Inclusivos y sin género: la industria del juguete se suma al cambio de
paradigma…
El movimiento que
comenzó en Europa y Estados Unidos hace unos años empieza tímidamente a ganar
agenda entre los fabricantes locales.
© Escrito por Laura Mafud el jueves 05/08/2021 y publicado por
forbesargentina.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Mattel
tomó nota de los cambios de época y de las nuevas demandas. Su producto
estrella, la icónica muñeca Barbie,
que en 2021 cumplió 52 años, viene
atravesando en el último lustro un fuerte proceso de transformación. Luego de
haber sido duramente criticada a causa de los estereotipos corporales poco
realistas que imploraba, en 2016 incorporó
modelos que incluyeron la serie alta, baja y curvy, y
el año pasado se viralizó un video a través de YouTube que se alzó como ejemplo
de inclusión en el que Barbie y su amiga Nikki hablaban sobre
justicia racial.
Hoy, ya
lejos de la uniforme figura hiperdelgada, Mattel produce Barbie
con 22
tonos de piel, 94 colores de pelo, 13 colores de ojos y cinco tipos de cuerpo.
Y los resultados de sumar inclusión y diversidad no se hicieron esperar: en
2020, la firma cerró su mejor año en ventas de las últimas dos décadas, reportó
un artículo de Bloomberg publicado en febrero de este año. ¿Cuál fue la muñeca
más vendida? La Barbie en silla de ruedas.
Barbie
El caso de Barbie, así como el de Lego, que este año lanzó su primer set con
temática LGBTQ, llamado Everyone Is Awesome, ilustra cómo la industria del juguete comienza a tomarse en
serio los cambios de época. Y, si bien en el mercado argentino, la tendencia
todavía es muy incipiente, el tema
empieza a ganar espacio en la agenda de varios de los jugadores del sector.
Lego
Así lo entienden desde la Cámara Argentina
de la Industria del Juguete (CAIJ), que vienen impulsando iniciativas dirigidas a
promover una mayor inclusión. “El cambio de la mirada de la sociedad sobre la
equidad de género e inclusión permitirá abrir el camino hacia la búsqueda de lo
que realmente se puede llegar a valorar de las propuestas con perspectiva de
género y/o enfoque inclusivo de la industria argentina”, comparten desde la
CAIJ.
Algunas
empresas argentinas comenzaron ya a plasmar en la presentación de sus juguetes
parte de los conceptos de inclusión de género, por caso, que viene clamando la
agenda social. Un ejemplo es la línea de cocinas de Petit
Gourmet de Lionel's, con un enfoque sin distinciones de género. O las
pochocleras CIME, en cuyo packaging se pueden ver niños cocinando.
“Los niños y las niñas se divierten sin asociar un color o juguete
al género. El enfoque del juego sin parámetros es
fundamental a la hora de diseñar y fabricar juguetes, por la implicancia y
responsabilidad que conlleva esta industria. Además es fundamental para construir una
propuesta de juegos y juguetes con potencial de diferenciación y cultura
local”, destaca Emmanuel Poletto, presidente de la CAIJ.
Para la
psicóloga Beatriz Goldberg, especialista en crisis individual y de pareja y
autora de más de 20 libros, “lo más importante es que los chicos
puedan incluirse en los juegos. Los chicos se educan también
con los juegos e influye el tipo de producto que uno elige para sus hijos”,
comparte a Forbes.
Juguetes por la
diversidad
Federico
Galanterni, director de Casita de Muñecas,
apostó por la inclusión y la diversidad, luego de incorporarse a la empresa familiar,
dedicada desde hace varios años a la fabricación de juguetes. “Después de
analizar varias alternativas, siempre dentro de la industria del juguete, nos
dimos cuenta de que había un nicho de mercado poco
explorado en los bebotes de apariencia real”, recuerda al
frente de la compañía que, desde 2015, produce unos 70.000
bebés de juguete y accesorios por año y emplea a 25 personas.
Federico Galanterni,
Casita de Muñecas.
Entre
su portfolio de más de 100 productos, en los que hay muñecos que
representan a diferentes etnias, la firma lanzó a Oli, el primer bebote con
rasgos de Síndrome de Down. “Surgió de una anécdota que me conmovió: me
llegó el comentario de una niña con Síndrome de Down que no jugaba con
muñecas porque decía que ninguna se parecía a ella. A raíz de este caso me di
cuenta que había algo que estaba faltando, algo que había que hacer por niños y
niñas”, comenta en diálogo con Forbes.
El
desafío fue enorme. Galanterni se puso en contacto con el equipo de la
Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra) para buscar
asesoramiento. “Oli no es un producto más, es un eslabón de un gran proyecto
que hoy llevamos adelante en Casita de Muñecas, desde donde promovemos
el juego inclusivo, diverso y plural”, dice Galanterni, quien espera
comenzar a exportar a Uruguay y a Chile de cara a 2022.
De
hecho, este año la empresa sumó a su catálogo a Eli, un
bebote con implante coclear. “En ambos casos, la respuesta fue asombrosa,
hemos recibido infinidad de mensajes de familias agradecidas por estos muñecos.
Muchos profesionales que trabajan con niños y niñas con estas patologías se han
acercado para contarnos lo bien que les hace a los niños y niñas este tipo de
juguetes, y cómo los ayuda a ellos para sus terapias”, dice Galanterni, que
sigue trabajando con Asdra y Fundación Fanda, además de estar en contacto con
varias ONG con las que colabora con donaciones de juguetes.
Casita de Muñecas
fabrica bebotes de apariencia real.
Atender
a la diversidad mediante juguetes y productos de apoyo que potencien el juego
educativo, la inclusión escolar y el desarrollo integral de los chicos en casa,
en la escuela y con terapeutas motivó a Daniela Briñon a fundar en 2013
Zona de Sentidos, el emprendimiento con el que fabrica juguetes y productos
de apoyo para chicos con discapacidad.
A
partir de la experiencia vivida con su hija Sofía, diagnosticada con
encefalopatía crónica no evolutiva (ECNE), conocida como parálisis cerebral, a
Briñon le constaba conseguir juguetes y materiales de apoyo para chicos con
desafíos en su desarrollo. “Decidí comenzar a producir y buscar materiales
para padres y terapeutas”, comenta.
Daniela Briñon, fundadora de Zona de Sentidos.
La
emprendedora empezó su proyecto con una inversión inicial de $ 10.000 y
en Zona de Sentidos, declarado de interés legislativo por la Cámara de
Diputados de la provincia de Buenos Aires, trabajan dos personas, además de un
equipo externo de diseñadores y comunicadores. Opera principalmente a través de
su tienda online, y también utiliza WhatsApp para generar ventas, así como
redes sociales. Asimismo, cuenta con un showroom en el barrio de
Belgrano.
Empresas familiares.
Ronit
Bircz, socia de las jugueterías Mono Coco, con locales
en Caballito, Nordelta, Pilar y Soleil, viene de una familia de jugueteros. Sus
padres, de hecho, fueron los ideólogos de la Valija Juliana a
mediados de los 80. Hoy, junto a su hermana Yael, comanda la
cadena que con la que produce, importa y comercializa juguetes.
“El cambio
de paradigma es súper interesante. En las jugueterías, en
una época se planteaba todo lo de varón por un lado y lo de nena por el otro.
En aquel momento, era lo más lógico de implementar comercialmente. Hoy no está
tan sectorizado”, analiza Bircz, quien lleva más de 15 años en el rubro.
“Llenar la juguetería de chicos es hermoso; estamos implementando mucho juego
dentro de las jugueterías, con mesas en las que ponemos juguetes a disposición
para que los chicos jueguen y espacios de lectura con silloncitos”.
“Es
importante el desarrollo de la imaginación en
cualquiera de los géneros y resaltaría la importancia de juegos
creativos. Y es clave la inclusión en todo, en los chicos con
otros amigos, con otros compañeros, en que podamos ayudar al que necesita”,
agrega Goldberg.
Sin
embargo, y si bien la industria local parece estar tomando nota de estos
cambios, todavía queda un largo camino por recorrer. Daniel
Dimare, director de Marketing y CCII de Juguetes
Rasti, la firma familiar que emplea a 72 personas, observa
que aún es muy incipiente la demanda de juguetes más inclusivos por parte de
los adultos.
“Es más,
la mayoría de los padres sigue demandando ciertos juguetes bien diferenciados
para ambos sexos. La industria del juguete argentino está cambiando lentamente,
principalmente por la demanda adulta que aún exige 'la cocinita rosa' y algunos
pocos exigen 'la cocinita unisex'”, dice.
Daniel Dimare, de
Rasti.
De
su experiencia con Rasti surge que las niñas compran los kits unisex y arman
tanto autos y aviones como unicornios y casitas y castillos para sus muñecos, y
los niños construyen castillitos de fantasía y unicornios. “Todavía tiene
que cambiar mucho la mentalidad adulta para que se masifique esta tendencia de
no división por género de los juguetes”.
En
la compañía, desde 2017 vienen imponiendo el concepto de “juego libre”
con Rasti que no solo representa el construir libremente, sin guías, sino que
implica jugar libremente sin ataduras sexistas y desde entonces nuestros
desarrollos de kits Rasti son unisex.
Respecto
a la inclusión de chicos con capacidades diferentes, el tema, sostiene Dimare,
es más complejo dado que no todos los juguetes se pueden adaptar para esos
niños. “En nuestro caso, lanzamos un sistema de Orientación y Movilidad
(OyM) para chicos con disminución o pérdida de la visión en conjunto con
diseñadoras de Córdoba. Este sistema de piezas encastrables permite
construir los ambientes de la vivienda o escuela de estos niños y a través del
tacto descubrir los distintos ambientes, escaleras para facilitarles una
sensación 3D donde moverse”, comenta Dimare.
Asimismo,
la empresa desde 2008 viene trabajando fuertemente el tema de la diversidad y
la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito productivo. “Damos
trabajos a talleres protegidos de la ONG redActivos y La Usina, que emplean a
adultos con discapacidad. De esta relación, ellos han sido los productores
de muñecos articulados de Blocky y han decorado juguetes Bimbi. Más recientemente,
a través del estudio creativo Gota de la misma ONG, donde emplean a personas
con discapacidad mental para aportar ideas creativas para desarrollos y diseños
de packaging, hemos cocreado Rasti Sorpresa: 5 personajes súper disruptivos y
el packaging de los mismos; la réplica en Rasti de la pickup Alaskan de
Renault, los 5 kits Rasti de la promo junto a Axion”.
Rasti
Por
otra parte, Rasti también trabaja en equipamientos para robótica, dirigidos a
instituciones educativas. “Estamos avanzando con el edutainment:
educación a través del entretenimiento útil o lúdico en los hogares y escuelas.
En los equipamientos de robótica educativa, no nos quedamos solo en el producto
físico, sino que también, junto a una empresa de Francia, estamos
cocreando un simulador virtual 3D de programación de los equipamientos Rasti
para escalar este desarrollo a escuelas que no puedan adquirir equipamientos
para todos los alumnos o para llegar a otros países”, comparte Dimare.
Junto
a profesionales de la educación, la firma desarrolla contenidos educativos
digitales para padres y profesores, Rasti ABJ, actividades basadas en el juego,
que promueven el vínculo lúdico con las distintas materias escolares, para
que puedan enseñar y llevar adelante actividades utilizando los bloques,
potenciando las distintas dinámicas de trabajo en casa, en el aula, el
trabajo individual y las dinámicas grupales colaborativas.
“La
inclusión se está dando de distintas maneras: en el lenguaje, en la
indumentaria y en infinidad de cosas. El avance es de a poco, requiere
tiempo pero, afortunadamente, se está visibilizando cada vez más. Muchas
industrias se ven atravesadas por este avance y es ahí donde hay que trabajar
fuerte y de manera comprometida”, cierra Galanterni.