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lunes, 22 de noviembre de 2021

León Gieco: setenta años, dos fiestas y un millón de amigos... @dealgunamaneraok...

 León Gieco: setenta años, dos fiestas y un millón de amigos… 


León Gieco festejó con Taty Almeida, Estela de Carlotto y Delia Giovanola.

Después de festejar el sábado en el Centro Cultural Kirchner, el autor de "Sólo le pido a Dios" volvió a reunirse con artistas que interpretaron su obra, y con un público que mostró su fervor.

© Escrito por Karina Micheletto y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

León en Tecnópolis. Siete décadas para toda la vida. Con esta invitación a celebrar el cumpleaños redondo de uno de los artistas más admirados y queridos de la Argentina, ayer León Gieco volvió a festejar sus setenta, esta vez en el predio de Villa Martelli. Y como ya había ocurrido en el Centro Cultural Kirchner el sábado, lo hizo rodeado de amigos y amigas, músicos y músicas que festejaron la belleza de sus canciones. Y también de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de hijos e hijas, que lo abrazaron, le agradecieron, le desearon cumplir muchos más con esta misma fuerza creativa con la que sigue haciendo discos, y compartieron el escenario con él en el tramo final. Fue cuando sonaron, entonados por todos y todas, los himnos "La memoria" y "Sólo le pido a Dios", el cierre de una fiesta que siguió en la noche excepcionalmente cálida por las calles de Tecnópolis, con una multitud que seguía cantando y recordando lo vivido mientras emprendía el camino de regreso. 

Liliana Herrero, Luis Gurevich, Hilda Lizarazu, Claudia Puyó, Miss Bolivia, Nahuel Pennisi, la armoniquista Sandra Vázquez, Julia Zenco, Leo García, Manu Sija, Javier Calamaro, Emme, Juan Subirá, Dani Suárez y Cóndor Sbarbati de La Bersuit, formaron parte de esta segunda --pero no menos intensa-- parte del festejo de los 70 León. La dirección musical estuvo, nuevamente, a cargo de Lito Vitale. 

Y estuvieron también presentes en el estadio Taty Almeida, Estela de Carlotto y Delia Giovanola, además de representantes de H.I.J.O.S. y de otros organismos de derechos humanos. "Madres de la Plaza, el pueblo las abraza", fue el canto colectivo que resonó en Tecnópolis, junto a las canciones de León.  

La fiesta tuvo mucho de reencuentro: con León, con sus canciones, con las y los artistas que las interpretaron, con la experiencia de un evento en un lugar masivo como el microestadio de Tecnópolis, ya superada la etapa de mayores restricciones de la pandemia. Pero sobre todo, por la fiesta que se vivió, algo que trajo a la memoria de los cuerpos los momentos de los grandes conciertos pre pandemia, con ese clima de energía compartida alrededor de una obra que se admira y se disfruta.

 

Con el corazón en la voz 

Así se vivieron temas como "El fantasma de Canterville", en la potente voz blusera de Claudia Puyó, o el siempre vigente "De igual a igual", que hicieron los integrantes de La Bersuit. Fueron momentos festivos, de reencuentro catártico con la experiencia de recital, en un público que entró al estadio ya coreando el nombre de León.   

En el otro extremo de las emociones, el momento en que Liliana Herrero interpretó, con el corazón en la voz, "Todos los días un poco", fue de alta intensidad. "Claro que celebramos, con el corazón de León en alto, y con la música de este país en alto", agradeció la cantante antes de recibir un largo aplauso del público. 

 


"Los salieris de Charly". "La cultura es la sonrisa", "Pensar en nada", "Cinco siglos igual", "El país de la libertad", "El desembarco", "Carito", fueron parte de un repertorio que comenzó, transcurrió y terminó con grandes himnos de la música argentina. Canciones que a todos y todas las presentes los interpelaban desde un lugar emotivo cercano e intenso, muy propio. Como ocurre con las canciones con las crecimos, las de León despiertan recuerdos, remiten a momentos, sensaciones, etapas. Pero también siguen cantando con gran potencia en tiempo presente. 

Estuvo también representado Mundo Alas, ese gran y único proyecto inclusivo que comandó León, que se transformó en una gira por el país (incluido un concierto en el Luna Park para la celebración de los 20 años de este diario), en una serie y en un documental muy premiado. En este concierto sumó su arte la artista plástica Antonela Semán, que pinta con los pies y a lo largo del show hizo un cuadro en vivo, y estuvo como invitado Pancho Chévez, el armoniquista y compositor que, según León, "fue el responsable de que toda esa locura comenzara". 

Potencia presente

Están las canciones de siempre de León. Y están las nuevas, que también sonaron con potencia en el festejo de cumpleaños. Entre los temas del disco que el cantautor ya fue presentando por estos días, sonó desde la pantalla "La amistad", que Gieco grabó con su amigo de siempre Gustavo Santaolalla, y en el que también recuerda a otros amigos: Mercedes Sosa, Sixto Palavecino y Elpidio Herrera. 

Miss Bolivia fue la encargada de versionar otro de los temas del nuevo disco --que León hizo con Luis Gurevich y presentará completo el año que viene--: el "rap trap alimenticio" "Alimentación.com". Al estilo de "Ojo con los Orozco", allí Gieco va jugando con palabras, pero esta vez son las sustancias que tienen los alimentos que comemos, esas que aparecen en la letra chica de los envases. Linduras como "ácido clorhidrato, mononitrato de tiamina, alfatocoferol acetato, ascorbato de sodio". 

"Gracias Miss Bolivia por cantarla por mí, porque yo no sé cómo voy a hacer para cantarla en vivo", bromeó el homenajeado sobre la dificultad de pronunciar --y rapeándolas-- esas sustancias tremebundas. "Para grabar fue más fácil porque tenemos yeites, cortamos por frases, engrupimos mucho", siguió en tono jocoso. 

Un millón de amigos 

Al igual que el sábado en el Centro Cultural Kirchner, la previa del concierto fue con saludos que le enviaron a León sus amigos y amigas alrededor del mundo. Silvio Rodríguez, Rubén Rada y Pablo Milanés en un jocoso video compartido, Susana Rinaldi, el jurista Baltasar Garzón, los expresidentes Pepe Mujica y Rafael Correa, Víctor Hugo Morales, Graciela Borges, Ana Belén, Joan Manuel Serrat, Litto Nebbia, Taty Almeida, Estela de Carlotto, entre muchos y muchas, le hicieron llegar su cariño al homenajeado. 

Diego Capusotto saludó a "Juan Domingo León". Kevin Johansen recordó que "del dicho al hecho, hay mucho Gieco". Hugo Soriani, director periodístico de Página/12, apuntó que "los títulos de las canciones de León, muchas veces han sido títulos del diario". Y esta vez se sumó el saludo de Zamba --el personaje de PakaPaka-- por los 70. "Me encantó, y seguro que le encanta a mi nieto Oliver", agradeció León.  

León es, según se escuchó entre esos saludos, "el artista más querido de la Argentina". El tipo que siempre estuvo parado en un lugar coherente entre obra, palabra y acción, el que defendió siempre las causas justas. El que regaló canciones que quedarán para siempre. El que supo cosechar un millón de amigos, el que hoy le canta a la amistad. Algo así le fueron a decir, y por eso le fueron a agradecer, todos los artistas y el público presente. Y por eso en los 70 de León se multiplican los festejos, y se seguirá celebrando. 

El empujón a los nuevos artistas 

La previa del concierto de León Gieco fue con una inauguración: se relanzó el CIAM, Centro de Investigación Aplicada a la Música, con tecnología de grabación y sonido de punta, pensado para servir como espacio de experimentación y grabación para los músicos y músicas emergentes. León fue nombrado padrino de la sala que se bautizó con el nombre de "Mercedes Sosa", y la invitada especial a la inauguración fue Taty Almeida. 

"Yo grabé en muchos estudios del mundo y puedo asegurar que este está a la altura de los mejores, no se puede creer lo que encontré", halagó León el equipamiento técnico de una calidad única en Latinoamérica. "Estoy contentísimo de ser el padrino artístico de un lugar que estará abierto y a disposición de todos los músicos, sobre todo de los que están empezando. Es el empujón que todos los artistas, cuando hemos empezado, hemos necesitado", expresó. 

El lugar retomará las funciones que había dejado de tener durante la gestión anterior: será un centro de investigación, formación y capacitación para estudiantes y profesionales vinculados al mundo del sonido, la música, el cine y los videojuegos. El estudio A cuenta con una sala equipada con un piano acústico y amplificadores de instrumentos, lo que permite grabar sesiones simultáneas y hacer mezclas Estéreo, Dolby Surround 5.1, 7.1 y Dolby Atmos. El estudio B también es de avanzada: permite mezclas Estéreo e Inmersivas al estar está equipado con sistema Ambisonics.


 

sábado, 5 de septiembre de 2015

Día de la Industria según CFK... @dealgunamanera...

Las perlitas de Cristina Kirchner en el acto por el Día de la Industria en Tecnópolis...

Cristina Kirchner, en medio de su extensa alucución. Foto: DyN

El discurso de casi dos horas de la Presidenta aumentó el apetito de los asistentes, que aguantaron entre murmullos comiendo pan mientras la mandataria exponía los logros de la gestión kirchnerista y les pedía apoyo.

La cena conmemorativa por el Día de la Industria organizada por el Gobierno en Tecnópolis tuvo un extenso discurso por parte de la presidenta, Cristina Kirchner, que habló durante casi dos horas sobre los logros de su gestión y la del fallecido presidente Néstor Kirchner.

La Presidenta, que presidió el encuentro al que asistieron dirigentes de entidades gremiales industriales de todo el país en el predio de Villa Martelli, confundió la fecha del Día de la Industria con el 2 de Abril, Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, no una sino tres veces. Hasta preguntó una y otra vez sobre el paradero de sus anteojos, que tenía justo enfrente, en el atril. Fueron momentos de cierta dispersión de Cristina.

Entre bostezos y murmullos, los asistentes escucharon a la mandataria en su último discurso conmemorativo por el día de la industria mientras comían pan, luego de la espera de más de dos horas de muchos de ellos en las mesas.

Al comienzo, se proyectó un video sobre la evolución de la industria durante los últimos 12 años. Pero el video no fue suficiente: con 41 filminas de powerpoint, la Presidenta repasó los "índices notables" sobre la reactivación industrial, social y económica de sus mandatos, filminas que además compartió mediante su perfil de Facebook y en la red social Twitter.

"Esto no es pan y circo, es pan y powerpoint", bromeó el ejecutivo de una multinacional que asistió a la celebración.

© Escrito por Francisco Olivera el miércoles 02/09/2015 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





domingo, 5 de abril de 2015

Autitos… @dealgunamanera

Autitos…



Tengo un problema interesantísimo para plantearle. En general, este tipo de problemas parecen no estar ligados con la matemática pero en realidad, no sólo no es así sino que forman una parte central de su estructura. Me apuro a escribir que el problema es entretenido, divertido, accesible y tiene el atractivo extra de que yo le voy a dar una parte de la solución. Si me permite sugerirle algo, no trate de resolverlo inmediatamente. Permítase pensarlo durante un tiempo. No hay apuro. Más aún: si usted logra describir “alguna” estrategia, no importa si es la óptima, verá que se va a sentir muy bien.

Por otro lado, en la vida cotidiana, uno tiene pocas oportunidades de resolver este tipo de problemas, y cuando se enfrenta con uno de ellos, pareciera como que uno está “jugando” o “perdiendo el tiempo”, y en realidad, no sólo no es así, sino que es una verdadera lástima que se interpreten de esa forma. Pensarlos (y resolverlos) es “hacer matemática” y en el mundo que vivimos hoy, las personas que son capaces de diseñar soluciones a este tipo de problemas, son fuertemente valorados y muy buscados en el mercado laboral.

Bueno, basta de prolegómenos. Acá voy.

Suponga que usted tiene 25 autitos de carrera. Necesita seleccionar los tres más rápidos. Tiene una pista para hacerlos correr pero no tiene cronómetro. Eso no sería un problema si usted pudiera hacerlos correr a todos al mismo tiempo. Bastaría con hacerlos dar vueltas a una pista (digamos 10 vueltas) y quedarse con los tres que lleguen primeros. Pero acá es donde aparece la primera dificultad: la pista solo “tolera” cinco autitos por carrera. Es decir, en la pista no puede haber más de cinco autos por vez.

Y acá llega el punto crítico. Uno podría preguntarse: ¿cuántas carreras tengo que hacerlos correr para poder encontrar los tres más rápidos? Si uno no tuviera tiempo y recursos ilimitados, estoy seguro de que usted podría diseñar múltiples alternativas para determinar los tres más rápidos, pero ¿qué pasaría si yo le dijera que solamente puede usar la pista siete veces? Como usted advierte, ahora el problema adquiere otra dimensión. ¿Cómo hacer? ¿Cómo elegir los autitos que tienen que correr esas siete carreras?

Resumo: uno tiene 25 autitos, una pista para hacerlos dar vueltas. Solamente se permiten cinco autos por carrera. No hay un cronómetro para determinar los tiempos. Todo lo que se puede hacer al terminar una carrera, es ordenarlos por orden de llegada. Se trata entonces de elegir los tres más rápidos usando nada más que siete carreras.

Como se ve, el problema consiste en diseñar una estrategia para seleccionar los autitos para cada carrera. Esa es la parte que le corresponde a usted. Yo ya lo “ayudé” cuando le dije que con siete carreras alcanza. Ahora se queda usted con la chance de pensar.

Solución

Yo voy a proponer acá una estrategia posible. Estoy seguro de que debe haber otras. En todo caso, si usted encontró alguna, fíjese si coincide con la que figura más abajo. Si así no fuere, nadie dice que la suya sea ni peor ni mejor que la mía. Serán dos formas diferentes de resolver el mismo problema.

Las primeras cinco carreras servirán para determinar “algún” orden entre los 25 autitos. Digamos que terminan ordenados así:

A1, A2, A3, A4, A5

(donde A1 es el más rápido entre estos cinco y A5 el más lento).

De la misma forma, se obtienen estos otros resultados:

B1, B2, B3, B4, B5
C1, C2, C3, C4, C5
D1, D2, D3, D4, D5
E1, E2, E3, E4, E5

Antes de avanzar, fíjese que estas carreras sólo determinan un orden entre los cinco que estaban en la pista, pero no se puede sacar ninguna conclusión si uno los mezclara. ¿Qué quiero decir con esto? Es que el auto C5 pudo haber sido el más lento cuando se enfrentó con C1, C2, C3 y C4, pero quizás hubiera sido el más rápido si yo lo hubiera hecho correr con A1, A2, A3 y A4.

Entonces ahora, para la sexta carrera, voy a tratar de relacionar a todos los competidores de alguna forma. Para eso, hago correr a los ganadores de las cinco carreras. Es decir, hago correr a A1, B1, C1, D1 y E1.

Supongamos que este fue el resultado de esa competencia:

A1, B1, C1, D1 y E1.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de estas seis carreras? Este sería el momento en el que usted, si llegó hasta acá, debería detenerse y pensar qué hacer para poder concluir cuáles son los tres más rápidos –entre los veinticinco– pero ahora, ¡solamente nos queda una carrera para realizar! Yo voy a seguir acá abajo, pero le sugeriría que no lea lo que viene sin haberle dedicado un rato a pensar usted en soledad. Créame que vale la pena.

Sigo. Ahora voy a sacar –junto con usted– algunas conclusiones de las seis carreras que hubo hasta acá.

De las cinco primeras carreras se obtienen estas dos conclusiones:

1) Los autitos A4 y A5 quedan eliminados, porque tienen por delante de ellos tres que son más rápidos: A1, A2 y A3.

2) Los autitos B4, B5, C4, C5, D4, D5, E4 y E5 quedan eliminados por la misma razón: todos tienen tres autitos más rápidos.

Luego, ya hemos eliminado 10 autitos. Nos quedan 15. ¿Qué se puede inferir ahora con la sexta carrera que relaciona los ganadores de las cinco primeras?

Fíjese que como el orden en esa sexta carrera fue A1, B1, C1, D1 y E1, esto significa que quedan eliminados D1 y E1 porque tienen tres autos por delante: A1, B1 y C1.

Pero si D1 y E1 están eliminados, entonces también lo están todos los que corren con las letras D y E, porque si los dos más rápidos quedaron afuera, con más razón los que vinieron por detrás.

Hasta acá entonces, quedaron afuera, por distintas razones (y fíjese si usted está de acuerdo): A4, A5, B4, B5, C4, C5 y todos los que corrieron con las letras D y E. Esto significa que hemos eliminado 16 autos. Nos quedan nueve.

Ahora acompáñeme a pensar por este lado. Fíjese que la sexta carrera dice que C1 tiene dos autos por delante: A1 y B1. Luego, C2 y C3 tienen tres o más autos que son más rápidos que ellos, y por lo tanto, quedan eliminados también. Esto permite afirmar que de los coches que llevan la letra C, el único que tiene posibilidades de estar entre los tres más rápidos es C1 y se quedan afuera C2 y C3.

Por su parte, como B3 tiene por delante a B1 y B2 por la carrera entre ellos y además, de la sexta carrera, A1 es más rápido que B1, y por lo tanto que B2. Esto dice que B3 se queda afuera porque están por delante de él A1, B1 y B2.

Yo sé que todo esto se parece a una “sopa de letras”, pero si usted me siguió hasta acá, habrá descubierto que quedaron estos autos como candidatos:

A1, A2, A3, B1, B2 y C1 (*)

¿Y entonces? Tenemos seis autos para seleccionar los tres más rápidos pero no los podemos hacer correr a todos porque solo entran cinco en la pista. Nos queda una sola carrera para usar. ¿Qué hacer?

Y la respuesta es que sí, que se puede hacer algo. Más aún: lo que le propongo hacer es pensar con una idea diferente. Fíjese que el auto A1, al haber ganado la sexta carrera, demostró ser el más rápido de los 25 autos: ganó su serie (con todos los autos que llevaban la letra A), pero además, les ganó a todos los ganadores de las otras carreras. Luego, el auto A1 seguro que está entre los tres más rápidos. Tanto es así, que es él mismo el más rápido de todos. Luego, no hace falta que lo haga correr con los otros que quedaron entre los que figuran en (*). Lo que puedo hacer, entonces, es hacer correr a los otros cinco (A2, A3, B1, B2 y C1) y quedarme con los dos más rápidos. ¿Se entiende la diferencia? Ahora no necesito seleccionar los tres más rápidos entre los cinco que quedan, sino los dos más rápidos. De esta forma, estos dos autos más el A1 serán los tres más rápidos que estaba buscando y utilicé para descubrirlos, solamente siete carreras.

Moraleja

Como escribí más arriba, aunque no lo parezca, esto es “hacer matemática”. Más aún: los matemáticos, o los programadores, detectarían que hay algunas variaciones que se pueden hacer al problema original y buscar diferentes estrategias para resolverlos. Sígame por acá.

1) Uno podría modificar el número de autos. No tienen por qué ser 25. ¿Cómo cambiará la estrategia si en lugar de haber 25 autos hubiera 10? ¿Y si hubiera 30? ¿O 100? Esto ya muestra que quizá, siete carreras no alcanzarán (o sobrarán, dependiendo el caso).

2) Otra variable a considerar es el número de autos que entran por carrera. Si en lugar de entrar cinco entraran 25, por ejemplo, entonces en el problema que planteé más arriba alcanzaría con una sola carrera: corren todos y listo. Me quedo con los tres más rápidos. Pero si uno permitiera seis autos, ¿cómo habría que modificar lo que hicimos más arriba? ¿Y si se permitieran siete autos por carrera? ¿O diez? Luego, el número de autos por carrera también es una variable a considerar.

3) ¿Y si en lugar de elegir los tres más rápidos hubiera que elegir los cuatro más rápidos? ¿O los dos más rápidos? Es decir, el número de autos a seleccionar es también una variable a tener en cuenta.

Como se ve, reducir el problema a 25 autos, en donde pueden correr cinco por carrera y hay que elegir los tres más rápidos, es sólo un caso particular entre los infinitos posibles. Elaborar estrategias que permitan resolver todos los problemas al mismo tiempo no es algo sencillo ni mucho menos, pero como usted detecta, el problema original, que parecía un juego, se puede transformar en algo muchísimo más complicado y muchísimo más útil. Es solo cuestión de aprender a diseñar estrategias que minimicen el esfuerzo, optimicen los recursos y maximicen los resultados. Algo parecido a lo que sucede en la vida cotidiana, ¿no es así?

* Este problema lo conocí a través de Juan Pablo Pinasco. Lo propuse en varias escuelas públicas del país y también el 25 de octubre en una reunión en Tecnópolis.

© Escrito por Adrián Paenza el domingo 05/04/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad autónoma de Buenos Aires.


domingo, 13 de abril de 2014

Entrevista a Jorge Lanata… De Alguna Manera…

Jorge Lanata: “Es cada vez más difícil discutir con los K”...

 Lanata dispara. “Así como el menemismo pedía coimas, el kirchnerismo participaba de las empresas. Es un tipo de corrupción mucho más estructural”. Foto: Enrique Manuel Abbate.

En su último libro "10 K, la década robada", el periodista ofrece la “otra versión del relato”. La ruta del dinero que termina en Cristina. Críticas a Clarín y la relación Magnetto-Gobierno.

Una semana muy especial para Jorge Lanata que acaba de recibir (compitiendo con 60 países) el gran premio a la labor periodística del New York Festival y, al día de hoy, comienza una nueva temporada televisiva en Canal 13 mientras que ya, en librerías, su último libro 10K, la década robada ocupa un lugar destacado.


Mientras cae la tarde sobre el Río de la Plata, Jorge tiene entre sus dedos un cigarrillo ficticio y asiente cuando, tras una primera lectura, le comentamos que la investigación y el relato lo hacen un testigo apasionado del tiempo argentino que le ha tocado vivir.
—En su momento yo pensé eso cuando hicimos Página/12 –explica– porque los diarios son productos muy vinculados al tiempo en el que se desarrollan. Y nosotros, así como Crítica en su momento expresó a la sociedad de Natalio Botana, o La Opinión el tiempo de Jacobo Timmerman, también Página/12 representó a la sociedad de fines de los años ochenta y principio de la década del noventa. Y, la verdad, es que yo tengo que ver con esta época que vivimos. También, a lo largo de estos diez años,  muchas de las cosas que cuento, me pasaron, me ocurrieron. No son hechos que le tocaron a otros.

—Por eso pensamos que este libro en particular (y vuelvo a usar la palabra) te convierte en un testigo.
—¡Es algo que me pasó a mí! Entonces, cuando hablo de Néstor es porque lo conocí. Cuando hablo de Cristina es porque la entrevisté y la conocí. No estoy hablando de oídas. Y para mí tiene ese valor. También es una manera más cotidiana de escribir la historia. Muchas veces la historia argentina se escribió desde testimonios directos. Después vinieron otros a analizarla. Muchos periodistas han escrito sobre la historia de “su” momento y luego eso quedó reflejado en la historia más grande.



—Son muy puntuales tus recuerdos acerca de la economía de Santa Cruz que dependía íntegramente del Estado. Algo feudal.
—Aquí hay varias cosas que decir: por un lado, todos sabíamos que eso era así, pero entonces no lo tomamos en cuenta de la manera en que deberíamos haberlo hecho. Hubo muchas cosas que hizo este Gobierno de las que nos fuimos enterando después. Y muchas veces, también, evitamos decirlas por prejuicio ideológico. Por ejemplo, lo de las Madres de Plaza de Mayo: yo  supe dos años antes que estaba todo mal, que Schoklender se la pasaba patinando la plata en el Casino, que había algo raro que no cerraba. Y entonces, como eran las Madres... “bueno, no digamos nada”. Estas cosas de una izquierda mal entendida: “No le demos pasto a la derecha contando determinadas cosas”. Y con los Kirchner fue igual. Yo me acuerdo que en esa época, cuando asumieron, yo estaba en Radio del Plata y fui a dar una charla a la que me habían invitado Mónica y César. Era en un club de pesca, en San Pedro, y a la salida de la charla vino un señor con unas carpetas y me dijo: “Ustedes tienen que saber quién es quién. Kirchner es un desastre por esto y lo otro”. Pero nadie conocía a Kirchner en ese momento. Yo no me olvido de ese tipo con las carpetas al cual no le dí bola. Esto ocurrió un mes antes de las elecciones. Tampoco creo que hubiera cambiado nada si lo hubiéramos contado antes. De última, el país tiene su propia dinámica, pero muchas veces fuimos prejuiciosos de nosotros mismos: “No contemos cosas malas de alguien que no terminamos de conocer”.

—Vos, en este libro, das  detalles muy impactantes. Por ejemplo ¿cuánto pesa un millón?
—Hay cosas que tienen que ver con la política y otras, con la cultura que es más que la política. Y lo de pesar la guita fue como revelador para mucha gente. En principio para nosotros mismos: por ejemplo, cuando investigábamos la ruta del dinero K yo nunca pensé que esto terminaba en Cristina. Realmente. Pensé que terminaba en Lázaro Báez ó, como mucho, en Néstor. Por supuesto, estábamos seguros de lo que sacábamos al aire pero nunca pensamos que todo iba a seguir desarrollándose igual. Que, de golpe, se iban a ocultar las pruebas; que el juez iba a manipular la causa; que iban a hacer todo lo posible por no complicar a la gente del Gobierno. Que iban a echar a un juez, a un fiscal, a un procurador. Pasó de todo.


—¿Había billetes en una bolsa de basura?
—Yo eso lo había escuchado antes. Y lo relato en el libro: yo había tenido una reunión con una empresaria de autopistas en el interior del país. Después de que vendiera la empresa me encontré con ella en una oficina, aquí en el centro. Le pregunté por qué había vendido a una empresa brasileña y me contestó: “Porque estaba harta de llevar la bolsa de consorcio”. “Cómo, ¿llevar la bolsa de consorcio?”, le pregunté. “Sí –me contestó–. Todos los días 5, tenía que llevar una bolsa de consorcio con cientos de miles de euros que eran parte de la contabilidad de la empresa”.

—En tu libro hablás del peso específico que significa una suma de dinero.
—Eso yo lo aprendí con Fariña cuando él me cuenta que un millón de dólares pesa exactamente tanto, que un millón de euros pesa tanto. Aquí hay varias cosas que son particulares de la corrupción y que son, también, como antropológicas del kirchnerismo. Por un lado, así como el menemismo pedía coimas, el kirchnerismo no pedía coimas: participaba de las empresas. Y esto es un tipo de corrupción mucho más estructural porque permanece en el tiempo. Vos te podés gastar la coima pero, en cambio, la parte de la empresa la tenés para toda la vida. Por eso, hoy, los Kirchner son dueños de un montón de empresas. Lo cual les da un poder político y económico que trasciende al propio Gobierno. Cuando ellos se vayan, esa plata la van a seguir teniendo. Esto por un lado y, por otro, lo cual es una característica cultural K, el tema de los euros. Te explico: los euros tienen billetes de quinientos. Entonces son mucho más fáciles de transportar porque ocupan menos espacio. Lo hablábamos hoy en la radio: toda ésta es plata negra y la única manera es llevarla en efectivo. Entonces tenés que tratar que esa plata, para poder manejarla, ocupe el menor espacio posible. Y ésta ha sido también una característica de esta década.



—En un capítulo que vos titulás “Truman show”, el lector termina razonando que es como si lo viera en una película. Pero, no. Nos explicás que, lamentablemente, es la realidad.
—Yo hablo del Truman show justamente porque para mí el comienzo fue el velorio de Néstor. Y esa historia me la cuenta un protagonista: se encuentran cinco o seis millonarios (para decirlo de algún modo, tipos vinculados con el poder) en la esquina del Banco Nación y deciden ir juntos a Casa de Gobierno donde están velando a Néstor. Dentro de ese grupo de millonarios estaba Marcelo Tinelli, junto con otra gente de empresas privatizadas, además de la fuente que me lo cuenta a mí. Ellos llegan y la persona que me relata esto se encuentra al lado de Tinelli cuando se abraza con Cristina. Y esto sucede en un ámbito geográfico determinado. Se queda un rato en el velorio y, cuando vuelve a su casa, enciende el televisor y ve que Tinelli saluda a Cristina como si fuera la primera vez. Obviamente le habían dicho: “Volvé a pasar. Saludála frente al cajón”. Esto, y el hecho de que el cajón estuviera cerrado, le daba protagonismo a Cristina; el hecho de la cámara cenital; el cantante de ópera que surge del público… O sea, fue un velorio con libreto.

—¿Y el autor del libreto?
Grosman. Que después se hizo muy conocido porque también fue el autor de Tecnópolis. Grosman le vino bien al Gobierno. Fue como un encastre de piezas muy exacto porque éste es un gobierno que, desde su comienzo, estaba increíblemente preocupado por los medios. Algo sobredimensionado. De golpe, entonces, aparece un especialista en medios que dice: “Todo depende de la comunicación que se haga. Hay que revalorizar esto o lo otro”. Creo que Grosman es un muy buen publicista. No son buenos técnicos de medios pero sí saben cómo manejar el tema de la imagen. Son gente que nunca manejó una redacción y creen que los medios se planifican de una manera casi paranoica. Y no es así. Los que hemos estado toda la vida en una redacción sabemos que nunca es unívoca, nunca se le puede dictar lo que debe decir. Es como en la radio: ni sé lo que vas a decir vos ni vos sabés lo que voy a decir yo. Bueno, ellos creen, a pie juntillas, que nos están dictando lo que hay que decir. Un absurdo. En ese sentido están lejos de lo que son realmente los medios. Y haciendo un poco de psicología de café digamos que están proyectando lo que ellos querrían hacer. Pero ningún medio es tan stalinista. Y cuando existen es porque son únicos. Vos me dirás ¿el Granma cubano es así? ¿El Pravda era así? ¡El Pravda era así! Pero lo compraban porque no había otro.


—También, cuando hablás del poder, te referís a un pasado lejanísimo como aquel en el que reinaba Itzcoatl, el primer rey de México que llevó adelante la primera reforma religiosa y obligó a los suyos a adoptar una nueva teogonía.
—Bueno, a veces en las dictaduras inventan un pasado para justificar un presente. Esto es lo que, con el tiempo, ocurre con el famoso “relato”. Es lo que ahora más se ha roto y por eso al Gobierno le cuesta consolidar todo lo que hace. Cuando el “relato” está roto lo hace en su conjunto. No lo hace por partes. Cuando a un nene le dicen que son los padres ya no cree en los Reyes Magos, ni en Pascua, ni en nada. Esta historia de Itzcoatl aparece mencionada en un trabajo de Teodorov que, cuando ganó el premio Príncipe de Asturias en 2010, vino a la Argentina invitado por el Gobierno por sus libros sobre la Memoria. Y, en verdad, el hombre fue realmente objetivo y (cosa que molestó al Gobierno) señaló que aquí no se contaba toda la historia. Hizo un paralelo entre lo que fueron los Montoneros y el ERP y el gobierno terrorista en Cambodia. Su pregunta era: ¿qué hubiera pasado si hubieran ganado? En Cambodia hubo doscientos mil muertos. ¿Qué hubiera pasado aquí? Teodorov es un tipo progresista. No es un conservador. Contemos entonces la cosas como son. Creo que contar esta historia de “juventud maravillosa” es muy irresponsable de parte del Gobierno. Es irresponsable por los pibes ¿me entendés? porque los chicos son muy manipulables. ¿Por qué los chicos no van a pensar en soluciones violentas si el Gobierno está reivindicando los años setenta de una manera totalmente acrítica? Es lógico que piensen:  “Empecemos a los tiros y, a lo mejor, las cosas se arreglan”. Ya se ha visto que aquí ha habido muchas muertes y no se arregla nada a los tiros. Es decir debemos poder contar esta historia como realmente fue. Lo que no significa reivindicar nada. Yo luché toda la vida en contra de la dictadura, por los derechos humanos. No tengo que justificarme y porque hice eso puedo decir lo otro.

—Por ejemplo, en el libro, recordás, aquel episodio en el que Cabandié amonesta a una chica policía, agente de tránsito, por hacerle una boleta.
—Ese hecho fue muy revelador. Aquí se ha creado una especie de oligarquía de izquierda, para llamarla de algún modo. En verdad, tampoco es de izquierda pero ellos la viven como si lo fuera. Una de las cosas en las que insisto en este libro es que ésta es la última batalla de la generación del setenta. Para mí, este gobierno tiene todas aquellas características: es vanguardista porque creen que son mejores que los demás. Cabandié lo demostró: “Soy hijo de desaparecidos. Soy más que vos”. Digamos que reivindica una nobleza ideológica. Son voluntaristas porque niegan la realidad, intervienen el Indec, cambian los números.Nada importa porque importa “lo que queremos pensar”. Y son inescrupulosos porque les importan más los fines que los medios. Hoy están haciendo un ajuste ortodoxo pero, en el fondo, creen que siguen haciendo la revolución. Lo viven como diciendo: “Bueno, me estoy desviando por ahora porque el camino final…”. Y entonces todo pasa a ser, si querés, grotesco.



—También, como montonero, Héctor Ricardo Leis, desde su exilio en Brasil, se ocupa de este relato.
—Leis es un tipo muy interesante justamente porque, en los últimos años, no hubo autocrítica de los años setenta. Hubo islas de autocrítica. Justamente Leis ha escrito un libro sumamente interesante con Graciela Fernández Meijide. Y el libro de la propia Graciela, que ha dado motivo a un documental que se está exhibiendo en el Bafici, explica que los desaparecidos no eran héroes. Entre los desaparecidos hubo de todo y creo que hay que decirlo. Hay que contarlo así porque si sólo contamos que eran chicos heroicos estamos contando sólo una parte de la historia.

—También en un capítulo “Enemigos imaginarios” hablás de la relación K-Magnetto.
—Sí, el otro día Edi Zunino, jefe de Redacción de Noticias, me decía: “Vos contás muchas cosas contra Clarín”. Y yo le dije: “¿Por qué no?”. Yo soy periodista. Cuento lo que pasó. Sé lo que pasó. ¿Hubo lobbies? Claro que hubo lobbies. A favor y en contra de la Ley de Medios. Así como hubo uno en contra que llevó adelante Clarín hubo otro, a favor, que llevó adelante el Gobierno. Y en eso el Gobierno es muy impune porque hablan como si nunca estuvieran en el país. Esta semana Cristina habla de la exclusión como si no hiciera diez años que gobierna. Y con la misma impunidad salen a hablar de la Ley de Medios ignorando que ellos estuvieron asociados a Clarín. ¿Por qué se pelean con Clarín? Porque Néstor, en un momento, quiere comprar Clarín como una maniobra hostil en la Bolsa de Londres. Y Clarín no quiso vender. Esta es la historia: lo que empezó siendo una pelea de negocios se disfrazó de pelea ideológica. Con este libro lo que he querido hacer, si es que uno puede elegir para qué pueden servir las cosas, es escribir lo que verdaderamente pasó. Dentro de diez o quince años, cuando se cuente esta historia, también tiene que estar la otra versión del relato. Y yo quiero que este libro sea eso: la versión verdadera del “relato”. Por eso también tiene tantos números y datos. Hay poca opinión. Sólo  algunos capítulos tienen más opinión. Hay mucha información seca. Datos.



—Efectivamente. Hay mucho para hablar sobre tu libro pero, al leerlo impacta que, a pesar de los problemas de salud por los que pasás con una fuerza de voluntad extraordinaria, hayas dispuesto de tanto tiempo para investigar y, sobre todo, para sacar conclusiones.
—Bueno, estuvimos un año laburando en el libro. Para mí, escribirlo es la parte más fácil porque soy periodista. Es lo que yo hago. Lo difícil es la investigación y, un poquito más difícil es pensar qué decir. Pero, bueno, salió. Además en un momento en que, es cierto, estaba bastante mal de salud. Tenía un problema con las manos. No podía cerrar los dedos y estuve, desde el mes de octubre hasta el mes pasado, usando dos dedos de una mano y tres de la otra. Y el libro lo escribí así porque, si me operaban, no iba a poder hacerlo. Es un libro escrito totalmente desde la urgencia.

—¿Como si el libro te hubiera devuelto una parte de salud?
—Eso siempre pasa. Cuando vos estás enganchado, haciendo algo que te gusta, el cuerpo se te acomoda. Lo peor que podés hacer, cuando estás mal, es no hacer nada. La manera de salir es hacer. Creo que es mi libro numero doce pero lo vivo como si fuera el primero. Esta noche vuelvo a la tele y, aparte, tengo un programa muy bueno para hacer. Las notas sobre narcotráfico nunca se han visto antes en televisión. A mí realmente me gusta lo que hago. A veces me agota, a veces me entristece cuando, por ejemplo, hacés algo y esperás que repercuta de una manera y luego no ocurre. O cuando la pelea es muy desigual cuando te enfrentás con el Estado, ¿me entendés? La discusión política se ha transformado en una discusión religiosa, por eso, es cada vez más difícil discutir con los K. Otra idea setentista de este Gobierno es la idea de “secta” y vos no podés discutir con una secta. Es como discutir sobre Mahoma con un musulmán o sobre Dios con un católico.


—¿Vos crees en la Divina Providencia? ¿Creés en Dios?
—Sí, yo creo en Dios. Y ahora que estoy más viejo, creo más. A ver… –reflexiona–. Creo que hay un orden. No me imagino a un Dios con barba y esas cosas. Pero creo que hay un orden y que ese orden tiene algún sentido que nosotros desconocemos. Si tuviera que definirlo técnicamente te diría que soy algo así como agnóstico, porque creo que Dios existe pero que no se lo puede conocer. Es como si yo le pidiera a una hormiga que imaginara esta mesa. La hormiga es muy chiquita y la mesa, muy grande. Nunca la ha visto. No la puede abarcar. Ahora, si veo que hay cientos de miles de millones de estrellas en el universo, ¿cómo voy a pensar que estamos solos, que esto no tiene ningún sentido y que salimos por casualidad? Hay un orden. Claro que hay un orden. Sería un desperdicio que todo esto fuera sólo para nosotros.

© Escrito por Magdalena Ruíz Guiñazú el Domingo 13/04/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 29 de julio de 2012

De ruleros y batón... De Alguna Manera...

Épica de entrecasa...

 'Vayan haciéndose los rulos para el 3'. Dibujo: Pablo Temes

La autocelebración por el pago de Boden será un eslabón más de la cadena oficial de éxitos. Los tiempos que vienen.

La puesta en escena de un nuevo capítulo de la “épica” del kirchnerismo será el próximo jueves. Ese día, en la Bolsa de Comercio, la Presidenta celebrará el pago de los Boden 2012 y lo presentará como un paso en dirección de la “liberación nacional”. En la ocasión, además, seguramente insistirá con la idea de una Argentina desendeudada. Es verdad que el pago de esta rémora de la catástrofe del 2001-2002 es un acto de cumplimiento imperioso. Lo que no es verdad es que el Gobierno lleve a la Argentina por los caminos del desendeudamiento. Lo que sucede es que los acreedores ahora son otros: El Banco Central, el Banco Nación, la Anses. El superávit fiscal, que supo ser la nave insignia del Gobierno de Néstor Kirchner, ya no existe. La inflación no para y, con este nivel de gasto público que hoy presenta el país, el combate contra ese verdadero flagelo que azota a la economía, está en la raíz del problema y hasta que no se instale en la agenda del Gobierno, solucionarlo no será otra cosa que una utopía. Hará falta mucha soja a precios como los de hoy en día para alimentar las necesidades de fondos que demanda el Estado.

Así como el pago de los Boden 2012 ayuda a que el Gobierno se inserte en el mundo, otras medidas lo alejan. Algunos de los auditores de varias compañías estadounidenses que operan en el país han producido informes lapidarios sobre lo que vendrá: todos coinciden en que se va en rumbo de la Venezuela de Hugo Chávez y que, en consecuencia, habrá que olvidarse de nuevas inversiones significativas destinadas a sus empresas que operan en el país.

Vaya como ejemplo lo que está sucediendo con YPF. La nacionalización de la compañía –concretada de la peor forma posible– tuvo un apoyo político y social mayúsculo. La difusión de un documento interno de Repsol con fecha 28 de abril de 2010 aconsejando la desinversión en la Argentina, obliga a preguntarse, una vez más ¿dónde estaba, qué hacía, hacia dónde miraba, qué controlaba el representante del gobierno de los Kirchner en esa compañía, de la que la Presidenta hablaba loas hasta hace muy poco? Como casi todas las cosas que hace este Gobierno, buenas iniciativas son anuladas después en sus efectos por un desvío de los objetivos que las motivaron o por una mala instrumentación. Eso es algo de lo que está ocurriendo con YPF. La designación del ingeniero Miguel Galuccio como su presidente, generó elogios unánimes. Pero la realidad es que la empresa está manejada políticamente por Axel Kicillof a quien, además, se le ha otorgado ahora el manejo de todas las inversiones que se hacen con fondos del Estado. Habrá que ver cuáles son las decisiones que se tomen de ahora en más por parte del preferido de la Presidenta, para el que es reaccionario utilizar los fondos de la Anses para pagarles a los jubilados lo que les corresponde. Se habla de soberanía energética, pero en realidad lo que se verifica es que las necesidades de importación de combustible no ceden. Lo que se ha visto es que las negociaciones para concretar emprendimientos conjuntos con las grandes empresas del mundo del petróleo no han arrojado ningún resultado positivo, y que la única opción que quedó fue la asociación con Pdvsa. Por otra parte, y para justificar la medida por la que los precios de los combustibles, los planes de inversión, la producción y las ganancias de las empresas serán de ahora en más regulados por el Estado, el ministro de Planificación, Julio De Vido, dijo que lo que se había hecho es una “planificación inteligente” de la actividad. Pregunta: ¿al Gobierno le llevó nueve años darse cuenta de la necesidad de dictar una norma a fin de asegurar la “planificación inteligente” (sic) del negocio petrolero?

Es así: todo en el kirchnerismo está teñido de oportunismo e improvisación. Se anuncian los nuevos billetes de cien pesos con el rostro de Evita, pero después se observa que los cajeros automáticos no están preparados para aceptarlos.

La Presidenta dice que por primera vez se imprimen billetes con la cara de la segunda esposa del General Perón, pero luego se sabe que ya había habido una emisión en 1952. Se inaugura el aeropuerto internacional de Río Hondo como un hecho extraordinario destinado a cambiarle la vida a los habitantes del lugar, pero luego se conoce que sólo habrá dos vuelos por semana y que la mayoría de los turistas que visitan esa ciudad y que viajan por avión deberán llegar como lo hacen hasta ahora, vía Santiago del Estero o Tucumán.

Durante la inauguración de Tecnópolis, la Presidenta le entrega a una chica de Formosa la netbook número dos millones, pero cuando termina el acto se la sacan y es recién a raíz de que ello trasciende periodísticamente dos semanas después, que el gobernador Gildo Insfrán corre presuroso a solucionar el “descuido”.

En estos días, además, se han conocido las declaraciones juradas de varios funcionarios del Gobierno. Lo que se aprecia es cómo todos ellos han incrementado sus patrimonios de manera casi exponencial. El submundo de funcionarios devenidos en poseedores de una indiscutible riqueza que impacta demuestra, además, que los que provienen de Santa Cruz se han apoderado de la tierra a base de compras hechas a un precio vil. Este es uno de los procesos más escandalosos de distribución de tierras que parece extraído de aquel otro que llevó adelante el general Julio Roca tras la Campaña del Desierto completada durante su primera presidencia.

En donde se vive una cierta calma, tras el vendaval que debió soportar, es en el “campamento” de Daniel Scioli. No es algo casual, sino producto de algo muy simple: las encuestas. Los últimos números, aún de aquellas hechas por consultoras que le responden, le señalaron al Gobierno una caída de la imagen positiva de la Presidenta mucho mayor que la que experimentó Scioli. Algunos, además, advirtieron con tino que si se hundía la Provincia, la Nación no iría a salir indemne de dicho naufragio.

Mientras tanto, en el Gobierno ha surgido un nuevo motivo de contento. Es la fecha del 7 de diciembre venidero, día en el cual cesará la cautelar que pesa sobre el artículo 61 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Para la Presidenta, en ese momento habrá de terminar la cadena nacional del desánimo y el miedo. A lo que alude la Dra. Fernández de Kirchner concretamente es a la posibilidad de que TN, origen de sus tirrias y desvelos así como también las de su difunto esposo, deje de existir. De esta manera, han quedado claramente explicitado unos de los objetivos fundamentales de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El otro, es la conformación del multimedios oficialista para cuyo logro el Gobierno viene haciendo cosas todos los días. Una de ellas fue la anulación del concurso para acceder a nuevas licencias de unos 200 canales de televisión digital. La falta de sustento de muchos de los oferentes afines al Gobierno, las dudas que había sobre la fidelidad de algunos de los oficialistas y la presencia de postulantes críticos, hizo que bajara la orden de anular el concurso en cuestión. Como se ve, para la Presidenta la pluralidad es una herejía. Kirchnerismo puro.

Producción periodística: Guido Baistrocchi

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 28 de Julio de 2012.