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domingo, 6 de octubre de 2024

Lo que dejó la marcha. Ante un nuevo escenario... @dealgunamanera...

Lo que dejó la marcha. Ante un nuevo escenario...

Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno le sirvió a la oposición una plataforma ideal para la defensa de la universidad pública. Un rejunte que podría derivar en algo orgánico.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Gobierno le regaló a la oposición un escenario perfecto al cual subirse. La masiva defensa de la universidad pública no necesita demasiadas explicaciones. La educación superior es un aspiracional que atraviesa todos los estratos sociales e ideologías. Esto representa un valor profundamente arraigado en la gente. Es un valor que viene de la historia.

El tema universitario es de una enorme complejidad, de la cual la mayor parte de la clase política vernácula no tiene la más mínima idea. La universidad no se limita solo a transmitir conocimientos, sino también a generarlos a través de sus institutos de investigación. A ellos hay que agregar que, en muchos casos, brinda también servicios como ocurre con los hospitales que de ellas dependen.

En 2001, antes del estallido de la crisis que acabó con el gobierno de Fernando de la Rúa, una de las medidas que propuso el entonces ministro de Economía Ricardo López Murphy consistía  en recortar el presupuesto universitario en 2 mil millones de pesos-dólares con el objetivo de equilibrar las cuentas públicas. La reacción adversa que provocó esta medida que no se llegó a implementar fue de tal envergadura que hizo insostenible la permanencia en el cargo del hoy diputado nacional. Aún en la actualidad hay gente que se lo recuerda.

El tema es de una enorme complejidad, de la cual la mayor parte de la clase política no tiene idea

El principal error que comete Javier Milei es no tener una cabal comprensión de lo que sucede en la base, es decir, con los estudiantes, los docentes y los investigadores. Ellos son ajenos a los tejes y manejes políticos que ocurren en los ámbitos de poder de las altas casas de estudios en las que también existen nichos de corrupción que deben ser combatidos. También una situación inédita que se da con la creciente cantidad de estudiantes extranjeros que cursan sin ningún arancelamiento. Son estudiantes que vienen aquí, se forman y gradúan para luego regresar mayoritariamente a sus países. Pero cualquier esquema superador debe alcanzarse con las aulas universitarias abiertas y sin poner en riesgo cada una de las actividades antes descritas.

El Presidente y sus funcionarios creen que las universidades son bastiones de la oposición. Es verdad que en esta marcha de alcance nacional hubo más aparato político partidario. Pero si piensan que los dirigentes políticos y sindicales –varios de ellos verdaderamente impresentables– que se subieron a la marcha son su esencia es un grosero error. Entre los que estuvieron cantando “vamos a volver” estuvo Sergio Massa adecuadamente rodeado – y protegido – por un grupo de militantes del Frente Renovador. Es increíble la amnesia que a veces nubla las mentes de una parte de la sociedad. Solo así se explican los gritos de apoyo que recibió el exministro inflacionario de algunos de los concurrentes. Parece que nadie recordó que, no bien asumió Massa dispuso un recorte de 50 mil millones de pesos al sistema educativo. Qué importante es hacer memoria, aunque –a veces– la realidad regala postales que ayudan a recordar. Un ejemplo fue el efusivo abrazo del tigrense con el exsecretario de comercio Guillermo Moreno, que también participó de la marcha.

“No hay plata”, esgrimen desde el oficialismo para fundamentar su cerrazón a cualquier acuerdo con los rectores que signifique una concesión a sus reclamos. Sin embargo, sí había plata para dar vuelo al armado de los servicios de inteligencia, asignándoseles la friolera de cien mil millones de pesos en calidad de gastos reservados. ¿Cómo se explica eso?

Al día de hoy, el oficialismo no tiene los votos para evitar que el Congreso revierta el veto presidencial

Al día de hoy, el Gobierno no tiene los votos para evitar que el Congreso revierta el veto presidencial. Más allá de esto, hay una concepción del ejercicio del poder inquietante. La creencia de que se puede gobernar a base de los DNU y de los vetos es producto de la falta de diálogo y de la búsqueda de acuerdos. En esto, el oficialismo también es errático y contradictorio. ¿Cómo se entiende, si no, el acuerdo con el kirchnerismo para dejar de lado el proyecto para limitar las reelecciones indefinidas de los caciques sindicales?

La necesidad tiene cara de hereje. La falta de peso legislativo terminó por disparar la reunión secreta entre Santiago Caputo y el expresidente Mauricio Macri. La tensión entre el PRO y la Libertad Avanza volvió a elevarse luego de que el propio Macri durante una reunión que había mantenido el jueves con el bloque de senadores de su partido dejó claro sus diferencias con el veto que había firmado Milei contra la Ley de Financiamiento Universitario. El encuentro en las oficinas de Caputo fue tenso. “Se sinceraron y limaron algunas asperezas, pero no hubo grandes avances en construir un bloque más homogéneo”, dijo una fuente libertaria al tanto del resultado de la reunión. “No se detestan, pero pega en el palo. Ambos saben que deben convivir”, aseguró sin anestesia un hombre del partido amarillo. El expresidente sigue convencido de que sus interlocutores en el Gobierno no tienen palabra. “Son educados, te dicen lo que querés escuchar, pero después hacen lo que se les canta”, recordaron. El problema de fondo no es de fácil resolución: Caputo cree que el PRO ya agotó su momento político y no tiene mucho para aportar. Mauricio Macri lo sabe perfectamente y cree que el asesor estrella actúa como una especie de filtro que no puede doblegar.

Mientras unos y otros se sacan chispas, en el Gobierno no parecen haber advertido algunas de las postales que la marcha universitaria les dejó. Más allá de la presencia esperable de Massa, Lousteau, Rodríguez Larreta y distintos miembros de La Cámpora, la sorpresa la dio Cristina Fernández de Kirchner. Todo ese rejunte opositor podría transformarse en algo orgánico más pronto que tarde si los números de la economía y el mal momento que atraviesa la mayoría de la gente no se revierten en el corto plazo. El Presidente debería tomar nota de este nuevo escenario.




   

sábado, 31 de agosto de 2024

Casta de malditos… @dealgunamanera

 Casta de malditos…

Guillermo Francos. Dibujo: Pablo Temes

Guillermo Francos postergado y vuelve la fantasía del match del león contra todos.

© Escrito por Carlos Fara, Consultor Político, el viernes 30/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Después del descalabro que sufrió el Gobierno la semana pasada, y la desautorización que experimentó Macri por parte de sus propios senadores, da la impresión que el expresidente y el actual llegaron a la conclusión de que es mejor firmar una tregua, antes de que se note mucho el tamaño de los egos y las ambiciones de ambos. Como le gusta repetir a Sergio Tomás Copperfield, “¡no te enojés, esto es política!”. ¿Cuánto durará? Sabe Dios, porque este es un juego muy complejo y con intereses cruzados. Para muestra valen algunos botones:

Uno. El kirchnerismo negocia con Lousteau la presidencia de la Comisión Bicameral de Control de los servicios de inteligencia, aparentemente para desairar al Gobierno y con la oposición de Macri;

Dos. El kirchnerismo negocia con el Gobierno para votar a Lijo para la Corte, a lo que se opone Macri;

Tres. Macri negocia con Milei una futura alianza electoral, para empezar a “darse besitos”;

Cuatro. Los socios políticos de Lousteau tiene un túnel construido con el Gobierno a través del “joven maravilla” Caputo; y

Cinco. El primo Jorge suma dolores de cabeza con el otro Caputo.

¿Cómo se llama la obra? “Casta de malditos” (excelente film de Stanley Kubrick).

El cuento del tío

Mientras se desarrolla esta obra, en la sala de al lado se presenta otra función:

  • Lousteau está muy cuestionado dentro de su propio partido, sus bloques y sus bases;
  • Cristina tuvo que avisarles a sus senadores que Villarruel no es peronista, mientras evita que no haya fugas, y maniobra para que su hijo predomine en la pelea interna en territorio bonaerense;
  • Macri se esfuerza por mostrar que él es el líder real del PRO, distanciado de los dos exprecandidatos presidenciales; y
  • Milei tiene un desorden infantil en los dos bloques del Congreso, además del ¿irreversible? cortocircuito con su vice.  

Uno podría decir que los egos han escalado a la cumbre en toda la política argentina. Eso está presente sin duda, pero se deben visualizar las razones estructurales de este desmadre en la matriz de este experimento llamado Milei. Cuando se produce una disrupción de tal magnitud en el sistema político, acompañada de un ajuste fenomenal, hace que todo el espectro viva en tensión, haciendo saltar la térmica en todos los campamentos. En una etapa donde el variopinto Congreso tiene más poder que nunca desde 1983, al oficialismo de turno le costará mucho ordenar a la política. Cuando existen cortocircuitos en la cúpula del sistema, los escenarios posibles se multiplican. Solo cabe tomar como ejemplos los mandatos de De la Rúa y Alberto.

Esto ya es de por sí amenazante para los que quieran hacer inversiones –quién garantiza qué en esta tormenta– imagínese lector/a si el esquema económico del oficialismo entrase en una turbulencia significativa. Estos últimos días le dieron al Gobierno un respiro: los dólares financieros están bastante estables, el Central termina agosto con balance positivo después de dos meses de déficit, la inflación daría otro pequeño paso hacia la baja, el riesgo-país perforó los 1.500 puntos, hay algunos signos de lenta recuperación y el ministro anunció la prometida baja del Impuesto País. Sin embargo, uno) el centro financiero del mundo sigue dudando de nuestra capacidad de pago para 2025 (¿Toto todavía no depositó los dólares para el vencimiento de enero?): ¿default o reestructuración?; dos) el Indec nos anotició que la actividad fue peor de lo estimado; y tres) se proyecta que el Central podría terminar el año tan negativo como cuando se fue Alberto.      

Se necesitan Dibus y Carusos

Un dato importante es que está llegando como viceministro de Economía un ortodoxo que es amigo del vilipendiado Rodrigo Valdés. Por si las gestiones árabes de Toto fallan, se filmará otra película: “Siempre nos quedará el Fondo”. El tiempo pasa y la bala de plata sigue sin aparecer. Al respecto, cabe clarificar varias cosas. Milei cree que Trump lo socorrerá tal como lo hizo con el calabrés, pero eso es dudoso porque a) el “amigo” Claver-Carone probablemente será subsecretario de Asuntos Latinoamericanos y podría pedir la cabeza de Francos; b) difícilmente Argentina sea la prioridad para el magnate y el FMI; y c) ¿cuántos fondos podrían habilitar en marzo? Seguro que algo lejos de las necesidades. ¿Y si gana Kamala, qué pasará?, ¿será vista como K?

Paralelamente afloran algunos debates no prioritarios para la sociedad. Van dos ejemplos: 1) el juzgamiento de Montoneros y 2) las declaraciones polémicas sobre las cuestiones de género. No se juzga aquí la relevancia de los temas, pero estas “batallas culturales” son marginales para la gran mayoría. No salen espontáneamente de boca de los ciudadanos en los grupos focales, y cuando se los consulta específicamente tienden a pasarlos por alto. La angustia económica es lo que pervive en la existencia cotidiana. Por eso el Presidente repite que está jugado a una sola gran cuestión: la inflación, porque por eso lo votaron. Es verdad. El problema es qué pasa cuando el foco de la gente viró hacia el desempleo.

Juan Domingo Milei

Cuando parecía que el Gobierno había hecho un upgrade político al lograr aprobar la Ley Bases y el paquete fiscal, aprobando la materia “Pragmatismo I”, reapareció la fantasía de que en el match Milei vs. Resto del Mundo, se impondrá el Presidente. Para las PASO queda un año y para la general catorce meses. Una eternidad. Lo curioso fue la ausencia de Francos –el “Dibu” libertario– en los sucesos de la semana anterior. ¿Lo relegaron? ¿Creen que con lo que habían logrado ya pueden volver a replicar la historia de Moisés?

Mientras Alberto lleva más de un mes sin poder salir de su casa, hay gente que ya está diseñando un reparto de negocios. Pasa en todo gobierno, mucho más cuando existe un empecinamiento en cambiar las reglas de juego económicas. ¿Habrá una nueva burguesía nacional? Cuando se es tan inquieto, algún jarrón se puede romper.

Por suerte Colapinto recibió el aporte del millón de dólares que le faltaba para subirse a un Fórmula 1 gracias a Bizarrap, porque un muy poderoso empresario argentino ni siquiera le contestó el mensaje.



  

domingo, 17 de marzo de 2024

Tiempos turbulentos… @dealgunamaneraok...

 Tiempos turbulentos…

Axel Kicillof. Dibujo: Pablo Temes.

Nadie se salva en una Argentina que intenta salir adelante, mientras es víctima de sus propios males.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 16/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Gobierno sufrió su segunda derrota legislativa en poco más de un mes. La primera vez sucedió cuando decidió retirar el proyecto de ley “Bases y Puntos de Partida para la Liberación de los Argentinos” –algo desprolijo y pocas veces visto en la vida parlamentaria–, la segunda, el jueves pasado, cuando el Senado rechazó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del 17 de diciembre. En el caso del DNU, además, despuntó una situación de crisis entre el Presidente y la vicepresidenta. El enojo de Milei contra Victoria Villarruel se hizo público, no bien se confirmó la convocatoria a la sesión de la Cámara Alta. “La relación entre los dos, está rota desde hace tiempo”, señalan varias voces desde las entrañas del oficialismo. El epíteto más liviano que se escuchaba por los pasillos del poder contra la vice en esas horas de enojo incontenible, de Milei y de su entorno, era el de “traidora”. En las redes, los trolls del mileísmo se expresaban con una agresividad mucho mayor. Los pocos que, con algo de sentido común, consideraban que había hecho lo correcto, lo decían en voz baja para no caer en la lista negra. “Hizo lo que tenía que hacer, pero por favor, no me nombres” –se atajó un funcionario.    

Villarruel le había advertido a Milei que el Gobierno se encaminaba a sufrir una derrota contundente en el Senado.  También le advirtió que no tenía mucho margen de maniobra para postergar indefinidamente el tratamiento del DNU. El kirchnerismo tiene el dominio numérico de la Cámara Alta, por lo que, con la colaboración de algunos otros opositores, hubiera logrado el quórum por iniciativa propia.

Los gobernadores saben que necesitan del gobierno nacional para no arriesgarse a pasar un invierno malo

El episodio tuvo, en principio, dos consecuencias adversas: la primera fue que lo puso al Gobierno frente a la dura realidad de su debilidad en el ámbito legislativo, lo cual lo complica fuertemente. El oficialismo debe asimilar que el 56% de los votos con los que ganó la elección, no tiene un correlato ni en las gobernaciones ni en el Congreso. Para decirlo con más claridad: el Gobierno no tiene los legisladores suficientes ni en la Cámara de Diputados ni en la Cámara de Senadores. Además, lo ocurrido el jueves, sumado a lo que pasó tanto con el proyecto de ley ómnibus, como con el DNU, ha terminado por envalentonar a la oposición en su objetivo de atacar y poner en jaque no sólo estos proyectos, sino también la gobernabilidad. La vicepresidenta es una mujer muy inteligente y siempre supo que la aventura de gobernar en minoría le traería interminables dolores de cabeza. Una fuente parlamentaria recreó una cruda charla que tuvo con Villarruel meses antes de asumir el poder. Ambos estaban a la salida del Salón de los Pasos Perdidos, que está contiguo al recinto donde se llevan a cabo las sesiones de Diputados en el Congreso. El intercambio fue el siguiente:

X: Victoria, ¿ya tenés jefe de prensa?

V: No, por ahora, me voy a arreglar sola.

X:Pero si llegan a ser gobierno, no podés seguir así.

V: ¿De dónde querés que saque gente, si somos cuatro gatos locos?

X: Imagino que lo decís en sentido figurado

V: Te digo que somos cuatro. Los de confianza, no llegamos ni a los dedos de una mano.

A sabiendas de esta realidad, en las redes del kirchnerismo no cede el deseo de hacer caer al Gobierno.

El segundo punto tiene que ver con la credibilidad y confiabilidad que genera el Gobierno. En el Fondo Monetario Internacional la inquietud aumenta en tanto y en cuanto, no se ve ninguna voluntad por parte del Presidente de buscar acuerdos con los diversos sectores de la vida política argentina. Del mismo modo, la confiabilidad por parte de los distintos grupos empresariales, que apoyan la mayoría de las medidas del oficialismo objeta su método de confrontación permanente. Temen, con fundamento, que la soga termine por romperse. Un hombre de negocios lo describió utilizando una metáfora circense: “Por más que seas el león, no podes correr a todos con el látigo y el banquito”.

La tensión en la relación con los gobernadores aflojó, pero no terminó. Los líderes territoriales saben que necesitan del gobierno nacional para no arriesgarse a pasar un invierno malo. De hecho, uno de los entredichos que dejó la semana que pasó tuvo como protagonistas a las principales figuras de la UCR. Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, gobernadores de Mendoza y Corrientes respectivamente se enfrentaron a Martín Lousteau (presidente del Comité Nacional) por haber votado en contra del DNU en el Senado. Junto con Leandro Zdero (Chaco) y Carlos Sadir (Jujuy) firmaron un comunicado rechazando de plano la decisión del líder de Evolución. “Lousteau viene envalentonado, porque alcanzó un nivel de simpatía puertas adentro del partido que ni siquiera había soñado. Pero con estas actitudes termina votando junto al kirchnerismo. Podría haberse abstenido” –aseguraron en el entorno de unos de los gobernadores del norte. El vínculo de Milei con el centenario partido, parece no tener retorno y este tipo de acciones no ayuda a pacificar las aguas. La decisión es clara: ser una oposición responsable, asertiva, pero no destructiva. Que se lo vayan a explicar al Presidente.

Un fiscal implacable

Hablando de relaciones rotas, en la CGT siguen inquietos. Pablo Moyano, volvió a amenazar con un paro para “fines de marzo o principio de abril”, la eventual medida de fuerza, todavía está verde y muy lejos de reunir consenso interno de Los Gordos. Anida en el hijo del líder camionero un espíritu antidemocrático, que sólo sabe apagar el fuego con nafta. Todavía no entendió que la sociedad argentina les ha dado la espalda y ha terminado de comprender que el mote de “casta” les calza perfectamente.

Por estas horas aciagas, el ajuste y la presión sobre la clase media ha dejado de ser exclusividad del Gobierno. En la Provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof fulminó a los contribuyentes con la suba de impuestos en bienes inmobiliarios, urbanos edificados, tierras rurales y patentes. Para que se entienda bien: el dueño de un automóvil nacional de gama media con cuatro años de antigüedad debe abonar más de 150 mil pesos de patente. El preferido de la ex vicepresidenta, está haciendo malabares para que no se le caiga la careta a la hora de criticar al primer mandatario por la suba de precios.

Nadie se salva ni resiste un archivo en tiempos turbulentos de una Argentina que intenta salir adelante, mientras es víctima de sus propios males.



   

domingo, 3 de septiembre de 2023

Realineamientos. Massa, en plan “vamos viendo”… @dealgunamaneraok...

Realineamientos. Massa, en plan “vamos viendo”…

 

El bono del ministro-candidato chocó con los gobernadores del PJ. Y la meta fiscal con el FMI es de difícil cumplimiento. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/09/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

No fue una buena semana para Sergio Massa. Las cosas no le vienen saliendo bien al ministro-candidato. El plan platita que necesita implementar desesperadamente para darle aire a su desvaída campaña electoral chocó contra una piedra impensada: los gobernadores, incluidos los propios. La negativa a pagar el bono de 60 mil pesos fue contundente. Nunca había ocurrido algo así en un gobierno peronista. El enojo de Massa es mayúsculo. “A lo mejor así Sergio se termina de dar cuenta de que son muchos los que dentro de Unión por la Patria no lo quieren”, afirmaba en la tarde del jueves una voz desde las entrañas de la Casa Rosada. Está claro que entre quienes lo quieren poco está el presidente saliente. En su creciente tiempo libre, Alberto Fernández se dedica a compartirles a algunos de sus interlocutores sus amargas quejas contra Cristina Fernández de Kirchner y contra el exintendente de Tigre.  

El plan platita representa un brutal aumento de la emisión monetaria. La maquinita está funcionando a full. Al ministro no le importa nada; al Gobierno, tampoco. Hay que ganar la elección como sea. Esa desaprensión también encuentra su razón de ser en que, en caso de no llegar a ser reelectos, la tremenda maraña de emisión de pesos que van directo a la inflación será un problema mayúsculo que deberá afrontar el próximo gobierno.

El porqué de los elogios a Milei

El resultado definitivo de las PASO confirmó el pronóstico de Cristina Fernández de Kirchner: el escenario electoral está dividido en tercios. Matemáticamente, Unión por la Patria tiene chances de acceder a la segunda vuelta. A Massa, eso lo envalentona. Es un dato que hace incomprensible a la Argentina en muchas partes del Mundo. “¿Cómo es que el ministro que ha llevado al país a la inflación más alta de los últimos treinta años tenga chances de ganar la elección?”, se preguntan con una pizca de azoro muchos analistas prestigiosos de distintos países.

Pero aún hay más en este descontrol económico y financiero desatado para sostener el plan de emergencia de cara a las elecciones generales. El Gobierno modificó el Presupuesto y otorgó un millonario aumento del gasto con partidas para subsidiar la campaña y ayudar a sostener a las empresas públicas. Todo debe estar aceitado a la perfección. Se trata de una de las mayores ampliaciones presupuestarias de los últimos tiempos. “No es el plan platita, es el plan justicia”, se atrevió a decir el presidente Alberto Fernández, como si él y su administración no fueran los responsables de este presente lleno de penurias que dejó al país al borde del abismo.

La vicepresidenta en funciones mantiene el silencio. Sabe que es mejor callar que hacer el papel de comentarista de la realidad que le es hostil y con un final abierto de cara a los comicios de octubre. No se jugará por Sergio Massa; ni ella ni los intendentes y gobernadores que le han dado vuelta la cara esta semana al ministro-candidato quieren quedar pegados a una posible derrota. CFK es experta en salir de la escena cuando las papas queman.

En este festival de emisión descontrolada, la meta fiscal del 1,9% de déficit que el Gobierno se comprometió para este año ante el Fondo Monetario Internacional parece difícil de cumplir. Es parte de otro modus operandi del kirchnerismo en general y de Sergio Massa en particular: el “vamos viendo”. Así lo describe un funcionario identificado con la antigua ancha avenida del medio: “Cuando estás tan cerca de las elecciones, no tenés opción: o pisás el acelerador o te despedís. Sergio es un campeón en ganar tiempo. Sabe cómo patear la pelota para adelante”.

En Washington no piensan lo mismo. El humor está caldeado. Los burócratas del Fondo exigieron –con razón– conocer el impacto fiscal de las medidas de auxilio anunciadas por el ministro de Economía en modo campaña. Estas son las consecuencias del doble rol del tigrense. No solo es una aberración ética, también aparecen las consecuencias de su accionar en materia ejecutiva. Un delgado equilibrio que ya ha sido violentado en otras oportunidades.

En No Tan Juntos por el Cambio siguen ensayando fotos de unidad para intentar tapar las heridas autoinfligidas en la riña de campaña. No será tarea fácil. En la Ciudad de Buenos Aires, luego del ajustado triunfo de Jorge Macri sobre Martín Lousteau, un abismo separa a la UCR del PRO. Muchos radicales se sienten más cerca de Leandro Santoro a sabiendas de que no es un kirchnerista confeso. A nivel nacional la película no es muy distinta. En el radicalismo nadie está dispuesto a pactar con Javier Milei para “auxiliarlo” en materia de gobernabilidad y crece la desconfianza sobre el rol de Mauricio Macri en ese sentido. Ya no es un secreto que, ante un triunfo del libertario, el PRO cerrará filas con él. Las horas de la coalición opositora están contadas.

Hora de un baño de realidad

Patricia Bullrich tampoco se siente cómoda. “Si no es todo; es nada”, rezaba su claim de campaña mostrando su costado extremo de firmeza que apelaba al orden y el apego a la ley sin diálogo posible con el kirchnerismo. Sin medias tintas, cargaba contra Horacio Rodríguez Larreta. Ese perfil inflexible y aguerrido, sin lugar para los débiles, hoy es patrimonio de un irascible Javier Milei. En el intento de reconfigurar su perfil, la extitular de la cartera de Seguridad optó por cerrar filas con Carlos Melconian como su ministro de Economía. Un hombre experimentado en surfear las olas de las múltiples crisis argentinas y muy hábil declarante en los medios. Ideal para desarticular los puntos débiles del plan Milei que, según dijo el propio Melconian, hace agua por todos lados.

Entre tanta frivolidad, la realidad ha vuelto a golpear a la sociedad con el asesinato del joven ingeniero Mariano Barbieri. Un recordatorio cruel de que la Argentina actual es inviable. No se trata solo de la inseguridad. Es la impericia de todo el arco político, que dejó en su camino generaciones diezmadas sin educación, sin oportunidades y a merced del narcotráfico como mecanismo de ascenso social en el submundo de la delincuencia.

Una deuda gigantesca que los políticos y toda la clase dirigente tardarán años en pagar.



    

domingo, 18 de junio de 2023

Rejuntes electorales… @dealgunamaneraok...

 Rejuntes electorales…


‘‘Cambio, cambio, juntos por el verde”. Dibujo: Pablo Temes

El armado de las listas tensará al máximo cada una de las coaliciones.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/06/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

Hay que reconocerlo: pocos, han hecho tanto para destruir al kirchnerismo como Alberto Fernández. El fracaso de su gestión, que lo coloca al peronismo al borde de la peor elección de la historia, sus gustos y actitudes personales, su decisión de mantener las PASO y el acuerdo con el FMI, y un largo etcétera que incluye a los funcionarios que no funcionan, terminaron por dinamitar los pocos puentes sólidos que unieron al Presidente con la vicepresidenta. Hoy ya se sabe –porque lo contó la misma Cristina Fernández de Kirchner– que las desavenencias entre los dos comenzaron durante la campaña electoral de 2019.El cierre de las alianzas electorales acaecido en la noche del miércoles dejó a la vista de todos, el nivel de enojo supino del kirchnerismo con el Dr. Fernández, por lo expresado por la Dra. Fernández de Kirchner y su hijo Máximo. Hasta antes de este episodio, CFK le temía a una derrota en la elección de octubre. A partir del miércoles pasado, a ese temor se le agregó otro: el de perder el dominio absoluto del peronismo. Por eso, en la desesperación afloró un intento de ultimísimo momento: la alteración de los pisos porcentuales a partir de los cuales los opositores internos podrían colocar sus candidatos en las listas definitivas. Esta trampa la descubrieron los acólitos de Daniel Scioli en las primeras horas de la tarde del viernes y afecta a las listas en la provincia de Buenos Aires, el bastión clave a defender a capa y espada por CFK y sus secuaces.

Personalismo y descontrol

Es francamente paradojal lo que está sucediendo con el embajador argentino en Brasil. En 2015 fue él, quien se benefició de la determinación adoptada por CFK de nombrarlo a dedo como el candidato presidencial, dejando en el camino al entonces ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo al que, a cambio, le ofreció la candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Hay que recordar que, en un gesto de dignidad poco común, Randazzo rechazó esa propuesta indecente. Hoy le toca a Scioli beber esa amarga medicina.

La posibilidad de que Axel Kicillof sea conminado a aceptar la candidatura presidencial está latente. El gobernador de la provincia de Buenos Aires ya avisó a sus laderos que hará lo que la jefa le pida.

Sin embargo, el daño colateral de una jugada de estas características podría ser demasiado alto: perder la provincia donde mejor mide que, a su vez, sería el refugio para la tropa propia.

Prioridades invertidas

Tiempo de sirenas. Faltan casi dos meses para la celebración de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y pasaron apenas cuatro días luego de la presentación definitiva de las alianzas que competirán en el proceso electoral. El cierre de listas y la presentación de todos los candidatos será el 24 de junio, según el calendario electoral. El problema no son las fechas. Las fricciones y los personalismos están a la orden del día, tanto en el oficialismo, tal cual lo hemos narrado, como en la oposición.

La interna en el PRO continúa al rojo vivo a pesar del acercamiento forzoso y las conversaciones que mantuvieron la exministra Patricia Bullrich y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Ambos pujan por convertirse en la opción definitiva y arrastran en su pelea a todo Juntos por el Cambio. “Horacio siempre conservará su vocación de sumar aliados a la coalición, es el camino que eligió y es su forma de encarar este desafío. Además, hay en él una concepción política de trascender las divisiones y superar la grieta. Un país dividido es una bomba de tiempo para todos” –aseguran cerca del jefe de Gobierno. Su alianza con Martín Lousteau para la Ciudad le asegura la adhesión de otro sector del radicalismo (además del identificado con el gobernador de Jujuy Gerardo Morales) y es un factor de presión hacia Jorge Macri que quiere cruzar la General Paz para sucederlo, apadrinado por el expresidente Mauricio Macri y la propia Bullrich.

Todos a la intemperie

Asimismo, en el campamento de la exministra de Seguridad sostienen que “hay sumas que restan” y mantienen la idea de limitar las alianzas a los perfiles que acrediten coincidencias pragmáticas, pero fundamentalmente ideológicas. El bullrichismo avanza en un acuerdo con la UCR bonaerense. En términos de cargos, su titular, Maximiliano Abad, podría transformarse en el compañero de fórmula de la presidenta del PRO. En rigor de verdad –aseguran fuentes al tanto de las negociaciones– existe la necesidad de generar un buen acuerdo para que HRL no se quede con la mayor parte del radicalismo jugando a su favor.

El problema principal, es que la contienda escaló tanto, que los conflictos terminaron dirimiéndose públicamente en la tapa de los diarios y aún falta un tramo tan desgastante como la conformación de las listas. Es en esta etapa donde la pulseada se tensará al máximo en cada una de las coaliciones. Si no prima la cordura, será muy difícil el día después. Si el 25 de junio nos devolviera la imagen de una ambulancia asistiendo a los heridos, nada bueno podría esperarse de un futuro gobierno de unidad.

La experiencia nos enseñó que los rejuntes electorales, son un padecimiento que, inexorablemente, termina perjudicando a todos.