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domingo, 14 de julio de 2024

Paradojas. La Biblia y el calefón… @dealgunamanera...

Paradojas. La Biblia y el calefón…

Por gracia recibida, Federico Sturzenegger. Dibujo: Pablo Temes

La Argentina se mueve a velocidad crucero entre extremos: la economía no despega, pero todo el mundo habla del país.    

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/07/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Finalmente hubo Pacto de Mayo. El acto fue una demostración de lo extravagante del momento que se vive en el ámbito de la política. En plena noche, con algún gobernador dormido y otros luchando para no caer en las garras de Morfeo, todos pasmados de frío y sometidos a una solemnidad que les quedaba lejana y los incomodaba visiblemente. Ni que hablar del disgusto de Mauricio Macri, cuyo protagonismo ausente se hizo notorio.

El expresidente no pudo disimular su enojo por considerar que debió haber recibido algún tipo de trato diferencial. Yendo a la substancia de lo que se firmó esa medianoche ávida de historia, a nadie escapa que el decálogo de buenas intenciones que se plasmó en el documento adolece de originalidad. Cada uno de sus puntos ya está enunciado en la Constitución Nacional. Dicho esto, es menester señalar que los gobernadores que no asistieron –Axel Kicillof, Ricardo Quintela, Gildo Insfrán, Sergio Ziliotto y Gustavo Melella– exhibieron la nociva miopía política que los aqueja desde siempre. La firma del Pacto de Mayo en nada afectaba sus convicciones ideológicas, a las que antepusieron a sus responsabilidades institucionales. La errónea concepción que tienen del ejercicio del poder les impide darse cuenta de que cada uno de ellos no está al frente de una facción partidaria sino de una provincia –en la que viven ciudadanos de diferentes pensamientos políticos– a la que deben representar y cuyos intereses deben defender. Parece mentira tener que recordarles a estos gobernadores esta verdad de Perogrullo.

El ministro Caputo tuvo que repetir esta semana que no está pensando en una devaluación.

Ya con el Pacto de Mayo firmado y la Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos sancionada, el Presidente y su gabinete deben a partir de ahora enfocarse decididamente en la tarea de gobernar. Por si Milei no lo advirtió aún, la ausencia de gestión es uno de los principales problemas de su administración junto con la catarata de renuncias –y, sobre todo, despidos–en un contexto en el que nombres propios es lo que falta. El Gobierno festejó el índice de inflación del mes de junio que, a pesar de haber sido levemente superior al de mayo, permaneció bajo el guarismo de 5%. El 4,6% es producto fundamentalmente de la recesión económica reinante más allá de algún leve repunte que se evidencia en unos pocos rubros. El bolsillo está lejos de percibir algún alivio significativo y el aumento de las tarifas de los servicios públicos fue un azote. Es cierto que se ven caídas de precios, pero aún esos nuevos valores son altos para el menguado poder adquisitivo de la mayoría de los ciudadanos. La canasta básica está en 873.169 pesos. Por si alguien no cayó aún en la cuenta: una inflación del 4,6% mensual es alta. La pregunta que queda sin responder es si será posible perforar ese piso de entre el 4 y el 5%. La Argentina sigue siendo un país muy fuera de norma.

Es claro que el Gobierno enfrenta ahora un problema crucial: la falta de dólares. Esto lo aleja de levantar el cepo, medida esencial para la concreción de sus objetivos. Hasta que ello no ocurra, las ansiadas inversiones no vendrán. Sin levantamiento del cepo también se restringirán las liquidaciones de los productores agropecuarios, única manera que tiene el país de acumular dólares. Lo dijo con todas las letras Fernando Villela, el ahora exsecretario de Bioeconomía, cesanteado de un plumazo a comienzo de semana. Esta es la realidad. Por eso el Presidente produjo una sorpresa negativa cuando salió a acusar al banco Macro de estar boicoteando el plan económico. El fantasma de Sergio Massa allegado a Brito volvió a sobrevolar la escena. Esa acusación no solo sorprendió, sino que hizo ruido y generó incertidumbre. Le respondió el mercado con otra suba del blue. El intento de Luis Caputo de minimizar los dichos de Milei fue vano. Como hombre de la economía, el primer mandatario debería saber que los mercados reaccionan –ante todo– basados en la confianza o, mejor dicho, ante la falta de ella.

Una semana de furia.

Por otro lado, cuando durante los veinte minutos de chats abiertos al público que Milei tuvo el martes 9 a la mañana, Lucas Morando le preguntó sobre una posible fecha para la eliminación del cepo, la respuesta del Presidente fue interpretada de forma negativa por los mercados y los inversores. “El cepo no se levanta más”, fue la lectura que muchos hicieron. Como dijo Carlos Melconian: “No hay fideos ni hay tuco”. Al menos por ahora. La realidad demuestra que, por primera vez de manera insoslayable, a Caputo le hacen sombra los nubarrones. Esta semana tuvo que repetir que no está pensando en una devaluación. El Gobierno deberá pensar de manera urgente cómo reactivar la economía aun en un entorno desfavorable y con un Banco Central flaco en sus bolsillos. Las reservas de libre disponibilidad se acercan a cero.

Federico Sturzenegger acelera el comienzo de su gestión con fotos impostadas con el ministro de Economía. Habrá que ver hasta dónde llegan los tentáculos del nuevo hombre fuerte del Gobierno.

Mientras tanto, la Argentina sigue siendo un país pendular que se mueve a velocidad crucero entre los extremos: es el país que no logra despegar en materia económica, pero que tiene un presidente del que habla todo el mundo; es el país que no puede encontrar a un niño que desapareció de su hogar hace casi un mes; es el país del fútbol que, por los buenos resultados, le perdona todo a un presidente de la AFA muy flojo de papeles, es el país donde seis de cada diez niños son pobres, es el país que vive aferrado al pasado y con un futuro incierto... Argentina es el país de la Biblia y el calefón.



   

domingo, 24 de diciembre de 2023

En contra y a favor del DNU... @dealgunamaneraok...

En contra y a favor del DNU...


Un amplio rechazo de amplios sectores políticos, sociales, empresarios y sindicales, junto con movilizaciones ciudadanas en distintos puntos del país, fueron las inmediatas respuestas registradas tras el discurso por cadena nacional en el que el presidente Javier Milei sintetizó el contenido del megadecreto de necesidad y urgencia (DNU) diseñado a medida de las grandes corporaciones privadas y mediante el cual se disponen modificaciones regresivas que recaen básicamente sobre trabajadoras, trabajadores y compañías locales, especialmente pymes.

© Escrito por Carlos Heller el sábado 23/23/2023 y publicado por la Revista Acción en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Claro que no todas fueron manifestaciones contrarias a los cambios de reglas propuestos desde la Casa Rosada. Hubo también respaldos entusiastas: de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, entre otras entidades. A ellos se sumó el expresidente Mauricio Macri y una porción significativa del PRO. 

Elegidos

Acaso esa disparidad de opiniones refleje de modo transparente cuáles fueron los segmentos elegidos para beneficiarse y cuáles los perjudicados, detrás de la maraña de derogaciones de leyes y normas que en muchos casos protegen conquistas históricas o preservan áreas clave vinculadas con el patrimonio estatal y el ejercicio de la soberanía nacional.

La mayoría de los pronunciamientos contrarios al DNU apuntan a su carácter anticonstitucional y antirrepublicano. Tales expresiones se reiteran en gran parte de la esfera política, mientras en el Congreso está en proceso de gestación una oposición amplia al DNU presidencial.

Una síntesis de los cuestionamientos fue expuesta por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, al sostener que «a espaldas de la división de poderes» se anunció un decreto que «sin necesidad ni urgencia pretende derogar un conjunto de leyes de todo tipo». Así, continuó, «se propone privatizar todo, desregular todo, destruir derechos de los trabajadores, arrasar con sectores completos de la producción, rifar los clubes de fútbol y el patrimonio de los argentinos».

Advertencias similares fueron lanzadas por los gobernadores de La Pampa, Sergio Ziliotto; de La Rioja, Ricardo Quintela; de Río Negro, Alberto Weretilneck; y de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, entre otros. 

Flexibilización

La reacción de trabajadoras y trabajadores frente al DNU, en tanto, se originó particularmente por los artículos que anticipan la flexibilización laboral, el límite al derecho de huelga, el recorte de las indemnizaciones por despido y su reemplazo por fondos de cese, la eliminación de multas y penalizaciones a empleadores que no registren la relación de trabajo y la extensión del período de prueba de 3 a 8 meses, entre otros empeoramientos de las condiciones laborales.

Entre los que repudiaron este y otros apartados del DNU (como el que crea las condiciones para privatizar empresas públicas, por ejemplo, Aerolíneas Argentinas) se incluyeron la CGT, la CTA de los Trabajadores, la CTA Autónoma, la UTEP, la Asociación Bancaria, la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), por citar solo a algunas entidades.

Por otra parte, millones de asalariados, jubilados, profesionales, comerciantes y gran parte de las capas medias de la sociedad sufrirán pérdidas de su poder adquisitivo al suprimirse la Ley de Alquileres, permitir que las empresas de medicina prepaga fijen libremente las cuotas a sus asociados y derogarse las leyes de Abastecimiento y de Góndolas.

También se opusieron al DNU entidades como Industriales Pymes Argentinos (IPA) y la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme). Hay que recordar que el decretazo de Milei promueve la derogación de la Ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores, una herramienta para canalizar el poder de compra del Estado, así como la de Promoción Industrial.

En definitiva, resulta difícil evitar la comparación de la coyuntura actual con la de otras experiencias neoliberales extremas, como las impulsadas por José Alfredo Martínez de Hoz a partir del golpe de 1976, y por Domingo Cavallo desde 1991. Ambas con desastrosos resultados: altos niveles de desempleo y pobreza, enajenación del patrimonio público, fuerte desnacionalización y concentración oligopólica, megaendeudamiento y profundización de la desigualdad social, a partir de la desmejora en la distribución de la riqueza y los ingresos.

Se actualiza en estos días el viejo debate entre los dos modelos de país y la ciudadanía es interpelada sobre el partido a tomar, de modo que las urgencias coyunturales no den paso a desequilibrios aún más profundos y a mayores inequidades.