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domingo, 19 de enero de 2020

Idas y Vueltas. Cristina es un viaje al pasado… @dealgunamanera...

Idas y Vueltas. Cristina es un viaje al pasado…

Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

La polémica generada sobre los "presos políticos" saca a la luz una vez más las discrepancias entre los Fernández. ¿Podrá el Presidente llevarnos al futuro?

© Escrito por Nelson Castro el domingo 20/01/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ante todo, los hechos, que siempre son sagrados:

Dijo Alberto Fernández: “Un preso político es una persona que es detenida sin un proceso. En la Argentina, lo que hay son detenidos arbitrarios, que es otra cosa. Es gente que podría soportar su proceso en libertad pero los detienen porque son opositores”. Fue una definición contundente de quien no es solo el Presidente, sino también profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Fue una definición que, sin dudas, molestó a Cristina Fernández de Kirchner. Por eso, la réplica –que no se hizo esperar– vino por parte de Oscar Parrilli y de Eduardo “Wado” de Pedro, quienes la refutaron abiertamente diciendo que en la Argentina hay presos políticos.

Del senador Parrilli, el amanuense de la vicepresidenta al que suele maltratar de consueto con su lenguaje soez y ordinario, no sorprende. En cambio, sí sorprende –e impacta– lo de De Pedro, que  es nada menos que el ministro del Interior. Una cosa es que un legislador oficialista contradiga al Presidente –al fin y al cabo Elisa Carrió lo hizo varias veces con Mauricio Macri–, pero otra muy distinta es que un integrante del gabinete discrepe públicamente del Presidente. ¿Imagina alguien qué habría pasado si, durante sus presidencias, a CFK la hubiese desmentido abiertamente su ministro del Interior?

“Nosotros pensamos esto y no lo vamos a callar”, dicen De Pedro y sus adláteres. Es la expresión no solo de una actitud desafiante, sino también de una enorme diferencia conceptual con el Dr. Fernández, cuyas consecuencias futuras son impredecibles.

Corrupción. El Presidente, que ha sido y es muy crítico de las prisiones preventivas y de los procesos judiciales contra CFK, comprende muy bien la diferencia que hay entre eso y un preso político. Aun cuando no lo reconozca públicamente, sabe que la corrupción fue un emblema del kirchnerismo. “Lo de Hotesur es desprolijo”, dijo entre sus más cercanos. “Cristina es autoritaria pero no una ladrona”, sentenció. El problema que tiene es que, cuando se lo confronta con los hechos, se le hace muy difícil mantener una línea argumental que le dé sustento a su afirmación.  

Hay que subrayar que los procesos judiciales contra CFK y compañía han sido llevados adelante por jueces nombrados según las disposiciones de la Constitución Nacional durante gobiernos peronistas.

Como en tantas otras áreas, en su relación con la Justicia, el kirchnerismo funciona con su lógica binaria de siempre, cuya ecuación es bien simple: si un juez falla a su favor, es bueno y hace justicia. Si lo hace en contra, es malo y hace persecución política.

Para el kirchnerismo, Norberto Oyarbide –que sobreseyó en forma exprés a CFK en la causa por enriquecimiento ilícito– era un buen juez.

Cuando Claudio Bonadio sobreseyó a la ex presidenta y a su difunto esposo por la compra de 2 millones de dólares en 2008, fue considerado un buen juez. En cambio, ahora que la investiga por causas de corrupción es Lucifer en el mundo de las tinieblas.  

Binario. En esa estructuración binaria del pensamiento, el tema de la persecución política también merece un párrafo. El kirchnerismo fue un emblema de esa práctica deleznable. Sus víctimas fueron muchas. Una de ellas fue Alberto Fernández. Gustavo Beliz podría hablar horas de lo que sufrió por haber denunciado las prácticas corruptas del gobierno de Néstor Kirchner. Y tan fuerte fue esa persecución que tuvo que irse del país. Y ni que hablar del entonces cardenal Jorge Bergoglio, a quien durante su tiempo como arzobispo de Buenos Aires, el matrimonio Kirchner maltrató y persiguió. Algún día se contará completa la historia de cómo Néstor Kirchner buscó que el papa Benedicto XVI lo eyectara a Bergoglio de su cargo.

¿Cómo manejará Alberto Fernández esta situación? ¿Estamos frente a algo episódico o es este el preludio de lo que será un gobierno en el que el kirchnerismo buscará imponerle su voluntad al Presidente a cualquier precio? ¿Qué es lo que quiere CFK?

Cristina. Empecemos por el final. En el fondo, lo que la vicepresidenta quiere no es solo salir indemne de los procesos judiciales que la complican a ella y a sus hijos, sino algo más: una reivindicación. Nada que sorprenda. Es la consecuencia lógica de su personalidad patológica en la que dominan los rasgos de su enorme yo y la ausencia de frenos sociales.

Para ella, nada de lo que se hizo en sus gobiernos estuvo mal. Las “autocríticas” que aparecen en su libro Sinceramente son muy lavadas y casi de circunstancia. Una prueba de que en la psicología política y personal de CFK nada ha cambiado –ni cambiará– es que los funcionarios que ha ido nombrando son los mismos que la acompañaron en sus traumáticas presidencias. Y así como ella no ha cambiado, tampoco la esencia del kirchnerismo ha cambiado.

La vicepresidenta es consciente de lo que significan cada una de estas cosas. Ella sabe que una de las incógnitas que debe despejar cuán independiente el Presidente es o será de ella. Ella sabe que cada uno de sus gestos cuenta.

Axel. Entre esas disrupciones está la de Axel Kicillof. Todo el batifondo armado –con acusaciones a María Eugenia Vidal– por el pago o no pago del bono de 249.975 millones de dólares emitido el 26 de enero de 2011 durante la primera gestión de Daniel Scioli sigue demostrando que el gobernador todavía no se dio cuenta de la diferencia que hay entre estar al frente de una provincia y estar al frente de una asamblea estudiantil.

Así no se solucionan los problemas; por el contrario, así los problemas se agravan. Lo mismo hizo en 2014 durante la negociación con los fondos buitre en Nueva York, donde pateó el tablero y maltrató al juez Thomas Griesa y al mediador Daniel Pollack, dejando un pesado lastre que luego debió renegociar Macri y pagar todos los ciudadanos. Otra vez, pues, la repetición de los mismos vicios y los mismos errores. 

“Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarme con mi vida”, reza un párrafo de Volver. Cristina Fernández de Kirchner es eso; es un viaje al pasado. ¿Podrá el presidente Alberto Fernández llevarnos al futuro?




martes, 1 de enero de 2019

Timerman y el pacto con Irán: "Era un acuerdo político, no judicial"... @dealgunamanera...

Cinco meses antes de morir, Timerman defendió el pacto con Irán: "Era un acuerdo político, no judicial"...

Timerman, de 65 años, estaba postrado desde que se le manifestó la enfermedad. Fue jefe de la diplomacia argentina entre 2010 y 2015. Fotografía: CEDOC

Fue en el marco de su declaración indagatoria anticipada, en el juicio por el Memorando firmado con el gobierno de la República Islámica de Irán.

© Escrito por D.S. el lunes 31/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En una de las últimas apariciones públicas datan de hace dos meses, cuando tuvo que declarar por videoconferencia en la causa por encubrimiento del atentado contra la AMIA, el fallecido ex canciller Héctor Timerman sostuvo que "nunca estuvieron en peligro las alertas rojas" que regían sobre los cinco iraníes acusados del atentado contra la mutual israelita AMIA en Buenos Aires. Afirmó además la existencia "alguien a quien le interesa que la causa no avance" y defendió el pacto firmado con el gobierno de la República Islámica de Irán: "Era un acuerdo político, no judicial".

Según el juez Claudio Bonadio, que lo procesó por traición y encubrimiento agravado, Timerman fue fundamental para la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, ya que participó de las negociaciones, de la redacción y de la firma del acuerdo. También fue parte de la puesta en marcha y su incidencia en las "notificaciones rojas" de Interpol contra los sospechosos de haber atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina el 18 de julio de 1994, ataque que se saldó con 85 muertos y más de 300 heridos.

Sobre la situación judicial entorno del Memorando, Timerman dijo en la videoconferencia: "me fui en 2015 y ya era inconstitucional. Pasaron cuatro años, ¿me pueden decir en que avanzó la causa? Es retorico. Lo único que avanza es mi cáncer". En su exposición, el ex funcionario del gobierno de Cristina Kirchner dio cuenta de los sucesivos encuentros que se hicieron con los representantes del gobierno iraní y agregó que "un avance chiquito siempre va a ser mejor que la nada". Poco después se preguntó: "A quien le conviene que pare esto. Es muy difícil. Creo que acá hay alguien que está frenando esto. No sé quién es, ni por qué lo hace. Sé que a Estados Unidos e Israel le conviene".

En esa ocasión, Timerman también desmintió que haya habido una cumbre o reunión en la ciudad siria de Aleppo y agregó que el régimen iraní no quería que nada de las negociaciones se hiciera público: "Nosotros pensábamos que algo teníamos que decir. Si usted me pregunta cuál era el parámetro, el parámetro era que no queríamos parar las negociaciones. Que no se corten las negociaciones", sostuvo sobre el por qué habían mantenido silencio sobre el tema. "Este era un tema secreto y a veces es mejor que esos temas se mantengan así", completó.

En la misma declaración, Timerman habló de la decisión de incluir a la que era entonces Procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, otra de las procesadas, en las negociaciones: "Fue una propuesta de la presidenta aprobada por mí y por [Carlos] Zannini, porque era la abogada del Estado y queríamos que ella escuchara de parte de los iraníes". Sobre el final de su declaración apuntó, sin mencionarlo, al fallecido fiscal federal Alberto Nisman: "Creo que todo esto es una gran persecución y que tienen la decisión de probar que uno es culpable cuando en realidad no me encontraron ni dinero, ni nada. Sin embargo al que si le encuentran está muerto, no lo acusan de peculado y yo que nunca tuve una causa por defalco o dinero mal habido, estoy acá en mi casa, no puedo visitar a mi nieta que vive en Francia, por ayudar a resolver un caso muy importante, que es el caso AMIA”.

Cuando promediaban casi dos horas de declaración y Timerman ya manifestaba dificultades para respirar, aseguró que "la presidenta jamás me dio una orden que sea contraria a la ley y yo jamás la hubiera cumplido, pero no la recibí. Ella quería que este caso se resuelva y resolverlo bajo su presidencia”, señaló. “Quiero dejarlo en claro porque parece que lo están usando para atacarla”, completó con la voz entrecortada.



(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com 

domingo, 23 de diciembre de 2018

Velocidad… @dealgunamanera...

Velocidad…

Metáfora actual. La obra Exclusión, de Pablo Suárez, que se exhibe estos días en el Malba. Fotofrafía: Cedoc

Un cuadro de Pablo Suárez representa la superficie exterior amarilla y roja de un vagón de tren que avanza velozmente. Aferrado a las manijas verticales de las puertas, con las piernas muy separadas y los pies sobre el estrecho umbral, un hombre, con el torso desnudo, jeans y zapatillas, trata de mantener su cuerpo adherido a la chapa. El pelo volcado por completo hacia un lado por efecto del viento, con cara de terror y ojos desorbitados, sosteniéndose con todas sus fuerzas para no ser despedido por la marcha, imposibilitado de entrar al vagón, el hombre está en peligro. Si aflojara sus manos, si sus pies resbalaran y perdieran el precario apoyo, caería a las vías. El título del cuadro es Exclusión. Está en la colección del Malba y tiene una atracción tan inevitable como el riesgo que corre su personaje, el excluido. Pablo Suárez lo pintó en 1999.

© Escrito por Beatriz Sarlo el domingo 23/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los alfiles y la reina. El 12 de enero de 2018 se conoció una predicción de Hugo Moyano, quien ya había roto con el Gobierno: “Antes de que termine el año, va a haber un millón de personas puteándolos en la Plaza y vamos a estar todos juntos de vuelta”. El pronóstico se cumplió a medias: hubo, a lo largo del año, cientos de miles en las plazas, pero los sindicalistas no están todos juntos. Si Moyano se refería al peronismo, entonces habría acertado: están todos juntos de vuelta, muchos de ellos corriendo para colocarse bajo el manto azul de Cristina Kirchner. Falta Urtubey que, hasta el momento, cree que puede ofrecer una alternativa exterior al sistema solar de CFK; y hacia las afueras de ese sistema, Pichetto y Schiaretti, que antes tenían a Sergio Massa como interlocutor y ahora lo ven alejándose. Pero han vuelto casi todos, con pretensiones y proyectos diferentes.

En tres años de gobierno del PRO, el peronismo no logró reconfigurarse ni acordar una dirigencia. Cristina es la referencia no deseada pero inevitable. Muchos peronistas hubieran preferido no tenerla de nuevo como última instancia. Sin embargo, la realidad es más tenaz que los deseos. Massa, uno de los que más se habían alejado, afirmó que ella “está cambiando”. Ella tomó un tecito con Felipe Solá, aunque siga pensando que Kicillof sería una incomparable sucesión, si decidiera apartarse del ajetreo cotidiano de la Casa de Gobierno. El ultramontano Grabois muestra a Cristina en un afiche donde él mismo la acompaña y ofrece el homenaje de una intrusión en la planta trasmisora de El Trece y TN. El Papa bendecirá esta unión.

CFK es la referencia no deseada e inevitable del peronismo. Macri gobernó peor que las predicciones.

Durante las escaramuzas justicialistas de los últimos tres años, Cristina, apoyada en La Cámpora, que gestiona su hijo, tejió redes de influencias. Fue benevolente con quienes antes había sido dura y despreciativa. Esperó como espera un jugador que conoce las torpezas de su adversario. Su objetivo es convertirse en la Gran Electora del justicialismo, con la particularidad de que, incluso, pueda elegirse a sí misma. Y también mostrarse magnánima: el sábado pasado, grabó un corto video dirigido a la militancia de Unidad Ciudadana en Entre Ríos, donde se la escucha decir: “Estoy convencida de que nos merecemos un país mejor y entre todes (sic) lo podemos volver a construir”. De cada pueblo, un paisano, y de cada provincia quien tenga posibilidades de alzarse con los votos.  
  
La última noticia de este 2018 es que la Cámara Federal confirmó el procesamiento de CFK, solicitado por el juez Bonadio. Hasta que no haya sentencia firme, dentro de años, la expresidenta podrá ser candidata, de modo que los diversos batallones justicialistas la seguirán tomando como dispositivo central de sus cálculos tácticos.

Por eso se reunieron Massa, Urtubey, Pichetto y Schiaretti con los gobernadores de Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero, Entre Ríos y Chaco, para cerrar el año de Alternativa Federal, a cuya mesa se sientan quienes (como Urtubey y Schiaretti) prefieren abstenerse de Cristina Kirchner, y quienes parecen haberse encaminado hacia su inevitable aceptación hasta que una sentencia firme cambie el escenario. Los contertulios de Alternativa Federal rechazan al unísono la polarización entre kirchnerismo y macrismo. Se sabe que el justicialismo está largamente entrenado en la variedad de posiciones.

Finalmente, también en estos días, habló Duhalde y señaló a Roberto Lavagna como el mejor candidato para 2019. Es posible coincidir con Duhalde. Pero sería conveniente conocer la opinión de Lavagna.
El niño rico. El gobierno de Cambiemos fue peor que las peores predicciones (según los números que acaban de conocerse). La pobreza subió al nivel más alto de la última década. La imagen de Macri comenzó 2018 en el nivel más bajo desde que asumió la presidencia (14 puntos menos después de convertida en ley, con alta desaprobación popular, la reforma jubilatoria). Por el momento, no hay milagro que consuele con mejores números. Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrialcalificó el año que termina como "muy malo" y no encuentra sustento para "el positivismo que tiene el Gobierno".

En efecto, carece de sustento. Al comenzar 2018, Macri exhortó a “vivir con los recursos que tenemos, porque no queremos seguir tomando deuda y obligar a pagarla a las próximas generaciones”. Era un buen deseo, que entró en una zona de tormenta cuando el Gobierno, seis meses después, firmó con el Fondo Monetario Internacional un posible préstamo de 50 mil millones de dólares, de los cuales llegaron unos 20 mil millones. Se anunciaron ajustes varios (comenzando por el llamado “ajuste político”), todos tardíos. El gradualismo no fue suficiente para impedir el aumento de la pobreza y la desocupación. Tampoco alcanzó para no seguir endeudándose (olvidados ya de las “próximas generaciones”).

Pese a todo, en septiembre de este año, el Gobierno insistió en promesas de buena ventura, esta vez para persuadir a los ejecutivos de grandes grupos de inversión reunidos en Nueva York. A ellos les dijo: "Vamos a contarles el buen futuro que tenemos los argentinos".

Y hace pocos días reafirmó ese pronóstico sin fecha. En el Centro Cultural Kirchner, Macri les dijo a los 1.200 funcionarios del llamado “gabinete ampliado”: “El año que viene la Argentina va a confirmar que entendió que este es el rumbo”. Hoy por hoy, la Argentina superó los 800 puntos de riesgo país, el número más alto de los últimos cuatro años. Paren este tren, grita el muchacho aferrado a los pasamanos en el cuadro de Pablo Suárez.

Entre decenas de razones, la corrupción del gobierno kirchnerista no generó discursos de la craneoteca que trabaja en Balcarce 50. No tuvieron como tema, ni siquiera secundario, la cleptocracia fundada por la gestión anterior. Seguramente porque el círculo de Macri sabía que primos, hermanos o el venerable pater familias podían ser citados por la Justicia. Los negocios de los Macri tienen una larga historia y, como a muchos empresarios, se les complica impartir ejemplos de ética.

Si a los asesores de Macri les pareció que convenía tener a Cristina como figura central de la oposición, pues allí está. Retrocediendo con poca elegancia, afirman que ella “tiene ahora muchísima fuerza”. Según encuestas, el 60% votaría ofertas opositoras en las próximas elecciones presidenciales. Pero no se trata solo de encuestas.

Macri fue víctima de un optimismo de niño rico, acostumbrado a que los vientos soplen en la dirección de sus deseos. El también podría estar representado en el cuadro de Pablo Suárez: con los pelos de punta, los ojos desorbitados por el terror, a duras penas se aferra a las manijas exteriores de un vagón que avanza a toda velocidad hacia la derecha y deja muchas víctimas.

Hay futuro. Las grandes transformaciones sociales y culturales no siguen paso a paso la coyuntura política. Esto lo sabe cualquiera que consulte un libro de historia. El año 2018 no tiene vuelta atrás por dos hechos novedosos.

El primero transcurrió en las calles: fueron las gigantescas movilizaciones por la ley de interrupción voluntaria del embarazo, protagonizadas por una generación joven que ocupó por primera vez el espacio público. El segundo tuvo a la televisión y las redes como escenario. Decenas de mujeres salieron a denunciar violencias de género. Dieron nombres y circunstancias. Dieron la cara.

El veredicto es siempre sumario, cuando no intervienen fiscales, defensores y jueces. Las garantías valen para todo el mundo, incluso para los criminales más repugnantes. De todas maneras, no son las víctimas las que deben obsequiárselas, sino las instituciones y también los medios de comunicación, que deben presentar las noticias con el control sobre sus fuentes. Si la víctima no puede ser ecuánime, los medios deben serlo.

Quienes se presentaron como víctimas cambiaron la dirección y la velocidad del tren que nos arrastra: son mujeres que, sin achicarse, desafían el viento. Reclaman justicia, aunque sus argumentos no sean perfectos frente a un tribunal. Tampoco es necesario estar de acuerdo con la forma mediática de las denuncias. Simplemente deben recibir castigo los inculpados en ellas (cuántos sean, no lo sabemos hasta un juicio).

Por eso, lo que sucedió en los últimos días anuncia un país que puede tener una velocidad distinta a la que impusieron la exclusión, la desconfianza, la complicidad y el silencio. Contra viento y marea, desde los años 80, las víctimas de diferentes delitos ya han escrito páginas memorables en los tribunales argentinos. Y seguirán escribiéndolas.


(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com 

sábado, 22 de septiembre de 2018

El ABC de la causa “Cuadernos de la corrupción”… @dealgunamanera...

El ABC de la causa “Cuadernos de la corrupción”…


El juez Claudio Bonadio procesó a Cristina Fernández de Kirchner y a otros 41 imputados. Qué delitos se investigan, qué jueces intervienen, cómo le fue a los arrepentidos y cuánto dinero está bajo sospecha.

© Escrito por Manuel Tarricone y publicado el miércoles 19/09/2018 por Chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El juez federal Claudio Bonadio procesó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner como jefa de una asociación ilícita en la causa conocida como “Cuadernos de la corrupción”. Además, le dictó la prisión preventiva y solicitó al Senado su desafuero para el caso de que la Cámara Federal ratifique su resolución. Procesó también a otros 41 imputados en este expediente. Un repaso por los puntos más importantes del fallo.

¿Qué se investiga?

En la causa se investiga una asociación ilícita, presuntamente liderada por la ex presidenta, dedicada al cobro de coimas vinculadas con el reparto de obras públicas. La actual senadora del Frente para la Victoria (FPV), que ya había prestado declaración indagatoria en dos oportunidades, fue procesada como jefa de esta asociación. Se le imputaron, además, los delitos de admisión de dádivas y cohecho pasivo. El delito de asociación ilícita tiene penas de tres a diez años, el de cohecho tiene penas de uno a seis años y el de admisión de dádivas contempla penas de un mes a dos años.

El caso salió a la luz el 1° de agosto último, cuando el juez Bonadio dispuso una serie de detenciones y allanamientos a partir de las revelaciones que publicó el diario La Nación de los cuadernos de viaje de Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta, ex funcionario del Ministerio de Planificación Federal durante el kirchnerismo.

¿Cuántos imputados hay en la causa?

En el expediente figuran 66 imputados, de acuerdo con el Observatorio de Corrupción del Centro de Información Judicial (CIJ) que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ese total se compone de cerca de 20 ex funcionarios del gobierno de Fernández de Kirchner y ex empleados de organismos públicos y más de 40 empresarios y directivos de compañías acusados de pagar coimas a funcionarios. Esta semana Bonadio resolvió la situación procesal de 50 imputados.

Hay otros involucrados, como Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete entre 2011 y 2013, y Martín Larraburu, ex funcionario de esa misma dependencia, que ya declararon en indagatoria y el juez aún no resolvió si los procesa, sobresee o dicta su falta de mérito. Y hay otros imputados, como los diputados nacionales del FPV, Andrés Larroque y Eduardo De Pedro; el diputado provincial por Peronismo Kirchnerista, José Ottavis; y el ex titular del Grupo Veintitrés, Sergio Szpolski, que prestarán declaración indagatoria la próxima semana.

El recorrido de la causa penal.

¿Cuántas personas fueron procesadas ayer?

Bonadio dispuso el procesamiento de 42 imputados. Hay 17 de este total que son ex funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional o empleados públicos durante el kirchnerismo, como la ex presidenta, el ex ministro de Planificación Julio De Vido, Baratta y Oscar Parrili, ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Otros 25 son empresarios o directivos de empresas que presuntamente pagaron coimas a funcionarios. Entre ellos se encuentran el primo del Presidente, Ángelo Calcaterra (ex CEO de IECSA), Carlos Wagner (Esuco), Luis Betnaza (Grupo Techint), Gerardo Ferreyra (Electroingeniería SA) y Benito Roggio (Benito Roggio e Hijos SA).

Hay seis empresarios a los que se le dictó falta de mérito (cuando no hay suficiente prueba para procesar o sobreseer) y un empresario al que se lo sobreseyó, Raimundo Peduto (Industrias Secco). El restante es el lobbista Jorge “Corcho” Rodríguez. Bonadio declaró su incompetencia respecto de este imputado y remitió estos hechos al juzgado federal a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi por conexidad con una causa que tramita en su tribunal.

¿Cuántos detenidos hay?

El fallo de Bonadio dispuso la detención de 16 imputados, sin contar a la ex presidenta, sobre quien se dictó prisión preventiva, aunque no se hará efectiva (al menos por el momento) porque tiene fueros. En realidad, estas 16 personas ya se encontraban detenidas a disposición de Bonadio desde antes del procesamiento. Son 11 ex funcionarios y empleados del Poder Ejecutivo, como Baratta y De Vido, y seis empresarios, como Ferreyra y Carlos Mundin (BTU SA). A estos 16 se sumó ayer el ex funcionario de la Entidad Binacional Yacyretá Oscar Thomas, que se encontraba prófugo y hoy fue detenido en un departamento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

¿Cuántos imputados firmaron un acuerdo de colaboración?

Desde que surgió la causa “Cuadernos” muchos empresarios y ex funcionarios acordaron con el fiscal federal del caso, Carlos Stornelli, para declarar como arrepentidos y mejorar así su situación procesal, como establece la Ley 27.304Hasta el momento hay 23 imputados que firmaron acuerdos de colaboración que fueron homologados por el juez Bonadio, aunque en la resolución de ayer se resolvió la situación procesal de 20 de ellos.

De los 20 arrepentidos sobre los que falló ayer el juez, ninguno quedó detenido, salvo el ex secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, que está preso por otro expediente. Por su declaración como arrepentido, López fue incluido en el Programa Nacional de Protección de Testigos y no se conoce su paradero actual.

Aunque no fueron detenidos, hay 14 de los arrepentidos que fueron procesados, todos por asociación ilícita y a la mayoría se le suman los delitos de cohecho o dádiva. Por otro lado, hay cinco arrepentidos a los que se le dictó la falta de mérito, entre ellos, Héctor Sánchez Caballero (IECSA), Héctor Zabaleta (Techint) y Francisco Valenti (Grupo Pescarmona).

¿Cuánto dinero hay en juego?

Según Bonadio, “los recaudadores de la asociación ilícita contaron con la participación de empresarios que pagaron sumas de dinero por un monto aproximado” de US$ 55.460.000 entre 2003 y 2015.

¿Qué jueces y fiscales intervienen en cada instancia?

La instrucción de la causa está a cargo del juez federal Bonadio y del fiscal Stornelli, dos magistrados con más de dos décadas en sus actuales cargos (para conocer más sobre su trayectoria ingresá a Justiciapedia).

Los procesamientos dispuestos por Bonadio, en caso de ser apelados, quedarán a cargo de la Sala I de la Cámara Federal. Esta sala la componen Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens, pero este último se excusó de intervenir porque en la causa está detenido su primo, Rafael Llorens, ex funcionario del Ministerio de Planificación. En su reemplazo intervino hasta ahora Martín Irurzun, miembro de la Sala II, aunque hoy el Poder Ejecutivo oficializó el traslado a esta Sala del juez del Tribunal Oral Federal N° 4, Pablo Bertuzzi, que recomendó el Consejo de la Magistratura la semana última.

En la última instancia del fuero penal, la Cámara Federal de Casación Penal, intervienen el fiscal Ricardo Wechsler y la Sala I del tribunal, que componen Diego Barroetaveña, Ana María Figueroa y Daniel Petrone.


42 PROCESADOS
17 son ex funcionarios y 25 son empresarios o directivos de empresas que pagaron coimas.

17 DETENIDOS
Son los imputados que actualmente están presos en esta causa. Ayer se sumó Oscar Thomas, que estaba prófugo desde hace casi 50 días.

23 ARREPENTIDOS
Son los imputados que firmaron acuerdos de colaboración. La mayoría son empresarios. Ninguno quedó detenido tras el fallo, a excepción de José López.

US$ 55,4 MILLONES
Es el total de coimas que, según Bonadio, recibieron los recaudadores de la asociación ilícita.

Fuente: elaboración de Chequeado en base al fallo del juez federal Claudio Bonadio.

*Datos actualizados al 19 de septiembre de 2018.