viernes, 6 de abril de 2012

¿Y si nos ponemos de acuerdo?...

¿Y si nos ponemos de acuerdo?...
Reflexiones sobre la agenda del progresismo de izquierda. Aportes para el debate.

Todos estamos de acuerdo, o al menos así se explicita, que el debate entre los intelectuales que se reconocen como izquierdistas –más allá de sus preferencias circunstanciales- es vivificante para arrimar brazas a la acción y pensamiento nacional.

En esta convicción se me ocurre como posible y necesario establecer una suerte de tópicos que, ya sea por ser asignaturas pendientes para unos y capítulos no tratados o mal tratados para otros, puedan constituir un ideario que debería movilizarnos en un fuerte reclamo en conjunto.

Comencemos por los aspectos institucionales. En primer lugar y si coincidimos que un déficit del país es la falta de Estado, no se puede explicar ni permitir la destrucción de una Agencia, que en algún momento fue orgullo nacional, como el INDEC. Es bueno recordar que la intervención del INDEC se hizo con métodos aberrantes que nadie en su sano juicio puede admitir, como encerrar en un ascensor de un Ministerio a dos reconocidas funcionarias (investigadoras y académicas) y golpearlas patoteramente.
Todo ello fue inútil.


Nadie confía ni cree en los números del INDEC, a punto tal que desde el Poder Ejecutivo se pide a los sindicalistas que limiten su apetencia de recomposición salarial al 18% cuando para el INDEC el crecimiento anual del IPC solo trepa al 9%.

La hipocresía llega al punto de sancionar penalmente a los organismos privados que difunden números distintos a los del INDEC, mientras el Ministerio de Trabajo homologa convenios colectivos con “cláusulas revolver” que remiten a índices no oficiales. ¿Cuál es el motivo de mantener este disparate? ¿Alguien que se diga progresista puede explicarlo?

En todo el mundo civilizado toda discusión política se refiere a estadísticas elaboradas por organismos estatales mutuamente aceptados. Sin esta referencia toda discusión es estéril. Es más, obviamente para un desarrollo sostenido el país necesita inversiones extranjeras ya que el ahorro nacional es insuficiente. La Argentina en el promedio de los últimos ocho años ocupa el distante sexto lugar en las preferencias de inversiones (detrás de Brasil, México, Colombia, Chile y Perú) Claro está que ello se debe a múltiples circunstancias que exceden este espacio, pero es obvio que nadie se sienta a jugar en una mesa con fulleros.

Sigamos. Es de absoluta necesidad derogar inmediatamente la llamada ley “antiterrorista”. La más sana doctrina penal la juzga innecesaria y peligrosa. No se puede poner en manos de funcionarios o jueces (actuales o futuros) un instrumento –que nadie pidió y se aprobó en el Congreso sin seria discusión habiendo sido votada incluso por quienes predicaron “apoyar lo bueno y censurar lo malo del gobierno”- que puede criminalizar todo acto de protesta social y gremial.


Es inexplicable que el país –“que hace ocho años crece a a tasas chinas”- mantenga una “legislación de emergencia” que permite gobernar al Poder Ejecutivo con funciones delegadas y puentear así el Congreso. Como lo es también que los llamados “decretos de necesidad y urgencia” se conviertan en leyes si una sola Cámara del Congreso los aprueba. No se puede permitir esta degradación del sistema de división de los poderes.

En materia política no son pocos los tópicos a tratar pero –para achicar por ahora el debate e intentar coincidencias- solo propongo dos. Comencemos con modificar la perversa ley de representación en la Cámara Baja que dictó Lanusse con una especulación política que le salió mal para sus designios. En la actualidad –a contra mano de toda lógica y claras disposiciones constitucionales – las provincias patagónicas a las que les podemos sumar varias del NOA y alguna del NEA, no tienen en conjunto más habitantes que los tres cordones del llamado Gran Buenos Aires y, sin embargo, eligen una cantidad de diputados que casi constituyen el 70% del total Provincia de Buenos Aires.

Esta inexplicable sobrerrepresentación convierte en minusválidos políticos a los habitantes de los conglomerados urbanos sin ninguna razón. La igualdad provincial está prevista en el Senado donde cada autonomía elige tres sin ninguna distinción.


Y debemos seguir con la perversa conducta de los elegidos. No se puede violar la discriminación positiva en beneficio de la mujer (“cupo femenino”) por el camino de la renuncia de los electos. Habría que prever una suplencia femenina que esterilice la maniobra. Tampoco puede seriamente admitirse que los electos no asuman (candidaturas “testimoniales” o “tramposas” o “estafadoras” o como más guste llamarlas) sancionando con pérdida de parte de los derechos políticos (imposibilidad de ser candidatos, por ejemplo) por un lapso a quienes opten por ese camino.

Hace falta una reforma impositiva. Para evitar por ahora la discusión profunda pero engorrosa que se hace necesaria, limitémonos a pocos aspectos. En primer lugar es inexplicable que no se graven los beneficios en las transacciones financieras. No propongo la llamada tasa Tobin, sino simplemente los mismos gravámenes instituídos en las naciones desarrolladas.

El país con fuerte –como nunca en la historia- producción granífera no pude continuar con el sistema de las retenciones. Es necesario recordar que este impuesto a la venta de granos al exterior, comenzó con este nombre (“retenciones compensatorias”) con la Revolución Libertadora (decreto de Lonardi) y cuyo porcentual (con Lavagna llegó al 27% y luego hasta el 35%) se estableció en el 20% con Pinedo en los quince minutos que fue ministro de Guido, o sea que no es por definición un impuesto progresista, más allá de su equidad.


Lo lógico es reemplazarlo por el impuesto a la renta potencial o presunta de la tierra libre de mejoras, que ahora con la observación satelital y la computación se puede establecer –según los expertos- en un lapso entre tres y cinco años. Se evitará así reparar a aquéllos productores que –ya sea por la extensión de sus heredades o la fertilidad de la zona, se ven lastimados cor las retenciones igualitarias para todos- son compensados con sistemas muy poco transparentes con grandes gastos burocráticos.

Además se cubrirá todo el territorio de la Nación terminando con situaciones aberrantes (como la lana no tiene significativa retención y ni Santa Cruz ni Tierra del Fuego han instituido impuesto a la tierra, ¡¡ni Menéndez Behety ni Benenton pagan gravámen alguno!!).

Se debe terminar con el impuesto muy elusivo a los bienes personales y volver al impuesto a la herencia de fácil percepción, exceptuando a las pequeñas sucesiones y gravando las transferencias de alícuotas partes en sociedades para evitar trampas. El cambio de un gravamen por otro fue instituido, es bueno recordarlo, por Martínez de Hoz.

Una reforma sustancial requiere el sistema previsional. Ingresan alrededor de mil juicios mensuales para incrementar los importes mensuales jubilatorios, con criterios judiciales que los técnicos consideran más que objetables, pero son el resultado de sumas bajas o arbitarias. ANSES no puede seguir prestando sus capiales de reserva a tasa de interés negativa a multinacionales o al Estado para subsidiar a prestadores de servicios ineptos y opacos. De un vez por todas consensuar un sistema técnicamente aceptable que garantice jubilaciones justas.


Nos debemos una ley de minería que evite toda explotación que exceda los niveles de contaminación aceptados por organismos internacionales e instituciones defensoras del medio ambiente. De una vez por todas demos un amplio debate abierto y sin chicanas, para evitar que los intereses de las multinacionales mineras prevalezcan sobre la vida de los habitantes y el futuro nacional.

Se debe terminar con absurdas normas y comportamientos sindicales perversos. La llamada personería gremial (un solo sindicato por rama de actividad) es una farsa (hay 20 sindicatos docentes, siete aeronáuticos, cinco marítimos, etc.). Se debe establecer un seguro nacional de salud y terminar con el enriquecimiento de jerarcas a costa de trabajadores. ¿No sería hora de una ley que sancione a los dirigentes sindicales enriquecidos, como a los políticos, con inversión de la prueba?

Encontremos formas de anular los bonos (planes trabajar, de familia, etc.) con fines compensatorios (perversos, clientelísticos e insuficientes) por caminos de igualdad que conduzcan a la total ciudadanía.

Es necesaria una legislación clara y taxativa que proteja a los pueblos originarios en sus ancestrales pertenencias de tierra, sus hábitos, sus costumbres y derechos ciudadanos. No debemos olvidar que recién en este siglo XXI se dictó una ley por la cual sus esqueletos y pertenencias se los sacaba de la exhibición en los museos panteológicos de ciencias naturales junto a los dinosaurios, y en el museo de La Plata ello se hizo efectivo recién en el 2007 (¡no le carguemos todo el fardo el General Roca!).


Se debe moralizar la función pública estableciendo tribunales jurisdiccionales inobjetables. El enriquecimiento de los funcionarios no puede ser juzgado por un magistrado de turbio pasado, que se pavonea exhibiendo frívolamente una joya que cuesta el equivalente a más de dos años de su salario.

Finalmente es urgente y necesario consensuar políticas en materia de hidrocarburos y ferrocarriles. La red ferroviaria debe ser inmediatamente reconstruída y ampliada ya que va en ello no solo la integración soberana del país, sino el transporte seguro y eficiente de los ciudadanos (sobre todo de los trabajadores) y el abaratamiento de productos de primera necesidad cuyo costo final está encarecido por el gasoil.

El país no puede seguir postergando la exploración y explotación de hidrocarburos (en los últimos años no hay un pozo nuevo) y dilapidar más de diez mil millones de dólares importando lo que dejamos de producir inexplicablemente. Todo ello en forma transparente, sin Ciriglianos, sin Jaimes, sin Ezquenasis, sin capitalismo ni de amigos ni de enemigos.


A esta mínima enumeración se le puede agregar otros tópicos. Claro está que si pensamos que los programas no sirven y que la actividad política es una épica para seleccionar un grupo mesíanico elegido por la providencia para llevar al país a los grandes destinos, todo cambio de ideas es estéril.

© Escrito por y publicado en http://www.plazademayo.com el viernes 6 de Abril de 2012.

Los "Esbirros" de Amado... De Alguna Manera...

Qué y quiénes son los verdaderos 
esbirros del poder…

 Fogoneando con la novia de Amado...

¿Desaparece el sistema institucional o se recrea de sí mismo?

Todo crítico, observador de un delito o institución que no haga la voluntad suprema del poder de Cristina Elizabeth Wilhelm, es un esbirro.

Un esbirro es una “persona pagada por otra para que lleve a cabo acciones violentas en su lugar. El que se dedica profesionalmente a ejecutar las órdenes violentas de una autoridad” según el diccionario.

Así las cosas, el vicepresidente Amado Boudou se desgañitó en su conferencia de prensa, semi herido de muerte y abandonado por el sistema de impunidad judicial argentina, con una serie de peroratas e insultos, que dieron vergüenza propia y ajena, según consultamos con oficialistas y, de paso, contra todo lo que (a Él) le perjudicaba, en la causa penal que se le sigue por su venta de influencias y en la cual está investigado y seguramente pronto procesado.

¡Son esbirros!

En realidad la palabra esbirro viene del italiano birro, dado que en Italia se nombrara birro a un oficial menor de la Justicia o un poder dictatorial, que se designaba para detener a una persona. Esto deriva del latín “birrus” uno que se escribí “byrrus” y que especificaba un estilo de prenda (con capucha) de la época del bajo imperio romano.

Creemos que el vicepresidente se refiere a la segunda variante “Birrus de burrus” o “byrrus” (o birrete) que a la larga terminará ser, edad media por delante, el birrete catalán, un sinónimo de prenda militar.

Siempre peyorativo, la palabra esbirro hace mas a la mención de los encapuchados, los que en el anonimato no quieren (aunque la den) señal de sus inconfesables actos delictuales.

Días pasados, la presidenta Cristina Elizabeth Wilhelm se refirió a “los violentos que queman banderas y patotean en embajadas” en referencia a los hechos del 2 de abril próximo pasado, en las cercanías de la sitiada Embajada Inglesa del coqueto barrio de la Recoleta.

¿Verdad, relato, o nuevo estadío de la ficción?

En realidad, estamos ante la etapa de la ficción, superadora de la del “relato” etapa que nunca podrá permear al conjunto de la sociedad, como si lo hace con la pseudo militancia rentada y masca-vidrio que, contrato, prebenda o negociado mediante, sigue al régimen de poder.

Nos preguntamos: tanto Cristina como su ex “mimado” Aimeé Boudou, ¿a quién se refieren cuando hablan de los esbirros y los patoteros de la cara tapada, palos, y a los golpes?

¿Se referirán a las patotas de Luis D´Elía pegando palazos y trompadas contra los caceroleros en Plaza de Mayo, en aquella jornada en la que se desató el terror desde grupos cercanos al poder, con la escusa de “defender la democracia”?

¿Se referirán a la patota del Mercado Central a cargo de Guillermo “Lassie” Moreno y “Acero” Cali?

¿Se referirá a los grupos de choque para estatales de piqueteros a sueldo de subsidio que cortan sistemáticamente ni bien les pegan “un llamadito de fono” desde el poder?

No solo queda en claro que a Boudou le han soltado la mano, lo que es claro, no solo por el caso Ciccone, sino también porque pocos saben que su peor pecado fue comenzar a pretender tener “vuelo propio”, cosa que le quisieron desarticular durante 2011.

El “vuelo” propio se concretaba, desde su nominación a la vice candidatura, con la compra de todo tipo de militantes “quebrados”, para un futuro lanzamiento cosa que le fue desarticulado rápidamente por violar el primer mandamiento del kirchner-cristinismo: “No te organizarás” (o sea, la primera verdad kirchnerista).

No te organizarás, es la norma desde la cual se ataca a la “corpo” entidad que se visualiza como única oposición medianamente organizada como para dar una respuesta política nacionalmente organizada.

¿La oposición política? Ha sido comprada o diezmada. Otra cooptada. Otra asociada.

Yace muerta la República Argentina, observando cómo el sistema de poder de Cristina destroza, no solo la economía, sino la posibilidad hipotética de su futuro reemplazo, seguramente, por parte del PJ y de traidores y confabuladores que ya se visitan y organizan.

Pero eso es nota de otro comentario. Así estamos.

Escrito por José Terenzio y publicado en http://www.periodicotribuna.com.ar el viernes 6 de Abril de 2012.

¿Será Fotoshop? El segundo de izquierda a derecha...

Shhhhhhhh, de eso no se habla... De Alguna Manera...

De eso no se habla…


Las cifras para abrir el debate, primera estimación científica de los números del aborto: Investigadores del Conicet y la UBA revelaron que se practican entre 460.000 y 600.000 anualmente y que por cada caso que llega a un hospital se realizan otros siete.

Un estudio con métodos científicos validados en el mundo determinó que en el país se producen entre 460 mil y 600 mil interrupciones voluntarias del embarazo por año, lo que significa casi un aborto por nacimiento. La investigación, encargada por el Ministerio de Salud, brinda por primera vez datos confiables sobre el fenómeno.

Por primera vez se estimó la magnitud del aborto en la Argentina a través de dos métodos científicos validados internacionalmente. El cálculo obtenido concluyó que anualmente se producen entre 460 mil y 600 mil interrupciones voluntarias del embarazo: casi un aborto por cada nacimiento registrado en el país. Se concluyó que a lo largo de su vida fértil, en promedio, cada mujer argentina tendría dos abortos inducidos. Además, se dedujo que por cada aborto que termina con complicaciones que demandan atención hospitalaria, siete no la requieren.

“Es un avance importante. Ahora hay un número con un sustento científico. No es más una apreciación fortuita”, destacó la médica Zulema Palma, integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el colectivo de más de 250 ONG que el lunes último presentó en el Congreso un proyecto de legalización del aborto (ver aparte).

El estudio fue encargado por la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria (Conapris), del Ministerio de Salud de la Nación, a un equipo encabezado por reconocidas investigadoras en la temática: Edith Alejandra Pantelides, del Conicet y el Centro de Estudios de Población (Cenep), y Silvia Mario, del Instituto Gino Germani de la UBA. “Hasta ahora había estimaciones más precarias”, señaló a Página/12 Silvina Ramos, directora del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), quien viene estudiando desde hace varios años la problemática del aborto en la Argentina. La cifra que se mencionaba desde organizaciones de mujeres y voces gubernamentales era de alrededor de medio millón de abortos por año: finalmente es un número que se acerca al obtenido a través de las dos metodologías científicas validadas internacionalmente usadas por Pantelides y Mario.

“Como toda información con rigor científico, permite armar el debate social en mejores términos. Además, desmiente a quienes sostenían que no había tantos abortos en el país. Cincuenta mil abortos más o menos no hacen diferencia a la hora de evaluar el problema”, consideró Ramos. “Un aspecto importante –agregó– es ver la relación entre el total de nacimientos y la cantidad de abortos: ésa es la magnitud relativa a tener en cuenta.”

Medir la dimensión de una práctica clandestina, que es penalizada por el Código Penal, no es sencillo. Por esa razón, obviamente, no existen registros oficiales. “Se debió recurrir a métodos indirectos y se abandonó la pretensión de obtener una cifra exacta, sino más bien un rango de órdenes de magnitud”, explicó Mario. “Se ha utilizado la mejor metodología del mundo disponible, con las restricciones que tiene por los parámetros que hay que medir”, subrayó Ramos.

Las investigadoras recurrieron a dos métodos muy diferentes. El primero está basado en estadísticas del sistema de salud, en este caso el registro de egresos hospitalarios en el que quedan asentadas las hospitalizaciones debidas a abortos complicados. Se parte del supuesto de que estos casos, que demandan atención médica, representan sólo una parte del total de abortos inducidos. A partir de una encuesta a informantes clave, mayoritariamente jefes de servicio de Ginecología y Obstetricia del sector público con desempeño también en el ámbito privado, el equipo coordinado por Pantelides y Mario estimó la cantidad de abortos que se practican en la clandestinidad, que no terminan en complicaciones que requieran internación.

Se calculó entonces que por cada mujer que llega con hemorragias o infección a un hospital después de un aborto, hay siete que no demandan ayuda médica, principalmente porque la interrupción se hizo de forma más segura y con menor riesgo. A ese número –que representaría la parte oculta del iceberg– se lo denomina “factor multiplicador”. Se multiplicaron por siete la cantidad de egresos hospitalarios (el último registro corresponde al año 2000) post-aborto. Así, las investigadoras concluyeron que se practicarían un total aproximado de 460 mil abortos a nivel nacional.

Las entrevistas a informantes clave fueron realizadas en el conurbano y en las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Córdoba, Tucumán y Resistencia. Además de médicos, se encuestaron integrantes de ONG de mujeres y jefes provinciales de programas de Salud Reproductiva.

Para llegar al multiplicador 7 tuvieron en cuenta una serie de conclusiones obtenidas a través de la encuesta. Entre ellas que:

- La práctica del aborto asistida por profesionales médicos se considera segura.

- Las mujeres de estratos socioeconómicos medios y altos rara vez (o nunca) recurren a no médicos o se autoprovocan un aborto.

- Las mujeres de estratos socioeconómicos bajos recurren para interrumpir un embarazo mayoritariamente a personas que no son médicos o se lo provocan ellas mismas.

- En la mayor parte de los casos, los abortos autoinducidos se provocan con la ingesta o introducción vaginal de pastillas de misoprostol, una droga que se puede comprar bajo receta en las farmacias y tiene otra indicación médica.

- Entre el 80 y el 100 por ciento de las mujeres con complicaciones por un aborto recurren a un hospital público.

- Los métodos más usados por los médicos son la dilatación y legrado y el aborto con medicamentos (en general, con misoprostol).

“La percepción de los entrevistados indica que en la actualidad la práctica del aborto inducido parece realizarse en un contexto de mayor seguridad que en el pasado, sobre todo para las mujeres de estratos medios y altos, a pesar de su ilegalidad. Es esperable entonces que las hospitalizaciones reflejen una proporción pequeña del total de abortos”, sostuvieron Pantelides y Mario en su investigación, que lleva por título “Estimación de la magnitud del aborto inducido en la Argentina”. En ese sentido, advirtieron que la práctica del aborto ha cambiado “sustancialmente” durante las últimas décadas. Por un lado, el uso extendido de antibióticos como preventivo de infecciones por parte de quienes realizan el procedimiento médico y de las mismas mujeres “ha reducido notablemente el riesgo de complicación”. Por otra parte, la utilización del misoprostol, “método con escasas complicaciones asociadas”, se ha difundido entre los proveedores de abortos y también entre las mujeres.

Dos por cada mujer

A través de la otra metodología científica aplicada se obtuvieron dos estimaciones, combinando distintas variables, que ubican el número de abortos anuales entre 486.000 y 522.000, para el 84 por ciento de la población femenina. Por lo tanto, habría que sumarle un 16 por ciento más: con lo que se obtiene un número total de entre 560.000 y 615.000 interrupciones voluntarias de embarazo inducidas.

¿Cómo se llega a esa estimación? Este método no es sencillo de explicar. Consiste en relacionar una tasa de fecundidad máxima teórica por mujer –que surge de estudios internacionales que evaluaron distintas poblaciones– con los factores que la disminuyen: el uso de anticonceptivos, la infertilidad post-parto y el aborto. Todos los índices se calcularon con los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2004-2005, que incluye un módulo sobre salud sexual y reproductiva e indaga además sobre lactancia en el cuestionario de niños. “El índice para el aborto se obtiene a partir de los valores conocidos –uso de anticonceptivos, infertilidad post-parto teniendo en cuenta la lactancia promedio en la Argentina–, reordenando los términos de la ecuación principal. A partir de este índice se calcula la tasa de aborto y el número de abortos anual, en esta caso el año 2004-2005”, explicaron las investigadoras.

La estimación indica que cada mujer a lo largo de su vida fértil se practicaría dos abortos. La tasa de abortos cada mil mujeres sería de 60. Teniendo en cuenta que en el país se producen alrededor de 700 mil nacimientos cada año, habría poco menos de un aborto por cada nacimiento.

“Para el cálculo de la infertilidad post-parto se tomó en cuenta la duración promedio y la duración mediana de la lactancia: de ahí que surjan dos mediciones distintas”, aclaró Mario.

“Estos dos métodos son los únicos que se pueden aplicar en el país”, explicó Pantelides a Página/12. Las metodologías no se habían ensayado antes porque se estaban perfeccionando en otros países, y además porque no existía en la Argentina alguna información necesaria, que recién estuvo disponible a partir de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Tampoco antes se había dispuesto de fondos para encarar el estudio. El trabajo fue resultado de una investigación apoyada por la beca “Ramón Carrillo-Arturo Oñativa” para Estudios Colaborativos Multicéntricos de la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria.

© Escrito por Mariana Carbajal y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 2 de Junio de 2007.


jueves, 5 de abril de 2012

Amado, Ciccone & Rafecas... De Alguna Manera...

Amado Boudou mintió, atacó y apretó 
para defenderse…

 Amado Boudou.

Magnetto, Boldt, bingos, Macri, La Nación, España, Anses, etc. En su errática conferencia de prensa —insólitamente sin preguntas permitidas a los periodistas— Amado Boudou habló de todo menos del allanamiento que este jueves llevó adelante la justicia sobre un inmueble a su nombre ubicado en Puerto Madero.

En medio de una elocuente soledad, sin funcionarios a su lado, el Vicepresidente habló en el Congreso de la Nación y demostró que está más comprometido de lo que se creía. En lugar de ensayar alguna defensa, se dedicó a atacar, criticar y apretar a diversos actores de una trama que ni él cree que sea real. Si así fuera, desbancaría a los más reputados best sellers de la historia de la ficción.

Es que, según Boudou, su desgracia no se debe a los hechos de corrupción que lo involucran, sino a un entramado que "hilvana" a Clarín, Macri, Scioli, Boldt, y hasta a la Bolsa de Comercio. Imposible de creer.

Por el contrario, el vice jamás dio explicaciones respecto de las acusaciones en su contra ni por el procedimiento judicial que ayer se hizo sobre su departamento. ¿Habrá temido meter la pata como suele hacerlo cada vez que habla?

Una de las pocas frases que pronunció en su favor fue desacertada: "No llevé adelante ninguna acción para favorecer a la empresa Ciccone", aseguró, olvidando que ello ha sido desmentido por los propios hechos. Una nota enviada oportunamente a la AFIP, donde mostró interés por esa firma, refuta sus palabras.

Por más que intentó explicar que se trató de un procedimiento usual, difícilmente el vicepresidente pueda justificar por qué fue la primera y única vez que intercedió en favor de una empresa privada.

El ataque de Boudou no tuvo miramientos ni límites: por caso, en un gesto que sorprendió a propios y ajenos, embistió duramente contra el juez Daniel Rafecas, a quien sindicó como "esbirro de la mafia". ¿Olvidó el funcionario que fue el gobierno de los Kirchner el que lo puso en su cargo al frente de la Justicia Federal?

No conforme con denostarlo, el Vicepresidente apretó indirectamente al juez al recordarle que fue él quien permitió que un narco serbio llamado Dragoslav Ilic pudiera salir de prisión para ser parte de una fiesta que generó fuerte polémica. No fue casual: en el escritorio de Boudou reposa una carpeta donde se asegura que Rafecas le habría cobrado dos millones de dólares al mismo narcotraficante que liberó de manera temporal.

Por si no hubiera sido suficientemente claro el mensaje —el apriete en realidad—, el funcionario insistió en su ataque al mencionar que el magistrado sabe enviar mensajes de texto a diversos periodistas, anticipándoles sus movidas judiciales. ¿Cómo sabe este dato Boudou? ¿Se lo aportó la siempre oscura Secretaría de Inteligencia?

Hay que decir que la apresurada conferencia del vice tiene una razón de ser: Rafecas dio con la tecla  al allanar el inmueble ubicado en el piso 25 de la calle Juana Manso 740. Jamás Boudou pensó que en un departamento que estaba desocupado a la Justicia se le ocurriría llevarse dos teléfonos inalámbricos e indagar sobre el pago de expensas del mismo lugar. Ello explica la inesperada sobreactuación del funcionario.

¿Qué ocurriría si al juez se le ocurre llevar adelante un peritaje de las comunicaciones punto a punto que surgen de los aparatos telefónicos secuestrados? ¿Qué pasaría si se descubre que el inquilino de Boudou es Alejandro Vandenbroele y no el fantasmal Fabián Donoso Donatiello?

En realidad, se trata de algo más que preguntas retóricas. Son parte de las sospechas que Rafecas ostenta en estas horas y que ha transmitido al fiscal Carlos Rívolo, con quien comparte la investigación de marras. A este último, el magistrado le aseguró que avanzaría hasta donde fuera necesario, siempre y cuando aparecieran evidencias de peso. Eso es lo que ocurrió ayer en el allanamiento ad hoc.

Ahora, al acusarlo de "esbirro de la mafia", Boudou ha dado un insospechado impulso a Rafecas para que investigue con más ahinco y, por qué no, con más independencia.

Sin embargo, no es lo más desacertado que ha hecho el vice: al atacar a la empresa Boldt, abrió la puerta a un tópico que hasta ahora no fue debidamente desmenuzado por los medios.

Es el que tiene que ver con lo ocurrido en octubre de 2010 cuando José María Nuñez Carmona, otro de los presuntos testaferros de Boudou, se encontró en el hotel Caesar Park con el director de Asuntos Públicos de la empresa Boldt, Guillermo Gabella. Junto a ellos se sentó el sciolista Lautaro Mauro, gestor del encuentro.

Allí, según este último les juró a Rafecas y Rívolo, Núñez Carmona lo habría presionado para que le entregara la planta de Ciccone Calcográfica que su empresa había alquilado poco antes por el término un año. "Represento a las máximas autoridades del gobierno nacional", jura Gabella que le dijo el socio de Boudou como toda justificación. Acto seguido, le dio las buenas nuevas —malas para él—: "Compramos Ciccone".

Que se conozcan los detalles de esa trama no le conviene a la firma Boldt, pero menos aún al Vicepresidente. ¿Qué ocurrirá cuando se conozca el resultado del peritaje que Rafecas ordenó efectuar ayer mismo sobre los celulares de Núñez Carmona, Gabella y Lautaro Mauro? ¿Cree realmente Boudou que se mantendrá un pacto de silencio por el cual aún nadie ha desembolsado un solo centavo?

En fin, no ha sido una buena idea la conferencia que ha brindado Boudou —presumiblemente por orden de Cristina Kirchner—, ya que ha forzado a que la agenda de los medios insista en referirse al escándalo que lo involucra. Mal que le pese, cuanto más escarba el periodismo, más contradicciones lo complican.

Por suerte para él, aún nadie se ha detenido en un punto, el más neurálgico para sus intereses: el que tiene que ver con su propio patrimonio. ¿Qué sucedería si a alguien se le ocurre hurgar sobre los bienes que tenía en el año 2003 y compararlos con los que hoy ostenta? ¿Qué explicación daría si se le preguntara cómo logró crecer tanto en tan poco tiempo, solo con su salario derivado de la función pública?

Aunque el vice se encargó de armar sociedades de diversa índole tanto en la Argentina despierto, se ha equivocado en un punto: ha colocado a los mismos socios en todas ellas (a ese respecto debe prestarse especial atención a la marplatense Sandra Viviana Rizzo). Ello permite que cualquiera que tire de la punta del ovillo pueda averiguar toda la trama de negocios que lo involucran.

Boudou sabe que ese monstruo podría poner en jaque sus días como funcionario público y su futuro como referente político.

Lo que parece desconocer es que acaba de despertar a esa misma bestia.

Escrito por Christian Sanz y publicado por http://www.periodicotribuna.com.ar el jueves 5 de Abril de 2012.


Buford, el pueblo más pequeño de Estados Unidos... De Alguna Manera

Buford, el pueblo más pequeño de 
Estados Unidos, en venta...

Don Sammons, de 61 años, único habitante.

Buford, el pueblo más pequeño de Estados Unidos, con tan solo un habitante censado y situado en el estado de Wyoming, saldrá a la venta este jueves en una subasta por un precio inicial de 100.000 dólares.

“Representa una oportunidad única para adquirir un pueblo entero”, anunció como reclamo la empresa que gestionará la subasta.

Quien está detrás de esta venta es el alcalde, Don Sammons, de 61 años, único habitante y propietario de la sola empresa operativa en la localidad.

Sammons pone a la venta así una pequeña tienda, una gasolinera y una oficina de correos con su propio código postal, según informa la página web municipal.

Aparte de autoproclamarse municipio más pequeño del país, Buford se reivindica como el pueblo más alto de la carretera Interstate 80, la principal de este a oeste entre las ciudades de Nueva York y San Francisco.

Fundado en 1866, Buford llegó a acoger a 2.000 habitantes, que se dedicaban principalmente a la construcción de la línea férrea, pero los 2.400 metros de altura alejados de zonas con mayor población contribuyeron a la despoblación de este rincón del medio oeste estadounidense.

El último en marcharse del pueblo fue el hijo de Sammons hace cuatro años, según datos de la cadena de Denver 9 News.

El actual propietario llegó al pueblo en la década de los ochenta y regenta un área de servicio con un millar de clientes diarios, la llamada Buford Trading Post.

La empresa que subastará la propiedad el próximo jueves destaca también las cuatro hectáreas de terrenos, la vivienda, las cinco buzones postales, material de oficina, una zona de aparcamiento y un poste que da cobertura telefónica.

El Buford Trading Post cuenta también con tres vehículos y una máquina quitanieves. Pero se venden por separado.

© Publicado por Prensa Latina el jueves 5 de Abril de 2012.



Dos vietnamitas compran el pueblo más pequeño de Estados Unidos...


Buford fue vendido en una subasta por 690.000 euros, nueve veces más que su precio de partida.

Buford, el pueblo más pequeño de Estados Unidos, con tan solo un habitante censado y situado en el estado de Wyoming (centro oeste de Estaods Unidos), fue vendido el jueves en una subasta a dos vietnamitas por 690.000 euros, nueve veces más que su precio de partida. La subasta se hizo en el diminuto pueblo, contó con una decena de ofertantes y fue rápida.

En tan solo quince minutos dos hombres de negocios de Vietnam se adjudicaron la localidad, formada por una pequeña tienda, una gasolinera, una casa y una oficina de correos con su propio código postal.

Se marcharon rápidamente

No trascendieron detalles de estos dos hombres de negocios asiáticos, que volaron desde Vietnam al conocer la venta del pueblo por los medios de comunicación y que se marcharon rápidamente de la subasta, aumentando el misterio sobre qué destino le espera a la localidad.

La directora ejecutiva de la casa de subastas, Pam McKissick, dijo que «en estos tiempos en que la gente tiene problemas con el precio de la gasolina, está preocupada con la economía y sus puestos de trabajo, Buford parece un sitio mágico del medio oeste donde venir a vivir y controlarlo todo».

Quien estaba detrás de esta venta era el alcalde, Don Sammons, de 61 años, único habitante y propietario de la única empresa operativa en la localidad.

Su propiedad incluía cuatro hectáreas de terrenos, la vivienda, los cinco buzones postales, material de oficina, una zona de aparcamiento y un poste que da cobertura telefónica.

La pequeña área de servicio, llamada «Buford Trading Post», tenía un millar de clientes diarios, especialmente viajeros que pasaban por el estado de Wyoming.

Buford es el pueblo más alto de la interestatal 80.


Buford se reivindica también como el pueblo más alto de la carretera interestatal 80, la principal de este a oeste entre las ciudades de Nueva York y San Francisco.

Fundado en 1866, Buford llegó a acoger a 2.000 habitantes, que se dedicaban principalmente a la construcción de la línea férrea.

Los 2.400 metros de altura alejados de zonas con mayor población contribuyeron a la despoblación de este rincón del medio oeste estadounidense.

El único residente del pueblo, Sammons, se trasladó a Buford en 1980 con su esposa e hijo. Compró la localidad en 1990, su esposa murió en 1995 y su hijo abandonó el pueblo en 2007.

Sammons fue espectador de la subasta y dijo emocionado: «He vivido aquí la mitad de mi vida, espero que se encarguen de manera adulta del pueblo», declaró emocionado.

© Publicado en el Diario ABC de Madrid el viernes 6 de Abril de 2012.





miércoles, 4 de abril de 2012

Algo no funciona… De Alguna Manera...

Algo no funciona…
 
“While my guitar gently weeps." Amado Boudou. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno ataca y fortalece a los atacados: Scioli, Macri, Randazzo, Moyano y Binner. La caída de imagen de CFK.

El plan “Maltrato para todos”, como un búmeran, logró los resultados opuestos a los buscados porque fortaleció políticamente a quienes fueron atacados. Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Mauricio Macri, Hugo Moyano, Hermes Binner y la agrupación Barrios de Pie probaron, en distintas dosis, la amarga medicina castigadora de Cristina pero salieron mejor parados.

El clima es de un fastidio generalizado y, en consecuencia, todos los dirigentes y funcionarios han decrecido en su imagen positiva. Scioli bajó muy poco y Macri se mantuvo en su distrito pero se deterioró en el resto del país. La más afectada es la Presidenta que, desde diciembre, descendió 17 puntos porcentuales. Pero también es cierto que Cristina conserva un sólido 53% de opiniones favorables y que ante la insólita pregunta de “a quién votaría a presidente este domingo”, el 11% respalda a la actual jefa de Estado y que Macri, Scioli y Binner vienen atrás, aunque no muy lejos. Otro dato clave: nadie capitaliza el deterioro. Falta tanto para que haya que tomar esa decisión que más del 40% se da el lujo de decir que “no sabe/no contesta”.

Estos datos, de una de las consultoras más rigurosas, ya tienen diez días de antigüedad, registran el resultado negativo de la masacre ferroviaria de Once, las sospechas de corrupción de Amado Boudou, el reaccionario reto a los docentes “vagos” y el incomprensible deporte de tirarse con el subte porteño por la cabeza. Todavía no hay impacto del encarecimiento de las facturas de servicios porque recién están llegando. En la lista de las preocupaciones, han trepado rápidamente tanto la inseguridad como la inflación.

El cristinismo puro bonaerense que lidera Gabriel Mariotto le propinó un cachetazo legislativo al gobernador. Adquirió la forma de un pedido de informes sobre las relaciones de la empresa Boldt y la provincia. Fue impulsado por José Ottavis y Juan de Jesús. Uno lidera La Cámpora, vive en Nordelta y antes militó con Hugo Franco, ex funcionario de Menem; y el ex intendente del Partido de la Costa hoy responde a Amado Boudou, que integró su gabinete cuando ambos apoyaban la versión riojana del neoliberalismo. Muchos oficialistas fueron obligados a firmar. Ya se sabe que el kirchnerismo logra por violación lo que puede hacer por seducción. Los sciolistas y los legisladores que responden a Randazzo se sintieron humillados y resolvieron trabajar en conjunto. Los más audaces, incluso, hablan de un encuentro secreto entre Scioli y Randazzo donde se juraron ayuda mutua frente el embate camporista (¿o cristinista?). Por ahora no van a romper el bloque, pero ya se empiezan a articular como corriente interna. Hay que recordar que el sciolismo solo tiene el 10% de ambas cámaras. Pero ya se estructuró La Juan Domingo, agrupación que no fue bautizada La Ballestrini sólo por respeto a su familia. El pedido de informes para sugerir que Scioli y Randazzo son enemigos de Boudou incluyó un despropósito que sería desopilante si no fuera grave. En uno de sus puntos le piden a Scioli que explique “la evolución por ventas y las ganancias obtenidas” por la empresa. Legalmente, el gobernador no puede ni debe saber ese dato. A lo sumo le corresponde a la agencia de recaudación (ARBA), que cometería un delito si revela esas cifras.

La actitud caprichosa y autodestructiva de Cristina logró que Moyano y Macri se instalaran como víctimas. Ambos casi le rogaron públicamente, y en varias ocasiones, que los recibiera. La única respuesta fue el silencio. Ellos volvieron a la carga con una verdad: es una actitud discriminatoria con una gran porción de los trabajadores y con por lo menos el 64% de los “capitalinos”, como los llamaba Néstor. Una cosa es no acceder a sus reclamos y otra muy distinta es cerrarles la puerta en la cara.

Hace un par de meses, Macri era un moderado de perfil bajo y Moyano estaba a la defensiva. Pero hoy ambos se plantaron. Moyano está envalentonado porque sabe que los números de los congresales le sonríen. El 12 de julio será reelecto como jefe máximo de la CGT. La única preocupación que tiene es la versión reservada que dice que en estos días le van a tirar nuevamente con un carpetazo de la Justicia caratulado “Covelia-lavado de dinero”. Por eso el camionero dijo que La Cámpora le “estaba preparando una cama”. En la cima del poder dudan respecto de si les convendría meter preso a Moyano. Se imaginan una Plaza de Mayo repleta de trabajadores pidiendo por su libertad y les corre frío por la espalda. Recuerdan que Gerónimo Venegas les duró un fin de semana adentro. Y el representante de los peones rurales tiene menos poder real y simbólico que Moyano, quien junto a Saúl Ubaldini son los dos caudillos sindicales más importantes desde la recuperación democrática. Antonio Caló no aceptará una candidatura que deje afuera a Moyano. Tendría que justificar el ajuste y afuera se estructuraría una versión nueva del MTA recargada con Luis Barrionuevo, Venegas y muchos gremios más que encabezarían los reclamos en las calles. No es negocio para Caló, que puede llegar a perder hasta la UOM.

El último discurso de Moyano fue ferozmente opositor. No sólo por solidarizarse con la huelga general de España (aquellos dirigentes sindicales aparecían en fotos con el puño cerrado en alto) sino porque amenazó con recuperar la plaza frente a la Casa Rosada como territorio de la protesta obrera.

Julio Piumato tampoco se privó de decir que el Gobierno (que hasta hace unos meses era “su” gobierno) desató una caza de brujas contra ellos y que el aparato propagandístico del kirchnerismo lo censura.

La ministra Nilda Garré intentó hacer cargo a Binner de los cortes protagonizados por Barrios de Pie. El líder progresista fue cauto pero certero cuando le recordó a Garré que “pertenece a un gobierno que fomentó los cortes, incluso de puentes internacionales”. Pero el coordinador del movimiento social se despachó con todo. Explicó que ellos son discriminados con los planes y en las cooperativas porque no son oficialistas. Y le recomendó a Garré que se ocupara de la creciente inseguridad en los sectores más pobres, donde hay una fuerte complicidad policial.

La crónica de los fracasos anunciados de las políticas energética y de transporte, y el freno infantil a las importaciones, más la lentitud de una gestión verticalizada como nunca sembraron el camino de obstáculos. La reacción de defenderse atacando fue ayudando a construir con más claridad a los opositores. No se puede pedir la rendición incondicional del adversario mientras se está retrocediendo. Algo no funciona.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 30 de Marzo de 2012.


La guerra que no tendrá lugar... De Alguna Manera...

La guerra que no tendrá lugar...


Cristina Fernández ha logrado reinstalar las Malvinas en la agenda latinoamericana.

El 2 de abril de 1982 el ejército argentino ocupó las Malvinas, en poder de Gran Bretaña desde 1833, desencadenando una guerra de 74 días, en la que murieron 649 soldados propios y 255 británicos. El pacifismo más piadoso califica cualquier guerra de absurda e injustificada, lo que es francamente discutible, pero sí de plena aplicación al desatino de una dictadura militar criminal, impotente, y analfabeta, encabezada por un general, Leopoldo Galtieri, al que los sicofantes llamaban el Patton del Plata por un vago parecido con el militar norteamericano de la II Guerra.

 Los uniformados argentinos pensaron que la mejor forma de regresar a los cuarteles o aún prolongar su mandato era hacerlo con la gloria de haber recobrado el archipiélago del Atlántico Sur, que les excusara de responder por los miles de desaparecidos de la guerra sucia. A los pocos días del desembarco en la Gran Malvina, un coronel de la RAF declaraba a la televisión británica que si se “imponía la sangre italiana”, los argentinos “evacuarían el archipiélago, pero si prevalecía la española, habría guerra”.

Sea cual fuere la que prevaleciera fue un crimen de lesa humanidad enviar a unos soldaditos de reemplazo contra un ejército de profesionales. El resto de América Latina, menos Chile, cuyo general Pinochet se cobró en material de guerra británico el apoyo a Londres, y Colombia, que jugó a la neutralidad, respaldó aunque con lo justo de entusiasmo a Buenos Aires.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Jeane Kirkpatrick, anticomunista, católica, y de origen celta, por ese orden, prefería a los golpistas, pero el presidente Ronald Reagan le dio a la señora Thatcher lo que la primera ministra pedía: la base de Ascensión, a medio camino entre Londres y Port Stanley, sin cuyos bastimentos la guerra habría sido difícil de sostener. 

La hija del tendero de provincias, temerosa de que el enemigo se escabullera entablando conversaciones interminables, una vez dueña de las islas, ordenó que se torpedeara al crucero pesado General Belgrano, fuera de las aguas territoriales de Malvinas, donde murieron más de la mitad de los argentinos en combate. Europa, que no entendía muy bien esa guerra distinta y distante, dio apoyo de oficio a los anglosajones, con la salvedad de España —por Gibraltar e Hispanoamérica— e Italia —por sus emigrantes—, países cuyas opiniones públicas no se resolvían a condenar la insensatez de Galtieri, el mismo que mientras los británicos reconquistaban la isla principal, pedía entre vapores alcohólicos que se aerotransportara unas tropas que no existían para socorrer al general Benjamín Menéndez, jefe del cuerpo expedicionario. 

El militar argentino era un cabecita negra, y de quien se dice que Fidel Castro preguntó esperanzado “si era de los que combatían”. En el bando derrotado se publicaron locuras como que los gurkhas habían asesinado a 300 prisioneros argentinos, lo que jamás habría consentido la oficialidad de Su Majestad y menos aún de un país que hasta unos días antes del conflicto era tan famosamente pro-británico. Y en el bando vencedor se supo que Thatcher estaba indignada por la escrupulosa equidistancia con que la BBC informaba de la guerra.

El enfrentamiento hoy solo puede ser político: el respaldo, en esta ocasión irrestricto de América Latina, desplegado con una condena del colonialismo británico, que se redoblará en la próxima cumbre de las Américas en Cartagena, así como algún cierre de puertos latinoamericanos a barcos de guerra y en ciertos casos, mercantes, que icen la Union Jack; y económico: la viuda Kirchner pretende impedir que Gran Bretaña comience a extraer, probablemente a partir de 2016, el petróleo en aguas de la zona, con reservas evaluadas en unos 12.000 millones de barriles. 

Pero ya ha logrado su primer objetivo: reinstalar las Malvinas en la agenda latinoamericana, de forma que Londres no pueda maniobrar sin darse de bruces con el problema. Y tampoco los apoyos internacionales de 1982 están a la orden. El Washington de Obama ya ha declarado su neutralidad y Europa tratará de mirar para otro lado, repitiendo el consabido mantra de la negociación entre las partes.

Nadie ignora que las Malvinas —como Gibraltar— jamás dejarán de ser británicas sin el consentimiento de sus 3.000 habitantes. Y solo un trato económico mejor que el que reciben de Londres podría disipar el recuerdo de una guerra tan cruel como innecesaria, que un aire porteño epitafió quejumbrosamente: “Con Malvinas o sin Malvinas / grito tu nombre por las esquinas / mientras que los generales / se dan al tango por los portales”.

© Escrito por Miguel Ángel Bastenier y publicado en el Diario El País de Madrid el martes 3 de Abril de 2012.





Eduardo Luis Duhalde... De Alguna Manera...

Muere Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de Argentina...

 Duhalde con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo en 2006. Foto: Marcos Brindicci (Cordon Press)

Diseñó la estrategia judicial para volver a encarcelar a la cúpula del régimen militar.

Si hay una política por la que los Kirchner han recibido elogios de propios y extraños es la de búsqueda de justicia por los crímenes cometidos en la última dictadura de Argentina (1976-1983). Y el brazo ejecutor de esa política fue el secretario de Derechos Humanos de los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (desde 2007), Eduardo Luis Duhalde. Este porteño de 72 años murió ayer en su ciudad natal después de más de cuatro horas de una operación por un cuadro de aneurisma de aorta abdominal.

Eduardo Luis Duhalde se distinguió de sus antecesores en Derechos Humanos porque su gestión se comprometió de forma activa como querellante en las causas contra los responsables del terrorismo de Estado que asoló el país sudamericano. También se ocupó de dar ayuda e información a las organizaciones de derechos humanos que llevaban dos décadas pidiendo a los gobiernos democráticos que juzgaran a todos y cada uno de los criminales del régimen militar.

Duhalde, abogado graduado en la Universidad de Buenos Aires, se destacó a principios de los setenta por defender a militantes políticos y guerrilleros que se oponían a la dictadura que rigió entre 1966 y 1973, antes del regreso del peronismo al poder. Duhalde compartía bufete con Rodolfo Ortega Peña, quien fue asesinado por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), fuerza parapolicial de los peronistas de derechas. Duhalde y Ortega Peña habían creado la revista militante Peronista para la Liberación, identificada con el ala izquierda del movimiento variopinto fundado por Juan Domingo Perón, pero también defendían a guerrilleros marxistas.

El fallecido secretario de Derechos Humanos siguió defendiendo a los perseguidos por la Triple A en el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976), pero debió exiliarse tras el golpe de Estado del dictador Jorge Videla (1976-1981), que le incautó sus bienes y pidió su captura. Recaló en Madrid, donde su casa fue lugar de encuentro de muchos argentinos de distintas corrientes políticas que habían sufrido la persecución del régimen.

Una vez que regresó la democracia a Argentina (1983), Duhalde volvió a su país. Antes de desempeñarse durante casi nueve años como secretario de Derechos Humanos, había sido magistrado de Cámara de los Tribunales Orales en lo Criminal de Buenos Aires. También fue consultor en derechos humanos de la ONU, profesor de Derecho, Historia y Ciencia Política en diversas universidades e integró misiones de paz en África, El Salvador, Chiapas, Nicaragua, Perú y Colombia. Su libro El Estado terrorista argentino, escrito en 1984, es el más notorio de sus 24 títulos publicados. También dirigió el periódico Sur, que se editó entre 1989 y 1990, cuando el Gobierno del peronista Carlos Menem daba un giro al neoliberalismo e indultaba a los máximos responsables de la última dictadura. En esa función recibió en 1990 el Premio Internacional al Periodismo de la Asociación Pro-Derechos Humanos de España.

A las órdenes de Kirchner, Duhalde diseñó la estrategia judicial para volver a poner tras las rejas a la cúpula del régimen militar y a todos los mandos medios e inferiores del terrorismo de Estado. Fue ejecutor entonces de uno de los pilares de la gestión de los Kirchner, uno de los que les reportó el apoyo de buena parte del progresismo. Duhalde se ganó además el respeto de las diversas organizaciones de derechos humanos, pese a sus diferencias ideológicas. Hace solo una semana, Duhalde había participado de un acto público en solidaridad con el ex juez español Baltasar Garzón. En esa oportunidad, el entonces secretario había destacado la investigación de Garzón sobre los crímenes cometidos por la dictadura de Franco.

© Escrito por y publicado por el Diario El País de Madrid el martes 3 de Abril de 2012.