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domingo, 28 de febrero de 2021

Que pase el que sigue… @dealgunamaneraok...

 Que pase el que sigue… 

Mondo cane, Horacio Verbitsky. 

El peor legado del episodio de las vacunas: no se puede vivir en una sociedad enferma de desconfianza. 

“Ahora les agarró el apuro y les piden por favor a los médicos que vayan a vacunarse. Los trabajadores del Posadas no se sienten cómodos”. Hay desconcierto y enojo pero sobre todo desilusión con un agravante: todos saben que la declaración del director Alberto Maceira –que admitió en la Justicia haber vacunado pacientes vip en el Ministerio de Salud– golpea hacia arriba pero acota las responsabilidades dentro del hospital. 

© Escrito por Nelson Castro el  domingo 28/02/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de Los Argentinos. 

“Como mínimo, junto a él debería presentar la renuncia la directora general de Asistencia Médica, Lucrecia Raffo, de fuertes vínculos con el kirchnerismo, conocedora de todo lo que sucede en el Posadas y que tiene bajo su órbita el vacunatorio”, asegura un hombre de la institución, que pidió reserva de su nombre. 

En el Hospital Posadas, la ruta de los amigos del poder estaba perfectamente delimitada. El nuevo vacunatorio está separado del edificio central. Coincide con la entrada de la bajada de la autopista y su colectora; ideal para el arribo de las combis que se estacionaban allí. Los vacunados vip de bajo perfil o poco conocidos se mezclaban entre la gente del vacunatorio. 

Nadie podría sospechar. Pero para evitar problemas, aquellas personas que pudieran ser reconocidas como figuras políticas, amigos o familiares de las autoridades, pasaban directamente al tercer piso, donde están las oficinas de la dirección con custodia policial y seguridad privada mediante. 

Ese acceso estaba reservado para algunos pocos. Un dato más: el estacionamiento tiene un enorme domo con cámaras de seguridad. También hay cámaras dentro del nuevo vacunatorio y en los pasillos que conducen a la dirección. 

La épica del Hospital El Cruce de Florencio Varela: kirchnerismo explícito. 

Para introducir el capítulo de lo que ocurrió en el Hospital El Cruce Néstor Carlos Kirchner vale la pena hacer algo de memoria. 

El Ministerio de Salud de la Nación autorizó el uso de la Sputnik V para mayores de 60 años el 20 de enero de este año. A solo dos días del anuncio y con llamativa celeridad –el 22 de enero– el intendente de Berazategui, Juan José Mussi, de 80 años, recibió la primera dosis de la Sputnik en el Hospital El Cruce. Luego de 21 días le aplicaron la segunda dosis en el mismo centro de salud. Sin embargo, la provincia de Buenos Aires habilitó la vacunación a mayores de 70 años el miércoles 17 de febrero. El jefe comunal tuvo la “suerte” de vacunarse casi un mes antes del turno que le correspondía. 

Pero eso no es todo. Su hija, la doctora Mariel Mussi, fue puesta en funciones como presidenta del Consejo de Administración del Hospital El Cruce por Daniel Gollán y Ginés González Garcia el 17 de enero de 2020. Es en los papeles y en la práctica la autoridad máxima del Hospital donde se vacunó su papá. Recordemos que este hospital de alta complejidad es de administración mixta entre la Nación y la Provincia, y el proyecto original para su construcción data de más de treinta años a pesar de que su inauguración fue recién en el año 2007. 

Tras vacunarse, en declaraciones a los medios locales, Mussi contó su experiencia; agradeció y felicitó al entonces ministro de Salud González García por “estar haciendo las cosas bien”.

 

En el Hospital
 Posadas, la ruta
de los amigos del
poder estaba bien
delimitada

La lista de los vacunados vip en El Cruce incluye a dos miembros de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires: su presidente, Luis Esteban Genoud, y la ministra Hilda Kogan. Ambos se hicieron pasar como integrantes del “personal de salud”. Semejante adulteración sería suficiente causal de pedido de renuncia o juicio político. 

El gobernador bonaerense Axel Kicillof abrió el paraguas:

“Desde que comenzó la campaña de vacunación, junto a muchos intendentes e intendentas de distintos sectores políticos nos vacunamos para llevar tranquilidad a la gente”, avisó en un tuit publicado el 23 de este mes.

Mucho antes ya les había pedido a los líderes territoriales que se vacunen para dar el ejemplo. Su razonamiento es absolutamente controvertible: la vacuna Sputnik V generó confianza cuando la documentación auditable de su investigación fue publicada en la prestigiosa revista médica The Lancet. 

Un hecho lamentable nos ayudará a entender un poco más la idiosincrasia interna que –apropiándose de lo público– manejan las autoridades del establecimiento. El 19 de noviembre del año pasado y en el marco del decimotercer aniversario del Hospital, se realizó un “homenaje al personal de salud” con el descubrimiento del “primer mural de salud pintado en pandemia”. 

Tal como describe la institución en su página web, el evento tuvo lugar en el auditorio del Hospital y contó con la presencia del rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), Ernesto Villanueva; el diputado provincial del Frente de Todos y ex intendente local, Julio Pereyra; el secretario de Calidad en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, Arnaldo Medina (que también fue director de la institución); y como frutilla del postre la participación virtual de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner; y el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García. 

Al margen de la convocatoria con marcada tendencia ideológica, cabe preguntarse si el mural ofrecido como reconocimiento a los propios trabajadores de la salud los tenía a ellos –el plantel del Hospital– en primer plano como protagonistas.

 

Entre los
 vacunados vip
hay dos jueces de
la Corte Suprema
bonaerense

La respuesta es no.  

“El mural se realizó en una de las paredes de la rampa de acceso al primer piso. Entrás y te chocás con eso. Lo indignante es que más allá de algunas referencias al personal, lo que resalta en primer plano son las figuras de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Julio César Pereyra y el Dr. Arnaldo Medina. Se apropiaron del Hospital, cosa que genera mucha bronca”, relata visiblemente molesto un destacado miembro del equipo médico. “Nos movemos con mucho cuidado. A los que no somos afines ideológicamente nos tienen en la mira. No importa la calidad médica o el profesionalismo que tengamos”. 

¿Es este un homenaje a los trabajadores de la salud del HEC o un intento burdo y nauseabundo de eternizarse mediante un autorretrato teñido de egocentrismo? 

Cuestión de desconfianza. Con Carla Vizzotti como flamante ministra de Salud a la cabeza, y en un intento por mostrar transparencia, el Gobierno presentó el pasado miércoles 24 de febrero el Monitor Público de Vacunación. Un registro al que se podrá acceder online con información en tiempo real sobre el operativo nacional de inmunización. 

Los datos son del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac). Es un programa que gestiona desde el SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria) las coberturas de vacunación de todo el país.

La operación del módulo permite registrar a cada persona que recibe una vacuna, detallando la fecha, el tipo de dosis y el establecimiento que las aplicó, entre otros datos de importancia. Para utilizar el Nomivac hay que tener una cuenta de usuario y los permisos correspondientes. 

El Nomivac no puede ser alterado por los médicos que ingresan los datos al sistema, de hecho cuando se produce un error en la carga, es bastante engorroso modificarlo.

Pero fue creado y diseñado por el Ministerio de Salud de la Nación con la supervisión de Carla Vizzotti. Por lo tanto, los aspectos técnicos y el soporte técnico del Nomivac están manejados por gente del Ministerio. A ese nivel, los datos son fácilmente modificables. 

No se puede vivir en una sociedad enferma de desconfianza. Cuando sus dirigentes no dan el ejemplo, el daño que provocan es muy difícil de reparar. Como dijo el filósofo inglés Thomas Hobbes, “homo homini lupus”. El hombre es un lobo para el hombre. 

Producción periodística: Santiago Serra.








domingo, 21 de febrero de 2021

Vacunados… @dealgunamaneraok...

 Vacunados…

Mi vacunación en el Ministerio de Salud fue un error grave, del que me arrepiento, y por el que pido disculpas.



Gines y Alberto
 

© Escrito por Horacio Verbitsky el  domingo 21/02/2021 y publicado en El Cohete a la Luna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Debo explicaciones a todos los lectores del Cohete y a quienes siguen mi trabajo y mi militancia desde hace mucho tiempo. Mi vacunación en el Ministerio de Salud fue un error grave, del que me arrepiento, y por el que pido disculpas. Asumo sin excusas la parte que me toca y acepto todas las críticas recibidas, así como agradezco las tan numerosas comunicaciones de solidaridad y afecto. Si lo hice y, sobre todo, si luego lo conté sin que nadie me lo preguntara, es porque no advertí que fuera algo incorrecto, el ejercicio de un privilegio. 

Habrá quienes duden, porque a lo largo de tantos años se fue estructurando un estereotipo sobre mí que excluye actos ingenuos o simplemente estúpidos. Se presume que siempre actúo en forma racional y se buscan motivaciones ocultas, que en este caso han llegado a extremos delirantes, como que fue un regalo de cumpleaños a Cristina, para que el gobierno se desembarazara de Ginés. 

Entiendo el pedido de renuncia que le formuló Alberto, deploro su salida del gobierno y recomiendo leer su carta de despedida. Allí, además de trazar un balance de su gestión, luego del desastre de los cuatro años del neoliberalismo, el ex ministro dice que las personas vacunadas en el Ministerio “pertenecen a los grupos incluidos dentro de la población objetivo de la campaña vigente”. Es lo mismo que me dijo cuándo, alarmado ante el noveno contagio en mi familia, que abarcó desde septuagenarios hasta bebés de un año, y con una víctima fatal luego de semanas de sufrimiento, lo consulté sobre si me correspondía. Me dijo que sí y que debía hacerlo en el Hospital Posadas, uno de los tres nacionales, que depende del Ministerio. Días después obtuve el turno. 

Pero horas antes, desde la secretaría privada del ministro me indicaron que un equipo ambulante del hospital lo haría en el propio Ministerio. No debí haberlo consentido. 

Amigos bien intencionados me sugieren respuestas polémicas sobre los privilegiados que denuncian privilegios, la pésima gestión de la Ciudad Autónoma frente a la pandemia y la vacunación, donde no hay un cronograma y se abren las escuelas sin las condiciones mínimas. También me envían memes simpáticos y frases certeras de Arturo Jauretche.

 


Todo eso es cierto y mi ex, que tiene más de 70 y es médica, nunca consiguió registrarse ni en los teléfonos ni en la web de la CABA. 

Pero nada de eso me justifica. Por el contrario, debilita mi reclamo de un trato igualitario y de cuidado especial a los más vulnerables. Lo más decente que se me ocurre es reconocerlo y pedir perdón. 

El único consuelo es constatar cuánta gente digna y pura nos rodea y no nos habíamos dado cuenta.





Kirchnerismo puro. La épica que no fue… @dealgunamaneraok...

 Kirchnerismo puro. La épica que no fue…

Silencio hospital VIP, Ginés González García. Imagen: Pablo Temes.

 

El Gobierno se quedó sin el instrumento de campaña más poderoso que tenía para las elecciones de octubre. 


Iba a ser la épica de la vacuna. Desde las usinas del kirchnerismo cerril se agitó esa bandera por meses. “Será la victoria del gobierno popular”, llegaron a decir en las redes algunos de los que veían en la vacunación la reencarnación de un accionar con aires de cruzada. El Presidente no fue ajeno a ese sentimiento cuando auguró millones y más millones de dosis de la vacuna Sputnik V, primero para diciembre, después para enero, luego para febrero y, ahora para no se sabe cuándo. 

 

© Escrito por Nelson Castro el  domingo 20/02/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


 

Hay que decirlo con todas las letras: la épica de la vacunación iba a ser el instrumento de campaña más poderoso del Gobierno de cara a las elecciones de octubre próximo. Esa táctica ha tenido certificado de defunción el viernes, cuando explotó la bomba del vacunatorio que se llevó puesto de un plumazo al ministro Ginés González García.

 

El vacunatorio VIP del ministerio no fue una “travesura” de un secretario, sino un eslabón de una cadena de hechos que dejan al desnudo la esencia del kirchnerismo, que es la apropiación para su beneficio de los recursos del Estado. Es una concepción monárquica que remite a la frase “el Estado soy yo”, erróneamente atribuida a Luis XIV.

 

La épica de la vacunación exigía adueñarse de las vacunas. Por eso en la provincia de Buenos Aires muchos municipios cuyos intendentes pertenecen a Juntos por el Cambio, las vacunas se almacenaron en lugares dependientes de la gobernación en vez de hacerlo en los vacunatorios municipales. Como consecuencia de ello en Olavarría, por caso, se perdieron cuatrocientas dosis.

 

Otro capítulo de ese plan fue la asignación de locales del Frente de Todos y de La Cámpora como centros a los que la gente debe recurrir para obtener información sobre cómo acceder a la vacuna y dónde registrarse.

 

Las ventajas de pertenecer. Desde hace varias semanas corría el rumor de que existía un sistema de vacunación para algunos pocos en el corazón del Ministerio de Salud de la Nación.

 

“Esto que pasó en el Ministerio de Salud al más alto nivel pasa también en los vacunatorios de la Provincia a menor escala”, se lamentó un ex director médico de un hospital del Conurbano.

 

La operatoria se realizó en total reserva pero con las inconsistencias y errores que la autopercepción de poder e impunidad deja al descubierto.

 

La elección del Hospital Posadas no fue casual. La rectoría de la salud pública en la Nación y en la provincia de Buenos Aires cuenta con un puñado de hospitales de administración nacional, ochenta hospitales administrados por la Provincia y unos cientos de hospitales municipales. Hay, además, un pequeño grupo de establecimientos de administración mixta. Entre ellos el más conocido es el prestigioso Hospital El Cruce-Néstor Kirchner de Florencio Varela. El Posadas es un hospital nacional que depende directamente del ministro de Salud Pública de la Nación.

 

“Un director de hospital sale inmediatamente eyectado de su cargo si se niega a cumplir con una orden emanada desde el Ministerio. Después deberá lidiar en su conciencia con el aspecto ético que la profesión le impone”, asegura un médico de carrera que conoce muy bien la función pública.

 

Lo que ocurrió no era ajeno a varios de los vacunatorios, hospitales y regiones sanitarias del país. De ahí que las denuncias públicas de los últimos días se venían multiplicando ante la actitud displicente tanto de González García como del ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán. Claro que al saberse que el hecho se había producido en el corazón del poder lo que siguió fue un verdadero tsunami político.   

 

“El primer dato es que el Ministerio de Salud de la Nación no tiene vacunatorio ni un equipo de vacunadores propios. Tampoco cuenta con capacidad para almacenar o refrigerar vacunas. Las vacunas las trajeron refrigeradas desde el Hospital Posadas y la inoculación se hacía en una oficina del Ministerio. Todo de manera muy informal y poco profesional”. En eso coinciden las fuentes que conocen bien el edificio que se erige en la Avenida 9 de Julio.

 

“El grupo de vacunadores del Posadas subió por el ascensor del personal jerárquico que conduce, entre otras oficinas, al despacho del ministro”. Otro aspecto a tener en cuenta desde el punto de vista técnico-médico es que “la forma farmacéutica de los primeros cargamentos que llegaron de la Sputnik V eran multidosis que alcanzan para inocular a 5 personas. Por lo que, una vez abiertos, deben utilizarse en su totalidad ya que si no, lo que no se usa debe descartarse. Recién en el último envío desde Rusia llegaron las monodosis”, dijo una experta en inmunización que sigue de cerca el tema.

 

El kirchnerismo es ducho en perfeccionar los procesos de corrupción. Y este, lo es.  En ese contexto, un especialista del ámbito académico que pasó por la función pública sentenció sin dudarlo: “Nada de lo que ocurría en torno a la inmunización es ajeno a Carla Vizzotti”. Es impensable imaginar que la flamante ministra nada supiese.

 

La bomba destruyó la credibilidad de una campaña que ya venía de capa caída. “Alberto se enteró de las filtraciones el jueves por la noche. El viernes iba a pedirle explicaciones a Ginés pero Horacio Verbitsky, que también sabía que el tema llegaría a los medios se adelantó”, confió una fuente de la Presidencia. En efecto, Verbitsky ya estaba anoticiado de la investigación de los colegas Federico Mayol e Ignacio Ortelli, por lo que seguramente prefirió decirlo él minutos antes de que se publicara la información destructiva para su reputación y la del Gobierno.

 

En la Casa Rosada la bronca es incontenible: “Queríamos dar un golpe de timón con la inauguración del Consejo Económico y Social, y esto nos hundió”. Aún ayer se preguntaban quién y por qué había filtrado la información. Parece mentira tanta ingenuidad ante una situación tan evidente. Se ve que la impunidad les hace perder contacto con la realidad de mucha gente que, tanto en el Ministerio como en el Posadas, sabía todos los detalles de esta operación y que estaba y está indignada por tan flagrante muestra de privilegios que, además, los dejan indefensos, porque esas vacunas VIP les fueron quitadas al personal del equipo de salud que desespera por una vacuna que los libere de la pesadilla de tener que enfrentarse con el covid-19 todos los días.

 

Ginés nunca tuvo el aval de CFK y del Instituto Patria. CFK decidió enviar a González García como embajador a Chile cuando fue electa presidenta. Luego del desplazamiento del ministro la apuesta del kirchnerismo duro era por Daniel Gollán. Vizzotti era la reemplazante natural por el diseño y seguimiento del plan de vacunación y las negociaciones con Rusia. Ahora en la pulseada entra en disputa el puesto de la ex secretaria de Acceso a la Salud que La Cámpora quiere para el viceministro del área en la Provincia, Nicolás Kreplak.

 

Dijo Cicerón: “Servirse de un cargo público para beneficio personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable”.

 

Producción periodística: Santiago Serra.