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domingo, 5 de noviembre de 2023

Partido Socialista. Apoyo a Sergio Massa en el Ballotage... @dealgunamaneraok...

Mónica Fein sobre la decisión de apoyar a Sergio Massa en el balotaje: 
“No nos hicimos kirchneristas”...


La máxima autoridad del Partido Socialista expresó en detalle las razones por las que se negaron a acompañar a Javier Milei en los próximos comicios en los que se definirá quien será el sucesor de Alberto Fernández.

© Publicado el  jueves 02/11/2023 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. Fuente: www.canalnet.tv

En una nueva edición de ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?, Ernesto Tenembaum y todo su equipo se refirieron a una de las noticias que conmocionó al mundo de la política en los últimos tiempos y que tuvo como protagonista a la política argentina Mónica Fein, quien durante la jornada del miércoles rompió con la neutralidad que caracteriza al Partido Socialista al que pertenece  y le solicitó a sus adeptos que en la próxima instancia de balotaje voten por Sergio Massa.

Ante ello desde el programa radial se pusieron en contacto con la referente política quien se refirió a lo sucedido recordando a su compañero Guillermo Estévez Boero, en donde expresó: “La verdad es que siempre lo recordamos con mucha alegría porque Estévez Boero era un gran dirigente político que hoy hubiera estado seguramente explicando esto porque nos enseñó que lo más importante para generar debate político, para generar una alternativa política, es defender la democracia y eso es lo que hizo ayer el Partido Socialista, en un comité nacional con todas las corrientes de opinión”.

Asimismo la política indicó: “También estaba Roy Cortina, otra corriente de opinión con el ex gobernador Antonio Fay de Santa Fe, bueno por unanimidad resolvimos que ante la existencia de Milei, ante el planteo de Milei que consideramos autoritario antidemocrático, llamamos a votar a Sergio Massa“, sentenció Fein.

Asimismo la titular del Partido Socialista se refirió a las críticas recibidas por optar por apoyar la candidatura del gobierno peronista en donde resaltó: ”Queremos decir Ernesto que seguimos siendo oposición en nuestra fuerza política, no cambiamos nuestra postura, vos lo decías hace muy poquito les ganamos en Santa Fe al kirchnerismo y somos parte de ese gobierno y de esa coalición política”.

No obstante, Mónica señaló. “La verdad es que somos muy críticos a esta realidad que hemos llegado de inseguridad, de falta de perspectiva, la verdad es que somos muy críticos y hacemos responsables tanto a Macri como a los gobernantes de la fuerza política que gobernó 12 de estos años, entonces no cambiamos nuestra postura, no nos hicimos kirchneristas ni estamos en UxP, es otra nuestra posición”.   

Nuestro Comité Ejecutivo Nacional, por unanimidad, ante el riesgo para la democracia que representa la candidatura presidencial de Javier Milei, convoca a votar a Sergio Massa en el balotaje del próximo 19/11.




    

domingo, 23 de octubre de 2022

Las peligrosísimas imprecisiones y vaguedades de Mauricio Macri... @dealgunamaneraok...

 Las peligrosísimas imprecisiones y vaguedades de Mauricio Macri...



El ex presidente Mauricio Macri. Fotografía: Nicolás Stulberg.

En todas sus intervenciones, el ex presidente es muy enfático cuando se trata de despotricar contra el kirchnerismo y el populismo. Pero, ¿qué va a hacer cuando llegue al poder, si es que le toca? ¿Cuáles serán las medidas concretas?

© Escrito por Ernesto Tenembaum el domingo 23/10/2022 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Hace muy poquito tiempo, apenas siete años, la sociedad argentina -o una enorme parte de ella- estaba cansada de 
Cristina Kirchner. En todos los estudios de opinión se expresaba una mayoritaria voluntad de cambio. Luego de un trabajo constante, valiente y muy esforzado, Mauricio Macri logró transformarse en la expresión política de ese deseo. Así, llegó a Presidente de la Nación. Algo parecido intenta ahora. En cada una de sus apariciones vocifera en contra del actual estado de cosas. Se trata de un método que ya le funcionó hace unos años. ¿Por qué no iría a funcionarle ahora que la voluntad de cambio es mucho más fuerte?

En aquel 2015, Macri también era bastante 
ambiguo respecto de lo que haría cuando llegara al poder. Casi nadie le preguntaba demasiado, porque la sociedad privilegiaba su necesidad de cambio. Y a él no le convenía ser muy preciso. Al fin y al cabo, el deseo de cambio unía desde Hugo Moyano hasta Elisa Carrió. Las precisiones, en cambio, podían dividirle al electorado. Sin embargo, había algo que tenía en claro: eliminaría el control de cambios -el famoso cepo- apenas asumiera. El “cepo” era un símbolo rechazado por los argentinos y el candidato se aprovechaba de eso para consolidar votos.

Mucha gente seria le advirtió que no lo hiciera. Los escépticos tenían argumentos muy razonables. Existía una demanda de 
dólares que había sido reprimida durante cuatro años. Si levantaba el cepo los dólares volarían y él tendría que tomar deuda a corto plazo y alto interés para cubrir el bache. Ese escenario sería explosivo. Ante cualquier inconveniente, habría una corrida. Macri respondía que él generaría la confianza necesaria para que eso no ocurriera.

Se confirmaron los peores vaticinios. No fue casualidad. Fue una 
catástrofe muy previsible. Había mucho material escrito sobre qué ocurre cuando se elimina livianamente un régimen de control de cambios. Solo era cuestión de escuchar a economistas diferentes a aquellos que creen que todo se resuelve con un “presupuesto equilibrado”, esos que el prestigioso director de Fiel, Fernando Navajas, describe como “monetaristas de una sola neurona”.

Dado ese antecedente, la pregunta es obvia: ¿la Argentina no estará por 
repetir esa experiencia? ¿Hay algún elemento que permita deducir que, esta vez, las cosas se están pensando con más seriedad?

Alfonso Prat-Gay, ministro de Economía de Cambiemos, juntos al ex presidente Mauricio Macri y al ex jefe de Gabinete Marcos Peña (AP)

En todas sus intervenciones, Macri es muy enfático cuando se trata de despotricar contra el kirchnerismo, denunciar la falacia de las ideas progresistas, luchar por lo que él define como libertad y contra el populismo. De esta manera, intenta interpretar, como en aquel entonces, el espíritu de la época. Pero, ¿qué va a hacer cuando llegue al poder, si es que le toca? ¿Cuáles serán las medidas concretas? ¿Cómo lo va a hacer?

En la gira mediática que hizo para presentar su libro, el ex presidente ofreció indicios preocupantes. En una entrevista con Jonatan Viale, Macri explicaba con soltura que la Argentina no puede vivir con tantos tipos de cambio, que así nadie va a invertir nunca y que en un país normal hay un solo tipo de cambio.

Cierto.

Viale entonces le preguntó:

-Si unificás el tipo de cambio quiere decir que vas a devaluar el oficial. O sea: si ustedes son Gobierno, ¿eso quiere decir que va a haber una devaluación?

Era una pregunta sencilla para un hombre con tanta experiencia. Se trataba apenas de responder con un monosílabo: sí o no. Tal vez con una aclaración posterior. La respuesta completa de Macri es muy ilustrativa de que algunos temas centrales no están resueltos.

-Primero hay que restablecer la confianza con una idea clara de lo que vamos a hacer…

Así arrancó: de la devaluación, nada.

--…Por eso el “para qué” (muestra la tapa de su libro titulado de esa manera)…¿Para qué vas a usar el poder? Para que se sepa que vamos a lograr en la Argentina tener un presupuesto sano. Eso significa que no vamos a gastar más de lo que ingresa…

¿Y el dólar, ingeniero? ¿Qué va a hacer con el dólar?

Para qué, el segundo libro de Mauricio Macri 

Sigue Macri:

--…Vamos a cobrar impuestos razonables. Vamos a hacer una emergencia laboral para que la gente pueda entrar al mercado en blanco. Hoy más de la mitad de la gente está en negro…

Eso, sin duda, es un problema. Pero no era la pregunta.

Continúa el candidato:

--…Acá siguen defendiendo el privilegio de unos poquitos dejando afuera a una mayoría de argentinos. Y vamos a tratar de tener una justicia ordenada porque nadie va a invertir en un país si un juez laboral saca un fallo que hunde a una Pyme. Y eso pasa todos los días. Entonces todas esas cosas las tenemos que arreglar…

A estas alturas ya era inútil tener la esperanza de que Macri iba a aclarar cómo unificaría el tipo de cambio.

Pero él seguía:

--…Dejame decirte una cosa. De vuelta, para la positividad. He viajado mucho por Medio Oriente. He viajado por los Estados Unidos, por Europa, en China mantengo las relaciones…

Ajá.

--…Todos siguen pensando, más después de la guerra, que una zona de paz como América Latina para proveerse de alimentos y energías es estratégica. Ahora: no están dispuestos a darnos más plata para que despilfarremos el dinero en corruptelas, no están dispuestos a poner plata en un país donde ellos, sus ciudadanos se ajustan el cinturón y nosotros no estamos dispuestos a pagar las tarifas que corresponden. Están dispuestos a financiar a un país con gente normal…

Macri hizo, como quien dice, un gran firulete pero evitó responder un planteo sencillo y definitorio. Si el cepo está mal, ¿va a 
unificar? ¿eso significa que va a devaluar? Es un problema complejísimo: si no unifica deberá seguir conviviendo con múltiples tipos de cambio; si lo hace la inflación puede ser tremenda. Por eso son necesarias más explicaciones. Algo más que eso al menos. Un pequeño esfuerzo que aclare, al menos, que entiende el problema, que reconozca que no basta con principios generales para gobernar.

-El levantamiento del cepo: ¿inmediato? ¿A mediano plazo?
—le preguntó Diego Shenkman unos días después.

Macri hizo una pausa.

-Va a depender de…de qué…de cuál es la situación de partida, de cuál es el apoyo externo que se va a tener, que va a ser poco…y además, de cuan profundo sea el…el…el…el vértice…o la fuerza fiscal, ¿no? Nosotros tenemos que lograr el equilibrio fiscal en el momento cero. No puede esperarse gradualmente. Eso tiene que ser desde el momento cero. Nosotros tenemos que decirle al mundo que nos curamos. No somos más borrachos.

Recorrida de Mauricio Macri junto al diputado Cristian Ritondo por San Nicolás

Pareciera ser, entonces, que si no hay dólares, Macri no levantaría el cepo. Pero, entonces, sería necesario explicar cómo se conseguirían esos dólares y en cuánto tiempo. Las cosas, como se ve, se empiezan a complejizar. No son tan sencillas. Al parecer, además, Macri vincula el levantamiento del cepo con el equilibrio fiscal. Si no hay déficit, eso generaría confianza y eso permitiría levantar el cepo. ¿Será así? Hay economistas muy serios que no ven una relación tan lineal entre ambas cosas. ¿No sería mejor explicarlo mejor?

Hay otro problema con las propuestas generales de Macri. Esta misma semana, el mundo se estremeció con la renuncia de 
Elizabet Truss como primera ministra británica, apenas 45 días después de haber asumido el cargo. Para conseguir su nombramiento, Truss propuso una drástica reducción de los impuestos, entre ellos, de los impuestos a las personas más ricas (“impuestos razonables”, en la jerga de Macri) y un “presupuesto equilibrado”. En un célebre debate, su competidor -el ex ministro de Finanzas conservador, Rishi Sunak- se burló: “Pero Liz, si haces eso, van a subir las tasas de interés y vas a mandar a la quiebra a miles de familia”. Liz no escuchó, como Macri en el 2015 al levantar el cepo y, al mismo tiempo, reducir las retenciones. Los mercados reaccionaron violentamente cuando percibieron los efectos fiscales del recorte de impuestos. Subió la tasa de interés. La libra se devaluó. Truss renunció.

Lograr un 
presupuesto equilibrado –mucho más en un marco de reducción de impuestos- es una operación muy sofisticada, que puede salir mal. Truss ahora, como Macri entonces, asumieron con una retórica pro mercado pero fueron abandonados, justamente, por los mercados. Si un gobierno recorta gastos puede ocurrir que provoque una recesión y que eso reduzca la recaudación. Así las cosas, no se reduciría el déficit: sería una medida dolorosa e inútil a la vez. Macri propone en su último libro abrir la economía y que las empresas que no puedan competir cierren. “Ya les dimos demasiado tiempo”, advirtió. “No puede ser que los argentinos paguen precios más altos porque las industrias son ineficientes”. Eso significaría que habría que importar lo que se dejaría de producir acá. Pero no hay dólares. ¿Y entonces?

Las 
imprecisiones vaguedades de Macri además, aparecen en todos los ámbitos. Macri explicó, por ejemplo, que hay que darles más facultades a las Fuerzas Armadas para que los “pseudomapuches” no interfieran con el desarrollo de Vaca Muerta. Es confuso: Vaca Muerta está viviendo en estos meses un proceso de crecimiento explosivo. Nadie está frenando eso. O sea, que mandaría militares para solucionar a tiros un conflicto que, al menos en los términos en que lo plantea, no existe.

Macri dijo que se pone a llorar cada vez que ve cómo los jóvenes argentinos se van al exterior. “Antes del 2019 se iban los narcos, ahora se van ellos”, dijo. Desde la dirección de Migraciones le respondieron con estadísticas concretas. Antes del 2015, emigraban 50 personas por día, ahora solo 18.

Tal vez esos números estén fraguados.

Puede ser que Macri tenga razón.

O no.

Pero, ¿Cuáles son sus números concretos?

Ninguno.

El libro que acaba de publicar Macri es un ejemplo muy elocuente de esas limitaciones. En la anteúltima página (258) se lee textualmente: “He dejado para el final el tema de la 
educación porque es el más importante de todos”. Pero le dedica apenas un párrafo de 10 líneas. Su experiencia en la presidencia de Boca Juniors, en cambio, mereció 80 páginas. Apenas diez páginas, en cambio, alcanzan para que Macri explique todo lo que hay que hacer en el país. En ningún lugar el libro da cuenta de las dificultades, de la complejidad de cada medida, de las posibilidades de que, aún con las mejores intenciones, todo termine con más inflación y más pobreza, como sucedió en su mandato anterior. Tal vez no tuvo ganas de dedicarle mayor esfuerzo. Seguramente le resultaban más atractivas las anécdotas que compartió con Riquelme, Palermo, Bianchi o el eterno ajuste de cuentas con su padre ya fallecido. Las páginas pasan y pasan. Macri está siempre en el centro de la escena como un líder inteligente, tolerante, humano, con capacidad de aprendizaje. Pero en ese recorrido el país, sus problemas, sus desafíos aparecen apenas como telón de fondo.

Mauricio Macri, ex presidente de la Nación

En este contexto, hay una oración que ubica a Macri en uno de los lugares más extremos de la historia del pensamiento capitalista. Javier Milei aún no llegó tan lejos. Los debates serios acerca de la participación del Estado en la economía han sido siempre muy complejos porque las economías capitalistas, en general, son mixtas. El ejemplo clásico para disuadir a las concepciones más opuestas a la participación estatal es el chileno, donde el Estado es el principal exportador de cobre. Sin embargo, es cierto que algunos teóricos consideran que el Estado solo debería tener cuatro funciones: salud, seguridad, justicia y educación. Macri va aún más allá que ellos. Escribe textualmente: “Pasar de la lógica de un Estado paternalista a uno que se ocupe solo de sus funciones esenciales como son la seguridad, la educación y la justicia requiere un apoyo profundo y un compromiso explícito por parte de los ciudadanos”. ¿No falta una de las funciones esenciales? ¿No se olvidó de la salud pública? ¿Cuál sería la propuesta concreta? ¿Qué se desmantelen todos los servicios de salud que brinda el Estado? ¿No merece un poquito más de desarrollo una idea tan novedosa? ¿Lo haría el primer día como sugiere que hay que hacer todo?

Durante una campaña electoral, es sencillo evitar respuestas complicadas y reemplazarlas por esloganes y banderas ideológicas. Si se quiere, es una de los elementos que se le atribuyen habitualmente al 
populismo, sea de derecha –como en este caso- o de izquierda. Se elige un enemigo real o ficticio y se lo ataca. Eso llena páginas y páginas de libros y minutos y minutos de entrevistas. El enemigo tal cosa y tal otra. Pero, después, llega el momento de gobernar y pasan cosas. Ahora, ¿no será al revés? ¿No ocurrirá que esas heroicas banderas se levantan como una cortina de humo para no tener que explicar demasiado lo que va a hacer?

En las últimas décadas, la Argentina ha pagado un costo muy alto por votar a personas que llegaban con discursos a favor de la justicia social y la distribución del ingreso, pero no sabían cómo alcanzar esos objetivos y provocaban un desastre. Y a otras que llegaban proponiendo construir una economía normal que asegurara la estabilidad y el crecimiento, pero tampoco tenían idea de cómo llegar hasta allí y provocaban otro desastre. Cada tantos años, los argentinos votamos a unos para sacarse de encima a los otros, o viceversa. Siempre con el mismo resultado.

Macri quiere volver al poder envuelto en banderas antipopulistas.

Pero cuando le preguntan qué va hacer con el dólar responde que ha viajado mucho por Medio Oriente.

Qué tranquilidad.


    

martes, 6 de septiembre de 2022

Tristeza. A los 91 años murió Magdalena Ruiz Guiñazú, una leyenda del periodismo argentino… @dealgunamaneraok...

 A los 91 años murió Magdalena Ruiz Guiñazú, una leyenda del periodismo argentino…


Miembro de la Academia Nacional de Periodismo, defensora de la prensa libre y sinónimo de compromiso con los derechos humanos, la periodista argentina, que comenzó desde abajo y descolló en todos los formatos de su oficio, fue un referente entre sus pares y una de las mujeres más influyentes y capacitadas del país.

© Escrito por Mónica Martín el martes 06/09/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.

Magdalena Ruiz Guiñazú 
falleció a los 91 años, pero siempre será para sus pares, los oyentes, los lectores y los telespectadores que siguieron su extensa y nutrida carrera periodística, “la” periodista argentina.

Aunque ya fuera una profesional consagrada, Magdalena nunca se retiró a disfrutar de los incontables logros de su carrera, y le encantaba seguir siendo un emblema del periodismo “de trinchera” que se animaba a todos los gobiernos y formatos informativos.  

Konex en mano, dos potencias se saludan: Magdalena Ruiz Guiñazú fue una asidua visitante de Almorzando con Mirta Legrand. 

Hija de María Celina Ortiz Basualdo y de un diplomático, Enrique Guiñazú, una infancia políglota sobre algodones, con viajes, buenos colegios y visión de mundo, no le impidió a Magdalena Ruiz Guiñazú elegir una vocación dura y exigente que la obligaba a empezar desde abajo, como cualquiera que busca hacerse su lugar por méritos propios. 

Aunque quisiera ser humilde, siempre se destacó: Magdalena Ruiz Guiñazú fue de las pocas periodistas que, en vivo, podía saltar de una entrevista en italiano a otra en francés o inglés. Magdalena analizaba una obra de teatro, soltaba su lectura política, opinaba sobre el FMI, hablaba de ciencia y, a la vez, compartía en voz alta su amplia experiencia cultural recorriendo el mundo. 

Magdalena Ruíz Guiñazú en la comitiva que acompañó al Papa Juan Pablo II. 


Magdalena Ruiz Guiñazú fue tanto movilera de Cacho Fontana en Radio Rivadavia como miembro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), el organismo que presidió el escritor Ernesto Sábato, en 1984 para recibir denuncias sobre violaciones de derechos humanos y desaparición de personas durante la dictadura militar de los años 1976 a 1983. 


Con 33 nominaciones a los Premios Martín Fierro (14 de ellos ganados) y elegida por voto popular la “Mujer del Año 1983”, nadie le podría negar que siempre fue una periodista de carácter –y más de una vez sus entrevistas en vivo lo dejaron en claro-.

Magdalena, a secas, como todos la conocían, no sólo era miembro de la Academia Nacional de Periodismo sino que había sido galardonada respectivamente por el Senado de la Nación (2013) y la Cámara de Diputados (2014). 

 


Magdalena Ruíz Guiñazú durante un móvil con el Padre Mujica.


Magdalena Ruíz Guiñazú durante Liza Minelli.

 


Marcelo Zlotogwiazda, Ernesto Tenembaum y Magdalena Ruíz Guiñazú.

 


Magdalena Ruíz Guiñazú, junto a Jorge Lanata.

Por su defensa de los derechos humanos y la libertad de prensa, Magdalena fue premiada en Francia con la Legión de Honor 1994; también condecorada con la Orden de Mérito en Francia, Italia y Polonia. Como si no bastara, mereció el Gran Premio a la Trayectoria de Vida otorgado por International Women's Media Foundation.


Distinción de Honor de la Universidad de Harvard y el Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos (1987), Gran Premio a la Trayectoria de Vida  (IWMF's Lifetime Achievement Award, 2003), Gran Premio SIP a la Libertad de Prensa» por su «Excelencia periodística 2013, Tres Premios Konex (1991, 1997 y 2007), dos Santa Clara de Asís, un San Gabriel y varios Premios Prensario y Broadcasting… mencionar a todos sería casi imposible. Ella misma hubiera dicho: "¡no quiero olvidarme de nadie!”.... Pero cuesta no perder el hilo, si apenas se cuenta con el 10% de su memoria prodigiosa.
 


Magdalena Ruiz Guiñazú, primus inter pares.

Magdalena Ruiz Guiñazú fue un emblema del periodismo argentino. 


Aunque mencionar todos sus lauros dejaría al cronista sin aliento, los premios están y seguirán siendo el testimonio vivo de su éxito y repercusión. El problema serán sus seguidores radiales de siempre... porque a ellos sí los espera una sensación de orfandad. Hablo de esos -entre los que me incluyo- a los que hizo madrugar durante tantos años en Radio Continental, Belgrano y Mitre, para escuchar su clásico veredicto meteorológico antes de hacerlos correr al placard para elegir “traje de oso o de libélula”, para enfrentar bien pertrechados la sensación térmica nacional de las 6 am. 

O mejor aún, seguiremos esperando los compases de “Singing in the rain” para ponerle al mal tiempo buena cara o, en realidad -ya lo sabíamos- su dosis de nostalgia en su estudiada pausa antes de volver al micrófono y poner cada cosa en su lugar. 

Magdalena tempranísimo, Dos en la noticia, La vuelta con Magdalena, Magdalena entrevistas fueron algunos de sus ciclos memorables. Desde hace unos años era la estrella radial de los sábados en Radio Mitre, con Magdalena y la noticia deseada, ciclo que lideraba -que aún continúa en el aire- acompañada por Miguel y Nicolás Wiñazki. 

Magdalena Ruiz Guiñazú fue distinguida como ciudadana ilustre de Buenos Aires 

Magdalena cronista

Tenía 19 años cuando atravesó la puerta más estrecha del periodismo de base, la de cronista; es decir, la del periodista combatiente. Y fue en serio, porque un matrimonio ni cinco hijos le impidieron volver definitivamente al frente, en 1972, tras algunas lógicas intermitencias mientras reacomodaba su vocación y una familia numerosa. 


Magdalena Ruiz Guiñazú protagonizó una vasta carrera. Sólo en Premios Martín Fierro, recibió 33 nominaciones.
 

 
Magdalena Ruíz Guiñazú con su Premio Perfil.  

Multipremiada en Argentina, Estados Unidos, Francia, Polonia... 

Cuando se mira para atrás, es difícil dejar de pensar cuánto disfrutó de lo que hacía: “trabajar con Cacho Fontana fue una experiencia fascinante. No solamente porque en su programa de Radio Rivadavia había inaugurado la era de los móviles con los que cubríamos la información muy rápidamente, sino que nuestra llegada era precedida por el aviso de una sirena que atronaba el vecindario y suscitaba el interés de miles de oyentes”, recordó al aire, cuando el eterno Cacho Fontana la tuvo como invitada de lujo en su regreso a Radio Nacional, en julio de 2019, para celebrar el 82º aniversario de la emisora. 

“Primero en llegar y último en irse, Cacho tenía el don de adelantarse a los acontecimientos. Por ejemplo, cuando trajo al país "la máquina de mirar" que era una video-cassetera que reemplazó las antiguas y enormes cámaras que los operadores transportaban a hombro, y cuyas imágenes debían pasar por el laboratorio a través de una película. La "máquina de mirar", en cambio, trabajaba con casetes que podían ir directamente al aire”, prosiguió Magdalena Ruiz Guiñazú mientras Fontana, asentía con la cabeza. 

Ambos compartieron otro hito de la televisión argentina, Video Show, el ciclo que inauguró la 1º transmisión de la tevé en color en el país, en 1978. 

Su carrera lo reunió varias veces con Cacho Fontana. 

“Cuando el papa Juan Pablo II cruzó la Cortina de Hierro para visitar su Polonia natal, Cacho me llamó varios meses antes y con mucha tranquilidad me dio las siguientes instrucciones: "Mirá, el Papa va a Polonia que está bajo las autoridades soviéticas y va a ser un viaje histórico. Tenés que estar allí", recordó Magdalena con memoria inquebrantable.

"¡Pero, Cacho! -argumenté preocupada-, ¡hay 2.500 periodistas en lista de espera para participar en ese viaje!". Cacho no se inmutó: "Mirá -explicó-, como faltan varios meses, vos ahora te vas a Roma, trabás relación con la Oficina de Prensa de El Vaticano y les insistís hasta que nos consigan dos lugares, para vos y el camarógrafo, en el avión papal. Van varios aviones con gente de prensa, pero vos tenés que estar en el que viaja Juan Pablo II", hilvanó puntillosamente Magdalena, que no sólo logró la nota sino también acompañó al Papa en el regreso a su país natal, una cobertura que le valió una distinción al Mérito en Polonia.

De todos modos, no siempre fue fácil. Cuando trabajaba con Juan Antonio Carrizo, en canal 7, el secretario de Prensa de la presidenta Isabel Perón la despidió por considerarla “prescindible”, amparándose en una flamante y curiosa Ley de Prescindibilidad. 


Sus días arrancaban antes que el canto del gallo.

A pesar de los traspiés, siempre regresó y, con los años, Magdalena fue la primera periodista que abrió el micrófono para las Madres de Plaza de Mayo, según el propio reconocimiento de Hebe de Bonafini, a quien no dudó en llevar a Tribunales cuando dijo que había hecho una entrevista condescendiente al dictador Jorge Rafael Videla en 1977.


Para defender el nombre de Ernesto Sábato, Magdalena se enfrentó a Eduardo Duhalde, cuando era secretario de Derechos Humanos de la Nación, en el gobierno de Néstor Kirchner. El dirigente había dicho que el informe de CONADEP “sostenía la teoría de los dos demonios”.

"Que no se entienda como un rasgo de soberbia, pero casi he incorporado las amenazas como parte de la vida. Desde hace muchos años que las recibo y la sigo recibiendo. La última, por ejemplo, fue el 28 de diciembre último. Ese día llegué al aeropuerto de Punta del Este y de allí a mi casa. A los pocos minutos sonó el teléfono, y una voz anónima me dijo: "Sabemos que estás allí. Te vamos a reventar a vos y a tus hijos", contó en una entrevista a La Nación, en marzo de 1997.

Magdalena Ruiz Guiñazú, distinguida con la Mención de Honor "Senador Raúl Alfonsín"

Magdalena actriz

Referente contra la pena de muerte y defensora histórica del derecho a la vida, hay otra Magdalena que también vale la pena conocer: ¡la actriz!

Se asomó por primera vez al cine en Esperando al Mesías (Daniel Burman, 2000) y probó con el documental apareciendo en Aventura National Geographic (2002), Nosotras que todavía estamos vivas (Daniele Cini, 2009), y  Ernesto Sábato, mi padre (Mario Sábato, 2009).
 


Su transparencia en materia de derechos humanos la llevó a integrar la CONADEP.

Junto a Ernesto Sábato, presidente de CONADEP. 

Año 2014: Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquín Morales Solá, Jorge Fontevecchia, Miguel Wiñazki, Alicia de Arteaga, Hermenegildo Sábat, Lauro Laíño, Gregorio Badeni, y Alberto Munin entregan la Pluma de Honor al Dr. Carlos Fayt, integrante de la Corte Suprema de Justicia.

En 2001 apareció en la película Antigua vida mía. Y en 2007 puso su voz para el personaje de la reina leona Oriana en El Arca (2007). 

Magdalena escritora


Quienes quieran conocer el costado literario de Magdalena Ruiz Guiñazú pueden echar mano a sus novelas Huésped de verano y La casa de los secretos o sumergirse en los relatos de Desconciertos Historias de hombres, mujeres y jazmines, entre otras de sus varias publicaciones. 

 


Entrevistando al cirujano plástico José Juri.


Con la periodista y ensayista Beatriz Sarlo.
 


Con Joaquín Morales Solá compartió el ciclo Dos en la Noticia (Canal 9).


Magdalena Ruíz Guiñazú al ser condecorada por el Senado de la Nación.
 


Siempre de frente, formó a varias periodistas de su entorno y a muchos consagrados les dio su primera gran oportunidad.
 

Para recordar algunos de sus trabajos periodísticos recientes, basta con buscar sus columnas en Diario Perfil y La Nación, en las que el sello de Magdalena Ruiz Guiñazú nunca dejó de marcar una diferencia de calidad. 



Una despedida para Ruiz Guiñazú por Eduardo Aliverti

Hola,

Me la paso puteando cuando se muere alguien conocido y se llena de esos obituarios en que sus autores no hablan de quien se murió, sino de sí mismos a través de la relación que tenían con el muerto.

Y resulta que hoy se murió Magdalena y no encuentro la manera de evitar cierta autorreferencia.

Mejor dicho: podría hacerlo, pero sería forzado. No me sentiría cómodo.

Además, creo que muy buena parte de ustedes, de la audiencia de Marca, sabe o conoce que prácticamente "empecé" con ella, en Continental, en el '78.

Yo locutaba el panorama informativo de 6 a 7, en cuya redacción intervenía a la madrugada con compañeros inolvidables que hicieron de aquel servicio noticioso uno de los mejores, y más valientes, de todos los tiempos radiofónicos.  

Magdalena conducía la primera mañana, de 7 a 10. El programa era Dos en la Noticia, con Silvio Huberman. 

Ella me escuchaba cuando iba para la radio y algún día en que debió viajar al exterior pidió que su reemplazo quedara a mi cargo, obvio que con el acuerdo de Silvio.

Fue una apuesta fuerte de su parte. Digamos que muy fuerte: yo tenía 22 años.  

Las cosas salieron bien. Y el "resto" de la historia es más o menos conocido.

A mí no me contó nadie que cuando las Madres iban al hall de Continental, como supo describirlo Hebe, Magdalena las recibía y empezó a difundir sus pedidos, sus gacetillas, su desesperación. Yo estaba con ella. 

Ella que había apoyado la dictadura, como la gran mayoría de la sociedad y como una antiperonista de raíz. De clase. De la clase que nunca digirió que terminara traicionándola cuando integró la Conadep.

Y me reservo algunos (muchos) episodios de cuando me bancó en apretadas que sufrí. Puso su Ruiz Guiñazú en mi defensa.

Me los reservo porque involucran a gente que ya no está. 

Con los tiempos de Néstor, Cristina, Macri, nuestras distancias políticas se hicieron insalvables. No volvimos a hablar. Creo que nos dolió a ambos, pero no había nada que hacer. 

La relación que teníamos no se merecía el cinismo.

Ahora que se murió, me sigue importando tres carajos que era una gorila. Eso es lo que se destaca en tantos foros y redes, a la par del anverso que la eleva al rango de demócrata imprescindible contra la tiranía de los K. 

Propongo que nos quedemos con la Magdalena que, cuando cambió, cambió para bien. 

Para lo demás no cambió nunca ese antiperonismo de raíz y de clase que jamás ocultó, exactamente al revés de los odiadores seriales que se las daban de progres. 

Abrazos.

Eduardo Aliverti (07/09/2022)