Mostrando las entradas con la etiqueta Luis D´Elía. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Luis D´Elía. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de diciembre de 2023

En el medio está la gente... @dealgunamaneraok...

En el medio está la gente...


Patricia está con nosotros, nada malo podrá ocurrirnos. Pablo Temes.

La sociedad sabe que hay crisis y que nada se logra sin sacrificio. El Gobierno precisa lucidez.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 24/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


El megadecreto anunciado por el presidente 
Javier Milei el miércoles a la noche debe ser analizado en su fondo, en su forma y en sus eventuales resultados. Respecto de la cuestión de fondo  hay que señalar que su contenido le ha permitido a la sociedad argentina tener la noción clara y la dimensión exacta de la maraña de disposiciones regulatorias que afectan su vida cotidiana. Desde la muy mala ley de alquileres hasta la ley de góndolas y un largo etcétera que, además, han servido para crear una burocracia que alimentó la letal corrupción que se extiende por todo el país. Ejemplo de ello –entre tantos– es el registro automotor, muchos de cuyos titulares son personas vinculadas al poder de los diferentes turnos. Los gobernadores no están exentos de esta crítica. Esto no significa que el Estado no deba tener a su cargo un rol de regulación en situaciones bien puntuales en las cuales grupos dominantes quieran imponer sus condiciones para eliminar todo tipo de competencia. Eso no es lo que ha ocurrido con el Estado elefantiásico que el megadecreto expone. Ese Estado elefantiásico ha, paradojalmente, consolidado la fortaleza de esas posiciones dominantes y favorecido la corrupción.      

En un sistema republicano las cuestiones de forma hacen a su esencia. La división de poderes es un pilar fundamental sobre el que se asienta la estructura institucional de la Argentina. El objetivo de tal condición es claro: evitar que alguien tenga la suma del poder total. En el transcurso de la historia, esa fue una aspiración que tuvieron varios líderes políticos: Juan Manuel de Rosas, Julio Argentino Roca, Juan Domingo Perón, Carlos Menem y, últimamente, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. En el caso de los Kirchner fue esa división de poderes la que evitó que el proyecto chavista que encarnaban se concretara.

Algunos puntos del decreto deben pasar por el Congreso inevitablemente

Los decretos de necesidad y urgencia (DNU) nacieron como un instrumento que, bajo la justificación de una necesidad extrema y excepcional dieron pie a una aberración que permitió al presidente de turno eludir la participación del Congreso en la elaboración de instrumentos legislativos. Menem abusó de los DNU, lo que llevó a que, con un intento de limitarlos, se reglamentara su uso en la reformada Constitución de 1994.  

Imaginemos por un momento que, en vez de Javier Milei, esto lo hubiese hecho la expresidenta. Desde esta columna se estarían exponiendo las mismas críticas. De hecho, destacados abogados profesores de Derecho Constitucional de afinidad ideológica declarada con el actual gobierno no dudaron en calificar a alguno de los puntos del megadecreto como inconstitucional. Por lo tanto, hay algunos puntos del decreto que deben pasar por el Congreso inevitablemente. Si así no fuera, se exponen a que en el futuro un gobierno de signo contrario elimine también de un plumazo lo que hoy se quiere imponer del mismo modo.

Los resultados de todas medidas serán los que terminarán de darles su vigencia. Si los prometidos beneficios se hacen realidad, las ideas de Milei tendrán terreno fértil y cambiarán la cultura política de la sociedad. Si no, retornará lo mismo que se acaba de ir, pero mucho peor. Es un riesgo demasiado grande como para cometer errores de forma que condicionan todo el armado.   

El Gobierno sabe que el momento de acelerar con medidas antipáticas es ahora

“Si el Presidente hubiese enviado una parte del decreto como proyecto de ley al Congreso de la Nación, no tengo dudas de que hubiese tenido mejor recepción general y que habría tenido el apoyo de la mayoría en ambas Cámaras. Estoy de acuerdo con el Fondo de las medidas, pero no puedo aceptar el camino elegido para imponerlas”. La reflexión pertenece a una diputada nacional del ala dialoguista de Juntos por el Cambio y demuestra claramente que las cosas podrían haberse hecho mejor. Al fin y al cabo, parte del peronismo no kirchnerista también habría apoyado las medidas en el Parlamento dejando en soledad al kirchnerismo duro y los sectores más radicalizados de la izquierda. Sin embargo, para el Presidente este DNU es algo más que una batería de medidas políticas. Forma parte de su concepción del poder, y de su batalla contra la burocracia de “la casta”. Victoria Villarruel, desde el Senado, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ya están tejiendo alianzas para intentar tomar el control de la comisión bicameral permanente que controla los DNU. En el Gobierno son optimistas y alegan que “en los 40 años desde el regreso de la democracia nunca se rechazó un DNU”. El problema es que esto no termina aquí. Apenas una parte de lo que viene es la ley de reforma tributaria. Son, al menos, 10 capítulos con decenas de artículos que versan sobre el blanqueo, retenciones, posibles moratorias, impuestos internos y la polémica vuelta de ganancias. Quienes conocen el derrotero de leyes, decretos y normas para desregular la economía y todos los aspectos que hacen a la vida en sociedad que eran controlados por el Estado aseguran que el camino será áspero por lo menos hasta fines del mes de mayo. En el Gobierno saben que el momento de acelerar con medidas controvertidas o antipáticos es ahora. La pregunta sigue siendo la misma: ¿podrá la gente de a pie soportar algunas de las consecuencias de estas medidas de apertura? Es cierto que la liberación de precios es consecuencia directa de los desastres del gobierno anterior. La inflación –que recrudecerá al menos hasta marzo– es responsabilidad del gobierno de los Fernández y, en especial, de la irresponsabilidad del exministro candidato Sergio Massa, pero las consecuencias actuales las sufre la gente, y es una incógnita el tiempo que podrán sostenerse en pie ante la llegada del sinceramiento de precios percibido como un ajuste descomunal.

Argentina pelea por volver a ser un país normal. Los 20 años de kirchnerismo hicieron estragos. Se libra una batalla cultural que tendrá en pie de guerra a los Belliboni de la vida, los D’Elía y los Grabois. Lo peor que puede pasar es quedarse a mitad de camino. El Gobierno deberá tener la lucidez suficiente para administrar dos años de tragos amargos. Nada se logra sin sacrificios, pero en el medio está la gente.



   


sábado, 1 de noviembre de 2014

Monopolio propio… De Alguna Manera...


Monopolio propio…

“SOLO EL SER ES, Y EL NO SER NO ES NI PUEDE SER PENSADO.” José Pablo Feinmann. Dibujo: Pablo Temes

La Presidenta y los voceros del relato terminan creyendo su propia ficción. Leyes y paranoia conspirativa oficial.

Pese a que alguna vez fue peronista, José Pablo Feinmann todavía sostiene los prejuicios jurásicos, más gorilas que King Kong, de creer que el pueblo es una legión de tontos a los que Marcelo Tinelli les lava el cerebro. Esa teoría paternalista, ya viejísima en los 70, dejó de funcionar cuando se descubrió que era una manera de subestimar y discriminar a los más pobres que en general votan por su experiencia social cotidiana y la de su familia y no por lo que le dicen los medios de comunicación. Un millón y medio de proletarios industriales calificados que habían votado a Cristina en 2011, le retiraron su confianza en 2013 porque consideraron que la Presidenta les robaba su dinero con la excusa del impuesto a las ganancias. El 80% de esos trabajadores tenían historia peronista y se preguntaron con sentido común: “¿De qué ganancia me hablan si yo no tengo casa propia, toda mi vida fui inquilino?”. Fue una reflexión racional que decidió no votar al oficialismo como castigo. ¿Eso fue culpa de Tinelli o de un gobierno que en su bulimia de dinero se lo quita a los asalariados? Otro millón y medio abandonaron las listas del Frente para la Victoria porque están hartos de la inseguridad que el Gobierno ignora. Y otra franja de votantes de la misma magnitud no apoyó a Cristina porque a esta altura les produce repugnancia la matriz corrupta de un Estado que tiene en Lázaro Báez y Amado Boudou los socios comerciales y políticos del matrimonio presidencial.

¿Eso fue culpa de Tinelli? ¿La delincuencia juvenil, también?, como afirmó el virtual vocero de Irán, Luis D’Elía. ¿Y Cristina no es responsable de esquilmar a los laburantes con el impuesto al salario, del aumento del delito y de los narcos o del enriquecimiento ilícito de varios muchachos K? ¿Once años de gobierno con los mejores precios de la historia para los productos argentinos no alcanzaron para construir una sociedad más justa, igualitaria y honesta? Según Feinmann, que pasó de filósofo de cabecera de la minoría cristinista a inspector de ideologías de millones de argentinos que miran a Tinelli hace años, Marcelo los idiotiza con culos y basura. Los convierte en sujetos colonizados que no pueden pensar por sí mismos. Si esto fuera cierto, ¿cómo fue que Cristina sacó 12 millones de votos en 2011? ¿O en esa época los tontitos argentinos no miraban Tinelli? ¿O el oportunismo de Feinmann lo llevó a criticar a Tinelli ahora y no cuando cerró la campaña en 2007 con Néstor y Cristina ni cuando el hombre más popular de la Argentina se fundió en un abrazo con Ella para llorar la muerte de El? Las cámaras mostraban una y otra vez esa imagen del pésame. ¿Era la anticultura y el antipensamiento abrazado a la Presidenta a la que Feinmann eleva a la categoría de estadista?

Hay una degradación del pensamiento producto del fanatismo que ciega. Un nuevo papelón de Víctor Hugo Morales lo certifica. Estuvo elogiando por minutos con sus adjetivos napoleónicos a Daniel Scioli por no haber ido al debate de TN con los candidatos. Cuando le avisaron que sí había ido, reculó en chancletas, hizo un silencio rojo de vergüenza y pidió disculpas. Es que, pobre, entre el viaje a París y a Nueva York y óperas del Colón no tiene tiempo ni para leer los diarios. Apenas le alcanza para leer las gacetillas que le manda el Gobierno.

Algo se está quebrando en un oficialismo que, desesperado por mantener la iniciativa, pega volantazos sin importarle el costo ni dejar colgado del pincel a sus aliados. Horacio Verbitsky, Alejandro Slokar, Martín Arias Duval, entre otros kirchneristas de la agrupación “Zaffaroni por la Liberación de... Delincuentes” expresaron sus críticas primero a Berni y después los más valientes, hasta se atrevieron a mencionar a Cristina. Porque fue ella la que habló de la puerta giratoria de la Justicia y sólo le faltó citar a Bernardo Neustadt y Juan Carlos Blumberg o la expulsión de los extranjeros que delincan en clara violación de la igualdad constitucional ante la ley.

Es que ahora aparecen algunos sapos difíciles de digerir. Patria o Buitres se escucha cada vez menos. Patria o Clarín se escucha cada vez más, pero el discurso presuntamente antimonopólico se cayó a pedazos con la entrega a las empresas telefónicas. Para decirlo en palabras de Elisa Carrió: con tal de quebrar a Clarín, la Presidenta no tuvo empacho en generar un oligopolio propio medio opa y ahora, en borrar con el codo lo que escribió en la Ley de Medios sobre cerrarle la puerta al monopolio de las Telco.

En esa batalla que no se priva de hacer aprobar a libro cerrado y a tambor batiente, todo tipo de leyes para castigar al periodismo hay ciertos delitos que deben ponerse bajo una lupa. El cada vez menos robo y más intimidación que sufrió Marcelo Longobardi, por ejemplo. O el ataque pirata informático más grande que se haya hecho en el país que fue a radio Mitre donde todos están dispuestos a resistir la intervención que anuncia Martín Sabbatella. Expertos consultados reconocieron que la emisora que lidera ampliamente la audiencia fue sometida a un embate sin antecedentes. El responsable tiene que tener mucho poder pues utilizó servidores de 1.500 IP de Rusia, China, Corea, Hungría, Brasil, entre otros. Es lo que se conoce técnicamente como DDoS, atentado por denegación de servicios. El ancho de banda utilizado fue de la misma magnitud que tiene toda la ciudad de Córdoba. Eso confirma que no se trató de dos hackers al servicio del grupo de tareas K de la blogósfera. Fue mucho más grave.

En plena parábola descendente del Gobierno, se consolida el teorema que terminará triturando la buena imagen de Cristina: mientras más se cae la economía, más poder y más lugares ocupa su culpable, Axel Kicillof. Eso empuja al ridículo a Jorge Capitanich que tiene que explicar cuestiones cada vez más inexplicables: que la caída de la matrícula en las escuelas públicas en un dato del crecimiento económico de los padres, o que la Corte Suprema cometió una afrenta a las instituciones republicanas y deberían presentarse a elecciones y que los medios que informan sobre la “sedición” policial cometen “apología del delito”.

¿Se imaginan si Tinelli comenta en su programa esas noticias? A Cristina, Feinmann y D’Elía les cerraría su paranoia conspirativa. ¿Serían capaces de pasar ShowMatch por cadena nacional con tal de que nadie muestre lo que pasa en la realidad? No se oponen a los monopolios, quieren ser sus propietarios. No se oponen a la idiotización de la gente, lo quieren hacer ellos con sus propias idioteces, que encima no tienen rating.

© Escrito por Alfredo Leuco el Viernes 31/10/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.





sábado, 25 de octubre de 2014

De Tinelli a Hebe y Báez… De Alguna Manera...


De Tinelli a Hebe y Báez…

“Sueño con partido” Hebe De Bonafini. Dibujo: Pablo Temes 

A medida que se aproxima su final constitucional, el camino en zigzag del Gobierno luce más evidente que nunca. Raros voceros.

- “Este gobierno instaló la violencia verbal: si no pensás igual, sos un enemigo a atacar, destruir y si es posible matar.” (Marcelo Tinelli)

- “Los opositores, para mí, son enemigos.” (Hebe de Bonafini)

- “Lázaro no es socio de Cristina, es su empleado, lo maneja por teléfono.” (Eduardo Arnold, ex vicegobernador de Néstor Kirchner)

Detrás de las noticias sobre Marcelo Tinelli, Hebe de Bonafini y Lázaro Báez se pueden descubrir las claves de la decadencia de un gobierno que potencia y multiplica sus peores actitudes a medida que se acerca su final constitucional. Cristina mantiene su iniciativa política mediante volantazos espasmódicos que confunden a su propia tropa, pero sigue firme en su irracionalidad de gestión económica y su vocación de aislamiento autoritario. Es autodestructiva, avanza un paso, pero retrocede dos.

Nada explica cuál es su conveniencia en desatar una guerra contra Marcelo Tinelli. ¿Quién salió herido de estas refriegas? Cristina, sin dudas. Confrontar contra el personaje más popular de la Argentina sólo es necesario si se trata de un opositor acérrimo y golpista. Tinelli nunca lo fue. Todo lo contrario. Además de su militancia histórica en el “tinellismo”, el conductor televisivo tuvo una excelente relación con Néstor Kirchner, al que lloró abrazado a su viuda el día de su muerte. El matrimonio presidencial cerró la campaña de Cristina 2007 en Bolívar jugando a que jugaban al vóley con Tinelli. Hasta hace apenas nueve meses el Gobierno estuvo a punto de cerrar un trato con él para hacer un Fútbol para Todos más profesional y menos panfletario. Máximo Kirchner le bajó el pulgar, y esa fue la señal para la que la jauría injuriadora de Diego Gvirtz se dedicara, junto con el grupo de tareas de los blogueros K, a masacrar al cuervo Tinelli. Menemista, ladrón y cosificador de la mujer fue lo menos que le dijeron a quien hasta media hora antes era el simpático jefe de la televisión popular del entretenimiento. Bonafini lo crucificó. Luis D’Elía lo acusó de ser responsable de la violencia juvenil. La reacción del astro de los 20 puntos de rating (más de 25 estadios como los que llenó La Cámpora) fue contundente. Sacó como conclusión que Cristina está de acuerdo con lo que dicen sus voceros más desprestigiados, que fue elegido como enemigo y aunque descalificó al  piquetero y habitual vocero iraní como “negador del Holocausto” y violento, aprovechó su programa para fustigar a un gobierno con la demoledora frase con la que comienza esta columna.

Con la estatización de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, los Kirchner cierran uno de los círculos más viciosos de su vida política. Jamás movieron un dedo por los organismos de derechos humanos mientras fueron patrones de Santa Cruz. A Hebe Bonafini no la ayudaron nunca ni con un pasaje de avión para que hicieran algún acto en Río Gallegos. Tanto Néstor como Cristina se lavaron las manos y se enriquecieron mientras otros abogados se jugaban la vida presentando habeas corpus durante la dictadura. Pero ni siquiera en democracia, con Néstor como intendente y gobernador, fueron capaces de tener un gesto de ayuda a las Madres cuando las Madres no tenían camiseta partidaria y eran un ícono de la lucha pacífica por la verdad y la justicia, y en contra de la impunidad del terrorismo de Estado.

Después, los Kirchner hicieron todo lo contrario. Se dieron cuenta de que podían utilizar a las Madres y Abuelas como escudos para ocultar su falta de compromiso en esos temas y para tapar la matriz corrupta del Estado que instalaron. Descargaron una lluvia de dinero sobre las Madres y eso ensució sus pañuelos blancos, envileció su lucha titánica y heroica, y la redujo a una fundación que más que Sueños Compartidos se transformó en una pesadilla para los verdaderos luchadores honrados. Con Hebe como autora intelectual y Sergio Schoklender como autor material, se malversaron fondos, se evadieron impuestos de todo tipo y se hicieron estafas que la Justicia castigará más temprano que tarde.

Las Madres de Plaza de Mayo que nunca habían tocado un peso, que no aceptaron ni la indemnización del Estado por la desaparición de sus hijos, de pronto se convirtieron en un lugar oscuro, que interactuaba con cuevas financieras que cambiaban cheques y con un manejo que las hundió en la lógica de los políticos malandras. Como los Kirchner nunca lograron llegar a la estatura moral de lo que fueron las Madres de Plaza de Mayo, de a poco lograron bajarlas a su altura ramplona de usureros del toma y daca, y los negocios oscuros.

Sólo faltaba igualarlas al caso Ciccone. Estatizar la universidad para limpiar las huellas de la vergüenza. Hebe Bonafini cambió los amigos que la ayudaron desinteresadamente por compromisos políticos que la hundieron interesadamente. Abandonó y hasta fustigó a Vicente Zito Lema, Osvaldo Bayer y Magdalena Ruiz Guiñazú, entre otros, y se abrazó a Sergio Schoklender, Amado Boudou y Luis D’Elía. Está todo dicho: cambió la honradez por la mano en la lata.

Liberada de esas buenas relaciones, apeló a su tosudez autoritaria y se convirtió en una máquina de sectarismo. Celebró el genocidio de 5 mil personas en las Torres Gemelas, acusó de turros a los miembros de la Corte Suprema y convocó a tomar por asalto los Tribunales, elogió a la ETA y tuvo conceptos antisemitas. Consultada por una radio amiga, Hebe confirmó lo obvio: para ella, no hay oposición. Son todos enemigos.

La empresa de demolición y profanación de emblemas ecuménicos de los Kirchner cometió el peor de los pecados. Enterró en el barro a los relucientes pañuelos blancos. El sentimiento de culpa por no haber contribuido en nada a construir el edificio ético de las Madres los llevó a dinamitarlo a la vista de todos y con el voto de 132 diputados.

Finalmente, la operación de los fondos buitre para quebrar a Cristina se hace cada vez más compleja e inquietante. La extorsión es un delito repudiable, pero nadie que no tenga nada que ocultar puede ser extorsionado. Ahora las versiones incluyen no sólo las cuentas de la familia Kirchner en complicidad con Lázaro Báez. Hay un fantasma que se agita sobre los tristemente célebres fondos de Santa Cruz. Una fortuna que Néstor fugó al exterior de la que nunca hubo un dato cierto o un papel membretado. Ese dinero que les permitió hacer política y llegar a tres presidencias Kirchner podría convertirse en la llave que cierre para siempre este ciclo histórico.

© Escrito por Alfredo Leuco el Sábado 25/10/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.