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domingo, 15 de enero de 2017

Hablemos de la Radio... @dealgunamanera...

Reinvención de las radios y lucha por el rating…

Voces. Del Moro debutó en La 100 el 26 de diciembre. Sylvestre, el 30 de octubre en Radio 10. Foto: tucuna

Mitre continúa líder. La radio del Grupo Indalo sumó audiencia en la primera y segunda mañana, y está segunda en el ránking. Cayó el share de La Red, Del Plata, la 750 y Continental.

En el inicio de 2016, radio Del Plata ocupó el segundo puesto y envió a Radio 10 al tercer lugar, situación que duró hasta octubre. Cansado de conflictos sindicales por atrasos en los pagos de sueldos y en cuotas, Gustavo Sylvestre decidió mudarse a la primera mañana de la Diez. El mismo camino tomó Darío Villarruel (pasó a los fines de semana de la AM 710), y el último ciclo en apagar el micrófono fue el deportivo Fox Sports radio Del Plata, que esta temporada estará en radio Rivadavia. El share de diciembre de la AM 1030, fue de 10,9%, lo que evidencia la pérdida de oyentes para terminar en el cuarto puesto del dial.

Pareciera que Radio 10 ya tocó fondo y ahora empieza, lentamente, la etapa de resucitar. Los cambios de programación realizados en octubre y noviembre, con el arribo de Gustavo Sylvestre y la decisión de pasar a Roberto Navarro de la tarde a la segunda mañana, le trajeron público a la emisora del Grupo Indalo. Tras recuperar el segundo puesto en noviembre, Radio 10 siguió en levantada durante diciembre. Según Ibope Media, de lunes a domingo, subió de 13,3% a 14,1%, y de lunes a viernes pasó de 13,3% a 14,6%.

Su mayor crecimiento se focalizó en la franja de 6 a 10, con el ciclo Mañana Sylvestre (6 a 9) más una hora de El destape, ambos programas de fuerte ideología opositora. Allí, La Diez creció casi 4% (11,5% a 15,4%), y 1% más entre las 10 y 14 dupla conformada por El destape y Ángel del mediodía, con Baby Etchecopar.

Mitre no descansa. Continúa primera con 42,9% de lunes a domingos, y aumenta el share a 43,3%, de lunes a viernes, en donde gana en todos los horarios de su programación. Marcelo Longobardi (Cada mañana) triplica a Sylvestre con 48,8%, y Jorge Lanata (Lanata sin filtro) cerró el año liderando con 43,7%, lejos de Navarro y Etchecopar (15,2%), Luis Majul y Gustavo López (11%).

En el tercer escalafón está radio La Red con 11,4%. Luis Novaresio (más una hora de Majul) está cuarto en la primera mañana con 7,6%, mientras que Alejandro Fantino se encuentra tercero con 14,6%.

La AM 750 también logró un buen 2015, sustentado en su estrella Víctor Hugo Morales. En diciembre, la emisora propiedad del sindicato de los porteros, ocupó el quinto puesto con 6,5%. Su conductor estelar es el relator deportivo, en la segunda mañana. El uruguayo promedió por encima de la media de la emisora: 7,6% y ocupó el quinto escalafón. Continental, sexta, con 6,8%, séptima radio Rivadavia, 1,5%, y octava, radio Nacional, con 1,3%.

En tanto, las FM siguen creciendo. La 100 recuperó el primer puesto el último mes del 2016, de lunes a domingo, con 11,7% y segunda quedó Pop Radio 101.5 con 10,6. La FM del Grupo Clarín mantuvo la primera posición de lunes a viernes sobre la emisora del Grupo Indalo: 11,7% a 11,4%.

Santiago del Moro pasó del Grupo Indalo, empresa de Cristóbal López, a Clarín, y en diciembre, que no hizo el programa en la primera mañana de la Pop, provocó la caída: de 22,3 a 19,4%. El conductor empezó el 26 de diciembre en la FM 99.9. Mega 98.3, con Martín Ciccioli, completa el podio: 8%. Las siguen Aspen, 9,8%, cuarta radio Disney, 9,5%, y quinta Metro 95.1, 7,8%.

Beto Casella domina la segunda mañana (9 a 13) con Bien levantado, de La Pop con un promedio de 13,7%, segundo terminó el mes despedida de Lalo Mir y su Lalo por hecho, 12,1%, de La 100, y tercero Andy Kusnetzoff y Perros de la calle: 10,1%.


sábado, 25 de mayo de 2013

Todos presos… De Alguna Manera...


Todos presos…


Al ver lo que sucede con Lázaro Báez, aquellos que se enriquecieron gracias al kirchnerismo activaron sus planes de contingencia. Enfrentan el mismo riesgo –ir todos presos si este gobierno termina mal– pero no son todos lo mismo. Están los que ya habían hecho fortuna antes de la llegada de los K y la multiplicaron (Cristóbal López, Eskenazi o Cirigliano), y los que proporcionalmente poseían tanto menos que hoy, o casi nada, que se podría decir que hicieron su fortuna con los Kirchner (Lázaro Báez, Szpolski o Rudy Ulloa).

Las aspiraciones de cada grupo son lógicamente distintas y están en proporción a sus recursos. En El Padrino III, los Corleone, después de haberse hecho millonarios con los casinos, tratan de legitimarse invirtiendo en empresas normales, se internacionalizan y patrocinan a artistas y sujetos de prestigio social.

Cristóbal López tiene una trayectoria empresaria y la comparación con El Padrino es injusta, pero la necesidad de cambiar su imagen de “rey del juego” frente a la sociedad es la misma. Y su técnica también es parecida: usar las ganancias de los casinos para comprar otras actividades que reduzcan la importancia del juego en el total de sus negocios, extranjerizar la sociedad que concentrará todos su bienes y contratar artistas que le derramen su imagen positiva.

Pero Cristóbal López corre el riesgo de lograr lo opuesto a lo buscado porque no es lo mismo asociarse con Tinelli (o casarse con una celebridad) que comprar medios con contenidos periodísticos como C5N y Radio 10. Una cosa es el entretenimiento y otra el periodismo; ambos géneros pueden usar cámaras y micrófonos pero no tienen mucho que ver. Al quedarse con C5N y Radio 10, Cristóbal López aumentó su riesgo político en lugar de reducirlo porque, además de reprochársele enriquecimiento por favoritismo del kirchnerismo, se le reprochará censura a periodistas, echar a Longobardi y poner al servicio K los medios de Hadad para algo más que hacer oficialismo. El tener medios periodísticos (“fierros mediáticos” en la visión oficialista) puede resultarle tanto el escudo antibalas que lo salve como ser un foco que, iluminando su exposición, le agregue pesares.

Tampoco parece muy inexpugnable, ante eventuales futuras venganzas anti K, la estructura financiera con la que su mano derecha, Fabián de Sousa, pretendió explicar de dónde sacarían los dólares para comprar Petrobras Argentina si hubieran aprobado su oferta (ver página 3). Justificar que sería con créditos de bancos encendió la sospecha de lo que se llama back to back: autopréstamos donde lo que hace el banco es  sólo darle un crédito por la misma cantidad que el deudor tiene depositada como plata propia en el mismo banco.
Y el riesgo país se mantiene porque, así como nadie puede en Argentina comprar dólares para pagar inversiones, nadie podría descartar que la prohibición a las empresas de girar sus utilidades al exterior pudiera en el futuro ampliarse a los pagos de los créditos. Si fuera tan fácil conseguir hoy préstamos bancarios de casi 1.000 millones de dólares a tasas de interés pagables para la explotación petrolera en Argentina, YPF tendría otra estrategia. La señal de que anticipaba el post kirchnerismo surgió cuando De Sousa, junto con el modo de financiación de una eventual compra de Petrobras Argentina, anunció que el grupo de empresas de Cristóbal López saldría a la Bolsa justo antes de las elecciones de 2015: “Dentro de 18 o 24 meses”. Si parte de las acciones de sus casinos están en manos de muchos inversores esparcidos por el mundo, se le hará más difícil a un futuro gobierno declarar nulos los decretos de Kirchner favoreciendo a sus empresas.

Otro elemento en común que comparten Lázaro Báez y Cristóbal López (y en esto se diferenció siempre Eskenazi) es el de haberse escondido de la prensa durante años con la excusa de preservar su intimidad a niveles que no coinciden con la visibilidad de sus realizaciones, alimentando una imagen yabranesca. Y como le pasó a Yabrán, cuando no les queda alternativa y salen a mostrarse, todo lo que hacen es leído por la audiencia en su contra porque la comunicación tiene leyes donde la acumulación juega papeles determinantes. Si quien nunca se mostró y construyó una figura hermética de pronto sale a exhibirse, genera sospechas de que algo extraordinario está sucediendo y, en lugar de transmitir la normalidad de alguien que no se esconde, metacomunica escándalo.

La vinoteca de Lázaro Báez es un buen ejemplo. Creer o no creer es un acto de fe para la audiencia y no una suma de evidencias. Cuando la gente se cansa de un gobierno y quiere creer, cree aunque se le muestren indicios de lo contrario. Y viceversa en los momentos de romance con su gobierno, no cree nada malo aunque se le pongan pruebas frente a sus ojos.

Pero hay diferencias no sólo patrimoniales sino también operativas entre los negocios de Lázaro Báez y Cristóbal López. Báez es obra pública; terminado este gobierno, tendrá que remar cada futura licitación. En cambio, los casinos de Cristóbal López tienen concesiones que trascienden largamente el año 2015. Su amenaza reside en que el humor de la población se torne tan antikirchnerista que los políticos de entonces precisen apelar a chivos expiatorios que calmen socialmente.

Siendo dueño de medios, tendrá siempre una carta negociadora frente a políticos de otro signo a quienes ofrecerles apoyo a cambio de protección. Pero el uso de los medios de comunicación para otros fines fue tan debatido durante la década kirchnerista que quizá tampoco eso le alcance.
Hay ejemplos de reconversión, como el de Manzano, pero tuvieron que pasar veinte años del Robo para la corona, el libro emblemático del menemismo que escribió Verbitsky, además de suerte, mucha paciencia y laboriosidad, para dejar atrás aquel pasado que siempre lo acecha como una espada de Damocles.

De los tres que eran ricos antes de 2003, dos ya quedaron heridos: Cirigliano y Eskenazi. Lo mismo: de los tres que no eran ricos antes de la llegada del kichnerismo, dos ya cayeron en desgracia: Lázaro Báez y Rudy Ulloa. Todos por distintos motivos.

Quedan Cristóbal López y Szpolski que, a pesar de las asimetrías del tamaño de sus empresas y del origen pre K, los une que ambos acumularon medios de comunicación durante el kirchnerismo. ¿Serán los medios el salvoconducto para sobrevivir el post kirchnerismo? ¿O serán un acelerador de lo contrario?

El final está abierto, del juego sólo participan personas que no tienen aversión al riesgo sino que, a juzgar por sus comportamientos, hasta gozan surfeando tsunamis. Del otro lado de 2015 puede estar la cosecha o el desierto. Faltan casi mil días (930 para el 10 de diciembre de 2015), habrá subas y bajas en esta montaña rusa.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 24 de febrero de 2013

Tinelli K… ¿Tinelli K…?... De Alguna Manera...


Tinelli K… 
 
 Anticipo. El 27 de enero, la tapa de Perfil destacó la consecuencia electoral del programa.

Hace un mes, la tapa de Perfil anticipó que en 2013 Tinelli volvía con el “Bailando de los políticos” y las obvias consecuencias electorales que implicaba. Si en los próximos días termina confirmándose que Tinelli le vende su empresa, Ideas del Sur, a Cristóbal López por 40 millones de dólares, habría que concluir que el anuncio del programa funcionó como un aviso para lograr comprador y subirse el precio. Para colmo, usufructuando gratis a Adrián Suar como protagonista de su aviso, porque fue a mediados de enero que el propio director artístico de El Trece lo anunció por radio para que luego recién Tinelli saliera a confirmarlo por Twitter. De concluir así, Maquiavelo sería un poroto frente a Tinelli.

Hace ocho años Tinelli se fue de Telefe casualmente porque Telefónica quería reducir sus costos, y ahora regresaría con mejores condiciones que entonces, además habiendo multiplicado su inversión en Ideas del Sur por cuatro: de los 10 millones de dólares que le costaron el edificio y sus instalaciones a los 40 millones de la hipotética venta a Cristóbal López.

En el camino, Tinelli había dejado a Hadad sin destino en Canal 9 en 2005 y ahora podría ganarle al mismísimo Grupo Clarín, algo que ninguno de sus socios había logrado antes.

Las vidas paralelas de Tinelli y Hadad merecen un párrafo. Juntos compraron Radio 10 en los 90, juntos exploraron la viabilidad de Canal 9 a comienzos de la década pasada, y cada uno por su lado vendería su empresa en alrededor de 40 millones de dólares a Cristóbal López.

Que Tinelli y Hadad terminaran vendiendo sus empresas simultáneamente podría ser una señal de algo más que las propias circunstancias de ambos. Podría indicar que es el Estado, con su publicidad oficial, el gran asignador de recursos del sistema de medios y el que finalmente decide con su apoyo o discriminación el progreso o la decadencia de cualquier medio. El mayor mérito de Editorial Perfil, que padece lo segundo desde hace diez años, es que lo sobrevive.

Para que el lector tenga una idea de qué significa económicamente congraciarse o no con el Gobierno, vale repasar los datos de la inversión de publicidad oficial durante el año 2012. Sólo en medios gráficos (en TV los montos se multiplican por cinco), los diarios de Vila-Manzano de diferentes provincias argentinas recibieron casi 100 millones de pesos; una cifra muy parecida recibió Szpolski por sus medios gráficos, mientras que Página/12, Crónica y Ambito Financiero recibieron alrededor de 50 millones de pesos cada uno.

Imagine, lector, desde 2003 –diez años de discriminación con la publicidad oficial–, a los valores actuales de Szpolski, Editorial Perfil dejó de recibir 100 millones por año, 1.000 millones de pesos durante esta década. Vale recalcar que, además, la cantidad de ejemplares de las publicaciones de Editorial Perfil, según lo certifica el centro de informaciones de la Asociación de Editores de Revistas, es doce veces mayor que el de la suma de las publicaciones de Szpolski durante el mismo período.

Con esos 1.000 millones de pesos de publicidad oficial, o 200 millones de dólares a la cotización oficial actual, se podría comprar cinco veces Ideas del Sur o la propia Telefe. Ese es el costo de no alinearse con el Gobierno, precio que –de consumarse la venta de Ideas del Sur a Cristóbal López– no desea pagar Tinelli.

El Trece poco se puede quejar de que Telefe reciba las ventajas de contar con Tinelli sin mucho esfuerzo, porque también el Grupo Clarín gozó de recibir a Tinelli en bandeja cuando el Gobierno era su aliado en 2006. Por intermedio de Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete y simultáneamente operador de Clarín en el kirchnerismo, Tinelli dejó el Canal 9 de Hadad para pasar a El Trece. Ese fue el comienzo del fin de Hadad en la televisión abierta.

Pero a pesar de ciertas coincidencias en tiempos, montos y compradores, Hadad y Tinelli se diferencian en que el primero arma empresas y, aunque mucho no le guste, está dispuesto a bancar pérdidas. A Tinelli sólo le gustan los negocios, algo diferente a las empresas. En los negocios, quien invierte no asume responsabilidades de largo plazo, ni el pago de sueldos de mucho personal, ni los conflictos con los sindicatos. El empresario es prisionero de todo de lo que el comerciante o inversor escapa. A Tinelli no le gusta perder a nada, y no hay empresario a quien no le toque enfrentar pérdidas de vez en cuando. Tinelli es un divo; un empresario es alguien –en algún sentido, y aunque suene paradójico– más humilde.

Si Cristóbal López compra Ideas del Sur, ¿habrá un Tinelli K? Tiendo a creer que nunca habrá un Tinelli que no sea tinellista, alguien que en cada circunstancia maximice el valor posible tomando la mejor opción, como un gran comerciante.

Tinelli, no sólo por su fama sino por su darwinismo, en la política sería tan exitoso como en el espectáculo. Pero él está más cómodo así, gana más plata, no tiene tanto menos poder y se hace mucho menos problema.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 24/02/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 23 de diciembre de 2012

Como entender la crisis actual... De Alguna Manera...

Impunidad y pobreza…

ICONOGRAFÍA DEL EXPOLIO. Dibujo: Pablo Temes.

La mezcla da un cóctel explosivo, con el Gobierno como gran responsable. Los desatinos. Longobardi, otro caso de censura.

Fue como una pesadilla. Las imágenes de los saqueos que se extendieron a varios puntos del país nos trajeron los peores recuerdos de aquellos dramáticos momentos que la Argentina padeció a fines de 2001. Nadie sabe a ciencia cierta quiénes estuvieron detrás de estas acciones que, en muchos casos, demostraron responder a algo organizado. Lo cierto es que en Bariloche, por ejemplo, el intendente advirtió al gobernador de Río Negro que algo de esto podía pasar si no apuraban el envío de bolsones con comida para atender a los sectores más postergados de ese lugar. El reclamo no fue atendido y allí estuvo la excusa para generar hechos que siempre deben ser condenados, pero a los que hay que analizar en superficie y en profundidad. No todos robaban comida. Muchos se llevaron electrodomésticos. Lo hicieron con total desparpajo y hasta con cierta tranquilidad, a la vista de todos. En Villa Gobernador Gálvez los que saqueaban y los empleados y propietarios de los comercios que eran saqueados se conocían. Robar para comer puede responder a una circunstancia de necesidad extrema. Robar electrodomésticos es, lisa y llanamente, un delito. Surgen dos realidades que dieron marco a estos hechos: una es la pobreza; la otra, la falta de respeto a la ley.

La pobreza y la exclusión siguen siendo parte de un paisaje social que está muy lejos del ámbito bucólico que el Gobierno pretende dibujar de la Argentina. Por eso las palabras del jefe de Gabinete, Juan Abal Medina –cuando el viernes dijo que “quieren frenar el gran momento que vive la Argentina”– exhiben la desconexión que existe entre el “relato” del Gobierno y la realidad.

El crecimiento de las villas de emergencia es un dato incontrovertible que es visible a la mirada del ciudadano de a pie. En Bariloche, por tomar el suceso originario de estas revueltas, es el caso del asentamiento de el Alto. Viven allí 30 mil almas sobre un total de 130 mil que habitan la ciudad. Es decir que casi el 25% de la población se nuclea en ese caserío que se ha transformado en tierra de nadie. La ausencia del Estado allí es estrepitosa y ha convertido el lugar en guarida de delincuentes que complican la vida de la mayoría de gente honesta que reside allí. Lo peor es que, lejos de disminuir, el Alto crece en forma imparable. Es lo que pasa en otros asentamientos en el resto del país. En Capital, el ejemplo más relevante es el de la Villa 31. No es el único; los otros, menos visibles, como la Villa 1-11-14, la Rodrigo Bueno y Ciudad Oculta, son lugares en los que la ecuación se repite. En Rosario están los asentamientos del Gran Rosario, en continua expansión.

En esos ámbitos, el reinado de los planes asistenciales del Gobierno es absoluto. Y éste será uno de los “grandes legados” que dejará el kirchnerismo para el futuro. Es una de las contradicciones más flagrantes que exhibe el oficialismo que, tras una década de permanencia en el poder con un fenomenal crecimiento económico, no ha logrado erradicar estos nichos crecientes de pobreza.

Esto constituye un ejemplo claro de populismo y no de progresismo. Y sobre esto debería anoticiarse también la oposición, si algún día quiere llegar a gobernar el país con logros mejores. En el populismo, los pobres tienen más cosas y reciben asistencia permanente por parte del Estado, pero ninguna de ellas les permite superar su condición de pobres. En el progresismo, en cambio, es la movilidad social ascendente la que impera, esencial para hacer realidad el objetivo de que las personas sean dueñas de su destino.

Los hechos de estas horas le muestran al Gobierno que su insistencia en dibujar los índices de inflación y de pobreza que padece el país constituye una porfía sin destino, ya que un día todo ese castillo de arena es demolido por la realidad. En la Babel de Olivos no hay idea del deterioro que la inflación está causando en el bolsillo de los que menos tienen.

Lo que también hubo fue una desatención de informes de inteligencia y de autoridades municipales que alertaron sobre la factibilidad de estos hechos. ¿En el Ejecutivo esto se ignoró o directamente no interesó?

Los que se llevaron electrodomésticos a la vista de todos actuaron como si estuvieran haciendo la apología de la impunidad. Alguien los empujó a actuar así. Mucha de la gente que vive condenada a la pobreza eterna ve cómo, en esos lugares de miseria, se comercia políticamente con sus necesidades. Ve cómo el puntero político y su entorno lucran con la carencia del otro. Esa corruptela devastadora se palpa por doquier. Y, por supuesto, está la corrupción impune del Gobierno que también ahí se ve. Dado que las fuerzas policiales no saben bien qué hacer ni cómo actuar, todo se hace más fácil para los agitadores del caos y el desorden.

Cristina Fernández de Kirchner, que se quejaba en su último Aló Presidenta de la desprotección que padecen los efectivos policiales, debería reflexionar sobre cuánta es su responsabilidad para haber llegado a esto. En la Argentina pendular vamos de las policías brutales a las policías ineficaces.

En este marco, Cristóbal López, una de las luminarias del empresariado K, echó a Marcelo Longobardi de Radio 10 y de C5N. Marcelo, líder de la primera mañana radial, tenía un contrato vigente hasta el año 2016. En un verdadero “sincericidio”, el señor López hizo saber que la decisión de echarlo tenía que ver con “visiones diferentes” (sic) de la realidad. La brutal medida tiene dos objetivos: sacarse de encima la voz de un periodista que molesta al Gobierno y dejarlo sin aire para 2013, un año electoral. 

Es la réplica exacta de lo que me sucedió a mí en 2009 cuando Electroingeniería le compró Radio del Plata a Marcelo Tinelli. Lo ocurrido con Longobardi deja al descubierto dos situaciones: una, la intolerancia del Gobierno hacia los periodistas que ejercen su profesión con una visión crítica de la realidad; la otra, el propósito final de la Ley de Medios que no es otro que la destrucción del Grupo Clarín y la conformación de un multimedios K en el cual sólo haya lugar para las voces afines al oficialismo. Así pues, el caso de Longobardi, a quien hago llegar mi absoluta solidaridad, es un paso más en pos del “vamos por todos y por todo”, operativo que Fernández de Kirchner puso en marcha en el mismo momento que reasumió el poder, el 10 de diciembre de 2011.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.