Los Cinco Mitos De Las Venas Abiertas…
No todo es lo que parece. Esta semana falleció Eduardo Galeano y con él se fue una de las plumas más
extraordinarias del mundo hispano. Algunos lo recuerdan por sus cuentos y
retratos sobre fútbol; otros más bien por su perspectiva de la historia
latinoamericana la que retrató en un famoso pequeño libro titulado “Las Venas
Abiertas de América Latina”.
Me propongo a continuación desmantelar brevemente los mitos que Galeano
presenta en aquel libro, los que se pueden resumir en las siguientes cinco
ideas.
1. Ha existido una continua política de saqueo desde la
época de la Colonia hasta nuestros días.
Galeano plantea en este libro una línea continua desde el saqueo de metales
preciosos –en particular en la forma de oro y plata- generada por los
conquistadores en los siglos XVI, XVII y XVIII, hasta los réditos que obtienen
empresas multinacionales como General Motors en los siglos XX y XXI.
Lo cierto, sin embargo, es que esta línea continua constituye un mito.
Mientras los conquistadores hicieron uso de la fuerza y la violencia para
obtener los metales, General Motors y otras empresas multinacionales ofrecen
intercambios voluntarios y pacíficos que enriquecen las regiones en las que se
introducen ofreciendo inversiones, innovaciones, know how, trabajo y demás.
2. Fue precisamente ese saqueo el que impulsó el mayor
desarrollo relativo europeo respecto de Latinoamérica.
Si uno considera hoy el mayor retraso relativo de España y Portugal en
relación con sus vecinos europeos no parece haber razón en esta hipótesis. Más
bien, los metales preciosos que llegaban a estos dos países permitieron
incrementar el consumo de corto plazo, pero condenaron su futuro industrial.
Por el contrario, otros autores como Deirdre McCloskey explican que el mayor
desarrollo económico de Europa se explica por otras fuentes, a saber, el mayor
espacio y dignidad que recibieron los mercaderes e inventores para que sus
proyectos pudieran florecer, a medida que se eliminaban controles y
regulaciones.
3. El orden económico vigente no es la consecuencia de un
orden espontáneo, sino un orden generado a través de la planificación central
americana, primero con el cuerpo de políticas gubernamentales, y luego con los
tentáculos de las empresas multinacionales que saquean a todos los países en
los que se introducen.
No seremos tan ingenuos de creer que Estados Unidos y ciertas potencias no
participan en la formación del orden económico vigente. Seguramente lo hacen, y
especialmente a partir del momento en que Estados Unidos abandona su política
exterior de “no-intervención”, y más bien interviene en todos los conflictos
militares y políticos que se generan en el mundo.
Pero asumir que cada empresa multinacional que se introduce en nuestra
región es el medio para continuar con el saqueo de otros tiempos, constituye un
exceso. Pienso más bien que confluyen en el orden económico vigente ciertos
órdenes espontáneos, formando instituciones como el lenguaje, el derecho, el
comercio, el dinero o la globalización, con otros factores políticos que vienen
diagramados desde el norte.
4. La culpa de nuestros males (pobreza, indigencia,
desocupación extendida) es del mundo desarrollado. Nuestra pobreza es la
contrapartida de la riqueza de los países centrales.
Quizás lo más peligroso de aceptar el punto anterior, es justamente pensar
que nuestros males son producidos por cuestiones ajenas a nuestras decisiones.
Estados Unidos y Europa no deciden nuestro futuro, y debemos hacer un mea culpa
nosotros mismos de los errores que hemos cometido. Los intercambios voluntarios
son un juego de suma positiva, donde ambas partes ganan. Si intercambiamos
nuestro trabajo con el de nuestros vecinos y eso nos genera mayor riqueza, ¿por
qué pensamos que una frontera política puede cambiar el resultado del mismo
proceso? Nuestra pobreza no es la
riqueza de los países centrales, sino la consecuencia de no haber sabido crear
un contexto favorable a la inversión y a la formación de capital, como sí
ocurrió en Europa a partir de lo que comentamos arriba es la tesis de
McCloskey.
5. La única forma de interrumpir este proceso y darle
esperanza a los pueblos latinoamericanos, es a través de la violencia, expropiando
la propiedad privada de los medios de producción a quienes han abusado de él.
Quizás sorprenda al lector que Galeano suscriba las siguientes palabras de
Josué de Castro: “Yo, que he recibido un premio internacional de la paz, pienso
que, infelizmente, no hay otra solución que la violencia para América Latina.”
Sus palabras a favor de la revolución cubana, acompañaron y justificaron el
ataque a innumerables derechos humanos de los cubanos que aun hoy sufren las
consecuencias de una dictadura, carentes de libertades individuales
fundamentales.
Los países latinoamericanos tienen dos opciones. O somos parte del mundo, o
nos mantenemos ajenos a él. Y la experiencia muestra que mantenerse aislados o
ajenos a él, no trae buenas consecuencias para el pueblo. Más bien, pienso que
debemos aprovechar la división internacional del trabajo y la globalización,
integrar los mercados y aprovechar los beneficios del intercambio, que siempre
genera valor para sus participantes.
Los medios comentan la noticia. Nos ha abandonado una de las plumas más
extraordinarias de Latinoamérica, no tanto por el contenido de sus ideas que
pueden encontrarse también en otros autores, sino por la forma en que supo
expresarlas.
En sus últimos comentarios sobre Las Venas Abiertas, sin embargo, Galeano
señaló: “Yo no sería capaz de leer el libro de nuevo. Para mí esa prosa de
izquierda tradicional es pesadísima”. […] Fue el resultado de un intento de un
joven de 18 años de escribir un libro sobre economía política sin conocer
debidamente el tema. […] Yo no tenía la formación necesaria. No estoy
arrepentido de haberlo escrito pero fue una etapa que, para mí, está superada”
(Economía para Todos).
© Escrito por Adrian
Ravier el sábado 18/04/2015 y publicado en Tribuna de Periodistas de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.