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domingo, 17 de diciembre de 2023

Los Intransigentes de siempre... @dealgunamaneraok...

Los intransigentes de siempre…  


Felices grietas. Dibujo: Pablo Temes.

La CGT, que se mantuvo callada durante los años de los Fernández, alza la voz ante el nuevo gobierno. Hipocresía.


© Escrito por Nelson Castro el domingo 17/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El ajuste es brutal. Ricardo López Murphy lo calificó de “estremecedor”. Es la consecuencia de la desastrosa situación económica que dejó el kirchnerismo. Tan desastrosa es que el mismo ex viceministro de Sergio Massa, Gabriel Rubinstein, reconoció en el áspero diálogo radial que mantuvo con Eduardo Feinmann el jueves por la mañana que, de haber ganado la elección, habrían hecho lo mismo que ha comenzado a implementar la administración de Javier Milei. Claro que Rubinstein también es responsable de este desastre. Un hombre honesto que salió manchado de la gestión de un gobierno y de un ministro candidato al que solo le importó mantener el poder a cualquier precio. En vista de esta coincidencia, la pregunta es cómo reaccionará la sociedad ante las penurias de este duro presente. No es una pregunta que se hacen solo los analistas, los economistas, los sociólogos y los políticos a nivel local, sino que también se expande a todos los ámbitos internacionales en los que se sigue con particular atención y preocupación lo que muchos ya llaman el “experimento Milei”.

En Washington hay una decisión clara de ayudar al flamante presidente. El embajador Marc Stanley, que en la campaña se había inclinado por Massa, viene teniendo una actitud muy proactiva para apoyar y facilitar la interacción con funcionarios de la administración Biden que son clave para destrabar los obstáculos de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. El comunicado que emitió el organismo a poco de conocerse las primeras medidas económicas generó comentarios risueños en los que conocen su dinámica. Durante el gobierno de Alberto Fernández hubo comunicados con textos similares.


Los que hablaron con el Presidente en las horas posteriores a la desprolija grabación del mensaje del ministro Caputo, lo escucharon conforme con la performance del ministro. No es un reproche al ministro, vale decir que, le ha tocado ser vocero a un hombre que en gestiones anteriores nunca quiso pararse frente a las cámaras. La realidad sugiere que aprenderá rápido. No tiene alternativa.

En el acomodamiento del nuevo gobierno ya se van definiendo los roles de cada uno de los ministros y demás integrantes el gabinete. Precisamente, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, es una de las piezas claves de la distribución de poder dentro de ese universo. En consecuencia, su poder es grande y muestra el alto grado de confianza que Milei deposita en él. Elocuencia de ello es la decisión de poner bajo su jurisdicción la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).

La otra funcionaria de mucho peso es la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Es una mujer de fuerte carácter y de gran cercanía con el Presidente. Muestra del poder que tienen Posse y Pettovello tienen es que el jefe de Estado ordenó que se acondicionaran dos chalets aledaños a la residencia principal dentro de la quinta presidencial de Olivos para que los usen ellos.

Quien ganó puntos en la semana fue la vicepresidenta Victoria Eugenia Villarruel –que pide ser llamada vicepresidente–. Eso llevó a rehacer la relación con Milei, que estaba dañada. La muestra de poder que exhibió en la designación de autoridades en el Senado, producto de su habilidad en la negociación con otras fuerzas políticas desconocida para muchos, hizo que en la reunión de gabinete del jueves el Presidente pidiera un aplauso para ella. Aún quedan heridos luego del reparto de cargos dentro de La Libertad Avanza. Si bien siempre remarcó que no le interesaban los puestos, Ramiro Marra es uno de ellos. También habrá que ver –dentro del ámbito legislativo– cómo terminan jugando Carolina Píparo en Diputados y Francisco Paoltroni en el Senado. Al formoseño se lo vio furioso por haber perdido la posibilidad de quedarse con la conducción de la Cámara alta.  

El día a día se está haciendo cuesta arriba en muchos despachos de la administración pública. Aprender a utilizar la botonera del Estado no es cosa de un momento a otro. Quienes fueron funcionarios de Cambiemos en la gestión de Mauricio Macri pueden dar testimonio de ello. Hay una foto que se repite en cada despacho de los distintos ministerios y secretarías. Profesionales del ámbito privado –recién llegados a la función pública– desplegando enormes organigramas para estudiar cada uno de sus “ravioles” y comprender la dinámica y la interacción de los hilos del poder. Llevará tiempo. Habrá que ser pacientes.


Sin embargo, la intransigencia y la falta de compromiso con el bienestar general ha sido la regla de los intransigentes de siempre. En realidad, no de siempre. La CGT se mantuvo callada durante el gobierno de los Fernández demostrando una complicidad absoluta con los desastres del gobierno saliente. Que nadie lo olvide: no pelean por los derechos de los trabajadores, pelean por sus propios intereses y los de su color político. Cuatro años de silencio para volver a alzar la voz apenas asumido el nuevo gobierno. Un comunicado de La Bancaria que dirige Sergio Palazzo –a quien se vio muy cerca de Massa en la campaña– publicado en su cuenta en la red social X es una muestra de la desidia y la falta de vergüenza. “Consideramos que los anuncios del ministro de Economía son de una violencia inusitada para la clase trabajadora. Se trata de una confiscación masiva de la propiedad privada y de los derechos patrimoniales de los argentinos. Son los que tienen incorporados como parte de su salario diferido los subsidios a los servicios públicos y al transporte público”. Además de tratarse de una aberración jurídica, habría que preguntarle a Palazzo si los ataques a la propiedad privada del gobierno kirchnerista no le preocupaban, si la inflación del 120 por ciento no le generaba violencia y si haber mantenido pisados los precios de bienes y servicios con políticas populistas no fue parte del problema.

Cuando la hipocresía es la moneda corriente de parte de la clase dirigente, ya sea sindical, política o empresaria, nada bueno puede esperarse en materia colectiva. Más de uno debería reflexionar y pensar seriamente cuáles serán sus próximos pasos.



   

domingo, 7 de mayo de 2023

El destino cíclico del país… @dealgunamaneraok...

El destino cíclico del país…


¿Por dónde salir? Sergio Masa. Dibujo: Pablo Temes. 

Tanto la dirigencia como el ciudadano de a pie, no logran escapar al círculo que aparece en cada elección.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 06/05/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El plan de Massa es llegar”, dijo Antonio Aracre a lo largo de la semana en el transcurso del raid mediático, en el que se dedicó a confirmar con todo detalle, tanto las inconsistencias de la gestión del ministro de Economía, como la situación de crisis interna que atraviesa al Gobierno. Es notable como día tras día van quedando expuestas las mentiras del kirchnerismo, circunstancia que en nada inmuta ni a Alberto Fernández ni a Cristina Fernández de Kirchner y sus respectivos entornos cultores del “miente, miente, que algo quedará”.

La semana arrancó con las nuevas medidas que aumentaron las restricciones para acceder al dólar. Lo que logró este cepo recargado fue poco. Le siguió el vergonzoso viaje a Brasilia de una numerosa comitiva encabezada por el Presidente saliente para –según se anunció oficialmente a tambor batiente– firmar un acuerdo con Lula para facilitar las importaciones de insumos producidos por empresas brasileñas. Lo cierto fue que, como dijo el primer mandatario del Brasil, AF se volvió más aliviado, pero sin dinero. A falta de dinero se asistió, en cambio, a una reyerta de peluquería entre alguna de las integrantes de la comitiva presidencial, tal cual lo describió en su imperdible artículo Roberto García. Si no hay pan que por lo menos no falte el circo. Vergonzoso.


Al mismo tiempo que el Tango 04 volaba hacia Brasilia, se desarrollaba en el estadio de Defensores de Belgrano el acto de la CGT para conmemorar el “Día del Trabajador”. Lo más relevante fue la escasez de la concurrencia y el faltazo de sindicalistas aliados a CFK. Sinuoso –tal cual es su estilo– Massa mandó un mensaje que a nadie le importó. Como parte de la estrategia acomodaticia de la dirigencia gremial, lo que se les escucha decir es que el objetivo es evitar la hiperinflación (sic). Si en lugar de un gobierno peronista hubiera uno de la oposición, la CGT estaría decretando paros y movilizaciones a diestra y siniestra, empujándolo a su caída. Sin embargo, este gobierno kirchnerista, tuvo mucha más suerte.

 

Antes de que lo echen

 

Producto de la desesperación del kirchnerismo, el Indec anunció el miércoles que, en vez del viernes 12, el índice de inflación de abril se daría a conocer el lunes 15. La inverosímil y descarada excusa que se dio es que, como el domingo 14 son las elecciones a gobernador en varias provincias, la difusión de esa información podría influir en la decisión del electorado (sic). El bochorno generado por el anuncio y su carencia de fundamentos –increíblemente sostenidos por el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Marco Lavagna– hicieron que la medida se revirtiera a las pocas horas. Lavagna hijo, parece haber olvidado el tiempo en el que supo ser frontalmente crítico de las maniobras de manipulación, destinadas a alterar los datos de la inflación.

Nada muy sorprendente: lo mismo hicieron Alberto Fernández, Sergio Massa, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, el secretario de Industria, José Ignacio De Mendiguren, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, por nombrar algunos funcionarios de memoria débil. Por otra parte, el ocultamiento y la distorsión de las estadísticas, es un capítulo viejo que tuvo final trágico en los tiempos de Guillermo Moreno.

El plan “llegar” de Massa necesita los dólares como el oxígeno. Por eso se asiste al derrotero de un gobierno mendicante. Se le pide a quien: Brasil, China y el FMI. De ellos, el único que ofrece una cantidad significativa es el vilipendiado Fondo. Lo que para CFK es una herejía, para Massa es como el maná caído del cielo. Cuenta el Gobierno con la ayuda del gobierno de los Estados Unidos. En Washington se ha tomado la decisión de evitar que la Argentina caiga en default. Es una decisión que es producto del aprendizaje: el default argentino de 2002 le ocasionó daños severos a la mayoría de las empresas norteamericanas.

En materia electoral a “la jefa” tampoco le gustan las opciones que tiene sobre la mesa. A Daniel Scioli lo atormentó durante años, maltrató y destrató. Por eso insiste con Sergio Massa. No es una inclinación que le simpatice, pero, a sabiendas de una posible derrota, no quiere que el Superministro de Economía salga ileso. CFK es vengativa y no da puntada sin hilo.

 

Jugar con la paciencia

 

No tan Juntos por el Cambio merece un párrafo aparte. María Eugenia Vidal, desangelada y sola, publicó un tuit ambiguo dando a entender que no sería precandidata presidencial para las PASO. “Esperaba un apoyo interno que nunca llegó, y todo hace pensar que tampoco tendrá su operativo clamor si decidiera ir por el Gobierno de la Ciudad. Nadie se baja si los números lo acompañan. No sería el caso”, –argumentó una fuente que recorre el moderno edificio de Uspallata.

El verbo “ceder” no aparece en el manual de las negociaciones aplicado por estos días. Lo peor es que los trapitos amarillos, se han vuelto a lavar al sol y la gente ha comenzado a tomar nota de ello. El hastío generalizado que manifiesta el votante con la clase política es palpable en todos lados. El único que sale beneficiado de esta situación es Javier Milei quien no deja de subir en las encuestas. Es justo decir que a medida que se acerca el calendario electoral el votante se vuelve más conservador, pero en este proceso hay ingredientes que se combinan para desembocar en un voto castigo.

Miley está tan seguro de sí mismo que no tiene ningún apuro en definir los nombres que lo acompañarán en la provincia de Buenos Aires, por citar un ejemplo. Ya hay varios intendentes y concejales que buscan un lugar bajo su melena. Para el Libertario, la lista sábana no es un problema y el tiempo y sus adversarios le juegan a favor. Por eso CFK lo eligió para subirlo al ring. Si el gobierno del iracundo economista terminara en un fracaso, el kirchnerismo volvería a la vida inmediatamente.

Argentina y un destino cíclico que tanto la dirigencia como el ciudadano de a pie, no logran esquivar.




   

domingo, 12 de febrero de 2023

La rana y el escorpión… @dealgunamaneraok...

La rana y el escorpión… 


Sergio Massa.Dibujo: Pablo Temes.

Quien fue designado para salvar la situación, ahora puede ser sacrificado a mitad del río.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 11/02/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os. 

Nada, absolutamente nada de lo prometido por 
Sergio Massa a Cristina Fernández de Kirchner viene cumpliéndose. Lo salva del vapuleo de la vicepresidenta una sola circunstancia: el kirchnerismo no tiene ninguna otra alternativa. No hay figuras de peso. Muchos menos economistas de carácter técnico, dispuestos a inmolarse y perder su prestigio como lo hizo el actual viceministro Gabriel Rubinstein. Cuando la vice ató su suerte a la del ex intendente de Tigre quemó las naves. La indomable inflación horada no sólo los bolsillos de todos los argentinos sino también las esperanzas electorales del oficialismo. No está claro cuán consciente de ello es Alberto Fernández.

La ex presidenta en funciones, en cambio, lo tiene claro. Sabe que, si hoy se votara, el Frente de Todos contra Todos pierde. Por eso viene agitando el bluff de su proscripción. Es una excusa que le viene como anillo al dedo para rechazar su candidatura presidencial. No puede correr ese riesgo. Claro que en el kirchnerismo nada es definitivo, pero, hasta el momento,
 CFK se mantiene firme en su negativa. Una muestra de esa firmeza podrían serlo los afiches que voces calificadas del kirchnerismo dicen haber visto con la candidatura presidencial de Eduardo “Wado” de Pedro, el ministro del Interior con quien el Presidente no se habla.

Esos afiches, llevarían también la postulación de Axel Kicillof a la reelección a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. En el ideario actual de CFK, su objetivo principal es retener el territorio bonaerense, para mantener una cuota de poder que le permitiría no sólo complicar la gestión de un eventual gobierno de No tan Juntos por el Cambio sino, además, tener dominio sobre el peronismo.


Mientras tanto, la gestión de Alberto Fernández sigue siendo la representación de un grotesco interminable. En la entrevista que le concedió en su programa de Radio Urbana a María O’Donnell, dijo cosas desopilantes. Una de las que hará historia es el reconocer que con el ministro De Pedro –nada menos que de la cartera de Interior– no habla y que gobierna con los ministros que puede. En cualquier gobierno con parámetros de funcionamiento basados en la lógica y el sentido común, si un ministro no respeta la autoridad del Presidente que lo designó tiene como único destino la renuncia.

Está claro, pues, que la única persona que puede echarlo del Gobierno es la propia CFK. Ante tamaña exhibición de falta de autoridad, la única alternativa que encuentran los gobernadores peronistas es el sálvese quién pueda. Por eso varios de ellos decidieron vaciarle la convocatoria a la mesa política a la que AF convocó al peronismo para el próximo jueves 16. Es curioso que varios de los que le exigieron que aceptara esta iniciativa de CFK son los mismos que se la están boicoteando, empezando por la mismísima expresidenta en funciones y su hijo
 Máximo

Ante esta realidad, el Presidente se empecina en mostrar su desastrosa gestión en un dechado de errores que “no hicieron daño a la gente”(sic) y aciertos. Parece que se olvidó de miles de muertos que hubo durante la pandemia por su caprichosa decisión de no autorizar la compra de las vacunas de Pfizer. También podríamos mencionar que una de sus primeras decisiones luego de sentarse en el sillón de Rivadavia fue borrar de un plumazo, la fórmula de movilidad jubilatoria implementada en tiempos de Cambiemos y la instauración de un nuevo sistema que terminó haciéndole perder plata a los jubilados. “Los errores fueron honestamente cometidos” –sostuvo. Entonces –al menos–, debería pedirle la renuncia a todos los funcionarios que terminaron por hacerle la vida más difícil a los adultos mayores. El daño es directo y mensurable.  



The show must go on. 

El juicio político a los miembros de la Corte Suprema sigue su curso con la admisión de los cargos presentados. Pero ahora hay un dato clave que está mucho más claro. Cristina no puede permitir que el proceso llegue a su fin y culmine en el recinto, porque sabe que sería un nuevo fracaso para su colección personal. La señora  quiere que la investigación quede abierta para sostener en el tiempo el manto de sospecha sobre el Máximo Tribunal. En su cabeza y en la de toda el ala dura del oficialismo, una Corte enjuiciada tiene como efecto directo desacreditar los fallos que la condenan.

En el centro de prensa montado en la sala contigua a la que alberga el proceso, el propio diputado ultra K Rodolfo Tailhade se encargó de gritarlo a los cuatro vientos ante los micrófonos de los medios oficialistas: “Nadie nos va a venir a marcar los plazos ni las definiciones, tenemos tres años para decidir y hacer las presentaciones correspondientes”. La jugada está consumada. El tema difícilmente llegue al recinto.

Entre tanto despropósito institucional –que también condiciona la economía– una nueva espada de Damocles se ciñe sobre los planes del ministro Sergio Massa. Es un secreto a voces que la inflación de enero podría superar el 6%. Un número que lo obligaría a recalibrar el GPS, justo cuando la embestida del kirchnerismo contra su figura vuelve a recrudecer.

Es como el cuento de la rana y el escorpión. Quien fue designado como un posible salvoconducto, podría ser sacrificado en la mitad del río, antes de llegar a la orilla. Más aún cuando el superministro se sostiene en un frágil equilibrio cimentado sobre la ya mencionada falta de candidatos.

Esta historia continuará
...




  

domingo, 13 de noviembre de 2022

Inflación. Medidas retrógradas… dealgunamaneraok...

 Inflación. Medidas retrógradas… 


Justito, justito, Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes. 

Sergio Massa debió ceder y aplicó un nuevo control de precios a pedido de Cristina Kirchner. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 12/11/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 


Sergio Massa, quien admitió tiempo atrás que se sentía como “el plomero del Titanic”, no da abasto. Siguiendo con esa metáfora, la Argentina es un barco demasiado grande y su casco tiene agujeros por todos lados. La línea de flotación del oficialismo sigue en riesgo y el fuego amigo no le permite trabajar con la independencia que al ministro le gustaría. El programa denominado Precios Justos para alimentos, higiene y productos asociados a la canasta básica no es otra cosa que la misma vieja receta que el kirchnerismo adora porque le permite intervenir en la microeconomía –señalando a buenos y malos– y desarrollar su afán de control con cierto sesgo autoritario.


El ministro y líder del Frente Renovador sabe que, una vez más, le han torcido el brazo. Ha tenido que negociar con Cristina Fernández de Kirchner vía Axel Kicillof y aceptar una medida retrógrada que no es de su agrado.

Los controles de precios nunca dieron resultado, pero son fundamentales para el relato de omnipotencia del kirchnerismo, que se empecina en repetirlos una y otra vez con distinto nombre como si los ciudadanos no se dieran cuenta de que los espera el mismo calvario: un resultado efímero con faltantes en las góndolas, envases más chicos y largas caminatas para conseguir precio y producto como si no tuvieran que trabajar y ocuparse de los avatares que dominan su vida por estos tiempos. Mientras Massa intenta reparar con curitas y torniquetes las fisuras de este Titanic con rumbo de iceberg, la gente sigue padeciendo las consecuencias de la impericia del oficialismo. Pasamos del plan “vamos viendo” al plan “aguantar como sea”. No hay destino de crecimiento, todo el Gobierno está desmembrado y minado por sus propias desavenencias internas. Distintos tipos de dólar, inflación cerca de los tres dígitos, ausencia de reservas en el Banco Central y un débil control de precios como solución inmediata. Todo esto no hace sino confirmar el anacronismo que representa el kirchnerismo. Es un déjà vu permanente que no hace otra cosa que agravar los serios problemas socioeconómicos que padece nuestro país.


El propio Gabriel Rubinstein, virtual viceministro de Economía –que tuvo que pedir perdón a la vicepresidenta por sus tuits críticos contra su excelentísima persona y contra todo el kirchnerismo para poder asumir–, resumió lo que piensa en un hilo de Twitter: “Precios Justos es solo un paso. Solo una pieza pero bien importante del andamiaje que nos permitirá mejoras ulteriores”. Una justificación débil de alguien que parecería estar intentando convencerse a sí mismo. La respuesta de los usuarios de la red no tardó en llegar con capturas de pantalla de los tiempos en los que el propio Rubinstein denostaba el plan de Precios Cuidados y otras ilusiones kirchneristas. El viceministro no es el único que tiene problemas para resistir el archivo. El mismísimo Sergio Massa reconoció públicamente en el programa A dos voces ante la pregunta de Edgardo Alfano sobre la posibilidad de suspender las PASO: “A mí me condena Google con ese tema”. Eso es una verdad a medias. El buscador más famoso de la web no condena a nadie, sino que expone las contradicciones y vaivenes constantes de las personas sin palabra que generan falta de credibilidad. 

Gabriela Cerruti volvió a ser noticia por su impericia y falta de tacto. Cuando la portavoz presidencial recibió a la ministra de Igualdad de España, Irene Montero, la invitó a recorrer la Casa Rosada y se refirió al homenaje que familiares de las víctimas del covid habían hecho a sus fallecidos como “las piedras que puso la derecha”. La pandemia dejó más de 130 mil muertos –de manera oficial–. Más de 130 mil familias perdieron a sus seres queridos –muchas de ellas no han podido siquiera darle un último adiós–.


Cerruti debería recordar al menos dos cosas: en primer lugar, que su gobierno fue y es responsable por el mal manejo de la pandemia con cuarentenas eternas, violaciones flagrantes a los derechos humanos –como en el caso de Formosa– vacunatorios vip y fiestas en Olivos organizadas por la primera dama con la presencia del propio Presidente. En segundo lugar, debería saber que el trabajo de portavoz es una tarea sumamente importante que implica respeto por sus colegas, veracidad o, al menos, verosimilitud, para representar la voz oficial ante temas de interés público. Cerruti viene haciendo de su penoso alarde de arrogancia una religión, del maltrato un estilo, del absurdo una constante y de la verborragia incontenible una patología que no cesa. “El pez por la boca muere”, reza el dicho popular. Por su ofensa a las víctimas de la pandemia y sus familias y por su inoperancia y falta de capacidad profesional, la portavoz debería tener algo de dignidad y presentar la renuncia a su cargo. Los fanáticos hacen daño dondequiera que se desempeñen.


La oposición también es parte del problema en el cual está inmersa la Argentina. Después de varios días turbulentos, en el PRO ataron con alambres la calma necesaria para no descarrilar de nuevo. La coalición no se va a romper. Saben que si lo hicieran, sus aspiraciones de reconquistar el poder serían nulas. Por eso –y a modo de anuncio o reiteración – se dijo que María Eugenia Vidal –hoy completamente desangelada–, Horacio Rodríguez Larreta –devenido en equilibrista– y Patricia Bullrich –la temperamental– son los candidatos del espacio. Pero todos vuelven a mirar con desconfianza a Mauricio Macri, que sigue escondiendo las cartas para conservar su cuota de poder y posicionarse como la opción necesaria para zanjar todas las diferencias o, más bien, todo lo contrario.

La oposición se comporta como si ya hubiese ganado las elecciones, algo que los manuales elementales de política desaconsejan. Con el eslogan “La gente ya cambió” creen que será suficiente para lograr los cambios profundos que harán falta para reganar el sendero del crecimiento genuino. Tamaña sobresimplificación de la realidad no deja de sorprender.





   

sábado, 5 de noviembre de 2022

Sobre las PASO. Modificar las reglas… @dealgunamaneraok...

 Sobre las PASO. Modificar las reglas…


Patricia Darth Vader. Dibujo: Pablo Temes. 

Cuando el kirchnerismo no puede ganar en la cancha, quiere cambiar el árbitro.
 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/11/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

“Yo siempre haré lo que diga el pueblo”, le dijo María Eva Duarte de Perón a la multitud que le pedía que aceptara la candidatura a la vicepresidencia de la Nación para acompañar a su esposo, el general Juan Domingo Perón, en lo que se denominó “la fórmula de la patria”. En su afán de protagonismo infinito, Cristina Fernández de Kirchner apeló a una frase con reminiscencia de aquella pronunciada por Evita el 22 de agosto de 1951: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para que nuestro pueblo pueda realizarse y recuperar la alegría”, dijo el viernes en el acto de la Unión Obrera Metalúrgica.

La interpretación de este párrafo deja abierta claramente la puerta a su candidatura presidencial. La incógnita es algo de lo cual los políticos en general y la ex – presidenta en funciones se valen para crear expectativas en torno de sí. ¿Fue este el primer paso del operativo clamor? De ser así, no parece haber sido muy auspicioso.

Su alocución fue desordenada, contradictoria y, por momentos, delirante. La acepción segunda del significado de la palabra delirio que da la Real Academia Española de la Lengua lo define como disparate o despropósito. Eso es lo que representa la adjudicación hecha por CFK al macrismo de estar tras el intento fallido de asesinarla por parte de los integrantes de la así llamada “banda de los copitos”.


 

A la oratoria de la expresidenta en funciones le faltó el punch de otras ocasiones. La actitud del auditorio –bullicioso y poco generoso en el aplauso– fue un buen termómetro de ello. En verdad, aplaudieron más al secretario general de la UOM, Abel Furlán, cuyo discurso pareció durar una eternidad. Salvo el cantito alusivo a la candidatura de CFK para 2023, la concurrencia demostró no haberse conmovido por su discurso, que fue más corto que lo esperado, una confirmación más de que su perorata distaba de otras que supieron ser más explosivas y, por ende, de mayor impacto.

 

Les pasó facturas a la CGT, al Presidente y a los movimientos sociales junto con el consabido “¡ah, pero Macri!” cada vez más obvio y, por consecuencia, cada vez menos efectivo. También fue obvia la defensa que hizo de Sergio Massa. De todos modos, hay un detalle interesante para señalar: no pudo hablar de ningún logro puntual de la gestión del ministro de Economía. Solo dijo que Massa “está haciendo un enorme esfuerzo”. Está claro que el ministro es la única opción que tiene el oficialismo para evitar la debacle económica.

 

Esto explica el silencio del kirchnerismo ante las expresiones del viceministro, Gabriel Rubinstein, quien dijo ante la Comisión de Hacienda del Senado que hay que bajar el déficit fiscal y alertó sobre el riesgo de sufrir un proceso hiperinflacionario.

 

En otras circunstancias, CFK hubiese estallado de ira y exigido su renuncia. “En este momento Massa y Cristina son los únicos que pueden respetar un acuerdo de convivencia”, dijo una fuente del instituto Patria. De todas maneras, se sintió el reclamo que le hizo al Gobierno para que les otorgue a los trabajadores una suma fija por fuera de las paritarias, aunque nada dijo acerca de la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Es una muestra evidente de la contradicción que para ella significa proponer esa medida, que es propulsada por lo más rancio del kirchnerismo.

 

Habló, en cambio, de algo que supo mencionar el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro: el proyecto de eliminar las elecciones intermedias. Esto es consecuencia de las derrotas que el kirchnerismo sufrió en las elecciones de medio mandato en 2009, 2013, 2017 y 2021. A sus “cualidades” de contradictoria, delirante, confusa y poco apegada a la verdad, la expresidenta en funciones debe agregarles otra: la de obvia.

 

 

Cada vez que el kirchnerismo no puede ganar en la cancha, intenta cambiar de árbitro o modificar las reglas del juego. En vísperas de un año electoral, esta actitud reviste mayor gravedad.

 

También resulta obvio el intento de despegarse de su propio gobierno. CFK detesta a su criatura política y reconoció que las decisiones “hay que evaluarlas en el momento en que fueron tomadas”. Más claro, agua.

 

Despegarse del Gobierno para culpar de todo a Alberto Férnandez es el plan evidente que se ha puesto en marcha.

 

En la oposición hacen todo lo posible para darle vida futura al proyecto kirchnerista. Peleas, exabruptos, personalismos y traiciones están a la orden del día. “Con el cabaret opositor y emprolijando un poco los números de la economía tenemos todas las chances para 2023. Ni hablar si la jefa decide postularse”, dijo un reconocido kirchnerista del ala dura.

 

Efectivamente lo que está ocurriendo puertas adentro de Juntos por el Cambio es algo que solo se explica por el afán de poder y protagonismo. Hace muy poco tiempo desde el PRO criticaban a los miembros de la Unión Cívica Radical por sacar los trapitos al sol cada vez que embestían contra sus “compañeros” de coalición. Pero el equipo amarillo colapsó internamente y le dio aire al oficialismo.

 

Una oposición desmembrada que no discute ideas ni propuestas no es garantía de cambio y debería ser consciente de que, sin concordia y sin racionalidad, las chances electorales del kirchnerismo crecen. Si no generan acuerdos sostenidos y muestran madurez política, una parte importante de la sociedad no se lo perdonará jamás.