Kirchnerismo puro. La épica que no fue…
Silencio hospital VIP, Ginés González García. Imagen: Pablo Temes.
El Gobierno se quedó sin el instrumento de campaña más poderoso que tenía para las elecciones de octubre.
Iba a ser la épica de la vacuna. Desde las usinas del kirchnerismo cerril se agitó esa bandera por meses. “Será la victoria del gobierno popular”, llegaron a decir en las redes algunos de los que veían en la vacunación la reencarnación de un accionar con aires de cruzada. El Presidente no fue ajeno a ese sentimiento cuando auguró millones y más millones de dosis de la vacuna Sputnik V, primero para diciembre, después para enero, luego para febrero y, ahora para no se sabe cuándo.
© Escrito por Nelson Castro el domingo 20/02/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Hay
que decirlo con todas las letras: la épica de la vacunación iba a ser el
instrumento de campaña más poderoso del Gobierno de cara a las elecciones de
octubre próximo. Esa táctica ha tenido certificado de defunción el viernes,
cuando explotó la bomba del vacunatorio que se llevó puesto de un plumazo al
ministro Ginés González García.
El vacunatorio VIP del ministerio no fue una “travesura”
de un secretario, sino un eslabón de una cadena de hechos que dejan al desnudo
la esencia del kirchnerismo, que es la apropiación para su beneficio de los
recursos del Estado. Es una concepción monárquica que remite a la frase “el
Estado soy yo”, erróneamente atribuida a Luis XIV.
La épica de la vacunación exigía adueñarse de las
vacunas. Por eso en la provincia de Buenos Aires muchos municipios cuyos
intendentes pertenecen a Juntos por el Cambio, las vacunas se almacenaron en
lugares dependientes de la gobernación en vez de hacerlo en los vacunatorios
municipales. Como consecuencia de ello en Olavarría, por caso, se perdieron
cuatrocientas dosis.
Otro capítulo de ese plan fue la asignación de locales
del Frente de Todos y de La Cámpora como centros a los que la gente debe
recurrir para obtener información sobre cómo acceder a la vacuna y dónde
registrarse.
Las ventajas de pertenecer. Desde hace varias semanas
corría el rumor de que existía un sistema de vacunación para algunos pocos en
el corazón del Ministerio de Salud de la Nación.
“Esto que pasó en el Ministerio de Salud al más alto
nivel pasa también en los vacunatorios de la Provincia a menor escala”, se
lamentó un ex director médico de un hospital del Conurbano.
La operatoria se realizó en total reserva pero con las
inconsistencias y errores que la autopercepción de poder e impunidad deja al
descubierto.
La elección del Hospital Posadas no fue casual. La
rectoría de la salud pública en la Nación y en la provincia de Buenos Aires
cuenta con un puñado de hospitales de administración nacional, ochenta
hospitales administrados por la Provincia y unos cientos de hospitales
municipales. Hay, además, un pequeño grupo de establecimientos de
administración mixta. Entre ellos el más conocido es el prestigioso Hospital El
Cruce-Néstor Kirchner de Florencio Varela. El Posadas es un hospital nacional
que depende directamente del ministro de Salud Pública de la Nación.
“Un director de hospital sale inmediatamente eyectado de
su cargo si se niega a cumplir con una orden emanada desde el Ministerio.
Después deberá lidiar en su conciencia con el aspecto ético que la profesión le
impone”, asegura un médico de carrera que conoce muy bien la función pública.
Lo que ocurrió no era ajeno a varios de los vacunatorios,
hospitales y regiones sanitarias del país. De ahí que las denuncias públicas de
los últimos días se venían multiplicando ante la actitud displicente tanto de
González García como del ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires,
Daniel Gollán. Claro que al saberse que el hecho se había producido en el
corazón del poder lo que siguió fue un verdadero tsunami político.
“El primer dato es que el Ministerio de Salud de la
Nación no tiene vacunatorio ni un equipo de vacunadores propios. Tampoco cuenta
con capacidad para almacenar o refrigerar vacunas. Las vacunas las trajeron
refrigeradas desde el Hospital Posadas y la inoculación se hacía en una oficina
del Ministerio. Todo de manera muy informal y poco profesional”. En eso
coinciden las fuentes que conocen bien el edificio que se erige en la Avenida 9
de Julio.
“El grupo de vacunadores del Posadas subió por el
ascensor del personal jerárquico que conduce, entre otras oficinas, al despacho
del ministro”. Otro aspecto a tener en cuenta desde el punto de vista
técnico-médico es que “la forma farmacéutica de los primeros cargamentos que
llegaron de la Sputnik V eran multidosis que alcanzan para inocular a 5 personas.
Por lo que, una vez abiertos, deben utilizarse en su totalidad ya que si no, lo
que no se usa debe descartarse. Recién en el último envío desde Rusia
llegaron las monodosis”, dijo una experta en inmunización que sigue de cerca el
tema.
El kirchnerismo es ducho en perfeccionar los procesos de
corrupción. Y este, lo es. En ese contexto, un especialista del ámbito
académico que pasó por la función pública sentenció sin dudarlo: “Nada de lo
que ocurría en torno a la inmunización es ajeno a Carla Vizzotti”. Es
impensable imaginar que la flamante ministra nada supiese.
La bomba destruyó la credibilidad de una campaña que ya
venía de capa caída. “Alberto se enteró de las filtraciones el jueves por la
noche. El viernes iba a pedirle explicaciones a Ginés pero Horacio Verbitsky,
que también sabía que el tema llegaría a los medios se adelantó”, confió una
fuente de la Presidencia. En efecto, Verbitsky ya estaba anoticiado de la
investigación de los colegas Federico Mayol e Ignacio Ortelli, por lo que seguramente
prefirió decirlo él minutos antes de que se publicara la información
destructiva para su reputación y la del Gobierno.
En la Casa Rosada la bronca es incontenible: “Queríamos
dar un golpe de timón con la inauguración del Consejo Económico y Social, y esto
nos hundió”. Aún ayer se preguntaban quién y por qué había filtrado la
información. Parece mentira tanta ingenuidad ante una situación tan evidente.
Se ve que la impunidad les hace perder contacto con la realidad de mucha gente
que, tanto en el Ministerio como en el Posadas, sabía todos los detalles de
esta operación y que estaba y está indignada por tan flagrante muestra de
privilegios que, además, los dejan indefensos, porque esas vacunas VIP les
fueron quitadas al personal del equipo de salud que desespera por una vacuna
que los libere de la pesadilla de tener que enfrentarse con el covid-19 todos
los días.
Ginés nunca tuvo el aval de CFK y del Instituto Patria.
CFK decidió enviar a González García como embajador a Chile cuando fue electa
presidenta. Luego del desplazamiento del ministro la apuesta del kirchnerismo
duro era por Daniel Gollán. Vizzotti era la reemplazante natural por el diseño
y seguimiento del plan de vacunación y las negociaciones con Rusia. Ahora en la
pulseada entra en disputa el puesto de la ex secretaria de Acceso a la Salud
que La Cámpora quiere para el viceministro del área en la Provincia, Nicolás
Kreplak.
Dijo Cicerón: “Servirse de un
cargo público para beneficio personal resulta no ya inmoral,
sino criminal y abominable”.
Producción periodística: Santiago Serra.