La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
El espectacular avión Flying-V diseñado para
KLM por la Universidad Tecnológica de Delft ya tuvo su vuelo de bautismo.
Mirá cómo voló el
prototipo de este revolucionario modelo que la Universidad Tecnológica de Delft
diseñó para KLM, se llama Flying-V y ubica a los pasajeros y la carga en las
alas, ganando en aerodinamia y reduciendo el consumo de combustible.
KLM y
la Universidad Tecnológica de Delft presentaron el primer vuelo del Flying-V,
el avión energéticamente eficiente del futuro. Este primer vuelo fue de un
prototipo a escala que mostró cómo cambiará la aviación comercial.
Hace un año y medio, la Universidad
Tecnológica de Delft (TU Delft) y KLM habían anunciado el inicio del proyecto
Flying-V
durante el encuentro IATA 2019. Luego de extensas pruebas en túnel de viento y
en tierra, el modelo finalmente estuvo listo.
El primer vuelo de prueba fue un éxito.
Un
equipo de investigadores, ingenieros y un piloto de drones de TU Delft viajaron
a una base aérea en Alemania para el primer vuelo de prueba. "Teníamos
mucha curiosidad por las características de vuelo del Flying-V.
El
diseño encaja perfectamente dentro de nuestra iniciativa Fly Responsibly, que
representa todo lo que estamos haciendo y seguiremos haciendo para mejorar
nuestra sostenibilidad. Queremos un futuro sustentable para la aviación y la innovación
es parte de ello.
KLM
está entre las tres aerolíneas más sostenibles del mundo en el Índice de Dow
Jones desde hace muchos años. Queremos seguir teniendo ese protagonismo en el
futuro.
Por
eso, estamos muy orgullosos de haber podido lograr esto juntos y en tan poco
tiempo", comentó Pieter Elbers, Presidente y CEO de KLM.
El Flying-V es un tipo de avión de larga
distancia con gran eficiencia energética. El diseño de la aeronave integra la cabina de pasajeros, la bodega
de carga y los tanques de combustible en las alas, creando una espectacular
forma de V.
Los
cálculos informáticos predijeron que la
forma aerodinámica mejorada y el menor peso de la aeronave reducirán el consumo
de combustible en un 20 % en comparación con las aeronaves más avanzadas de
la actualidad.
Colaboración e Innovación
KLM
presentó el modelo a escala por primera vez durante su 100º aniversario, en
octubre de 2019. Actualmente, varios
socios están involucrados en el proyecto, incluido el fabricante Airbus. En ese
momento aseguraron que el siguiente paso será volar el Flying-V con combustible
sostenible.
Sin destino. El Presidente recibió a los conductores de Vicentin para
intentar arreglar algo que parece de muy difícil arreglo. Fotografía:
Presidencia
No es necesario pensar que el capitalismo es siempre un
irredimible sistema corrupto, porque tal evaluación pasaría por alto su
funcionamiento en naciones como Alemania, donde en 2012 el presidente Christian Wulff tuvo que renunciar bajo la
acusación de tráfico de influencias. En algunos países, las transgresiones se
pagan y los castigos se cumplen.
Un pesimista o un
escéptico podría sonreír al leer lo que arriba queda escrito. Y dirá: acá
existe Vicentin, y su historia de favores recibidos durante diferentes
gobiernos prueba que el empresariado y el Estado establecieron alianzas
financieras más allá de todas las normas. De acuerdo. La historia de Vicentin
fue publicada, entre otros medios, por un matutino al que difícilmente puede
acusársele de izquierdismo.
Del lado de los
políticos, las cosas no son más santas que del costado empresarial. La ex
presidenta y hoy vicepresidenta Cristina Kirchner fue y seguirá siendo objeto
de sospechas fundadas que pueden avalar un juicio y posible condena, si su
amigo Alberto no interviene con alguna maniobra de esas que conocen los
abogados penalistas.
¿Por qué usar a
Cristina Kirchner como caso ejemplar, si hay tantos otros? Porque es una
política de primera línea, que aspira a seguir ejerciendo su imperio sobre el
Presidente a través de la troupe de secretarios, ministros y representantes que
consideran más conveniente seguirla a ella que a Alberto Fernández. Porque
sería un milagro y el comienzo de algo nuevo.
Juicio y
castigo. Somos como somos y, sin una respuesta ejemplar,
persistiremos. En 1986, el Juicio a las Juntas Militares y las condenas
impartidas por el tribunal sobre los actos de sus integrantes, la cárcel que
siguió a esas condenas, el repudio y el desprecio que merecieron los culpables
trazaron una línea. El título del famoso informe sobre muertos y desaparecidos
fue una orden: Nunca Más.
Del Juicio a las
Juntas parece imposible volver hacia atrás. No hay retroceso salvo que se
quiera negar la barbarie que el juicio demostró con testigos y pruebas. Los que
no sabían o no se quisieron enterar durante la dictadura ya no tuvieron la
escapatoria de declarar, con mirada ingenua como disfraz del cinismo, que no se
sabía nada. Todo el juicio fue un revelador que actuó sobre una película que
parecía velada para siempre. Mostró las caras, los lugares, los instrumentos de
tortura, las fosas donde se tiraban restos humanos.
Como sí se hizo con el terrorismo de
Estado, parece imposible un juicio que castigue a políticos y empresarios
En Argentina
todavía no tenemos un Nunca Más de la corrupción. Y hoy parece una ilusión que
algo así podría producirse. No existe un político que comprometa su nombre, su
honor, su palabra, su futuro, y convenza a su propio partido de que, caiga
quien caiga en ese juicio, se lo llevará adelante. No existe un Raúl Alfonsín,
que le ganó las elecciones al justicialismo porque tenía fuerza moral,
convicción y coraje.
Por el camino que
vamos, será difícil que lleguemos a tener un político de esa cepa. La
democracia que ganamos en 1983 nos acostumbró a sus virtudes y a sus defectos.
Entre sus virtudes figura la justicia. Pero el trapicheo es uno de los defectos
de nuestra democracia actual, que llega incluso a anular sus virtudes.
Nombres como el
de Padoan, zar de Vicentin, en los cuadernos de las coimas que recopiló un
chofer obsesivo, se encuentran en noticias que, si la Argentina no fuera un
país acostumbrado a la corrupción, serían excepcionales. Pero no lo son. Con el
mismo semblante austero que conocemos por las fotos de prensa, Javier González
Fraga firmó créditos en serie para Vicentin, en una secuencia diaria que
despierta todas las sospechas.
El Banco Nación
fue dispendioso con esa empresa, sin pensar quiénes iban a terminar pagando la
cuenta. La pagarán los argentinos, que no participaron ni en las sumas
millonarias que se han fugado a paraísos fiscales, ni en el bienestar del que
seguramente disfrutan los dueños y testaferros de Vicentin.
Sin un juicio a
la corrupción, como hubo un juicio al terrorismo de Estado, este camino de
barro seguirá siendo una pista asfaltada para los que formen parte de un grupo
que, en nombre de los sueldos que pagan o del comercio exterior que dinamizan,
obtienen los beneficios que son esquivos, si no imposibles, para el dueño de
una empresa pequeña o mediana. Se podrá decir que el capitalismo es así en
todas partes.
Pero no lo es.
Los bancos públicos no reparten créditos sin las garantías debidas. Los
gerentes que hicieran ese reparto saben que no solo eventualmente perderán su
puesto sino que podrán terminar en la Justicia. Los políticos no están
comprometidos en esas maniobras. El actual funcionario del Banco Nación,
Claudio Lozano, afirmó que Vicentin recibió un trato privilegiado, y superó
todos los límites de endeudamiento. Si Vicentin es un caso testigo, ¿habrá
llegado el momento de cambiar las cosas?
Investigar
la trama del delito. Estado y empresarios firmaron una alianza que les
resulta provechosa a los que pueden ser aceptados en ella como participantes de
los beneficios, si antes han colaborado en la estafa.
Imagino la
indignación de un empresario que necesita créditos y, para conseguirlos, sube
una cuesta empinada si no tiene los contactos, los amigos, la capacidad de
suspender juicios morales, el temple para dialogar con delincuentes. Seis meses
antes de entrar en cesación de pagos, según informa la agencia Télam, el Banco
Nación le prestó a Vicentin 6 millones de dólares. Cualquier suspicaz se
preguntará la razón que llevó a González Fraga a autorizarlo.
La responsabilidad es tanto de los
que manejaron Vicentin, como de los directivos del Banco Nación
La trama debe ser
investigada. ¿Qué tenía, prometía o repartía Vicentin para lograr esos
préstamos diarios? Afirmar que se realizaban para que siguiera pagando 4 mil
salarios despierta todas las sospechas sobre el modo en que el argumento
salarial es usado en beneficio de los empleadores. Hay depositadas decenas de
miles de salarios no en el bolsillo de los trabajadores, sino en los paraísos
fiscales. Estados Unidos ya comenzó una investigación. Un juez de Nueva York,
en respuesta a la solicitud de los acreedores bancarios de Vicentin, examinará
el destino de las transferencias de fondos realizadas por la empresa en los
últimos tres años. Son varios cientos de millones de dólares que descansan en
paraísos fiscales. Que dios ilumine al juez, porque es difícil que esas cosas
podamos llegar a saberlas por el accionar de los magistrados argentinos.
La ausencia de
responsabilidad moral es el límite que han traspasado estos manejos corruptos
del capitalismo. Un caso como el de Vicentin obliga a juzgar duramente la ética
pública de los sujetos intervinientes y de quienes sabían y callaron. Como dice
el sentido común: la fiesta de Vicentin la pagamos todos.
Hasta que no se
destruya la trama corrupta del capitalismo local, como se destruyó la de las
Juntas Militares, no habrá Nunca Más de la corrupción. Alguien tiene que ir
preso.
El fiscal
Pollicita ha pedido hace meses que se investigue a González Fraga. Los ingenuos
suponían que su seriedad y sus modales distinguidos no podían sino trasmitir
virtudes patricias. Se equivocaron.
Socialdemocracia, liberalismo progresista y extrema
derecha… Entrevista a Wolfgang Merkel…
¿Qué está pasando con la socialdemocracia
europea? ¿Cuáles son las tendencias y los debates más visibles de la izquierda
democrática? ¿Cuáles son las distintas formas en las que los progresistas
pueden enfrentar a la extrema derecha? Sobre estos temas y sobre la actualidad
europea y la realidad alemana, opina en esta entrevista el politólogo Wolfgang
Merkel.
En las encuestas de opinión, una mayoría de
los alemanes declara que no puede expresar abiertamente opiniones políticas.
¿Qué relación tiene el embrutecimiento del debate público con esta percepción?
En Alemania, como en la mayor parte de los
países occidentales (no en Europa del Este), existe un claro dominio liberal
del discurso público. Este apuesta a las libertades individuales, la igualdad
de género y la política climática contra el calentamiento global. El horizonte
es cosmopolita. Desde el punto de vista normativo, no puede esgrimirse nada en
su contra.
Pero con la hegemonía viene también, no pocas
veces, la hybris. Los líderes de opinión provenientes de las elites y las
clases medias urbanas con alto grado de educación formal también reivindican
como suya la moral correcta en sus debates. Ya no se trata de más o de menos,
no se trata de debate, consenso y acuerdos. Se trata de dominio, de moral o
inmoral, verdadero o falso, correcto o incorrecto. Tertium non datur. Es el
mundo dicotómico de la moral justiciera. Pero también se trata de exclusión. La
exclusión amenaza no solo a racistas y xenófobos. También amenaza a todos
aquellos que no usan la terminología correcta y argumentan de manera conservadora
o reaccionaria.
El embrutecimiento del discurso público tiene
así, por lo menos, dos fuentes: en primer lugar y principalmente, el populismo
de derecha, que traspasa conscientemente las llamadas líneas rojas, por
convicción o con astucia estratégica. Ahí se ha instalado un gramscianismo de
derecha. Los liberales de izquierda, con su hybris intransigente y su anhelo de
exclusión, son la otra fuente. Ambos bandos polarizan el debate. Pero un debate
genuinamente democrático debe ser radicalmente abierto y pluralista (Laclau,
Mouffe, el propio Gramsci) y no permitir únicamente la moral «correcta» que
traza estrechas líneas rojas.
¿Cómo se relaciona este hallazgo con el éxito
de los extremos políticos?
Me niego a hablar automáticamente de extremos
en plural. Probablemente haya una extrema izquierda violenta en el páramo
intelectual de los autonomistas. Pero esa izquierda no existe en Alemania en
forma de partido. Die Linke no es hoy un partido extremista, si alguna vez lo
fue en la República Federal de Alemania. El extremismo está representado en
Alemania particularmente por fracciones de las «elites» de Alternativa para
Alemania (AfD): el «Ala» (la facción más extremista de AfD) y sus archipiélagos
extraparlamentarios deben mencionarse aquí en primer lugar. AfD es, ante todo,
el resultado de las fallas en la representatividad de los partidos
tradicionales. Pero su éxito es alimentado también por los discursos
autorreferenciales y apartados de la realidad del tercio superior de la
sociedad. El tercio inferior (en educación) no se ve representado allí y busca
una «voz». Esa voz es lo que ofrecen los populistas de derecha de todos los
países.
La reducción del centro político, ¿es una
tendencia que podría detenerse?
No es tan sencillo. Por ejemplo, los Verdes
ciertamente no están en el centro de la línea de conflicto cultural entre el
cosmopolitismo y el comunitarismo chovinista (solo una variante del
comunitarismo), sino en el polo cosmopolita. Desde el punto de vista
socioeconómico, se han corrido fuertemente al centro. Allí conforman el nuevo y
joven centro político. En cierto sentido, con la Unión Demócrata Cristiana
(CDU) de Merkel, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), los Verdes y el
Partido Democrático Libre (FDP), el centro político cuenta ya con demasiados
partidos. Esto (casi) le ha costado la vida al SPD. El SPD se quedó observando
pasivamente en el centro cómo Die Linke se afirmaba en el espacio político de
la izquierda. Y en el eje cosmopolita, el SPD es menos creíble que los Verdes.
El centro político no es débil, sino que está superpoblado en el sentido de una
representación pluralista más equilibrada. La tendencia que, en mi opinión,
resulta imparable, es el declive de los partidos populares. Esta tendencia es
secular y se da en toda Europa.
La característica esencial de un partido
popular es la aspiración de conectar ámbitos sociales y políticos. ¿Hay algún
ejemplo en el mundo donde esto siga ocurriendo?
Casi no hay, ni en Alemania ni en Europa.
Esto tiene que ver con la estructura competitiva bidimensional de las
democracias occidentales: la dimensión socioeconómica y la cultural y
sociomoral. El partido Ley y Justicia (PiS) en Polonia y Fidesz en Hungría lo
han logrado relativamente bien en el eje de conflicto socioeconómico. En el eje
cultural, permanecen en el ámbito sociomoral del catolicismo reaccionario, el
nacionalismo y el iliberalismo. La CDU conserva aquí cierto atractivo para el
viejo centro y también para diferentes estratos sociales. Pero su poder de
atracción se está erosionando notoriamente. Y esto es porque ya casi no tiene
llegada a los grupos de derecha y conservadores de derecha. Estos se han
convertido en el botín de AfD. El SPD ya no es dominante en ninguna clase, en
ningún estrato y en ningún ámbito. Eso no es lo único que ha hecho que el SPD
haya dejado de ser un partido popular. Los furiosos ataques de algunos líderes
socialdemócratas alemanes a la socialdemocracia danesa, que está volviendo a
parecerse al típico partido popular tradicional de centroizquierda, muestran
una peligrosa mezcla de intolerancia, incapacidad para aprender y desubicada
hybris moral.
Y sin embargo, los partidos de
centroizquierda están esforzándose por contrarrestar su pérdida de gravitación.
¿Ve aquí tendencias programáticas generales en el plano internacional?
No detecto ninguna tendencia general.
Actualmente tienen éxito partidos socialdemócratas que son muy diferentes entre
sí. En primer lugar, los socialdemócratas portugueses. Han gobernado con éxito
en una coalición de izquierda y amortiguado bien las exigentes medidas que la
euroausteridad impone a la sociedad. Sus socios de coalición más pequeños
garantizaban una cierta identidad cultural de izquierda en el gobierno,
mientras que el Partido Socialista podía presentarse como abogado socioeconómico
de los desfavorecidos. Los socialistas españoles parecen estar recuperando la
memoria de su identidad socioeconómica de izquierda y muestran sus posturas
progresistas en la política de refugiados y climática. En la política de
refugiados, sin embargo, lo hacen en un país con un número bastante pequeño de
inmigrantes y refugiados en comparación con Alemania, Suecia o Austria.
Luego están los socialdemócratas daneses. Han
cerrado fuertemente las fronteras a los refugiados y solicitantes de asilo a la
manera tradicional danesa, pero simultáneamente han mantenido, e incluso
ampliado, un Estado de Bienestar intacto y redistribuidor. Más que los suecos.
En este aspecto son los que mejor encarnan en Escandinavia la tradición
socialdemócrata del folkhemmet tal como nació en Suecia a fines de la década de
1930. Después están los suecos. Se han expresado con cautela en cuestiones de
refugiados, pero actúan como pioneros en política climática, cuestiones de
género y otros temas de la modernidad cultural. Me parece inevitable que los
socialdemócratas de todos los países vuelvan a posturas de izquierda en
política fiscal, económica y social. Creer que se puede ser más verde que los
Verdes en cuestiones posmateriales es incorrecto, y al SPD pronto podría costarle
los últimos votantes del sector obrero.
En muchos lugares, los partidos también están
experimentando con nuevas ideas de participación. ¿Ve en este aspecto fenómenos
prometedores?
Los partidos democráticos hoy ya no pueden mantenerse
alejados del debate sobre las llamadas innovaciones democráticas. Estas van
desde la (vieja) idea de los referendos, pasando por los consejos de
ciudadanos, los townhall meetings, los deliberative mini-publics y la idea algo
desesperada de hacer atractiva para el siglo XXI la demarquía de la antigua
Grecia. Mi opinión es que estas «innovaciones» a veces son adecuadas como
complemento de la democracia representativa. Pero no son un sustituto. En
particular, deben pasar una prueba de tornasol. No deben ser socialmente
selectivas. Y la mayoría lo es. Puede considerarse como regla general para la
participación política que cuanto más exigentes cognitivamente son estas nuevas
formas de participación, más excluyen a los estratos (educativos) más bajos.
Incluso cuando no sea lo que quieren sus abogados: los experimentos
democráticos, si se implementasen masivamente, tienen todo lo necesario para
crear democracias elitistas. Incluso más elitistas que lo que ya son hoy en
día. La participación actual de dos tercios amenazaría con convertirse en una
democracia de un tercio.
Los temas que encienden las divisiones sociales parecen
estar cambiando constantemente. ¿Cómo se explica este cambio?
Esto tiene algo que ver con la apertura de las sociedades
democráticas. Surgen nuevos problemas o son construidos discursivamente y se
los coloca en primer plano. Los debates públicos empeoran cuando siempre se
ofrecen los mismos temas, políticas y soluciones. Los nuevos partidos en
ascenso son especialmente los que deben buscar nuevos temas, si los temas viejos
ya están siendo utilizados por los viejos partidos. Los Verdes son, con sus
fuertes políticas posmaterialistas, un ejemplo clásico. Desde principios de la
década de 1980, las han puesto en un primer plano de sus discursos. El
innegable cambio climático combina perfectamente con la carpeta de políticas de
los Verdes y su innegable credibilidad en cuestiones ambientales. Pero también
dudo de que la cuestión climática continúe teniendo esta presencia en los
medios si el calentamiento global no empeora dramáticamente. Tampoco la
política climática dominará los discursos políticos durante años.
El economista político germano-estadounidense Albert O.
Hirschman ha comparado la cambiante atención que deparan los discursos en la
política con un movimiento pendular entre la búsqueda de intereses privados y
la pasión por lo público, la res publica. Este movimiento pendular hará también
que cambien los temas en los que el discurso público y la política hagan
énfasis en el siglo XXI. Pero incluso los temas viejos pueden ser reciclados.
Lo estamos experimentando en una nueva edición del nacionalismo. En este caso,
la lógica discursiva sigue un vacío de representación que han dejado las elites
tradicionales. Aquellos que ya no quieren hablar del Estado-nación (con ropaje
democrático) no deberían sorprenderse del neonacionalismo con carcasa no
democrática.
El tema del clima actualmente parece contribuir a la
polarización. ¿Cómo podría ser una oferta política convincente de los partidos
de centroizquierda en este tema?
Es evidente. La dimensión ecológica de la política
climática debe estar acompañada por un reparto social de los costos. Por
ejemplo, la fijación de precios para las emisiones de dióxido de carbono afecta
únicamente a los estratos más bajos. Los estratos más ricos pueden hacer frente
fácilmente al cargo adicional y luego podrían eventualmente ser recompensados
con el privilegio de un menor tráfico vial y aéreo. En el SPD ya hay proyectos
para una política socioecológica de este tipo. El SPD debería seguir ampliándolos.
Además, la política climática debe ser internacionalizada. Si Alemania y
Escandinavia la impulsan en soledad, no se gana nada a escala mundial. Hay que
convencer a China, la India, Estados Unidos, Brasil y Rusia. Si esto no sucede,
tampoco tendría efecto una intensificación de la deficiente política climática
alemana en la lucha contra el calentamiento global. Y en lugar de una política
con efectos concretos, estaríamos poco menos que dándonos una vanidosa
palmadita en el hombro.
Wolfgang
Merkel es director del Departamento de Democracia y Democratización del Centro
de Investigación de Ciencias Sociales de Berlín (WZB), jefe del Rule of Law
Center del WZB y profesor de Politología Comparada e Investigación de la
Democracia en la Universidad Alexander von Humboldt de Berlín
"Una de las características de la obra de Marx es que puede ser
explicada en cinco minutos, en cinco horas, en cinco años o en medio
siglo", decía el
experto francés en marxismo Raymond Aron. Este sábado se cumple el bicentenario
del nacimiento de Karl Mark (5/5/1818, Treveris, Alemania Resumimos
entonces las cinco premisas principales del pensamiento del filósofo y
economista prusianos de Karl Marx, con ocasión del bicentenario del nacimiento
del filósofo y economista alemán.
- Lucha de clases –
"La
historia de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la
lucha de clases". ("Manifiesto
del Partido comunista", con Friedrich Engels, 1848).
Para Marx, en todos lados, en todos los momentos de la historia, ha existido
una oposición entre los trabajadores y quienes tienen el capital o los medios
de producción. Esta desigualdad lleva inevitablemente a un conflicto que
él denomina "lucha de clases", que es el motor positivo
de la historia. En una sociedad capitalista, los proletarios buscan irremediablemente
suprimir esta relación de dominación mediante una revolución para poder fundar
una sociedad justa.
- Dictadura del
proletariado –
Fue en 1850 cuando Marx selló el destino común de estas
tres palabras, que ya se usaban juntas bajo otras fórmulas desde la
Revolución Francesa, dando origen a una expresión que marcó
más de 150 años de teoría comunista. La dictadura del
proletariado es una fase de transición entre la sociedad capitalista y el
comunismo. Entre estos dos periodos, se ubica, por defecto, el socialismo,
durante el cual el Estado se mantiene de forma provisoria. El proletariado
entonces detenta el poder y lo utiliza para acabar con el poder de la
burguesía.
La "dictadura del proletariado" proclamada por
los bolcheviques en 1918 está en el corazón del ejercicio del poder en el
experimento hecho por Lenin. Este concepto teórico justificó entonces la deriva
autoritaria del marxismo-leninismo que apareció después de la Revolución de
Octubre.
- Comunismo
-
El "Manifiesto del Partido Comunista" publicado
en 1848, durante la eclosión de la Primavera de los Pueblos, adquiere
relevancia a partir de 1872 para imponerse finalmente en el siglo XX como uno
de los pilares del bloque del Este. Para Marx, se trataba de oponer el
socialismo, juzgado como utópico, burgués o reaccionario, y explicar el
advenimiento de una sociedad justa, después de la victoria del proletariado en
la lucha de clases. Los pilares del comunismo son la
abolición de la propiedad privada y después el alumbramiento, tras la dictadura
del proletariado, de una sociedad sin clases y sin Estado.
"En lugar de la antigua sociedad burguesa, con sus
clases y sus antagonistas de clases, surge una asociación donde el libre
desarrollo de cada uno es la condición para la desarrollo libre de todos",
plantearon Marx y Engels. Pero en la realidad, el fin de la propiedad privada llevó
a millones de muertos, especialmente en la colectivización forzada que impuso
Stalin en la URSS y el proceso que comandó Mao en China.
- Internacionalismo –
"¡Proletarios de
todos los países uníos!", fue la célebre
conclusión del Manifiesto que sienta las bases de una primera estructuración
política que va más allá de las fronteras de las naciones y de los
Estados. Este llamado a una alianza internacionalista se convertirá en el
lema de la URSS y va a resonar durante décadas entre los más desfavorecidos que
toman consciencia de la similitud de sus reivindicaciones, pese a los
diferentes orígenes geográficos. Después esta idea pasa a formar parte de
núcleo del internacionalismo soviético, que une los destinos de países tan
alejados geográficamente como Vietnam y Cuba y también en la
interpretación marxista de grupos como las FARC en Colombia, el Partido de los
Trabajadores Kurdos (PKK) y en grupos altermundialistas.
- Religión,
opio del pueblo –
Para Marx, la religión es una distracción que permite que
los explotados olviden su miseria y que puede ser
utilizada por los poderosos. De ahí, la célebre expresión,
extraída de la Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel
(1844) donde se compara "la religión es el opio del
pueblo". Marx era un defensor del ateísmo,
aunque tampoco era dogmático en este punto. Pero esta tesis marxista
se radicalizó en la Unión Soviética, y en muchos otros países de inspiración
marxista. Como resultado hubo religiosos asesinados, deportaciones de
creyentes, lugares de culto destruidos, instituciones religiosas abocadas al
servicio del Estado: la competencia ideológica fue
arrasada.
Para Marx, la alienación religiosa es uno más de
los elementos que explican el sometimiento del proletariado.
Probablemente se habría sorprendido de ver cómo su fórmula fue interpretado en
la práctica.
Repasamos la historia del submarino A.R.A. San Juan (S-42)…
Su construcción fue encargada a Alemania en 1982 y llegó
a la Argentina en 1986. En 2007, después de más de veinte años de servicio,
entró en reparaciones que terminaron en 2014 y volvió renovado al mar.
"Soy
el submarino San Juan". Argentina nos incluye.
El submarino ARA
“San Juan” es una nave casi única en el mundo. Su construcción fue encargada a
Alemania en 1982, apenas antes de la guerra de Malvinas, y fue parte de un
proyecto de construcción de 6 de su tipo; pero sólo se hicieron 2, su gemelo es
el ARA “Santa Cruz”, también con asiento en la Base Naval Mar del Plata.
El “San Juan” fue
terminado en 1985 y el 18 de noviembre de ese año se hizo la ceremonia de
afirmación del pabellón argentino en su cubierta. La ceremonia fue en un muelle
del astillero Thysen Nordenseewerken, en Emden, Alemania.
La dotación
argentina del flamante “San Juan”, al mando del entonces Capitán de Fragata
Carlos Zavalla, se aprestaba para zarpar hacia la Base Naval Mar del Plata, a
más de 6.000 millas náuticas.
Por pedido del
Comandante, durante la ceremonia de afirmación del pabellón se tocó “Viejos
Camaradas”, una de las marchas militares más conocidas en todo el mundo. “Tanto
en la necesidad como en el peligro, siempre manteniéndonos juntos”, dice un
fragmento de esa marcha.
Después, la banda
de música del Cuerpo de Infantería del Báltico ejecutó el Himno Nacional
Argentino que a manos de esos músicos sonó diferente.
—¡¡Viva la
Patria!! —se escuchó en las voces de los marinos argentinos, que levantaron sus
gorras blancas como corolario de la ceremonia por la cual el “San Juan”
enarbolaba la enseña patria y encaraba su travesía hacia estas latitudes.
“Ya flota a los
vientos la enseña celeste y blanca, insignia de justos y emblema de paz, expresando
que el submarino ARA ‘San Juan’ queda consagrado al servicio de la Nación
Argentina —dijo el Capitán de Fragata Zavalla, primer Comandante del submarino
que además lleva por nombre el de su provincia natal—. Ningún buque es mejor
que su tripulación; por eso, este submarino, fruto del ingenio y trabajo de
tanta gente, nos impone a sus tripulantes la obligación de superarnos cada día
en nuestra actividad y celo profesional.”
La bitácora
personal del Capitán Zavalla fue testigo de la gran travesía del “San Juan” por
el Mar del Norte hasta la Mar del Plata: “Se dio sin dificultades ni averías,
bajo duras condiciones climáticas, rodeados siempre por toda suerte de buques y
sin ninguna unidad de apoyo. La confianza en la preparación y su eficiente
dotación me permitió realizar la travesía al país barajando los acantilados de
Dover [puerto inglés sobre una margen del Canal de La Mancha], sin recostarnos
sobre la costa francesa a pesar de la molesta compañía de unidades británicas,
para llegar a este puerto superando todas las contingencias del viaje cumplido
en menor tiempo que nuestro antecesor”.
Era el 21 de
diciembre de 1985. Los sentimientos de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo lejos de
sus familias tomaron a los tripulantes en plena travesía. Según relata el
Capitán Zavalla, recién el 6 de enero cruzaron la línea del Ecuador. Llegaron
por fin a Mar del Plata, cuna de los submarinos, 11 días después.
Durante sus años
de servicio en la Armada Argentina, el “San Juan” efectuó junto al resto de los
buques de superficie de la Flota de Mar diversas etapas operativas en el mar,
ejercitaciones y adiestramientos individuales. También participó en operativos
internacionales como UNITAS, FRATERNO, PASSEX, ATLASUR, GOSTH y GRINGO-GAUCHO.
Entre los
despliegues al exterior de mayor alcance se destacan el ejercicio UNITAS 33 en
Puerto Rico en 1992, donde el ARA “San Juan” operó desde la base naval
estadounidense Roosevelt Roads en Puerto Rico; el George Washington-FLEETEX
donde operó en el Atlántico Norte; y el Operativo PASSEX 24 en 1994, en el que
se ejercitó con unidades de la Armada de Venezuela, en el Caribe.
Luego de esa
intensa trayectoria operativa, el 9 de noviembre de 2007 ingresó al Astillero
Almirante Storni, en el Complejo Industrial Naval Argentino, donde inició su
renacer mediante un exhaustivo trabajo de reparación de media vida de todos sus
sistemas. Trabajaron arduamente unas 600 personas, militares y civiles de la
Armada, trabajadores de Tandanor y de empresas contratistas para ponerlo de
vuelta en el mar.
El mayor desafío
fue el corte del casco para poder recambiar sus 960 baterías de propulsión. El
acero cedió al fuego y el “San Juan” se separó en dos.
En 2011 se
concretó una tarea titánica: reensamblar las dos partes del casco, separadas y
sometidas a una serie de etapas técnicas sucesivas que culminaron con la
resoldadura del casco, con la resistencia suficiente para que el submarino se
constituya en una sola pieza y poder soportar la presión de gran profundidad en
el océano. Después llegaron los controles y el pintado del casco resistente.
“El corte del
casco resistente había implicado la separación de la columna vertebral del
submarino —explicó el Jefe de Proyecto Submarino, Capitán de Navío Mario
Antonio Pontello—. Ahora, todos sus grandes componentes fueron nuevamente
remontados a bordo”. Las tareas culminaron en febrero de 2014.
Y así, una tarde
de junio de 2014, más de 30 años después de su botadura, el submarino ARA “San
Juan” hundió su quilla, proa, popa y velas en el Mar Argentino e inició su
navegación hacia la Base Naval Mar del Plata.
“Es una emoción
enorme venir a Mar del Plata luego de una reparación de esta magnitud, me tocó
vivir esto siendo el oficial más joven de un submarino y hoy tengo la suerte de
repetirlo como Comandante”, dijo el Capitán de Fragata Adrián Esteban Colela,
cuando arribaron al puerto.
En la costa
marplatense lo recibieron las unidades que componen “la fuerza silenciosa”,
integrantes del Comando de la Fuerza de Submarinos, con los que realizó
maniobras de navegación.
"Soy
el submarino San Juan". Argentina nos incluye.
"A modo de homenaje permítanme nombrar a nuestros compatriotas que están en este momento en el A.R.A. San Juan"
Tripulantes:
Capitán de Fragata Pedro Martín Fernández,
Capitán de Corbeta Jorge Ignacio Bergallo,
Teniente de Navío Fernando Vicente Villarreal,
Teniente de Navío Fernando Ariel Mendoza,
Teniente de Navío Diego Manuel Wagner,
Teniente de Navío Eliana María Krawczyk (primera mujer submarinista de América Latina),
Teniente de Navío Víctor Andrés Maroli,
Teniente de Fragata Adrián Zunda Meoqui,
Teniente de Fragata Renzo David Martín Silva.
Teniente de Corbeta Jorge Luis Mealla,
Teniente de Corbeta Alejandro Damián Tagliapietra,
Suboficial Principal Javier Alejandro Gallardo,
Suboficial Primero Alberto Cipriano Sánchez,
Suboficial Primero Walter Germán Real,
Suboficial Primero Hernán Ramón Rodríguez,
Suboficial Segundo Cayetano Hipólito Vargas,
Suboficial Segundo Roberto Daniel Medina,
Suboficial Segundo Celso Oscar Vallejos,
Suboficial Segundo Hugo Arnaldo Herrera,
Suboficial Segundo Víctor Marcelo Enríquez.
Suboficial Segundo Ricardo Gabriel Alfaro Rodríguez,