Mostrando las entradas con la etiqueta Luis Gasulla. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Luis Gasulla. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de agosto de 2014

Los Derechos Humanos y el kirchnerismo... De Alguna Manera...


Las políticas de Derechos Humanos no son invento kirchnerista...

La política de derechos humanos fue una de las prioridades del Gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. Foto: Cedoc

La noticia de la recuperación del nieto de Carlotto generó autoelogios por medidas que existen hace décadas. 

Es imposible no emocionarse con las palabras de Estela de Carlotto. Una abuela que luego de 36 años encontró a su nieto. La titular de Abuelas sabía que había nacido en cautiverio. Durante años, los perversos servicios de inteligencia –muchos de sus integrantes reciclados en nacionales y populares- hicieron correr falsas historias sobre la hija de Carlotto como también de los hijos de Hebe de Bonafini. Aún hoy, muchos argentinos reproducen tales mentiras. La recuperación de Ignacio Hurban es un hecho histórico. A la emoción no se la discute. Ahora bien, la utilización política y la tergiversación de la historia, sí merecen debatirse e incluso cuestionar.

Aplaudo que Estela haya dicho que es un triunfo de todos, de la sociedad y que es una abuela más. Es el discurso que la colocó en un lugar de referente por amplios sectores de la sociedad. Esa trayectoria sólo se empañó cuando se encegueció con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y prejuzgó sobre los hijos de Ernestina Herrera de Noble o se sumó a la división maniquea de la historia, entre buenos y malos impuesta por el relato.

Ayer, uno de los peores días para el kirchnerismo, en el que el vicepresidente Amado Boudou estaba por sumar un nuevo procesamiento judicial, la estrategia del gobierno frente a los fondos buitres se volvía a dar la cabeza contra la pared, la jueza federal María Servini de Cubría ordenaba allanar la sede de la Asociación del Fútbol Argentino, la noticia del nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo le venía como anillo al dedo al gobierno para tapar el sol con la mano, al menos por unas horas. ¿El hecho no existió? Nadie duda de eso. Pero como periodista y analizando los antecedentes que tiene este gobierno en adueñarse de las alegrías que deberían ser de todos y en modificar la historia de cualquier manera, creo que el kirchnerismo comenzó a montar un nuevo capítulo a su “épica” trayectoria de la que hacía mención el director, guionista y productor, Juan José Campanella anteayer.

En los medios de comunicación –críticos, oficialistas, paraestatales, liberales- los voceros del kirchnerismo salieron en cadena nacional a festejar el hallazgo de un nieto con las “incuestionables” políticas de derechos humanos que Néstor Kirchner habría puesto en marcha a partir del 25 de mayo del 2003. “Es una política de estado”, aludiendo a la recuperación de nietos, decía el diputado nacional Juan Cabandié que frivolizó su propia historia chapeando a una agente de tránsito con su pasado en el que “se bancó la dictadura”. 
Lo hizo para evitar pagar una multa. La frivolidad política no es sólo un defecto de Martín Insaurralde. Hace dos años le pregunté sobre los hijos de Ernestina y los manejos espurios de la Fundación de Bonafini al ex diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo. El histórico dirigente me contestó: “Estamos buscando nietos, ¿entendés? Nietos. Yo tengo a mi madre desaparecida. Entonces no se puede cuestionar esas cosas”. Cuando le recordé que no era yo el que compartía la mesa con un “cómplice de la dictadura” como Héctor Magnetto, Gullo le echó la culpa a los “tiempos” de la política.   

En medio del canto de sirenas del relato oficial, en las redes sociales, decenas de fanáticos me exigían dejar de dar malas noticias y que me rectificara de haber titulado a mi libro anterior. “El negocio de los derechos humanos” es una espina que, más de uno, tiene clavada. Como si fuese el flautista de Hamelin, uno de los referentes del Partido Justicialista en la ciudad, repasaba en televisión los “logros” del proyecto nacional y popular en materia de derechos humanos. Vale recordar que ese partido político, impulsaba la amnistía a los militares. Cristina fue uno de los millones de argentinos que votó esa propuesta. 

Y para algún desmemoriado habría que decir que el Banco Nacional de Datos Genéticos fue creado en 1987. En 1992, durante el gobierno de otro justicialista –mal que les pese a muchos- Estela de Carlotto disfrutó de un té con masitas en Olivos junto con Carlos Saúl Menem. Por ese entonces, el ex presidente había firmado los indultos a los militares y a los líderes de las organizaciones guerrilleras. Carlotto le entregó un petitorio a Menem con varios puntos, entre los que se incluían la colaboración del gobierno en la búsqueda de los nietos, la creación de un organismo específico –lo que sería la CONADI- y la difusión de sus tareas. Menem aceptó sin chistar. Todos se sacaron fotos sonrientes, junto con otras 50 personas, entre ellos, varios periodistas influyentes de esa época. 

Lo acompañaban Claudia Bello y el polémico Ministro del Interior, José Luis Manzano, actual empresario de medios cercano al kirchnerismo. El dato demuestra que no sólo este gobierno quiso y entabló relaciones con los referentes más importantes de los organismos de derechos humanos. Por otra parte, confirma que la política de derechos humanos, con sus idas y vueltas, no comenzó con el kirchnerismo. Para los lectores menores de 30 años, en la Argentina se realizó un histórico juicio a las Juntas Militares. A la actual Presidenta no se le conoció participación alguna en el hecho. Pero, es posible, que durante el 2015, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, encuentre la participación secreta de los Kirchner como ideólogos del juicio.

¿Qué es una política de estado en materia de derechos humanos? En la práctica sería algo así como hablar de política ferroviaria y tapar la corrupción y la tragedia del 22 de febrero del 2012. Es como llenarse la boca con los pueblos originarios y abrazarse con Gildo Insfrán. O confiar en que la Presidenta se hizo millonaria, de la noche a la mañana, porque es una abogada exitosa que participó en dos o tres juicios en su vida. El relato tiene una extraña manera de calificar a los derechos humanos. El mismo día en que se adueñaba de la felicidad que significa encontrar un nieto más, se ordenaba extraer pruebas de ADN a un hijo del gobernador tucumano, José Alperovich.

La memoria, verdad y justicia para saber quién asesinó a Paulina Lebbos en febrero del 2006, es más lenta que la tortuga Manuelita. El encubrimiento por parte del poder político y judicial tucumano que ha denunciado su padre, Alberto, en ocho años, no tuvo eco en Casa Rosada ni provocó que nadie se pusiese colorado. Hasta hace poco, la senadora y esposa de Alperovich, Beatriz Rojkés, era la tercera en la línea sucesoria de la Presidenta. El 9 de julio del 2013, Lebbos intentó dejarle una carta a la Presidenta. No pudo. El gas pimienta de la policía local le nubló la vista. Es la mirada maniquea de los derechos humanos que esboza el relato oficial. Derechos humanos que convirtió en una sociedad anónima y en negocio privado expresado en el trunco programa de construcción de viviendas, Sueños Compartidos.

Las causas nobles y justas trascienden a los gobiernos. La Presidenta es capaz de creer que San Martín cruzó los Andes gracias a ellos, que los goles de Messi surgieron de su ingenio y que el mundo se nos cae encima porque no se bancan que tengamos un modelo económico y productivo exitoso. Algún trasnochado, avalado por el oficialismo, confundirá la histórica noticia de ayer con un supuesto mérito de este gobierno. Cuando baje la espuma de las olas del mar, la Argentina seguirá igual. Con inflación, inseguridad, recesión económica, una sociedad intolerante y dividida, y con un gobierno que está escribiendo sus últimas páginas para reinventarse fuera del poder y la caja estatal. Serán tiempos de contrahegemonía y de resistencia “revolucionaria”.  

© Escrito por Luis Gasulla, autor de El negocio de los derechos humanos, el Domingo 03/08/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

 

miércoles, 2 de julio de 2014

Barrio La Carbonilla... De Alguna Manera...

Carta abierta al gobierno que fogoneó el odio y la intolerancia...

La Asociación Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini, acompañada por la agrupación italiana Kabawil Pescara visitan el barrio La Carbonilla para conmemorar el 37° aniversario del nacimiento de la agrupación. Foto: Télam

Respuesta a las injustificadas críticas del trabajo sobre "La Carbonilla".


Hacía 24 horas que mi video "Metáforas de una década ganada. La Carbonilla por dentro" estaba subido al portal de Perfil.com. Fue en ese momento, tras una interminable difamación pública, insultos y agravios de uno de los protagonistas del mini-documental y de un improductivo subgerente de la Televisión Pública, en que me pregunté de qué servía contestar a cada una de sus mentiras e insultos, a través de una red social.

No debería sorprender el nivel de sinsentidos y banalización de la discusión de Juan "Hank" Soriano, el líder del Vatayón Militante que la mismísima Presidenta de la Nación bancó, públicamente, luego de que Sergio Schoklender denunciara su existencia tras su segunda estadía en prisión por malversación de fondos públicos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Pero sí el de una influyente autoridad que representa a los medios públicos. Sin argumentos de ningún tipo, contestar seriamente sus mensajes sería como dialogar con Beavis and Butthead. Es la lógica imperante en los tiempos kirchneristas: la abogada exitosa premia este tipo de actitudes de inoperantes que han hecho de la alcahuetería una religión.

El video de 12 minutos transcurre en la villa "La Carbonilla" ubicada en el barrio de La Paternal en la ciudad de Buenos Aires. El barrio es noticia pues fue el lugar de encuentro de Hebe de Bonafini, cuestionada hasta por Estela de Carlotto por la forma en que se manejó en Sueños Compartidos, César Milani -el "progresista" general de Cristina- y "Unidos y Organizados", conjunto de agrupaciones que va de Kolina, La Cámpora, Movimiento Evita hasta el, antes mencionado, Vatayón de Soriano.

Es muy fuerte lo que el corto muestra, más aún, lo que no se dice. Las escenas indignaron hasta al director de cine Juan José Campanella. Allí se observa a la plana mayor del Gobierno nacional, festejando la inauguración apócrifa de las cloacas en el barrio junto a Víctor Heredia. El ejército de Milani que aparece en la villa para barrear, y la "militancia", para “palear”, como explica un vecino. Chicos corriendo a las puteadas en un local del Vatayón bautizado, cuándo no, con el nombre del prócer Néstor Carlos Kirchner, mientras una colaboradora de la agrupación habla de integración social. Un grupo de pibes de 15 años que se animan a mostrar su casilla en la que tres baldes y un pozo hecho a mano demuestran que lo de las cloacas K es mitológico.

Una Bonafini que grita que "no tengan miedo de pedir". ¿Será la misma mujer que mandó a reclamarles a su ex hijo putativo, Sergio Schoklender, a cuatro trabajadores de su Fundación, que le pedían saber quién y cuándo se iba a hacer cargo de sus sueldos adeudados? Una dirigente local que aplaude a rabiar a Andrés Larroque y al ministro de Defensa, Agustín Rossi y que, casualmente, es la misma mujer que presentaban, los medios públicos, como una vecina común y corriente que denunciaba al gobierno de Mauricio Macri por dejarlos a la buena de Dios. Una canchita de fútbol sin arcos y una plaza en la que sólo quedaron los fierros del tobogán y el sagrado nombre que tatuó "la militancia" en sus ratos libres. Sí, adivinó: Néstor Carlos Kirchner.

Todos esos pequeños detalles conforman la gran estafa de estos años: el engaño de cuál fue la real inversión en obra pública y la apropiación y partidización del país, desde los organismos de derechos humanos, los grupos piqueteros, los artistas, el rock, los medios públicos hasta las villas miserias.

¿Alguien imagina que podría instalar un local en La Carbonilla sin pertenecer a una agrupación kirchnerista? ¿Quién autorizó al Vatayón a instalarse allí? ¿Con qué recursos bancan ese espacio? De esas cosas, Soriano jamás hablará. Tiene dignos ejemplos para comportarse impunemente. De Amado Boudou a César Milani, del Ricardo Echegaray sorprendido en Río de Janeiro por TN al José María Núñez Carmona de Punta del Este. Por esa razón, nos detestan. El periodismo de investigación es eso. Pero para los "intocables" del poder K, meternos donde nadie nos invita nos convierte en el mal: citan a Alfredo Astiz y a Jorge Rafael Videla de memoria. Señalan con su dedo acusador. Nací un 23 de enero de 1980, difícilmente pude haber tenido algún tipo de relación con la siniestra y asesina dictadura militar. ¿Dónde estaba el revolucionario Masllorens en esos años?

Dicen que somos fachos o la derecha, que nos paga Héctor Magnetto y que funcionamos como soldados que obedecemos las órdenes de tal o cual dueño de un medio. Lanzan el término "servicio", ¿sabrán que los servicios de inteligencia los maneja el gobierno a diestra y siniestra desde hace años? ¿Les sonará el Proyecto X? ¿Milani? Son tan caraduras que están diseñando una ley para no tener que pasear, jamás, por algún pasillo de Tribunales. Hablan de pluralismo porque ahora se escuchan "más voces" y "cada uno dice lo que quiere"... mientras sea dueño de un medio donde expresarse.

Pequeño detalle. Los medios de comunicación que afloraron durante la década ganada son, casi en su totalidad, K, filo K, recontra K y ultra K. Argumentan la crítica a una nota por la cantidad de visitas que obtuvo: "Nadie te conoce" o "El día que tengas 1000 visitas te compro una torta". Es su concepción de la democracia. A las minorías hay que silenciarlas, hostigarlas, aniquilarlas. La historia es cíclica. Se repite en forma de parodia, escribió un tal Karl Marx que, quizá algún día estos milibobos se animen a leer más allá de embobarse con su barba "onda el Che Guevara". En los últimos meses, los talibanes del kirchnerismo ingresaron en su etapa final: la de victimizarse asegurando que ellos son los perseguidos y hostigados. Casualmente, siempre que aparecen en las redes sociales para difamar al periodista, son funcionarios del Gobierno nacional, de mayor o menor rango o empleados del Estado. ¿Quedará algún kirchnerista que no pasa a cobrar a fin de mes por las arcas públicas?

Nada sorprende a esta altura. Pero la mañana del miércoles 25 de junio me encontré anonadado con mi respuesta desenfrenada. Había perdido la paciencia. Uno de los que me calificaban como "sorete", cómplice de la dictadura, amigo de Videla y de "ladrón" era el subgerente de Extensión y Desarrollo de Proyectos de la Televisión Pública, un cargo más anodino que el de Ricardo Forster y su pensamiento nacional. Jamás oculté que trabajo desde julio del 2008 en la Gerencia de Prensa e Institucionales del canal público. Público. No de un partido. Cuando salió publicado mi anterior libro, El negocio de los derechos humanos, seriamente me replanteé si debía renunciar a mi trabajo. Un sabio amigo periodista me dijo que no lo hiciera, que no dejara espacios vacíos que, raudamente, otro Hank seguramente ocuparía. La Televisión Pública no son ellos. No todos los que trabajan aquí se comportan como estos matones de poca monta que, ni siquiera, son reconocidos por sus superiores.

En fin, el funcionario que se desempeña bajo la misma gerencia de la que formo parte se preocupaba en difamarme, hostigarme. Se solidariza con el amigo del exdirector del Servicio Penitenciario, Víctor Hortel, el de las cloacas de mentira y los presos fugados de verdad. En seis años, jamás tuvo el coraje de comentar su malestar de trabajar con un "facho" como yo. Sin embargo, explotó en la impunidad de una red social. En una década en la que se fogoneó la intolerancia y el odio, el detalle es menor. Masllorens se presenta como "militante político". Sin embargo, su amor por la patria y su gobierno, no lo ha demostrado en su gestión diaria en la que nadie sabe para qué está ni qué hace.

A fines del 2013, en un duro momento del Gobierno nacional, en medio de los saqueos, la crisis económica y social e intensas protestas internas en los pasillos del canal que debería ser de todos, ideó junto con un pequeño grupo de empleados del canal, Canal 7 Para la Victoria. Quería imitar a los colegas de Télam. Empapelaron el canal para sobreactuar que “bancaban” a Cristina. Una vez más, confundían lo de todos con lo de un grupo determinado, aunque sean los supuestos iluminados que nos están rescatando del capitalismo salvaje y de los malditos monopolios.

Soriano es joven. Masllorens, no. Demuestran que la intolerancia no tiene edad, no envejece. El primero debería explicarle a la familia Taddei cómo el baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, se paseó por las calles de San Telmo acompañando a su Vatayón, poco después de ser condenado por prender fuego a su mujer Wanda. Recuerdo que el subgerente reclamó a su superior que me echaran cuando conoció la publicación de mi libro. La respuesta fue que “a pesar de las diferencias ideológicas, no echamos gente”. La justificación remitía a lo peor de la Historia humana. "Tengo un amigo judío", le faltó decir.

En el estatuto laboral está expresamente prohibida la discriminación religiosa, étnica e ideológica. ¿De qué ideología hablarán? ¿La de Fidel Castro o la de Chevron? Con ese "argumento" teórico, un representante de los medios públicos se enfurece porque alguien que piensa distinto y, encima trabaje y le aporte más al canal que diez subgerentes de vaya a saber qué, sobreviva en "su" canal. El otro, Soriano, odia quedar expuesto. Alberto Lebbos, alguna vez me dijo que "en este país la gente tiene más miedo a perder el trabajo que a que le maten un hijo". Es así. El temor paraliza. No todos somos como estos personajes que tienen que justificar sus jugosos y exclusivos ingresos económicos sobreactuando su supuesto convencimiento a un proyecto que ni ellos saben de qué se trata. 

© Escrito por Luis Gasulla el Viernes 27/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 7 de junio de 2014

Las vacunas de Cristina y los sátrapas de Amado… De Alguna Manera...


Las vacunas de Cristina y los sátrapas de Amado…

El escrache a periodistas, una constante.

El gobierno nacional lanzó el milésimo ataque contra el periodismo de investigación. El sábado 7 de junio se festeja el día del periodismo “pero no de los periodistas” como recordó Cristina Fernández de Kirchner en cadena nacional mientras lanzaba una empresa de medición de rating estatal supervisada por las “independientes” universidades públicas.

Horas después, el vicepresidente Amado Boudou, lanzaba insultos y amenazas contra ex funcionarios de su gobierno, como Graciela Ocaña, y le exigía a Ignacio Ortelli, periodista de Clarín, a que revelase sus fuentes de información para “salvar su alma”. El ex ministro de Economía miraba a cámara, desafiante, como Robert De Niro en Los Intocables, film en el que personificó al gánster Al Capone en los tiempos de la ley seca. Sería exagerado creer que el juez federal Ariel Lijo es el idealista agente federal Eliot Ness que llevó a los tribunales a Capone pero hoy sí representa su espíritu. Los que no son Rodolfo Walsh ni aspiran a parecerse, aunque se cansen de citarlo, son los panelistas de 678.

En pleno exabrupto discursivo, Boudou pidió no continuar hablando pues “me voy a ver tentado de decir cosas que voy a decir el lunes”. “Bueno, no diga” se apuró a contestarle Carlos Barragán deshonrando la profesión periodística mientras homenajeaba al Bernardo Neustadt que, durante los años noventa, le pedía a los funcionarios que si metían la mano en la lata, que no se vea. Barragán no quiso saber, mucho menos, preguntar. Para eso están las 740 preguntas que Orlando Barone se quedó con ganas de hacerle al ex Presidente Néstor Kirchner cuando visitó ese programa en enero del 2010 junto con, por ese entonces, la actriz militante, Florencia Peña.

Como anoche, ni Barragán, Barone, Dante Palma y el ex empleado de la jefatura de gabinete, Edgardo Mocca, le preguntaban nada, el propio Boudou se preguntó “¿Podemos ver quién es Graciela Ocaña? ¿Saben cuál fue el resultado de la gestión de Graciela Ocaña?” Silencio. El vicepresidente comenzó a citar datos extraídos del INDEC o del flamante rating estatal: “respecto del dengue, 26.644 casos, 6 muertos, la epidemia más grande en la historia de la República Argentina”.

Por esa razón, la tarea de Ricardo Forster como secretario del Pensamiento Nacional será ardua: en todos los manuales de historia argentina recuerdan la fiebre amarilla que inundó a nuestro país durante el siglo XIX provocando 14 mil muertos. Un poquito más que los 600 muertos que se llevó la gripe A de Ocaña, “la pandemia con la mayor cantidad de muertos en el mundo” según Boudou obviando recordar que la “hormiguita” fue funcionaria del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner que, dicho sea de paso, alguna responsabilidad deben haber tenido en su, supuesta, mala designación.

Y con la frialdad de las estadísticas, ciertas o no, la Presidenta explicó que, gracias a su nieto Néstor Iván, la vacuna contra el meningococo será gratuita. “No sólo provoca la muerte, sino aquellos que quedan vivos, quedan con secuelas” resumió CFK que festejó que, luego de su medida merced a la queja de su nuera por el alto costo de esa vacuna, no morirán más 16 niños por año a causa de esa enfermedad. En 11 años se podrían haber evitado unas cuántas muertes pero, como para el kirchnerismo, la noticia no es el tren que choca sino los tantos que llegan, festejemos la buena nueva.

Al día siguiente, el gobierno nacional que no es capaz de publicar cuántos pobres hay en el país, lanzó el rating para todos y todas. La revolución “nacional y popular” ingresa en su fase final peleando contra Ibope. “Nunca me llamaron” se quejó la abogada exitosa suponiendo que las consultoras del rating saben qué programas ve ella. A la fanática de Games of thrones le encantaría que Ibope le diese la razón y que el fútbol le ganase, todos los domingos, al programa periodístico de Jorge Lanata. Es extraño este país, los cráneos de los medios públicos, descorchan champagne cuando River o Boca miden 20 puntos aunque descreen de las mediciones de Ibope cuando “Esa Mujer” de Andrea del Boca no supera el puntito de rating. ¿En qué quedamos?

Mientras tanto, Hebe de Bonafini estudió el ciclo de la vida de esos pequeños roedores conocidos como “ratas”. Las ratas a las que aludió la mujer que festeja la estatización de su universidad, mientras Raúl Castells continúa una huelga de hambre para que el Ministerio de Educación, simplemente, le reconozca la suya, “viven más porque tienen quien las alimente”. Tanto para Hebe, Amado y Cristina, el periodismo crítico y de investigación obedece, vertical e incondicionalmente, a Héctor Magnetto. Desde 1930, casi todos los argentinos somos directores técnicos frustrados. Pero, cuando el grupo Clarín pasó de ser aliado a destituyente, millones de ciudadanos se transformaron en periodistas frustrados.

Sinó fuese por el periodismo de investigación, el escándalo Ciccone, Sueños Compartidos, la ruta del dinero K, no hubiesen existido para gran parte de la sociedad. Es como si los medios extranjeros, algunos pocos valientes periodistas locales no se hubiesen animado a publicar y difundir las denuncias de las Madres de Plaza de Mayo durante la última dictadura militar. La comparación suena exagerada pero para estos tres periodistas frustrados, la corrupción, el cinismo y la mentira siempre son pecados del “otro”: las corporaciones o un simple periodista que hace su trabajo: buscar la verdad oculta y cuidar a sus fuentes de información.

Mientras Boudou se defendía de las preguntas inquisidoras en 678, Dante Palma, en un rapto de masturbación académica, decía que “el periodismo quiere reemplazar a Dios cuando decía “hágase la luz” y creaba a través de la palabra”. Pero el filósofo fue más allá: “cuando el vicepresidente hablaba recordaba el mito que alguna vez mencionó Orlando, el de Casandra”. “Lo que hacen los medios es atacar a determinados referentes o funcionarios para que nunca se les crea”. (SIC)

En las universidades públicas en las que las carreras de Periodismo y Comunicación han sido mancilladlas, se proponen medir “objetivamente” el rating. Así, luego de difundir las novedosas pantallas en las que 678 será más popular que Lanata y Majul juntos, la Presidenta se irá a dormir contenta, aunque en el fondo sepa, que todo se trata de otro gran engaño. ¿Acaso importa?

© Escrito por Luis Gasulla el Sábado 07/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


lunes, 5 de mayo de 2014

Néstor: "Cristina es piantavotos"... De Alguna Manera...

"Antes de morir, Néstor le dijo a mi marido que Cristina era piantavotos"...

La ideóloga de La Cámpora tildó a Lázaro Báez de "mediocre" y contó reveladores charlas telefónicas de Néstor Kirchner. Foto: Cedoc 

Jimena Álvarez también opinó que Lázaro Báez es un "mediocre, chileno, analfabeto" y le cuida el patrimonio a la Presidenta. 

Audio:

https://soundcloud.com/perfil-com/antes-de-morir-nestor-le-dijo-a-mi-marido-que-cristina-era-piantavotos

Jimena Álvarez, la ideóloga de La Cámpora, una de las creadoras de la agrupación "La Rejoven" a comienzos de la década pasada en Santa Cruz dialogó extensamente con Luis Gasulla en FM Identidad sobre el ex Presidente Néstor Kirchner y el gobierno de Cristina Fernández.

La exfuncionaria en el Museo de Bellas Artes de Río Gallegos dijo que Lázaro Báez le cuida el patrimonio personal de Néstor y Cristina pero "más allá de ser un mediocre, no podía hacer otra cosa, es un palo blanco, un analfabeto, un testaferro, no es una persona educada ni culta".

Para Álvarez, no sólo hay valijas sino también "compra de terrenos, estafas, aprietes y se está lavando muchísimo dinero". Recordó que Leonardo Fariña comenzó a relacionarse con el poder kirchnerista a través de Claudio Uberti que "fue uno de los grandes valijeros que cayeron con Antonini Wilson, estaba en el OCCOVI en lo que fue la primer valija que se conoce". En ese entonces, según la entrevistada en Ahora es nuestra la ciudad, "por ese entonces ya estaba involucrado Fariña".

Sobre la ruta del dinero K, Álvarez dijo que "falta saber un 50%" pero la fortuna de los Kirchner "es incalculable". Habló sobre el futuro de la Presidenta: "Va a tratar de bajar el perfil y hacer una salida elegante, pues el mismo Néstor dijo que se tenía que ir porque era "piantavotos". 

Ante la repregunta de Gasulla, Álvarez recordó la escena: "Tengo que sacarme a esta mina de encima para las próximas elecciones" se lo dijo a mi marido delante mío -el marido de la ex funcionaria era íntimo amigo de Néstor Kirchner-. Su palabra fue "piantavotos" y esa fue, lamentablemente, la última vez que lo vi, el 16 o 17 de octubre" días antes de la muerte del ex Presidente. 

"Néstor quería ser candidato y no tenía ánimos de morirse ni tenía miedos, lo vi decidido a cambiar las cosas, él dijo "es piantavotos" eso te demuestra la relación que tenían ellos", concluyó Álvarez que aportó detalles de lo que fueron los últimos momentos de Kirchner con vida. 

La exfuncionaria santacruceña dijo que el día del censo del 2010, "algo raro pasó" porque "como ciudadanos deberíamos haber visto el cuerpo de Néstor, y hablo de una madre que lloraba para ver a su hijo y no la dejaron. Nadie vio el cuerpo de Néstor. Pero hasta Kennedy, con un tiro en la cabeza, fue velado a cajón abierto".  

© Publicado el Lunes 05/05/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.