reservados para los servicios de inteligencia, no. Es increíble que el Presidente no haya advertido  que, a la vista de los nefastos antecedentes del mal uso de los gastos reservados destinados a los servicios de inteligencia, ese proyecto era absolutamente contradictorio con los postulados de transparencia que pregona La Libertad Avanza, y que, el intento de imponer semejante decisión a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia era de imposible concreción.  Logró así un récord: fue la primera vez desde la creación de los DNU –hecho que estableció la Reforma Constitucional de 1994– que se lo rechaza.

Milei ha perdido el foco respecto de lo que representa el veto a la reforma de la fórmula de cálculo de los haberes de los jubilados como así también el atinente a la Ley de Financiamiento Universitario, medidas que perjudican claramente a la población, dentro de la cual hay muchos que lo votaron. Ellos creyeron y apoyaron la idea de terminar con la casta. Pero ni los jubilados ni los estudiantes, docentes y trabajadores de las universidades son la casta. Una cosa es combatir la corrupción que existe en muchos negociados oscuros de las universidades, pero eso hay que hacerlo con las casas de estudio funcionando a pleno y resguardando la calidad que, a pesar del sin fin de dificultades que enfrentan, mantienen muchas de ellas. La educación es esencial.

El Gobierno esperaba un índice de inflación correspondiente al mes de agosto bastante menor. El 4,2% que reflejó el Indec, dejó un sabor amargo en el equipo económico y en el Gobierno en general. Se dio algo que había anticipado Domingo Cavallo: bajar la inflación debajo del 4% va a ser una tarea difícil y larga.

Veremos qué anuncia el Presidente en la presentación de la Ley de Presupuesto 2025, una presentación que tendrá mucho de show, algo que a él le encanta. Milei busca ser el centro de todo. Eso sirve por un tiempo que se acorta si las medidas económicas no logran generar bienestar general, algo que está ausente de este duro presente. Habrá muchas bancas vacías. Un empresario lo definió con tono de suspenso: “Podés ordenar la macro, bajar el déficit fiscal y la inflación, pero si no hay reactivación, la plata en la calle no aparece. Para muchos argentinos ha comenzado la cuenta regresiva”.  

En este ámbito de pelea constante, en la Casa Rosada y el Ministerio de Economía se celebró la decisión del directorio  del Fondo Monetario Internacional de desplazar de sus funciones como encargado de las negociaciones con el gobierno argentino al Director del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdés, quien fue ministro de Hacienda de Michelle Bachelet. En el Gobierno entienden que de esta manera queda allanado el camino para cerrar un nuevo acuerdo con el organismo que le permita a la Argentina acceder a nuevos fondos sin los cuales levantar el cepo se hace imposible. La persistencia del cepo es un obstáculo para los proyectos de inversiones extranjeras de los cuales tanta dependencia tiene nuestro país.

Una vez más, el principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada. No hay nadie enfrente y, según parece, no lo habrá por un buen tiempo. En La Rosada respiran aliviados, pero empiezan a aparecer los primeros sincericidios. “Está bien correr con ventaja, pero algunos lo viven con un dejo de pedantería y hasta soberbia que ni les permite ver que este panorama despejado de nubarrones no durará para siempre” –reconoció una voz que frecuenta los pasillos del poder. No es para menos, el kirchnerismo residual y el rancio por igual, le recuerdan a la gente lo inviable de aquel pasado tortuoso. El paro aeronáutico generó una bronca incontenible entre miles de argentinos que no pudieron llegar a sus destinos. Entre ellos, pacientes que debían ser operados y que tuvieron que reprogramar cualquier intervención. Aerolíneas Argentinas sigue siendo refugio de gremialistas sin escrúpulos –como Pablo Biró– que ganan millones y no resignan poder. La extorsión es su bandera. La empresa convocó a una asamblea accionaria para mediados de la semana próxima para exigir la expulsión de Biró del directorio. A Javier Milei, este tipo de conflictos le vienen como anillo al dedo. La poca inteligencia de Biró no le permite ver ese lado de la película. Kirchnerismo en estado puro.

El principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada: no hay nadie enfrente.

El Gobierno iniciará una nueva semana luego de fuertes turbulencias. Debería detenerse a pensar en darle más pista al ala política representada por Guillermo Francos y levantar el pie del acelerador con el látigo y el banquito. La realidad demanda acuerdos urgentes y el oficialismo ya no puede perder más tiempo en chicanas y malos tratos.




jueves, 16 de abril de 2020

Vuelo de Aerolíneas Argentinas a China en 1980… @dealgunamanera…

Coronavirus en Argentina: la verdad sobre el primer vuelo de Aerolíneas a China…

El primer viaje de Aerolíneas Argentinas a China fue un transpolar que trasladó al dictador Jorge R. Videla. 

El primer presidente en visitar china fue el dictador Rafael Videla, en junio de 1980. Volvió en un Jumbo de Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas.

© Escrito por Natasha Niebieskikwiat el jueves 16/04/2020 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El vuelo de Aerolíneas Argentinas que traerá 13 toneladas de insumos sanitarios comprados a China despegó el miércoles último rumbo Shanghai, en una operación sin precedentes. Volará un total de 55 horas para traer una carga considerada de extrema necesidad para la infraestructura hospitalaria local, que intenta no verse sobrepasada por la pandemia del coronavirus.

Pero la historia de este vuelo de Aerolíneas Argentinas a Shanghai ha opacado otra que también es oficial. La información oficial de la empresa, así como distintos comunicadores sociales afirmaron que este es el primer viaje de Aerolíneas a China. Eso no es así. 

El primer vuelo de la empresa de bandera nacional al gigante asiático tuvo lugar en junio de 1980, y lo hizo para trasladar a Rafael Videla. El dictador se convertía así en el primer gobernante argentino en visitar oficialmente el gigante asiático, que estaba gobernado por Deng Xiaoping. 

Ambos firmaron un acuerdo de Cooperación Comercial. Argentina había reconocido a la República Popular recién en 1972, 23 años después del triunfo comunista.

El miércoles último al salir Aerolíneas Argentinas rumbo a Shanghai con escala en Auckland, un tuit de la empresa decía  que, "en una operación sin precedentes, hoy volamos por primera vez en la historia a China para traer más de 13 toneladas de material sanitaria". Se reproducía en parte un comunicado sobre la salida del Airbus 330 re acondicionado especialmente para el transporte de cargas que traerán de China. 

"La operación de durará un total de 55 horas aproximadamente y están previstas seis horas de trabajo en el aeropuerto de Shanghai para la estiba de materiales médicos". El Secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), el ultrakirchnerista Pablo Biró, que viaja con una tripulación de 17 personas, hasta realizó una grabación con una épica descomunal para lo que es a su vez una operación comercial. China está vendiendo material a la Argentina, aunque también donó cantidad de insumos.

Link:


Pero aunque la historia lo tape, el más duradero de los gobernantes de la última dictadura militar llegó a la República Popular China el 4 de junio, en una gira que lo llevó por San Salvador de Bahía, Brasil, y por Hong Kong, por entonces bajo dominio británico. Estuvo en Pekín, y visitó puntos históricos centrales, entre ellos la muralla China. 

Como también lo mostraba en sus negocios con la ex Unión Soviética, a la que se le exportaba la mayor cuota de granos argentinos, el régimen militar argentino se debatía entre su pertenencia ideológica al campo occidental, cristiano y capitalista y los negocios internacionales. En 1972, Richard Nixon había abierto las relaciones de los Estados Unidos con China en su emblemático viaje a Beijing, y en 1979, Deng -padre de la apertura económica del comunismo chino- visitaba a Jimmy Carter en Washington.


Una publicidad de Aerolíneas Argentinas de la época hablaba de aquel vuelo con una épica parecida a la de ahora, aunque en sus propios términos. "Hoy traemos al presidente Videla desde China a Buenos Aires por la ruta transpolar", decían los Flyers del momento publicados en los diarios argentinos.

Y justificando que se trataba de un viaje que ratificaba la "condición de nuestro país de interlocutor válido con todos los países del mundo", ampliaba "las posibilidades de cooperación recíproca en el campo cultural comercial y técnico", y daba cuenta de ese viaje de vuelta de la aerolínea nacional desde Asia y Oceanía a Buenos Aires, a través del Polo Sur. Fue el 7 de junio de ese año. Clarín no pudo saber con exactitud por qué no figura cómo llegó Videla a China. Pero el vuelo que lo trajo fue un Jumbo 747 de Aerolíneas.

Desde Aerolíneas Argentinas defendieron ante Clarín la presentación del viaje del Airbus a China. "Los registros de Aerolíneas Argentinas, respecto al vuelo realizado a China en 1980 por el presidente de facto Jorge Rafael Videla, indican que se trató de un vuelo de carácter diplomático. Que no realizó transporte de pasajeros, más allá de la comitiva presidencial, ni traslado de cargas.

Los vuelos diplomáticos tienen un marco regulatorio distinto que nada tienen que ver con los vuelos de las compañías aéreas, ya sean de carácter regular o especial, como es el caso del vuelo a China para traer insumos sanitarios. La compañía no registra el vuelo como una operación propia sino como una cesión de equipamiento para un viaje presidencial.", señalaron los voceros de la compañía a este diario.

En la historia oficial de la empresa figura que Aerolíneas Argentinas "nació en 1950 por un decreto del Presidente Juan Domingo Perón, mediante la unión de cuatro aerolíneas (Aeroposta, A.L.F.A., FAMA y Z.O.N.D.A.)".

Sobre el año 1980 sólo se informa que "se incorporó a la flota el Boeing 747SP y se abrieron las primeras rutas transpolares hacia Melbourne, Australia y Auckland, Nueva Zelanda".

El primer viaje de Aerolíneas Argentinas a China fue un transpolar que trasladó al dictador Rafael Videla (AP Photo/Eduardo Di Baia, File)