Mostrando las entradas con la etiqueta Facebook. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Facebook. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de marzo de 2020

Estado de Situación. No pierdo mi capacidad de asombro… @dealgunamanera...


No pierdo mi capacidad de asombro…

 Mónica Polidoro

No escribo desde la bronca, ni del resentimiento, ni siquiera desde el aburrimiento, lo hago desde el asombro.

© Escrito por Mónica Polidoro (*) en domingo 29/03/2020 y publicado en Facebook desde la Ciudad de Wheelwright, Provincia de Santa Fe de la Veracruz, República de los Argentinos.
Alguna vez alguien me dijo que cuando pierda mi capacidad de asombro, dejaría de escribir, de sentir, de crear, de imaginar. Me llegan algunos audios, de voces apoyando al Presidente. Por supuesto la archiconocida frase “esto no es política” aparece, y no precisamente por arte de magia.

A medida que las palabras avanzan se denota la dualidad en la interpretación. Frases como “que solo te han dejado”, “adonde están y dan nombres “. Las palabras altamente descalificativas hacia distintas organizaciones sociales se agigantan con el tono de voz, donde se puede denotar todo el odio acumulado hacia esos sectores. La frutilla del postre es cuando se refieren a las FFAA. Y aquí me voy a detener, porque realmente no tiene desperdicio.

El regocijo que se transmite al destacar el enorme y grandioso esfuerzo de nuestro ejército argentino al servicio del pueblo, no perdiendo oportunidad de enrostrar las críticas que ha recibido esta institución de los sectores antes vilmente vapuleados. La voz sigue dando muestras de una articulación y tonalidad que daría envidia al mejor locutor o locutora altamente calificado en el ISER, finalizando con “Estamos con Ud. Sr. Presidente” El alerta llega en el final cuando sugiere que se deshaga de todos esos personajes, que tanto daño le han hecho a nuestra Patria.

Estoy convencida que es rol de la militancia prevenir a parte de una ciudadanía que recibe este mensaje en momentos donde la vulnerabilidad emocional está a la orden del día.

Es un mensaje netamente POLÍTICO. Nace de ese 40% de la población que no puede admitir que este Presidente, provenga de un sector sumamente maltratado por los medios hegemónicos.

Cuesta aceptar que este Presidente es producto de una de las decisiones más magnánimas que cualquier dirigente de la historia contemporánea haya tomado.

Saben que el Presidente NO ES TA SOLO. Gremios, Pañuelos blancos y verdes, organizaciones sociales multisectoriales, y dirigentes políticos de distintos sectores, han tomado conciencia del significado de una verdadera y sana oposición política.

Lo que nunca jamás van a poder entender, y por supuesto tampoco aprender, y mucho menos aceptar, es la importancia del rol del Estado.


Esa ignorancia se pone de manifiesto al mencionar a las FFAA. En su intencionalidad dualista resaltan el rol del Ejército Argentino, sin mencionar que lo que hoy está sucediendo es la JERARQUIZACION DE ESA IMPORTANTE INSTITUCIÓN, a través de UNA DECISIÓN POLÍTICA de poner el ejército al servicio del pueblo y no para reprimirlo dejándolos ahogar en un riachuelo, en el mejor de los casos, y mucho menos para disparar por la espalda a jóvenes y niños. Hoy esa Institución esta comandada por quien recibiera una avalancha de huevazos de los defensores de la República. Es muy difícil tragarse ese sapo.

Saben que después de este Virus, que seguramente se saldrá de forma victoriosa, lo que quedara será un apoyo incondicional a este hombre para que lleve adelante las políticas públicas, que durante muchos años fueron denostadas por los eternos defensores de las políticas del derrame. Aun aquellos proyectos de ley, próximos a aprobarse en el Congreso de la Nación ,frenado por esta pandemia, como el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito que tanta urticaria provoca , evidenciado en el tono de voz del locutor del audio que motivo esta nota.

Saben que probablemente, ojala que sí, nacerá una oposición política sana, digna de este sistema democrático que tanto costo construir, donde prevalezca siempre superar con ideas las propuestas oficialistas por sobre el titular de cualquier medio mafioso hegemónico.

(*)
  Presidenta en AMRAF Asociación de Mujeres Rurales Argentinas / Directora en FM Libertad 103.5 Mhz.



Qué lindo vivir en Ezeiza, ¿no?... @dealgunamanera...

Qué lindo vivir en Ezeiza, ¿no?

El intendente de la municipalidad de Ezeiza es el señor Alejandro Granados, presidente del Partido Justicialista de su ciudad y congresal del Partido Justicialista a nivel provincial.

Ahí se concentran todos los curros habidos y por haber: el Mercado Central, con sus efectos colaterales de especulación, subfacturación y mafias organizadas; el aeropuerto internacional, sinónimo de contrabando y evasión impositiva; el centro atómico; los juzgados federales y la inacción tarifada; el predio de la AFA, para qué agregar algo más; dos complejos de cárceles federales, o sea narcotráfico y delitos menores; countries; puestos de pillaje en la autopista de acceso directo a los campos donde se crían los caballos de polo más caros del mundo, en Cañuelas; y a la vera de la ruta de ingreso a la Ciudad de Buenos Aires, el restaurante El Mangrullo, el primer testimonio directo sobre el poder de las vacas argentinas para los extranjeros que acaban de aterrizar y refugio militarizado para los encuentros políticos del más alto nivel, siempre dentro del partido hegemónico.

© Escrito por Enrique Vázquez el domingo 29/03/2020 y publicado en Facebook, en algún lugar de la República de los Argentinos.

El Mangrullo es propiedad del intendente, que vende carne asada de sus propias vacas y sus propios lechones, aunque es bien sabido en el pueblo que la principal actividad del intendente ha sido siempre el cuatrerismo, o sea el robo de ganado y el subsiguiente faenamiento clandestino.

El intendente de la municipalidad de Ezeiza es el señor Alejandro Granados, presidente del Partido Justicialista de su ciudad y congresal del Partido Justicialista a nivel provincial.

El señor Granados se hace llamar "el Sheriff de Ezeiza", y quizás por eso fue el creador de las rondas de vecinos armados con revólveres y fusiles, a bordo de camionetas municipales, para mantener a raya la disconformidad social del 2001 y posterioridades.

Fue elegido intendente por primera vez en 1999 y reelegido consecutivamente en 2003, 2007, 2011, 2015 y 2019.

Nunca abandonó su cargo, a pesar de que entre el 13 de agosto de 2013 y el 10 de diciembre de 2015 se desempeñó como ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, designado por Daniel "Clemente" Scioli.

Y es curioso que no haya dejado ni siquiera formalmente el cargo, porque de haberlo hecho, su reemplazante hubiera sido su mujer, la señora Isabel Beatriz Visconti de Granados, alias "Dulce Granados", quien se desempeñó además como diputada nacional entre 1993 y 1997, reelegida hasta el 2001. 

Ahí sobrevino un extraño receso durante el cual se volcó al municipio, donde creó la "Agrupación Dulce Granados", un cuerpo de choque para disolver manifestaciones opositoras, apedrear locales políticos de otros partidos y "proteger al Sr. Intendente en los actos públicos”. Entre 2005 y 2009 fue diputada provincial. En el 2009 volvió al Congreso de la Nación como diputada y fue reelecta hasta el 2017.

Ahora se desempeña como presidenta del concejo deliberante municipal.

A quienes puedan sentirse preocupados por el devenir de este gobierno mezclado con emprendimiento familiar, me complace tranquilizarlos con la noticia de que el hijo mayor del Sheriff y la Dulce, de nombre Gastón, ejerce la jefatura de Gabinete.

En el sitio web del municipio, a falta de título universitario, al intendente se lo presenta con foto patriarcal y un epígrafe sincero: "Don Alejandro Granados".

Después me dicen que este país no es Peronlandia.




viernes, 13 de marzo de 2020

Pandemia, Conciencia, Solidaridad... @dealgunamanera...


PANDEMIA, CONCIENCIA, SOLIDARIDAD...


A riesgo de ser antipático, una pequeña reflexión a partir de las noticias y varios comentarios que me encuentro por aquí. Es mi opinión, por supuesto, pero es la que va a organizar mis acciones, por la cuestión básica de que en una emergencia sanitaria le tengo que hacer caso a los que saben.
Es decir, tengo que confiar, para que de ese modo confíen en mí. Soy padre, profes. Tengo menores a cargo, que dependen de mí. Y están nuestros pares, y los mayores. ¿Cómo no esforzarme por estar a la altura?

Y estar a la altura, significa cumplir las normas sanitarias que diseñaron personas mucho más preparadas que yo.

Resulta que un virus que aún no conocemos bien vino a recordarnos que somos mortales. También llegó para mostrarnos la importancia del Estado, la educación, las consecuencias de desinversión en esos territorios. Hay que ser tremendamente corto de miras para centrarse en eso ahora.
Que si es desde hace cuatro años, o desde hace más tiempo. Quién sabe si alguno de los que se mete con eso ahora no será un infectado o un fallecido después. Priorizar dónde poner el foco, eso creo. Sobreactuaciones que distraen, y que seguimos como cardumen.

El virus vino para mostrar cómo el poder social traducido en el dinero da impunidad: muchos de los casos de personas que se niegan al aislamiento son personas de recursos, con plata, que acaban de llegar de un viaje por placer o trabajo. Son la materialización del sistema en el que vivimos, sería raro que hubiera sucedido otra cosa. Hasta dónde ese individualismo derrama sí que no es una pregunta menor.

Lo cierto es que no serán los únicos. El egoísmo y la desaprensión son transversales a las clases. Esencializar conductas es fascista. Así de sencillo. Entonces, en cambio, habrá que prestar atención a lo siguiente: a la desinformación se agregará un importante desprecio por las normas, que ya existe socialmente. Las normas preventivas que solo son entendidas como control, como un avance sobre nuestros derechos, cuando también son formas de convivencia legitimadas socialmente y sostenidas por los poderes del Estado. Más aún, son las formas que tenemos para proteger a los más débiles. Eso es el Estado.

Es una pena que esté cerrada la Biblioteca Nacional, que se restrinjan los encuentros públicos, que probablemente estemos un tiempo sin clases. Que no podamos ir al cine, a un recital, vaya a saber a dónde más. ¡Que no nos podamos ir de viaje! ¡Hay que ser tan egoísta para pensar así! Millones de compatriotas no tienen idea de lo que es eso. Y dependen en cambio de que cumplamos unas reglas sencillas, y las que vayan surgiendo...

Las medidas actuales y las que se vayan a agregar no son tomadas para naturalizar el control, la vigilancia. Resulta que a veces los controles, por vía del Estado, son la forma de ser solidarios. La solidaridad se aprende, a veces, de esta manera: cuando un virus te recuerda que sos mortal. Es cómodo, además: ni siquiera te tenés que comprometer, solamente cumplir tu parte.

La actual crisis pandémica nos recuerda la cantidad de palabras, conceptos y políticas que con el rótulo general de autoritarismo y control los “progresistas” le hemos regalado a los “autoritarios”. El enorme individualismo que a veces puede solaparse, como otro virus, en la defensa de las libertades individuales. Seas “progre” o no.

Creo que todo esto es una enorme posibilidad de afilar las armas, eso sí, mientras afrontamos la pandemia y nos cuidamos. Es probable que inconscientemente le tengamos un miedo enorme a la introspección, sea que tengamos que estar aislados, o no.

Tal vez ya lo estábamos.

Del muro de Federico Lorenz. Facebook 13/03/2020



viernes, 21 de febrero de 2020

Mientras dormías... @dealgunamanera...

Mientras dormías…


Mientras dormías, te di un beso en la frente y respiré cansada.
Te acaricié el pelo y te olí, como hacen los animales con sus cachorritos.En ese segundo, me volvió el alma al cuerpo.
Recuperé la calma, y así, con la cabeza más cuerda, me arrepentí.
De ese grito, de esa cara de enojada.De tantas cosas que te había dicho durante el día.
Mientras dormías, me reencontré con la culpa, esa vieja enemiga que tanto conozco y no puedo, todavía, eliminar de mi vida.Cerré los ojos y respiré profundo.
Me reproché haber perdido, una vez más, la paciencia tan rápido.
Porque en ese instante, mientras dormías, tu berrinche no parecía tan grave, ni tú demanda tan incomprensible.
Con la luz semi apagada y tus ojos cerrados, fue tan fácil ver lo chiquito y frágil que eres, y lo mucho que me necesitas.
Rogué al universo despertarme distinta.
Deseé convertirme en una mejor mamá para ti.
Más amable, más paciente.
Y en ese instante, mientras dormías, decidí empezar conmigo.
Me abracé y me hablé con cariño.
«No lo estás haciendo tan mal», me dije.
Y me acordé.
No todo habían sido gritos y retos.
Durante el día también te había dicho que te quería, más de una vez.
Te había abrazado y consolado después de esa gran caída.
Me había sentado en el piso a jugar.
Había tenido paciencia y me había reído.
No siempre, pero sí muchas veces.
Te di otro beso en la frente y respiré, un poco menos cansada.
«Te quiero, siempre», dije en voz baja.Y esa noche, mientras dormías, me fui de tu cuarto con ganas de volverlo a intentar

Publicado el viernes 21/02/2020 en Facebook. Texto: (no sabemos, seguimos buscando) / Ilustración de Nico Ilustraciones. #RevistaSudestada





sábado, 10 de agosto de 2019

Sobre la absolución del represor Milani. Lugares de los que no se vuelven... @dealgunamanera...

Lugares de los que no se vuelven...


Alfredo Astiz apenas si era un muchachito de 23 años cuando se infiltró en las madres y acompañó a los integrantes de derechos humanos a los que luego señalaría para su posterior desaparición. Y a nadie sorprendió que el bien apodado “ángel de la muerte” fuera joven para ser un miembro más del aparato represivo del estado de la última dictadura militar y genocida. Se dieron por válidos los testimonios de los sobrevivientes. La edad del genocida no fue un argumento para invalidarlos.

© Escrito por Estelita Pe el sábado 10/08/2019 y publicado en Facebook Revista Libertá de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En todas las causas de lesa humanidad han sido cruciales los testimonios de los sobrevivientes. Décadas llevó que fueran escuchados, décadas de lucha y denuncias no sólo de las Madres de Plaza de Mayo, sino de cientos de ex presos políticos, familiares y compañeros que VIERON y PADECIERON in situ las torturas y ajusticiamientos, las apropiaciones de los hijos y las desapariciones de personas.

Cada megacausa contó con esos valiosos testimonios con los cuales pudimos reconstruir la barbarie de los centros clandestinos de detención y exterminio, como la ESMA y La Perla, sólo por nombrar algunas de las causas más resonantes.

Cientos de esos testigos fueron y son peronistas -como miles de los 30.000 también lo eran- y cuya memoria y perseverancia en las denuncias fueron imprescindibles para las condenas a los genocidas. Reconocerlo es un acto de grandeza, como reconocer los testimonios de aquéllos que no eran peronistas. Todos sumaron a mantener viva no sólo la memoria, sino vivos a cada compañero y compañera que vieron en las cárceles clandestinas, en las mesas de tortura, en los partos de los niños que serían apropiados, en los centros de detención ocultos a una sociedad primero anestesiada y negadora y luego espantada cuando “descubrió” la barbarie. Gracias a todos ellos hoy hay condenas a los torturadores, desaparecedores, asesinos de lesa humanidad.

Graciela Calvo de Laborde dedicó su vida entera, hasta su último suspiro, a llevar a cabo su promesa de denunciar, señalar y luchar en pos de revelar cada detalle de lo que padeció y vivió, de que cada desaparecido cobrara vida con nombre y apellido y se supiera, a través de su boca, el triste destino de cada uno. Julio López conservó durante años sus apuntes para denunciar a Etchecolaz y su banda de asesinos y le costó la vida, una segunda desaparición que todavía no ha sido esclarecida, sucedida en plena “democracia”. Como ellos, aún hay sobrevivientes que caminan los pasillos de diferentes tribunales, aportando datos y testimonios, haciendo gala de una memoria inclaudicable que ha servido para condenar a unos cuántos genocidas. También los ex presos políticos testimoniaron en causas contra los responsables de tortura y desapariciones en las cárceles federales, como la de la U9 de La Plata, donde asesinaron a Dardo Cabo, Rufino Pirles, Angel Giorgadis y Horacio Rapaport, y también desaparecieron a Gonzalo Carranza, Jorge Petiggiani, Guillermo Segali y decenas de familiares que los visitaban en las cárceles. Todo ha sido reconstruido gracias a esos testimonios de los sobrevivientes de las prisiones de la dictadura.

Aducir que Milani era joven para ser parte de la maquinaria de muerte es, como mínimo, una falacia, y como máximo, una canallada sin nombre, indigna de quienes reproducen tamaña mentira. Decir que un tenientito de INTELIGENCIA “no sabía nada” de lo que sucedía en cada lugar donde estuvo es otra falacia basada en la ignorancia de cuál era el papel que cada integrante cumplía en “inteligencia”, cocina donde se hervían a fuego lento las listas de los señalados para asesinar y cuyos cadáveres pueblan decenas de fosas comunes y tumbas desconocidas donde yacen sus restos esperando que alguna vez llegue la “justicia”.

Como resultado de la absolución del genocida Milani decenas de sátrapas pretenden tapar el sol con un dedo. Son los que piensan que la proximidad del domingo electoral hace imprescindible continuar con el mismo ocultamiento que llevó a cabo la dictadura. Eso los iguala con los genocidas. Ya no existe la anestesia de los años de plomo, ya nadie puede aducir que no sabía. Ninguno puede sostener de manera creíble que un asesino es un “compañero” para salvar las papas de las elecciones. Y, lo más sorprendente es que, lejos de salvarlas, las queman a fuego fuerte, tan sólo en unas horas en que sin el menor empacho pueden señalar a una mujer impecable como es Nora Cortiña, la madre que está, como el sol, en cada lucha popular, la que no confunde amigos con enemigos, la que no se saca fotos con genocidas ni se presta para ningún ocultamiento posible, la que nunca entró en la corrupción con el dinero del estado, la que no se dejó cooptar por ningún gobierno.

Es otra barbaridad justificar un fallo canalla dejando en soledad a la familia Olivera, darle la espalda, prácticamente decir que se joda porque no tiene pruebas e inaugurar que, por primera vez, los testimonios de los sobrevivientes se transformen en NADA. Romper con la práctica de validar los testimonios de las víctimas es uno de los pasos imprescindibles para una “reconciliación” arrancada con fórceps a una sociedad que no perdona ni perdonará jamás el genocidio. Sostener la invalidez de su testimonio no sólo deja sola a esa familia y abre la puerta para la reconciliación, sino que deja abierta la posibilidad de que todos los futuros testimonios de causas en curso sean invalidados con el mismo argumento.

Pretender que ocultando la responsabilidad de Milani detrás de un fallo amañado y parcial lo redime y lava la sangre de nuestros compañeros con las que empapó sus manos es otra estupidez que espanta, inclusive, a muchos que este domingo pensaban votarlos. Vivar la absolución como un logro político en manos de jueces “compañeros” los deja desnudos y quemados al rojo vivo. Los que apañaron a Milani solitos se metieron en un callejón sin salida: si lo condenaban, perderían votos; si lo absolvían, también, porque siembran la desconfianza y el desencanto en una sociedad ya desconfiada y desencantada, aplastada por la crisis económica y por cada medida de este gobierno avalada en las cámaras por muchos miembros de la oposición que hoy se postulan como supuesta alternativa. Varios de los que levantaron las manos y votaron a favor cada pisotón oficial sobre nuestras vidas hoy se postulan como una opción diferente, creyendo que todos adquirimos una amnesia repentina.

Mala opción vivar la absolución de Milani. Mala opción, poco inteligente y oportunista si se piensa en los votos del domingo electoral.

Afortunadamente no son todos los que optan por posiciones tan reñidas con la búsqueda de verdadera justicia que condene a mentores, torturadores y asesinos de nuestros compañeros. Vaya mi respeto profundo y agradecido hacia ellos.

Los nuestros, todos y sin excepciones, los 30.000 ya no están para dar sus testimonios, no pueden decir “a mí me torturó Fulano, a mí me asesinó Mengano, a mí me señaló Perengano”. No pueden señalar a Milani para que se haga justicia en su nombre. Pero nosotros sí podemos hacerlo, mantener la tradición de creerles a nuestros sobrevivientes, recordar a mujeres como Adriana y hombres como Julio con su coherencia hasta el final, cueste lo que cueste.

Hay otra grieta en esta sociedad: entre los que jamás dejaremos pasar a ningún genocida y los que optan o por el silencio cómplice o por el apoyo expreso a los genocidas. 

Y, de pretender embarrar a una Madre de Plaza de Mayo como Nora Cortiñas, NO SE VUELVE. Ella es una COMPAÑERA. MILANI NO. MILANI ES UN GENOCIDA.

¡Livertá!