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domingo, 30 de octubre de 2022

País angustiado. Tiros por elevación... @dealgunamaneraok...

 País angustiado. Tiros por elevación...

ARGENTINA, 1983. Raúl Alfonsín. Dibujo: Pablo Temes

La trampa de la antinomia, que permite ganar las elecciones, pero no gobernar. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 29/10/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Un domingo como hoy, de hace 39 años, la fórmula integrada por Raúl Alfonsín y Víctor Martínez, ganaba las elecciones que marcaban el fin de la dictadura más cruel de la historia de la Argentina. 

 

La victoria de la Unión Cívica Radical fue impactante y expresó el deseo mayoritario de una sociedad que quería vivir bajo los valores de la democracia, es decir, el pluralismo, la tolerancia y el respeto al pensamiento diferente. Desde aquel 30 de octubre de 1983 hasta hoy, la democracia argentina ha venido experimentando un nivel de degradación que parece ser imparable, producto de la crisis de representación que hoy padece nuestro país. El concepto del otro se ha trastrocado significativamente. Ese trastrocamiento ha representado una mutación del concepto de pluralismo hacia el de antinomia. El pluralismo es la esencia de la democracia.

 

La antinomia, por el contrario, no. La antinomia, cuya utilización o exacerbación permite ganar elecciones, impide gobernar. Es lo que le está pasando a esta administración. Es lo que le pasó a Mauricio Macri. Y es lo que le va a pasar al próximo que gobierne si decide insistir con esta táctica. 

 

La sesión de la Cámara de Diputados en la que se dio media sanción al proyecto del Presupuesto de la Nación, fue un ejemplo más de la caída libre en la que se encuentra la dirigencia política vernácula. 

 

La conducta funcional al kirchnerismo de Javier Milei y sus secuaces, que se ausentaron del recinto y permitieron que se aprobara el nuevo impuesto a los billetes de avión, fue escandalosa. De igual calibre es el calificativo que le cabe a la diputada Margarita Stolbizer, quien, ante la eventualidad de caer en las manos de Morfeo –el rey del sueño– optó por irse a dormir, importándole tan poco como la nada lo que pasase en la votación en particular del proyecto. 

 

Lo que pasó con el Presupuesto bien puede repetirse con el proyecto para la derogación de la PASO. 


Por si alguien lo olvidó, las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), fueron impulsadas por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuyos partidarios quieren hoy derogarla. Como decía el gran poeta sevillano Antonio Machado, “no es triste la verdad, lo que no tiene es remedio, y no es bueno ir por la vida permanentemente camuflado”.

 

¿De qué gobierno habla Cristina Kirchner cuando lanza sus críticas por Twitter? De su gobierno.

 

Las negociaciones que fluyeron en el detrás de escena de la votación del miércoles también se convirtieron en un toma y daca que debería avergonzar a la dirigencia toda. Una parte significativa del radicalismo terminó votando el Presupuesto por conveniencia que, de la boca para afuera, disfrazaron de convicción. “Los radicales necesitaban fondos para las universidades que manejan, no olvidemos que Emiliano Yacobitti es el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires.

 

Parece que los de Evolución que prometieron ser diferentes al resto, echaron mano bastante rápido de las costumbres de la vieja política. 

 

“Eso sin contar que, varios de ellos sin ninguna pericia técnica, no tenían la más mínima idea de lo que estaban votando” –dijo furioso un diputado de su propia coalición. 

 

Algo similar le ocurrió al propio Carlos Heller, del FdT, que tuvo que retirar dos artículos que perjudicaban el financiamiento de las Pymes –utilizando facturas de crédito electrónicas– en la votación en particular.

¿Qué es lo curioso de esta actitud? Que él mismo reconoció que había sido quien introdujo esos artículos dañinos para muchos pequeños empresarios, que con gran esfuerzo luchan por abrir la persiana todos los días. Quizás deba poner más atención en las reuniones de comisión en lugar de apurar la firma de los dictámenes, para poder irse a la cancha a ver a Boca Juniors, cosa que también se tomó livianamente y lo advirtió públicamente. 
 

El que avisa no traiciona. 

 

Dentro de la fallida coalición gobernante las cosas se complican en el día a día. La obsesión de CFK y de La Cámpora por eliminar las PASO es, a esta altura, una cuestión de Estado sobre todo por la férrea, pero solitaria resistencia del Presidente. Alberto Fernández, en su mundo de fantasía, insiste en que quiere competir. 

 

El tuit de la vice es otra muestra de la falta de respeto a su propia investidura y a la ciudadanía: “Resulta francamente inaceptable el aumento, esta vez de dos dígitos (13,8%) que el Gobierno autorizó a las empresas de medicina prepaga y que, de esta forma, suman el 114% anual”.  

 

La pregunta que cae de maduro es la misma que surge cada vez que CFK intenta despegarse de los problemas: ¿De qué gobierno habla? Su gobierno. Por más que lo intente, ella es tan responsable de todo lo que ocurre dentro de la coalición como su elegido a quien hoy detesta. 

 

Uno de los apuntados con ese tuit es Claudio Belocopitt, el cerebro de la Unión Argentina de Salud (UAS). Pero hay allí un tiro por elevación a Sergio Massa por el supuesto manejo “permisivo” de la economía. El tigrense ya había avisado que si no lo dejaban hacer su trabajo, se iría. Todo es humo y escombros en el oficialismo, pero la vida tampoco es color de rosa en la oposición. 

 

Mauricio Macri hace el juego que más le gusta. 

 

Se coloca por encima de todos los dirigentes del espacio con la vara para bendecir candidatos. En JXC todo es nerviosismo. La duda en torno a la decisión de la candidatura del ex presidente sigue latente como una espada de Damocles. 

 

La Argentina sin rumbo, vuelve a condenar a sus ciudadanos a la angustia, la desesperanza y a la nada misma.




   

martes, 9 de julio de 2019

Fernando De la Rúa (1938 - 2019) Q.E.P.D. @dealgunamanera...

Murió el expresidente Fernando De la Rúa a los 81 años…


Cordobés, abogado, radical y primer jefe del Gobierno porteño, su presidencia y carrera política no sobrevivieron a la peor crisis social desde la caída de la Dictadura.

© Publicado el martes 09/07/2019 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El expresidente Fernando de la Rúa falleció en la madrugada de este martes 9 de julio a los 81 años, después de una larga batalla contra una afección cardíaca que se agravó en las últimas horas. El exmandatario radical se encontraba internado en la Clínica Fleming desde el 28 de enero y luego fue trasladado al instituto Fleni de Escobar. En la noche del lunes se había informado que se encontraba "en muy grave estado por una descompensación cardíaca y renal".

La noticia fue confirmada esta mañana por su sucesor, el presidente Mauricio Macri, con un mensaje en su cuenta de Twitter. "Lamento el fallecimiento del ex presidente Fernando de la Rúa. Su trayectoria democrática merece el reconocimiento de todos los argentinos. Acompañamos a su familia en este momento", escribió el líder de Cambiemos.

El radical, nacido en la provincia de Córdoba, fue miembro de la Unión Cívica Radical desde su juventud, funcionario del ministerio del Interior durante la presidencia de Arturo Frondizi en los años 60, legislado en los 80 y el sucesor de Carlos Menem en la presidencia de la Nación desde el 10 de diciembre de 1999 hasta su renuncia el 20 de diciembre de 2001.

La última aparición pública del exmandatario fue el 30 de noviembre de 2018 cuando asistió a la función de gala en el Teatro Colón ofrecida en honor a los mandatarios extranjeros que vinieron a Buenos Aires para participar de la Cumbre del G20. En 2015 había sido invitado a la ceremonia de asunción de Mauricio Macri como presidente.

A lo largo del año 2018, el expresidente había sufrido dos infartos, uno en octubre y otro en mayo. Sin embargo, los problemas cardíacos para De la Rúa habían empezado en 2001, cuando todavía era presidente y fue sometido a una angioplastia para desobstruir la arteria coronaria derecha.

Funcionario de Illia y contrincante de Perón


Nacido en Córdoba el 15 de septiembre de 1937, en el Liceo Militar General Paz y a los 21 años se graduó en Derecho, igualmente con altas calificaciones, por la Universidad de Córdoba. Desde esa época militó en la UCR del Pueblo (UCRP) de Arturo Illia, así llamada para diferenciarse de la UCR Intransigente de Frondizi.

Tras dedicarse a la abogacía, durante la presidencia de Illia, entre 1963 y 1966, De la Rúa trabajó como asesor en el Ministerio del Interior. Guiado por Ricardo Balbín, líder de la UCR desde 1957 y candidato presidencial, en abril de 1973 fue elegido senador por Buenos Aires.

En las segundas elecciones presidenciales de aquel año, el 23 de septiembre, que restituyeron a Perón en el poder tras 18 años en el exilio, De la Rúa integró la fórmula radical encabezada por Balbín, que obtuvo el 24,3% de los votos.

Fue senador hasta marzo de 1976, fecha del golpe militar que derrocó a María Estela Martínez de Perón, y tras el retorno de la democracia De la Rúa compitió por el liderazgo de la UCR para las elecciones presidenciales de octubre de 1983, que ganó Raúl Alfonsín.

El primer jefe de gobierno porteño y carrera a la presidencia


El 30 de junio de 1996, De la Rúa se convirtió en el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al derrotar con el 39,9% de los votos al peronista Jorge Domínguez, siendo el primer mandatario municipal elegido directamente por los porteños.

Durante este período, la UCR aceptó trabajar conjuntamente con el Frepaso para desplazar al peronismo de la Casa Rosada, naciendo de esta forma en 1997 la“Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación” (ATJE), más conocida como simplemente la Alianza, que se convirtió en la primera fuerza política con el 45,7% de los sufragios en las elecciones legislativas de ese año.

El 6 de diciembre de 1998 De la Rúa fue elegido presidente del Comité Nacional de la UCR en reemplazo de Rodolfo Terragno, el sucesor de Alfonsín. Era el primer paso hacia la Casa Rosada.

Cauteloso, sobrio, austero y “aburrido”, según un spot de campaña, De la Rúa ganó las elecciones del 24 de octubre de 1999 con el 48,5% de los votos frente a la fórmula peronista, integrada por Eduardo Duhalde y el cantante “Palito” Ortega.

Un radical sucede a un peronista


El 10 de diciembre de 1999, después de entregar el mando del gobierno porteño a Enrique Olivera, y la presidencia del Comité Nacional de la UCR al expresidente Alfonsín, De la Rúa se convirtió en el primer presidente radical que sucedía a un peronista y el primero de un gobierno de coalición. La UCR se quedó con ocho de los 10 ministerios, mientras que el Frepaso obtuvo Trabajo y Acción Social.

En noviembre de 2000, la Alianza llegó a un acuerdo político con la oposición para “congelar” por cinco años el gasto público y en diciembre consiguió el apoyo del PJ para aprobar el Presupuesto 2001, clave para recibir la ayuda financiera del Fondo Monetario Internacional.

El primer aniversario de su gobierno estuvo plagado de dificultades políticas y económicas y marcado por medidas económicas impopulares y contrarias a sus promesas electorales, entre las cuales había destacado reducir a la mitad el desempleo.

El año trágico


Aumento de impuestos a la clase media, recortes salariales en el sector público comenzaron a afianzar una crisis. El 18 de diciembre de 2000, recibió una ayuda financiera, un “blindaje” internacional de 40.000 millones de dólares y cuatro meses después De la Rúa afirmaba que el país vivía una situación “crítica y difícil”.

El año 2001 comenzó con la aprobación de los “poderes especiales” para aplicar grandes reformas económicas y el proyecto del ministro de Economía, Domingo Cavallo, de una reducción del 18,8 por ciento del gasto público.

Una violenta ola de saqueos los días 19 y 20 de diciembre, que dejó 23 muertos, obligó a De la Rúa a decretar el estado de sitio, pero la situación era insostenible. Diputados derogó parcialmente los poderes especiales de Cavallo, tras lo que el gobierno renunció. Al no conseguir el apoyo del PJ, De la Rúa renunció como presidente.

D.S. 




domingo, 21 de abril de 2019

Trampa electoral… @dealgunamanera...

Trampa electoral…

Paquete de Medidas… CEDOC.

Los dos principales candidatos son sinónimos de fracaso. En tanto, un gobierno sin poder real.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 21/04/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La puesta en escena con la que el Gobierno comunicó las medidas económicas el miércoles pasado fue la representación de la frustración. La ausencia del Presidente no fue un detalle menor sino que representó la clara evidencia de la falta de convicción acerca de la efectividad de los anuncios. Nadie puede sorprenderse por esta actitud. Las medidas son producto de la presión ejercida por la Unión Cívica Radical –entre cuya dirigencia el nivel de crítica hacia la gestión del Gobierno viene creciendo–, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. Ninguna de estas iniciativas funcionó en el pasado. Tampoco funcionará en el largo plazo durante esta gestión, cuyo margen de maniobra se va achicando día tras día. Estamos frente a un parche orientado a una sola finalidad: ganar la elección.

Es verdad que, en las actuales circunstancias, al Gobierno no le quedaban muchas otras alternativas. Macri ha dilapidado gran parte de su capital político. Y esto impacta directamente en su credibilidad. Hoy no le cree la persona que se ha quedado sin trabajo, ni el CEO de la empresa de primera magnitud. Hoy no le cree el kirchnerista furioso, ni muchos de sus votantes. Hoy no le cree el pequeño empresario ni el gran inversor que confió en la capacidad de gestión del Gobierno. Lo que verdaderamente Macri debería hacer es algo totalmente distinto: un cambio de gabinete y una propuesta electoral diferente, porque en realidad toda esta desconfianza viene de la mano de que el candidato que está gobernando –que aspira a ser reelecto– es poco creíble desde el punto de vista de lo que fueron sus promesas. El Gobierno le ha fallado no solo a la ciudadanía, sino también a los mercados internacionales.

Cuando el año pasado el mundo le dio la espalda a la Argentina, le dio asimismo la espalda al Gobierno. La inserción en el mundo implica hacer lo que se dice y se promete. En abril de 2018, momento en que empezó a regir el impuesto a la renta financiera, el mundo dijo “basta, financiamos hasta acá; si no se arregla la economía argentina, se acaba el financiamiento”, eso es lo que hizo el mundo financiero, Wall Street y los fondos que tomaron deuda argentina.

Pato rengo. 

Este gobierno tiene hoy muy poco poder real: se va en seis meses. Y si fuera reelecto, tendrá también un poder acotado. Si las encuestas se cumplen, en su actual conformación está más de salida que de entrada. Por lo tanto, lo que pueda anunciar con cierta credibilidad es muy poco. Lo único que podría cambiar el humor de los mercados es que el Gobierno anuncie algo que sea el producto de un acuerdo mínimo con los otros candidatos presidenciales. Algo que dijera que los que quieren tomar el timón y los que lo tienen están de acuerdo en que hay que hacer algo con esta crisis. Esa concordancia política, económica y social se debería plasmar en un acuerdo mínimo de convivencia, hecho que en la Argentina sigue siendo una utopía.

Macri mueve, Cristina calla, por Javier Calvo

El mundo real tiene egos, intereses que llevan a que cada uno siga aferrado a que tanto el macrismo como la oposición tengan liderando las encuestas a los dos peores candidatos. Es una competencia entre malos conocidos: una, Cristina Fernández de Kirchner con una concepción chavista del poder; el otro, Macri, con una monumental falta de visión política.

La ausencia de un programa económico para 2020 es otra de las preocupaciones del mundo. Si no se dan reglas claras a futuro, el cúmulo de dudas sobre la economía argentina pervivirá. Si lo que sigue muestra a un país con mayor presión tributaria y que está en el top ten de los países que tienen mayores dificultades para emprender, es razonable conjeturar que a este presente malo le seguirá un futuro de incertidumbre.

La Argentina es un país que, en muchos sectores, tiene cartelización y posiciones oligopólicas, producto de la pequeña escala de su economía. Uno de los sectores que mejor ejemplifica esta circunstancia es el alimentario. Los sectores cartelizados buscan generar, aun a través de precios cuidados, situaciones ventajosas. El tema de la leche es grosero, con precios cuidados, la semana pasada estaba en $ 25,50 el precio de góndola y entran la semana que viene a este nuevo programa con $ 35, un 40% de aumento. Este es un ejemplo patético de que estas cosas no funcionan, porque aumentan previendo inflación.

El ingreso a precios cuidados hace que las empresas, que saben que les van a congelar los precios, los suban antes de ingresar. Esto, a su vez, genera un adelantamiento de la inflación. Por eso, el programa no luce muy efectivo a priori.

Mediciones. 

Cuando la inflación se torna de dos dígitos, empieza a generarse un cambio en los precios relativos. Esto significa que no hay relación entre los precios del pan lactal con el de la leche, o el de la carne con el de las verduras, porque se empieza a perder la percepción de cuál es el precio de mercado. Esto es fundamental para la ley de oferta y demanda, que en nuestro país no funciona, ni con los alimentos ni con el dólar. Argentina es procíclica, cuanto más sube el dólar, más lo consume la gente.

Efecto económico del apocalipsis zombi, por Gustavo González

Esto impacta sobre los sectores de menores recursos, que han tenido una inflación del 64% en los últimos 12 meses y no han tenido ajustes salariales acordes con esto. Con esta inflación se ha producido un empeoramiento de los niveles de pobreza, subió un punto más.
Las encuestas que tiene el Gobierno contienen resultados cada vez peores para Macri. Cristina Fernández de Kirchner hoy gana. El cuco de CFK ha dejado de ser un amuleto electoral. Y esta novedad es devastadora para Cambiemos. “Si callara de aquí al día de la elección, las chances reales de la ex presidenta crecerían sin parar”, expresa un analista independiente.

La aparición de Roberto Lavagna sigue complicando al oficialismo. También complica a Sergio Massa y a Alternativa Federal. Massa ha quedado absolutamente desperfilado y con un complejo problema en sus bases. No son pocos los que le piden rehacer sus vínculos con CFK.

El país se debate entre dos alternativas principales: el kirchnerismo y el macrismo. Las dos alternativas son sinónimo de fracaso. Penoso presente de un país potencialmente rico que le da vigencia a una de las célebres frases de José Ortega y Gasset: “Acaso lo esencial de la Argentina es eso… ser promesa”.

Producción periodística Lucía Di Carlo.



domingo, 6 de enero de 2019

Duelo de fracasos… @dealgunamanera...

Duelo de fracasos…

Mauricio Macrocs. Dibujo: Pablo Temes

El Presidente y la ex dividen aguas en la sociedad y en sus agrupaciones políticas.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 06/01/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El 2019 ha comenzado. Año crucial. Otro más, cargado del dramatismo de una elección presidencial que, hasta el momento, lo único que presagia es la disputa polarizada entre dos opciones antinómicas a las que une un denominador común: el fracaso. Porque si hay algo que comparten Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner es eso: el fracaso. Es un fracaso provisto, si se quiere, de cierta lógica y que a nadie puede sorprender: está cimentado en la incapacidad que han exhibido ambos para generar un proyecto político de envergadura –basado en consensos– que haga de la Argentina un país previsible. CFK divide; Macri, también. CFK divide hacia afuera y hacia adentro del peronismo. Lo mismo pasa con Macri: divide hacia afuera y hacia adentro de Cambiemos. A Cambiemos lo mantiene unido el poder. Si lo perdiera, la coalición estallaría.

El malestar del radicalismo con el PRO es creciente. Un ejemplo es lo que se vive en la provincia de Buenos Aires con la candidatura a vicegobernador. La idea del PRO de jugar con candidatos puros y así dejar de lado al actual vice, Daniel Salvador, está produciendo un creciente disgusto y mal humor en las filas de la Unión Cívica Radical. Entre sus dirigentes anida fuerte la convicción de que ese lugar les corresponde como parte activa que son de Cambiemos. Esa tensión que se vive dentro de las filas del oficialismo en territorio bonaerense se extiende por lo menos a otras dos provincias: Córdoba y Mendoza. Allí los heridos por la ambición política del PRO tienen nombre y apellido: Mario Negri y Alfredo Cornejo.

Desdoble. 

Por si fuera poco, está el espinoso y complejo asunto del desdoblamiento de la elección a gobernador y vice que desvela tanto a María Eugenia Vidal como a Macri. El tema del desdoblamiento responde a una razón muy simple: despegarse de la figura del Presidente, que hoy presenta una imagen negativa muy fuerte. “Con María Eugenia podemos ganar; hoy, con Mauricio, no”; es eso lo que repiten varios de los caciques territoriales de Cambiemos. Eso mismo se reproduce en otras provincias. El problema es que si Vidal se decide por esta opción, necesitará una ingeniería legal que la obligará a negociar con la oposición. Este delicado asunto expone a Cambiemos a una contradicción –no será la única ni la primera– en relación con los postulados republicanos que promovía en sus tiempos de oposición. Macri supo criticar con vehemencia esta profusión de fechas electorales que hace que el país navegue en un carrusel de elecciones desordenadas que perturban y fatigan a la ciudadanía y que no responden a ninguna otra razón que la conveniencia del gobernante de turno en su afán por retener el poder.

Los pasos dados por el Presidente en los últimos días le han devuelto protagonismo a Marcos Peña. El jefe de Gabinete se halla abocado de lleno a la campaña electoral. “Vamos a ganar las elecciones”, les dijo hace unos días a dos gobernadores que no dejaron de sorprenderse ante semejante muestra de optimismo. Ambos mandatarios creyeron leer, además, otro mensaje: no necesitamos de ustedes.

Luego de sus prolongadas vacaciones, el Presidente se ha metido de lleno en la campaña electoral. Su sorpresa ante las críticas que recibió por esto –sus vacaciones– habla de una notable falta de comprensión del valor representativo de los gestos y las conductas de un jefe de Estado. Y la no asistencia a la asunción del presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, indica una falta de comprensión de las responsabilidades institucionales del ejercicio de la presidencia. El presidente de la Argentina debió haber estado presente en ese acto. En su sutil tuit, el senador Federico Pinedo señaló ese error. Era la institución presidencial la que estaba en juego. A Macri, que a veces se conduce como si siguiera siendo el presidente de Boca, le cuesta entender eso.

La campaña se basará en la inauguración de obras públicas. Será lo único que podrá mostrar ante los malos números que seguirá exhibiendo la economía en el año que acaba de comenzar. De ser opositor, en los discursos de Macri no dejaría de aparecer el latiguillo de la pesada herencia.

Mientras tanto la realidad sigue golpeando con toda su intensidad a la sociedad. Las proyecciones económicas distan de ser óptimas. El disgusto del empresariado es creciente. El nivel de descapitalización de las empresas a lo largo del año que pasó no termina. En ese universo había despertado expectativas positivas la designación de Dante Sica como ministro de Producción. Esa expectativa ha ido decreciendo con el correr de los días y los meses. Y no es por la persona del ministro, a quien se valora y se respeta. Es por lo que sucede dentro del gabinete. La falta de coordinación y la falta de conocimiento de muchos de los que lo integran le complican severamente la gestión. Sica reconoce la importancia de la caída de la actividad industrial en octubre y noviembre pero se ilusiona con datos incipientes que marcan que la caída podría haberse frenado en algunos sectores y que comienza a apreciarse un esbozo de recuperación. Es una ilusión de bajo vuelo y poco impacto en pos de cambiar el humor social. En ese mismo sentido actuaron la baja del riesgo país y del dólar sucedida en los primeros días hábiles de este nuevo año.

Espejo. 

En el peronismo las aguas siguen revueltas. La versión de la posible candidatura de CFK a la gobernación de la provincia de Buenos Aires no tiene ningún asidero serio. Competirá por la presidencia. Algo aprendió –una verdadera rareza para una persona cuyo Hubris la aleja de cualquier posibilidad de autocrítica– de la última elección: sin la unidad del peronismo no podrá lograrlo. Por eso, ahora se aviene a disputar las PASO que en 2017 le negó a Florencio Randazzo. Hay algo fundamental que increíblemente el círculo áulico que rodea a CFK no termina de asimilar: la idea de revivir los doce años de kirchnerato es inviable. Y ese es precisamente el objetivo de ese grupo. Por eso Alberto Fernández debe pasar largas horas explicándoles esa realidad a los militantes de La Cámpora, que se ilusionan con el regreso de CFK para poner en práctica algo que están esperando desde el mismísimo 10 de diciembre de 2015: la revancha. 

Producción periodística: Lucía Di Carlo



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miércoles, 20 de junio de 2018

Dante Caputo (1944 – 2018) Q.E.P.D. @dealgunamanera…

Dante Caputo (1944 – 2018) Q.E.P.D. 

A los 74 años, falleció el excanciller Dante Caputo. Fotografía: Twitter

Murió el excanciller Dante Caputo. Tenía 74 años y ocupó la Cancillería durante casi toda la presidencia de Raúl Alfonsín entre 1983 y 1989.

© Publicado el miércoles 20/06/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A los 74 años, el excanciller de Raúl Alfonsín, Dante Caputo, falleció este miércoles. Fue el único ministro del presidente radical que se mantuvo en el cargo durante los seis años de gobierno entre 1983 y 1989.

Su figura cobró notoriedad cuando firmó el Tratado de paz y amistad entre Argentina y Chile que dio fin al conflicto del Canal del Beagle, en cuyo curso mantuvo un histórico debate televisivo con el senador Vicente Saadi. 

Durante su gestión se concretaron los acuerdos con Uruguay y Brasil que constituyeron la base del Mercosur y en 1988 fue electo presidente de la 43.ª Asamblea General de Naciones Unidas.

En 1989 fue electo diputado nacional por la Unión Cívica Radical, y se desempeñó como vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. En 1995 abandona la UCR y crea el partido Nuevo Espacio, agrupación que se suma al FREPASO y es electo diputado nacional. En 1997 fue expulsado del radicalismo.

Durante 2005  fue enviado especial de la OEA en Nicaragua para restablecer el diálogo entre el Gobierno, los liberales y los sandinistas con motivo de a las elecciones presidenciales del año siguiente. Fue condecorado por el presidente Bolaños con la orden "José de Marcoleta en el grado de Gran Cruz", máxima distinción que otorga el Estado a un diplomático. De 2006 a 2009 fue Secretario para Asuntos Políticos de la OEA.

Desde 2011 a 2013 fue columnista semanal en asuntos internacionales del Diario Perfil. En 2016, Caputo propuso suspender el reclamo de soberanía argentino sobre las islas Malvinas hasta 2033, año en que se cumplen 200 años de la ocupación británica del archipiélago. 




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