Mostrando las entradas con la etiqueta Juan Abal Medina. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Juan Abal Medina. Mostrar todas las entradas

sábado, 22 de septiembre de 2018

El ABC de la causa “Cuadernos de la corrupción”… @dealgunamanera...

El ABC de la causa “Cuadernos de la corrupción”…


El juez Claudio Bonadio procesó a Cristina Fernández de Kirchner y a otros 41 imputados. Qué delitos se investigan, qué jueces intervienen, cómo le fue a los arrepentidos y cuánto dinero está bajo sospecha.

© Escrito por Manuel Tarricone y publicado el miércoles 19/09/2018 por Chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El juez federal Claudio Bonadio procesó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner como jefa de una asociación ilícita en la causa conocida como “Cuadernos de la corrupción”. Además, le dictó la prisión preventiva y solicitó al Senado su desafuero para el caso de que la Cámara Federal ratifique su resolución. Procesó también a otros 41 imputados en este expediente. Un repaso por los puntos más importantes del fallo.

¿Qué se investiga?

En la causa se investiga una asociación ilícita, presuntamente liderada por la ex presidenta, dedicada al cobro de coimas vinculadas con el reparto de obras públicas. La actual senadora del Frente para la Victoria (FPV), que ya había prestado declaración indagatoria en dos oportunidades, fue procesada como jefa de esta asociación. Se le imputaron, además, los delitos de admisión de dádivas y cohecho pasivo. El delito de asociación ilícita tiene penas de tres a diez años, el de cohecho tiene penas de uno a seis años y el de admisión de dádivas contempla penas de un mes a dos años.

El caso salió a la luz el 1° de agosto último, cuando el juez Bonadio dispuso una serie de detenciones y allanamientos a partir de las revelaciones que publicó el diario La Nación de los cuadernos de viaje de Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta, ex funcionario del Ministerio de Planificación Federal durante el kirchnerismo.

¿Cuántos imputados hay en la causa?

En el expediente figuran 66 imputados, de acuerdo con el Observatorio de Corrupción del Centro de Información Judicial (CIJ) que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ese total se compone de cerca de 20 ex funcionarios del gobierno de Fernández de Kirchner y ex empleados de organismos públicos y más de 40 empresarios y directivos de compañías acusados de pagar coimas a funcionarios. Esta semana Bonadio resolvió la situación procesal de 50 imputados.

Hay otros involucrados, como Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete entre 2011 y 2013, y Martín Larraburu, ex funcionario de esa misma dependencia, que ya declararon en indagatoria y el juez aún no resolvió si los procesa, sobresee o dicta su falta de mérito. Y hay otros imputados, como los diputados nacionales del FPV, Andrés Larroque y Eduardo De Pedro; el diputado provincial por Peronismo Kirchnerista, José Ottavis; y el ex titular del Grupo Veintitrés, Sergio Szpolski, que prestarán declaración indagatoria la próxima semana.

El recorrido de la causa penal.

¿Cuántas personas fueron procesadas ayer?

Bonadio dispuso el procesamiento de 42 imputados. Hay 17 de este total que son ex funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional o empleados públicos durante el kirchnerismo, como la ex presidenta, el ex ministro de Planificación Julio De Vido, Baratta y Oscar Parrili, ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Otros 25 son empresarios o directivos de empresas que presuntamente pagaron coimas a funcionarios. Entre ellos se encuentran el primo del Presidente, Ángelo Calcaterra (ex CEO de IECSA), Carlos Wagner (Esuco), Luis Betnaza (Grupo Techint), Gerardo Ferreyra (Electroingeniería SA) y Benito Roggio (Benito Roggio e Hijos SA).

Hay seis empresarios a los que se le dictó falta de mérito (cuando no hay suficiente prueba para procesar o sobreseer) y un empresario al que se lo sobreseyó, Raimundo Peduto (Industrias Secco). El restante es el lobbista Jorge “Corcho” Rodríguez. Bonadio declaró su incompetencia respecto de este imputado y remitió estos hechos al juzgado federal a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi por conexidad con una causa que tramita en su tribunal.

¿Cuántos detenidos hay?

El fallo de Bonadio dispuso la detención de 16 imputados, sin contar a la ex presidenta, sobre quien se dictó prisión preventiva, aunque no se hará efectiva (al menos por el momento) porque tiene fueros. En realidad, estas 16 personas ya se encontraban detenidas a disposición de Bonadio desde antes del procesamiento. Son 11 ex funcionarios y empleados del Poder Ejecutivo, como Baratta y De Vido, y seis empresarios, como Ferreyra y Carlos Mundin (BTU SA). A estos 16 se sumó ayer el ex funcionario de la Entidad Binacional Yacyretá Oscar Thomas, que se encontraba prófugo y hoy fue detenido en un departamento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

¿Cuántos imputados firmaron un acuerdo de colaboración?

Desde que surgió la causa “Cuadernos” muchos empresarios y ex funcionarios acordaron con el fiscal federal del caso, Carlos Stornelli, para declarar como arrepentidos y mejorar así su situación procesal, como establece la Ley 27.304Hasta el momento hay 23 imputados que firmaron acuerdos de colaboración que fueron homologados por el juez Bonadio, aunque en la resolución de ayer se resolvió la situación procesal de 20 de ellos.

De los 20 arrepentidos sobre los que falló ayer el juez, ninguno quedó detenido, salvo el ex secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, que está preso por otro expediente. Por su declaración como arrepentido, López fue incluido en el Programa Nacional de Protección de Testigos y no se conoce su paradero actual.

Aunque no fueron detenidos, hay 14 de los arrepentidos que fueron procesados, todos por asociación ilícita y a la mayoría se le suman los delitos de cohecho o dádiva. Por otro lado, hay cinco arrepentidos a los que se le dictó la falta de mérito, entre ellos, Héctor Sánchez Caballero (IECSA), Héctor Zabaleta (Techint) y Francisco Valenti (Grupo Pescarmona).

¿Cuánto dinero hay en juego?

Según Bonadio, “los recaudadores de la asociación ilícita contaron con la participación de empresarios que pagaron sumas de dinero por un monto aproximado” de US$ 55.460.000 entre 2003 y 2015.

¿Qué jueces y fiscales intervienen en cada instancia?

La instrucción de la causa está a cargo del juez federal Bonadio y del fiscal Stornelli, dos magistrados con más de dos décadas en sus actuales cargos (para conocer más sobre su trayectoria ingresá a Justiciapedia).

Los procesamientos dispuestos por Bonadio, en caso de ser apelados, quedarán a cargo de la Sala I de la Cámara Federal. Esta sala la componen Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens, pero este último se excusó de intervenir porque en la causa está detenido su primo, Rafael Llorens, ex funcionario del Ministerio de Planificación. En su reemplazo intervino hasta ahora Martín Irurzun, miembro de la Sala II, aunque hoy el Poder Ejecutivo oficializó el traslado a esta Sala del juez del Tribunal Oral Federal N° 4, Pablo Bertuzzi, que recomendó el Consejo de la Magistratura la semana última.

En la última instancia del fuero penal, la Cámara Federal de Casación Penal, intervienen el fiscal Ricardo Wechsler y la Sala I del tribunal, que componen Diego Barroetaveña, Ana María Figueroa y Daniel Petrone.


42 PROCESADOS
17 son ex funcionarios y 25 son empresarios o directivos de empresas que pagaron coimas.

17 DETENIDOS
Son los imputados que actualmente están presos en esta causa. Ayer se sumó Oscar Thomas, que estaba prófugo desde hace casi 50 días.

23 ARREPENTIDOS
Son los imputados que firmaron acuerdos de colaboración. La mayoría son empresarios. Ninguno quedó detenido tras el fallo, a excepción de José López.

US$ 55,4 MILLONES
Es el total de coimas que, según Bonadio, recibieron los recaudadores de la asociación ilícita.

Fuente: elaboración de Chequeado en base al fallo del juez federal Claudio Bonadio.

*Datos actualizados al 19 de septiembre de 2018.


sábado, 2 de noviembre de 2013

¿Y las elecciones?... De Alguna Manera...

¿Y las elecciones?

ANTICIPO: la contratapa de PERFIL del 5 de octubre.

Horacio Verbitsky, en su último panorama político antes de las elecciones publicado en Página/12 el domingo pasado, escribió: “... la mayoría de los análisis sólo ven estos comicios de medio término como anticipo de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en octubre de 2015. Más aún, consideran que sus resultados definirán las alternativas para entonces. Con escasas excepciones (Jorge Fontevecchia, Manuel Mora y Araujo, por ejemplo) dan por sentado que el kirchnerismo concluirá su ciclo en forma inexorable con el segundo mandato de la presidente CFK, que no puede aspirar a renovarlo aunque sus índices de aprobación popular se mantienen en los mismos niveles con que fue reelecta en 2011.”

Seguramente no por casualidad Manuel Mora y Araujo también escribe en Perfil. Pero no porque todos los columnistas de este diario piensen igual –de hecho lo más duros analistas anti K escriben en Perfil desde las épocas en que nadie se animaba a criticar a este Gobierno– sino por la pluralidad con que se elabora este diario.

Lamentablemente algunos lectores se sienten incómodos y la carta de Juan Manuel De Cillis –que se publicará completa en el Correo en la edición de mañana– es un buen ejemplo. Nuestro (espero que no ex) lector sostiene: “No me puedo imaginar cómo usted, que fue agredido física, mediática y comercialmente, puede hincar la rodilla ante quien lo persiguió. Sólo se explica entendiendo que una de las habilidades más grandes del kirchnerismo fue hacer eficiente el uso del Síndrome de Estocolmo.”

El viernes 25 de octubre el obudsman de Perfil me envía un mail pidiendo que responda al lector. Le expliqué que ese fin de semana tenía que escribir tres contratapas para nuestras habituales ediciones de sábado y domingo más la de la edición especial por las elecciones, y que le avisara a Juan Manuel De Cillis que pospondríamos por una semana la publicación de su carta para poder responderle.

No imaginaba por entonces que a menos de dos días de las elecciones se daría a conocer un fallo ampliamente favorable al Gobierno en la Ley de Medios, que cambiaría el clima de derrota poselectoral. Tampoco hay que sobrevalorar eso, porque el verdadero problema del kirchnerismo no son las críticas que provienen de los medios del Grupo Clarín sino la pérdida constante de reservas de dólares, que no cesa y se hizo más pronunciada tras las elecciones.

Ni tampoco se podía imaginar el día previo a los comicios que tan pronto y de manera tan frontal Macri iba comenzar a confrontar con Massa desluciendo el triunfo de ambos. Pero los dos hechos sirven para ejemplificar cuánto tiempo son dos años en política. También sería un error creer que ahora es Clarín quien está vencido y no comprender que seguirá siendo el más importante jugador de los medios de Argentina por mucho tiempo. Esa tendencia a dar por muertos a quienes gozan de buena salud es resultado de la ansiedad que anticipa los acontecimientos, adecuando los tiempos a los deseos y no a la ponderación de datos objetivos:
 
1) Que la Presidenta con su enfermedad aumentó significativamente su imagen positiva.
 
2) Que aun con la derrota electoral, el kirchnerismo seguiría con la posibilidad de controlar las dos cámaras del Congreso.
 
3) Que a pesar de todos los desastres en el manejo económico, aún les quedan herramientas para evitar una debacle.

No es mi deseo, señor De Cillis, que el kirchnerismo resurja de sus cenizas (aprovecho a pedirle que por favor continúe siendo nuestro lector). Por el contrario, pretendo hacer una descripción de la realidad lo menos contaminada de mis propios deseos.
 
Aún con el fin de que se cumplan verdaderamente esos deseos, es necesario tener un correcto diagnóstico para poder construir estrategias verdaderamente superadoras. Estoy muy lejos de ser kirchnerista, fíjese que hasta el propio consultor de Macri, Jaime Durán Barba, en la edición especial de Perfil post electoral escribió: “Cristina conserva una fuerza importante, Scioli es un buen candidato y juntos pueden dar una sorpresa representando a muchos argentinos que quieren que siga el “modelo”.

Tampoco hay que creerse que Jorge Capitanich será el seguro nuevo presidente y continuador del kirchnerismo en 2015. Quizás la sobreactuación de Abal Medina ninguneando a Scioli y trayendo forzadamente a la escena de la noche del domingo al triunfante gobernador de Chaco no sea una demostración sólo de fuerza, sino de posible debilidad frente a un Scioli a quien le estaban marcando la cancha para forzarlo a negociar un capitulación más honrosa del kirchnerismo, diciéndole algo así como “ojo que no sos la única carta que tenemos”.

El viernes de la semana próxima se cumplen los 30 días de reposo mínimo prescripto a la Presidenta. 

Es una incógnita cómo regresará: golpeada emocionalmente por la constatación de los límites de su cuerpo y la finitud de todo lo humano, o fortalecida por un descanso de un mes que le permitirá renovados bríos y que como regalo de recibimiento tenga la Ley de Medios.

En la columna del día después de la elección (antes del fallo de la Corte), escribí: “Ayer, entonces, no comenzó el fin del kirchnerismo como quieren ver quienes no sólo discrepan con el Gobierno sino que también los irrita. Lo que ayer se oficializó fue el fin de la hegemonía no sólo del kirchnerismo sino del PJ, y no porque se vuelva a generar el bipartidismo radical-peronista y su alternancia, sino por la creación de un sistema de balances y equilibrios en algo que podría definirse como tetrapartidismo, con cuatro sectores que pueden aspirar a entre el 15 y el 30% del total de los votos, lo que hará imprescindibles los ballotages y una gobernabilidad basada en alianzas o concesiones recíprocas. (...) 

No están las cartas echadas. La política argentina recupera un equilibrio después de la crisis de 2001, un equilibrio diferente,”
 
A pesar del fallo judicial a favor del Gobierno, sigo pensando lo mismo.

© Esrito por Jorge Fontevecchia el viernes 01/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 



domingo, 23 de diciembre de 2012

Como entender la crisis actual... De Alguna Manera...

Impunidad y pobreza…

ICONOGRAFÍA DEL EXPOLIO. Dibujo: Pablo Temes.

La mezcla da un cóctel explosivo, con el Gobierno como gran responsable. Los desatinos. Longobardi, otro caso de censura.

Fue como una pesadilla. Las imágenes de los saqueos que se extendieron a varios puntos del país nos trajeron los peores recuerdos de aquellos dramáticos momentos que la Argentina padeció a fines de 2001. Nadie sabe a ciencia cierta quiénes estuvieron detrás de estas acciones que, en muchos casos, demostraron responder a algo organizado. Lo cierto es que en Bariloche, por ejemplo, el intendente advirtió al gobernador de Río Negro que algo de esto podía pasar si no apuraban el envío de bolsones con comida para atender a los sectores más postergados de ese lugar. El reclamo no fue atendido y allí estuvo la excusa para generar hechos que siempre deben ser condenados, pero a los que hay que analizar en superficie y en profundidad. No todos robaban comida. Muchos se llevaron electrodomésticos. Lo hicieron con total desparpajo y hasta con cierta tranquilidad, a la vista de todos. En Villa Gobernador Gálvez los que saqueaban y los empleados y propietarios de los comercios que eran saqueados se conocían. Robar para comer puede responder a una circunstancia de necesidad extrema. Robar electrodomésticos es, lisa y llanamente, un delito. Surgen dos realidades que dieron marco a estos hechos: una es la pobreza; la otra, la falta de respeto a la ley.

La pobreza y la exclusión siguen siendo parte de un paisaje social que está muy lejos del ámbito bucólico que el Gobierno pretende dibujar de la Argentina. Por eso las palabras del jefe de Gabinete, Juan Abal Medina –cuando el viernes dijo que “quieren frenar el gran momento que vive la Argentina”– exhiben la desconexión que existe entre el “relato” del Gobierno y la realidad.

El crecimiento de las villas de emergencia es un dato incontrovertible que es visible a la mirada del ciudadano de a pie. En Bariloche, por tomar el suceso originario de estas revueltas, es el caso del asentamiento de el Alto. Viven allí 30 mil almas sobre un total de 130 mil que habitan la ciudad. Es decir que casi el 25% de la población se nuclea en ese caserío que se ha transformado en tierra de nadie. La ausencia del Estado allí es estrepitosa y ha convertido el lugar en guarida de delincuentes que complican la vida de la mayoría de gente honesta que reside allí. Lo peor es que, lejos de disminuir, el Alto crece en forma imparable. Es lo que pasa en otros asentamientos en el resto del país. En Capital, el ejemplo más relevante es el de la Villa 31. No es el único; los otros, menos visibles, como la Villa 1-11-14, la Rodrigo Bueno y Ciudad Oculta, son lugares en los que la ecuación se repite. En Rosario están los asentamientos del Gran Rosario, en continua expansión.

En esos ámbitos, el reinado de los planes asistenciales del Gobierno es absoluto. Y éste será uno de los “grandes legados” que dejará el kirchnerismo para el futuro. Es una de las contradicciones más flagrantes que exhibe el oficialismo que, tras una década de permanencia en el poder con un fenomenal crecimiento económico, no ha logrado erradicar estos nichos crecientes de pobreza.

Esto constituye un ejemplo claro de populismo y no de progresismo. Y sobre esto debería anoticiarse también la oposición, si algún día quiere llegar a gobernar el país con logros mejores. En el populismo, los pobres tienen más cosas y reciben asistencia permanente por parte del Estado, pero ninguna de ellas les permite superar su condición de pobres. En el progresismo, en cambio, es la movilidad social ascendente la que impera, esencial para hacer realidad el objetivo de que las personas sean dueñas de su destino.

Los hechos de estas horas le muestran al Gobierno que su insistencia en dibujar los índices de inflación y de pobreza que padece el país constituye una porfía sin destino, ya que un día todo ese castillo de arena es demolido por la realidad. En la Babel de Olivos no hay idea del deterioro que la inflación está causando en el bolsillo de los que menos tienen.

Lo que también hubo fue una desatención de informes de inteligencia y de autoridades municipales que alertaron sobre la factibilidad de estos hechos. ¿En el Ejecutivo esto se ignoró o directamente no interesó?

Los que se llevaron electrodomésticos a la vista de todos actuaron como si estuvieran haciendo la apología de la impunidad. Alguien los empujó a actuar así. Mucha de la gente que vive condenada a la pobreza eterna ve cómo, en esos lugares de miseria, se comercia políticamente con sus necesidades. Ve cómo el puntero político y su entorno lucran con la carencia del otro. Esa corruptela devastadora se palpa por doquier. Y, por supuesto, está la corrupción impune del Gobierno que también ahí se ve. Dado que las fuerzas policiales no saben bien qué hacer ni cómo actuar, todo se hace más fácil para los agitadores del caos y el desorden.

Cristina Fernández de Kirchner, que se quejaba en su último Aló Presidenta de la desprotección que padecen los efectivos policiales, debería reflexionar sobre cuánta es su responsabilidad para haber llegado a esto. En la Argentina pendular vamos de las policías brutales a las policías ineficaces.

En este marco, Cristóbal López, una de las luminarias del empresariado K, echó a Marcelo Longobardi de Radio 10 y de C5N. Marcelo, líder de la primera mañana radial, tenía un contrato vigente hasta el año 2016. En un verdadero “sincericidio”, el señor López hizo saber que la decisión de echarlo tenía que ver con “visiones diferentes” (sic) de la realidad. La brutal medida tiene dos objetivos: sacarse de encima la voz de un periodista que molesta al Gobierno y dejarlo sin aire para 2013, un año electoral. 

Es la réplica exacta de lo que me sucedió a mí en 2009 cuando Electroingeniería le compró Radio del Plata a Marcelo Tinelli. Lo ocurrido con Longobardi deja al descubierto dos situaciones: una, la intolerancia del Gobierno hacia los periodistas que ejercen su profesión con una visión crítica de la realidad; la otra, el propósito final de la Ley de Medios que no es otro que la destrucción del Grupo Clarín y la conformación de un multimedios K en el cual sólo haya lugar para las voces afines al oficialismo. Así pues, el caso de Longobardi, a quien hago llegar mi absoluta solidaridad, es un paso más en pos del “vamos por todos y por todo”, operativo que Fernández de Kirchner puso en marcha en el mismo momento que reasumió el poder, el 10 de diciembre de 2011.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.


 

Complicidades… De Alguna Manera...


Complicidades…
 

Triste conclusión: las palabras poco importan. Constatación melancólica: se vaciaron de consecuencias. Decir es zafar. Reino de impunidades perpetradas de manera reiterada. La Argentina navideña de 2012 es un carnaval de naderías, muchas de ellas antiguas, auténticos vejestorios de una cultura política regurgitante. El caso de la fragata Libertad adquiere, en este sentido, una poderosa expresividad. Navega ahora rumbo a la Argentina. Lo más probable es que será recibida en Mar del Plata como si regresara de una batalla victoriosa, al cabo de la cual el país avanzó varios casilleros. Penosas pamplinas. Lo que sucedió fue un desastre.

Importan mucho más radiografiar los hipotéticos intereses nacionales encarnados en esa gira ultramarina, la 43ª del buque escuela. La construcción de esta fragata de tres palos se inicia el 11 de diciembre de 1953 y fue botada por el gobierno de la Revolución Libertadora el 30 de mayo de 1956. Desplaza 3,765 toneladas métricas de carga, su eslora es de 103,75 metros, su casco de 91,7 metros, la manga de 14,31 metros y su calado de seis metros. Propulsada por dos turbinas diésel, puede navegar a un máximo de 13,5 nudos (25 km/h). La tripulan 24 oficiales, 187 marineros y 150 cadetes. ¿Buque de guerra? Tiene cuatro cañones QF 3 Hotchkiss de tiro rápido, de 47 mm, fabricados en 1886 para defender embarcaciones ligeras y que la Libertad lleva para disparar salvas de honor.

Otra vez: los hechos son menudos, pero el contexto de ruido y furia son mucho más trascendentes. Una y otra vez, recurrentemente, el país se disfraza de atuendos mitologizados (soberanía, nacionalidad, dignidad), pero sólo para encubrir chapucerías proverbiales. Retenida por una demanda judicial contra la Argentina, quedó anclada en el puerto de Tema, en la república africana de Ghana, desde el 2 de octubre de 2012.

Ghana es un país singular y, para los amantes del nacionalismo, el escenario de una historia importante. Colonia británica llamada Costa de Oro, nace en 1957 como república independiente, la primera nación africana al sur del Sahara en liberarse del colonialismo europeo, bajo el liderazgo de su primer presidente, el líder anticolonial Kwame Nkrumah. Nkrumah procuraba un nuevo estado nacional que no cayera en el neocolonialismo y fue el primer estadista africano en promover el panafricanismo, una ideología de libertad, justicia, igualdad y educación para todos. Derrocado por un golpe militar en febrero de 1966, para el ex agente de la CIA John Stockwell, la CIA fue la responsable. Pero Ghana regresó a la democracia en 1992 y no se ha apartado de ese camino. Ahí estuvo retenida ochenta días la argentina Libertad, dibujando una parábola agónica y vergonzosa.

La justicia de Ghana no había hecho otra cosa que admitir una demanda judicial, pero la cuestión no sólo fue capciosamente ignorada por el gobierno argentino. A un desconocimiento ya estructural sobre temas decisivos del acontecer del mundo, se le asoció una mala praxis difícil de superar en su torpeza. Héctor Timerman corrió a las Naciones Unidas para “denunciar” el hecho. Lo miraron, divertidos y desconcertados.

¿Peligro para la paz mundial? ¡Estos argentinos, no cambian nunca! Hasta que, por descarte, en el Gobierno apelaron al buen sentido y a los cánones profesionales. Malamente empachados de “transgresión”, tuvieron que recurrir a la ley y a las instituciones. Convocaron a una funcionaria proba, Susana M. Ruiz Cerruti, para pilotear el reclamo argentino en el Tribunal Internacional del Mar, con sede en Hamburgo. Canciller de Raúl Alfonsín de mayo a julio de 1989 (primera mujer en alcanzar ese puesto, y hasta ahora la única), la diplomática de 72 años logró que ese juzgado planetario protegiera a la Argentina y es sólo por ese trámite que el buque busca ahora puerto argentino de regreso a casa.

Emborrachado de arrogantes bravuconadas, desde el vamos el Gobierno hizo todo mal. Nadie supo prever algo así, porque es un grupo gobernante cuya mirada sigue enceguecida por una mezcla letal de ignorancia e incompetencia. Símbolo de esa altanería grosera fue la propia Presidenta (“¡Se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad! ¡Con la dignidad de este país no se va a quedar nadie!”, vociferó). Un manejo político deplorable se complementó con trapisondas y apuñalamientos de vodevil. El mediocre ministro de Defensa, Arturo Puricelli, se lavó las manos durante interminables días, hasta que aceptó los sacrificios rituales ordenados por la Casa Rosada: el jefe de la Armada, almirante Carlos Alberto Paz, tuvo que irse el 15 de octubre, reemplazado por su subjefe, el vicealmirante Daniel Martin. También echaron a funcionarios como Lourdes Puente Olivera, directora Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (mucho cargo para tanto vacío), Luis María González Day, y el director general de Organización de la Armada, Alfredo Mario Blanco.

Lo que importa del manejo exhibido por las autoridades argentinas es que ejercen su poder político de manera inmadura y tóxica. Se vanagloriaron del fallo del Tribunal Internacional del Mar, pero sin mencionar el tema de las deudas pendientes. Se hacen buches con la palabra “buitres”, mientras persisten en su estólida decisión de no negociar nada con acreedores impagos. No es falta de tacto. Son fieles a sí mismos. Ministro de Economía del gobierno legal de un país que integra el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Hernán Lorenzino perpetró el colmo de la jactancia imbécil al exclamar por Twitter: “¡Buitres, no pasarán!” y calificar a los bonistas litigantes de “piratas financieros”.

Ese es el sino del Gobierno y sus corifeos. Se entusiasman entre ellos y se ponen duros de estímulo artificial. Ante un Carlos Zannini regocijado, Juan Abal Medina habla de “Cámara de mierda” y luego se disculpa. En el brindis de fin de año, la indescriptible Diana Conti atacó al “electorado histérico” de la Capital Federal por el imponente 8N y aclaró, para que entiendan su femenina y delicada prosa, “queremos que a las cacerolas se las metan en el culo”. Ovacionada, fue superada empero por Guillermo Moreno, que, empapado de sudor, arrancó con el lema que prefiere: “Olé, olé, olé, olá, Héctor Magnetto, no jodas más, tarde o temprano te vamos a ir a buscar”. La gente que dice estas cosas y a la que le pasan casos como el de la Libertad, gobierna la Argentina desde hace casi una década. No me digan que los argentinos no tenemos nada que ver.

© Escrito por Pepe Eliaschev  y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.