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domingo, 10 de mayo de 2015

Marcelo Tinelli: el regreso del indomable… @dealgunamanera...

Marcelo Tinelli: el regreso del indomable…


Mañana vuelve a El Trece con "ShowMatch". Dijo que nadie le baja línea y que la mirada ajena lo tiene sin cuidado. Y habló de amor, hijos y política.

Camino a la entrevista con Marcelo Tinelli ante un nuevo regreso de ShowMatch (es la temporada número 25 y la décima del Bailando la que comienza mañana a las 22.30 por El Trece), uno sabe que son muchos los tópicos que no pueden  faltar. Más allá de las novedades del programa, que las hay y muchas, Tinelli fue noticia en los últimos tiempos por otros temas: su deseo de ser presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), su posible candidatura a la gobernación de Buenos Aires, su separación y posterior reconciliación con Guillermina Valdés, sus desencuentros (que tuvieron correlato en las hijas de ambos) con Diego Maradona y más.
A diferencia de notas anteriores, hechas siempre en la sala de reuniones de su productora Ideas del Sur, Tinelli elige esta vez un bar -distinguido, pero un sitio público al fin- de la avenida Figueroa Alcorta. Jeans, campera, botas, pullover y pañuelo (todo en negro), se detendrá en cada uno de los temas, aunque le generen una pizca, bien disimulada, de incomodidad. Y dejará en el grabador frases con destino de títulos: “A mí nadie me bajó línea nunca”, “La mirada de los otros me tiene sin cuidado”, “Jamás nadie me dijo lo que tengo que hacer”. Un Tinelli dispuesto a decir sus verdades, consciente de que pueden creerle o no, pero deseoso de hacerlas escuchar.
¿Cómo va a ser el Bailando 2015?
Tenemos 27 parejas fuertes. Y que abarcan una paleta de colores importantes. Vamos a tener humor, buenos bailarines, alguna gente relacionada a la política. Personajes excéntricos y exóticos, un extranjero como Ergün Demir (Ali Kemal, de Las mil y una noches). Además, con Ángel de Brito, un periodista picante, agregamos el quinto jurado, porque el año pasado hubo algunas definiciones muy difíciles, que quedaban empatadas dos a dos. Y a pedido de Polino agregamos el cero en las calificaciones, aunque a algún participante le pareció discriminatorio.
A Fernando Burlando, el abogado que este año baila...
Sí, es raro recibir una carta documento de un participante, pero él está convencido y argumenta que un cero sería por no presentarse. Pero el cero va a estar.
Este año los escándalos empezaron antes que el programa. ¿Qué clase de Bailando esperás?
Nunca tengo claro qué va a pasar ni una expectativa de algo. Para mí es un gran show de improvisación en el piso. Con los humoristas más o menos sé que van a hacer. Freddy Villarreal va a aparecer como Onur (también de Las mil y una noches). Pero con el resto  de los participantes no tengo relación antes del programa y trato de no tenerla. Sólo los vi cuando hicimos la foto de apertura. Si me junto con ellos antes del Bailando, sé que me pueden condicionar aún sin quererlo, diciéndome que les gustaría hablar de tal o cual cosa.
¿De las 27 parejas, cuántas elegiste vos personalmente?
La producción me propone una lista larga y yo voy eligiendo uno a uno. Son decisiones mías. Te pongo el ejemplo de (Alberto) Samid. Cuando abrió su cadena de hamburgueserías Mac Rey, leí una nota tremenda en Clarín. El periodista le pregunta si no sentía que era una copia de Mc Donalds. Y él, que es peleador y te la sigue hasta el final, le contesta “¿copia de qué?”. “Y, en el nombre, Mac Rey es como Mc Donalds”, dice con lógica el periodista. “Mac no es por Mc Donalds -cierra Samid-. Puede ser ‘Malvinas argentinas, carajo’ o ‘Mauro andá a cagar’”. La respuesta me pareció antológica y me dije que era un personaje para el Bailando. Hablé con él, lo convencí, y está súper embalado. Va a poner un carrito de venta de hamburguesas en la puerta de Ideas del Sur, todo para beneficencia.
El hecho de tener personajes tan mediáticos y varios con problemas en la Justicia, ¿te plantea cosas como por ejemplo “con Agustina Kämpfer no hablo de Boudou”; o “con Gisela Bernal no hablo de la paternidad sí o no de Ariel Diwan”?
Yo tengo respeto por las personas con las que voy a hablar. Si hay algún tema que las incomoda, no soy yo quien va a indagar de ese tema. Lo que no puedo garantizar es que una persona que esté en el jurado o en otro lado le pueda preguntar algo. Con esto no lo estoy liberando. Pero yo no puedo decirle a Polino ni a nadie “de esto no se habla”. Jamás lo hice. Por supuesto que con respeto le puedo preguntar a Agustina por Boudou o a Gisela por Diwan. Después me dirán que no quieren hablar y para mí está todo bien. No hay nada pautado.
¿Lo mismo pasa con los tres candidatos a presidente (Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa) que van a estar mañana en el programa?
Lo mismo. Son los tres candidatos principales a presidente y nos parece bueno tenerlos. Charla abierta y un tiempo parejo para cada uno. Y ojo, me gustaría que vinieran también con sus mujeres. La invitación para que vengan con ellas está cursada. Vamos a ver si aceptan o no.
La charla sale de la televisión y pasa a la política. Tinelli cuenta que evaluó la posibilidad de ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. “No fue una propuesta de Daniel (por Scioli), sino de gente cercana a él”. Sí, sin embargo, se comunicó con Scioli para decirle que sentía que no era el momento de hacerlo. “Tengo ganas de participar en cosas más sociales, no en un cargo ejecutivo. De hecho, estamos armando con el doctor Facundo Manes una fundación para trabajar en la nutrición de los chicos. No sólo darles un plato de comida, sino trabajar también en lo cognitivo y lo afectivo. Vamos a convocar al doctor Abel Albino, de Mendoza, y me gustaría que también esté Manu Ginóbili, que se va a enterar por esta nota. Viajar a los lugares, estar con los chicos. En la parte afectiva yo siento que puedo colaborar mucho, ya que los chicos me conocen por mi rol en la tele”.
¿Cambiando el tema, fue un alivio para vos haber vendido Ideas?
Para mí no cambió nada. Tengo una parte minoritaria de Ideas, pero sigo siendo dueño. Tengo la misma oficina, sigo dirigiendo la parte artística. En la diaria no me cambió nada.
¿Tenés que rendir cuentas?
Rinden cuentas los gerentes al directorio y yo soy parte del directorio.
¿Cómo es tu relación con Cristóbal López, el dueño mayoritario?
Buena, nos vemos poco, pero tenemos buena relación. Nos vemos por ahí en la cancha, porque es de San Lorenzo. Y también con su hijo, que también ayudó en el club.
¿Te pone límites? El año pasado se habló de que te pidieron que no te metas con los hijos de la presidente.
Jamás me dijeron nada. Nadie me dice lo que tengo que hacer o lo que no tengo que hacer. Nunca tuve una bajada de línea. Como tampoco la he tenido cuando teníamos de socio al Grupo Clarín. En lo que yo entro, es por decisión propia. Y en lo que no entro, también.
¿Cómo está tu relación con Maradona? ¿Se enojó porque su ex Verónica Ojeda estará en el Bailando?
De mi parte, tengo la mejor con Diego. No me hizo llegar ningún fastidio por la participación de Verónica. Me pareció que ella es una persona atractiva para el programa, pero en ningún momento fue para hacerle mal a Diego.
¿Y la pelea por Twitter entre Gianinna, Dalma y tu hija Candelaria de esta semana? Gianinna habló de la boca falsa de Cande.
Fue una pavada. Una carita mal interpretada. Pero Dalma y Cande, que son dos personas sensibles y coherentes, supieron entenderse. Insisto, yo tengo la mejor con ellas dos y a Claudia Villafañe la adoro.
Nos quedaría hablar del corazón.
Ando bien del corazón. El último examen me dio bien, llegué hasta casi 200 de frecuencia cardíaca en el examen de fuerza.
Me alegro. Pero me refiero a que volviste con Guillermina. Alguien puede decir: se separan cuando ella estrena obra y vuelven cuando él debuta con el programa...
Corre por cuenta de quien lo piensa, está en todo su derecho. Pero mi vida no la manejo de acuerdo a lanzamientos o como arranquen las obras de teatro o los programas.
Pero hubo una ruptura y una reconciliación.
Hubo una separación y hoy estamos en un buen momento de la pareja, sin ponerle rótulo ni título ni nada. Los dos sentimos mucho amor y estamos transitando una linda etapa, tratando de estar mejor.
¿Cómo es lo de no convivir, pero vivir a algunos pocos pisos de distancia de tu mujer?
Tiene su pro y sus contras. Por un lado, digo que fue una idea brillante que surgió de Guillermina, porque ella además de Lolo tiene tres hijos de su anterior matrimonio y quería tener su intimidad; y yo tengo viviendo conmigo tres (barra cuatro, porque Juanita se queda con nosotros varias veces por semana). Así cada uno conservaba su espacio y está bueno. Pero a veces tenés ganas de estar más tiempo con tu pareja y, bueno, estamos en casas diferentes. Pero ojo, yo no sé si hoy se puede pensar en una familia ensamblada de ocho hijos. Hoy no está planteado de esta manera. La verdad es que valoro y agradezco que Guillermina haya tenido la valentía de decirme esto, porque creo que yo jamás hubiera animado a decirle “vamos a vivir en departamentos diferentes”. Cuando tuvimos un hijo, lo primero que yo le hubiera dicho es “vamos a vivir juntos”. Me parece lo lógico. Cuando ella me dijo esto, pensé: “Guau, qué mujer”.
¿Y Lolo se acostumbra?
Y, ya conoce los ascensores. Si recurrimos a las cámaras de seguridad del edificio, es un reality. Siempre jodemos con Guille por eso. Yo bajo en pijamas, descalzo. Vamos de un piso al otro. Y Lolo sube, baja, viene. Cuando se queda a dormir en casa, la pelea entre mis hijos y yo es con quién duerme. Todos lo queremos tener.
¿Hasta cuándo te parece que da el formato del Bailando?
No lo sé. Es un formato flexible, que permite humor, gente que cante, un partido de fútbol. Y también es cierto que en algunos países, una vez por semana y durante cuatro meses, duró mucho menos. Y acá va cuatro veces por semana durante ocho o nueve meses y llevamos diez años. Sería un hipócrita si te dijera que no me planteo hasta cuándo seguirá, pero yo voy de año a año.
¿Con qué número de rating te sentirías conforme?
El año pasado dije 20 puntos y no me equivoqué. Este año la tele está un poco más baja, creo que un promedio de 18 puntos al año estaría bien. Me gusta el paquete de El Trece para la noche, con Esperanza mía, Las mil y una noches y ShowMatch. Pero la competencia este año también va a ser fuerte.
El sueño de dirigir una ficción
Tinelli confirma que este año volverá a hacer ficción, y que además de producir, dirigirá. “Lo haré con Nacho Lecouna, y le ofrecí a mi hijo Francisco, que estudia Imagen y Sonido, que esté en la producción”.
No revela ni nombre ni trama, pero sí confía que “la historia está” y que los guionistas ya están en carpeta. “Es una historia chiquita pero linda. Tengo ganas de volver un poco a la ficción con la que arranqué, algo como Okupas, aunque no en la temática urbana o marginal”.
Y con respecto a tomar el rol de director, asegura que es un gusto que se quiere sacar alguna vez. “Sé poner el ojo, pero por ahí nunca lo he hecho así. Lo que sí me gusta mucho es trabajar con actores. Voy a estar ahí y a tratar de aprender mientras que lo esté haciendo. Por supuesto que si fuera un ciclo de entretenimientos lo podría hacer perfectamente. Ahí veo claramente por dónde ir. Pero esto me gusta. Me gusta ver cine. Me fijo mucho en los directores”.
Serán 13 capítulos, aún sin canal, pero la idea es ofrecérselo a El Trece. “Con el primero que voy a hablar es con Adrián (Suar). Él ya tiene su propia productora de ficción, pero yo quiero ofrecérselo a él. Y después vemos, canales seguramente va a haber, porque es un buen proyecto, con actores diferentes para cada capítulo”, termina.
La fórmula del éxito pasa por hacer
El inicio del ShowMatch de mañana tendrá a Tinelli emulando a la película Forrest Gump y viajando por distintos lugares del país, en una producción a la que se sumaron famosos como Graciela Borges, Juana Viale, Nico Repetto y Maravilla Martínez, entre más. Lujos que puede darse Tinelli, con una exitosa carrera de más de 25 años.
Consultado por la fórmula del éxito, se asombra y esboza su teoría. “Así como soy exitoso en algunas cosas, he tenido fracasos en otras. Pero para mí es un camino más que una fórmula. Todo lo que hago lo hago con muchísimo entusiasmo, es como un motor que tengo siempre. Puedo mirar una película y decir si me gustó. Pero prefiero ser protagonista de esa película, de las cosas”.
Y dice que eso también le está pasando con el país. “Quiero ir metiéndome más e ir ayudando más, con los riesgos que eso implica, porque cuanto más te metés, más críticas podés tener. Pero la mirada del otro me tiene sin cuidado, en el sentido de que cuando hacés es lógico que haya gente a la que le guste y a la que no. Y entonces, para mí la fórmula del éxito es hacer lo que te gusta. Y se los digo a mis hijos: aunque haya un montón de trabas, no renieguen de lo que les gusta. No sé si es más dinero o menos dinero. No tiene que pasar por lo económico. Si vos hacés lo que te gusta, tarde o temprano, el éxito lo vas a tener”.
Soñando por el gran sillón del fútbol
El tema que desvela a Tinelli es la presidencia de la AFA. “Sería para las próximas elecciones, de septiembre, si mi grupo de trabajo siente que soy yo la persona, me voy a presentar. Mi trabajo en San Lorenzo creo que me avala”, dice.
Aunque algunos dirigentes del fútbol dicen que no le da la antigüedad para presentarse, Tinelli cree que sí: “Y hay un grupo importante de juristas que dice lo mismo. Quiero una AFA integradora, que les dé importancia a los clubes de ascenso. Que haya más ingresos para los clubes. Ingresos mixtos, del Estado y de la parte privada. Teniendo a Messi en la selección y la selección que tenemos, creo que no hay un techo. Que el potencial es mucho. Siento que ahí puedo aportar”.

© Escrito por Walter Domínguez el domingo 10/05/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 14 de diciembre de 2013

País Cristóbal... De Alguna Manera...


País Cristóbal...

La espalda. Tinelli, metáfora de una Argentina excesiva. Foto: Cedoc

El goce busca su límite. Si no lo encuentra, se transforma en perverso y autodestructivo. Al revés de lo que sucede en muchos países, en la Argentina los excesos no son rechazados  sino aceptados y hasta valorados. Eso indica nuestro estadío evolutivo.

Las costumbres cambian con las generaciones. Mientras que para los mayores tatuarse es señal de autoflagelación, para los menores de 35 años es algo normal. No hay nada grave en ello. Pero una cosa son algunos tatuajes y otra es tatuarse todo el cuerpo.

Es la falta de medida lo que transforma el goce en perversión, o a la virtud en defecto. Y los argentinos tenemos una marcada tendencia a transformar en siniestro lo sublime. Pero lo que es monstruoso para algunos puede ser bello para otros y lo importante –nuevamente– son las proporciones de los colectivos sociales, porque si lo excesivo es atractivo para un grupo proporcionalmente muy numeroso, las formas de hacer la política y la economía también serán excesivas.

Se podría enhebrar en un arbitrario hilo conductor la espalda de Tinelli, las miles de máquinas tragamonedas que Cristóbal López tiene en el Hipódromo ubicado en la zona más acaudalada de Buenos Aires, con la osadía de Néstor Kirchner, el solipsismo de Maradona, los ciudadanos normales transformados en una horda primitiva que van a saquear a sus propios vecinos y los policías convertidos en extorsionadores. Todos, dentro de sus posibilidades e intereses, practican alguna forma de goce del no límite.

Aclarando que Tinelli tiene todo el derecho de hacer con su cuerpo lo que quiera y ninguna responsabilidad con los otros hechos enumerados, hice esa asociación libre porque estando de viaje en el exterior recién vi la foto de su espalda tatuada al regresar, el lunes pasado, el mismo día en que el Gobierno de la Nación y el de la Ciudad de Buenos Aires le condonaban a Cristóbal López una deuda tributaria por sus casinos y que a la noche comenzaba en Tucumán el más grave de los saqueos por falta de policías (dicen los tucumanos que fueron peor que los de 2001/2002).

Me resultó obsceno que justo a quien gana dinero sin riesgos con casinos –lo que le permite comprar los medios de Hadad y de Tinelli– se lo exima del pago de impuestos reclamado. Me resultó una metáfora de país excesivo, de país transgresor (no es casual que sea el único del mundo donde Cuevana inventó un Netflix gratis), un “País Cristóbal”. Este empresario de crecimiento sideralmente llamativo no es el único que aspiró a la alquimia de transformar plomo en oro, porque con una trayectoria distinta los Eskenazi “compraron” YPF sin dinero.

Pero Cristóbal es el más exitoso de esta época excesiva, tanto que hasta se arriesga a adquirir medios de comunicación y subir su exposición pública sin detenerse a considerar los riesgos de estar pidiéndo demasiado a la tolerancia cívica. La que un día, cansada, pueda terminar reclamando la estatización de los casinos y que su nombre se convierta en sinónimo de aspiración de impunidad, como acabó siendo el de Yabrán.

Nadie compra la radio número uno del país para echar  al conductor del programa más exitoso del horario que concentraba la mayor facturación publicitaria –como hizo Cristóbal López con Longobardi– si su actividad empresaria en los medios de comunicación fuera genuina. Es tan obsceno como la condonación de los impuestos que reclamaba el Gobierno de la Ciudad. Y es evidente que ambos hechos están concatenados porque debido al alto poder de lobby (cuando se los usa pacíficamente) o de extorsión (cuando se los usa violentamente) los medios de comunicación no deberían pertenecer a quienes tengan alguna clase de negocios regulados por el Estado, para que su influencia no sea utilizada en contra del patrimonio común de toda la sociedad.

Una grave omisión de la Ley de Medios, que expresamente prohíbe que sean sus propietarios personas con determinados negocios con el Estado, es el haber dejado fuera de esa prohibición a los casinos, el más rentable de todos ellos.

Pero no solo a los dueños de casinos: salvo los prestadores de servicios públicos (telefonía de línea, gas, luz, agua y recolección de residuos) erróneamente no están limitados a ser titulares de medios de comunicación tampoco los contratistas del Estado (Electroingeniería con Radio del Plata y Canal 360, por ejemplo), y los titulares de una concesión petrolera (Manzano con Grupo Uno, por caso) o concesión de peajes en rutas (como el propio Cristóbal López, además de los casinos).

Si apropiándose de los medios de comunicación los poderosos consiguen cobertura para sacar más del Estado y de lo público, de alguna forma saquean el patrimonio de todos y se baja el umbral moral de toda la sociedad. Así, el saqueo de un electrodoméstico, aunque falaz y arbitrariamente, se autojustifica en “quien roba a un ladrón (por todos los que tienen) tiene cien años de perdón”.

Tanto la mafia como el Ejército de Salvación y todos los grupos tienen cosas que están bien y cosas que están mal. Siempre hay una moral, por más discutible que esta sea, aún en forma de códigos. Y siempre es construida por el ejemplo de las prácticas de los más visibles de cada estamento. Si los amigos de los gobiernos utilizan su poder de lobby y extorsión, ¿por qué los policías no usarían entonces su poder extorsivo para mejorar sus beneficios? Si todo es cuestión de poder, la fuerza es un gran poder. Y hasta podría ser el mayor poder.

Cristóbal López, probablemente el hombre que más se enriqueció en la era kirchnerista, viendo los saqueos y la extorsión policial de estos días, debería reflexionar sobre la conveniencia de ganar todas las apuestas en el casino de su propia vida. La falta de límite puede llevar al más vivo a la autodestrucción.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 14/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 25 de mayo de 2013

Todos presos… De Alguna Manera...


Todos presos…


Al ver lo que sucede con Lázaro Báez, aquellos que se enriquecieron gracias al kirchnerismo activaron sus planes de contingencia. Enfrentan el mismo riesgo –ir todos presos si este gobierno termina mal– pero no son todos lo mismo. Están los que ya habían hecho fortuna antes de la llegada de los K y la multiplicaron (Cristóbal López, Eskenazi o Cirigliano), y los que proporcionalmente poseían tanto menos que hoy, o casi nada, que se podría decir que hicieron su fortuna con los Kirchner (Lázaro Báez, Szpolski o Rudy Ulloa).

Las aspiraciones de cada grupo son lógicamente distintas y están en proporción a sus recursos. En El Padrino III, los Corleone, después de haberse hecho millonarios con los casinos, tratan de legitimarse invirtiendo en empresas normales, se internacionalizan y patrocinan a artistas y sujetos de prestigio social.

Cristóbal López tiene una trayectoria empresaria y la comparación con El Padrino es injusta, pero la necesidad de cambiar su imagen de “rey del juego” frente a la sociedad es la misma. Y su técnica también es parecida: usar las ganancias de los casinos para comprar otras actividades que reduzcan la importancia del juego en el total de sus negocios, extranjerizar la sociedad que concentrará todos su bienes y contratar artistas que le derramen su imagen positiva.

Pero Cristóbal López corre el riesgo de lograr lo opuesto a lo buscado porque no es lo mismo asociarse con Tinelli (o casarse con una celebridad) que comprar medios con contenidos periodísticos como C5N y Radio 10. Una cosa es el entretenimiento y otra el periodismo; ambos géneros pueden usar cámaras y micrófonos pero no tienen mucho que ver. Al quedarse con C5N y Radio 10, Cristóbal López aumentó su riesgo político en lugar de reducirlo porque, además de reprochársele enriquecimiento por favoritismo del kirchnerismo, se le reprochará censura a periodistas, echar a Longobardi y poner al servicio K los medios de Hadad para algo más que hacer oficialismo. El tener medios periodísticos (“fierros mediáticos” en la visión oficialista) puede resultarle tanto el escudo antibalas que lo salve como ser un foco que, iluminando su exposición, le agregue pesares.

Tampoco parece muy inexpugnable, ante eventuales futuras venganzas anti K, la estructura financiera con la que su mano derecha, Fabián de Sousa, pretendió explicar de dónde sacarían los dólares para comprar Petrobras Argentina si hubieran aprobado su oferta (ver página 3). Justificar que sería con créditos de bancos encendió la sospecha de lo que se llama back to back: autopréstamos donde lo que hace el banco es  sólo darle un crédito por la misma cantidad que el deudor tiene depositada como plata propia en el mismo banco.
Y el riesgo país se mantiene porque, así como nadie puede en Argentina comprar dólares para pagar inversiones, nadie podría descartar que la prohibición a las empresas de girar sus utilidades al exterior pudiera en el futuro ampliarse a los pagos de los créditos. Si fuera tan fácil conseguir hoy préstamos bancarios de casi 1.000 millones de dólares a tasas de interés pagables para la explotación petrolera en Argentina, YPF tendría otra estrategia. La señal de que anticipaba el post kirchnerismo surgió cuando De Sousa, junto con el modo de financiación de una eventual compra de Petrobras Argentina, anunció que el grupo de empresas de Cristóbal López saldría a la Bolsa justo antes de las elecciones de 2015: “Dentro de 18 o 24 meses”. Si parte de las acciones de sus casinos están en manos de muchos inversores esparcidos por el mundo, se le hará más difícil a un futuro gobierno declarar nulos los decretos de Kirchner favoreciendo a sus empresas.

Otro elemento en común que comparten Lázaro Báez y Cristóbal López (y en esto se diferenció siempre Eskenazi) es el de haberse escondido de la prensa durante años con la excusa de preservar su intimidad a niveles que no coinciden con la visibilidad de sus realizaciones, alimentando una imagen yabranesca. Y como le pasó a Yabrán, cuando no les queda alternativa y salen a mostrarse, todo lo que hacen es leído por la audiencia en su contra porque la comunicación tiene leyes donde la acumulación juega papeles determinantes. Si quien nunca se mostró y construyó una figura hermética de pronto sale a exhibirse, genera sospechas de que algo extraordinario está sucediendo y, en lugar de transmitir la normalidad de alguien que no se esconde, metacomunica escándalo.

La vinoteca de Lázaro Báez es un buen ejemplo. Creer o no creer es un acto de fe para la audiencia y no una suma de evidencias. Cuando la gente se cansa de un gobierno y quiere creer, cree aunque se le muestren indicios de lo contrario. Y viceversa en los momentos de romance con su gobierno, no cree nada malo aunque se le pongan pruebas frente a sus ojos.

Pero hay diferencias no sólo patrimoniales sino también operativas entre los negocios de Lázaro Báez y Cristóbal López. Báez es obra pública; terminado este gobierno, tendrá que remar cada futura licitación. En cambio, los casinos de Cristóbal López tienen concesiones que trascienden largamente el año 2015. Su amenaza reside en que el humor de la población se torne tan antikirchnerista que los políticos de entonces precisen apelar a chivos expiatorios que calmen socialmente.

Siendo dueño de medios, tendrá siempre una carta negociadora frente a políticos de otro signo a quienes ofrecerles apoyo a cambio de protección. Pero el uso de los medios de comunicación para otros fines fue tan debatido durante la década kirchnerista que quizá tampoco eso le alcance.
Hay ejemplos de reconversión, como el de Manzano, pero tuvieron que pasar veinte años del Robo para la corona, el libro emblemático del menemismo que escribió Verbitsky, además de suerte, mucha paciencia y laboriosidad, para dejar atrás aquel pasado que siempre lo acecha como una espada de Damocles.

De los tres que eran ricos antes de 2003, dos ya quedaron heridos: Cirigliano y Eskenazi. Lo mismo: de los tres que no eran ricos antes de la llegada del kichnerismo, dos ya cayeron en desgracia: Lázaro Báez y Rudy Ulloa. Todos por distintos motivos.

Quedan Cristóbal López y Szpolski que, a pesar de las asimetrías del tamaño de sus empresas y del origen pre K, los une que ambos acumularon medios de comunicación durante el kirchnerismo. ¿Serán los medios el salvoconducto para sobrevivir el post kirchnerismo? ¿O serán un acelerador de lo contrario?

El final está abierto, del juego sólo participan personas que no tienen aversión al riesgo sino que, a juzgar por sus comportamientos, hasta gozan surfeando tsunamis. Del otro lado de 2015 puede estar la cosecha o el desierto. Faltan casi mil días (930 para el 10 de diciembre de 2015), habrá subas y bajas en esta montaña rusa.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 24 de febrero de 2013

Tinelli K… ¿Tinelli K…?... De Alguna Manera...


Tinelli K… 
 
 Anticipo. El 27 de enero, la tapa de Perfil destacó la consecuencia electoral del programa.

Hace un mes, la tapa de Perfil anticipó que en 2013 Tinelli volvía con el “Bailando de los políticos” y las obvias consecuencias electorales que implicaba. Si en los próximos días termina confirmándose que Tinelli le vende su empresa, Ideas del Sur, a Cristóbal López por 40 millones de dólares, habría que concluir que el anuncio del programa funcionó como un aviso para lograr comprador y subirse el precio. Para colmo, usufructuando gratis a Adrián Suar como protagonista de su aviso, porque fue a mediados de enero que el propio director artístico de El Trece lo anunció por radio para que luego recién Tinelli saliera a confirmarlo por Twitter. De concluir así, Maquiavelo sería un poroto frente a Tinelli.

Hace ocho años Tinelli se fue de Telefe casualmente porque Telefónica quería reducir sus costos, y ahora regresaría con mejores condiciones que entonces, además habiendo multiplicado su inversión en Ideas del Sur por cuatro: de los 10 millones de dólares que le costaron el edificio y sus instalaciones a los 40 millones de la hipotética venta a Cristóbal López.

En el camino, Tinelli había dejado a Hadad sin destino en Canal 9 en 2005 y ahora podría ganarle al mismísimo Grupo Clarín, algo que ninguno de sus socios había logrado antes.

Las vidas paralelas de Tinelli y Hadad merecen un párrafo. Juntos compraron Radio 10 en los 90, juntos exploraron la viabilidad de Canal 9 a comienzos de la década pasada, y cada uno por su lado vendería su empresa en alrededor de 40 millones de dólares a Cristóbal López.

Que Tinelli y Hadad terminaran vendiendo sus empresas simultáneamente podría ser una señal de algo más que las propias circunstancias de ambos. Podría indicar que es el Estado, con su publicidad oficial, el gran asignador de recursos del sistema de medios y el que finalmente decide con su apoyo o discriminación el progreso o la decadencia de cualquier medio. El mayor mérito de Editorial Perfil, que padece lo segundo desde hace diez años, es que lo sobrevive.

Para que el lector tenga una idea de qué significa económicamente congraciarse o no con el Gobierno, vale repasar los datos de la inversión de publicidad oficial durante el año 2012. Sólo en medios gráficos (en TV los montos se multiplican por cinco), los diarios de Vila-Manzano de diferentes provincias argentinas recibieron casi 100 millones de pesos; una cifra muy parecida recibió Szpolski por sus medios gráficos, mientras que Página/12, Crónica y Ambito Financiero recibieron alrededor de 50 millones de pesos cada uno.

Imagine, lector, desde 2003 –diez años de discriminación con la publicidad oficial–, a los valores actuales de Szpolski, Editorial Perfil dejó de recibir 100 millones por año, 1.000 millones de pesos durante esta década. Vale recalcar que, además, la cantidad de ejemplares de las publicaciones de Editorial Perfil, según lo certifica el centro de informaciones de la Asociación de Editores de Revistas, es doce veces mayor que el de la suma de las publicaciones de Szpolski durante el mismo período.

Con esos 1.000 millones de pesos de publicidad oficial, o 200 millones de dólares a la cotización oficial actual, se podría comprar cinco veces Ideas del Sur o la propia Telefe. Ese es el costo de no alinearse con el Gobierno, precio que –de consumarse la venta de Ideas del Sur a Cristóbal López– no desea pagar Tinelli.

El Trece poco se puede quejar de que Telefe reciba las ventajas de contar con Tinelli sin mucho esfuerzo, porque también el Grupo Clarín gozó de recibir a Tinelli en bandeja cuando el Gobierno era su aliado en 2006. Por intermedio de Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete y simultáneamente operador de Clarín en el kirchnerismo, Tinelli dejó el Canal 9 de Hadad para pasar a El Trece. Ese fue el comienzo del fin de Hadad en la televisión abierta.

Pero a pesar de ciertas coincidencias en tiempos, montos y compradores, Hadad y Tinelli se diferencian en que el primero arma empresas y, aunque mucho no le guste, está dispuesto a bancar pérdidas. A Tinelli sólo le gustan los negocios, algo diferente a las empresas. En los negocios, quien invierte no asume responsabilidades de largo plazo, ni el pago de sueldos de mucho personal, ni los conflictos con los sindicatos. El empresario es prisionero de todo de lo que el comerciante o inversor escapa. A Tinelli no le gusta perder a nada, y no hay empresario a quien no le toque enfrentar pérdidas de vez en cuando. Tinelli es un divo; un empresario es alguien –en algún sentido, y aunque suene paradójico– más humilde.

Si Cristóbal López compra Ideas del Sur, ¿habrá un Tinelli K? Tiendo a creer que nunca habrá un Tinelli que no sea tinellista, alguien que en cada circunstancia maximice el valor posible tomando la mejor opción, como un gran comerciante.

Tinelli, no sólo por su fama sino por su darwinismo, en la política sería tan exitoso como en el espectáculo. Pero él está más cómodo así, gana más plata, no tiene tanto menos poder y se hace mucho menos problema.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 24/02/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.